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Según el informe de la OPEP (World Energy Outlook 2020; Oct. 2020), la recesión
inducida por el COVID-19 ha reducido el crecimiento promedio esperado del PIB
mundial a largo plazo en un 2.9% anual.
En este sentido, se espera que el desafío general que representa el COVID-19 afecte
las tasas de crecimiento en todas las economías a mediano plazo. En el caso de los
países miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), la tasa de crecimiento promedio se ubicará en 0.7% anual en el período de
2019 a 2025, en comparación con el nivel de crecimiento proyectado antes de
COVID-19 de 2.1% anual para ese mismo período. Para los países que no
pertenecen a la OCDE, se espera que el PIB crezca un 3.4% anual en promedio
durante el mismo período, lo que representa un deterioro de 1% comparado con
proyecciones anteriores.
Con respecto a las proyecciones, según los estimados de la AIE la demanda mundial
de energía repunta a su nivel anterior a la crisis a principios del año 2023 (Escenario
“STEPS”1), pero esto se puede retrasar aún más hasta el 2025 en caso de una
pandemia prolongada y una recesión más profunda (Escenario “DRS”2).
Según la AIE, antes de la crisis COVID-19, se proyectaba que la demanda de
energía crecería un 12% entre 2019 y 2030. El crecimiento estimado durante este
período es ahora del 9% en el escenario “STEPS” y tan solo el 4% en el escenario
“DRS”. Con la demanda energética en las economías avanzadas con una tendencia
a la baja, todo el aumento proviene de las economías de mercados emergentes y en
desarrollo.
A largo plazo, hacia el 2045, se espera que el crecimiento incremental del PIB sea
impulsado principalmente por países que no pertenecen a la OCDE. En esta
dirección, se espera que estos países crezcan un 3,7% anual en promedio entre el
2019 y 2045, logrando una participación estimada del 69% de la economía mundial.
China e India representarán el 40% del PIB mundial para el 2045.T
Con respecto a los precios esperados del petróleo y del gas natural para el 2021, se
estima que los marcadores WTI y Brent se mantengan en el orden de los 45
US$/Barril, el Henry Hub en el orden de los 2,75 US$/MMBTU, el TTF europeo en
4,80 US$/MMBTU y el J&K asiático en 5,60 US$/MMBTU.
Con respecto a las expectativas sobre los precios del petróleo y del gas natural, a
continuación se muestra un resumen del comportamiento financiero de los
principales indicadores sobre “Futuros” para el 2021 y 2022.
Se observa que en el caso del petróleo, durante el 2021 y 2022 se esperan precios
en el orden de los 44 – 47 US/Barril en el caso del Brent y de 42 – 44 US$/Barril en el
caso del WTI, precios un 30% y 25% por debajo, si se comparan con los promedios
registrados en el 2019. Con respecto a los principales marcadores de gas natural, la
expectativa de precios es similar al promedio registrado en el 2019 a excepción del
marcador TTF europeo, cuya expectativa está un 7% arriba. Al revisar el
comportamiento de los “Futuros”, estos lucen estar en sintonía con las caídas de
demanda en el 2020 y las expectativas de recuperación en el 2021 y 2022.
Petróleo
Según la AIE, todavía es demasiado pronto para prever una rápida caída de la
demanda de petróleo si no hay un impulso político adicional que involucre aún más a
las economías emergentes. Sin embargo, esta caída se puede comenzar a gestar
con el potencial de las medidas ya anunciadas y que serán tomadas por la
Comunidad Europea, China, Japón, Corea e India; entre otros, en los próximos diez
años para ajustar sus sistemas energéticos con el fin de lograr “emisiones neutras”
en el período 2050 - 2070. Para lograr este ambicioso objetivo, se deberán
implementar en los próximos 10 años medidas para una reducción más drástica del
uso de combustibles fósiles (Escenario “SDS”4), proyectándose la demanda de
petróleo en menos de 70 MMBD para el año 2040.
Gas natural
Según la AIE, las proyecciones de este año para el gas natural incluyen una revisión
a la baja del 2% en la demanda del año 2030 en comparación con las proyecciones
para el mismo año en el 2019. Los mercados mundiales de gas siguen estando
ampliamente abastecidos hasta el 2025, lo que mantiene la presión a la baja sobre
los precios durante un período en el que vencen alrededor de 150 BCM de contratos
de GNL en todo el mundo. Una recuperación retrasada de la economía por efectos
de la pandemia reduce la demanda a corto plazo de GNL, mientras que el escenario
a la baja a largo plazo surge de políticas climáticas más sólidas. En el escenario
“STEPS”, los nuevos proyectos de GNL obtienen el visto bueno para comenzar a
operar antes de 2030 para satisfacer la creciente demanda de gas comercializado
internacionalmente, pero estos no son del todo requeridos en el escenario “SDS”.
El hidrógeno bajo en carbono está adquiriendo una importancia cada vez mayor en
muchas estrategias de transición energética y varios países están acelerando los
esfuerzos para ampliar la infraestructura, la demanda y la experiencia. Cerrar la
brecha de costos con los combustibles de la competencia; en especial el gas natural,
es el desafío clave a mediano plazo, pero se prevé que con los esfuerzos en I&D que
ya se están adelantando, esta brecha se puede reducir considerablemente para la
década del 2030 o antes. Sobre esta particular tendencia, se observa el compromiso
de las principales petroleras internacionales adelantando esfuerzos e iniciativas para
el desarrollo de proyectos de hidrógeno de bajo contenido de carbono (verde y azul).
Empresas como Saudi Aramco, BP, Shell, Equinor, entre otras, han anunciado el
desarrollo de proyectos de hidrógeno bajo en carbono. En el caso de Saudi Aramco
hay la declaración explícita de convertirse en el principal productor de hidrógeno bajo
en carbono del mundo. En esta dirección, y consultando otras fuentes
complementarias a los reportes OPEP y AIE, se observa que el gas natural ha sido el
combustible de la transición energética llamado a desplazar la generación base a
carbón y estabilizar las redes eléctricas por la intermitencia de las renovables eólica y
solar, con un crecimiento sostenido hasta el 2040. A partir del 2030, el hidrógeno
bajo carbono (verde y azul) será el llamado a desplazar al gas natural y a tomar el rol
de estabilización de la intermitencia energética generada por el fuerte crecimiento de
las renovables eólicas y solar.
Carbón
En tal sentido, para lograr el desarrollo del potencial gasífero de Venezuela, se deben
definir desde ahora políticas públicas que incentiven el desarrollo de producción de
hidrogeno azul empleando gas metano y utilizando capacidad de almacenamiento de
CO2 de yacimientos de petróleo y/o gas inactivos. Imperativo el desarrollo de una
cadena de valor certificable de producción de hidrógeno y amoníaco base metano,
con procesos de captura y almacenamiento de CO2 con costos por debajo del
hidrógeno verde. Es el reto, de lo contrario, estamos fuera. Sería el desarrollo de una
industria de hidrógeno y amoníaco azul que permita mantener la explotación de
nuestras reservas de gas natural en un escenario de emisiones neutras a partir del
2050.
Para poder lograr este desarrollo, se hace imperativo el otorgar las condiciones de
competitividad, flexibilidad y agilidad requeridas para poder desarrollar nuestra
industria de los hidrocarburos líquidos y gaseosos, cuyas ventanas de oportunidades
a nivel internacional son cada vez más limitadas. No podemos seguir perdiendo
tiempo. Finalmente, y no menos importante, tenemos el MERCADO INTERNO de
Venezuela, en donde la industria de los hidrocarburos puede ser empleada como
instrumento para conferir una ventaja comparativa energética para el desarrollo
multisectorial del país. Uso de nuestras reservas de hidrocarburos para generar valor
“aguas abajo”; generación eléctrica, petroquímica, siderúrgica, refinación,
manufactura y servicios. Al igual que en el caso de los mercados internacionales,
para el mercado interno urge otorgar las condiciones de competitividad, flexibilidad y
agilidad requeridas para poder desarrollar capacidad de producción de hidrocarburos
líquidos y gaseosos.
A pesar de la importancia que tienen las regiones tropicales para la estabilidad del
clima mundial, de la importantísima biodiversidad que albergan, y de ser el hogar de
cientos de pueblos indígenas y comunidades ancestrales, la industria petrolera ve en
estas regiones como una frontera para ampliar su negocio. De acuerdo a
percepciones de la industria, es muy barato explotar petróleo en zonas tales como la
Cuenca Amazónica, el Sudeste Asiático y en los mares tropicales, con el desarrollo
de la tecnología para aguas profundas.
Con frecuencia se cree que los “impactos directos” de la extracción petrolera pueden
ser controlados con tecnología, y sólo permanecen mientras dura el proyecto.
Estudios sobre el destino ambiental del petróleo demuestran que aunque la toxicidad
del crudo disminuye con la degradación (que puede ser biológica o física), este sigue
siendo una fuente de contaminación y de toxicidad para los organismos presentes en
un ecosistema por largo tiempo.
PROSPECCIÓN SÍSMICA
Para los estudios sísmicos se abren trochas de un ancho entre 2 y 10 metros. Cada
línea sísmica tiene 1 Km. de largo.
En una campaña sísmica típica se talan hasta 1000 kilómetros. Para la logística de
los estudios sísmicos se construyen helipuertos de más o menos una hectárea cada
uno. En algunos estudios sísmicos se construye un helipuerto cada kilómetro. En mil
kilómetros de líneas sísmicas, se construyen entre 1000 y 1200 helipuertos. Cada
helipuerto tiene media hectárea, o más.
Para las explosiones se perforan pozos de entre 2 y 20 metros, sobre una línea recta.
El diámetro del hueco es de entre 5 y 10 centímetros. Las explosiones se hacen cada
15 y 100 metros.
Debido a las explotaciones hay desplazamiento de fauna por efecto del ruido y
muerte de peces cuando las detonaciones son en el agua. En estudios sísmicos en el
mar se utiliza disparos aéreos. Estos disparos son dirigidos hacia abajo, pero tienen
un considerable efecto horizontal. El sonido bajo el agua puede tener un impacto de
hasta 10 Km. a la redonda. En este tipo de estudios, los impactos se evidencian en
peces y larvas de peces de importancia comercial, especialmente cuando la
prospección se lleva a cabo en aquellas áreas en las que las especies cumplen ciclos
biológicos cruciales.
El servicio de Vida Silvestre de los Estados Unidos ha hecho una revisión de los
impactos de los estudios sísmicos en la biodiversidad del Refugio de Vida Silvestre
del Ártico (US Fish and Wildlife Services. Artic Wildlife Refuge). Ahí se reportó que
las explosiones pueden producir alteraciones en el comportamiento de aves, peces y
mamíferos, en lo que se refiere a su comportamiento reproductivo o alimenticio. Por
ejemplo, cuando las detonaciones tienen lugar durante la época o en los lugares de
desove, apareamiento o crianza, los impactos letales en la fauna local pueden ser
muy graves.
Otra área sensible a las detonaciones son las rutas de especies migratorias,
especialmente ballenas. Por tal motivo, en el Plan de Acción del Reino Unido se ha
tomado medidas para disminuir este impacto (UK Biodiversity Action Plan).
PERFORACION
En la perforación se utiliza los lodos de perforación, que pueden ser en base a aceite
o agua.
Contienen una gran cantidad de aditivos químicos, que se bombea al pozo productor
para actuar como lubricante y refrigerante a la broca o como herramienta, para
levantar la roca cortada por la broca, evitar la corrosión, el derrumbe de las paredes
del pozo, controlar que los líquidos en las diferentes formaciones del subsuelo (aguas
de formación y crudo) y el gas, fluyan sin control hacia la superficie. Contienen
además biocidas para controlar la presencia de agentes biológicos presentes en las
distintas formaciones geológicas.
Los lodos de producción pueden estar basados en agua o en petróleo. Los lodos
solubles en agua tienen como componente principal la barita y el carbonato de calcio,
a los que se añade compuestos inorgánicos como la bentonita y otras arcillas que
aumentan la viscosidad. Estos lodos incluyen varios metales pesados tóxicos, sales
inorgánicas, detergentes, polímeros orgánicos, inhibidores de la corrosión y biocidas.
A pesar de su nombre, estos lodos contienen cantidades significativas de
hidrocarburos (100 7000 ppm), los mismos que son usados para reducir la fricción y
como lubricantes.
Los lodos en base a hidrocarburos contienen petróleo mineral, con cantidades
variables de hidrocarburos aromáticos, limo para aumentar el pH y controlar la
corrosión, químicos en base a lignita para controlar la pérdida de fluidos,
emulsificantes y detergentes, entre los que se incluyen ácidos grasos, aminas,
amidas, ácido sulfónico y alcoholes como emulsificantes secundarios; bentonita;
cloruro de calcio es usado como emulsificante para aumentar la viscosidad de los
lodos. Se han hecho experimentos que muestran que los lodos de perforación en
base a petróleo pueden estar presentes en el medio después de 180 días de la
descarga, con un grado de biodescomposición de menos del 5%.
Los lodos solubles en agua tienen como componente principal la barita y el carbonato
de calcio, a los que se añade compuestos inorgánicos como la bentonita y otras
arcillas que aumentan la viscosidad. Estos lodos incluyen varios metales pesados
tóxicos, sales inorgánicas, detergentes, polímeros orgánicos, inhibidores de la
corrosión y biocidas.
En el año 2000 se reportó que un aditivo común de los lodos de perforación, ferro
cromo ligno sulfato tiene efectos en la sobrevivencia y repuestas fisiológicas de
huevos de peces. Otro aditivo usado, CMC (Carboxi Metil Celulosa) puede producir la
muerte de peces a concentraciones altas (1.000 2.000mg/l) y cambios fisiológicos a
concentraciones de 12 50 mg/l.
Algunas empresas están usando geotextiles para que estos desechos continentes no
migren a través del suelo y contamine las aguas subterráneas. Sin embargo, en
zonas tropicales, donde hay altos niveles de pluviosidad, estos pozos rebasan
contaminando las áreas adyacentes.
PLATAFORMAS
Otra fuente de alteración es el ruido y la luz que se genera en las plataformas, ambos
aspectos pueden alterar el comportamiento e interferir con las rutas migratorias de
mamíferos, peces y aves. El calor producido en las plataformas sobrecalienta el
ambiente, produciendo impactos negativos sobre todo en aquellas especies que
tienen un nicho ecológico muy demandantes.
El petróleo crudo, también conocido como oro negro, es uno de los recursos
naturales más deseables. En las refinerías, el petróleo se transforma en combustibles
de mayor calidad como el GLP (gas licuado de petróleo), la gasolina, el queroseno y
el diésel. Los principales procesos incluyen la separación del petróleo crudo por
destilación, la posterior conversión (craqueo, reformado, isomerización), el
tratamiento (p.ej., la desulfuración) y, en último término, la mezcla de los productos
finales.
https://cavecon.org.ve/wpcontent/uploads/2020/11/Perspectivas_Energeticas_2021_
Petroleo_y_Gas_Natural.pdf
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/4455/1/S00030188_es.pdf
https://www.depfe.unam.mx/especializaciones/revista/2-2-2021/09_TE_Rendon-
Gonzalez_2021.pdf
https://www.dw.com/es/venezuela-anuncia-la-reactivaci%C3%B3n-de-dos-refiner%C3%ADas/a-
55113292
https://www.inredh.org/archivos/documentos_ambiental/impactos_explotacion_petrolera_esp.pd
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