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Hueso Maxilar:

Cátedra de Anatomía.

Unidad Nº 1: Osteología.
Autor: Prof. Adj. Od. Esp. Aníbal F. Peralta.

Hueso Maxilar:

Es un hueso par y simétrico ubicado por arriba de la cavidad bucal, por


debajo de las cavidades orbitarias por delante de la fosa infratemporal y por
fuera de las fosas nasales. De hecho, interviene en la formación de estas
distintas regiones y cavidades comunes al cráneo y a la cara, ayudando a
formar las cavidades nasales y las órbitas, alojando su reborde inferior (apófisis
alveolar) a las 16 piezas dentarias superiores (si contamos a ambos maxilares
articulados), en relación con una amplia cavidad neumática excavada en el
interior de su cuerpo y comunicada con las cavidades nasales: el seno maxilar
(también llamado antro de Highmore). Accesoriamente, encontramos en la
intimidad del hueso maxilar, el recorrido de una serie de conductos óseos que
vehiculizan la irrigación e inervación de dichas piezas dentarias y sus tejidos
circundantes: los conductos alveolares superiores.
Alrededor del maxilar se agrupan el resto de los huesos de la cara, de
igual manera que se ubica en relación con las piezas óseas del cráneo (por
debajo del frontal y el etmoides, y por delante de las apófisis pterigoides del
esfenoides).
En el hueso Maxilar se describirán entonces:
a) Un Cuerpo.
b) Una Apófisis Frontal o ascendente.
c) Una Apófisis Palatina.
d) Una Apófisis Alveolar (ya mencionada y que se describirá
aparte).
e) Los conductos alveolares (o dentarios) superiores.
f) El seno maxilar.

a) Cuerpo:

La irregular forma del cuerpo del hueso maxilar semeja la forma de una
pirámide triangular (Figura 1). Por lo tanto tiene tres caras, una base y un
vértice. Algunos autores llaman al cuerpo del maxilar “apófisis cigomática o
piramidal” lo cual, a nuestro entender, puede prestarse a confusiones. El eje
mayor del cuerpo del maxilar está ubicado en forma transversal (de adentro
hacia afuera) con una base mayor o interna que forma parte de la pared
externa de las fosas nasales, y un vértice (truncado o base menor) externo
articulada con el hueso cigomático.

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Anterior

Medial

Posterior
Figura 1: Vista Superior esquemática de las caras que presenta el cuerpo del maxilar enmarcado
dentro de una pirámide triangular (modificado de Vissani).

Cara anterior o geniana:

Esta cara está circunscripta hacia arriba por el reborde infraorbitario,


hacia abajo por la apófisis alveolar, adelante por la escotadura periforme o
nasal (que posee en su extremidad inferior e interna un saliente anterior que al
articularse con el correspondiente al lado opuesto forma la espina nasal
anterior), y la sutura intermaxilar; y hacia atrás por la cresta cigómato –
alveolar ,accidente que desciende desde el vértice truncado que se articula
con el hueso cigomático, hacia abajo y adentro hasta las inmediaciones del
alvéolo del primer molar superior (Figura 2).

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Figura 2: Cara geniana del maxilar con: 1-Porción maxilar del canal del saco lagrimal, 2-Reborde
infraorbitario, 3-Vértice (superficie articular con el hueso cigomático), 4-Agujero infraorbitario, 5-
Fosa canina, 6-Cresta cigómato-alveolar, 7-Eminencia canina, 8-Fosa incisiva, 9-Abertura
periforme, 10-Cresta lagrimal anterior, 11-Sutura intermaxilar.

En esta superficie así delimitada, se reconocen, cerca de su borde


inferior, ciertas elevaciones que corresponden a las raíces de las piezas
dentarias (en esta cara desde Incisivo central hasta 2º premolar) y que se
denominan eminencias maleolares (o alveolares). La tercera de ellas, la
eminencia canina, alcanza un gran desarrollo debido tanto al volumen de la
raíz que representa como a la importancia que tiene en la derivación de fuerzas
desde la arcada dentaria superior hasta la base del cráneo (pilar canino), y
ayuda a organizar la descripción de esta cara geniana.

Por dentro de la eminencia canina, por arriba de los alvéolos de los


incisivos superiores y por debajo de la abertura nasal se observa una pequeña
depresión correspondiente a las raíces de los incisivos llamada fosita Incisiva,
y presta inserción al músculo depresor del tabique nasal.
Finalmente, entre el pilar canino y la cresta cigómato – alveolar, existe
una amplia depresión llamada fosa canina (que presta inserción al músculo
elevador del ángulo de la boca) y que en su parte más superior presenta un
accidente de gran importancia anátomo-quirúrgica el orificio infraorbitario que

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corresponde con la desembocadura del conducto homónimo y por donde
emerge el paquete vásculonervioso infraorbitario.
Este orificio, de forma ovalada, de unos 5mm de diámetro, presenta a
raíz de la dirección oblicua del conducto, un borde súpero-externo agudo y
cortante de forma semilunar, en tanto que el borde ínfero-interno “se confunde
insensiblemente con la superficie de la fosa canina”.
La ubicación topográfica del agujero infraorbitario tiene una
importancia capital, ya que a este nivel se realiza el bloqueo anestésico del
nervio infraorbitario y los nervios alveolares anteriores.
Por tal motivo, es que se han desarrollado diversos métodos para
identificar la localización de este orificio que utilizan tanto reparos óseos, como
referencias de tejidos blandos, de manera de maximizar la precisión de estas
determinaciones.
Este orificio se encuentra situado de 6 a 8 mm por debajo del borde
inferior de la órbita, en la unión del tercio interno con los dos tercios externos
del mismo, por debajo de la extremidad más interna de la sutura cigómato-
maxilar (articulación del maxilar con el hueso cigomático).
Si se traza una línea que una el punto subnasal (a la altura
aproximadamente de la espina nasal anterior) con el ángulo inferoexterno de la
órbita, dicho trazado coincide con el orificio infraorbitario, cortándolo o pasando
tangente a él pasando por encima o por debajo (Figura 3).
Si se baja una línea vertical desde este orificio hacia la región dentaria,
ésta pasará, en el niño, a la altura entre el segundo molar primario y el primer
molar permanente, mientras que en el adulto, lo hará aproximadamente por el
eje del segundo premolar.

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Figura 3: Topografía del agujero infraorbitario con 1-Línea que une el punto subnasal y el ángulo
ínfero-externo de la órbita, 2-Línea de unión del tercio interno con los dos tercios externos del
reborde infraorbitario, 3-Sutura cigómato-maxilar, 4-Agujero infraorbitario.

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Entre los métodos que emplean referencias mixtas (esto es, que
emplean puntos óseos y de tejidos blandos a la vez), se puede mencionar
aquel, que con el paciente mirando hacia adelante (“hacia el infinito”), baja una
línea vertical que pasa por la pupila y coincide con el segundo premolar. Dicha
línea atraviesa, además, la escotadura o agujero supraorbitario por arriba, y el
agujero mentoniano por debajo. Por este motivo, se la conoce como “línea de
los tres orificios” (Figura 4).
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Superior

Inferior 1
Figura 4: Vista frontal del cráneo con 1-“Línea de los tres orificios”, 2-Escotadura (o agujero)
supraorbitaria, 3-Agujero infraorbitario, 4-Agujero mentoniano

En la fosa canina se inserta, inferiormente al agujero infraorbitario, el


músculo elevador del ángulo de la boca. De igual modo, entre este orificio y el
reborde inferior de la órbita, toma inserciones el músculo elevador del labio
superior.

Cara póstero-lateral o tuberosidad del maxilar:

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Esta cara se encuentra en relación con la región infratemporal. Es
convexa y rugosa en su parte medial, formando por sus dos tercios superiores,
la pared anterior del trasfondo de la fosa infratemporal (también llamada fosa
pterigopalatina). La parte más externa de esta cara es cóncava hacia atrás y
lateral, extendiéndose hasta la cresta cigómato-alveolar, de manera que
constituye la pared anterior de la fosa infratemporal.
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Figura 5: Cara Póstero externa del maxilar con:1-Borde póstero-superior, 2-Canal infraorbitario, 3-
Agujeros alveolares posteriores, 4-Cresta cigómato-alveolar, 5-Superficie de la articulación con la
apófisis piramidal del hueso palatino, 6-Pared distal del alvéolo del 3er molar superior (tubérculo
retroalveolar), 7-Apófisis palatina del maxilar, 8-Borde Interno de la apófisis palatina, 9-Arista
nasal, 10-Cara interna o base del maxilar (porción nasal), 11-Canal del nervio maxilar.

El borde superior de la cara póstero-externa, la separa de la cara


superior u orbitaria, y forma la mayor parte del labio inferior de la fisura orbitaria
inferior.
La porción más superior e interna de la tuberosidad presenta un canal de
dirección transversal, por el cual discurre de adentro hacia afuera el nervio
maxilar hasta llegar a la extremidad posterior del canal infraorbitario (ver más
adelante). En la parte más inferior e interna de esta cara se puede encontrar
(con el maxilar aislado) una superficie rugosa por la cual esta cara se articula
con la apófisis piramidal del hueso palatino. Inferiormente a esta zona, se
identifica una porción ósea convexa en todo sentido hacia atrás y que se
corresponde con la pared distal del alvéolo del tercer molar superior llamada
tubérculo retroalveolar. Entre dicho tubérculo retroalveolar y el borde inferior

6
de la apófisis pterigoides queda determinado un surco de dirección transversal:
el surco hamular, de gran importancia en prótesis completa (Figura 5).
Ya en el tercio medio de la porción externa o infratemporal, esta cara
presenta dos o tres orificios alveolares (o dentarios) posteriores, orígenes
de los conductos alveolares (o dentarios) posteriores, que llevan inervación e
irrigación a los molares.

Cara superior u orbitaria:

Forma la mayor parte del la pared inferior de la cavidad orbitaria. Es muy


delgada y presenta una inclinación hacia abajo, adelante y afuera (de tal
manera que su superficie mira hacia adelante, afuera y arriba).
Su límite interno coincide con su articulación con otros huesos. De atrás
hacia adelante éstos son: la apófisis orbitaria del palatino, la lámina orbitaria de
los laberintos etmoidales y el hueso lagrimal hacia adelante. A la altura de éste
último, presenta una hendidura llamada escotadura lagrimal (Figura 6).
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Figura 6: Cara superior del maxilar y corte horizontal de apófisis pterigoides del esfenoides con: 1-
Base de la apófisis ascendente, 2-Escotadura lagrimal, 3-Borde interno (articulación con laberintos
etmoidales), 4-Superficie articular con la apófisis orbitaria del palatino, 5-Trasfondo de la fosa
infratemporal, 6-Láminas de la apófisis pterigoides, 7-Borde póstero-externo, 8-Canal
infraorbitario, 9-Conducto infraorbitario, 10-Borde ántero-externo (nótese que en la figura no está
representada la apófisis palatina hacia medial).

Hacia adelante, la cara orbitaria termina formando parte (junto con el


hueso cigomático) del reborde infraorbitario; mientras que hacia atrás, la cara

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superior termina en el borde súpero-externo ya mencionado que la une con la
cara póstero-lateral del maxilar.
De la mitad de este borde, parte el canal infraorbitario con una
dirección anterior. A medida que discurre hacia adelante “por crecimiento de su
labio externo, el canal infraorbitario en su porción anterior se transforma en
conducto infraorbitario, cuya pared superior aumenta de espesor
progresivamente (Figura 7), de atrás hacia adelante, al mismo tiempo que
cambia de dirección y se dirige hacia adelante, abajo y adentro”, de tal manera,
que si se proyectan imaginariamente los ejes de ambos conductos (izquierdo y
derecho), éstos se unen uno a dos centímetros por delante de los incisivos
centrales superiores.

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Anterior

Figura 7: Vista lateral del maxilar con corte parasagital que pasa a nivel del conducto infraorbitario
con: 1-Conducto infraorbitario, 2-Cára ántero-externa (fosa canina), 3-Seno maxilar, 4-Orificios
alveolares posteriores, 5-Cara póstero-externa, 6-Canal infraorbitario, 7-Cara superior u orbitaria

A la altura en que el canal se transforma en conducto, en el piso de éste,


se localiza algunas veces, un orificio que es el origen de un conducto
inconstante llamado conducto dentario (o alveolar) medio. Por delante de
éste, entre 4 y 10 mm por detrás de la desembocadura en el agujero
infraorbitario, el conducto presenta otro orificio (este sí en forma constante) que
es el origen del conducto dentario (o alveolar) anterior.

Base mayor

De forma aproximadamente cuadrangular, está ubicada en un plano


para-sagital formando la mayor parte de la pared externa de las fosas nasales.

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La implantación de la apófisis palatina (ver más adelante) en la unión del
tercio inferior con los dos tercios superiores, divide esta cara en una porción
inferior o bucal y una porción superior o nasal.
La porción inferior o bucal corresponde a la apófisis alveolar que, por la
relevancia que gana desde el punto de vista odontológico, será tratada
pormenorizadamente más adelante en un capítulo aparte.
Como se dijo, la porción nasal de la base del maxilar, forma la mayor
parte de la pared externa de las cavidades nasales.
En su centro se observa un amplio orificio a partir del cual podremos
organizar la descripción de los accidentes óseos que aquí se encuentran. Es el
orificio de comunicación (a nivel óseo) con el seno maxilar. Su forma es
aproximadamente triangular, de base superior y vértice inferior. De dicho
vértice parte una fisura irregular hacia abajo y hacia atrás, llamada fisura
palatina, que da lugar a la articulación (encastrada en ella) de la apófisis
maxilar del hueso palatino (Figura 8). Este orificio de comunicación del seno
maxilar con las cavidades nasales es estrechado por la articulación de otras
piezas óseas como será visto más adelante.

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Figura 8: Cara interna o base del maxilar con: 1-Cresta etmoidal, 2-Atrium, 3-Cresta de la concha,
4-Cresta incisiva, 5-Espina nasal anterior, 6-Canal palatino anterior, 7-Superficie de articulación
intermaxilar, 8-Borde medial de la apófisis palatina, 9-Fisura palatina, 10-Canal palatino posterior,
11-Zona articular con la lámina perpendicular del hueso palatino, 12-Orificio del seno maxilar, 13-
Trígono palatino, 14-Semiceldas maxilares, 15-Cornete lagrimal, 16-Surco lagrimal, 17-Semiceldas
etmoidomaxilares.

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Anteriormente al orificio de comunicación con el seno maxilar se
encuentra un canal de dirección vertical llamado surco lagrimal, de ancho
creciente de arriba hacia abajo y cuyos labios anterior y posterior se
encuentran pronunciadamente marcados. El labio posterior del surco que
corresponde a la extremidad superior del borde anterior del orificio del seno
maxilar, se incurva hacia adentro y adelante en una lámina ósea delgada
llamada cornete lagrimal. La cara anterior, cóncava de esta lámina forma la
vertiente posterior del surco lagrimal.
El labio anterior del surco lagrimal se corresponde a su vez con el borde
posterior de la apófisis frontal del maxilar. De la extremidad inferior de este
labio parte una cresta rugosa anterior e inferiormente llamada cresta de la
concha o cresta del cornete, que presta articulación al cornete nasal inferior.
Ambos labios (anterior y posterior) del surco lagrimal se articulan con los
dos labios de un surco excavado en la cara lateral del hueso lagrimal. De esta
manera se forma la mayor parte del conducto nasolagrimal.
Por encima del orificio del seno, la cara medial del maxilar se encuentra
excavada por 2 o 3 depresiones poco profundas. Son las semiceldas
maxilares que completan las cavidades correspondientes a la cara inferior de
los laberintos etmoidales y forman así las celdas etmoidomaxilares.
Por detrás del orificio del seno, en la zona cercana al ángulo póstero
superior de la base del seno, se encuentra una zona triangular y rugosa que se
articula con la carilla inferior o palatina de la apófisis orbitaria del hueso
palatino. Dicha zona rugosa es denominada trígono palatino.
Finalmente, por detrás del borde póstero inferior del orificio sinusal, la
superficie ósea se encuentra dividida en dos zonas rugosas por un canal de
dirección anterior e inferior y que finaliza hacia abajo en la zona de los alvéolos
de los últimos molares. Se trata del canal palatino posterior. Una vez que se
articula en esta zona el segmento maxilar de la cara lateral de la lámina
perpendicular (o vertical) del palatino cubriendo dicho canal, éste se transforma
en el conducto palatino posterior, que comunica la cavidad bucal, con el
trasfondo de la cavidad infratemporal o fosa pterigopalatina.

Vértice (o base menor):

Es truncado y triangular, y se articula con el hueso cigomático, cerrando


por delante el llamado arco cigomático, a través del cual se transmiten parte de
las presiones generadas en el acto masticatorio. El ángulo anterior del vértice
del maxilar es muy alargado y llega hacia adelante y adentro al nivel del
agujero infraorbitario (por encima de él ver Figura 3).

b) Apófisis Frontal (o ascendente):

Se desprende del cuerpo del maxilar en el ángulo en que se unen las


caras nasal (o base), geniana (o ántero externa) y orbitaria (o superior).
Es una lámina de forma cuadrilátera, aplanada en sentido transversal (se
adentro hacia afuera), que se dirige hacia arriba y un poco hacia atrás.
Por lo expuesto, se describen en ella dos caras y cuatro bordes (Figura
7).
El borde inferior o base, se continúa con el cuerpo del maxilar a nivel del
piso orbitario.

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El borde superior presenta un aspecto dentado y se articula con la parte
más lateral del borde nasal del frontal.
El borde anterior es rugoso y se articula con el borde lateral del hueso
nasal, mientras que el borde posterior se presenta delgado y cortante,
orientado casi verticalmente, y se articula con el borde anterior del hueso
lagrimal, y forma en su porción inferior, el labio anterior del surco lagrimal.
La cara lateral de la apófisis frontal está dividida por una cresta vertical
cerca del borde posterior llamada cresta lagrimal anterior en una porción
anterior y otra posterior. La porción anterior de la cara lateral presenta un
aspecto liso y forma parte del lateral de la nariz. La porción posterior, en
cambio, se presenta de forma acanalada que junto con la cara lateral del hueso
lagrimal forma el surco o canal del saco lagrimal (Figura 3 y Figura 6).
La cara medial forma parte de la pared lateral de las cavidades nasales.
En esta cara se observa en los dos tercios superiores de su porción más
posterior, una superficie irregular que presenta depresiones que constituyen
semiceldas, que se articulan con aquellas de la cara anterior de los laberintos
etmoidales.
En la parte media de esta cara se encuentra una cresta oblicua hacia
adelante y abajo, llamada cresta etmoidal, y que se articula con la parte más
anterior y externa del cornete nasal medio.
El segmento de la cara medial de la apófisis frontal del maxilar
comprendido entre la cresta etmoidal y la cresta de la concha o del cornete (ver
base del maxilar), constituye una superficie lisa conocida como “atrium”.

c) Apófisis Palatina:

Se trata de una lámina cuadrilátera, horizontal, alargada en sentido


antero-posterior y aplanada de arriba abajo.
Se describen por lo tanto, en ella, dos caras y cuatro bordes.
La cara superior contribuye a formar buena parte del piso de las
cavidades nasales. Tiene un aspecto liso y es cóncava de afuera adentro.
Por otra parte, la cara inferior se presenta rugosa, perforada por
numerosos orificios vasculares y forma la mayor parte de la bóveda palatina.
En inmediaciones de su borde externo, esta cara se encuentra excavada por
un canal oblicuo hacia adelante y adentro, por el cual transcurre el paquete
vásculonervioso que emerge del conducto palatino posterior (Figura 9).

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Figura 9: Cara inferior de la bóveda palatina con: 1-Tubérculo retroalveolar, 2-Conducto palatino
posterior, 3-Canal para el paquete vasculonervioso palatino mayor, 4-Borde posterior de la
apófisis palatina (sutura máxilo-palatina), 5-Sutura “Cruciforme”, 6-Bordes internos articulados, 7-
Sutura incisivo-canina, 8-Agujero incisivo (orificio inferior del conducto palatino anterior.

El borde anterior y el borde externo se continúan con la cara interna o


base del maxilar y con la apófisis alveolar, mientras que el borde interno,
sumamente irregular en toda su extensión y presentando estrías o muescas
verticales dentadas, se articula con el borde interno de la apófisis palatina
contra-lateral. Se presenta más grueso por delante que por detrás, y en la
porción más en su unión con la apófisis alveolar, se observa un canal oblicuo
hacia abajo y adelante, el que al articularse con el correspondiente del lado
opuesto, forma el conducto palatino anterior. Dicho conducto se presenta
simple por debajo, bifurcándose en dos conductos secundarios por arriba, en el
piso de las cavidades nasales a cada lado de la cresta incisiva y del tabique
nasal.
El labio superior de este borde interno sobresale hacia arriba formando
una cresta la cuál recorre toda la longitud del borde y que se conoce como
arista nasal. Al articularse ambas apófisis palatinas, estas aristas se reúnen
constituyendo la cresta nasal, la cual sobresale en la línea media del piso de
las cavidades nasales.
Esta cresta nasal, en el tercio anterior se eleva bruscamente formando
una lámina conocida como cresta incisiva, la que se extiende hasta el borde
anterior donde se proyecta hacia adelante bajo la forma de una eminencia
aguda, la espina nasal anterior.

El estudio de la cara inferior de la bóveda palatina revela que la


articulación de los bordes internos de las apófisis palatinas se traduce en una
sutura media, parte de la llamada sutura intermaxilar que también puede

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encontrarse a nivel de la apófisis alveolar o en la cara geniana del maxilar por
dentro de las fositas incisivas. En la extremidad anterior de esta sutura, por
detrás de los alvéolos de los incisivos a una distancia de 4 a 10 mm, se
encuentra una depresión ovalada denominada fosa incisiva, en el fondo de la
cual se abre el agujero incisivo, orificio que corresponde a la desembocadura
en la cavidad bucal, del conducto palatino anterior.
En la cara inferior de la apófisis palatina se observa con frecuencia en el
cráneo de los niños (y muy raramente en los adultos) una sutura muy delgada
que se extiende desde el agujero incisivo hasta el espacio comprendido entre
el alvéolo del incisivo lateral y el del canino superiores. Dicha sutura se
denomina sutura incisivo-canina y limita hacia atrás una porción del hueso
llamada premaxila, que incluye, además de esta porción de la bóveda palatina,
los alvéolos de incisivos superiores y la parte correspondiente del suelo de las
cavidades nasales.
Finalmente, el borde posterior, muy delgado, rugoso y tallado en bisel a
expensas de su cara superior; se articula con el borde anterior de la lámina
horizontal del hueso palatino. En la vista inferior de toda la bóveda palatina, la
unión de la sutura intermaxilar y la sutura inter-palatina (entre ambas láminas
horizontales del palatino) de dirección antero-posterior con la sutura maxilo-
palatina (entre las apófisis palatinas del maxilar y las láminas horizontales del
palatino) forma la llamada sutura cruciforme.

e) Conductos Alveolares superiores:

En cada hueso maxilar, además del conducto infraorbitario ya


mencionado, se encuentran labrados en la estructura misma de esta pieza
ósea, los llamados conductos alveolares (o dentarios) superiores. Éstos son: el
conducto dentario anterior, los conductos dentarios posteriores y, en
forma inconstante, un conducto dentario medio.

Conducto Alveolar (o dentario) anterior:


Este conducto excavado en el espesor del hueso maxilar, entre la
compacta del hueso y las compactas sinusal, nasal y alveolar, se origina en el
piso del conducto infraorbitario a una distancia de entre 4 y 10 mm por detrás
del agujero infraorbitario.
Teniendo en cuenta la orientación y relaciones que establece con las
regiones vecinas, se pueden diferenciar en él tres porciones (Figura 10).

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Superior

Lateral 2
Medial

1
3

Inferior
Figura 10: Cara geniana del maxilar y conducto alveolar anterior con: 1-Primera porción
(infraorbitaria), 2-Segunda porción (geniana), 3-tercera porción (subnasal).

La primera porción se dirige, desde su origen, hacia adelante abajo y


adentro, transcurriendo entre el piso del conducto infraorbitario por arriba, y el
techo del seno maxilar por abajo, hasta alcanzar la parte externa del hueso,
momento en el cual, cambiando de dirección, da comienzo a la segunda
porción, que en forma descendente se dirige hacia abajo entre la cara antero-
externa del hueso y la pared anterior del seno maxilar, contorneando por fuera
la abertura piriforme de las cavidades nasales, hasta quedar ubicado algo por
debajo del nivel del piso de esta cavidad, donde cambiando por última vez de
dirección, origina la tercera porción de este conducto. Dicha porción recorre
con una dirección hacia adentro y ligeramente hacia abajo en forma paralela al
piso de las cavidades nasales (y muy cerca a él), el hueso por arriba de los
alvéolos de los caninos e incisivos hasta perderse en la zona media en la
cercanía de la espina nasal anterior. Por este conducto transcurren los vasos y
nervios del mismo nombre destinados a incisivos y caninos superiores.

Conductos alveolares (o dentarios) posteriores:


Los orificios dentarios posteriores, ubicados en la cara póstero-externa
del maxilar, se continúan hacia adelante y abajo a través de unos delgados
conductos, labrados en el espesor del hueso maxilar, entre la cortical
correspondiente a la cara póstero-externa de dicho hueso y la pared póstero-
externa del seno maxilar (Figura 11).
Frecuentemente es posible observar que el más anterior de estos
conductos se fusiona con una derivación del conducto dentario anterior, lo que
es reemplazado por el conducto dentario medio cuando existe.
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Anterior

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Figura 11: Conductos dentarios superiores con: 1-Conducto dentario anterior, 2-Conducto dentario
medio, 3-Canal y conducto infraorbitario, 4-Conductos dentarios posteriores.

Estos conductos alveolares posteriores alojan a los vasos y nervios


homónimos destinados (de existir el conducto dentario medio) a los alvéolos de
los molares superiores a excepción del lóculo de la raíz mesio-vestibular del
primer molar superior (disposición que puede variar de un individuo a otro).

Conducto alveolar (o dentario) medio:


El conducto dentario medio, elemento anatómico muy inconstante, tiene
su origen, cuando existe, en el piso del canal infraorbitario o bien cuando éste
se transforma en conducto.
Desde su origen, en líneas generales, se dirige hacia afuera y luego
hacia abajo.

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Superior
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7 Media
Lateral

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Inferior
Figura 12: Corte frontal del maxilar y conducto alveolar medio con: 1-Cara orbitaria del maxilar, 2-
Canal infraorbitario, 3-Primera porción del conducto dentario medio, 4-Segunda porción del
conducto dentario medio, 5-Seno maxilar, 6-Apófisis palatina, 7-Orificio de desembocadura del
seno maxilar.

Es posible distinguir en él dos porciones. La primera de ellas se orienta,


a partir de su origen, hacia afuera y luego hacia abajo, transcurriendo entre el
piso de la órbita y el techo del seno maxilar hasta alcanzar la cara antero-
externa del mismo, donde cambiando de dirección, inicia su segunda porción,
la que desciende por el espesor del hueso entre esta cara y la del seno maxilar,
hasta alcanzar la zona del hueso y apófisis alveolar, correspondiente a los
premolares superiores y raíz mesio-vestibular del primer molar.

Bibliografía:

 Alves, N., & Cándido, P. (2009). Anatomía aplicada a la odontología.


San Pablo: Livraria Santos Editora.
 Bouchet, A., & Cuilleret, J. (1978). Anatomía descriptiva, topográfica y
funcional. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana.
 Figún, M. E., & Garino, R. R. (2008). Anatomía Odontológica. Buenos
Aires: El Ateneo Editorial.

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 Lippert, H. (1999). Anatomía con orientación clínica para los estudiantes.
Madrid: Marbán Libros.
 Montani, J. (1989). Apuntes de Clases dictadas sobre Maxilar Superior.
Rosario.
 Rouviere, H., Delmas, A., & Delmás, V. (2005). Anatomía Humana.
Topográfica, Descriptiva y Funcional 11va. Edición. Tomo 1. Barcelona:
Masson S.A.
 Tillman, B. (1998). Anatomía para Odontólogos. Madrid: Marbán Libros.

Seno Maxilar (antro de Highmore):

Cátedra de Anatomía.

Unidad Nº 1: Osteología.
Autor: Prof. Adj. Od. Esp. Anibal F. Peralta.
Figuras: Od. Ana M. E. Aliau.

Es una amplia cavidad neumática (contiene aire) excavada en el cuerpo


del maxilar por lo que en ella se describen igual forma y paredes. Se comunica
con las cavidades nasales a través del conducto maxilar ubicado en su base y
se prolonga desde la tuberosidad del maxilar hasta el pilar canino(al que nunca
invade).

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El borde inferior por su gran desarrollo en superficie y por su importancia
se describe habitualmente como una cuarta cara: el piso del seno maxilar. Éste
presenta una relación variable de proximidad con los ápices de los molares y
premolares superiores.
El volumen de esta cavidad depende en gran medida de la presencia de
piezas dentarias en el maxilar, de manera que es muy pequeño en el niño (con
dientes temporarios y gérmenes de los permanentes ocupando lugar), y
aumenta mucho de tamaño en el adulto desdentado invadiendo la apófisis
residual.

ORÍGEN

Llegando a la décima semana de vida intrauterina (embrión de 4 mm),


comienza a formarse el seno maxilar a partir de la pared inferior del tubo
infundibular, formándose como una bolsa aplanada bien visible ya a la
décimosegunda semana. Esta bolsa se introduce en la cápsula nasal y
después en la región orbito-nasal del maxilar.
A partir del estado de desarrollo de 13 semanas, el seno maxilar no sufre
cambios hasta el nacimiento. Durante los primeros días de vida permanece
cerrado, comenzando a expandirse su luz a medida que va aireándose.

Desarrollo postnatal:

   El crecimiento de este seno está subordinado al desarrollo del hueso


maxilar y de las piezas dentarias. En el momento del nacimiento tiene una
forma que puede ser redondeada, ovalada o alargada, que se mantiene hasta
después de la erupción de los primeros dientes. A partir de ese momento
prosigue su expansión neumática hasta tomar su forma piramidal definitiva,
pudiendo considerarse su desarrollo como finalizado a los 15-17 años.
   El desarrollo suele ser asimétrico, pues frecuentemente, hasta los 10
años es más avanzado en el lado derecho que en el lado izquierdo.
   Como el resto de las estructuras faciales, a partir del nacimiento crece
en dirección antero-inferior, alejándose del cráneo, desarrollándose cada año
un promedio de 3 mm en sentido vertical y antero-posteriormente. Ahora
bien, evolutivamente este crecimiento no es uniforme, así tiene una fase de
fuerte crecimiento en los seis primeros meses de la vida post-fetal, luego hay
otro avance durante la primera dentición (decidua), hasta finales del 2º año y
medio. Los gérmenes dentarios ocupan una gran parte de este seno y con la
erupción de cada pieza dentaria se produce un espacio vacante que hace
progresar la neumatización. A los cuatro años tiene ya unas dimensiones de
22-30 mm de longitud por 12-18 mm de altura y 11-19 mm de anchura.
Al alcanzar su desarrollo definitivo, presenta un diámetro vertical
máximo a nivel del segundo molar superior de unos 28 milímetros, una longitud
antero-posterior de 22 milímetros (a nivel superior) y un diámetro transversal de
21 milímetros (a nivel inferior).
La neumatización promedio es de 12 centímetros cúbicos,
encontrándose dos situaciones polares: senos pequeños de 4 centímetros
cúbicos de neumatización y senos muy desarrollados de 25 centímetros
cúbicos.

18
FORMA GENERAL.

El seno maxilar se presenta como una cavidad neumática de forma


triangular piramidal.
En ésta se establecen tres paredes: pared antero-lateral, pared
superior, pared postero-lateral; una base: es el tabique inter-sinusonasal (o
pared interna) más un vértice de situación lateral.

Pared superior
Pared
póstero-lateral

Pared antero-lateral
SENO MAXILAR

Piso antral
Cresta residual

Pared antero-lateral o yugal:

Los límites de esta pared están establecidos:


 medialmente: abertura piriforme del cuerpo de la maxila;
 superiormente: por el borde infraorbitario;
 lateralmente: por el contrafuerte cigomático;
 inferiormente: por el reborde alveolar, desde el canino hasta el
segundo premolar.
   
Tiene forma cuadrilátera, ligeramente excavada. Respecto de su
dirección, se orienta inferior, posterior y lateralmente. Tiene dos relaciones
importantes: con la fosa canina y el forámen infraorbitario.
   La fosa canina se corresponde con la zona de esta cara en la que la
depresión es más profunda. Está situada como mirando hacia los dos primeros
premolares y está bordeada por dentro y por delante por la prominencia canina
que está producida por la larga raíz del canino.
 
   Esta pared está constituida por hueso compacto que es delgado a
nivel de la fosa canina, debajo de la emergencia del nervio infraorbitario y más
grueso en su periferia, sobre todo en parte interna. Esta delgadez de su parte
superior hace que sea la pared de abordaje quirúrgico del seno.
    La pared está recorrida por canalículos óseos para nervios y vasos.

19
   Los canales nerviosos son para el nervio alveolar superior anterior y
nervio alveolar superior medio (V par). Los canales nerviosos son a veces
dehiscentes pudiendo estar los nervios en contacto con el periostio sinusal o
gingival.
   Los canales vasculares están recorridos por arterias y venas. El más
conocido es el canal de Parineaud que va desde el alveolo del canino al ángulo
ínfero-medial de la órbita, está muy desarrollado sobre todo en el niño.
    La cara anterior del seno está cruzada por el fondo de surco
vestibular superior que la divide en dos zonas:
   -    La zona inferior o gíngivo-bucal que está tapizada por el
mucoperiostio de la encía.
   -  La zona superior o yugal que está recubierta por un periostio poco
adherente, un plano muscular y elementos vásculo-nerviosos. El plano
muscular está formado por el músculo elevador de la comisura, como más
profundo, el elevador común del ala de la nariz y del labio superior, que recubre
en parte al elevador profundo y como más superficiales el pequeño y gran
cigomático. Los vasos y nervios discurren sobre el músculo elevador de la
comisura y los elevadores, y por detrás de los cigomáticos. Estos vasos son: la
arteria facial que se dirige hacia arriba y hacia adentro hacia el ángulo interno
del ojo; la vena facial situada detrás de la arteria; los linfáticos que drenan a los
ganglios submandibulares y parotídeos, debiendo hacer mención especial al
ganglio facial geniano. Los nervios son ramos motores del Nervio Facial que
tienen como destino los músculos faciales y ramos sensitivos que son ramas
del nervio infraorbitario (V par).
                         
 
    Pared postero-lateral:

   Está formada por la cara póstero lateral del


cuerpo del maxilar, que separa el seno de la fosa
infra-temporal.
   No es plana, sino que, a la luz del seno, es
cóncava hacia adelante en su sector más medial, y
convexa en su porción lateral (inversamente a lo
que ocurre en la cara exterior del hueso).
   Tiene un grosor de unos 2 mm. Es más
gruesa que la anterior y que la superior.
   Esta recorrida por diversos canales. Por
fuera y arriba presenta el canal del nervio alveolar
superior posterior que nace en la entrada del desfiladero infraorbitario y tiene
como destino los molares y el segundo premolar. Por dentro está el surco
palatino mayor que da paso al nervio palatino mayor y a la arteria palatina
descendente y los canales palatinos menores para los nervios palatinos
menores.
   
 
   Pared superior.

20
   La pared superior del seno maxilar constituye gran parte del suelo de
la órbita, siendo una pared particularmente delgada y frágil.
 
   Tiene forma triangular con un vértice posterior que corresponde a la
apófisis orbitaria del palatino. Discurre en un plano inclinado en sentido inferior,
lateral y anteriormente.
   A destacar, esta pared ofrece en la porción anterior de su tercio
medial, una prominencia de desarrollo variable hacia la luz de la cavidad, la
cual es determinada por el conducto infraorbitario. Esta cresta invade a demás
el borde anterior y superior (orbitario) al cual divide en dos porciones, una
medial y otra lateral.
   Las relaciones de esta pared se establecen con el contenido de la
órbita. El primer contacto es con el periostio que a este nivel está poco
adherido, salvo a nivel del reborde orbitario. A continuación con el cono
músculo-aponeurótico que está formado por los músculos motores del ojo,
siendo su relación con el recto inferior, bajo el cual pasa por delante el oblicuo
menor, las vainas musculares y las membranas intermusculares; el
almohadillado graso. Por delante y por dentro, se relaciona con el saco y origen
del canal lácrimo-nasal.
Esquema: corte horizontal, antero-posterior, a nivel del ostium.

Convexidad del surco lagrimal


en la Pared medial del Seno
Pared
antero-lateral
Canal
lagrimal Vértice

Ostium

Pared
medial
Pared
postero-
lateral
  
  
Pared interna:

   Forma el tabique inter-sinusonasal. Está constituida por la mitad


anterior de la pared lateral de las cavidades nasales. Su forma es cuadrilátera
según la extensión que tenga la pared posterior. La dirección es inferior y
posterior; cuando esta prolongación es mínima, se la considera de forma
triangular con vértice inferior.

Pared superior
de Seno maxilar
21
Surco
infraorbitario

Esquema:
Ostium
Corte vértico-frontal del
maxilar y su antro.
Seno
maxilar
Piso de
Cavidad
nasal

Piso de Apófisis
1° molar
seno palatina
maxialr

   

El esqueleto de esta pared está formado por:

   -    Un elemento central que es la pared medial del cuerpo del maxilar.
Es grueso anteriormente y delgado posteriormente. En el centro presenta una
gran hendidura o agujero de forma triangular de base superior. En la cima de la
hendidura nace una fisura de dirección oblicua inferior y un poco
posteriormente que es la fisura palatina.
   -    Posteriormente, está la lámina vertical del hueso palatino, aplicada
sobre la cara medial del maxilar a la que refuerza y se apoya sobre la parte
posterior de la hendidura maxilar. Esta lámina vertical se prolonga inferior y
anteriormente por la apófisis maxilar del palatino que se insinúa en el seno por
la fisura palatina.
   -    Superiormente, la base del agujero está cerrada por el borde ínfero-
lateral del laberinto etmoidal del hueso etmoides posteriormente y en el centro,
por el borde inferior del hueso lagrimal en la parte más anterior.
   -    El gran hiato central de esta pared está cruzado por el borde
superior del cornete nasal inferior. Este cornete se articula anteriormente sobre
la apófisis frontal del maxilar, posteriormente sobre la lámina vertical del
palatino. La línea de inserción del cornete nasal inferior corta en diagonal la
pared medial del seno yendo desde el ángulo súpero-anterior a la mitad del
borde posterior. El cornete nasal inferior, a nivel del gran hiato, emite hacia
abajo una delgada lámina triangular de vértice inferior que es la apófisis
auricular o maxilar del cornete nasal inferior. Esta apófisis ocupa la parte del
hiato situada por debajo del borde superior del cornete nasal inferior.
    La división que realiza en esta pared el borde superior del cornete
nasal inferior delimita o divide la pared en dos zonas triangulares opuestas por
su base. Un triángulo antero-inferior que se corresponde en toda su extensión

22
con el meato inferior o lagrimal de la cavidad nasal, y un triángulo póstero-
superior que se corresponde con el meato medio.

   -    Zona por debajo de la línea de inserción del cornete nasal inferior:

   En esta zona la pared es continua, sin dehiscencias, algunas veces


planas y en otras abombada hacia el seno. La zona más delgada corresponde
a la apófisis maxilar y cuando ésta no existe hace una fontanella.
   Su relación más importante es con el canal lagrimal. Dicho canal dibuja
un relieve importante en el seno, situado en la parte antero-superior de la pared
medial, su dirección se oblicua inferiormente y un poco posteriormente,
desembocando en la parte más superior del meato inferior.

Apófisis frontal maxilar


(cara medial)
Raíz de
implantación
de la Concha
nasal inferior
Surco lagrimal

Hiato maxilar

Esquema:
Apófisis palatina
Pared medial del Maxilar:
   -    Zona por encima de la línea de inserción se encuentra dividida por la raíz
del cornete nasal inferior:   de implantación del Cornete nasal
inferior.
En el hueso seco esta zona es un enorme
orificio limitado anteriormente por el hueso lagrimal,
inferiormente por el cornete nasal inferior,
posteriormente por la lámina vertical del palatino, superiormente por el laberinto
etmoidal del hueso etmoides que desborda más o menos el orificio.
   Este gran orificio está cruzado por la apófisis unciforme del etmoides
que como es sabido se trata de una lámina sagital que desciende posterior e
inferiormente enrollándose sobre sí misma de tal forma que su cara medial mira
hacia abajo y hacia adentro, terminando por detrás mediante tres expansiones
dirigida una hacia arriba hacia la bulla etmoidal, otra hacia abajo hacia la
apófisis etmoidal del cornete nasal inferior y otra hacia atrás, hacia el palatino.

23
   Estas prolongaciones delimitan con los
bordes del orificio principal los tres orificios
secundarios.
   Cuando la mucosa nasal tapiza esta pared, En este esquema, observamos
obtura dos de estos tres orificios: el anterior y el como el Hueso Palatino, a través
póstero-inferior, pero al llegar al orificio póstero- de su Lámina perpendicular (cara
superior la mucosa se invagina hacia la luz del seno maxilar, segmento sinusal)
para tapizar el mismo, en ese momento transforma participa en la obliteracón del
el orificio en un conducto osteomucoso (más antro maxilar, al rebasar su borde
mucoso que óseo) que recibe el nombre de posterior.
conducto maxilar.

A continuación, repasaremos en esquemas


la obliteración del hiato maxilar hasta llegar al ostium de desembocadura.

Raíz de implantación Apófisis etmoidal


de la de la
Concha nasal inferior Concha nasal inferior

Apófisis maxilar
de la Concha nasal inferior

Fisura
palatina

En este esquema observamos el comportamiento de la Concha nasal


inferior: su raíz de implantación y como sus apófisis van obliterando la cavidad.

Lámina perpendicular
del
Hueso Palatino

24
Apófisis unciforme
del Etmoides

Este conducto maxilar tiene una longitud


Aquí observamos a la Apófisis
aproximada de ocho milímetros; presenta una forma
unciforme del Etmoides, su
de embudo, identificándose por tal motivo dos
articulación con la apófisis
aberturas de diferentes tamaños, de las cuales la más
etmoidal del Cornete nasal
amplia es la abertura sinusal (fosa oval).
inferior.
La dirección del conducto maxilar,
De esta situación resultan tres
considerada desde la luz del seno hacia la
orificios, uno (posterior y
cavidad nasal, es oblicua hacia atrás, arriba y
superior) va a constituirse como
adentro, para terminar desembocando a través
el Ostium maxilar.
del orificio nasal en el extremo inferior del canal
uncibular (posterior y superiormente de la
extremidad inferior de la apófisis unciforme).

Esta localización y dirección presentada por el conducto maxilar dificulta


el drenaje espontáneo del seno maxilar en procesos patológicos.
Con cierta frecuencia podemos encontrar en la literatura, la existencia de
uno o dos orificios accesorios ubicados posteriormente al orificio principal, y por
lo tanto, por fuera del canal uncibular, los cuales reciben el nombre de orificios
de Giraldés (representan en realidad una dehiscencia de la pared a ese nivel).

Vértice:

Se extiende hasta la articulación con el hueso cigomático. Se presenta


truncado y de forma variable; pudiéndose presentar redondeado, plano o bien
como una hendidura variable.

  
 
BORDES.

25
En función de la forma geométrica establecida para esta cavidad sinusal,
se describen tres bordes:
 un borde antero-superior: producto de la unión de las paredes
antero-lateral y superior. Su dirección es oblicua lateral, inferior y
posteriormente; correspondiéndose al reborde inferior orbitario,
encontrándose accidentado por la elevación infra-orbitaria
determinada por el conducto infraorbitario.
 un borde póstero-superior: unión de las paredes póstero-lateral y
superior. Su dirección es lateral, anterior e inferior; y se
corresponde con el labio antero-inferior de la fisura orbitaria
inferior.
 borde inferior: resultado de la unión de las paredes antero-lateral,
póstero-lateral con la pared medial (base) de dicha cavidad.
Este borde inferior adquiere un gran desarrollo anatómico, motivo
por el cual se lo suele denominar PISO DE SENO MAXILAR.
Su extensión se define entre el alvéolo del primer premolar
superior (anteriormente a dicha pieza tenemos el pilar canino el
cual representa una columna ósea) y la tuberosidad maxilar.
El mismo presenta relaciones de vecindad con los ápices
dentarios, la pieza dentaria que más cercana se encuentra de
dicho piso es el segundo molar superior, luego se encontrará más
cercano al mismo el primer molar superior, el tercer molar
superior, el segundo premolar y por último y como más distante,
el primer premolar.
El dibujo que describe el piso en la arquitectura ósea del cuerpo
maxilar es tal que comienza en un punto ubicado posteriormente
al alvéolo del canino superior, luego desciende siguiendo una
línea curva cóncava superior y posteriormente (encontrando su
mayor declive entre el primer y segundo molar superior) para
finalizar ascendiendo posterior y superiormente hasta llegar a la
altura del tercer molar superior.

Esquema: relaciones dento-alveolares.

26
1
2 Pm
3M 2M 1M Pm

Las diversas formas anatómicas que puede presentar este piso


son:
- Triangular: es la más frecuente. Presenta tres lados bien
definidos: medial o nasal, antero-lateral y póstero-lateral.
- Arriñonada: segunda en orden de frecuencia. En ella
encontramos dos polos: anterior y posterior; dos lados:
lateral (convexo), medial (cóncavo) en relación con la
pared nasal.
- Rectangular: es la menos frecuente de hallar.

Esquemas de las diferentes formas del Piso antral: cortes horizontales.

27
Triangular Arriñonada

Cuadrangular

PROLONGACIONES SINUSALES.

  Pueden estar desarrolladas sobre todo en los grandes senos.


   Pueden desarrollarse estas prolongaciones:
   -   Orbitaria: hacia hacia arriba y hacia adelante, por dentro de la
apófisis frontal maxilar.
   -    Cigomática: es muy frecuente.
   -    Palatina inferior: situada en el espesor de la bóveda palatina.
   -    Palatina superior: situada en la apófisis orbitaria del palatino.
   -    Alveolar: situada en los relieves alveolares dentarios que hacen
surco en el suelo del seno.
  

28
CAVIDAD SINUSAL.

   El conjunto de la cavidad es regular, sin relieves marcados, salvo a


nivel de las eventuales prolongaciones sinusales y del borde inferior o suelo. A
veces puede tener tabicamientos. El resto de los bordes son muy suaves.
    El suelo del seno corresponde con la parte más declive del seno.
Suele tener forma de un canal, pero a veces es más ancho y forma una
autentica cara. Está situado un poco por debajo del nivel del suelo de las fosas
nasales y a unos 15 mm por encima del cuello de los dientes. Los alvéolos
dentales forman un surco más o menos acentuado en el adulto sobre todo el
primer y segundo molar y el segundo premolar. El primer premolar y el tercer
molar son los más distantes del suelo generalmente, pero algunas veces
pueden estar muy próximos. La raíz de los dientes está separa del seno por
una capa de tejido óseo esponjoso delgada. Este tejido esponjoso en
ocasiones puede ser abundante, borrando los relieves dentarios del suelo, en
otras ocasiones, por el contrario, puede ser tan delgado que llega a ser
dehiscente, pudiendo llegar a estar la mucosa sinusal en contacto con la raíz
del diente. En general las relaciones del seno con las raíces dentarias son
bastante íntimas, por lo que las infecciones, traumatismos o maniobras
quirúrgicas en las raíces de las piezas dentarias pueden producir sinusitis de
origen odontogénico.
   La presencia de tabiques intra-sinusales es inconstante pero cuando
aparecen pueden ser:
   -  Tabiques incompletos, que es la situación más frecuente. Se trata de
láminas óseas o fibrosas que nacen en las paredes, sobre todo a nivel de los
ángulos antero y póstero-superiores y del suelo.
   - Tabiques completos, son excepcionales. En estos casos las dos
cavidades formadas e independientes se comunican cada una por su
correspondiente ostium con la cavidad nasal.
 

Esquema: corte vértico-frontal a nivel de molar superior.


  

Seno
maxilar

Cúpula alveolar

Tabla vestibular Tabla palatina

MUCOSA.

29
   La mucosa del seno es de tipo respiratorio con un corion más grueso
en la pared nasal que en las otras paredes. Contiene numerosas glándulas
sobre todo en las proximidades del ostium. Tiene uno o dos milímetros de
grosor.
   

Bibliografía:

 Bouchet, A., & Cuilleret, J. (1978). Anatomía descriptiva, topográfica y


funcional. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana.
 Figún, M. E., & Garino, R. R. (2008). Anatomía Odontológica. Buenos
Aires: El Ateneo Editorial.
 Gaudy, J. (2008). Atlas de anatomía Implantológica. Barcelona: Elsevier.
 Montani, J. (1989). Apuntes de Clases dictadas sobre Maxilar Superior.
Rosario.
 Rouviere, H., Delmas, A., & Delmás, V. (2005). Anatomía Humana.
Topográfica, Descriptiva y Funcional 11va. Edición. Tomo 1. Barcelona:
Masson S.A.

Mandíbula:

30
Cátedra de Anatomía.

Unidad Nº 1: Osteología.
Autor: Prof. Adj. Od. Esp. Anibal F. Peralta.
Figuras: Od. Ana M. E. Aliau.

Es el hueso más grande y fuerte de la cara, es impar y móvil, ubicada en


la parte inferior y posterior de la misma, en cuya estructura (apófisis alveolar
inferior) se alojan las piezas dentarias inferiores.
Se describen habitualmente un cuerpo y dos porciones laterales y
verticales llamadas ramas ascendentes o montantes que emergen en ambos
extremos posteriores del cuerpo. Por dentro, además, presenta el conducto
alveolar inferior que transporta el paquete vásculo – nervioso del mismo
nombre.

Cuerpo:

Se presenta incurvado como una herradura horizontal, de forma


cuadrangular, más alta que ancha. Para su descripción, presenta dos caras:
una posterior (lingual) y otra anterior (labio-yugal). A su vez, también presenta
dos bordes: inferior o basilar y una superior o apófisis alveolar;

Mandíbula: cara anterior.

Fosa mentoniana
Rama ascendente
Cuerpo

L.O
Forámen mental
Sínfisis mandibular
Tubérculo mentoniano
lateral
Protuberancia mental

Cara anterior o labio - yugal:

Comenzando en la línea media se encuentra una cresta vertical, la


sínfisis mandibular, vestigio de la unión embrionaria de ambas mitades del
cuerpo. Ésta se continúa hacia abajo con una protuberancia de forma triangular
de base inferior llamada protuberancia mental. La base de éste triángulo se
confunde con el borde basal del cuerpo y esta rematada a ambos lados por

31
unos pequeños tubérculos que reciben el nombre de tubérculos mentales
laterales.
A ambos lados de la sínfisis se encuentran las fosas mentonianas o
incisivas (lugar donde se inserta el músculo mentoniano) cuyo límite posterior
está constituido por la eminencia canina (accidente equivalente al descrito en el
maxilar).
Por fuera de estos accidentes encontramos una cresta ósea que se
origina a los lados de la eminencia mentoniana y se dirige posterior y
superiormente hasta el borde anterior de la rama ascendente: la línea oblicua
(L. O).
A nivel del 1º molar de esta línea se inserta el músculo depresor del
ángulo de la boca. Por delante de él se inserta el músculo depresor del labio y
por detrás el músculo buccinador.
Por encima de la línea oblicua, entre ésta y la apófisis alveolar que se
corresponde con los molares se delimita un canal: el canal paramolar. El límite
posterior de este canal es virtual y para determinarlo se traza una línea
horizontal paralela a la cara distal del alvéolo del tercer molar inferior y que
corte perpendicularmente a la línea oblicua.
Por detrás de este límite, el canal paramolar se continúa con el nombre
de canal retromolar.
El canal retromolar está limitado, por fuera, por la porción más posterior
de la línea oblicua (en donde ésta se continúa con el borde anterior de la rama
ascendente); y por dentro, por el borde lateral del trígono retromolar (cresta
buccinatríz); el límite posterior es virtual y corresponde a una línea imaginaria
que pasa por el vértice del trígono retromolar y que corta perpendicularmente al
borde anterior de la rama ascendente.

Esquema: vista superior de


cuerpo mandibular.

Canal retromolar
Trígono
retromolar
Línea oblicua
Canal paramolar

Superiormente a esta línea oblicua, encontramos el accidente más importante


que se pueda describir en la cara anterior del cuerpo mandibular, el agujero
mentoniano. Generalmente, es de forma ovalada (la forma es variable, ya que
es en función del trayecto intraóseo del pedículo mentoniano), de 2 a 5
milímetros de diámetro, y que representa la desembocadura del conducto
mentoniano cuya dirección terminal es posterior, superior y lateral.
La superficie ósea situada bajo el agujero mentoniano sirve de inserción
para los músculos depresor del labio inferior y depresor del ángulo de la boca.

32
Su localización varía con la edad encontrándose, en el niño, más cerca
de su borde inferior que de su borde superior a 12 milímetros aproximadamente
de la línea media a nivel del primer molar temporario.
En un adulto completamente dentado se encuentra equidistante de sus
bordes superior e inferior a 25 milímetros aproximadamente de la línea media a
nivel de los premolares inferiores.
En cuanto a las referencias dentarias para su ubicación, por debajo de
ambos premolares inferiores es la más frecuente, seguida por la ubicación a
nivel del segundo premolar.
Cuando la apófisis alveolar se ha atrofiado (apófisis residual) a causa de
haberse perdido las piezas dentarias inferiores, el agujero mentoniano tiende a
acercarse al borde superior del cuerpo mandibular y a ubicarse incluso sobre
este borde lo cual debe ser tenido muy en cuenta al confeccionar una prótesis
removible que apoye en esta zona.
Es frecuente encontrar, en la región del agujero mentoniano, un forámen
correspondiente al mismo, asociado a un forámen accesorio (correspondiente a
una rama lateral del pedículo mentoniano, o una rama accesoria del mismo).

Escotadura
mandibular
Proceso
condilar Proceso
coronoideo
Mandíbula:
vista lateral
Canal paramolar

L.O
Angulo
mandibular
Forámen mental

Cara posterior o lingual:

Sobre la línea media se observan dos pares de eminencias óseas


agudas denominadas espinas mentonianas superiores e inferiores (dos
superiores y dos inferiores), que prestan inserción a los músculos genioglosos
y geniohioideos respectivamente.
Frecuentemente las espinas mentonianas inferiores, y a veces las cuatro
apófisis, se fusionan en una sola.
Superiormente a las mismas, es posible encontrar unos pequeños
forámenes (número variable, difíciles de observar a simple vista) que dan paso
a elementos vasculares destinados a los Incisivos inferiores; estos orificios
reciben el nombre de forámenes intramandibulares (de Bertelli).

Por debajo se describen dos depresiones poco profundas llamadas


fosas digástricas por la inserción del vientre anterior del músculo homónimo.

33
Cara interna de Mandíbula:

En esta cara se encuentra también una cresta ósea que se origina por
debajo de las espinas mentonianas inferiores y se continúa posterior y
superiormente para terminar en el tercio cervical de la tabla lingual del alvéolo
del 3º molar inferior. Es la línea milohioidea (o línea oblícua interna), debido a
que en ella se inserta el músculo del mismo nombre.
Por encima de la línea milohioidea, hacia delante, se encuentra una
depresión: la fosa sublingual que aloja la glándula salival homónima. Por
debajo de la línea milohioidea y hacia atrás se describe una concavidad de
mayor tamaño, la fosa submandibular, la cual alberga a dicha glándula salival
mayor.

Borde superior o reborde alveolar:

34
Se continúa desde una rama a la otra siguiendo una curva que no
coincide con la descripta por la porción basal del cuerpo. De esta manera las
porciones posteriores de la apófisis alveolar inferior quedan en un nivel más
interno que la basal y determina así la aparición del denominado “balcón del
tercer molar inferior”.

Esquema: corte frontal que pasa por el alvéolo del 3º Molar.

a – a´: línea que pasa por el extremo vestibular


del alvéolo. Tabla lingual
Tabla
vestibular
Conducto alveolar Inferior
Balcón del 3MI

Esta apófisis alveolar inferior está conformada, al igual que la superior,


por una tabla interna y otra externa unidas por tabiques interalveolares que
delimitan los alvéolos.

Mandíbula: vista superior en la


que se observa la discrepancia
entre la curva que describe la
basal y la que describe la apófisis Trígono retromolar
alveolar.

Borde alveolar
Espinas mentales

Borde basal

Borde inferior o basal:

35
Es grueso, romo y compacto, representa la parte más resistente del
hueso mandibular.

Rama ascendente:

Es de forma rectangular, con un eje mayor dirigido superior y


posteriormente. Presenta dos caras y cuatro bordes:

Cara lateral:

Sin accidentes anatómicos de gran importancia, se presenta


prácticamente lisa y orientada de manera tal que su superficie mira anterior y
lateralmente, dando inserción inferior al músculo masetero.
Es la inserción móvil de dicho músculo que genera unas crestas
rugosas, oblicuas en sentido inferior y posteriormente y que se observan en su
tercio inferior.
Por encima de las mismas, se suele encontrar con cierta frecuencia una
prominencia, el tubérculo maseterino.

Tubérculo
maseterino

Zona de inserción móvil


del músculo masetero

Cara medial:

36
Es bastante más accidentada que su contraparte lateral.
Presenta un accidente de gran importancia que domina ésta cara y que
es el orificio de entrada al conducto alveolar inferior o conducto mandibular.
La ubicación topográfica de este orificio adquiere una real importancia
para el Odontólogo, ya que es el punto crítico para la anestesia troncular al
nervio alveolar inferior. Lo encontramos:

a- En sentido antero-posterior: en la unión del tercio medio con el tercio


posterior.
b- En sentido vertical: en la unión de los dos tercios inferiores con el
tercio superior.
c- Otra referencia para su ubicación topográfica es a nivel de la
escotadura coronoidea (palpar el tercio inferior del borde anterior de
la rama ascendente mandibular, en su porción más cóncava
encontraremos si prolongamos hacia atrás su ubicación).
d- En cuanto a una ubicación en relación a los bordes de la rama
ascendente, en forma aproximada, podemos decir que se encuentra:
a 6 milímetros del borde posterior, 12 milímetros de la porción más
inferior de la escotadura mandibular, 18 milímetros del borde anterior
de la rama y a 24 milímetros de su borde inferior.
e- Plano oclusal molar: para ubicar el orificio, podemos recurrir en un
individuo dentado a un plano virtual que pasando tangente a las
superficies triturantes de los molares inferiores, lo sitúa en un nivel
concordante con el mismo o un poco por encima de él.

Continuando con la descripción de los accidentes anatómicos de esta


cara medial, los ubicaremos en función del orificio mandibular:

Hacia abajo y adelante, este orificio se encuentra protegido por un


saliente óseo, agudo, de forma triangular: la língula mandibular, donde se
inserta el ligamento esfenomandibular. Posteriormente al orificio del conducto
mandibular se encuentra a veces otro saliente, más pequeño que el anterior,
denominado antilíngula.
Por debajo de esta espina, a partir de la porción antero-inferior del
contorno del orificio mandibular, nace un surco que se dirige anterior e
inferiormente por debajo de la línea milohioidea: es el surco milohioideo.
Del borde póstero – inferior del orificio alveolar inferior nace una cresta
ósea de dirección posterior y superior que va en busca del borde posterior de
la rama, al cual alcanza en la unión de su tercio superior con los dos tercios
inferiores, es la cresta pterigoidea, que corresponde al límite superior de una
superficie rectangular donde se encuentra la inserción del músculo pterigoideo
medial.
Por arriba de dicha cresta y en forma paralela a ella encontramos el pilar
medial del cuello del cóndilo, que representa un engrosamiento del hueso
tendiente a vehiculizar hacia la base del cráneo las fuerzas generadas durante
la masticación (en forma análoga al pilar canino).
Cerca del borde anterior y partiendo desde la apófisis coronoides, se
observa una cresta ósea, la cresta temporal, llamada así por la inserción de las
fibras tendinosas de dicho músculo; que desciende hasta las cercanías del

37
tercer molar donde se bifurca formando una superficie triangular llamada
trígono retromolar.
En esta cara medial del cuerpo, en realidad, encontramos la culminación
de dicha cresta; ya que la misma se origina en la apófisis coronoides (cara
medial) ubicada en el borde superior de la rama mandibular.
Fosita del
Mandíbula: cuello condilar
cara medial de rama mandibular. Cresta
temporal
Língula
Orificio
mandibular

Surco
Borde anterior: milohioideo

Presenta forma de S itálica, es


delgado, comienza en el proceso
coronoideo y se continúa con la línea
oblicua. Convexo por arriba (donde se origina en la apófisis coronoides) y
cóncavo por abajo (donde se continúa con la L.O).

Borde posterior:

Es grueso y romo y también presenta forma de S itálica más alargada.


En el mismo se apoya la porción anterior de la glándula salival mayor
parotídea, motivo por el cual este borde recibe el nombre de “borde parotídeo”.

Borde inferior:

Se continúa casi insensiblemente con el borde basal del cuerpo


mandibular. Suele encontrarse una depresión, la escotadura facial,
determinada por los vasos faciales, que sería la única separación entre cuerpo
y rama.
La unión del borde posterior con el inferior se denomina ángulo
mandibular o gónion.

Borde superior:

Presenta dos apófisis verticales separadas, uno posterior, la apófisis


condilar, y otro anterior, la apófisis coronoides, separados por la escotadura
mandibular.

Escotadura mandibular:

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Es ancha, profunda y cóncava superiormente; comunica las regiones
maseterina e infratemporal, y da paso a los vasos y nervios maseterinos.

Escotadura
mandibular

Vista lateral de mandíbula:


se observan las caras laterales de
cuerpo y rama mandibular

Apófisis coronoides: es de forma triangular con vértice superior (romo) y


aplanada en sentido transversal, que presta inserción al tendón del músculo
temporal.
Su cara lateral es lisa; su cara medial presenta, cercano a su vértice, el
nacimiento de la cresta temporal.
Su borde anterior se continúa con el borde anterior de la rama. Su borde
posterior, cóncavo posteriormente, limita anteriormente la escotadura
mandibular. Su base se continúa con el hueso.

Apófisis
coronoides
Apófisis condilar Vista interna de Rama ascendente:
v.ant. se observan las apófisis del borde
v.post superior de la rama, por su cara
medial.
En esta vista se aprecian las
Cuello del cóndilo
vertientes del cóndilo: anterior y
mandibular.
posterior. (v.ant-v.post)

Apófisis condilar:

Es una apófisis ovoidea, convexa, extendida transversalmente y aplanada en


sentido antero – posterior, con un eje mayor orientado posterior y medialmente,
de tal manera que su proyección se encuentra con la proyección del eje mayor
del lado contra-lateral en la porción anterior del forámen magnum; y un eje

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menor orientado anterior y medialmente de tal suerte que si lo prolongamos en
ambos cóndilos coincidirían en el espacio inter-incisivo inferior.
Podemos reconocer en el cóndilo un polo lateral y un polo medial; una
vertiente anterior y otra posterior separadas por una cresta roma.
Se une a la rama ascendente de la mandíbula a través de un saliente
estrecho: el cuello del cóndilo, que en su parte interna presenta una fosa para
la inserción del haz inferior del pterigoideo lateral.

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CONDUCTO ALVEOLAR INFERIOR

Es un conducto óseo que transporta el paquete vásculo-nervioso


alveolar inferior, y que se origina en un orificio en la cara medial de la rama
montante. Desde allí se dirige en forma oblicua anterior e inferiormente hasta
abordar el cuerpo y pasar por debajo de molares y premolares estableciendo
distintas relaciones con ellos (mayor relación con el 3º molar inferior y menor
con el 1º premolar) para terminar bifurcándose debajo del alvéolo del primer
premolar en dos conductos: uno, el conducto mentoniano, se dirige en sentido
posterior, superior y lateralmente en busca de la cara externa o labioyugal del
cuerpo mandibular.
El otro, ubicado medialmente a este, se denomina conducto incisivo y
parece continuar el trayecto del conducto mandibular hasta el fondo del alvéolo
del canino.
A partir de este punto, los elementos vásculo-nerviosos mandibulares
transitan por el trabeculado esponjoso, sin un límite corticalizado que lo limite.

Así pues, el conducto mandibular presenta un distinto comportamiento


según se lo estudie en un plano sagital u horizontal.
En el plano sagital: las curvaturas se presentan de distinta forma según
la topografía; una primera curva de concavidad antero-superior, en la cual se
pueden distinguir dos segmentos, uno posterior que se extiende desde su
origen en la cara medial de la rama, oblicuamente hacia adelante y abajo,
hasta alcanzar el alvéolo del segundo molar, donde cambiando de dirección
comienza el segmento anterior el cual avanza en sentido anterior casi
horizontalmente (debido a que asciende ligeramente en su porción anterior)
hasta alcanzar el forámen mentoniano.
El punto de mayor declive del conducto mandibular se sitúa a nivel del
segundo molar (donde se encuentra a una distancia de 8 mm
aproximadamente).

Obsérvese en dicha imagen la


corticalización del conducto, el
trabeculado óseo.
La ubicación del forámen
mental es inferior al segundo
premolar inferior.

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En el plano horizontal, se puede observar que a partir
de su nacimiento en la rama mandibular, como
En el presente esquema después en el cuerpo mandibular, se encuentra más
observamos el comportamiento próximo a la tabla medial del hueso, hasta alcanzar la
del conducto alveolar inferior en altura correspondiente a la proyección de la pared
el plano horizontal. mesial del alvéolo del primer molar, donde cambia
radicalmente de dirección abordando en forma oblicua
(de dentro-afuera) para terminar en la cara lateral del
cuerpo mandibular como conducto mentoniano.

Tabla
interna

Tabla
externa Trayecto del
conducto
mandibular

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CONDUCTOS MANDIBULARES ACCESORIOS:

A la rama y cuerpo mandibular la recorren, a demás del conducto mandibular o


principal, ciertos conductos accesorios, inconstantes o temporales: los
conductos de Serres y de Robinson.

Conducto de Robinson:

Se trata de un conducto corto que se extiende de la región del agujero


mandibular hasta el tercer molar inferior. Este conducto se prosigue por lo
general más allá del diente para salir sobre la cresta por detrás del segundo
molar.

Conducto de Serres:

Es un conducto temporal que solo existe en los niños y que tan solo sirve de
paso para un pedículo vascular, que desaparece hacia los 8-9 años de edad,
con la pérdida de los últimos dientes temporales.

Bibliografía:

 Bouchet, A., & Cuilleret, J. (1978). Anatomía descriptiva, topográfica y


funcional. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana.
 Figún, M. E., & Garino, R. R. (2008). Anatomía Odontológica. Buenos
Aires: El Ateneo Editorial.
 Gaudy, J. (2008). Atlas de anatomía Implantológica. Barcelona: Elsevier.
 Montani, J. (1989). Apuntes de Clases dictadas sobre Maxilar Superior.
Rosario.
 Rouviere, H., Delmas, A., & Delmás, V. (2005). Anatomía Humana.
Topográfica, Descriptiva y Funcional 11va. Edición. Tomo 1. Barcelona:
Masson S.A.

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