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PROFESIONAL DE ENFERMERIA
ESPECIALIDAD DE ENFERMERÍA PEDIATRICA
TEMAS
complementaria?
Se pueden ofrecer también otros alimentos que aportan cereales, como:
sémola, arroz, copos de avena, galletas, pan, cuscús, fideos, etc. En general,
las frutas y verduras pueden comenzar a formar parte de la dieta, de manera
progresiva, a partir de los 5-6 meses de vida.
Cuando sale la cabeza del R.N, el médico aspira la boca y nariz para facilitarle
la respiración con ayuda de una perilla de aspiración y succión. En el momento
en que el niño respira por primera vez, el aire penetra en las vías respiratorias
de los pulmones. Antes del nacimiento, los pulmones no se utilizan para
intercambiar oxígeno y dióxido de carbono y necesitan un menor
abastecimiento de sangre.
El médico coloca al R.N. con la cabeza un poco más abajo que el resto de
cuerpo de la madre (para recuperar la mayor cantidad posible de sangre para
el bebé) y pinza el cordón umbilical con dos pinzas colocadas más o menos a 5
cm. del abdomen del bebé y después corta el cordón entre ellas.
El recién nacido está mojado debido al líquido amniótico y puede enfriarse con
facilidad porque el cuarto del parto está frío, él no tiene suficiente tejido graso y
no sabe cómo temblar de frío. Para evitar la
pérdida de calor, se debe secar al R.N y
utilizar frazadas templadas (tibias) que
suministran calor. A menudo, se le coloca un
gorro tejido en la cabeza.
Calificación APGAR
Valoración Silverman.
Es una infección del tracto gástrico e intestinal que puede ser causada por virus,
bacterias o parásitos.
En la mayoría de los casos se produce por virus que ingresan por la boca, inflamando
la garganta. Luego son deglutidos al estómago y continúan su curso infeccioso hacia
todo el intestino. Estos virus actúan inflamando estas estructuras, causando dolor de
estómago espontáneo o al comer, inapetencia, vómito y fiebre. Además, aceleran el
movimiento intestinal y alteran la capacidad de digerir y absorber adecuadamente la
mayoría de los alimentos, especialmente los azúcares, verduras y productos lácteos.
Recomendaciones generales:
Lávate las manos con agua y jabón después de usar el baño, luego de cambiar los
pañales, antes de alimentar al niño y antes de preparar los alimentos.
Alimenta a tus hijos con seno materno durante los primeros seis meses de vida. Entre
las múltiples ventajas de la leche materna está la de proporcionar defensas contra las
infecciones gastrointestinales.
Si utilizas alimentación artificial con fórmula láctea, usa agua potable y evita la
contaminación de la leche lavándote muy bien las manos antes de manipularla.
Lava siempre las frutas y verduras, cocina bien todos los alimentos y mantenlos
tapados.
Lava los utensilios de cocina, teteros y chupos. Ten en cuenta que éstos constituyen
un excelente medio de cultivo para las bacterias causantes de la diarrea.
Evita el consumo de alimentos preparados con mucha anticipación, desecha los
sobrantes de biberón y no los recalientes.
Verifica siempre la fecha de vencimiento de los alimentos.
Recuerda que las personas con diarrea no pueden preparar alimentos para otros.
Mantén el recipiente de la basura siempre tapado, así evitarás que tu hijo pueda tomar
algo accidentalmente y llevárselo a la boca, además de impedir que animales entren o
saquen restos de comida, creando focos infecciosos.
Para una alimentación adecuada:
Continúa con la lactancia materna y consulta con el pediatra si suspendes la fórmula
láctea que está recibiendo el niño.
Suspende el consumo de alimentos que contengan azúcar, tales como: helados,
jugos, gelatina y gaseosas.
Evita el exceso de lácteos, ya que se consideran pesados para la digestión y pueden
empeorar los síntomas.
Inicia el consumo de alimentos astringentes como sopas a base de guineo, papa, arroz
o pastas, compotas sin azúcar (de manzana, pera o guayaba), carne, pollo y jugos con
endulzante.
Ofrece frecuentemente el suero oral indicado por el pediatra.
Cuidados con la piel
Las deposiciones diarreicas producen la irritación de la piel del niño en el área que
está en contacto con el pañal, también conocida como pañalitis. Esta comienza con un
enrojecimiento de la piel que si no es tratada produce la aparición de escamas y
ulceraciones (heridas) que podrían convertirse en profundas. Por esto, ten en cuenta
las siguientes recomendaciones:
Realiza una buena limpieza después de cada deposición. Recuerda hacerlo de
adelante hacia atrás.
Utiliza pañitos desechables sin alcohol, o si lo prefieres, lava con agua tibia la región
anal después de cada deposición.
Aplica una capa delgada de crema antipañalitis.
Cuando consultar con el Pediatra:
Límpiela suavemente con agua y jabón. No rompa las ampollas. Una ampolla
abierta puede infectarse. Usted puede aplicar una capa delgada de
ungüento, como aloe vera o vaselina, sobre la quemadura.