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Al principio, las personas jurídicas públicas fueron entendidas y calificadas como personas
jurídicas públicas estatales, aceptándose de ese modo un necesario parangón entre ambos
conceptos: toda persona jurídica pública era estatal, y toda persona jurídica estatal era pública,
lo cual implicaba, además su sometimiento prioritario y preponderante al derecho público.
Fue Michoud quien primeramente destacó la posibilidad de que existieran personas jurídicas
públicas estatales, y personas jurídicas públicas no estatales, temperamento que fue
doctrinalmente desarrollado por Sayagués Laso, que sostuvo que es innegable que existen
personas colectivas que no son estatales, que no pertenecen a la colectividad, ni integran la
administración pública, ya sea porque el legislador las creó con ese carácter, ya sea porque su
propia naturaleza resulta incompatible con la calidad de estatal, lo cual no impide, sin embargo,
que tales personas jurídicas sean públicas y estén regidas, en todo o en gran parte, por el
derecho público.
Sistema de la satisfacción de fines específicos del Estado. Según este criterio, son personas
jurídicas públicas estatales aquellas que tienen como objetivo la satisfacción de fines específicos
del Estado, es decir, propios de éste, mientras que son personas jurídicas públicas no estatales
las que no persiguen el logro de finalidades específicas del Estado, aún cuando las que
pretenden alcanzar sean de interés general. Así ocurriría, por ejemplo, en el caso de aquellas
entidades públicas que desarrollan actividades de tipo comercial o industrial, debiéndose tener
presente, sin embargo, especialmente en nuestra época Sistema que atiende al origen del capital
de la entidad. Para quienes propugnan este sistema, la nota que permite diferenciar y clasificar a
una persona jurídica pública como estatal o no estatal es el origen y la composición de su
capital. Si 4 Curso de Derecho Administrativo – Julio Rodolfo Comadira sus decisiones y
resoluciones no son actos administrativos , aun cuando tales entidades puedan estar sometidas,
con mayor o menor preponderancia, al derecho público .
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha aceptado la existencia de las personas jurídicas
públicas no estatales en las causas «Farmacia Roca»2 ; «Ferrari»3 ; «Colegio Público de
Abogados»4 y «Apoderados del Partido Liberal»5 , entre otras. Tampoco se debe descartar,
como efectivamente ocurre, la posibilidad de que el Estado cree, para su accionar, personas
jurídicas privadas, o más exactamente que adopte, para llevar a cabo ciertos cometidos, las
formas y figuras propias del derecho, aunque de algún modo y en algunos aspectos también
sometidos al derecho administrativo, las que para ser realmente admisibles deberán concurrir,
por lo menos de manera indirecta, a la obtención de los fines específicos del Estado, tal como
ocurre en el supuesto de las sociedades y empresas del Estado, afectadas a la prestación de
actividades comerciales e industriales. Ver, en este sentido, lo expuesto infra