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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS (UAPA)

CARRERA DE PSICOLOGIA CLINICA

Sexualidad humana

UNIDAD III

PRESENTADO POR:
JENNY ALEJO

FACILITADOR(A)

ILUSION GARCIA CASTRO M, A.

MATRICULA:
11-0888
FECHA
26 /01/2014
Respuesta sexual humana

La respuesta sexual humana es la manera de responder ante los estímulos


que provocan el deseo, tanto de una manera física como desde el punto de
vista más puramente personal, desde la vivencia más intima de ese deseo.
Es decir, no se limita simplemente a una respuesta física sino que
comprende una experiencia mucho más compleja.

Desde el punto de vista físico, estas respuestas se pueden clasificar en


función de si son cambios genitales o extra genitales, es decir, del resto del
cuerpo. Pero también es importante conocer el alcance emocional y
psicológico de las relaciones sexuales para evitar posibles problemas que
puedan afectar a la pareja y poder disfrutar de una de las más gratificantes
experiencias del ser humano: el sexo.

Hay que tener en cuenta que los cambios o respuestas psicológicas, son
más difíciles de clasificar en tanto que son vividas de forma personal por
cada ser humano en base a sus experiencias, vivencias y aprendizajes a lo
largo de la vida.

La excitación sexual es una de las fases de la respuesta sexual humana.


Esta comienza con el deseo, sigue con la excitación, continúa con un
periodo de meseta, sigue con el orgasmo y termina con el periodo de
resolución.

Durante la excitación se producen una serie de cambios anatómicos y


fisiológicos, tanto en el hombre, como en la mujer.

En el hombre: se produce la erección del pene. Esta puede sufrir


variaciones durante la respuesta sexual, debido a los cambios de
estimulación. El escroto se engrosa y los testículos aumentan de tamaño y
se elevan.
En la mujer: se produce la lubricación vaginal. El clítoris se erecta y los
labios mayores se abren. Los dos tercios internos de la vagina se dilatan. El
útero se dilata y se eleva. Las paredes vaginales se engrosan y se vuelven
de un color más oscuro. Los pechos se hacen más grandes.

En ambos sexos: los pezones se erecta, debido a la estimulación directa.


Aumenta la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca y la miotonía (tensión
muscular).

Comportamiento de los sentidos en la fase de excitación


sexual.

Gusto

El gusto es el sentido que juega un papel menor en la excitación sexual.


Muchas personas pueden excitarse con el sabor de las secreciones
vaginales o el fluido seminal, pero no está del todo claro si estas
secreciones están mezcladas con otras sustancias químicas que puedan
tener efectos sobre la excitación.

Utilizar alimentos sobre algunas partes del cuerpo puede contribuir a una
mayor excitación para algunas personas. Comer frutas sobre el cuerpo,
untarlo de cremas comestibles o utilizar lubricantes y cremas con sabores,
puede producir sensaciones diferentes y muy placenteras.

No obstante, de forma más indirecta, el gusto de alguna comida o bebida,


por ejemplo, un buen vino puede asociarse al placer de la relación sexual.

Olfato

El olfato puede excitar o inhibir la respuesta sexual. En nuestra cultura,


preferimos que nuestros amantes estén aseados y que huelan bien. Para
ello, existen numerosos productos cosméticos, como desodorantes,
colonias, perfumes y geles, con el fin de enmascarar el olor corporal. Un
buen perfume puede hacer aumentar la excitación sexual, haciendo el
cuerpo mucho más deseable. La falta de higiene, produce el efecto
contrario en la mayoría de personas, pudiendo inhibir el deseo previo.

En otras culturas el olor de los genitales y las axilas es considerado como


afrodisíaco. Las secreciones de las axilas contienen esteroides que
funcionan como feromonas, compuestos químicos segregados por
organismos vivos, que provocan determinadas respuestas en el
comportamiento, la reproducción o desarrollo de otros miembros de la
misma especie. Por lo tanto, son compuestos químicos, sin olor, que
pueden afectar al comportamiento sexual de forma inconsciente.

Diversos estudios han mostrado una mayor atracción sexual a través de las
feromonas. Muchas empresas cosméticas comercializan perfumes a base de
feromonas, con el propósito de “volverse irresistible” para el sexo opuesto.

Vista

Probablemente sea el sentido que más influencia tiene en la excitación


sexual, debido a la rapidez con la que se produce esta, al ver imágenes que
nos resultan eróticas. Muchas revistas masculinas y femeninas están llenas
de cuerpos atractivos. La mayor parte de la publicidad se hace en base a
alguna imagen erótica. La ropa, los complementos, la forma de nuestro
cuerpo, el color del cabello, el color de la piel, influyen de forma notable
en el atractivo sexual.

También nos gusta ver a nuestra pareja con ropa atractiva, en ropa interior,
desnudándose o desnuda; pero nos gusta mirarla. Imágenes eróticas o
pornográficas pueden producir una excitación sexual de forma rápida. A
muchas parejas les gusta mirarse en un espejo mientras tienen relaciones
sexuales, o se graban en video. La vista es el sentido que más influencia
tiene en el deseo, que es la fase previa a la excitación sexual.

Tacto

El tacto es el sentido que produce efectos más directos en la excitación.


Nuestra piel nos permite sentir el dolor, la temperatura y la presión. Un
buen masaje en diversas zonas del cuerpo espalda, cabeza, pies; puede ser
sexualmente estimulante. Los besos, las caricias, los abrazos y demás
manifestaciones que incluyen el contacto cuerpo a cuerpo, producen
fuentes inagotables de placer.

Todo nuestro cuerpo es susceptible de producir sensaciones eróticas.


Algunas partes son especialmente sensibles a este tipo de estimulación,
como son las zonas erógenas. Estas áreas de nuestra piel contienen un gran
número de terminaciones nerviosas. Las zonas erógenas principales
incluyen los genitales, el ano, los pechos sobre todo los pezones, los labios,
la lengua y el cuello. También existen las zonas erógenas secundarias, que
son aquellas partes del cuerpo que se vuelven eróticamente sensibles a
través de la experiencia.

Oído

El oído también tiene mucha influencia en la excitación sexual. Los


sonidos pueden aumentar o inhibir la respuesta. Normalmente, los sonidos
que provienen de la pareja, ya sean susurros, indicaciones de placer o
gemidos, producen un aumento notable de la excitación en la pareja. El
lenguaje sucio hablar palabras mal sonantes o utilizar lenguaje vulgar,
puede gustar a muchas personas, en cambio, otras pueden encontrarlo
ofensivo.

La música genera los mismos efectos. Ciertas melodías o canciones


producirán efectos eróticos en algunas personas, mientras que otras
melodías inhibirán por completo la respuesta sexual.

Respuesta genital y extra genital

Fases

La respuesta sexual humana, en función de los cambios que se producen


en el cuerpo, pasa por cuatro fases: fase de excitación, fase de meseta, fase
orgásmica, y fase de resolución. No obstante, para tener una visión
completa de la sexualidad normal, es necesario añadir una etapa más a las
clásicas de una anterior a la fase de excitación que es la fase de deseo
sexual. Esta fase es de carácter psicológico, al contrario que las cuatro
clásicas, que son de carácter enteramente fisiológico.

Fase de deseo: Se define como el interés que muestra una persona sobre la
sexualidad, es decir, procede de nuestros pensamientos la estimulación o la
postergación de los impulsos sexuales; estos pensamientos son inducidos
por los órganos de los sentidos, en especial la visión, la cual estimula
zonas de ensoñación y la fantasía en el cerebro. A su vez, existen
conexiones con centros de control hormonal, que secretan especialmente
testosterona y luteína que aumenta el deseo sexual. No se observan
cambios visibles en el cuerpo durante esta fase, ya que se trata solamente
de un proceso mental.

Fase de excitación

Comprende la respuesta anatómica y fisiológica que se produce como


resultado de una estimulación sexual que puede ser física o psíquica
mediante pensamientos sexuales. La respuesta de excitación es un reflejo
de tipo neurovascular, donde la mayoría de los cambios que se producen
son el resultado de un mayor aflujo de sangre a los órganos genitales y de
los cambios locales de los vasos sanguíneos en estos órganos. Además de
los cambios genitales se producen cambios que afectan al organismo en su
totalidad. La duración de esta fase puede oscilar entre unos minutos, o una
media hora.

En la mujer, aparece lubricación vaginal, que puede aparecer entre los 10 y


30 segundos después de haberse iniciado la excitación; los dos tercios
internos de la vagina se expanden; se produce vaso congestión de los
labios mayores y menores y aumento de tamaño del clítoris, para facilitar
su estimulación. Normalmente, los pezones de la mujer se ponen rígidos,
pudiendo producirse un agrandamiento de los pechos.

En el hombre, un aumento significativo en el nivel de testosterona en la


sangre, establece una relación con la excitación sexual, donde el signo
físico más destacado es la erección del pene (el tamaño y la dureza varía
de unos individuos a otros, y la fatiga y la ansiedad pueden hacer variar la
excitación), que es producto de la vaso congestión que llena de sangre los
tejidos esponjosos; los testículos se aproximan más al cuerpo y aumentan
ligeramente de tamaño; algunos experimentan erección en los pezones.
Debido al aumento de afluencia de sangre, los genitales oscurecen.

Fase de meseta

Es un estadio de alta tensión o excitación sexual, a lo largo del cual se suele


producir una nivelación y se alcanza el grado de excitación sexual
necesario para que se desencadene el orgasmo, es decir, en esta etapa, la
intensidad de los signos de la fase anterior aumenta, y la duración de esta
fase es muy variable. En los dos sexos, se da un aumento de la respuesta
nerviosa simpática, lo que provoca la elevación de la tensión muscular, de
la respiración, de la presión y del ritmo cardíaco. También se produce el
rubor sexual, un enrojecimiento sobre todo del pecho y la cara, se debe a
un aumento de la circulación de la sangre bajo la piel.

En la mujer, el intenso vaso congestión prepara la plataforma orgásmica,


que estrecha en un 30% o más la abertura de la vagina; el útero se eleva y
el clítoris se retrae contra el hueso púbico. Los labios menores se agrandan
ostensiblemente; la areola mamaria se agranda y como se ha dicho aparece
el rubor sexual.

En el hombre, aumenta levemente el diámetro del glande, hay un


hinchazón en los testículos, y su elevación total indica la inminencia del
orgasmo; en ocasiones aparece en pequeña cantidad un fluido transparente
en la uretra.

Fase de orgasmo

Es la más corta del ciclo de respuesta sexual, y dura de 3 a 15 segundos. En


ésta las pulsaciones y la respiración llegan a la máxima frecuencia e
intensidad.

En la mujer, se caracteriza por contracciones rítmicas simultáneas del


útero, el tercio exterior de la vagina (plataforma orgásmica) y el esfínter
anal. Respecto a ésta, una vez se llega a la fase más avanzada de la
excitación o lo que para otros sería la primera fase del orgasmo, es
importante que no se detenga la estimulación si se pretende llegar al
orgasmo.

En el hombre, los conductos deferentes así como la próstata y las vesículas


seminales inician una serie de contracciones que impulsan al semen dentro
del bulbo de la uretra (fase de emisión). Éste experimenta una sensación
de inevitabilidad eyaculatoria, es decir, la sensación de haber llegado al
límite de su control, tras lo cual se produce la eyaculación (por contracción
del pene y la uretra); durante la misma, el cuello de la vejiga urinaria se
cierra herméticamente para que el semen fluya y no se produzca mezcla
con la orina.
Los orgasmos varían no sólo en cada hombre o mujer en particular, sino en
distintos momentos de un mismo individuo. Muchas mujeres tienen una
aptitud multiorgásmica, es decir, la posibilidad de alcanzar uno o varios
orgasmos sucesivos en un breve lapso de tiempo, sin deslizarse del nivel
de meseta de la última fase de la excitación sexual. En cambio, en el
hombre el orgasmo es acompañado de una eyaculación, y se desencadena
el periodo refractario, durante el cual el hombre no puede volver a
excitarse. Este período tiene una duración aleatoria, aunque se suele
establecer que dura aproximadamente lo mismo que la fase de excitación.
Además de la respuesta física, se produce en ambos sexos una respuesta
emocional muy variada, que aparte de sentimientos de placer de gran
intensidad, bienestar y satisfacción, puede provocar como respuesta gritos,
llanto o risas. Aunque también es posible una respuesta mucho más
contenida, como una dilatación pupilar fugaz.

  Fase de resolución

Durante esta fase, los cambios fisiológicos y anatómicos que aparecieron


en las tres fases anteriores vuelven a su estado normal previo a la
excitación, pero, además, esto se acompaña de una sensación de relajación
y de bienestar. La rapidez de esta fase varía según la naturaleza del resto
del ciclo de respuesta sexual y de otros factores como la edad, velocidad
del ciclo de respuesta sexual

Las hormonas sexuales qué papel juegan en la sexualidad.

Las hormonas masculinas

Andrógenos

Son las hormonas sexuales masculinas. En los hombres lo segregan los


testículos y en las mujeres los ovarios, aunque es en los varones donde
mayor cantidad se segrega. La presencia de esta hormona desempeña un
papel fundamental en la sensibilidad de los genitales y en la intensidad de
las relaciones sexuales, también son los principales determinantes
biológicos del impulso sexual.
Hormonas masculinas

Andrógenos

Son las hormonas sexuales masculinas que incluyen entre otras a la


testosterona. En los varones son segregadas por los testículos, y en las
mujeres por los ovarios. Aunque son secretados en mayor cantidad por los
varones. Al igual que todas las demás hormonas, su actividad está regulada
por secreciones de la hipófisis, glándula situada en una cavidad craneal
debajo de la base del cerebro, a su vez, la hipófisis está controlada por el
hipotálamo, que tiene el papel de interconectado entre el sistema nervioso y
el sistema endocrino.

La presencia de andrógenos desempeña un papel clave en la sensibilidad de


los genitales y en la intensidad de las reacciones sexuales, también son los
principales determinantes biológicos del impulso sexual.

En general, la testosterona es la hormona que determina las características


distintivas de los varones. Su secreción después de la pubertad hace que el
pene, el escroto y los testículos aumenten unas ocho veces su tamaño hasta
la edad de veinte años.

Además, la testosterona es la responsable de que se desarrollen los


“caracteres sexuales secundarios” del varón que empiezan en la pubertad y
terminan en la madurez. La testosterona es la hormona distintiva de los
hombres. Su secreción hace que, después de la pubertad, el pene, el escroto
y los testículos aumenten ocho veces más su tamaño hasta la edad
aproximada de los 20 años.

Hormonas sexuales femeninas


Estrógenos y Progesterona

Se producen en los ovarios de las mujeres. Los hombres también las


segregan en los testículos pero en cantidades mínimas comparado con las
mujeres. Los estrógenos, propician la congestión de los genitales y de los
tejidos circundantes. A su vez facilitan la lubricación por parte de la mujer
durante la fase de excitación.

. Las hormonas sexuales femeninas desempeñan una función vital en la


preparación del aparato reproductor para la recepción del esperma y la
implantación del óvulo fecundado, mientras que los andrógenos intervienen
de manera fundamental en el desarrollo del aparato genital masculino.
Todas las hormonas sexuales se sintetizan a partir del colesterol.

Los folículos ováricos son el lugar de producción de estrógenos y


progesterona. Estas hormonas se segregan de forma cíclica, con una
secuencia que se repite cada 28 días aproximadamente durante la edad
fértil de la mujer, y que se conoce con el nombre de ciclo menstrual. A
partir de una determinada edad, que oscila entre los 40 y 60 años, la
función ovárica se agota, se reduce la producción hormonal y cesan los
ciclos menstruales. Este fenómeno biológico se conoce como menopausia.

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