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11.

Análisis de algunas infracciones 482

a) Los homicidios 482

b) No dar cuartel 488

c) La tortura y los tratos o penas crueles,

inhumanas o degradantes 490

d) La violación sexual y otros actos

de violencia sexual 506

e) Herir a persona protegida 528

f) La toma de rehenes 529

g) La esclavitud y la trata de personas 542

h) Los actos de discriminación racial 545

i) Los castigos colectivos y las represalias 548

j) Los actos de terrorismo 551

k) El pillaje, el saqueo, la apropiación,

el despojo y la confiscación de bienes 573

l) La exacción o contribuciones arbitrarias 580

m) Las condenas dictadas sin garantías judiciales 582

n) El reclutamiento de niñas, niños y adolescentes 589

ñ) Los desplazamientos forzados de la población civil 597

o) La desprotección de los heridos y enfermos 607

p) Atacar al personal sanitario y religioso 609

q) Atacar las unidades y los medios de transporte

sanitarios 611

r) Omisión de medidas de protección a la población

civil y de asistencia humanitaria 615

s) La utilización de medios y métodos de guerra ilícitos 623

t) La perfidia 627

u) El uso indebido del signo distintivo 634

v) Forzar a servir en la parte enemiga 638


w) Atacar bienes indispensables para la supervivencia

de la población civil 639

x) Atacar obras e instalaciones que contienen

fuerzas peligrosas 643

y) Atacar bienes culturales y lugares de culto 649

z) Causar daños al medioambiente 656

A continuación, se hace un análisis de algunas de las transgresiones que son contempladas en los
instrumentos de derecho humanitario, en los estatutos de los tribunales penales internacionales,
en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, y en el Código Penal colombiano.

a) LOS HOMICIDIOS

Tanto el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra de 1949 como el inciso a) del artículo
4.2 del Protocolo II de 1977, prohíben: “los atentados contra la vida, especialmente el
homicidio en todas sus formas”, de todas las personas que no participen directamente en las
hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y
los que hayan quedado fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier
otra causa análoga

En el mismo sentido, el Estatuto de la Corte Penal Internacional considera que son crímenes
de guerra en relación con los conflictos armados no internacionales, las violaciones graves del
artículo 3 común de los Convenios de Ginebra de 1949, y concretamente: “los actos de
violencia contra la vida, en particular el homicidio en todas sus formas” (art. 8.2. (c) (i)).

***El homicidio comprende no sólo los casos de asesinato, sino también los de omisión
intencional que puedan ocasionar la muerte

El tribunal Penal Internacional para la ANTIGUA YUGOSLAVIA, dijo que la fiscalía tenía la carga
de probar: 1) la muerte de la víctima que no tomaba parte activa en las hostilidades; 2) que la
muerte fue resultado de un acto u omisión del acusado o de una o más personas por las que el
acuso es penalmente responsable; 3) la intención del acusado o de la persona o personas por
las que es penalmente responsable:

a) de matar a la víctima;
b) de causarle deliberadamente lesiones corporales graves que el perpetrador razonablemente
sabría que probablemente la conducirían a la muerte

*** El mismo Tribunal ha dicho que no se requiere “que se presente el cadáver como prueba de la
muerte. Sin embargo, debe haber prueba para ligar las lesiones recibidas con la muerte resultante

También ha señalado este Tribunal Penal Internacional que el requisito del mens rea para
homicidio intencional es que el acusado “pretendía causar la muerte o infringir lesiones
corporales graves que, como es razonablemente asumir, y éste debía comprender,
probablemente llevarían a la muerte ...”. Que tampoco se requiere premeditación y que “[E]l
asesinato en y por sí mismo no puede ser considerado como un ultraje contra la dignidad
personal.

El asesinato causa la muerte, que es diferente del concepto de humillación, degradación o ataques
graves a la dignidad humana.

Hay efectivamente equivalencia entre el contenido del artículo 3 común de los Convenios de
Ginebra de 1949 y el de las disposiciones de la Convención Americana y de otros instrumentos
internacionales acerca de los derechos humanos inderogables (tales como el derecho a la vida y el
derecho a no ser sometido a torturas ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes). Esta Corte ya
ha señalado en el caso Las Palmeras (2000), que las disposiciones relevantes de los Convenios de
Ginebra pueden ser tomadas en cuenta como elementos de interpretación de la propia
Convención Americana.

Los Elementos de los Crímenes del Estatuto de la Corte Penal Internacional señalan como los tres
primeros elementos del crimen de guerra de homicidio (art. 8 2) c, i-1) los siguientes:

1. Que el autor haya dado muerte a una o más personas.

2. Que esa persona o personas hayan estado fuera de combate o hayan sido personas civiles o
miembros del personal sanitario o religioso que no tomaban parte activa en las hostilidades.

3. Que el autor haya sido consciente de las circunstancias de hecho que establecían esa condición.

La Procuraduría General de la Nación expidió la Directiva 011 el 14 de julio de 2010 en que


establece una serie de directrices para abordar el análisis de este tipo penal, en la que concluye
que los llamados “falsos positivos”, que no son otra cosa que civiles asesinados que son
presentados como guerrilleros muertos en combate, deben ser considerados en principio
homicidios en persona protegida.
b) NO DAR CUARTEL

El párrafo 1° del artículo 4 del Protocolo II de 1977 indica que “queda prohibido ordenar que no
haya supervivientes”.

Conocida como la norma del cuartel, es una regla inspirada en el derecho de La Haya que tiene por
objeto proteger la vida de quien participó en las hostilidades y cae en poder del adversario ya sea
por rendición o captura.

“[N]o sólo se prohíbe dar la orden de matar, sino también la amenaza y la ejecución, con o sin
órdenes”. “Desde los tiempos primitivos de la humanidad, se abrió camino a lo largo de la historia
la norma que no se debe exterminar al enemigo vencido”

Se encuentra contemplada en el artículo 40 del Protocolo I de 1977, en el artículo 8.2.e.x del


estatuto de la Corte Penal Internacional, en relación con conflictos armados no internacionales, y
en el Código Penal se penaliza, en el artículo 145, entre otras, los “actos de no dar cuartel” y los
“actos dirigidos a no dejar sobrevivientes o a rematar los heridos y enfermos”.

c) La tortura y los tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes

Ésta es una de las prohibiciones más importantes del derecho internacional, y es un claro ejemplo
“donde convergen claramente el derecho de los derechos humanos y el derecho humanitario, y
donde ambos cuerpos de normas se refuerzan recíprocamente”

Se encuentra prohibida por el artículo 7 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y
Políticos, el artículo 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Convención de
las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes,
la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura, el artículo 3 común de los
Convenios de Ginebra de 1949, el artículo 4.2.a del Protocolo II de 1977 y por los artículos 7.2.e y
8.2.c.iv del Estatuto de la Corte Penal Internacional.

Las amenazas de realizar atentados contra la integridad física o mental de las personas, como la
tortura, es también uno de los actos prohibidos por el artículo 4.2.h del Protocolo II de 1977
contra quienes no participen directamente en las hostilidades.

El artículo 137 del Código Penal señala que comete tortura en persona protegida:

[e]l que, con ocasión y en desarrollo de conflicto armado, inflija a una persona dolores o
sufrimientos [graves,] físicos o psíquicos, con el fin de obtener de ella o de un tercero información
o confesión, de castigarla por un acto por ella cometido o que se sospeche que ha cometido, o de
intimarla o coaccionarla por cualquier razón que comporte algún tipo de discriminación,
incurrirá...

En particular, la redacción es casi textual a la Convención de Naciones Unidas de 1984: “se


entenderá por el término “tortura” todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una
persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o
de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se
sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier
razón basada en cualquier tipo de discriminación, …”

“No se requiere haber causado una lesión permanente para configurar tortura; no se requiere que
la prueba del sufrimiento sea visible después de la comisión del delito”. “[L]a [tortura] puede
cometerse en un solo acto o puede ser el resultado de una combinación o una acumulación de
varios actos que, tomados de manera individual y fuera de contexto, pueden parecer anodinos.
[…] Hay que evaluar la gravedad de los actos considerados en su conjunto, en la medida en que se
pueda demostrar que existe una correlación entre esos actos que se suceden en el tiempo o se
repiten”.

El tipo penal del artículo 137 se diferencia en dos aspectos del artículo 178 denominado tortura,
norma correspondiente al capítulo quinto de los delitos contra la autonomía personal del título III
de los delitos contra la libertad individual y otras garantías. La primera diferencia, es que el
artículo 137 trae el ingrediente normativo “con ocasión y en desarrollo del conflicto armado” y el
178 no, por las obvias razones que aquí se han señalado. La segunda, es que el artículo 178
contempla en el segundo inciso la posibilidad de cualquier otro fin (“[e]n la misma pena incurrirá
el que cometa la conducta con fines distintos a los descritos en el inciso anterior”), como lo
establece el artículo 2 de la Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura; es
decir, el artículo 137 trae tres finalidades bien definidas (1º obtener de ella o de un tercero
información o confesión, 2º de castigarla por un acto por ella cometido o que se sospeche que ha
cometido, o 3º de intimarla o coaccionarla por cualquier razón que comporte algún tipo de
discriminación), mientras que el artículo 178 trae esas mismas finalidades más esta otra que es
indeterminada.

La tortura también se diferencia del tipo penal de lesiones personales (art. 111). En ésta, la
conducta puede ser culposa, que consiste en un daño en el cuerpo o en la salud y la finalidad no es
un ingrediente normativo del tipo penal. La tortura es dolosa y siempre exige una finalidad. Si se
hace un juego de palabras entre la tortura y las expresiones de la descripción de la conducta de
lesiones personales, se puede decir que toda tortura es un daño al cuerpo o a la salud pero no
todo daño al cuerpo o a la salud es tortura.

Otra práctica cercana a la tortura y a los tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, son los
experimentos médicos que no tengan fundamento en la salud de la persona.
d) La violación sexual y otros actos de violencia sexual

La violencia sexual es un ejercicio de dominación de la sexualidad pero también se usa para


regular las relaciones y comportamientos, callar, obtener información, castigar, expropiar, disolver
una organización, recompensar y cohesionar a los miembros de un grupo armado.407 Además
reviste de formas diferentes a la violación sexual: mutilación sexual, desnudez forzada, esclavitud
sexual, imposición de códigos de conducta, acoso u hostigamiento sexual, intento de violación,
aborto forzado, anticoncepción forzada, manoseo, prostitución infantil, prostitución forzada,
unión forzada y control de relaciones afectivas

“En la práctica se ha especificado que la prohibición de la violencia sexual tiene carácter no


discriminatorio, es decir, que tanto los hombres como las mujeres, los adultos como los niños,
están protegidos por la prohibición”. Salvo el embarazo y el aborto forzados, los demás actos de
violencia sexual están prohibidos contra todo tipo de persona y no sólo contra las mujeres. No
obstante, “[l]a mayoría de las normas del derecho humanitario se centran en la protección de la
mujer, en vez de encarar la prohibición de las atrocidades basadas en el género”

Se habla más de la violencia de la mujer, que de la de los niños y hombres.

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