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TEMAS

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ES 1. LENGUAJE DENOTATIVO Y CONNOTATIVO
La comunicación, la redacción y la lectura, son una parte esencial del desarrollo académico del individuo,
dentro de esta educación es importante señalar  el lenguaje denotativo y connotativo. Ahora los dejo con una
breve explicación de este tema.
La información que a continuación te presento, se obtuvo a través del blog; mariajoseguerra.webcindario.com.
LENGUAJE DENOTATIVO
El lenguaje denotativo es el lenguaje objetivo, acorde con la realidad; aquel que se emplea para decir las
cosas tal como son o se presentan, con toda claridad, con el ánimo de ser entendido por sus oyentes; sin
utilizar ningún tipo de simbología.
El lenguaje denotativo se refiere de modo directo a un hecho o a un dato. Lo denota, lo nombra. Se encuentra
en textos no-literarios. Éstas son algunas de sus características: Es más importante el significado que el
significante. Su intención es transmitir información. Su lectura no puede cambiarse.
LENGUAJE CONNOTATIVO
El lenguaje es uno solo, pero se habla de dos órdenes de significación, el primero es la denotación, una
palabra quiere decir exactamente lo que es. Pero la CONNOTACIÓN, o el lenguaje connotativo (segundo
orden de significación) se refiere particularmente a las diferentes acepciones que les damos a las palabras.
Es el lenguaje que va más allá de lo meramente referencial y práctico. Lo connotativo es el lenguaje segundo,
o expresivo, porque refleja el mundo interior del hablante. No sólo dice lo que dice, sino algo más. La
literatura, la publicidad y las artes en general, utilizan fundamentalmente el lenguaje connotativo.
El lenguaje denotativo se refiere de modo directo a un hecho o a un dato. Lo denota, lo nombra. En la mayoría
de ocasiones se encuentra en textos no-literarios. A la hora de construir frases con lenguaje denotativo, éstas
son algunas de las características que deben tomarse en cuenta:
1. Es más importante el significado que el significante. Es decir, el énfasis de quien escribe o emite la
información está en las ideas que se quieren transmitir, más que en la exploración de las palabras, o en el uso
creativo de ellas.
2. Por lo anterior, se entiende que su principal intención es la de transmitir información.
3. En esa medida, una frase escrita con lenguaje denotativo debería poder leerse de una sola manera.
4. En ocasiones, el lenguaje denotativo se complementa con el lenguaje connotativo.
Un ejemplo de lenguaje denotativo nos puede ayudar en nuestra explicación: «Hoy asistimos al colegio y la
primera, es la clase de matemáticas».
TEXTOS FUNCIONALES: ¿QUÉ SON?
Los textos funcionales son aquellos que, como su propio nombre indica, cumplen una función específica; es
decir, son textos que se dirigen al receptor del mensaje de forma directa, clara y concreta, y tienen la
misión de que éste realice una acción específica.
A través de este tipo de textos, guiamos al receptor del mensaje en la ejecución de dicha acción. Más allá de
esta guía, a veces los textos funcionales también ofrecen al receptor los materiales que necesita para realizar
la acción en cuestión (que es la acción que queremos ver u “obtener”).
La función del lenguaje que predomina en este tipo de textos es la función apelativa. Esta función del lenguaje
(también denominada función conativa), es la que se centra en el receptor del mensaje, y tiene que ver con

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el hecho de que el emisor espere algún tipo de reacción por parte del receptor. A través de ella, el
emisor procura influir en la conducta o actitud del receptor.
¿Para qué se utilizan?
Como veremos a continuación, los textos funcionales buscan instruir al lector en alguna actividad o tarea.
Se trata de textos muy frecuentes en nuestro día a día, y además de darnos instrucciones en relación a
alguna tarea, también nos proporcionan indicaciones, recomendaciones, consejos, pautas, etc., que
puedan facilitar la acción o el desempeño del receptor en la tarea en cuestión.
Ejemplos
Algunos ejemplos de textos funcionales son: recetas de cocina, manuales de instrucciones, vademécums de
un remedio (los vademécums son textos con la información fundamental de una material), notas informativas
de los colegios, manuales de estilo, instrucciones en un examen escrito, etc.
TIPOS DE TEXTOS FUNCIONALES
A su vez, los textos funcionales pueden ser de diferente tipología (se trata de textos funcionales siempre
y cuando cumplan con las características anteriormente mencionadas, aunque éstas variarán de un tipo de
texto a otro). Así, los tipos de textos funcionales que podemos encontrar son los siguientes:
1. Textos periodísticos
Los textos periodísticos cumplen tres funciones: informar, formar y entretener. Cuando además cumplen la
función apelativa del lenguaje e instruyen en alguna cosa, hablamos de textos funcionales periodísticos.
2. Textos publicitarios
Este tipo de textos difunden un contenido que incita a adquirir ciertos productos o servicios. La
función del lenguaje que predomina aquí es la referencial o representativa, que está relacionada con algunos
factores de la comunicación como el referente y el contexto (es decir, cualquier factor externo a la propia
comunicación).
3. Textos científicos y técnicos
Los textos funcionales también pueden ser de tipo científico y/o técnico; se trata de textos objetivos,
verificables y claros. Aquí también predomina la función referencial del lenguaje.
4. Textos literarios
Cuando los textos funcionales son literarios, su misión es perdurar en el tiempo (es decir, son textos que
“buscan” conservarse por su valor artístico). Van dirigidos a todo el mundo, y se establece una
comunicación entre el autor del texto y sus lectores.
5. Textos históricos
A través de ellos se relatan historias, que son representadas por diferentes personajes y que se encuadran
dentro de un período o momento histórico.
6. Textos de entretenimiento
Su objetivo es que el receptor se entretenga, disfrute y pase un buen rato. La información que obtiene el
lector a través de este tipo de textos no suele ser relevante (es decir, el objetivo aquí es otro).
7. Textos informativos: Finalmente, los textos funcionales también pueden ser textos informativos,
cuando el emisor pretende dar a conocer alguna situación concreta al receptor.
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2. CATEGORIAS GRAMATICALES
Las categorías gramaticales (también llamadas «clases de palabras» o «tipos de palabras») son una
agrupación palabras que comparten una serie de características.
Por ejemplo, agrupamos bajo la categoría «nombre» a las palabras que sirven para designar realidades y
conceptos. Del mismo modo, la categoría «adjetivo» reúne las palabras que utilizamos para añadir
características o propiedades al nombre.
Las categorías gramaticales son nueve: el nombre, el adjetivo, el verbo, el adverbio, el determinante, el
pronombre, la preposición, la conjunción y la interjección.
Sustantivo
Los sustantivos se utilizan para designar realidades físicas (mesa, árbol, niño) y conceptos abstractos
(pensamiento, fortaleza, alegría).
Según lo que designen, podemos dividirlos en las siguientes clases:

Clases de ¿Qué designan? Ejemplos


sustantivos

Comunes Realidades o entidades árbol, perro, gato, silla, casa, planta,


comunes suelo, ordenador, coche, amigo,
libro…

Propios Realidades o entidades María, Bogotá, Juan Ramón, Italia,


específicas Lucero, Marcos, Julia…

Contables Realidades que se pueden mesa, casa, teléfono, persona, abeto,


contar o numerar roca, reloj…

Incontables Realidades que se pueden agua, arena, oxígeno, vino, leche,


medir, pero no contar o tierra, arcilla…
numerar

Abstractos Conceptos no tangibles sabiduría, hambre, cansancio,


(realidades que no se inteligencia, voluntad, comodidad,
pueden tocar) sanidad…

Concretos Realidades tangibles (que libro, piedra, vaso, estantería, agua,


se pueden tocar) muñeca, anillo, lámpara, teclado,
caballo, grifo…

Colectivos Conjuntos (varias rebaño, robledal, jauría, piara,


entidades de la misma alumnado, manada, arrozal, equipo,
especie o grupo) patatal, rosal…

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Clases de ¿Qué designan? Ejemplos
sustantivos

Individuales Una única entidad cabra, roble, perro, lobo, camiseta,


cuaderno, sofá, rueda, rosa, perro...

Animados Seres vivos gato, Francisco, cucaracha,


serpiente, persona, cabra, cocodrilo,
león, gaviota...

Inanimados Entidades sin vida espejo, hamburguesa, ordenador,


silla, cama, piedra, ladrillo, ventana,
suelo..

Adjetivo
El adjetivo complementa el sentido del nombre al añadirle cualidades (inteligente, alto), estados (cansado,
feliz) o relaciones de diferente naturaleza (americano, muscular).
Podemos dividirlos en dos grandes grupos: los calificativos y los relacionales.
Los adjetivos calificativos aportan cualidades, propiedades, actitudes o estados al nombre (bonito,
exhausto, agradable, verde, alto, delgado, sabio, grosero, amable). Estos adjetivos pueden admitir grados
(muy interesante, poco agradable, más pequeño que...) que matizan la intensidad de la cualidad expresada.
Los grados que admiten los adjetivos calificativos son los siguientes:
 Grado positivo: expresa la cualidad tal y como es, sin intensificarla ni compararla (cansado, feliz, feo,
largo, pequeño, limpio, rápido...).
 Grado comparativo: la cualidad expresada se compara (más... que, tan... como, menos... que, mejor,
peor, superior, inferior...).
 Grado superlativo: es el grado máximo de la cualidad (muy alto, demasiado caro, paupérrimo,
riquísimo, requetefeliz, extraordinario...).
Los adjetivos relacionales son «pertenecientes o relativos a algo». Crean una relación con el nombre y lo
clasifican.
Por ejemplo, el adjetivo semanal está relacionado con el nombre semana. Si decimos reunión
semanal o ejercicio semanal, estamos hablando de un tipo de reunión o de ejercicio: que tiene lugar una vez
por semana.
Verbo
El verbo nos indica el tiempo en el que tiene lugar la acción (Ayer cené en casa, Hoy es viernes, Mañana
estaré en el trabajo), si es hipotética (Puede que duerma toda la noche) o real (Alberto tiene un hijo). Además,
señala si la acción está terminada (La semana pasada comí paella) o en desarrollo (Está jugando a las
cartas).
Existen tres conjugaciones según su terminación en infinitivo:
 1a conjugación (verbos que terminan en -AR): cantar, bailar, soñar, trabajar, estudiar, preparar...
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 2a conjugación (verbos que terminan en -ER): comer, beber, poder, componer, encender...
 3a conjugación (verbos que terminan en -IR): vivir, escribir, aplaudir, sentir, discutir, permitir...
El verbo tiene modo (indicativo, subjuntivo e imperativo) y tiempos simples y compuestos (presente,
pretérito imperfecto, pretérito perfecto simple, futuro, condicional...): yo trabajo, nosotros hemos trabajado, ella
trabajará, él trabaje, trabaja (tú)...
Adverbio
El adverbio nos facilita información sobre cantidad, lugar, tiempo, aspecto y modo, además de afirmación,
negación y duda. Podemos convertir muchos adjetivos en adverbios añadiéndoles una terminación en -
mente (felizmente, buenamente, rápidamente...).
Según sus usos, tenemos varios tipos de adverbios:

Tipo de Para qué se usan Ejemplos


adverbios

De cantidad Para expresan algo, bastante, demasiado, nada, más,


cantidades sin precisar menos, mucho, suficiente...

De lugar Para indicar la posición delante, detrás, encima, debajo, dentro,


u orientación de algo fuera, adelante, atrás, arriba, abajo,
adentro, afuera, encima, debajo...

De tiempo Para hacer referencia a ayer, hoy, mañana, actualmente,


aspectos temporales antiguamente, brevemente, siempre,
semanalmente...

De modo Para indicar la manera o así, bien, mal, mejor, peor, despacio,
modo en que se hace o deprisa, regular...
tiene lugar algo

De afirmación Para afirmar o negar sí, no, claro, tampoco...


y de negación algo

De duda Para señalar duda o posiblemente, igual, quizá...


posibilidad

Pronombre
El pronombre puede hacer las funciones de un nombre, e incluso puede sustituirlo. Sin embargo, su valor es
referencial, señalan objetos en el espacio y en el tiempo o nos dan otro tipo de información. Aunque sea
posible su sustitución, no expresan el mismo significado que un nombre.
Por ejemplo: la palabra policía posee un significado propio (ˈrepresentante de la ley ̍ ) y expresa una realidad
concreta. Podemos sustituir la palabra policía por el pronombre él, pero su significado es más restringido: solo
sabemos que hablamos de una tercera persona masculina de la que no sabemos su profesión:

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 El policía subió las escaleras.
 Él subió las escaleras.
Dependiendo de la función que pueden desempeñar dentro de un grupo de palabras, existen varias clases de
pronombres, aunque la clasificación puede variar de una gramática a otra:

Clases de Función Ejemplos


pronombres

Personales Pueden hacer de sujeto,  De sujeto: yo, tú, vos, ella,


de complemento directo nosotros...
o indirecto y de atributo.
 De CD o CI: me, te, se, nos, os,
lo, la, le...
 De atributo: lo.

Demostrativos Hacen referencia a algo Este, esta, esto, estos, estas, ese, esa,
o alguien teniendo en eso, esos, esas, aquel, aquella,
cuenta su proximidad en aquello, aquellos y aquellas.
el espacio (cercanía o
lejanía).

Indefinidos Hacen referencia a algo Uno, alguno, ninguno, todo, varios,


o alguien sin otro, todo, varios, mucho, poco,
especificar. demasiado, bastante, tanto, cualquiera,
alguien, nadie, algo, nada,
quienquiera y cualquiera

Interrogativos y Formular preguntas sin Quién, quiénes, cuál y cuáles.


exclamativos hacer referencia a nada
ni nadie específico.

Relativos Hacen referencia a un Que (el que, la que, los que, las


elemento que aparece que), quien, quienes, cual (el cual, la
anteriormente cual, lo cual, los cuales, las
(antecedente). cuales), cuanto, cuantas,
cuantos y cuantas.

Preposición
Las preposiciones introducen complementos con el que forman un grupo. Su función es la de poner en
contacto diferentes palabras o grupos de palabras.
Las preposiciones son una lista cerrada (no admite preposiciones nuevas) y son las siguientes:
A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin,
si, tras, versus y vía.

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Conjunción
Las conjunciones relacionan palabras, grupos de palabras y oraciones (Juan y María son novios).
Dependiendo de la relación que establezcan, tenemos dos grandes tipos: las conjunciones coordinantes y las
conjunciones subordinantes.
 Las conjunciones coordinantes unen elementos sin que uno sea más importante que otro. Se
establece una relación de igualdad entre las partes unidas. Las conjunciones coordinantes son y, e, ni,
o, u, sino y pero.
 Las conjunciones subordinantes unen elementos en los que uno depende el otro: no existe igualdad
entre ellos. Las conjunciones subordinantes son si, como, porque, aunque, luego y conque.
Interjección
Las interjecciones son una clase de palabras que no tienen significado ni funciones específicas dentro de la
oración. Las utilizamos según el contexto, ya que nos sirven para expresar determinados estados, como
sorpresa (¡ah!), cortesía (¡Hola!) o para llenar vacíos expresivos mediante sonidos onomatopéyicos (imitación
de ruidos: ¡zasca!). Normalmente, las interjecciones poseen una entonación exclamativa, por lo que suelen
encerrarse entre signos de exclamación.
Entre las interjecciones, encontramos las siguientes: ¡Ah!, ¡huy!, ¡ajá!, ¡anda!, ¡uf!, ¡bah!, ¡arrea!, ¡eh!, ¡ay!,
¡oh!, ¡pumba!, ¡joroba!, ¡gracias!, ¡adiós!, ¡hola!...
Pueden unirse con otras palabras para crear las llamadas expresiones interjectivas: ¡Qué va!, ¡anda ya, ¡no te
fastidia!...
3. REDACCIÓN
Generalmente, cuando hablamos de redacción nos referimos a la capacidad de una persona de redactar. Es
decir, es la capacidad de poner en palabras el pensamiento, de manera precisa, coherente y comprensible.
Es una de las capacidades que más temprano se incentivan y promueven en los individuos formalmente
educados, dado que el lenguaje y la escritura son las herramientas más comunes, cotidianas y fundamentales
que todo ser humano emplea tanto personal como profesionalmente.
La palabra «redactar» proviene del latín redigere, traducible como “compilar” o “poner en orden”, y se usaba
inicialmente para acciones como recoger leños para una hoguera, o materiales para una construcción. De allí
pasó, figuradamente, a usarse para “ordenar palabras”, es decir, redactar.
La redacción implica mucho más de lo que a simple vista parece. En parte porque no todo el mundo posee el
talento de manejar el lenguaje de manera eficaz, pero también porque, como cualquier otra capacidad
aprendida, requiere de práctica y de la correcta aplicación de un método. En general, se piensa que el
proceso de redactar algo involucra tres etapas distintas:
 Planificación, etapa en que se acude a las fuentes, se organiza mentalmente la información y se
decide qué tipo de texto se hará, por dónde se empezará a hacerlo y cuál es la dirección en la que se
avanzará. Es decir, se elabora un plan de texto o croquis, que servirá como guía a la hora de escribir.
 Textualización, etapa de escritura propiamente dicha, en la que se elabora un borrador del texto, o
sea, una etapa previa, ciñéndose al plan anteriormente establecido. Usualmente esta etapa consiste
en “rellenar” el plan de texto, o sea, desarrollar las ideas que aparecían en el esquema previo.
 Revisión, etapa de cierre y control, en la que debemos releer lo escrito y corregir errores,
redundancias o desprolijidades, para garantizar que el texto resultante sea tan comprensible como se
debe.
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Importancia de la redacción
La capacidad para comunicarse por escrito ha sido, a lo largo de la historia de la humanidad, un
elemento clave de la civilización. Los textos bien redactados permiten la comunicación a lo largo de
enormes distancias o incluso cientos de años, superando así las barreras de lo presencial y del
cuerpo humano.

Por esa razón, dado que la letra permanece, los mensajes deben estar lo mejor redactados posible,
dado que el autor no estará allí necesariamente para explicarle al otro qué fue exactamente lo que
quiso decir.

Existen distintos tipos de redacción, dependiendo de la naturaleza del texto escrito, tales como:

 Redacción académica. Típica de la vida universitaria, escolar o investigativa, es una forma de escritura
que se rige por estándares bastante rígidos de estilo, y que exige unos niveles de corrección y formalidad
muy elevados. Emplea lenguaje técnico, palabras clave, citas al pie de página y otros recursos textuales
parecidos.
 Redacción literaria. Es la que se pone en funcionamiento a la hora de escribir literatura, o sea, de
hacer arte con la palabra. Es un tipo de redacción muy libre, pero no porque prescinda de las reglas
formales del lenguaje y la escritura, sino porque las conoce tan bien, que se permite romper algunas y
estirar otras para así obtener un mayor efecto estético o poético.
 Redacción comercial. Se refiere a la escritura del ámbito del marketing o mercadotecnia, o sea,
la publicidad. Esta forma de redacción centra sus esfuerzos en la persuasión del receptor y en la difusión
del mensaje, de modo que suele ser bastante más flexible que las anteriores. Es típica de anuncios,
comerciales y otros géneros publicitarios.
 Redacción periodística. Aquella que es propia del ejercicio de la comunicación social, o sea,
del periodismo en sus distintas facetas: periódicos, crónicas, columnas, editoriales, etcétera. Todos
estos textos periodísticos se rigen por las normas del idioma y también por un código ético y profesional
que privilegia la objetividad, la veracidad y la formalidad, por encima de lo coloquial y lo tergiversado.

¿Cómo mejorar la redacción?


Redactar de mejor manera no es algo sencillo, ni que pueda lograrse sin esfuerzo y constancia, pero existen
puntos clave a los cuales prestar atención si queremos mejorar nuestra manera de expresarnos por escrito.
 Leer más y mejor. Suena simple, porque en el fondo lo es: si deseamos usar mejor el lenguaje, debemos
conocerlo mejor, y para ello debemos acudir a los que saben: los escritores, traductores y poetas. Hay
toda una literatura universal de la que elegir. La gente que lee más, por lo general, redacta mejor.
 Tener claridad de ideas. Por regla general, tener bien en claro qué es lo que queremos es indispensable
para poder decirlo del mejor modo. O lo que es lo mismo: si no estamos seguros de qué es lo que
queremos decir, difícilmente podremos comunicarlo de manera efectiva.
 Planificar los textos con más detenimiento. Invertir mayor tiempo en pensar cómo queremos escribir
nuestro texto puede rendir grandes frutos, y una buena estrategia para ello es crear un esquema con las
ideas principales, al cual apegarnos a la hora de redactar. De ese modo podremos comprobar que el
orden de las ideas sea lógico.
LABORTORIOS

1. LAB.LENGUAJE DENOTATIVO Y CONNOTATIVO 3 PUNTOS


2. LAB CATEGORIAS GRAMATICALES 3 PUNTOS
3. LAB. REDACCIÓN 3 PUNTOS
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