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UNIVERSIDAD TEGNOLOGICA DE LOS ANDES

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS


ANDES
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS CONTABLES Y
SOCIALES
CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO MONOGRÁFICO

“LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS”


DERECHO AGRARIO

DOCENTE: ANGELINO SERRANO, RUTH

PRESENTADO POR:
ESTUDIANTE: BOLIVAR MOREANO, NORY JULIA.
ESTUDIANTE: ACOSTA QUICAÑO, MARIBEL.
ESTUDIANTE: CUELLAR MORALES, JUAN.
ESTUDIANTE:

ABANCAY – PERÚ

2017

DERECHO AGRARIO – LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS PÁGINA 1


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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................3
LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS ..............................................................4
(LAS COMUNIDADES CAMPESINAS) ......................................................................................4
I. DEFINICIÓN ..............................................................................................................4
1.1 Cuales la norma que los regula......................................................................5
1.2 las ventajas de inscribir una Comunidad Campesina en Registros
Públicos .....................................................................................................................5
1.3 los trámites previos que se debe seguir antes de inscribir. ........................5
1.4 Los requisitos. ................................................................................................6
II. QUÉ DICE LA LEY DE COMUNIDADES CAMPESINAS. ...................................................6
III. LAS COMUNIDADES COMO PROPIETARIAS. ...........................................................7
IV. LAS COMUNIDADES COMO SUJETOS COLECTIVOS. .................................................8
V. LINDEROS COMUNALES, LINDEROS DISTRITALES. ......................................................9
VI. LAS COMUNIDADES CAMPESINAS TAMBIÉN SON PUEBLOS INDÍGENA.................. 10
6.1. PERSONERÍA JURÍDICA. ................................................................................... 12
6.2. EXISTENCIA LEGAL ........................................................................................... 12
VII. LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS. ............................................ 14
VIII. CONCLUSIONES................................................................................................... 17
Bibliografía .................................................................................................................... 18

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INTRODUCCIÓN

Las CC se asientan con más significación en la sierra (casi el 90%); sin embargo, también
existen en la costa y en la Amazonía. Por su ubicación geográfica y su modo de vida, es
necesario diferenciar entre las CC de la costa y las comunidades ribereñas o de selva.

Ciertamente, miradas desde los espacios locales e incluso regionales, las comunidades
no son en absoluto invisibles, forman parte de la vida cotidiana de las zonas rurales y de
las preocupaciones de desarrollo de las autoridades locales. En estos espacios, las
comunidades son un actor relevante aunque no siempre bien articulado o posicionado
en el marco de las políticas y decisiones sobre la inversión pública y el desarrollo local.
A su vez, representan un reto: en su producción de supervivencia registran una baja
productividad; tienen bajos niveles de ingreso y carencias en el acceso a servicios (agua,
saneamiento, salud, educación, justicia); en algunas zonas arrastran secuelas de los años
de la violencia política o experimentan marginación y exclusión social. Y a todo ello se le
suma una serie de barreras culturales y dificultades para la comunicación e integración,
esbozando un panorama de “atraso” para sus integrantes.

¿Es todo ello realmente así? En nuestra opinión, las comunidades campesinas
representan una paradoja desde varios puntos de vista: hemos señalado el contraste
entre su invisibilidad y su omnipresencia; son antiguas, pero al mismo tiempo
contemporáneas, aunque no siempre bien “aterrizadas” en la modernidad; encarnan un
mecanismo social para la sobrevivencia de sus integrantes, pero a su vez proporcionan
alternativas de desarrollo; se reclaman campesinas y ciudadanas y exigen autonomía
propia de los pueblos originarios. Así, podríamos seguir enumerando una serie de
tensiones que simbolizan un reto para las propias comunidades, pero también para la
sociedad en la que se insertan y para el Estado en cuyos marcos legales se inscriben y
desarrollan. En los últimos años, temas como la propiedad colectiva, la jurisdicción y
organización de las poblaciones campesinas e indígenas, además de los derechos de uso
y acceso a una serie de recursos se ponen sobre el tapete y se debate sobre ellos en
múltiples ámbitos

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LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS

(LAS COMUNIDADES CAMPESINAS)

I. DEFINICIÓN

Las CC son organizaciones de interés público, con existencia legal y


personería jurídica, integradas por familias que habitan y controlan
determinados territorios, ligadas por vínculos ancestrales, sociales,
económicos y culturales expresados en la propiedad comunal de la tierra, el
trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno democrático y el desarrollo de
actividades multisectoriales cuyos fines se orientan a la realización plena de
sus miembros y del país.

Una comunidad campesina surge de tres elementos: un territorio,


construido como colectivo a lo largo de la historia; una población, que se
identifica como colectivo y con el territorio; y un proceso de reconocimiento,
en el que este grupo es reconocido como tal por los vecinos, por el Estado y
por otros agentes. Se reconoce como comunidades campesinas
especialmente a los grupos de costa y sierra, incluso algunas en ceja de
selva.1

Las comunidades siempre han tenido tensiones alrededor de ellas. Tensiones


básicas alrededor de los intereses de las familias y de los colectivos
dependiendo de las condiciones. Tensiones entre grupos de interés dentro
de la comunidad: agricultores y ganaderos, o comerciantes y agricultores,
católicos y evangélicos, modernos y tradicionales. En un contexto de
transformación estas tensiones se activan de otra manera, las comunidades
no son un lugar detenido sino que siempre están en tensión.

Además, la definición de lo que es un recurso comunal ha cambiado. Los


recursos comunales ya no son el territorio sino los usos, ya sean agrícolas,
ganaderos, hídricos, turístico o mineros, que se hacen de él. Finalmente, el

1
Arpasi Velásquez, P. (2005). Desarrollo comunal en la era global. Derecho indígena en el siglo XXI. Lima:
Congreso de la República.

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gobierno comunal es más complejo, tiene que ver con formas de


autogobierno y nuevas instituciones.

Las comunidades siempre han tenido tensiones alrededor de ellas. Tensiones


básicas alrededor de los intereses de las familias y de los colectivos
dependiendo de las condiciones. Tensiones entre grupos de interés dentro
de la comunidad: agricultores y ganaderos, o comerciantes y agricultores,
católicos y evangélicos, modernos y tradicionales. En un contexto de
transformación estas tensiones se activan de otra manera, las comunidades
no son un lugar detenido sino que siempre están en tensión. Además, la
definición de lo que es un recurso comunal ha cambiado. Los recursos
comunales ya no son el territorio sino los usos, ya sean agrícolas, ganaderos,
hídricos, turístico o mineros, que se hacen de él. Finalmente, el gobierno
comunal es más complejo, tiene que ver con formas de autogobierno y
nuevas instituciones.2

1.1 Cuales la norma que los regula.

Se rige por la Ley 24656, Ley General de Comunidades Campesinas y su reglamento


Decreto Supremo Nº 08-91-TR.

1.2 las ventajas de inscribir una Comunidad Campesina en Registros Públicos

Las Comunidades Campesinas tienen existencia legal desde el momento de su


inscripción en el Registro de Personas Jurídicas de los RegistrosPúblicos, por lo tanto,
sólo teniendo la inscripción puede realizar trámites ante las entidades públicas y
privadas.
1.3 los trámites previos que se debe seguir antes de inscribir.

 Elaborar su estatuto.
 Actas de asamblea donde se aprueba el Estatuto de la Comunidad; y se elige a
la Directiva Comunal.
 Escritura Pública de estatuto de la Comunidad.

2
Ballón Aguirre, F. (2004). Manual del derecho de los pueblos originarios. Lima: Defensoría del Pueblo.

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1.4 Los requisitos.

 Formato de solicitud de inscripción debidamente llenado y suscrito.


 Copia del documento de identidad del presentante, con laconstancia de haber
sufragado en las últimas elecciones o haber solicitado la dispensa respectiva.
 Escritura Pública de Estatuto de la Comunidad.
 Pago de los derechos registrales.

II. QUÉ DICE LA LEY DE COMUNIDADES CAMPESINAS.

“Las comunidades campesinas son organizaciones de interés público, con


existencia legal y personería jurídica, integradas por familias que habitan y
controlan determinados territorios, ligadas por vínculos ancestrales, sociales,
económicos y culturales, expresados en la propiedad comunal de la tierra, el
trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno democrático y el desarrollo de
actividades multisectoriales, cuyos fines se orientan a la realización plena de
sus miembros y del país”, indica la Ley 24656, Ley de Comunidades
Campesinas.3

Sin embargo, el especialista indica que esta ley data del año 1987, es decir,
que no está en concordancia con la Constitución de 1993, por lo que hay
muchas cosas que están en ley que son inconstitucionales. No es tan fácil
actualizar una ley en la que hay muchos conceptos que no han sido aclarados,
como comunidades campesinas, pueblos originarios, pueblos indígenas,
entre otros.

La ley de comunidades campesinas es una ley nacional, hay un grupo de


elementos que hacen que las comunidades sean parecidas pero hay otros
que las hacen diferentes. Debería haber una tipología regional de las
comunidades para hacer políticas más apropiadas con el tipo de población
que tienes, pues no aplica las políticas que diseñes para una comunidad
campesina en Cuzco como para una comunidad campesina en Piura. En la

3
Castillo, P. & et.al. (2007). ¿Qué sabemos de las comunidades campesinas? Lima Grupo Allpa, 2007.

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legislación se reconocen solo dos tipos de comunidades: comunidad


campesina y comunidad campesina de costa.4

En el fondo estos nuevos recursos hace que estas comunidades sean ricas
pero no lo saben. Y es la dificultad de gestión lo que hace que estas
comunidades puedan parecer pobres cuando en realidad no es así. A partir
de los casos se puede ver que hay comunidades que aprovechan sus recursos
al máximo y otras que no porque están en disputas internas.

III. LAS COMUNIDADES COMO PROPIETARIAS.

Su condición de propietarias colectivas de tierras es, desde antaño, su razón de ser.


Vistas en conjunto, son sin duda uno de los principales propietarios de terrenos a
nivel nacional. Sin embargo, al interior de las comunidades y bajo la etiqueta de
“propiedad colectiva comunal”, se agrupan derechos diferenciados sobre las tierras
y los terrenos. Dentro de las propiedades colectivas coexisten formas de
apropiación familiar cuasi privadas e intensivas en trabajo (huertas y parcelas
irrigadas), tierras bajo control comunal limitado (zonas de barbecho y rotación de
cultivos, regulados o no por la comunidad) y con determinados espacios de uso
coinversiones Privadas y derechos comunales Tomado de Grupo Allpa. Con datos
del Directorio de Comunidades Campesinas, PETT, 2002; el Ministerio de
Agricultura; la Defensoría del Pueblo, Base de datos de comunidades nativas, marzo
de 2003. Los derechos familiares y colectivos coexisten aunque se hallan en
permanente tensión. La expansión y la demanda por terrenos empujan a lo familiar
en tanto que la amenaza a la propiedad y la gestión de algunos recursos de uso
común (como el agua de regadío) obliga a lo colectivo. 5

Si legalmente la comunidad es propietaria de un gran terreno que pertenece al


conjunto de sus miembros, internamente la tierra posee dueños de diferentes tipos
de acuerdo con una serie de prácticas internas que rigen el acceso a los terrenos
dentro de los linderos comunales. Si desde la Ley y el Estado existe un solo
propietario colectivo, desde los comuneros existen dos niveles de “propiedad”: la
colectiva, que compete a todos, y la privada, que compete a las familias.

Ahora bien, estos propietarios tienen tres tipos de problemas, que provienen de
distintas fuentes y perspectivas: su saneamiento legal, el carácter de la propiedad y
la regulación interna. Existe un déficit en el saneamiento de la propiedad formal de
las comunidades campesinas. En las últimas décadas, diferentes programas (PETT,
PRT2 y más recientemente Cofopri) promueven la regularización de la propiedad

4
Defensoría del Pueblo. (2011, enero). Reporte de Conflictos Sociales. Reporte mensual (Lima:
Defensoría del Pueblo), (83).
5
Diez Hurtado, A. (2003, diciembre). Interculturalidad y comunidades: propiedad colectiva y propiedad
individual. En: Debate agrario. Análisis y Alternativas (Lima, Cepes), 36, 71-88.

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colectiva y en algunos casos también la familiar dentro de las comunidades. El


trabajo de saneamiento, georeferenciación e inscripción en los Registros Públicos es
complejo, sumamente técnico y solo puede realizarse solucionadas las disputas por
linderos que pudieran existir sobre los terrenos. Aunque la Cofopri avanzó
significativamente en el proceso, hay aún un importante déficit, sobre todo en las
comunidades nativas. Sin el registro, las comunidades no pueden disponer de los
terrenos en su condición de propietarias comunales de estos.

En segundo lugar, está lo que podríamos llamar el carácter o alcance de la


propiedad. La constitución vigente (1993) derogó los derechos de inalienabilidad e
inembargabilidad que conservaron las tierras desde 1933; resguardó solo el carácter
de imprescriptible; las comunidades reclaman al Estado que se les restituyan “las
tres i”. Por añadidura, el derecho de propiedad de las comunidades solo alcanza al
suelo, por lo que las comunidades reclaman los recursos del subsuelo, que
pertenecen al Estado. A los propietarios de suelo se les reserva únicamente el
derecho a ser consultados para el uso y aprovechamiento del subsuelo por terceros.

En tercer lugar, están las dificultades para el manejo y la administración de los


recursos desde una organización comunal centralizada. Estos problemas derivan de
las características del control comunal diferenciado sobre la propiedad colectiva.

Buena parte del terreno comunal está en la práctica– bajo el control de familias
nucleares o conjuntos de familias y solo bajo la tutela de la directiva comunal, que
muchas veces no tiene la capacidad ni la legitimidad o la posibilidad de regular a los
posesionarios. La tensión entre lo comunal y lo familiar (Mayer, 2004) se expresa
ante todo en el acceso y el control de los terrenos comunales.6

IV. LAS COMUNIDADES COMO SUJETOS COLECTIVOS.

Desde el punto de vista organizacional y político, las comunidades son actores


colectivos; por tanto, se hallan en la necesidad de solucionar dos tipos de
problemas:

1) organizarse y regularse internamente y

2) regular las relaciones del colectivo frente al exterior.

Al respecto, y desde hace un par de décadas, la organización comunal se muestra


debilitada y con evidentes dificultades para autogobernarse y cumplir
eficientemente su rol de intermediación política.

La debilidad de la organización comunal puede explicarse desde cuatro


constataciones:

6
Golte, J. (1980). La racionalidad de la organización andina. Lima: IEP.

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1) la dificultad para determinar de manera precisa quiénes son y quiénes no son


comuneros, lo que plantea distintos problemas entre las diversas categorías de
ocupantes de los terrenos y aquellos emigrantes que, sin residir en la comunidad,
consideran tener también derechos;

2) la insuficiente legitimidad de las dirigencias comunales que, elegidas por sus


mecanismos regulares de renovación de cargos, son impugnadas por un sector de
los comuneros o no completan el proceso legal de inscribir a las listas ganadoras en
los Registros Públicos, con lo que su legitimidad puede ser cuestionada;

3) el desfase existente entre las competencias que requiere el gobierno y la


representación comunal y las capacidades de gestión de los dirigentes comuneros
que, en el mayor de los casos, evidencian un bajo nivel educativo, pero sobre todo
acusan poco conocimiento de herramientas modernas de gestión que se hacen cada
vez más necesarias y, finalmente,

4) el cambio efectivo en las dinámicas comunales que afectan la relación entre las
familias y la comunidad, muchas veces en perjuicio del colectivo. Todo ello incide en
la dificultad real de las dirigencias para armonizar los intereses de sus diversos
componentes: familias, facciones y colectivo se mantienen en tensión constante. La
comunidad en su conjunto se muestra incapaz de resolver sus conflictos internos y
de potencializar los intereses que apuntan al bienestar de sus miembros.

Por otro lado, la capacidad de la comunidad para representar a sus miembros hacia
el “exterior” se ha visto seriamente disminuida tanto por la multiplicación de
organizaciones de diverso tipo al interior de las comunidades, como por la actitud
del Estado de apoyarse en los municipios en tanto instancias de articulación del
espacio local, particularmente en el actual proceso de descentralización. Con ello,
la competencia histórica entre el municipio y la comunidad –instaurada con el
reconocimiento de las comunidades y con vigencia hasta finales del siglo XX– parece
inclinarse definitivamente hacia el primero.

V. LINDEROS COMUNALES, LINDEROS DISTRITALES.

Los Linderos Comunales son los perímetros que ambas comunidades vecinas
conocen ancestralmente (Art. 2°, Ley 24657). De eso no puede haber
objeción alguna; otro es que, mal intencionado gobiernos locales pretenden
abarcar mayores extensiones territoriales, teniendo en mente la proximidad
de las Demarcaciones Territoriales. Pues estas intenciones se han visto a la
luz a consecuencia de creaciones de nuevos Distritos, sin que para ello,
comunidades vecinos, no hayan sido comunicado ni consultados, y peor aún,
haber sido incluidos.

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Téngase en cuenta que los Linderos de Distritos, provincias y de


Departamentos, son dados por LEY; mientras que los linderos de Territorios
Comunales son resultados de las ACTAS de COLINDANCIAS suscritas por los
legítimamente representantes de ambas comunidades, (Art. 3 y 10 de la Ley
24657, Ley de Deslinde y Titulación del Territorios de las Comunidades
Campesinas). Y estas Comunidades pertenecerán a los distritos donde su
mayor extensión territorial abarca en tal distrito.

No ha habido publicaciones precisas referentes a linderos comunales en


temas abarcando a otros distritos; pero, los documentos, como,
resoluciones, tantos ejecutivos, legislativos, como de la SUNARP, entre sus
explicaciones a fines del caso, hace entender tácitamente las dudas en
cuanto a los linderos comunales abarcando a otros territorios políticos.

Pero, quizá, la última Resolución Ministerial del 2016 sea la que más abarcó
al tema y precisó al referente; la RM N° 0468-2016-MINAGRI, Lineamientos
para el Deslinde y Titulación de Comunidades Campesinas; en la cual, en su
artículo 5°, numeral 5.12, inciso “f” , dice: “Cuando el Territorio de la
Comunidad abarque uno o más distritos y/o provincias, los límites políticos
de esos distritos y provincias deben ser marcados en el Plano de conjunto,
teniendo en cuenta la Ley de creación y los mapas de dichas
circunscripciones, utilizando símbolos distintos a los que identifiquen el
lindero (la línea de colindancia del territorio Comunal)”. Como se pueden
leer, los linderos comunales traspasan linderos políticos; sólo recomienda
que, esos linderos políticos, se diferencien de las Comunidades Campesinas.7

VI. LAS COMUNIDADES CAMPESINAS TAMBIÉN SON PUEBLOS INDÍGENA

Las Comunidades Campesinas y Comunidades Nativas son instituciones


históricas, reconocidos constitucionalmente en el artículo 89º de la
Constitución Política del Perú. Se componen de grupos de personas que
actúan como sujetos colectivos (con un interés colectivo o comunal) cuyo
origen se encuentra en los pueblos originarios o pueblos “indígenas” que
poblaron por primera vez el territorio peruano. En el pasado, la institución
semejante se denominaba Ayllu.

7
Laos, A. & Valera, G. (1998). Comunidades campesinas y desarrollo sostenible. Lima: Grupo Allpa.

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En la actualidad, estas Comunidades o Pueblos habitan zonas rurales y zonas


urbanas (debido a la migración). Sin embargo, el origen legal de la
denominación de “Comunidades Campesinas” y “Comunidades Nativas” se
encuentra en aquellas comunidades que habitan la zona rural. Se identifica
normalmente a las “Comunidades Campesinas” con las comunidades
ubicadas en la zona rural de los Andes del Perú (en adelante también
denominadas Comunidades Andinas), y a las “Comunidades Nativas” con las
comunidades ubicadas en la zona rural de la Amazonía (en adelante también
denominadas Comunidades Amazónicas).

Una Comunidad Andina es diferente a una Comunidad Amazónica. La


Comunidad Andina tiene una relación con la tierra para realizar actividades
económicas vinculadas a la agricultura y ganadería: cada familia suele tener
una parcela de terreno donde practica una agricultura para su subsistencia y
desde donde normalmente obtiene forraje para su ganado que utiliza como
mecanismo de ahorro e intercambio. La Comunidad Amazónica tiene una
relación con la tierra para practicar la agricultura pero sobre todo para
aprovechar sus bosques y ríos: cada familia practica la agricultura de roce y
quema para proveerse de determinados alimentos, pero sobre todo hace uso
de los bosques y ríos para obtener sus principales alimentos (frutos, animales
de caza y peces) y de recursos para su usufructo e intercambio (madera,
peces). Ambas comunidades, Andinas y Amazónicas, tienen una organización
social y política basada en la familia y el parentesco, y en la asamblea
comunal.8

Cada Comunidad Andina y Amazónica comparte historias, costumbres y


conocimientos propios o locales. De ahí que contemos con una diversidad de
comunidades por región y por microrregión. Existen comunidades diferentes
por identidad étnica: en los Andes al menos los quechuas y Aymaras definen
una clara diferencia, pero en la Amazonía encontramos aproximadamente 67
grupos étnicos diferentes.9

8
Matos Mar, J. (1976). Hacienda, comunidad y campesinado en el Perú (2.a ed.). Lima: IEP.
9
Valera, G. (1998). Las comunidades en el Perú: una visión nacional desde las series departamentales.
Lima: IRP

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6.1. PERSONERÍA JURÍDICA.

La personería jurídica es la forma específica de reconocimiento de las Comunidades


Andinas y Amazónicas. La personería jurídica significa el reconocimiento formal de una
persona o entidad a través de su inscripción y publicidad de formas jurídicas o
registrales. Es el medio legal que permite a la persona o entidad actuar formalmente
frente a las autoridades del Estado.
En el caso de las Comunidades Andinas y Amazónicas la personería jurídica se ha dado a
través de su reconocimiento por una Dirección especializada del Ministerio de
Agricultura u otra entidad semejante. Una resolución administrativa reconocía a la
Comunidad luego de un procedimiento donde se cumplía con determinados requisitos.
Con esta resolución administrativa se podía pasar a una inscripción en los Registros
Públicos. Así lo reguló el Código Civil de 1984 en su artículo 135: “Artículo 135.- Para la
existencia legal de las comunidades se requiere además de la inscripción en el registros
respectivo, su reconocimiento oficial.”
La norma se refiere más que a la existencia legal definida anteriormente, a la personería
jurídica de las Comunidades. Para que exista esta personería jurídica es importante
primero un reconocimiento oficial y posteriormente su inscripción en los Registros
Públicos. El reconocimiento oficial debe tener en cuenta las características objetivas y el
elemento subjetivo regulado en el Convenio 169 de la OIT, antes referidos. Esto significa
que tal reconocimiento no puede estar basado en intereses políticos o económicos de
las autoridades del Estado. El procedimiento en los Registros Públicos, de otro lado,
tampoco puede ser un obstáculo para ese reconocimiento. No se puede exigir requisitos
que superen el de otras personas jurídicas, como el de las asociaciones civiles,
correspondiendo otorgar las mayores facilidades a las Comunidades para que se
integren a las actividades de la sociedad en general.
Cabe señalar que en años recientes se viene realizando un registro especial de las
Comunidades Campesinas y Nativas a través del Ministerio de Cultura y, en particular,
por el Viceministerio de Interculturalidad. El objetivo de esta inscripción está
relacionado con el Derecho de la Consulta Previa, buscándose identificar a las
Comunidades como organizaciones representativas en caso de conflictos por
actividades de inversión en sus territorios.

6.2. EXISTENCIA LEGAL

Dada la característica histórica de los Pueblos o las Comunidades Andinas y Amazónicas


con anterioridad a la conquista y colonización española o europea, su existencia es
indiscutible. Sin embargo, en esta existencia histórica es importante distinguir dos
niveles: una existencia de hecho y una existencia legal.

DERECHO AGRARIO – LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS PÁGINA 12


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La existencia de hecho, lleva a sostener que los Pueblos o Comunidades han existido y
siguen existiendo al margen de las denominaciones y los reconocimientos
constitucionales o legales. Por ejemplo, en el Sur Andino, específicamente Puno, era
muy común encontrar “Parcialidades” en lugar de Comunidades. El nombre de
“Parcialidades” no ha estado escrito en las Constituciones ni en las leyes, pero existían
y cumplían el mismo rol de las Comunidades. Con el paso del tiempo, dichas
Parcialidades fueron inscribiéndose como Comunidades y hoy encontramos más
Comunidades que Parcialidades. Si bien hay diferencias orgánicas entre Comunidades y
Parcialidades (en los primeros la autoridad máxima es el Presidente de la Comunidad,
en los segundos es el Teniente Gobernador, por ejemplo), ello no debe ser una
limitación para que las Parcialidades tengan beneficios –si los hubiere-semejantes a los
de las Comunidades. En tal caso, podríamos decir que las Parcialidades constituyen
Comunidades no reconocidas.
Igual ocurre con las denominaciones de Anexos, Caseríos, Rondas Campesinas, Centro
Poblado, Estancias, entre otros, de las diferentes regiones del país. Si sus características
y su funcionamiento son como los de los Comunidades, no hay ninguna limitación en
considerarlos como tal, esto es Comunidades de hecho o “Comunidades no
reconocidas” o “en vías de ser reconocidas”.
La existencia legal, de otro lado, significa el reconocimiento que hacen las autoridades
del Estado basado en la Constitución y las leyes. En el caso del Perú, las Comunidades
Andinas y Amazónicas fueron reconocidas por primera vez en la Constitución Política de
1920. A partir de dicha Constitución las autoridades del Estado estuvieron obligadas a
respetar a los comuneros miembros de dichas comunidades y a promover su desarrollo
a través de políticas diferenciadas.
Teniendo en cuenta ese reconocimiento cabe precisar que la existencia legal de las
Comunidades Andinas y Amazónicas comprende dos niveles: el nivel de los sujetos
individuales de una comunidad, y el nivel de la comunidad como tal. El primer nivel
garantiza que los sujetos miembros de una comunidad tengan derechos y obligaciones
individuales como todo ciudadano, al margen que sus comunidades sean o no
reconocidas. El segundo nivel garantiza que la comunidad exista como sujeto colectivo,
esto es que el conjunto de sus miembros se identifique con una situación especial
basada en su cultura, garantizado por el mismo Estado.
El nivel de reconocimiento como sujeto colectivo comprende a su vez dos aspectos: un
reconocimiento general y un reconocimiento específico. El reconocimiento general
establece la existencia de la comunidad más allá de su identificación en una Resolución
Administrativa o en los Registros Públicos, como anotáramos anteriormente al
referirnos a las Comunidades de hecho. El reconocimiento específico de una comunidad,
supone su identificación en una norma administrativa y, de ser el caso, su inscripción en
los Registros respectivos.

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VII. LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS.

LEY GENERAL DE COMUNIDADES CAMPESINAS

LEY Nº 24656

TITULO I

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1.- Declárese de necesidad nacional e interés social y cultural el desarrollo


integral de las Comunidades Campesinas. El Estado las reconoce como instituciones
democráticas fundamentales, autónomas en su organización, trabajo comunal y uso
de la tierra, así como en lo económico y administrativo, dentro de los marcos de la
Constitución, la presente ley y disposiciones conexas. En consecuencia el Estado:

 Garantiza la integridad del derecho de propiedad del territorio de las


Comunidades Campesinas;
 Respeta y protege el trabajo comunal como una modalidad de participación
de los comuneros, dirigida a establecer y preservar los bienes y servicios
de interés comunal, regulado por un derecho consuetudinario autóctono;
 Promueve la organización y funcionamiento de las empresas comunales,
multinacionales y otras formas asociativas libremente constituidas por la
Comunidad; y,
 Respeta y protege los usos, costumbres y tradiciones de la Comunidad.
Propicia el desarrollo de su identidad cultural.

Artículo 2.- Las Comunidades Campesinas son organizaciones de interés público, con
existencia legal y personería jurídica, integrados por familias que habitan y controlan
determinados territorios, ligadas por vínculos ancestrales, sociales, económicos y
culturales, expresados en la propiedad comunal de la tierra, el trabajo comunal, la
ayuda mutua, el gobierno democrático y el desarrollo de actividades multisectoriales,
cuyos fines se orientan a la realización plena de sus miembros y del país. Constituyen
Anexos de la Comunidad, los asentamientos humanos permanentes ubicados en
territorio comunal y reconocido por la Asamblea General de la Comunidad.

Artículo 3.- Las Comunidades Campesinas en el desarrollo de su vida institucional se


rigen por los principios siguientes:

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a) Igualdad de derechos y obligaciones de los comuneros;

b) Defensa de los intereses comunes;

c) Participación plena en la vida comunal;

d) Solidaridad, reciprocidad y ayuda mutua entre todos sus miembros; y,

e) La defensa del equilibrio ecológico, la preservación y el uso racional de los


recursos naturales.

TITULO II: FUNCIONES

Artículo 4.- Las Comunidades Campesinas son competentes para:

a) Formular y ejecutar sus planes de desarrollo integral: agropecuario, artesanal e


industrial, promoviendo la participación de los comuneros;

b) Regular el acceso al uso de la tierra y otros recursos por parte de sus


miembros;

c) Levantar el catastro comunal y delimitar las áreas de los centros poblados y los
destinados a uso agrícola, ganadero, forestal, de protección y otros;

d) Promover la forestación y reforestación en tierras de aptitud forestal;

e) Organizar el régimen de trabajo de sus miembros para actividades comunales y


familiares que contribuyan al mejor aprovechamiento de su patrimonio;

f) Centralizar y concertar con organismos públicos y privados, los servicios de apoyo


a la producción y otros, que requieran sus miembros;

g) Constituir empresas comunales, multicomunales y otras formas asociativas;

h) Promover, coordinar y apoyar el desarrollo de actividades y festividades cívicas,


culturales, religiosas, sociales y otras que respondan a valores, usos, costumbres y
tradiciones que les son propias e,

i) Las demás que señale el Estatuto de la Comunidad.

TITULO III: DE LOS COMUNEROS

DERECHO AGRARIO – LEY GENERAL DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS PÁGINA 15


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Artículo 5.- Son comuneros los nacidos en la Comunidad, los hijos de comuneros y
las personas integradas a la Comunidad. Para ser "comunero calificado" se
requieren los siguientes requisitos:

a) Ser comunero mayor de edad o tener capacidad civil;

b) Tener residencia estable no menor de cinco años en la Comunidad;

c) No pertenecer a otra Comunidad;

d) Estar inscrito en el Padrón Comunal; y,

e) Los demás que establezca el Estatuto de la Comunidad. Se considera comunero


integrado: a) Al varón o mujer que conforme pareja estable con un miembro de la
Comunidad; y, b) Al varón o mujer, mayor de edad, que solicite ser admitido y sea
aceptado por la Comunidad.

En ambos casos, si se trata de un miembro de otra Comunidad, deberá renunciar


previamente a ésta.

Artículo 6.- Todos los comuneros tienen derecho a hacer uso de los bienes y
servicios de la Comunidad en la forma que establezca su Estatuto y los acuerdos de
la Asambleas General. Los comuneros calificados tienen además, el derecho a elegir
y ser elegidos para cargos propios de la comunidad y a participar con voz y voto en
las Asambleas Generales.

Son obligaciones de los comuneros cumplir con las normas establecidas en la


presente ley y en el estatuto de la Comunidad, desempeñando los cargos y
comisiones que se les encomiende y acatar los acuerdos de sus órganos de gobierno.

TITULO IV: DEL TERRITORIO COMUNAL

Artículo 7.- Las tierras de las Comunidades Campesinas son las que señala la Ley de
Deslinde y Titulación y son inembargables e imprescriptibles. También son
inalienables. Por excepción podrán ser enajenadas, previo acuerdo de por lo menos
dos tercios de los miembros calificados de la Comunidad, reunidos en Asamblea
General convocada expresa y únicamente con tal finalidad. Dicho acuerdo deberá
ser aprobado por ley fundada en el interés de la Comunidad, y deberá pagarse el
precio en dinero por adelantado. El territorio comunal puede ser expropiado por
causa de necesidad y utilidad públicas, previo pago del justiprecio en dinero. Cuando
el Estado expropie tierras la Comunidad Campesina con fines de irrigación, la

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adjudicación de las tierras irrigadas se hará preferentemente y en igualdad de


condiciones a los miembros de dicha Comunidad.

Artículo 8.- Las Comunidades Campesinas pueden ceder el uso de sus tierras a favor
de sus unidades de producción empresarial, manteniendo la integridad territorial
comunal.

Artículo 9.- Las Comunidades Campesinas que carezcan de tierras o las tengan en
cantidad insuficiente, tienen prioridad para la adjudicación de las tierras colindantes
que hayan revertido al dominio del Estado por abandono. Artículo 10.- Las
Comunidades Campesinas tienen preferencia para adquirir las tierras colindantes
en caso de venta o dación en pago. El propietario que deseare transferirlas, deberá
ofrecerlas previamente a la Comunidad, mediante aviso notarial, la que tendrá un
plazo de sesenta días para ejercer su derecho. Si no se diera dicho aviso, la
Comunidad tendrá derecho de retracto con preferencia a los demás casos que
señale el Artículo 1599 del Código Civil.

VIII. CONCLUSIONES

En conclusión, el cambio de las comunidades es, en último término, inevitable. Lo


que no está determinado es ni su dirección ni su velocidad, amén de sus
consecuencias sobre las diversas dimensiones de la comunidad. Cada vez más como
fruto de los procesos de modernización e integración y la vinculación de los espacios
rurales, muchas comunidades campesinas han debilitado su actividad agrícola y
ganadera en aras de fortalecer labores artesanales, mineras, comerciales, turísticas,
se convierten en agencias de empleo, administradoras de fideicomisos y
propietarias y defensoras de su territorio, que además de ser la función con la que
son recreadas en las constituciones del siglo XX, parece ser el principal elemento
invariante en la definición de la comunidad campesina.

Las Comunidades Campesinas y las Comunidades Nativas pre-existen a un


reconocimiento formal del Estado. Si bien su reconocimiento constitucional data de
1920, su existencia se remite a periodos históricos anteriores y, hoy, a una situación
de hecho. Esto último hace posible que aquellas organizaciones rurales semejantes
que conocemos como Parcialidades, Anexos, Caseríos, Rondas Campesinas o
Centros Poblados, se incluyan dentro del reconocimiento de las Comunidades
mencionadas, y dentro del propio concepto internacional de Pueblos Indígenas o
Tribales conforme al Convenio 169 de la OIT. Por estas mismas razones, es posible
destacar en las Comunidades Campesinas y Nativas una existencia legal especial y
una personería jurídica específica no sujeta a arbitrariedad.

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