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IV.

4 El porqué de la domesticación
Muchos investigadores se siguen preguntando por qué algunos de nuestros antepasados se
decidieron a domesticar plantas y animales, sobre todo cuando se cree que los cazadores-
recolectores llevaban una vida relativamente sencilla y cómoda en comparación con el duro
trabajo que supone labrar la tierra, proteger las cosechas y mantener al ganado.
«explicar los orígenes de la agricultura sigue siendo uno de los temas más polémicos para
los científicos.
Aunque algunos consideran que los principales factores impulsores son los patrones de
cambio climático y ecológico, otros abogan por la primacía de los imperativos sociales y
los cambios dentro de los sistemas sociales. De manera más general, algunos académicos
han afirmado que es probable que ninguna explicación sea de aplicación universal por lo
que las respuestas y teorías dadas a las preguntas anteriormente formuladas son múltiples y
variadas».
Para Bokonyi, con la domesticación el hombre buscó principalmente liberarse de los
inconvenientes de la caza, que se había convertido en un recurso bastante precario a medida
que disminuía el número de animales salvajes que vivía en las proximidades de los
asentamientos humanos.
Cuando los humanos comenzaron a producir grano, roturando tierras y modificando el
paisaje, los rebaños de ovejas y cabras salvajes que se alimentaban en pastos silvestres, se
vieron obligados a acercarse más a los campos cultivados en búsqueda de alimento.
V. Consecuencias de la domesticación animal
Zeder señala que se puede argumentar con fuerza que la domesticación se califica como
una forma de mutualismo biológico con claros beneficios para cada socio de la relación.
Pero según Harari, «para la persona media, las desventajas probablemente sobrepasaban a
las ventajas, cosa difícil de apreciar por parte de las personas que vivimos en las sociedades
prósperas de hoy en día debido a que nuestra abundancia y seguridad se han construido
sobre los cimientos que estableció la revolución agrícola». Está generalmente admitido que
el agricultor medio trabajaba más duro que el cazador recolector medio y a cambio obtenía
una dieta peor. En las primeras sociedades agrícolas-ganaderas aumentó el riesgo de
desnutrición, pues mientras que la caza y la recolección habían ofrecido una dieta más rica
a partir de fuentes diversas de alimentos, la agricultura restringió estas fuentes a cultivos
muy específicos o a la carne y la leche de un determinado animal, cuyo suministro
constante nunca estuvo garantizado debido a la posibilidad de sequía, malas cosechas,
infestación parasitaria y enfermedades infecciosas.
Un estudio publicado por Ramírez-Rozzi y Froment en 2018 sugiere que la primera
intervención quirúrgica veterinaria de la historia fue practicada a una vaca hace unos 5000
años, cuyos restos fueron encontrados en el yacimiento neolítico de ChampDurand,, situado
a unos 40 km de la costa atlántica, en la frontera norte de las marismas de Poitevin.
Las trepanaciones craneales en humanos datan del período Mesolítico siendo más
abundantes durante el Neolítico y aunque no se ha alcanzado una respuesta concluyente,
muchos apuntan a que se hacían para tratar trastornos funcionales o como parte de un ritual
mágico-religioso. Se desconoce cómo las personas involucradas en esta cirugía craneal
adquirieron la capacitación para realizar la operación, aunque es posible que practicaran
con los cráneos de personas fallecidas o que se entrenaran con animales vivos. Según los
autores del trabajo, si la cirugía craneal en esta vaca se practicó en una etapa premortem o
perimortem, se podría argumentar que la intervención quirúrgica se llevó a cabo para salvar
la vida del animal, si bien no se observa anomalía alguna o señal de enfermedad en los
restantes huesos del cráneo. Estos investigadores descartan que la intervención se realizara
como parte de un ritual y consideran posible que la cirugía craneal se ejecutara con el
animal recién muerto. En definitiva, los autores de esta interesante investigación paleo
patológica concluyen que, si la cirugía craneal se realizó para salvar al animal, el
yacimiento de Champ-Durant proporciona la evidencia más temprana de una intervención
quirúrgica veterinaria. Como refieren los autores de este trabajo, quitar la parte superior del
diente de esta manera, dejando intactas las raíces, habría sido un proceso lento y laborioso a
lo largo del cual el animal probablemente mordiera o golpeara, que sugiere más una técnica
de experimentación que un conocimiento sofisticado de la dentición equina.

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