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TECNOLOGICO NACIONAL DE MEXICO

INSTITUTO TECNOLÓGICO DE CHETUMAL


DEPARTAMENTO: CIENCIAS DE LA TIERRA

Asignatura: Artrópodos No Insectos

Carrera: Licenciatura en Biología en competencias.


Profesor(a): Biol. Heiner Darío Suárez Vázquez.

Alumnos (as): Zazil Abigail Colli Hernández Grupo: Z4B

Actividad. Desarrolla las respuestas a los siguientes cuestionamientos, una cuartilla por
pregunta agrega una explicación concreta a tu respuesta y de redacción propia, así como
también tres referencias a todas las preguntas.
1. ¿Cuál es el origen de los Proarthropoda?
La filogenia de los Panartrópodos constituye uno de los problemas más ampliamente
debatidos en la sistemática zoológica. Clásicamente se ha considerado a los
Anélidos como el filo actual más próximo (ambos constituirían el clado Articulata), pero
los estudios más recientes de carácter molecular han cuestionado seriamente
esta hipótesis, pues los datos obtenidos apuntan hacia una relación más estrecha con
algunos grupos de“Cycloneuralia”, constituyendo el clado Ecdysozoa. La hipótesis
sobre un origen único (monofilético) para el linaje compuesto proartrópodos,
tardígrados y onicóforos es relativamente robusta y está apoyada por caracteres
morfológicos, así como por numerosos marcadores genéticos. Hasta el momento se
han descrito numerosos grupos de fósiles Panartrópodos; su estudio e
interpretación son fundamentales para reconstruir la evolución del grupo. Han aparecido
hace algo más de 550 millones de años y desde entonces han vivido sobre el Planeta, en
el que están ampliamente distribuidos, desde los polos al Ecuador, desde las grandes
profundidades marinas hasta las grandes altitudes, en todo tipo de medios y ocupando los
nichos ecológicos más diversos.

En mi opinión os caracteres compartidos por anélidos y artrópodos constituyeron un fuerte


apoyo para la hipótesis de que ambos filos se han originado de una línea de protóstomos
segmentados celomados; ya que en el pasado divergieron para formar una línea
protoanelidiana con parapodios laterales y una o más líneas de proartrópodos con
apéndices localizados en una posición más ventral. Las pruebas moleculares más
recientes que apoyan la situación de los anélidos y los artrópodos como superfilos
separados suponen un cambio radical de que los dos filos están estrechamente
relacionados. La separación en superfilos indica que la metamería en los dos grupos se
origina independientemente y que es un carácter convergente. Actualmente se conoce
que los anelidos y los artrópodos son los grupos superiores de dos grandes ramas de
protóstomos pero los artrópodos no descienden de los anélidos. Algunas investigaciones
han elevado a los Panartrópodos a superfilo para acomodar los orígenes evolutivos de lo
que actualmente llamamos artrópodos. Algunas pruebas basadas en secuencias de RNA
ribosómico apoyan el monofiletismo de los artrópodos y la inclusión de los onicóforos en
este filo (Barnes 1996). Concluyendo a mi parecer las pruebas moleculares de ADN son
de vital importancia para saber verdaderamente el origen de estos organismos.

P. Hickman, L. S. A. R., 2002. Principios integrales de zoología. Quinta edición ed.


España: McGraw-Hill.

RUPPERT E. E. & R. D. BARNES. 1996. Zoología de los invertebrados. 6ta edición.


México. McGraw-Hill Interamericana.

BRUSCA R. C. & G. J. BRUSCA. 2005. Invertebrados. 2da edición. España. McGraw


Hill /Interamericana.

2. ¿Cuál es la importancia Proarthropoda para la evolución de los artrópodos?


Lo más característico del proceso de artropodización fue la diferenciación de la pared
del cuerpo en áreas endurecidas y blandas, que proporcionaron la gran variedad de
mecanismos esqueléticos musculares, que representan una de las características más
importantes de esos animales y que permitió acondicionar su modelo morfológico
funcional.
La adquisición de una cutícula, en parte esclerotizada, es otra de las características
que distinguen a este phylum. Los piojos, por ejemplo, parecen haber derivado de
ancestros parecidos a psócidos primitivos que probablemente devinieron parásitos,
inicialmente en aves y más tarde en mamíferos, probablemente con un origen
polifilético.
El desarrollo de una cutícula esclerotizada en los artrópodos, que les impidió en
principio el movimiento y por ende la nutrición, atentó contra su supervivencia toda vez
que para su mantenimiento necesitaban introducir ciertas cantidades de alimento en
su tubo digestivo. Para conseguirlo, tenían que realizar movimientos que les
permitieran trasladarse, por lo cual tuvieron que desarrollar articulaciones somáticas
primarias que les permitieran que unos segmentos del cuerpo se movieran con
respecto a otro.
Esto conllevó la selección de las disposiciones más eficientes de estas articulaciones
corporales y lograron, por selección natural, estabilizar aquellos modelos que
presentaron mayores ventajas. De esta manera, se diferenciaron apéndices
locomotores que les permitía impulsar y mover la totalidad del cuerpo del animal y
secundariamente, alguno de estos apéndices, se fueron adaptando a realizar otras
funciones.
Podríamos suponer que los artrópodos primitivos exhibirían un alto grado de
segmentación.
A mi parecer el exoesqueleto cuticular tuvo un enorme potencial evolutivo para los
artrópodos. Unas expansiones articuladas de cada metámero dieron lugar a los
apéndices. Una vez hubo evolucionado la cutícula endurecida, o quizás al mismo
tiempo, se necesitaron otros muchos cambios en el cuerpo y en los ciclos vitales de
los protoartrópodos. El crecimiento requirió una serie de mudas de la cutícula
controladas por hormonas. Los compartimientos celomáticos redujeron su función
hidrostática, lo que motivo la regresión del celoma y su sustitución por el hemocele. En
conclusión y con la bibliografía consultada algunos zoólogos argumentan que todos
los cambios en la artropodización son consecuencia del desarrollo de un exoesqueleto
cuticular (P. Hickman, 2002).

P. Hickman, L. S. A. R., 2002. Principios integrales de zoología. Quinta edición ed.


España: McGraw-Hill.

RUPPERT E. E. & R. D. BARNES. 1996. Zoología de los invertebrados. 6ta edición.


México. McGraw-Hill Interamericana.

BRUSCA R. C. & G. J. BRUSCA. 2005. Invertebrados. 2da edición. España. McGraw


Hill /Interamericana.

3. ¿Qué características estructurales hacen únicos a los Trilobites?

Su exoesqueleto contenía quitina, endurecida en algunas partes por carbonato


cálcico. El cuerpo comprendía tres tagmas: cabeza (también denominada cefalón),
tórax y pigidio.
El cefalón era una pieza única, pero mostraba signos de segmentación
precedente; el tórax tenia un numero variable de metámeros, y los metámeros del
pigidio, en el extremo posterior, estaban fusionados en una lámina. El cefalón
llevaba un par de antenas, ojos compuestos, boca y cuatro pares de apéndices
semejantes a patas. No tenían verdaderas piezas bucales (ancestralmente
derivadas de apéndices articulados), pero tenían un hipostoma que posiblemente
utilizaban para la alimentación. Cada segmento del cuerpo, excepto el ultimo,
también presentaba un par de apéndices birrameos (con dos ramas). Una de las
ramas tenia una hilera de filamentos que pudieron haber servido de branquias (P.
Hickman, 2002).
La boca está dirigida hacia la parte posterior, se localizaba en la mitad del lado
inferior del cefalón, justo por detrás de una prominencia en forma de pico
denominado labro. A cada lado del labro había una larga antena sensorial, que
parece ser homologa del primer par de antenas de los crustáceos y de las antenas
de los insectos, los apéndices del cefalón muestran diversos grados de reducción
en los diferentes grupos de trilobites. También esta parte posee una estructura
llamada glabela, y las fixigenas que tiene esta estructura se llama cranidio. Todos
los trilobites las bases medias de los apéndices parecen servir para conducir el
alimento hacia la boca (Barnes, 1996).
Otra característica de estos animales es la presencia de tres lóbulos separados
por dos surcos que estrechan el cuerpo. Esta característica da el nombre al
animal. Los diferentes lóbulos son: uno central que recibe el nombre de glabela,
localizándose en la tagma del cefalón, y otro en el tronco llamado raquis. Además
de dos lóbulos en los laterales del cuerpo, el primero denominado genas / mejillas,
situados en el cefalón y, el segundo llamado pleura y localizado en el tronco. La
presencia en el cuerpo del trilobite de espinas más o menos largas ayudaría a
evitar su depredación a la vez que podrían ayudar en la natación o estabilización
del cuerpo en el sustrato. Sin embargo, el mecanismo de defensa más
característico de los trilobites es el enrollamiento, que como su nombre indica
supone la adquisición por parte del trilobite de una forma de pelota de la que
sobresalen las espinas torácicas exponiendo las duras partes calcificadas y
protegiendo las delicadas partes ventrales en el interior de la pelota.

P. Hickman, L. S. A. R., 2002. Principios integrales de zoología. Quinta edición ed.


España: McGraw-Hill.

RUPPERT E. E. & R. D. BARNES. 1996. Zoología de los invertebrados. 6ta edición.


México. McGraw-Hill Interamericana.

BRUSCA R. C. & G. J. BRUSCA. 2005. Invertebrados. 2da edición. España. McGraw


Hill /Interamericana.

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