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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO EN REFINACIÓN Y PETROQUÍMICA

INDUSTRIA REFINADORA VENEZOLANA Y MUNDIAL

Nombre del estudiante: Alexander Rafael Petit Pérez

Cédula: 14.213.979

Teléfono: 0412-698.18.35

Correo electrónico: Alexander.petit@gmail.com

Profesor: Julián Méndez


INTRODUCCIÓN

Para entender el comportamiento esperado de la demanda y oferta de energía, se


realiza un análisis de las principales proyecciones económicas y energéticas
mundiales, considerando los informes más recientes publicados por la OPEP y la
Agencia Internacional de Energía (AIE); ambos del mes de octubre de 2020, con el
fin de visualizar los escenarios y pronósticos del comportamiento de la demanda de
energía, con énfasis en el petróleo y gas natural. Analizadas las proyecciones, se
indicarán algunos comentarios sobre las incidencias de las mismas para la industria
del petróleo y gas natural de Venezuela.

En primer lugar resumiremos las expectativas sobre el comportamiento económico y


energético mundial post COVID-19. Según el análisis de las dos fuentes analizadas,
las políticas climáticas y medioambientales seguirán marcando al futuro de la
energía, las cuales están estrechamente vinculadas a la urgente necesidad de cerrar
la brecha de pobreza energética a nivel mundial.

Según el informe de la OPEP (World Energy Outlook 2020; Oct. 2020), la recesión
inducida por el COVID-19 ha reducido el crecimiento promedio esperado del PIB
mundial a largo plazo en un 2.9% anual.

En este sentido, se espera que el desafío general que representa el COVID-19 afecte
las tasas de crecimiento en todas las economías a mediano plazo. En el caso de los
países miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), la tasa de crecimiento promedio se ubicará en 0.7% anual en el período de
2019 a 2025, en comparación con el nivel de crecimiento proyectado antes de
COVID-19 de 2.1% anual para ese mismo período. Para los países que no
pertenecen a la OCDE, se espera que el PIB crezca un 3.4% anual en promedio
durante el mismo período, lo que representa un deterioro de 1% comparado con
proyecciones anteriores.

Bajo este escenario, se espera que la participación de los países de la OCDE


disminuirá al 31% en 2045 en comparación con el 43% en 2019.

Soportando al pronóstico anterior, se espera que la población mundial aumente en


1.700 millones de personas durante el período 2021 – 2045, llegando a 9.500
millones de personas en 2045, en comparación con alrededor de 7.700 millones en
2019. La disparidad en el crecimiento de la población entre la OCDE y los países que
no pertenecen a la OCDE es una característica muy importante de estas
proyecciones, ya que casi el 96% del crecimiento se prevé en regiones no
pertenecientes a la OCDE.

En materia energética, se espera que las políticas relacionadas con la oferta y la


demanda de energía se vuelvan más estrictas durante el período de pronóstico 2021
– 2045, dadas las políticas que se dirigen principalmente a los objetivos del Acuerdo
de París, las cuales buscan impulsar una transición a fuentes de energía renovables
y una reducción importante de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Al evaluar el comportamiento energético del 2020, según la evaluación realizada por
la Agencia Internacional de Energía (AIE), la demanda mundial de energía se
reducirá en un 5% en este 2020, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía
en un 7% y la inversión en energía en un 18%. Los impactos varían según el tipo de
combustible. Las caídas estimadas de más del 8% en la demanda de petróleo y del
7% en el uso del carbón contrastan fuertemente con el aumento en la contribución de
las renovables, las cuales mantienen su fuerte crecimiento. La reducción en la
demanda de gas natural es de alrededor del 3%, mientras que la demanda global de
electricidad parece descender sólo un 2%, tasa relativamente modesta dadas las
severas circunstancias del año 2020.

Con respecto a las proyecciones, según los estimados de la AIE la demanda mundial
de energía repunta a su nivel anterior a la crisis a principios del año 2023 (Escenario
“STEPS”1), pero esto se puede retrasar aún más hasta el 2025 en caso de una
pandemia prolongada y una recesión más profunda (Escenario “DRS”2).
Según la AIE, antes de la crisis COVID-19, se proyectaba que la demanda de
energía crecería un 12% entre 2019 y 2030. El crecimiento estimado durante este
período es ahora del 9% en el escenario “STEPS” y tan solo el 4% en el escenario
“DRS”. Con la demanda energética en las economías avanzadas con una tendencia
a la baja, todo el aumento proviene de las economías de mercados emergentes y en
desarrollo.

Al comparar con el pronóstico de la OPEP, a pesar de la enorme caída de la


demanda en el 2020, se prevé que la demanda mundial de energía primaria continúe
creciendo en el mediano y largo plazo. En esta dirección, la OPEP pronostica que la
demanda mundial de energía primaria aumentará de 289 MMBPED3 en 2019 a 321,9
MMBPED en el 2030 y a 361,3 MMBPED en 2045.

Esto representa una tasa de crecimiento promedio de 0.9% anual, para un


acumulado de 11% para el 2030 y 24,9% para el 2045. El 11% para el 2030 es un
escenario más optimista al presentado por la AIE de 9% (“STEPS”) para ese mismo
período.

A largo plazo, hacia el 2045, se espera que el crecimiento incremental del PIB sea
impulsado principalmente por países que no pertenecen a la OCDE. En esta
dirección, se espera que estos países crezcan un 3,7% anual en promedio entre el
2019 y 2045, logrando una participación estimada del 69% de la economía mundial.
China e India representarán el 40% del PIB mundial para el 2045.T

Según la OPEP, se espera que la demanda de energía en los países no


pertenecientes a la OCDE aumente en +76,5 MMBPED (+43%) mientras que la
demanda en la OCDE se estima que caerá alrededor de 4,4 MMBPED (-4,0%). En
esta dirección, India, China y otros países en desarrollo con poblaciones en aumento
y alto crecimiento económico juegan un papel clave en el aumento de la demanda de
energía, mientras que los países desarrollados de la OCDE están haciendo más
esfuerzos en eficiencia energética y tecnologías bajas en carbono. En consecuencia,
se espera que casi la mitad del crecimiento total de la demanda de energía provenga
de India y China.

CAPACIDAD REFINADORA NACIONAL ACTUAL Y PERSPECTIVAS FUTURAS

Al revisar las recientes proyecciones publicadas por la OPEP y por la Agencia


Internacional de Energía (AIE) para el próximo año 2021 y para el horizonte 2021 –
2045, se observa que después de una caída de la demanda petrolera de un 9% en el
2020 por efectos del COVID-2019, la OPEP espera que el mercado se recupere a los
niveles de 2019 a principios del año 2022, lo cual es un escenario más optimista que
el planteado por la AIE quien prevé la misma recuperación en el año 2025.

En el caso del reporte de la OPEP, se espera que la demanda mundial de petróleo


continúe creciendo para alcanzar un nivel tope de 109 MMBD en el año 2035. Para el
escenario base de la AIE la demanda de petróleo se estabiliza a un tope de 104
MMBD a inicios del año 2030. Sin embargo, una potencial recesión económica más
prolongada puede eliminar más de 4 MMBD de la demanda de petróleo,
manteniéndola por debajo de los 100 MMBD como tope para el año 2035.

Por el contrario, al gas natural en el mediano y largo plazo, le va mejor en


comparación a otros combustibles fósiles (carbón y petróleo). Si bien presenta una
caída de 3% en el 2020 por los efectos recesivos de la pandemia, se estima un
crecimiento sostenido a partir del 2025, alcanzando un aumento del 30% en la
demanda mundial de gas natural para el 2040 y del 36% para el 2045, comparados
con la demanda de 2019.

Al margen de lo anterior, es muy importante destacar que se mantiene la


incertidumbre económica y energética por los potenciales impactos de una segunda
ola por contagios COVID - 19 para el período 2021 – 2025. Para el período 2025 –
2040, la incertidumbre en el mercado petrolero se centra en el impacto por la
adopción de políticas energéticas más estrictas y una penetración más rápida de
tecnologías energéticamente eficientes para buscar “emisiones neutras” en el
período 2050 – 2070, lo cual podría marcar un potencial escenario de demanda
petrolera de menos de 70 MMBD en el 2040.

Con respecto a los precios esperados del petróleo y del gas natural para el 2021, se
estima que los marcadores WTI y Brent se mantengan en el orden de los 45
US$/Barril, el Henry Hub en el orden de los 2,75 US$/MMBTU, el TTF europeo en
4,80 US$/MMBTU y el J&K asiático en 5,60 US$/MMBTU.

PRECIOS DEL PETRÓLEO Y GAS NATURAL (FUTUROS)

Con respecto a las expectativas sobre los precios del petróleo y del gas natural, a
continuación se muestra un resumen del comportamiento financiero de los
principales indicadores sobre “Futuros” para el 2021 y 2022.

Futuro del gas y aceite

Se observa que en el caso del petróleo, durante el 2021 y 2022 se esperan precios
en el orden de los 44 – 47 US/Barril en el caso del Brent y de 42 – 44 US$/Barril en el
caso del WTI, precios un 30% y 25% por debajo, si se comparan con los promedios
registrados en el 2019. Con respecto a los principales marcadores de gas natural, la
expectativa de precios es similar al promedio registrado en el 2019 a excepción del
marcador TTF europeo, cuya expectativa está un 7% arriba. Al revisar el
comportamiento de los “Futuros”, estos lucen estar en sintonía con las caídas de
demanda en el 2020 y las expectativas de recuperación en el 2021 y 2022.

COMPORTAMIENTO ESPERADO POR TIPO DE COMBUSTIBLES

Petróleo

Según la AIE la era de crecimiento sostenido de la demanda mundial de petróleo


llega a su fin en diez años (2030), pero la forma que pueda tomar el proceso de
recuperación económica es una incertidumbre muy importante para este
comportamiento. Para el escenario base “STEPS” de la AIE, se estima que la
demanda de petróleo recuperará los niveles pre pandemia en el año 2025.

Esta recuperación se puede extender hasta el 2027 ante un escenario de recesión


económica prolongada – “DRS”. De igual manera, se indica que la demanda se
estabiliza a inicios de 2030 en unos 104 MMBD. Sin embargo, una recesión
económica prolongada puede eliminar más de 4 MMBD de la demanda de petróleo
en el escenario “DRS”, en comparación con el “STEPS”, manteniendo la demanda
por debajo de los 100 MMBD

Demanda estimada de petróleo por escenario


Se puede observar los cambios de comportamiento que han resultado de la
pandemia han sido en ambos sentidos. Cuanto más prolongada es la interrupción,
más se arraigan algunos cambios que afectan el consumo de combustibles, como
trabajar desde casa o evitar los viajes en avión. Sin embargo, no todos los cambios
en el comportamiento de los consumidores perjudican al petróleo. El mismo se
beneficia de una aversión a corto y mediano plazo al uso del transporte público
(distanciamiento social), crecimiento de la movilidad en los países en desarrollo y el
retraso en el reemplazo de vehículos viejos e ineficientes.

En el balance, el crecimiento esperado de las economías de los mercados


emergentes y en desarrollo crea una fuerte demanda subyacente de movilidad, la
cual compensa las reducciones en el uso de petróleo en otros lugares, en particular
en los países desarrollados. Adicionalmente, se observa una tendencia al alza sobre
la demanda de petróleo que depende cada vez más de su creciente uso como
materia prima en el sector petroquímico. A pesar de un claro aumento en las tasas de
reciclaje, especialmente en los países desarrollados, todavía hay mucho margen
para que aumente la demanda de plásticos, especialmente en las economías en
desarrollo No OECD.

Según la AIE, todavía es demasiado pronto para prever una rápida caída de la
demanda de petróleo si no hay un impulso político adicional que involucre aún más a
las economías emergentes. Sin embargo, esta caída se puede comenzar a gestar
con el potencial de las medidas ya anunciadas y que serán tomadas por la
Comunidad Europea, China, Japón, Corea e India; entre otros, en los próximos diez
años para ajustar sus sistemas energéticos con el fin de lograr “emisiones neutras”
en el período 2050 - 2070. Para lograr este ambicioso objetivo, se deberán
implementar en los próximos 10 años medidas para una reducción más drástica del
uso de combustibles fósiles (Escenario “SDS”4), proyectándose la demanda de
petróleo en menos de 70 MMBD para el año 2040.

En el caso del reporte de la OPEP, se espera que la demanda mundial de petróleo


continúe creciendo para alcanzar un nivel de 103,7 MMBD para el año 2025,
estabilizando su crecimiento en el 2040 a 109,2 MMBD. Después de una caída de
9% en el 2020 por efectos del COVID, se espera que el mercado se recupere a
principio de 2022 a los niveles de 2019, lo cual es un escenario más optimista que el
planteado por el escenario “STEPS” de la AIE.

Según la OPEP, a mediano y largo plazo, se prevé que la demanda de petróleo


alcance los 109,1 MMBD para el 2045. A nivel mundial, se espera que la demanda
de petróleo aumente en casi 10 MMBD en el largo plazo, pasando de 99,7 MMBD en
2019, a 109 MMBD en el 2035, 109,3 MMBD en 2040 y 109,1 MMBD en 2045, lo
cual es un primer indicador OPEP de que el tope de crecimiento sostenido de la
demanda petrolera mundial se alcanza en el 2035.

Al revisar el comportamiento de la demanda por regiones, se espera que la demanda


de la OCDE se estabilice en alrededor de los 47 MMBD entre 2022 y 2025 antes de
que comience una disminución a más largo plazo hacia los 35 MMBD para 2045,
para una disminución acumulada de -27,3%. Por el contrario, la demanda seguirá
creciendo en los países emergentes no pertenecientes a la OCDE, impulsada por
una clase media en expansión, altas tasas de crecimiento de la población y un mayor
potencial de crecimiento económico. Se espera que la demanda de petróleo en este
grupo de países aumente en +22,5 MMBD entre 2019 y 2045, y alcance los 74,3
MMBD en 2045, para un incremento acumulado de +43,4%.
Hay dos razones principales para esta expectativa OPEP. La primera se relaciona
con el retorno a las tasas de crecimiento económico anteriores a COVID-19,
especialmente en los principales países en desarrollo. La segunda está relacionada
con la "recuperación" de la demanda, especialmente en los sectores más afectados
por las restricciones durante la crisis del COVID-19. Estos incluyen los sectores de la
aviación, el transporte por carretera y la industria. El resto del mediano plazo estará
marcado por una mayor "normalización" del crecimiento de la demanda en el que las
tendencias y los factores a más largo plazo pasarán a primer plano, lo que conducirá
a niveles moderados de demanda incremental anual de ligeramente por encima de 1
MMBD.

Finalmente, el reporte de la OPEP reconoce que la demanda y oferta futuras del


petróleo presentan muchas incertidumbres. En este sentido, agregan un escenario de
corrección de la demanda al 2045 producto de la adopción de políticas energéticas
más estrictas y una penetración más rápida de tecnologías energéticamente
eficientes, ampliando el rango de reducción de la demanda al 2045 entre 8 y 10
MMBD, lo cual es más optimista que el escenario “SDS” de la AIE.

En resumen, la principal diferencia que se observa entre el pronóstico OPEP y el


escenario “STEPS” y “SDS” de la AIE radica en los pronósticos de crecimiento
económico y demanda energética de los países no OCDE (mercados emergentes y
en desarrollo), en donde los pronósticos OPEP lucen mucho más optimistas.

Muy vinculada a la actividad petrolera, se encuentra el área de refinación. La caída


repentina de la demanda causada por la pandemia de COVID-19 resultó en un fuerte
desequilibrio del mercado entre la capacidad disponible de refinación y la demanda.
La brecha resultante entre la oferta y la demanda se estima en alrededor de 8.5
MMBD en 2020. Según la OPEP, se proyecta que la brecha se reducirá a niveles
entre 5 MMBD y 4 MMBD en 2021 y 2022, lo que indica un período de fuerte
competencia con márgenes de refinación moderados. A largo plazo, el desequilibrio
del mercado es cada vez más visible en las regiones desarrolladas con tasas de
utilización de las refinerías que disminuyen significativamente. En consecuencia, se
estiman cierres de alrededor de 6 MMBD a largo plazo, con el fin de estabilizar las
tasas de utilización en niveles alrededor del 80%.

En resumen, la actividad de refinación se ve muy desafiada por un cambio estructural


en el uso del petróleo que se aleja de los combustibles para el transporte y se dirige
a la materia prima petroquímica. La brecha cada vez mayor entre la capacidad y la
demanda de productos refinados ejerce una enorme presión sobre las refinerías más
antiguas y menos competitivas. Las estrategias de cobertura para las refinerías
incluyen la diversificación en negocios petroquímicos y la adaptación a la producción
de biocombustibles. Estas estrategias se vuelven aún más esenciales en el
Escenario de Desarrollo Sostenible (SDS) manejados por la AIE.

Gas natural

Según la AIE, las proyecciones de este año para el gas natural incluyen una revisión
a la baja del 2% en la demanda del año 2030 en comparación con las proyecciones
para el mismo año en el 2019. Los mercados mundiales de gas siguen estando
ampliamente abastecidos hasta el 2025, lo que mantiene la presión a la baja sobre
los precios durante un período en el que vencen alrededor de 150 BCM de contratos
de GNL en todo el mundo. Una recuperación retrasada de la economía por efectos
de la pandemia reduce la demanda a corto plazo de GNL, mientras que el escenario
a la baja a largo plazo surge de políticas climáticas más sólidas. En el escenario
“STEPS”, los nuevos proyectos de GNL obtienen el visto bueno para comenzar a
operar antes de 2030 para satisfacer la creciente demanda de gas comercializado
internacionalmente, pero estos no son del todo requeridos en el escenario “SDS”.

En resumen, en el mediano y largo plazo, al gas natural le va mejor que a otros


combustibles fósiles. En el escenario “STEPS”, un aumento del 30% en la demanda
mundial de gas natural para 2040 se concentra en el sur y este de Asia. Las
prioridades políticas en estas regiones, en particular un impulso para mejorar la
calidad del aire y apoyar el crecimiento industrial, se combinan con precios más bajos
para respaldar la expansión de la infraestructura de gas. Por el contrario, se debe
indicar que este es el primer informe de la AIE en el que las proyecciones del
escenario “STEPS” muestran que la demanda de gas en las economías avanzadas
entrará en una ligera disminución para el 2040. Adicionalmente, una recuperación
económica incierta también plantea interrogantes sobre las perspectivas futuras de la
cantidad récord de nuevas instalaciones de exportación de gas natural licuado
aprobadas en 2019.

Al comparar con el reporte de la OPEP, se observa que el gas natural será el


combustible fósil de más rápido crecimiento entre 2021 y 2045. Se espera que la
demanda mundial de gas continúe expandiéndose como resultado de los crecientes
niveles de consumo doméstico, el crecimiento de la demanda industrial y una mayor
competitividad sobre el carbón en la mezcla de generación de energía. Se espera
que la demanda mundial de gas aumente de casi 67 MMBPED en 2019 a 91
MMBPED en 2045, lo que hace que el gas natural sea el segundo mayor
contribuyente dentro de la matriz de energía primaria mundial.
De la gráfica se observa que para el 2030 el gas natural se ubicará como la segunda
fuente de energía primara, superando al carbón, con una tasa de crecimiento
solamente superada por las energías renovables, las cuales superan al carbón en el
año 2040.

Independientemente del favorable pronóstico anterior del reporte OPEP, el gas


natural es un combustible fósil que si bien es “más limpio” que el carbón y el petróleo,
emite gases efecto invernadero y en sus procesos de producción se generan fugas
de gas metano. Por esta particular razón, hay una fuerte tendencia en buscar una
mayor transparencia sobre las emisiones de metano, con implicaciones para las
credenciales ambientales de diferentes fuentes de gas.

Específicamente en Europa y otros países con políticas verdes más exigentes, el


desafío para la industria del gas es la de readaptarse para un futuro energético
diferente. Esto puede provenir de un progreso demostrable en la reducción de las
fugas de metano y en general de la huella de carbono de sus actividades de
producción, incluyendo la producción de hidrógeno azul, el cual incorpora tecnologías
de captura, utilización ó almacenamiento de carbono (CCUS).

El hidrógeno bajo en carbono está adquiriendo una importancia cada vez mayor en
muchas estrategias de transición energética y varios países están acelerando los
esfuerzos para ampliar la infraestructura, la demanda y la experiencia. Cerrar la
brecha de costos con los combustibles de la competencia; en especial el gas natural,
es el desafío clave a mediano plazo, pero se prevé que con los esfuerzos en I&D que
ya se están adelantando, esta brecha se puede reducir considerablemente para la
década del 2030 o antes. Sobre esta particular tendencia, se observa el compromiso
de las principales petroleras internacionales adelantando esfuerzos e iniciativas para
el desarrollo de proyectos de hidrógeno de bajo contenido de carbono (verde y azul).

Empresas como Saudi Aramco, BP, Shell, Equinor, entre otras, han anunciado el
desarrollo de proyectos de hidrógeno bajo en carbono. En el caso de Saudi Aramco
hay la declaración explícita de convertirse en el principal productor de hidrógeno bajo
en carbono del mundo. En esta dirección, y consultando otras fuentes
complementarias a los reportes OPEP y AIE, se observa que el gas natural ha sido el
combustible de la transición energética llamado a desplazar la generación base a
carbón y estabilizar las redes eléctricas por la intermitencia de las renovables eólica y
solar, con un crecimiento sostenido hasta el 2040. A partir del 2030, el hidrógeno
bajo carbono (verde y azul) será el llamado a desplazar al gas natural y a tomar el rol
de estabilización de la intermitencia energética generada por el fuerte crecimiento de
las renovables eólicas y solar.

Carbón

La demanda de carbón no vuelve a los niveles previos a la crisis en los escenarios de


la AIE. Igual desempeño se observa en los pronósticos del informe OPEP. Las
políticas de eliminación del carbón, el aumento de las energías renovables y la fuerte
competencia del gas natural conducen al retiro de 275 gigavatios (GW) de capacidad
de carbón en todo el mundo para 2025 (13% del total de 2019). En esta dirección,
muy importante el rol que ha venido desempeñando el gas natural desplazando al
carbón en el área de generación termo eléctrica.

Energías Renovables y Electricidad

Las energías renovables conservan la posición de fuente de energía de más rápido


crecimiento tanto en términos relativos como absolutos. Entre 2021 y 2045, "otras
energías renovables", que combinan principalmente energía solar, eólica y
geotérmica, crecen a un ritmo de 6,6% anual en promedio, que es significativamente
más rápido que cualquier otra fuente de energía. Esto resultará en un crecimiento
sustancial en términos absolutos para "otras energías renovables" de más de 25
MMBPED, superando al aumento de la demanda para gas natural, estimado en 24
MMBPED durante el mismo período.

La generación de electricidad, que actualmente depende en gran medida de los


combustibles fósiles, verá una creciente penetración de fuentes renovables como la
eólica y la solar. Dentro del período de pronóstico, el crecimiento de la generación de
electricidad continuará a tasas mucho más altas en comparación con la demanda
general de energía primaria. De acuerdo con las expectativas de desarrollo
económico y poblacional, la mayor parte del crecimiento de la generación de energía
eléctrica provendrá de los países en desarrollo (No OCDE).

VENEZUELA EN EL CONTEXTO PETROLERO Y GASÍFERO MUNDIAL

En el caso de Venezuela, se mantienen las posibilidades de ser un actor en el


mercado petrolero internacional, con potencial para incursionar en el mercado
internacional de gas natural.

Independientemente de los escenarios planteados, podemos afirmar que para la


ventana 2030 -2045 se espera una menor participación del petróleo en la matriz
energética mundial, por lo tanto estaremos en presencia de un mercado altamente
competitivo, dado el continuo crecimiento de las reservas de petróleo y gas natural
convencional y no convencional a nivel mundial.

En tal sentido, estaremos inmersos en un mercado internacional predominantemente


de oferta, el cual tendrá un Impacto directo sobre los precios estimados del petróleo y
sobre los planes de inversión en los sectores de E&P & Refinación. Aquí, el gran reto
que se presenta para todos los competidores es el de mantener capacidades de
producción y operaciones muy eficientes. En esta particular circunstancia del
mercado, tienden a salir los crudos caros, razón por la cual urge revisar la
competitividad de nuestra industria petrolera, revisando las actuales condiciones de
desarrollo de nuestras reservas, sus cargas fiscales y para fiscales y otras exigencias
del entorno, las cuales restan competitividad a nuestra industria en comparación a
otros actores internacionales.

Desde el punto de vista de posicionamiento geográfico, la “Zona del Atlántico” dejó


de ser el primer mercado importador neto de energía fósil del mundo (petróleo y gas
natural). Durante las últimas 4 décadas del pasado siglo XX, Norte América y Europa
Occidental fueron los principales mercados importadores netos de energía del
mundo. La privilegiada posición geográfica de Venezuela en el Caribe y el Atlántico,
le confería una importante ventaja comparativa en estos merados. Hoy en día esta
situación ha cambiado de manera significativa ya que los EEUU pasan a ser un
exportador neto de petróleo y gas natural, lo cual lo convierte en un importante
competidor internacional y regional en el caso específico del gas natural licuado. Por
otra parte, la Comunidad Europea ha consolidado su estrategia de reducción de
consumo de petróleo y de migración y crecimiento continuo hacia energías
renovables y eficiencia energética.

Ante la nueva coyuntura económica y energética internacional, la “Zona del Pacífico”


se convierte en el primer mercado importador neto de energía a nivel mundial, siendo
China e India, los principales mercados. Este cambio del posicionamiento geográfico
del mercado, modifica de manera radical el posicionamiento competitivo internacional
de Venezuela, lo cual agrega una barrera competitiva adicional para nuestras dietas
de producción. En esta dirección, se hace necesario mantener el mejor
posicionamiento posible de nuestros crudos en los mercados tradicionales de Norte
América y la apertura de nuevos mercados vinculados a países emergentes, los
cuales concentrarán el crecimiento de la demanda mundial de energía en los
próximos 20 años. Una vez más, clave la competitividad de nuestros hidrocarburos
para poder competir y el mantenimiento de una excelente relación con nuestros
socios tradicionales y nuevos socios potenciales para abrir nichos de mercado. En el
caso de los socios tradicionales, muy importante en el corto plazo el mantener el
posicionamiento ganado en las refinerías diseñadas para procesar nuestros
hidrocarburos.

En cuanto al gas natural, es el combustible que se está utilizando para desplazar


generación eléctrica a base carbón y para manejar la intermitencia de las energías
renovables. Tal como se ha indicado, es el combustible fósil de la “transición
energética”. A diferencia del petróleo y el carbón, éste es el único combustible fósil
que crece en los próximos 20 – 25 años, presentándose una ventana de oportunidad
de desarrollo internacional para Venezuela, cuya duración es muy limitada. Es
ahora!, mañana será tarde, ya que por como se ha explicado, en un escenario de
emisiones neutras a partir del 2050, el gas natural comenzará a ser desplazado por
el hidrógeno bajo en carbono.

En tal sentido, para lograr el desarrollo del potencial gasífero de Venezuela, se deben
definir desde ahora políticas públicas que incentiven el desarrollo de producción de
hidrogeno azul empleando gas metano y utilizando capacidad de almacenamiento de
CO2 de yacimientos de petróleo y/o gas inactivos. Imperativo el desarrollo de una
cadena de valor certificable de producción de hidrógeno y amoníaco base metano,
con procesos de captura y almacenamiento de CO2 con costos por debajo del
hidrógeno verde. Es el reto, de lo contrario, estamos fuera. Sería el desarrollo de una
industria de hidrógeno y amoníaco azul que permita mantener la explotación de
nuestras reservas de gas natural en un escenario de emisiones neutras a partir del
2050.

Para poder lograr este desarrollo, se hace imperativo el otorgar las condiciones de
competitividad, flexibilidad y agilidad requeridas para poder desarrollar nuestra
industria de los hidrocarburos líquidos y gaseosos, cuyas ventanas de oportunidades
a nivel internacional son cada vez más limitadas. No podemos seguir perdiendo
tiempo. Finalmente, y no menos importante, tenemos el MERCADO INTERNO de
Venezuela, en donde la industria de los hidrocarburos puede ser empleada como
instrumento para conferir una ventaja comparativa energética para el desarrollo
multisectorial del país. Uso de nuestras reservas de hidrocarburos para generar valor
“aguas abajo”; generación eléctrica, petroquímica, siderúrgica, refinación,
manufactura y servicios. Al igual que en el caso de los mercados internacionales,
para el mercado interno urge otorgar las condiciones de competitividad, flexibilidad y
agilidad requeridas para poder desarrollar capacidad de producción de hidrocarburos
líquidos y gaseosos.

IMPACTO EN EL MEDIO AMBIENTE

La actividad petrolera es una de las industrias que más impactos ambientales y en la


biodiversidad genera a nivel local y global. En las distintas fases de la explotación
petrolera y las prácticas operacionales típicas de la industria petrolera en zonas
tropicales se produce destrucción de la biodiversidad y del ambiente en general. Por
otro lado, la quema de combustibles fósiles constituye la principal causante del
calentamiento global.

A pesar de la importancia que tienen las regiones tropicales para la estabilidad del
clima mundial, de la importantísima biodiversidad que albergan, y de ser el hogar de
cientos de pueblos indígenas y comunidades ancestrales, la industria petrolera ve en
estas regiones como una frontera para ampliar su negocio. De acuerdo a
percepciones de la industria, es muy barato explotar petróleo en zonas tales como la
Cuenca Amazónica, el Sudeste Asiático y en los mares tropicales, con el desarrollo
de la tecnología para aguas profundas.

Para analizar los impactos de la industria petrolera en la biodiversidad, no podemos


limitarnos a analizar el impacto que el petróleo crudo tiene en cada una de las
especies o en los ecosistemas, sino que hay que entender cómo funciona la industria
de la extracción petrolera en ecosistemas tropicales, pues para extraer petróleo del
subsuelo, hay una serie de prácticas operacionales que alteran en equilibrio
ecológico y afectan a las comunidades biológicas.

Con frecuencia se cree que los “impactos directos” de la extracción petrolera pueden
ser controlados con tecnología, y sólo permanecen mientras dura el proyecto.
Estudios sobre el destino ambiental del petróleo demuestran que aunque la toxicidad
del crudo disminuye con la degradación (que puede ser biológica o física), este sigue
siendo una fuente de contaminación y de toxicidad para los organismos presentes en
un ecosistema por largo tiempo.

Se argumenta también que estos impactos se restringen a la zona del proyecto. En


esta revisión vamos a ver que la alteración ecosistémica provocada por la extracción
petrolera se extiende mucho más allá de los límites del proyecto, mucho más aun
cuando esta tiene lugar en bosques tropicales.

PROSPECCIÓN SÍSMICA

La sísmica es un proceso geofísico que consiste en crear temblores artificiales de


tierra, con el uso de explosivos que causan ondas con las que se hace una ecografía
del subsuelo, donde aparecen las diversas estructuras existentes, incluyendo
estructura que potencialmente pueden almacenar hidrocarburos.

Para los estudios sísmicos se abren trochas de un ancho entre 2 y 10 metros. Cada
línea sísmica tiene 1 Km. de largo.

En una campaña sísmica típica se talan hasta 1000 kilómetros. Para la logística de
los estudios sísmicos se construyen helipuertos de más o menos una hectárea cada
uno. En algunos estudios sísmicos se construye un helipuerto cada kilómetro. En mil
kilómetros de líneas sísmicas, se construyen entre 1000 y 1200 helipuertos. Cada
helipuerto tiene media hectárea, o más.

Para las explosiones se perforan pozos de entre 2 y 20 metros, sobre una línea recta.
El diámetro del hueco es de entre 5 y 10 centímetros. Las explosiones se hacen cada
15 y 100 metros.

La prospección sísmica puede ser 2D (en dos dimensiones) o 3D (tridimensional).


Estas se diferencian por la distancia entre las líneas sísmicas o densidad de la malla
que es mayor en la sísmica 3D. Conseguir una mayor densidad significa que las
labores de la sísmica son mucho más intensas y por ello hay mayores impactos en el
medio.

Entre los impactos identificados durante los estudios sísmicos, se incluyen:

Deforestación por la apertura de la trocha y la construcción de helipuertos y de


campamentos provisionales. Este impacto varía en función de la cobertura vegetal
presente a lo largo de la trocha y del número de helipuertos construidos. En esta fase
se registran también impactos indirectos pues la apertura de trochas crean nuevas
vías de acceso para la colonización.

Se ha registrado también que las cuadrillas de trabajadores cazan y pescan en el


sitio especialmente cuando los estudios sísmicos son hechos en lugares donde se
está abriendo la frontera petrolera en ecosistemas naturales, poniendo en riesgo
especies de fauna terrestre y acuática. Como los trabajadores provienen de lugares
distintos a aquellos donde se hace la sísmica, desconocen los períodos de veda
establecidos por las propias comunidades locales que conocen las dinámicas de las
poblaciones de la fauna local. Durante los estudios sísmicos se contratan unas 30
personas, entre los que se incluye generalmente un cazador pescador. Estas
cuadrillas generan además grandes cantidades de residuos sólidos y otros tipos de
desechos.

En una investigación independiente hecho en el Ecuador a las actividades sísmicas


de la empresa Arco2 en el Bloque 10, se identificó que durante su campaña sísmica
se deforestó aproximadamente 1046 ha. de bosque primario, se observó tubos de
descarga y desechos tóxicos directamente en los ríos y suelos; altos niveles de
contaminación sonora proveniente de la perforación, plantas de generación y
explosiones sísmicas. Se registró 2170 horas de ruido de los vuelos de los
helicópteros. Este daño, junto con una intensiva cacería de animales llevada a cabo
por los trabajadores petroleros, ha provocado una carencia de peces y animales para
la cacería.
La contaminación por ruido es otro impacto de las actividades sísmicas. Durante la
prospección sísmica se producen niveles de ruido de gran magnitud, debido a las
detonaciones de dinamita que se hacen cada 6 metros, así como el ruido producido
por los helicópteros que suplen de materiales y alimentación a los trabajos sísmicos.

Otros impactos relacionados con la prospección sísmica incluyen la compactación del


suelo cuando se usan camiones vibradores. Generación o aceleración de procesos
erosivos cuando la operación se realiza en terrenos susceptibles o inestables, y en
algunos casos derrumbes. Las explosiones producen movimiento de suelo cuando
los pozos quedan mal tapados.

Debido a las explotaciones hay desplazamiento de fauna por efecto del ruido y
muerte de peces cuando las detonaciones son en el agua. En estudios sísmicos en el
mar se utiliza disparos aéreos. Estos disparos son dirigidos hacia abajo, pero tienen
un considerable efecto horizontal. El sonido bajo el agua puede tener un impacto de
hasta 10 Km. a la redonda. En este tipo de estudios, los impactos se evidencian en
peces y larvas de peces de importancia comercial, especialmente cuando la
prospección se lleva a cabo en aquellas áreas en las que las especies cumplen ciclos
biológicos cruciales.

Hay una afectación además aves y mamíferos marinos, especialmente cetáceos4que


usan complicados sistemas de comunicación para orientación y para atrapar
alimentos (UK Biodiversity Action Plan). En ellos se ha detectado fallas en
sufisiología auditiva, alteración en las respuestas frente a condiciones de estrés,
aumento en la hipertensión y un desbalance endocrino.

Adicionalmente, se ha registrado una disminución en las fuentes alimenticias, lo que


es especialmente relevante cuando los animales están en período de lactancia o
crianza.

Varias especies de aves tienen requerimientos muy especiales en el período


reproductivo (sitios de copulación y requerimientos alimenticios especiales), por lo
que las detonaciones en esta época pueden significar la pérdida de toda una
estación reproductiva, afectando la composición de las poblaciones naturales. Este
problema se agudiza si las campañas sísmicas son muy prolongadas.

El servicio de Vida Silvestre de los Estados Unidos ha hecho una revisión de los
impactos de los estudios sísmicos en la biodiversidad del Refugio de Vida Silvestre
del Ártico (US Fish and Wildlife Services. Artic Wildlife Refuge). Ahí se reportó que
las explosiones pueden producir alteraciones en el comportamiento de aves, peces y
mamíferos, en lo que se refiere a su comportamiento reproductivo o alimenticio. Por
ejemplo, cuando las detonaciones tienen lugar durante la época o en los lugares de
desove, apareamiento o crianza, los impactos letales en la fauna local pueden ser
muy graves.

Otra área sensible a las detonaciones son las rutas de especies migratorias,
especialmente ballenas. Por tal motivo, en el Plan de Acción del Reino Unido se ha
tomado medidas para disminuir este impacto (UK Biodiversity Action Plan).

Se han realizado estudios de los impactos de la prospección sísmica en bancos de


peces, y se ha encontrado que para algunas especies de interés comercial, se puede
reducir la pesca en hasta un 45% del promedio. Su impacto se registró en 10 Km. a
la redonda. El número de peces disminuyó tanto en la zona pelágica como en fondo
de la columna del agua. Después de las detonaciones no se observó una
recuperación en la pesca por varios días.

Estas detonaciones afectan también acuíferos produciéndose contaminación de las


aguas de pozos, destrucción de vertientes de agua. A nivel de cuerpos de agua
superficial se produce erosión de las zonas de playa y sedimentación de los ríos.

PERFORACION

Luego de la prospección sísmica, y una vez que se inicia la perforación, se empieza


a generar desechos contaminantes, siendo los más importantes los cortes y lodos de
perforación.

Durante la perforación básicamente se tritura la roca, a profundidades que pueden


llegar hasta unos 6 Kilómetros, produciendo un tipo de desechos llamados cortes de
perforación.

Los cortes de perforación están compuestos de una mezcla heterogénea de rocas,


cuya composición depende de la estratología local, que puede incluir metales
pesados, substancias radioactivas u otros elementos contaminantes. Pueden
contener en mayor o menor grado por hidrocarburos. Son pues agentes
contaminantes. Entre mayor es la profundidad a la que se perfora, se generan mayor
cantidad de desechos, los mismos que contienen niveles más altos de toxicidad.

En la perforación se utiliza los lodos de perforación, que pueden ser en base a aceite
o agua.

Contienen una gran cantidad de aditivos químicos, que se bombea al pozo productor
para actuar como lubricante y refrigerante a la broca o como herramienta, para
levantar la roca cortada por la broca, evitar la corrosión, el derrumbe de las paredes
del pozo, controlar que los líquidos en las diferentes formaciones del subsuelo (aguas
de formación y crudo) y el gas, fluyan sin control hacia la superficie. Contienen
además biocidas para controlar la presencia de agentes biológicos presentes en las
distintas formaciones geológicas.

Los lodos de producción pueden estar basados en agua o en petróleo. Los lodos
solubles en agua tienen como componente principal la barita y el carbonato de calcio,
a los que se añade compuestos inorgánicos como la bentonita y otras arcillas que
aumentan la viscosidad. Estos lodos incluyen varios metales pesados tóxicos, sales
inorgánicas, detergentes, polímeros orgánicos, inhibidores de la corrosión y biocidas.
A pesar de su nombre, estos lodos contienen cantidades significativas de
hidrocarburos (100 7000 ppm), los mismos que son usados para reducir la fricción y
como lubricantes.
Los lodos en base a hidrocarburos contienen petróleo mineral, con cantidades
variables de hidrocarburos aromáticos, limo para aumentar el pH y controlar la
corrosión, químicos en base a lignita para controlar la pérdida de fluidos,
emulsificantes y detergentes, entre los que se incluyen ácidos grasos, aminas,
amidas, ácido sulfónico y alcoholes como emulsificantes secundarios; bentonita;
cloruro de calcio es usado como emulsificante para aumentar la viscosidad de los
lodos. Se han hecho experimentos que muestran que los lodos de perforación en
base a petróleo pueden estar presentes en el medio después de 180 días de la
descarga, con un grado de biodescomposición de menos del 5%.

Los lodos de perforación en base a petróleo inhiben el crecimiento y desarrollo


reproductivo de algunas especies acuáticas, reduce el establecimiento de ciertas
comunidades biológicas cuyos hábitos son alterados. Se observa cambios en las
respuestas inmunológicas en peces y otras especies. Hay un incremento en la
sensibilidad de algunos crustáceros marinos (como camarones y langostas),
especialmente en las fases tempranas del desarrollo embrionario.

Se ha observado además cambios en la taza de establecimiento de larvas de


plancton de invertebrados bentónicos en el substrato sólido. Los lodos de perforación
generan condiciones anaeróbicas en el fondo de los sedimentos, lo que altera la
composición de las comunidades microbianas.

Los lodos solubles en agua tienen como componente principal la barita y el carbonato
de calcio, a los que se añade compuestos inorgánicos como la bentonita y otras
arcillas que aumentan la viscosidad. Estos lodos incluyen varios metales pesados
tóxicos, sales inorgánicas, detergentes, polímeros orgánicos, inhibidores de la
corrosión y biocidas.

A pesar de su nombre, estos lodos contienen cantidades significativas de


hidrocarburos (100 7000 ppm), los mismos que son usados para reducir la fricción y
como lubricantes.
En zonas aledañas a plataformas de perforación, se ha registrado elevados
contenidos de hidrocarburos policíclicos aromáticos en los tejidos de peces, lo que
incide en enfermedades hepáticas en las comunidades humanas que dependen de
estos peces para su alimentación.
Todos estos desechos son colocados en piscinas abiertas en el medio ambiente sin
ningún tratamiento. En estas piscinas se colocan también los desechos que se
generan cuando se reacondicionan los pozos petroleros, se limpia el crudo u otras
sustancias que se adhieren a la tubería. Estas piscinas abiertas son un importante
foco de contaminación, pues los desechos migran a las capas subterráneas del suelo
y las piscinas se desbordan cuando la lluvia es abundante, contaminando las fuentes
de agua superficiales.

En el año 2000 se reportó que un aditivo común de los lodos de perforación, ferro
cromo ligno sulfato tiene efectos en la sobrevivencia y repuestas fisiológicas de
huevos de peces. Otro aditivo usado, CMC (Carboxi Metil Celulosa) puede producir la
muerte de peces a concentraciones altas (1.000 2.000mg/l) y cambios fisiológicos a
concentraciones de 12 50 mg/l.

Otros aditivos usados como antiespumantes, anticorrosivos, etc. presentan distinto


grado de impactos en la vida acuática, los mismos que van desde cambios
fisiológicos menores hasta mortalidad.

Algunas empresas están usando geotextiles para que estos desechos continentes no
migren a través del suelo y contamine las aguas subterráneas. Sin embargo, en
zonas tropicales, donde hay altos niveles de pluviosidad, estos pozos rebasan
contaminando las áreas adyacentes.

En otros casos, se moviliza grandes cantidades de tierra y se mezcla con los


desechos de la perforación. Para esto se requiere ocupar importantes extensiones de
suelos.
Las piscinas abiertas por Texaco tienen un área de alrededor de 75 x 70 m. En
ecosistemas con precipitaciones anuales de 3.300 mm, como son los Amazónicos,
los desechos de las piscinas pueden fácilmente desbordarse, contaminando las
zonas aledañas, incluyendo chacras indígenas, fincas de campesinos, cuerpos de
agua, ecosistemas naturales. Estas piscinas están abiertas hasta la actualidad.

La opción recomendada por la misma industria para zonas de gran fragilidad es


sacar los desechos del lugar para un lugar de tratamiento, sin embargo el EIA utiliza
los argumentos a su antojo, y afirma que sacar los desechos significaría aumentar el
tráfico vehicular.

En el mar, los cortes de perforación se colocan directamente en el lecho marino.


Estos entierran a la fauna bentónica, afectando todo el ecosistema, por el importante
papel que juega el bentos en la cadena trófica marina.

En el Mar del Norte hay 1,5 millones de toneladas de lodos contaminados


depositados en el fondo de los mares depositados de las cuales por lo menos
166.000 toneladas contienen petróleo, formando pilas individuales de hasta 30
metros de altura. Se ha establecido que hay desiertos biológicos hasta a unos 500
metros alrededor de las plataformas. A distancias mayores, se producen cambios en
la composición de las comunidades marinas, favoreciendo a las especies
oportunistas tolerantes a la contaminación.

En el tipo de perforación llevada a cabo por la empresa Texaco (llamada perforación


vertical) se perforan los pozos de manera individual, y para cada pozo se afecta
como promedio una hectárea de ecosistemas naturales o zonas agrícolas.

En la perforación en racimo, se perforan varios pozos desde una sola plataforma.


En este caso se afecta un área menor, pero se genera mayor cantidad de desechos.
A este tipo de operación se la conoce como perforación direccional.

Otra fuente de contaminación generada durante la perforación es el ruido constante


procedente de las torres de perforación y el movimiento constante de vehículos (que
en algunos casos pueden ser helicópteros). Este ruido hace que los animales
escapen o cambien su comportamiento alimenticio y reproductivo.

En la temporada de la perforación el trabajo es muy intensivo, y en un área muy


pequeña se concentran alrededor de 70 personas que, complementan su
alimentación con la cacería de fauna local, muchas veces de especies en peligro de
extinción. Así, durante la perforación exploratoria en la Reserva Faunística
Cuyabeno, se encontró el cuerpo de un águila harpía que había sido cazada por los
Trabajadores.

PLATAFORMAS

La presencia de las plataformas produce un impacto físico de importancia, pues


puede alterar el comportamiento de la vida silvestre, sobre todo cuando esta
infraestructura es instalada en el sitio de apareamiento, desove, alimentación y rutas
de migración de algunas especies.

Otra fuente de alteración es el ruido y la luz que se genera en las plataformas, ambos
aspectos pueden alterar el comportamiento e interferir con las rutas migratorias de
mamíferos, peces y aves. El calor producido en las plataformas sobrecalienta el
ambiente, produciendo impactos negativos sobre todo en aquellas especies que
tienen un nicho ecológico muy demandantes.

La perforación de un pozo petrolero puede durar algunos meses y llegan a trabajar


hasta unas 200 personas que viven en campamentos aledaños al pozo (cuando el
pozo es perforado en una zona de frontera). Esto significa más deforestación para la
construcción de la plataforma, de helipuertos para dotar de infraestructura a las
operaciones, la instalación del campamento. La plataforma y otra infraestructura es
extraída de la zona. Los trabajadores petroleros cazan y pescan en la zona.

En resumen se puede decir que durante la perforación se producen los siguientes


impactos: deforestación, pérdida de la biodiversidad, erosión del suelo, interrupción
de flujos de agua, uso de recursos naturales (flora y fauna) y generación de
desechos domésticos por parte de los trabajadores petroleros, generación de
residuos contaminantes provenientes de los corte y lodos de perforación, ruido y
vibraciones, lo que puede producir impacto en el comportamiento en la fauna,
desplazamiento de fauna e interrupción permanente de corredores, interrupción de
vías de drenaje naturales, y contaminación por el ruido generado.
CONCLUSIÓNES

El petróleo crudo, también conocido como oro negro, es uno de los recursos
naturales más deseables. En las refinerías, el petróleo se transforma en combustibles
de mayor calidad como el GLP (gas licuado de petróleo), la gasolina, el queroseno y
el diésel. Los principales procesos incluyen la separación del petróleo crudo por
destilación, la posterior conversión (craqueo, reformado, isomerización), el
tratamiento (p.ej., la desulfuración) y, en último término, la mezcla de los productos
finales.

Las refinerías se enfrentan a condiciones de mercado complejas que cambian con


gran rapidez. Entre ellas se incluyen la fluctuante calidad del petróleo crudo, la
flexibilidad necesaria en la gama de productos, los requisitos de bajo contenido de
azufre, los estrictos límites de emisiones y la volatilidad de los precios. Para ser
competitivos y rentables, es necesario realizar ajustes y optimizaciones
continuamente siendo fundamental para todas las refinerías de petróleo hoy en día.
La clave para lograr estos objetivos es la capacidad de medir con precisión los
niveles de líquidos en todo largo del proceso de producción de petróleo crudo. Es por
eso que el uso de controles efectivos de medición de nivel es crucial tanto para el
control del proceso como para los sistemas de paros de emergencia.
BIBLIOGRAFÍA

https://cavecon.org.ve/wpcontent/uploads/2020/11/Perspectivas_Energeticas_2021_
Petroleo_y_Gas_Natural.pdf

https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4455/1/S00030188_es.pdf

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https://www.dw.com/es/venezuela-anuncia-la-reactivaci%C3%B3n-de-dos-refiner%C3%ADas/a-
55113292

https://www.inredh.org/archivos/documentos_ambiental/impactos_explotacion_petrolera_esp.pd
f

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