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ORÍGENES DE LA FORMACIÓN POR COMPETENCIAS EN

MÉXICO

La educación basada en competencias surgió en ambos lados de la frontera


entre los Estados Unidos de América y Canadá durante la década de los
setenta como respuesta a la crisis económica, cuyos efectos en la educación
afectaron sensiblemente a todos los países. Para resolver este conflicto, se
buscó identificar las capacidades que se necesita desarrollar para ser un “buen
profesor” de educación obligatoria (preescolar, primaria y secundaria). Al
mismo tiempo, el mundo enfrentó, en esa década, un incremento considerable
en la demanda de educación media superior, ocasionado por la dinámica de la
población (la mayoría de los demandantes tenía entre quince y veinticinco años
de edad).
Uno de los rasgos principales de la crisis consistía en que los adolescentes
terminaban la educación obligatoria (secundaria o bachillerato, según el país)
sin contar con una calificación para el trabajo, toda vez que siquiera habían
logrado desarrollar la habilidad esencial de aprender a aprender, sin dejar de
reconocer que no todos tenían acceso a la educación superior.
Por ello, en forma paralela al desarrollo pedagógico de los sistemas de
competencias, durante los años ochenta se diseñó una manera innovadora de
preparar a los jóvenes para el trabajo que garantizara la calidad de la
formación. Los países industrializados invirtieron grandes sumas de dinero en
este proyecto, con la participación decidida del gobierno y la industria (y, en el
caso de Austria, de los sindicatos) para responder a la necesidad de reconvertir
su economía del sector industrial al de servicios, lo que dio como resultado el
modelo de capacitación basado en competencias. Los pioneros fueron
Alemania, Austria, Canadá. Los Estados Unidos de América, Francia,
Inglaterra, Italia, Nueva Zelanda y Japón. De igual manera, ante estos cambios,
nuestro país no podía permanecer al margen.
Desde hace una década el CONALEP trajo a México la educación y la
capacitación basada en competencias. Entre 1992 y 1994 se concertaron los
contratos para recibir asesoría de Canadá e Inglaterra, se adquirieron recursos
didácticos diseñados por competencias elaborados en estos países y se envió
personal académico para capacitación. Asimismo, como parte de programas
de cooperación bilateral, se ofreció asesoría a Belice.
Los cambios ocurridos en ese período favorecieron la implantación en México
de la formación profesional por competencias. En 1994 se elaboró el Proyecto
de Modernización de la Educación Técnica y la Capacitación (PMETYC) y se
iniciaron las negociaciones para obtener financiamiento del Banco Mundial a
través del crédito que se otorgaba a nuestro país. Un año después, una vez
autorizado el préstamo, se creó el Consejo de Normalización y Certificación de
Competencia Laboral (CONOCER) con representantes de los sectores público
(gobierno federal), privado (empresarial) y social (sindical). Menciona Thierry
(2005) que “El PMETYC está integrado por cuatro componentes:
1. Los sistemas de normalización y de certificación de competencia laboral
(CONOCER).
2. Transformación de la oferta de formación (SEP).
3. Los estímulos a la demanda de capacitación y de certificación de
competencia laboral (STPS).
4. Información, evaluación y estudios (CONOCER, SEP Y STPS)”.
Como su nombre lo indica, el PMETYC se orientó hacia la formación
profesional a cargo de las instituciones del Subsistema de Educación
Tecnológica, que se beneficiaron como ejecutoras del proyecto. Uno de los
aspectos claves del proyecto era garantizar la participación de las
instituciones educativas como responsables de formar la competencia
(capacidad humana) y de los sectores productivos como responsables de
establecer normas (estándares), de ahí que la competencia laboral.
Por lo tanto, se puede definir la competencia laboral según Thierry (2005),
como “el conjunto de conocimientos y habilidades, destrezas y
aptitudes adquiridos en la práctica, la escuela o la capacitación que
permitan a las personas un trabajo con éxito y de acuerdo con las
normas que asegura un desempeño eficiente y de calidad, tal y como
lo demanda el mundo laboral.”
Los Sistemas Normalizado y de Certificación de Competencia Laboral, a cargo
del CONOCER, fueron diseñados a partir del modelo del Reino Unido de la
Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales). Están conformados por cinco
niveles de calificación y operación a través de comités de normalización y
organismos certificadores que trabajan de manera independiente para el
aseguramiento de la calidad, tal y como lo demanda el mundo laboral.
Después de revisados los orígenes de las competencias profesionales,
podemos observar que su implicación en el campo profesional es compleja;
posteriormente, se describirá cómo se generan las competencias.

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