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El ser humano es un ser que por definición carece de naturaleza, en este sentido

lo que el ser humano tiene es condición. Por condición humana comprendemos


que, en su sentido más amplio, es comprendido desde un saber que es innato y
por lo tanto, es también practico. La condición humana como ya se mencionó,
conlleva en su centro la misma praxis. Por otro lado, Velasco (2017) considera que
la condición humana está más relacionada con la razón de ser y esencia de lo que
significa el ser humano. ¿qué significa ser un ser humano? Contrario al
pensamiento objetivo de las ciencias duras, ser humano implica la capacidad de
poseer una unidad pero estar unido.

Al respecto Arendt (2012) considera que la condición del ser humano es en


sí, la pluralidad humana en su doble carácter: tanto en igualdad como en
distinción: “La igualdad de los hombres permite el entendimiento entre ellos y la
prevención de las necesidades futuras. Pero el ser humano vive como un ser
distinto y único entre iguales, pues la alteridad y distinción devienen aquí unicidad”
(Comesaña y Cure, 2006, p.11). Por esta razón, y siguiendo en el pensamiento
filosófico en el que se enmarca la lectura de Eco, desde el abordaje de la
condición humana llegamos a la consideración de que el ser humano posee una
unidad como persona humana y pero también dicha unidad como persona lo
conduce a ser un ser para los demás.

Desde la perspectiva observada en la obra de En el nombre de la rosa se


propone concebir al ser no como un fundamento del ente, sino en relación con su
condición, por lo tanto necesita del otro. Y en esta relación, en la persona, como
un ser para los demás se concibe la intersubjetividad y las cuestiones que
engloban y amor, la historicidad y la comunidad. En el presente escrito
abordaremos desde la mirada objetiva de Eco (2010) en El nombre de la rosa la
unidad de la persona y la otredad expresada en el ser persona para los demás.
Con la intención de establecer un medio de conocimiento entre ambos a la luz de
la antropología fundamental.

La idea de unidad en el hombre planteada en Eco (2010) puede ser


abordada desde el Humanismo, puesto que de acuerdo con Carpio (2015) el
humanismo considera que por esencia el hombre no pertenece a la naturaleza,
sino que se presenta una divinización del hombre, se le concibe por lo tanto como
un sujeto absoluto en una naturaleza, dentro de un universo de objetos, el cual
debe de ser conquistado y dominado. Al respecto, Eco (2010) afirma que:

“La belleza del cosmos no procede sólo de una unidad en la variedad, sino
también de la variedad en la unidad. La respuesta me pareció inspirada en
un empirismo grosero, pero luego supe que, cuando definen las cosas, los
hombres de su tierra no parecen reservar un papel demasiado grande a la
fuerza iluminadora de la razón” (p.11).

No obstante, es la misma condición del hombre, lo que nos lleva pensar que
este humanismo funda al hombre aislándolo de la naturaleza; no se funda la
unidad del hombre en la idea de naturaleza humana, y es que es la unidad
biológica es la que formula y postula la esencia del hombre, es decir que la
interacción del cuerpo – alma representa ser la unidad sustancial del hombre.
Puesto que “al prescindir de la idea de naturaleza humana, la idea humanista de
unidad del hombre adolece de «una especie de vacuidad física y biológica”
(Solana, 2015, p.2).

Llegado a este punto, conformamos que el ser humano, es tanto en nota


biológica, como en su nota psicológica y metafísica. Solana (2015) considera que
el ser humano no es biológico por un lado, en totalidad, y cultural en su totalidad,
sino que la interacción de ambas es lo que faculta la acción misma. Es esta la
dualidad filosófica planteada desde las consideraciones griegas, el cuerpo y el
alma permiten la comunión de un ser. Al respecto Morin (2017) menciona que la
unidad biológica de la especie humana se da desde la unidad y la diversidad, de
tal forma lo biológico y lo cultural del hombre, permite la expresión de este, de
forma interrelacionalmente compleja.

Dicho resultado será expresado mediante cinco expresiones, las cuales al


ser resultado de la unidad misma del ser humano, sustenta la condición del
humano, la cual se vera ligada con la noción de verdad, por está razón Eco (2010)
afirma que “toda la verdad, y la verdad es indivisible, resplandece con su propia
luz, y no admite particiones dictadas por nuestros intereses y por nuestra
vergüenza” (p.248). Siendo puesto que la condición humana, reenfocada en el
pensamiento de Eco, expresa que la corporeidad del ser está ligado a las
conductas, y esta razón, la afectividad, la inteligencia, la voluntad, la libertad y la
responsabilidad son los principales medios por los cuales el ser humano expresa
su unidad y la a conocer con los demás. Puesto que, dentro de todo el marco
discursivo de Eco (2010) estos son los elementos reconocidos, los cuales
promueven la unidad misma del ser humano.

Por un lado, la afectividad es aquel conjunto de calidades psíquicas por


medio de las cuales el ser humano es dato de la capacidad de experimentarse a sí
mismo, pero también de vivencia, en lo mas intimo el ser humano experimenta la
realidad externa, siendo este el modo por medio del cuales somos afectados por
las circunstancias de alrededor, esto es evidente en el discurso de Eco (2010)
expresar por medio de sus personajes el valor de la experiencia humana: “El
pudor, y la dignidad propia de mi condición […] me aconsejarían atenerme a la
más pía prudencia” (p.208).

Mientras que la inteligencia, la voluntad y el binomio de la libertad y la


responsabilidad fundamentan la condición del ser humano, de acuerdo con Carpio
(2015) estas son el fundamento de la praxis del ser humano a la luz de la razón,
única capacidad que posee el ser humano, siendo ambos la distinción dentro de
todo lo creado. No obstante, estas cuestiones no se reservan para la actividad
individual del ser humano, sino que por condición está proyectada hacia el otro.
¿Cuál es el valor del otro? Ortega y Gasset (2019) considera que el otro es el ser,
que necesita al hombre, es una epifanía para este ser, es quien fundamenta la
existencia misma del ser humano. La unidad de la persona humana se constituye
así mismo para ser con los demás, Carpio (2015) considera que las nociones del
amor griego: el eros, la filia y el ágape están instituidos siempre la relación con el
otro, el amor en sí mismo nunca se encapsula en el amor, sino que este se da,
naturalmente hacia los demás.
De tal forma, el amor es visto y concebido como una expresión del
reconocimiento del ser humano sobre los demás. Todo sexo y todo género está
llamado a constituir el amor en sí, dicho amor se fundamentada en la unidad de la
persona, como un acto de praxis, puesto que de acuerdo con Fromm (2020) al
igual que la libertad, el amor pasa a ser un acto de la voluntad humana, es decir,
que el amor se enmarca como una decisión, la cual está representada mediante
acciones claras: cuidar, responsabilizarse, respetar y conocer. Eco (2010) detalla
la experiencia del amor con las siguientes palabras:

“Cuerpos y brazos habitados por el Espíritu, iluminados por la revelación,


sobrecogidos y cogidos por el estupor, miradas exaltadas por el
entusiasmo, mejillas encendidas por el amor, pupilas dilatadas por la
beatitud, uno fulminado por el asombro hecho goce y otro traspasado por el
goce hecho asombro, transfigurado uno por la admiración y rejuvenecido
otro por el deleite, y todos entonando, con la expresión de los rostros, con
los pliegues de las túnicas, con el ademán y la tensión de los brazos, un
cántico desconocido, entreabiertos los labios en una sonrisa de alabanza
imperecedera” (p.32).

Todo lo mencionado se enmarca desde un hecho social puesto que este es


modo de hacer y ser influenciado por la cultura misma y por el contexto, el otro
esta siempre presente en el ser humano, al respecto Carpio (2015) considera que
los hechos sociales son “conductas humanas habituales, no dependientes de la
constitución biológica ni psíquica de las personas, sino de la sociedad que
integran, que tiene una existencia singular y propia” (p.23)

De tal forma podemos concluir que el ser no esta para si mismo, sino que
siempre está expuesto al otro, este ser humano, se enmarca siempre desde la
mirada de la unidad, pero también desde la consideración de este ser está dentro
de una unidad que lo hace ser con las demás personas y que por lo tanto, el ser
algo en el mundo, es decir tener identidad, es lo que determina la existencia de
una cosa, solo que este ser algo es descubierto mediante la relación entre seres
humanos.
Referencias:

Arendt, H. (2016). La condición humana (1.a ed.). Paidós México.

Carpio, A. (2015). Principios de filosofía. Paidós.

Carpio, A. (2021). Principios De Filosofía. Paidós.

Comesaña, G., & Cure, M. (2006). El pensamiento como actividad según Hannah

Arendt. Utopía y Praxis Latinoamericana, 11(35), 11–35.

http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-

52162006000400002&lng=es&tlng=es.

Eco, U. (2010). El nombre de la rosa (2.a ed.). Penguin Random House Grupo.

Fromm, E. (2020). El arte de amar (1.a ed.). Paidós.

Morin, E. (2017). Introducción a una política del hombre (1.a ed.). Gedisa

Mexicana.

Ortega Y Gasset, J. (2019). ¿Qué es filosofía? (1.a ed., Vol. 3). Austral.

Solana, J. (2015). La unidad y diversidad del hombre en la antropología compleja

de Edgar Morin. Gazeta de antropología, 11(02), e1.

https://www.ugr.es/~pwlac/G11_02JoseLuis_Solana_Ruiz.html#:~:text=La

%20idea%20de%20la%20unidad%20del%20hombre%20postulada%20por

%20el,(Morin%201982%3A%20190).

Velasco, J. (2017). La condición humana como un saber necesario para pensar en

un Homo complexus. Revista CON-CIENCIA, 5(1), 77–84.


http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2310-

02652017000100007&lng=es&tlng=es.

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