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Si vemos cómo ha cambiado esto del año 2000 al 2010 respecto a la enfermedad
periférica y esto agrupado por edad y por países de altos y medianos o bajos
ingresos, en el lado izquierdo vemos que los países de altos ingresos que tuvieron
un incremento del 13% en la incidencia de enfermedad arterial periférica, pero
en el lado derecho que esto representaría por ejemplo a Guatemala en el que
nos teorizamos con los países de bajos a medianos ingresos y más la mayoría de
Latinoamérica también, vemos que hubo un incremento de entre el año 2000 y
el 2010 de la incidencia arterial periférica de un 29% comparado contra un solo
un incremento de un 13% en esa incidencia en los países de altos ingresos.
¿Y esto por qué ha sido? Esto posiblemente se debe a los efectos de la
industrialización y urbanización, los cuales causan mayor contaminación, mejora
en la infraestructura, hay más estrés psicológico y por último y no menos
importante, tal vez donde más afecta la industrialización a la incidencia de la
enfermedad arterial periférica en los países de bajos y medianos ingresos es la
accesibilidad a la comida rápida que todos sabemos que aumenta la obesidad, la
prevalencia de la diabetes, la dislipidemia y la hipertensión y todo eso en
conjunto, pues lleva un incremento de la enfermedad periférica.
Se sabe que 15 millones de muertes cada año son atribuibles solo a enfermedad
coronaria y accidentes cerebrovasculares, eso es mucho más que el cáncer casi
más del doble que el cáncer, mucho más que la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, que la diabetes, que el Alzheimer y otras enfermedades.
Si nos fijamos en el 2011 las guías del ESC (European Society of Cardiology)
sobre el manejo de la enfermedad arterial periférica, una recomendación IC
decían se recomienda la terapia antiplaquetaria en pacientes con la enfermedad
arterial periférica sintomática. En 2013 esas mismas guías de la European Society
of Cardiology recomiendan ya una dosis baja de aspirina lo mencionan
específicamente de aspirina al día en todos los pacientes con enfermedad arterial
coronaria estable, ya no solo en aquellos pacientes que tenían enfermedad
arterial periférica sintomática, sino que también el que tenía enfermedad arterial
coronaria y el clopidogrel está indicado como una alternativa en caso de la
intolerancia de la aspirina.
¿Cuál fue el beneficio clínico neto? Se observó que en los pacientes que utilizaron
la combinación de rivaroxabán más aspirina, 431 pacientes se complicaron
menos, con un resultado a favor de la combinación de estos medicamentos.
En respecto a los beneficios absolutos o el NNT/NNH para traducirlo por cada
1000 pacientes tratados se evitarán 27 MACE/MALE incluidos los eventos de
amputación mayor y se producirá una hemorragia orgánica grave o una fatal
durante un período de 21 meses que fue lo que duró el estudio.
Se intentó pues aquí lo que querían los investigadores del estudio VOYAGER era
determinar si el uso de rivaroxabán 2.5 mg más aspirina en el episodio agudo
post cirugía vascular, por ejemplo, podía ser utilizado.
Y los criterios también salieron a favor del VOYAGER, tenemos ahorita por
ejemplo en el mundo del de la cirugía vascular de la angiología si lo vemos así,
estamos con una herramienta más, por eso les pongo aquí un resumen de todas
las guías hasta el 2019, en las cuales ya se menciona el rivaroxabán, están las
guías sobre el manejo de la enfermedad arterial periférica de la Sociedad Europea
de Medicina Vascular, las guías del EASD sobre el manejo de la diabetes,
prediabetes, enfermedades cardiovasculares y de la Asociación Europea para el
estudio de la diabetes, las guías de la Sociedad Europea de Cardiología sobre el
manejo del síndrome coronario crónicos y las guías globales vasculares en el
manejo del isquemia avanzada que amenaza las extremidades o la isquemia
crítica que está avalada por la sociedad estadounidense y la sociedad Europea de
cirugía vascular.
En todas estas guías vemos que el rivaroxabán 2.5 miligramos cada 12 horas más
aspirina 100 miligramos tiene una evidencia clase IIa en su mayoría y esto
probablemente va a seguir cambiando, estamos en el 2021 se nos vino toda
la pandemia encima, seguramente cuando vuelva a revisar estas guías basado
en lo que por lo menos he tenido la oportunidad de ir tratando con mis pacientes,
creo que este nivel de evidencia va a mejorar, eso es lo que yo opino, es una
opinión personal, pongo aquí mis anotaciones, creo que sí es importante el
cambio, el rumbo que ha tomado la enfermedad arterial periférica, ahora con el
advenimiento del rivaroxabán.
Y después las anotaciones que a mí me gusta compartir cuando termina esta
charla, tratar la enfermedad arterial periférica como una enfermedad
polivascular, si la tratamos así vamos a evitar un montón de eventos
cardiovasculares de otros órganos, no solo en las piernas, por eso tenemos que
cuando encontramos un paciente que no tiene pulso, que se lleva quejando por
una ulcerita en el dedo, pues pensar que es un paciente que si lo pueden manejar
ustedes perfecto, si necesita apoyo del cirujano vascular pues también para eso
estamos, pero que tenemos que tratarlo como un equipo multidisciplinario, en el
cual tiene que estar en involucrado el médico de cabecera, es muy importante el
internista, también su cardiólogo, el endocrinólogo y nosotros los vasculares y
trabajar en equipo, manejar la presión arterial, manejar la diabetes y pues
apoyarnos de terapias tanto no farmacológicas que tienen recomendación I A
para la enfermedad arterial periférica como son el ejercicio, el caminar.
Pero también las terapias farmacológicas, con antitrombóticos o no, las cuales
deben ser supervisados periódicamente con pacientes y yo considero que son
pacientes de alto riesgo de sangrado cualquier paciente que se acerca a los 80
años, entonces ese paciente hay que estar encima, no le dejamos rivaroxabán y
digámosle esto para el resto de la vida, estar un poquito encima de sus plaquetas,
de sus tiempos de coagulación, que aunque no deberían de alterarse francamente
son pacientes frágiles en los cuales periódicamente las vamos haciendo algunas
análisis, vamos dando cuenta que pueden tener un riesgo aumentado en un
determinado momento un sangrado y es cuando tenemos que reanalizar si el
paciente debe seguir en estos tratamientos en los que estamos hablando.
Sugiero también evitar el uso combinado de terapias no probadas o fuera de las
guías de la actualidad y en eso me refiero a por ejemplo pentoxifilina que ya no
está mencionado en las vías porque está con evidencia III, pentoxifilina más
cilostazol que no tiene ninguna evidencia, cilostazol más rivaroxabán de momento
no hay ninguna evidencia, esa combinación evitémosla, diosmina que eso es para
tratamiento de enfermedad venosa, pero que lo vemos con frecuencia utilizar en
pacientes con enfermedad arterial, termina con cualquier combinación.