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Curso en línea: Ciudadanía digital y comunicación político-electoral en México

Elaboración de contenidos:

Rafael Caballero Álvarez

Alma Verónica Méndez Pacheco

Mónica Torres Sánchez

Enero de 2021
Unidad 1. Comunicación y política

Introducción

La comunicación ha sido un factor fundamental en el proceso civilizatorio de la


humanidad, prácticamente todas las formas de expresión humana tienen como
propósito la transmisión de un mensaje, ya sea de forma gráfica, oral o escrita.
La necesidad de comunicarse fue lo que obligó a los seres humanos a crear
lenguajes mediante el uso de símbolos, imágenes y palabras, lo que significó un
factor gregario de gran calado; en otras palabras, el lenguaje resultó crucial para
la formación de comunidades.

El lenguaje es el elemento primordial para la operación efectiva y afectiva de los


sistemas sociales, debido a que más que una herramienta es el todo que
sostiene la asimilación, la crianza y el crecimiento humano en el mundo (Millán
2014, 75).

Este curso está enfocado en un tipo de comunicación: la política-electoral, cuyo


lenguaje suele ser complejo, en tanto que la mayoría de las ocasiones no busca
transmitir mensajes de forma neutra, sino persuadir al público objetivo. Para su
estudio, en esta unidad se detallan algunos aspectos teórico-conceptuales sobre
ella, su desarrollo a partir del uso de los medios de comunicación masiva y sus
características para el caso mexicano, es decir, el entramado jurídico que regula
la forma de hacer propaganda política y electoral en este país.

Los contenidos de esta unidad son la base para analizar los retos que ha
planteado la comunicación política en la era digital y que continúan surgiendo
con el ejercicio de la libertad de expresión a través de las redes sociales y el
internet.

1.1 Política y comunicación: apuntes teóricos

Para tener una base conceptual y teórica sobre lo que significa la comunicación
política, te pedimos revisar el siguiente artículo de la autoría de María Cristina
Reyes Montes, José Antonio O’Quínn Parrales, Juan Miguel Morales y Gómez y
Eduardo Rodríguez Manzanares. No es necesario que lo leas en su totalidad,
pero sí es indispensable la lectura de las páginas 85 a la 91, para la comprensión
adecuada del tema y para responder los ejercicios de evaluación.
“La comunicación cumple un papel fundamental en los sistemas democráticos,
ya que permite conocer el ejercicio de los gobernantes y elaborar libremente
nuestra forma de pensar y actuar en relación con el gobierno” (Reyes, et al.
2011).

1.2 La comunicación política en medios masivos tradicionales

Los medios de comunicación son de diversos tipos y han evolucionado con los
avances tecnológicos. Para los propósitos de este curso, resulta útil para su
estudio la clasificación realizada por Harry Pross, quién los catalogó de la
siguiente manera:

• Medios primarios. Son aquellos que no requieren de tecnología para su


comunicación; se les considera medios de comunicación masiva debido
a que un grupo importante de gente puede ser considerado como masa.
Ejemplos: un expositor, un sacerdote o un orador frente a cualquier
colectivo.
• Medios secundarios. Requieren de tecnología para que el emisor
transmita su mensaje; por su parte, los receptores no necesitan de ningún
instrumento para recibir el mensaje. Ejemplos: periódicos, revistas,
espectaculares.
• Medios terciarios. Tanto el emisor del mensaje como el receptor
emplean tecnología; en otras palabras, se requiere de algún instrumento
para enviar y recibir el mensaje. Ejemplos: radio, televisión, teléfono.
• Medios cuaternarios. En 1997, el científico alemán Manfred Fabler
contribuyó con esta nueva categoría a la clasificación hecha por Harry
Pross, señalando que estos medios son producto del avance tecnológico
y permiten que los individuos se comuniquen masiva y bilateralmente, con
alta calidad de emisión y recepción. Ejemplos: tabletas, smartphones,
internet.

Como se puede advertir, los medios a través de los cuales circula la


comunicación política han cambiado con el tiempo y a partir del avance de la
tecnología, pero también han influido otros aspectos más de tipo politológico,
como la función de los partidos políticos y la representación política.
La clasificación más aceptada de los partidos políticos es la conformada por tres
autores en específico: Maurice Duverger, Otto Kirchheimer y Angelo
Panebianco. Duverger categoriza los partidos, según su composición, en
partidos de cuadros, masas o militantes; Kirchheimer introdujo la noción catch-
all party (‘partidos atrapa todo’), que son los partidos que buscan atraer votantes
de diversos puntos de vista e ideologías; en tanto que Panebianco añadió la
categoría de profesionales electorales, cuya dirección está ejercida por cúpulas
conformadas por personalidades insertas en el parlamento u otras esferas del
Estado, y cuya ideología no juega un papel preponderante. Esta categorización
es importante para advertir que, en la actualidad, casi de manera generalizada
en todos los sistemas políticos un buen número de partidos políticos se
distinguen por tres características:

1. Tienen un difuso componente ideológico, a diferencia de hace medio siglo


cuando era mucho más claro discriminar unos partidos de otros a partir
de una ideología definida que los dotaba de identidad y orientaba sus
postulados, estatutos y propuestas políticas. Así, era más fácil identificar
partidos de izquierda, de derecha, confesionales, socialdemócratas,
etcétera.
2. Tienen una marcada intensión por sumar intereses de diversa índole y de
ganarse las simpatías de distintos sectores de la ciudadanía, en aras de
verse favorecidos con un mayor número de votos en tiempos electorales.
3. Recurren a estrategias políticas muy similares a las de la publicidad, en
las que se privilegia la imagen y los eslóganes, en detrimento de
propuestas estructuradas o planes políticos, para causar simpatía a la
ciudadanía por sus candidatos como en un intercambio comercial; por lo
que tienen una fuerte presencia en los medios de comunicación.

1.2.1 El fenómeno de la espotización

En este contexto surge el fenómeno de la “espotización”, que tiene sus


antecedentes en el comercial televisivo de la campaña presidencial de Dwight D.
Eisenhower de 1952, en ese entonces la mitad de los hogares estadounidenses
tenían televisión, por lo que sus estrategas ―entre ellos el presidente de la firma
publicitaria Batten, Barton Durstine & Osborn, Ben Duffy― sugirieron la creación
de una campaña televisiva que constó de diversos spots conocidos como
“Eisenhower Answers America” en los que hablaba sobre el combate a la
corrupción y los problemas en Corea, además del famoso “I like Ike”, producido
por Roy O. Disney (el hermano de Walt Disney) (Beschloss 2015).

Fotogramas de los spots televisivos “I like Ike” (arriba) y en contra de la guerra


de Kennedy (abajo)

Javier Contreras Alcántara advierte que en particular los spots político-


electorales constituyen vehículos de imagen en el mundo político que se
encuentran atrapados entre, por un lado, la “potencialidad bondadosa” del medio
tecnológico de difusión (radio, televisión, internet) que permite alcanzar públicos
extensos y acercar al político con el elector y, por otra parte, la condena por su
naturaleza seductora y manipuladora (Contreras 2008, 13). Y es que algunas
cualidades individuales que no son esenciales para gobernar o representar los
intereses de los electores, como el físico, el encanto y la sonrisa, la capacidad
dialéctica, la réplica, el humor o la energía aparente, se convierten en elementos
decisorios en la aceptación por parte de los teleespectadores votantes (Costa
2008, 261-2).
Algunos de los beneficios que en particular se pueden obtener de los spots
transmitidos por televisión son: notoriedad, construcción o enaltecimiento de
atributos individuales, críticas a los adversarios, la posibilidad de fijar la agenda
temática y de transmitir el programa o la plataforma política, diferenciarse de las
demás ofertas políticas y conectar directamente con el público (Costa 2008, 263-
7).

Hay diversos tipos de medios de comunicación, su evolución plantea la


clasificación de medios primarios, secundarios, terciarias y cuaternarios. El
fenómeno de la “espotización” tiene su origen en la década de los cincuenta en
Estados Unidos.

1.3. La regulación electoral mexicana

En México se ha dado por llamar modelo de comunicación política al conjunto de


normas que, en general, regulan el acceso a los medios de comunicación masiva
de los actores políticos y que, en particular, permiten el desarrollo de las
campañas electorales de partidos políticos y candidatos en una lógica de
equidad en la contienda.

Las reglas del actual modelo comenzaron a gestarse junto con las grandes
reformas en la materia electoral que dieron paso al periodo conocido como de
transición a la democracia, comenzando con la reforma constitucional de
diciembre de 1976, las reformas espaciadas de los años ochenta y en particular
las grandes reformas de los años noventa. Sin embargo, se podría considerar
que el actual modelo de comunicación política encuentra su génesis en la
reforma constitucional de 2007 y la legal de 2008, fruto de una reñida contienda
electoral por la presidencia de la República y de un grave proceso postelectoral.

De este modo, se incorporó una base III en el artículo 41 constitucional, integrada


por cuatro apartados en los que se establecían las premisas del nuevo sistema
de comunicación político-electoral que ejercería plenos efectos frente a las
instituciones del Estado, los partidos políticos, los medios de comunicación y los
ciudadanos (artículo 41, Base III, Apartado A, CPEUM). El contenido de los
apartados puede ser explicado por la conjunción de los elementos que
conforman cada una de las piezas que identifican al sistema (Astudillo 2008,
132). Estos elementos se refieren a lo siguiente:

1. Acceso a los medios de comunicación:


• Los partidos políticos y las autoridades electorales tienen derecho al
uso permanente de los tiempos del Estado en radio y televisión.
• Los partidos políticos gozan de exclusividad en la difusión de la
propaganda político-electoral en radio y televisión.
2. La autoridad en la materia:
• El Instituto Federal Electoral (IFE) era la única autoridad responsable
de la distribución y asignación de los tiempos del Estado en radio y
televisión a los partidos (tanto en elecciones federales como estatales
y en periodo no electoral).
• También tenía la atribución de distribuir los tiempos en radio y
televisión a las autoridades electorales federales y estatales para el
cumplimiento de sus fines, en periodos ordinarios y de campaña.
3. Restricciones a la propaganda:
• Frente a los partidos políticos. Prohibición de adquirir tiempos, bajo
cualquier modalidad, en radio y televisión.
• Frente a terceros. Restricción a las personas físicas o morales de
contratar comunicaciones de contenido político.
• Frente a los poderes públicos. Se establecen restricciones
temporales y de contenido a la propaganda gubernamental, que debe
ser de carácter institucional y suspenderse el periodo en que se lleven
a cabo las campañas electorales federales y locales.
• El contenido de la propaganda. Se establecen reglas al contenido
de la propaganda política para evitar el uso de expresiones que
denigren a las instituciones, a los partidos o que calumnien a las
personas.
4. Régimen de sanciones:
• Se reconoce al IFE como órgano sancionador.
• Se fortalecen las facultades del IFE para que pueda garantizar
eficazmente las nuevas reglas del sistema de comunicación político-
electoral.
• Se incorpora un régimen de sanciones frente a partidos, agrupaciones
políticas, aspirantes, precandidatos y candidatos, ciudadanos,
dirigentes y afiliados a los partidos, observadores electorales,
concesionarios y permisionarios de radio y televisión, organizaciones
de ciudadanos, sindicales, laborales o patronales.
• Se estipula un procedimiento especial sancionador (PES), de carácter
expedito, para quienes desacaten los mandatos constitucionales en
materia de propaganda y comunicación política.

Años después, tras su toma de protesta como presidente de México en 2012,


Enrique Peña Nieto convocó a las principales fuerzas políticas del país a la
suscripción de un acuerdo denominado “Pacto por México”, del cual derivaron
varias reformas que en su momento se consideraron estructurales, entre las
cuales se incluyó una nueva reforma electoral que entró en vigor el 10 de febrero
de 2014 y que modificó toda la dinámica comicial del país al crear un sistema
electoral híbrido que permitió la subsistencia de los sistemas electorales locales,
pero con predominancia de un modelo nacional, así el IFE pasó a ser el Instituto
Nacional Electoral (INE).

Aunque en materia de comunicación política, prácticamente se mantuvo el


esquema creado con la reforma previa de 2007, las reglas vigentes se detallan
a continuación.

Distribución y asignación de tiempos en radio y televisión

• En periodo ordinario: Al INE le corresponde administrar el 12% del


tiempo total del Estado durante este periodo, es decir, para cada canal de
televisión concesionado cinco minutos y 45 segundos; para cada estación
concesionada de radio siete minutos y 48 segundos, y para televisión y
radio permisionarios tres minutos y 36 segundos.
De este tiempo, el INE distribuye 50% de forma igualitaria entre los
partidos políticos nacionales para la difusión de un programa mensual de
cinco minutos y el resto en mensajes de 20 segundos. El tiempo restante
se usa para los fines propios del Instituto, de los Organismos Públicos
Electorales (Ople) y de otras autoridades electorales federales o locales
(CPEUM, artículo 41, Base III, Apartado A).
• En proceso electoral federal: En términos de la Constitución federal,
desde el inicio de las precampañas y hasta el día de la jornada electoral
el INE administra 48 minutos de tiempo aire diarios en cada estación de
radio y canal de televisión (CPEUM, artículo 41, base III, apartado A). De
ese tiempo, conforme la regla 70-30,1 el INE distribuye durante las
precampañas 30 minutos y durante las campañas 41 minutos entre los
partidos federales (LEGIPE, artículo 167.1, 168.1 y 169.1).
Además, los candidatos independientes tienen derecho a usar los tiempos
oficiales solo durante las campañas, por lo que se les considera, en su
conjunto, como un partido de nueva creación para la distribución del 30%
de los tiempos (LEGIPE, artículos 169.1 y 412.1). Para obtener el
porcentaje de apoyo ciudadano que requieren, pueden usar otro tipo de
propaganda: mítines, en medios impresos, en internet, etcétera, y deben
presentar sus respectivos informes de gastos al INE para su fiscalización.
Durante las intercampañas,2 los candidatos deben guardar silencio y los
partidos políticos deben emitir mensajes genéricos, la distribución de los
24 minutos diarios en radio y televisión debe realizarse en un esquema de
distribución igualitaria (CPEUM, artículo 41, base III, apartado A; SUP-
RAP-226/2014 y acumulados).
• En proceso electoral local: A los partidos políticos les corresponden 41
minutos diarios en cada estación de radio y canal de televisión de
cobertura en la entidad de que se trate (LEGIPE, artículo 177.1). Sin
embargo, la complejidad que representa la manipulación de las señales
al viajar por el espacio aéreo de cada demarcación geográfica en las
campañas distritales, municipales, estatales y federales, aunado a que no
pueden ser contenidas o direccionadas a un área delimitada, llevan a que
generalmente se rebasen los límites distritales y municipales. Por lo tanto,
la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) determinó que son válidas las pautas elaboradas atendiendo al
modelo de cobertura por entidad federativa y no por área geográfica

1 La distribución del 70% de los tiempos se hace entre todos los partidos con base en su votación,
mientras que la distribución del 30 % se hace de forma igualitaria. Los partidos de nueva creación
solo participan en la distribución de este porcentaje.
2 Es el periodo que abarca entre la conclusión de las precampañas y el inicio de las campañas.
distrital o municipal (Jurisprudencia 23/2015 RADIO Y TELEVISIÓN. LAS
PAUTAS OBEDECEN AL MODELO DE COBERTURA POR ENTIDAD Y
NO POR ÁREA GEOGRÁFICA).
• En elecciones concurrentes: De los 41 minutos diarios destinados a los
partidos, el INE, por conducto de los Ople, destina para los locales 11
minutos en precampañas y 15 minutos en campañas en cada estación de
radio y canal de televisión de cobertura en el estado de que se trate
(LEGIPE, artículo 173.1). En este caso, el TEPJF estableció que los
partidos políticos deben usar los tiempos asignados para cada elección
en particular (Tesis VI/2014 RADIO Y TELEVISIÓN. LOS TIEMPOS DE
LOS PARTIDOS POLÍTICOS DEBEN DESTINARSE
EXCLUSIVAMENTE A LAS ELECCIONES A QUE FUERON
ASIGNADOS).
Esto implica que en las pautas locales no se pueden trasmitir
promocionales relacionados con el proceso electoral federal, pues
existiría un mayor posicionamiento de candidatos a cargos de elección
popular del ámbito federal, en detrimento de quienes participan en
comicios locales, lo cual contravendría el principio de equidad que debe
prevalecer en las contiendas electorales.
Por otra parte, los partidos no pueden usar los tiempos oficiales para
promocionar la imagen de candidatos postulados por otros partidos o
coaliciones, porque ello generaría una exposición desigual de los
candidatos y vulneraría el principio de equidad en la contienda. También
se considera una violación a la pauta cuando en los spots de candidatos
de coalición no es posible identificar esa calidad ni la del partido
responsable de la difusión del mensaje (Jurisprudencia 14/2016 RADIO Y
TELEVISIÓN. LA UTILIZACIÓN DE LOS TIEMPOS ASIGNADOS A LOS
PARTIDOS POLÍTICOS, PARA PROMOCIONAR LA IMAGEN DE
CANDIDATOS POSTULADOS POR OTROS INSTITUTOS POLÍTICOS
O COALICIONES, CONTRAVIENE EL PRINCIPIO DE EQUIDAD; SUP-
REP-144/2018; SRE-PSC-169/2015).
Debates

El INE tiene la obligación de organizar dos debates entre todos los candidatos a
la Presidencia de la República y promover, a través de los consejos locales y
distritales, la celebración de debates entre candidatos a senadores y diputados
federales (LEGIPE, artículo 218.1). Para los debates obligatorios de la elección
presidencial, el Consejo General del INE debe definir las reglas, fechas y sedes
en que serán realizados, y estos tendrán que ser transmitidos por las estaciones
de radio y televisión de uso público, además de, por lo menos, una de las señales
radiodifundidas de cada concesionario de uso comercial, cuando tengan una
cobertura de al menos 50 % del territorio nacional (LEGIPE, artículo 218.2 y 3).

En los términos que dispongan las leyes de las entidades federativas, los Ople
también deben organizar debates entre todos los candidatos a una gubernatura
y promover la celebración de debates entre candidatos a una diputación local,
presidencia municipal, alcaldías y otros cargos de elección popular (LEGIPE,
artículo 218.4). Los debates de los titulares del Poder Ejecutivo estatal deben
transmitirse por las estaciones de radio y televisión de las concesionarias locales
de uso público en la entidad federativa de que se trate (LEGIPE, artículo 218.5).
La ley también establece que la inasistencia de uno o más de los candidatos
invitados a los debates no será causa para que no se realicen (LEGIPE, artículo
218.7).

Asimismo, los medios de comunicación nacional y local puedan organizar


libremente debates entre candidatos, siempre y cuando cumplan con tres
condiciones elementales: comunicarlo al INE o al Ople que corresponda; que se
convoque fehacientemente a todos los candidatos de la misma elección y que
se establezcan condiciones de equidad en el formato (LEGIPE, artículo 218.6;
AI 22/2014, 26/2014, 28/2014 y 30/2014 acumuladas; SUP-RAP-29/2018 y
ACUMULADOS).

Prohibición de denigrar a las instituciones

En 2007 se impuso una prohibición constitucional respecto a denigrar a las


instituciones y calumniar a las personas, aunque la reforma de 2014 matizó el
texto constitucional al conservar solamente la segunda prohibición: “En la
propaganda política o electoral que difundan los partidos y candidatos deberán
abstenerse de expresiones que calumnien a las personas” (CPEUM, artículo 41,
fracción III, apartado C).

Nulidades

La reforma de 2014 incluyó la causal de nulidad por la compra o adquisición de


cobertura informativa o tiempos en radio y televisión fuera de los supuestos
previstos en la ley; como regla general del sistema de nulidades, debe
acreditarse que las violaciones fueron graves, dolosas y determinantes (CPEUM,
artículo 41, Base VI; LGSMIME, artículo 78 bis, 1).

En función de lo anterior, se consideran violaciones graves las conductas


irregulares que afectan de forma sustancial los principios constitucionales en la
materia y que pongan en peligro el proceso electoral y sus resultados; son
dolosas, cuando se realizan con pleno conocimiento de su carácter ilícito y se
llevan a cabo con la intención de obtener un efecto indebido en los resultados
del proceso electoral (LGSMIME, artículos 5 y 78 bis).

Asimismo, se consideran determinantes aquellas conductas en las que se


presentan los factores cualitativo y cuantitativo, donde el cualitativo se refiere a
si se han violado los principios constitucionales que garantizan que las
elecciones sean democráticas, libres y auténticas, y atiende a la naturaleza y
rasgos particulares de la irregularidad, lo que permitiría calificarla como grave.
En tanto que el cuantitativo implica estimar el número total de irregularidades
graves o sustanciales, o el número de votos afectados por las irregularidades,
para demostrar que estos votos fueron suficientes para cambiar el resultado
electoral, es decir, que pudieron definir el triunfo de un candidato o partido
político. Aunque ambos criterios son válidos para establecer que una
irregularidad es determinante, lo preferible es comprobar tal determinancia por
ambas vías (Tesis XXXI/2004 NULIDAD DE ELECCIÓN. FACTORES
CUALITATIVO Y CUANTITATIVO DEL CARÁCTER DETERMINANTE DE LA
VIOLACIÓN O IRREGULARIDAD; Jurisprudencia 39/2002 NULIDAD DE
ELECCIÓN O DE LA VOTACIÓN RECIBIDA EN UNA CASILLA. CRITERIOS
PARA ESTABLECER CUÁNDO UNA IRREGULARIDAD ES DETERMINANTE
PARA SU RESULTADO).

Procedimiento especial sancionador (PES)

El procedimiento especial sancionador (PES) es un mecanismo surgido en sede


jurisdiccional en el contexto del proceso electoral federal de 2006, el cual se
distingue del procedimiento ordinario por su rapidez y por la posibilidad de
adoptar medidas cautelares si existen suficientes elementos como para
considerar que se está frente a un hecho ilícito. El PES fue regulado con la
reforma electoral llevada a cabo entre 2007 y 2008.

A partir de esos años y hasta la reforma en materia electoral de 2014 el PES era
competencia del entonces IFE, instancia que se encargaba de recibir las
denuncias, sustanciar e integrar el expediente, realizar la investigación, resolver
e imponer las sanciones correspondientes, en su caso. Las resoluciones en esta
materia se podían controvertir ante la Sala Superior del TEPJF.

Este mecanismo procesal fue modificado en 2014, atribuyendo competencias


tanto al INE como al TEPJF para su sustanciación y resolución, respectivamente.
Así, el INE tiene la facultad para integrar el expediente y realizar la investigación
correspondiente, mientras que la Sala Regional Especializada (SRE) del TEPJF,
también creada con la reforma de 2014, es responsable de resolver el fondo del
asunto. A pesar de esta modificación al PES, se conserva la posibilidad de que
el INE pueda aplicar medidas cautelares, tales como suspender o cancelar de
manera inmediata las transmisiones en radio y televisión de aquellos mensajes
que pudieran constituir infracciones a la ley (Jurisprudencia 14/2015. MEDIDAS
CAUTELARES. SU TUTELA PREVENTIVA).

El acuerdo mediante el cual el INE ordena el dictado de medidas cautelares, o


bien, su desechamiento puede ser controvertido mediante un recurso de revisión
del procedimiento especial sancionador (REP) ante la Sala Superior en un plazo
de 48 horas y también es posible impugnar las resoluciones de fondo de la SRE
con este recurso (LGSMIME, artículo 109.3; LEGIPE, artículo 471.8).
Esquema 1. Los pasos del PES Para visualizar imagen completa haz clic aquí.

Finalmente, vale la pena referir que la reforma de 2014 resultó completamente


omisa en la regulación de aspectos sobre redes sociales e internet, no obstante
que la difusión de propaganda electoral y gubernamental en medios digitales era
ya una realidad, a diferencia de la reforma previa de 2007, que centró sus
esfuerzos en regular el acceso a la radio y la televisión, soslayando los espacios
y herramientas electrónicos, quizás porque su uso no era tan cotidiano y
accesible como en la actualidad.

La ausencia de regulación en esta materia ha significado que en la práctica sean


los tribunales electorales, y en particular el TEPJF, quienes a partir de sus fallos
fijen los criterios orientadores, como consecuencia del intrincado conjunto de
reglas y restricciones que hacen funcionar el modelo de comunicación política.
No obstante, estas autoridades jurisdiccionales en cada asunto que resuelven y
que involucra redes sociales e internet afrontan situaciones límite en las que
también se encuentran inmersos derechos humanos y valores de la democracia.
Así, los jueces electorales suelen verse ante el dilema de hacer compatibles las
reglas de derecho positivo en que descansa el modelo de comunicación política,
con el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la información, la
transparencia y la máxima publicidad, entre otras cuestiones.

El dilema sobre difundir propaganda política o electoral en medios digitales no


es menor y su importancia comienza desde la pertinencia de legislar, o no, en la
materia porque puede ser que si se establecen reglas que limiten el uso y acceso
de las redes sociales se atente contra su esencia misma. Esta discusión será
retomada en las siguientes unidades.

Se conoce como modelo de comunicación política al conjunto de normas que


regulan el acceso de los actores políticos a los medios de comunicación masiva.
El modelo que conocemos hoy en día tiene su origen en la reforma político-
electoral de 2007, a pesar de algunas modificaciones introducidas con la reforma
de 2014.

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