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Tribunal Constitucional Plurinacional

de Bolivia
SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1214/2016-s2
Sucre, 22 de noviembre de 2016
SALA SEGUNDA
Magistrado Relator:    Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
Acción de amparo constitucional
Expediente:                 16783-2016-34-AAC
Departamento:            Cochabamba
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia la vulneración de sus derechos al debido proceso en sus


elementos fundamentación, valoración de pruebas, incongruencia y tutela judicial
efectiva así como de los principios de verdad material, legalidad y seguridad
jurídica, señalando que el Fiscal de Materia demandado, sin valoración de los
elementos de convicción recolectados en la etapa preparatoria y con falta de
fundamentación dispuso el sobreseimiento a favor de los imputados,
determinación que fue ratificada por el Fiscal Departamental sin la debida
fundamentación y motivación, además de una errónea y falaz valoración
probatoria y con incongruencia omisiva respecto a los agravios expuestos.

En consecuencia, corresponde analizar en revisión si los argumentos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1.  La acción de amparo constitucional, su naturaleza jurídica

La acción de amparo constitucional se encuentra establecida en el art. 128 de la


CPE, que señala expresamente: “La acción de Amparo Constitucional tendrá lugar
contra actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o de
personas individual o colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir los derechos reconocidos por la Constitución y la ley”. A su vez, el art.
129.I de la misma norma constitucional refiere que esta acción tutelar: “…se
interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder
suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante
cualquier juez o tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso
legal para la protección inmediata…”.

La SCP 0002/2012 de 13 de marzo, con relación a esta acción ha referido: “…el


amparo constitucional boliviano en su dimensión procesal, se encuentra
concebido como una acción que otorga a la persona la facultad de activar la
justicia constitucional en defensa de sus derechos fundamentales y garantías
constitucionales.
…se trata de una verdadera acción de defensa inmediata, oportuna y eficaz para
la reparación y restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, y
dada su configuración, el amparo constitucional se constituye en un proceso
constitucional, de carácter autónomo e independiente con partes procesales
diferentes a las del proceso ordinario o por lo menos con una postura procesal
distinta, con un objeto específico y diferente, cual es la protección y restitución de
derechos fundamentales con una causa distinta a la proveniente del proceso
ordinario, esto es, la vulneración concreta o inminente de derechos fundamentales
a raíz de actos y omisiones ilegales o indebidos con un régimen jurídico procesal
propio.
…la acción de amparo constitucional adquiere las características de sumariedad e
inmediatez en la protección, por ser un procedimiento rápido, sencillo y sin
ritualismos dilatorios. A estas características se añade la de generalidad, a través
de la cual la acción puede ser presentada sin excepción contra todo servidor
público o persona individual o colectiva.
Finalmente cabe señalar, que dentro de los principios procesales configuradores
del amparo constitucional, el constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad
al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la CPE, que esta acción (…) se
interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección
inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados”.

De igual forma, el Código Procesal Constitucional, regula la acción de amparo


constitucional, a partir del art. 51 al 57, en los que se establece el objeto, la
legitimación pasiva, improcedencia, subsidiariedad, plazo para su interposición, la
norma especial de procedimiento y los efectos de la Resolución que se pronuncia
dentro de esta acción, cuyo objeto conforme el art. 51 de la referida Norma se
constituye en: “…garantizar los derechos de toda persona natural o jurídica,
reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Ley, contra los actos
ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos o particulares
que los restrinjan, supriman o amenacen restringir”.

En ese entendido se concibe a la acción de amparo constitucional, como una


verdadera acción de defensa, inmediata, oportuna y eficaz para la reparación y
restablecimiento de los derechos y garantías fundamentales, cuando éstos sean
restringidos, suprimidos o amenazados por actos ilegales, omisiones indebidas de
las y los servidores públicos o particulares.

III.2.  El principio de congruencia como componente sustancial del debido


proceso
Al respecto, la SCP 0177/2013 de 22 de febrero, señaló que la congruencia es
entendida en el ámbito procesal como: “…la estricta correspondencia que debe
existir entre lo peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general, no
es limitativa de la coherencia que debe tener toda resolución, ya sea judicial o
administrativa, y que implica también la concordancia entre la parte considerativa
y dispositiva: sino que además, debe mantenerse en todo su contenido,
efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos
considerandos y razonamientos contenidos en la resolución. La concordancia de
contenido de la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo
considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales
que apoyan ese razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En
base a esas consideraciones, es que quien administra justicia, emitirá fallos
motivados, congruentes y pertinentes.
(…)
El principio de congruencia, responde a la pretensión jurídica o la expresión de
agravios formulada por las partes; la falta de relación entre lo solicitado y lo
resuelto, contradice el principio procesal de congruencia, la resolución de
primera y/o segunda instancia, debe responder a la petición de las partes y
de la expresión de agravios, constituyendo la pretensión jurídica de primera
y/o segunda instancia” (las negrillas son nuestras).
III.3.  Sobre la fundamentación y motivación de las resoluciones como
componentes del debido proceso
Al respecto, la SCP 0169/2015-S2 de 25 de febrero, indicó que: “…la garantía
del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia de
la motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que
conozca de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo una
situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los motivos que sustentan
su decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los hechos
establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al
momento de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma,
pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la forma, dejará
pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de acuerdo a las
normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión
está regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador,
eliminándose cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno
convencimiento de que no había otra forma de resolver los hechos juzgados sino
de la forma en que se decidió.
'Al contrario, cuando aquella motivación no existe y se emite únicamente la
conclusión a la que ha arribado el juzgador, son razonables las dudas del
justiciable en sentido de que los hechos no fueron juzgados conforme a los
principios y valores supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado
con apego a la justicia, por lo mismo se le abren los canales que la Ley
Fundamental le otorga para que en búsqueda de la justicia, acuda a este Tribunal
como contralor de la misma, a fin de que dentro del proceso se observen sus
derechos y garantías fundamentales, y así pueda obtener una resolución que
ordene la restitución de dichos derechos y garantías, entre los cuales, se
encuentra la garantía del debido proceso, que faculta a todo justiciable a
exigir del órgano jurisdiccional a cargo del juzgamiento una resolución
debidamente fundamentada, así se ha entendido en varios fallos de este
Tribunal, entre ellos, la SC 0752/2002-R, de 25 de junio, que ampliando el
entendimiento de la SC 1369/2001-R de 19 de diciembre señaló lo siguiente: '(…)
el derecho al debido proceso, entre su ámbito de presupuestos exige que toda
Resolución sea debidamente fundamentada. Es decir, que cada autoridad que
dicte una Resolución debe imprescindiblemente exponer los hechos, realizar
la fundamentación legal y citar las normas que sustenta la parte dispositiva
de la misma. Que, consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una
Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la misma, sino también en
los hechos toma una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera
flagrante el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las
razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo cuál es la
ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión'.
(…)
'La jurisprudencia señaló que el debido proceso es de aplicación inmediata,
vincula a todas las autoridades judiciales, jurisdiccionales y administrativas, y
constituye una garantía de legalidad procesal prevista por el constituyente para
proteger la libertad, la seguridad jurídica y la fundamentación o motivación de las
resoluciones judiciales o administrativas. Abarca un conjunto de derechos y
garantías mínimas que garantizan el diseño de los procedimientos judiciales y
administrativos, entre sus elementos se encuentra la fundamentación y
motivación de las resoluciones, a las que toda autoridad a cargo de un
proceso está obligada a cumplir, no solamente a efectos de resolver el caso
sometido a su conocimiento, sino exponiendo de manera suficiente, las
razones que llevaron a tomar cierta decisión, así como las disposiciones
legales que sustentan la misma, es decir, debe llevar al convencimiento que se
hizo justicia, tanto a las partes, abogados, acusadores y defensores, así como a la
opinión pública en general; de lo contrario, no sólo se suprimiría una parte
estructural de la resolución sino impediría que las partes del proceso conozcan los
motivos que llevaron a dicha autoridad a asumir una determinación, lo que no
implica que dicha motivación contenga una exposición ampulosa y sobrecargada
de consideraciones y citas legales, basta con que ésta sea concisa pero clara y
satisfaga todos los aspectos demandados”.
Por su parte y de manera específica respecto a la función del Ministerio Público,
en la emisión de sus resoluciones, la SCP 0267/2015-S3 de 26 de marzo, indicó:
“…toda decisión emitida dentro de un proceso penal que no implique cuestión de
mero trámite sino que concierna al fondo de lo que se investiga debe ser
necesariamente motivada o lo que es lo mismo, debidamente fundamentada,
lo que significa, que tanto el fiscal o los jueces que conozcan el proceso, sea en
control jurisdiccional o para resolver el fondo, deberán dictar sus
requerimientos o resoluciones cumpliendo las exigencias de la estructura de
forma como de contenido de las mismas. En particular en lo relativo al
contenido de fondo, no sólo deberán circunscribirse a relatar lo expuesto
por las partes sino también citar las pruebas que aportaron las partes,
exponer su criterio sobre el valor que le dan a las mismas luego del
contraste y valoración que hagan de ellas dando aplicación a las normas
jurídicas aplicables para finalmente resolver. Si no proceden de esa forma y
dictan una resolución sin respetar la estructura señalada, resulta obvio que
su decisión será arbitraria y considerada subjetiva e injusta, pues el sujeto
procesal a quien no le sea favorable no podrá entender y menos saber la
razón jurídica de la decisión; y de incurrirse en esta omisión al disponer
sobreseimiento a favor de la parte imputada, la víctima podrá impugnar el
requerimiento ante el superior jerárquico, y si éste igualmente incurre en la
misma omisión, quedará abierta la jurisdicción constitucional…”.
III.4.  Sobre la valoración de prueba en sede constitucional
Sobre esta temática, la SCP 0030/2014 de 3 de enero, refirió que la labor de
valoración de pruebas es atribución de la jurisdicción ordinaria, señalando
además, que este Tribunal: “…no puede pronunciarse sobre cuestiones que son
de exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios, y menos atribuirse
la facultad de revisar la valoración de la prueba que hubieran efectuado las
autoridades judiciales competentes, excepto, en los casos en los que resulta
evidente que la prueba aportada ha sido ignorada por el juzgador o cuando la
valoración realizada es arbitraria e irrazonable y no obedece a los marcos legales
de razonabilidad y equidad, originando como lógica consecuencia la lesión a
derechos y garantías fundamentales (…)'.

En ese marco de consideraciones, la doctrina constitucional a través de la SC


0965/2006-R de 2 de octubre, identificó los supuestos en que ésta jurisdicción
puede ejercitar el control de constitucionalidad, sobre labores propias de la
jurisdicción ordinaria, como es la valoración de las pruebas, conforme al
entendimiento que sigue: ‘…siendo competencia de la jurisdicción
constitucional, revisar excepcionalmente la labor de valoración de la prueba
desarrollada por la jurisdicción ordinaria, únicamente, se reitera, cuando en
dicha valoración: a) exista apartamiento de los marcos legales de
razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o, b) cuando se haya
adoptado una conducta omisiva expresada, entre otras, en no recibir,
producir o compulsar cierta prueba inherente al caso y, su lógica
consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías
constitucionales; dicha competencia del tribunal constitucional, se reduce, en
ambos casos, a establecer la ausencia de razonabilidad y equidad en la labor
valorativa o la actitud omisiva en esta tarea, pero en ningún caso a sustituir a la
jurisdicción ordinaria examinando la misma’” (las negrillas son nuestras).
En ese mismo sentido, la SCP 0411/2014 de 25 de febrero, dejó establecido que:
“…los únicos supuestos para que la jurisdicción constitucional ingrese a revisar la
valoración realizada por dichas autoridades: 1) Cuando en dicha valoración
exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad
previsibles para decidir y 2) Cuando se haya omitido arbitrariamente valorar
la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales
y garantías constitucionales, es decir en el primer supuesto cuando en la
labor valorativa se apartan del procedimiento establecido valorando
arbitraria e irrazonablemente y en el segundo, que actuando arbitrariamente
no se haya procedido a la valoración de la prueba, por cuya omisión se
vulneren derechos y garantías fundamentales”.
III.5.  Análisis del caso concreto

El accionante considera que las autoridades demandadas, conculcaron sus


derechos al debido proceso en sus elementos fundamentación, valoración de
pruebas, incongruencia y tutela judicial efectiva; así como los principios de verdad
material, legalidad y seguridad jurídica, mencionando en relación al Fiscal de
Materia, que dicha autoridad sin la adecuada valoración de los elementos de
convicción colectados dentro la etapa preparatoria y con evidente falta de
fundamentación, dispuso el sobreseimiento a favor de los imputados, fallo que fue
impugnado y que derivó en la Resolución Jerárquica ERVA-IS 101/2015, por la
que el Fiscal Departamental de Cochabamba ratificó el sobreseimiento indicado
igualmente sin la fundamentación y motivación necesaria, con una errónea y falaz
valoración probatoria; además con incongruencia omisiva respecto a los agravios
planteados.

De los antecedentes conocidos por esta jurisdicción constitucional y de aquellos


que se encuentran descritos en las Conclusiones del presente fallo, se tiene que
dentro la denuncia penal instaurada por el accionante contra Dennis Gonzales
Cortes y Elías Víctor Antezana Antezana, por la aparente comisión del delito de
robo, una vez concluida la etapa preparatoria, el Fiscal de Materia emitió la
Resolución de 27 de octubre de 2015, disponiendo el sobreseimiento de los
denunciados; contra esta determinación, el accionante planteó impugnación,
habiendo el Fiscal Departamental pronunciado la Resolución Jerárquica ERVA-IS
101/2015, por la que ratificó la Resolución de sobreseimiento cuestionado,
disponiendo la conclusión del proceso con relación a los imputados así como la
cesación de las medidas cautelares y la cancelación de sus antecedentes penales.

Establecidos los antecedentes procesales, se advierte que el accionante en el


presente caso, cuestiona las Resoluciones emitidas por las autoridades
demandadas, alegando que las mismas conculcan sus derechos identificados de
forma precedente; en ese sentido y a fin de resolver la presente problemática, el
análisis se centrará en la Resolución del Fiscal Departamental, pues de advertirse
la posible vulneración de los derechos identificados en dicho fallo, la nueva
resolución a emitirse por dicha autoridad, estará habilitada para reparar las
posibles vulneraciones a los derechos cometidas por el Fiscal de Materia y para
corregir la anomalías procedimentales que éste hubiera realizado, en ese marco,
se realiza el siguiente análisis:

III.5.1.   En relación al principio de congruencia

De forma previa, cabe señalar que de conformidad al entendimiento


jurisprudencial mencionado en el Fundamento Jurídico III.2 de la presente
Sentencia Constitucional Plurinacional, este principio es entendido como la estricta
correlación que debe existir entre lo pedido por el accionante y lo resuelto por la
autoridad demandada; lo que implica que el fallo que ésta última emita, debe
responder a la pretensión jurídica, expresión de agravios o los cuestionamientos
formulados por las partes procesales; así también, establece la concordancia que
debe existir en todo el contenido de la respectiva resolución; es decir, entre la
parte considerativa y la dispositiva, cuyos considerandos y razonamientos deben
guardar la armonía debida.

En ese contexto, de una lectura del memorial de objeción interpuesto por el


accionante, esta jurisdicción constitucional pudo evidenciar que respecto a los
cuestionamientos relativamente sustentados y expresados contra la Resolución de
sobreseimiento emitida por el Fiscal inferior y que se encuentran identificados en
la Conclusión II.2 de este fallo, el Fiscal Departamental no emitió un
pronunciamiento puntual respecto de cada uno de ellos, es así que no se advierte
por ejemplo, una manifestación expresa en cuanto la falta de fundamentación
denunciada contra la Resolución de sobreseimiento o la carencia de la estructura
de fondo y forma que es exigida para este tipo de resoluciones; así también, no se
pudo apreciar una referencia concreta sobre la denuncia relativa a la simple
mención de los elementos probatorios y su falta de valoración conjunta y
armónica, y sin la asignación de un valor determinado a cada una de ellas; del
mismo modo, este Tribunal no pudo percibir una exposición precisa sobre la
denuncia de incongruencia que se realiza contra la Resolución de sobreseimiento
impugnada. Al contrario, en el fallo pronunciado por el Fiscal superior se pudo
advertir una referencia sobre aspectos expresamente no cuestionados, tales como
el estudio pericial efectuado por el perito informático en una cuenta de Facebook y
la inexistencia de un informe pericial que dé cuenta del hallazgo de huellas
dactilares de los sindicados en el lugar de los hechos, específicamente en la
puerta, escritorio y/o caja fuerte.

Por consiguiente, la situación descrita, denota una indudable falta de concordancia


entre los puntos claramente impugnados en el memorial de impugnación al
sobreseimiento, y lo expresamente resuelto por el Fiscal Departamental, situación
que deriva en la evidente lesión del derecho al debido proceso del accionante en
su componente relativo a la congruencia, la misma que debía contener la
Resolución Jerárquica ahora cuestionada, pues como ya se tiene precisado, ésta
no respondió a todos los cuestionamientos denunciados, circunstancia por el cual
este Tribunal se encuentra habilitado para conceder la tutela solicitada respecto a
este argumento y respecto la tutela judicial efectiva.

III.5.2.   En relación a la falta de fundamentación

De acuerdo al razonamiento contenido en el Fundamento Jurídico III.3 del


presente fallo constitucional plurinacional, referido a la debida motivación y
fundamentación de las resoluciones como un componente del derecho al debido
proceso, a través del cual se exige que la autoridad demandada realice la
exposición y el juzgamiento de todos los puntos demandados; es decir, de todos
los hechos cuestionados y planteados por las partes intervinientes así como una
manifestación precisa de las argumentaciones pertinentes y razonables en
relación a cada uno de ellos que conduzcan a establecer las correspondientes
decisiones, a fin de resolver el caso sometido a su conocimiento, haciendo
conocer del mismo modo los motivos que llevaron a dicha autoridad a asumir una
específica determinación.

Teniendo en cuenta esa consideración jurisprudencial así como el análisis


realizado de forma precedente sobre el desconocimiento e incumplimiento del
principio de congruencia, y teniendo en cuenta los antecedentes conocidos por
esta jurisdicción especialmente aquellos que fueron consignados en la Conclusión
II.3 y que resume la Resolución cuestionada y pronunciada por el Fiscal
Departamental, se advierte que la misma no cumple con las exigencias y
requerimientos establecidos por la jurisprudencia constitucional mencionada en el
indicado Fundamento Jurídico III.3, careciendo por lo tanto de la debida
fundamentación y motivación requerida en todo fallo que ingrese al análisis del
fondo de la cuestión principal, por cuanto se evidenció que la misma en lo que
respecta a sus propias alegaciones, al margen de no hacer una referencia expresa
y puntual sobre todos los cuestionamientos expresados por la parte accionante en
su memorial de impugnación al sobreseimiento tampoco se emitió un criterio
argumentativo puntual y fundado sobre cada uno de ellos, evidenciándose una
mención general de argumentos y conclusiones que denotan un apartamiento
flagrante de las exigencias requeridas, a fin de que la Resolución cuestionada
contenga una clara exposición de los motivos y las razones específicas que
sustenten su determinación.

Esta omisión se hace innegable en el presente caso y deviene en el


incumplimiento de la debida fundamentación legal respecto de los puntos
objetados, pues como se tiene mencionado, el Fiscal Departamental, abstrajo de
su consideración y análisis, todos los argumentos de defensa y las aseveraciones
expuestas en el memorial de impugnación, situación que demuestra que las
razones que sirvieron para arribar a la determinación de confirmar el
sobreseimiento no se enmarcaron en los puntos claramente cuestionados,
tornando su decisión en infundada e inmotivada, toda vez que uno de los
elementos estructurales que hace a la debida fundamentación de las resoluciones
es la exposición del criterio jurídico, el que no se tiene por expresado en la
presente problemática, circunstancia que deviene en una indebida fundamentación
y motivación de la Resolución Jerárquica cuestionada y que debe ser enmendada
por esta jurisdicción.

Finalmente, es necesario señalar que si bien se advierte que la autoridad


demandada de manera general realiza una aseveración respecto a la importancia
y suficiencia de los elementos de convicción así como de los extractos de
llamadas y en base a ellos expone sus propias alegaciones en respaldo de sus
afirmaciones lo hace en un marco de análisis distinto al propuesto por el
accionante, aspecto que corrobora la afirmación de que no se realizó el debido
contraste jurídico en relación a todos los cuestionamientos esbozados.

Por todo lo expuesto, este Tribunal encuentra ser cierta la denuncia realizada por
el accionante respecto a la Resolución ERVA-IS 101/2015, pronunciada por el
Fiscal Departamental de Cochabamba, situación que amerita la concesión de la
tutela solicitada, debiendo por tal motivo corregirse la anomalía identificada sobre
la falta de fundamentación y motivación de la misma.

III.5.3.   Sobre la valoración de la prueba


                    
Conforme se tiene indicado en el Fundamento Jurídico III.4 de este fallo, la
jurisprudencia constitucional deja abierta la posibilidad para que este Tribunal
pueda ingresar de manera excepcional a verificar si la labor valorativa, privativa de
la jurisdicción ordinaria fue correctamente realizada, habiendo establecido para
ello determinados supuestos en las que esa circunstancia pueda ser asumida,
siendo éstos: a) Apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad
previsibles para decidir; y, b) Conducta omisiva.
En ese marco, del escrito de impugnación presentado por el accionante, se tiene
que en él se denuncia que el Fiscal de Materia a tiempo de emitir la Resolución de
sobreseimiento, habría simplemente mencionado los elementos de convicción sin
valorarlos armónica y conjuntamente, menos asignarle un valor determinado,
denuncia sobre la cual al margen de no existir un pronunciamiento puntual por
parte del Fiscal Departamental en la Resolución Jerárquica cuestionada, denota
una omisión valorativa de su parte respecto a las mismas. Así también, se aprecia
que el accionante esboza un cuestionamiento puntual teniendo en cuenta los
extractos de llamadas y los múltiples contactos telefónicos entre los imputados el
día del hecho, señalando que la información que de éstos emana, difiere de la
versión que los imputados habrían dado al momento de prestar sus declaraciones
informativas; al respecto, no se evidencia que sobre estos elementos de
convicción identificados, la autoridad demandada hubiera expresado un examen
valorativo conjunto y propio en función al análisis propuesto por el accionante en
su memorial de impugnación.

En la Resolución Jerárquica cuestionada, la autoridad demandada hace una


mención del estudio pericial efectuado por el perito informático, concluyendo que
el mismo no resulta suficiente para establecer la participación del imputado Elías
Víctor Antezana Antezana en el hecho denunciado; sin embargo, ese análisis no lo
hace en correspondencia con algún cuestionamiento que hubiera hecho el
accionante sobre dicho medio probatorio, situación que corrobora la falta de
valoración sobre los elementos probatorios mencionados expresamente por el
accionante.

En el orden del marco propuesto por la jurisprudencia constitucional mencionada


en el Fundamento Jurídico III.4 de este fallo, se tiene que la autoridad Fiscal
Departamental a tiempo de hacer referencia al extracto de llamadas, señaló que la
comunicación telefónica permanente entre los imputados el día de los hechos, no
reflejaba una conexión con el hecho investigado, indicando expresamente que
éstos realizaban su actividad laboral en Sipe Sipe -donde funcionaba la empresa-
y por ello mantenían una actividad social con compañeros de trabajo; esta
aseveración demuestra que la indicada autoridad, no realizó una certera
valoración, alejándose de los marcos legales de razonabilidad necesarios para
decidir, pues al expresar esta afirmación no tomó en cuenta los antecedentes
cursantes en el cuaderno de investigación y que fueron remitidos a conocimiento
de este Tribunal, en los que se puede advertir que el imputado ahora tercero
interesado, Elías Víctor Antezana Antezana, en la entrevista prestada ante el
investigador asignado al caso (fs. 103 y vta.), expresamente indicó que no
trabajaba en la empresa “Pio Rico S.R.L.”, de la cual se habría retirado en febrero
de 2013; así como tampoco consideró los datos que arrojaba la imputación formal
presentada por el Fiscal de Materia (fs. 143 a 144 vta.), donde consta que el
mencionado imputado, se dedicaba a consultorías en su domicilio ubicado en la
calle Raúl Arce s/n casi Cañada Cochabamba, zona la Chimba; en consecuencia,
no resulta evidente ni coherente que los imputados realizaban actividad alguna en
la zona de Sipe Sipe ni tampoco mantenían alguna actividad social con
compañeros de trabajo como asevera el Fiscal Departamental demandado.
Lo expuesto demuestra la falta de apreciación, análisis y compulsa de los medios
probatorios identificados de forma precedente así como la falta de asignación del
respectivo valor de acuerdo a la tasación legal establecida o las reglas de la sana
crítica, impidiendo de esta manera conocer cuáles fueron las razones precisas y
los motivos concretos por los cuales se las habría invalorado y/o no se las habría
considerado adecuadamente por el Fiscal Departamental al emitir el
pronunciamiento ahora cuestionado, tornando su fallo en irregular, irrazonable y
vulneratorio del derecho al debido proceso del accionante en su elemento
valoración de la prueba, circunstancia que amerita la concesión de la tutela
solicitada sobre ese aspecto.

Al no tutelar principios la presente acción de amparo constitucional, no amerita


emitir un pronunciamiento expreso respecto a los principios de verdad material,
legalidad y seguridad jurídica, denunciados por la parte accionante.

En consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones


del art. 128 de la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al haber concedido en
parte la tutela solicitada, obró de forma parcialmente correcta.
POR TANTO
 

El Tribunal Constitucional Plurinacional en su Sala Segunda, en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 44.2 del
Código Procesal Constitucional, en revisión resuelve: REVOCAR en parte la
Resolución de 3 de octubre 2016, cursante de fs. 540 a 544 vta., pronunciada por
el Juez Público de Familia Décimo Segundo del departamento de Cochabamba, y
en consecuencia CONCEDER la tutela solicitada, respecto a todos los derechos
demandados, ordenando al Fiscal Departamental de Cochabamba a que en el
plazo legalmente establecido, y sin espera de turno, emita un nuevo
pronunciamiento en base a los fundamentos expuestos en el presente fallo.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales

MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga

MAGISTRADA

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