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Tema 6. El teatro de 1939 hasta la actualidad. Tendencias, autores y obras principales.

Los autores de después de la guerra se ha dicho que padecen el “adanismo” porque tras la guerra
debido al exilio y la censura los autores de la época anterior desaparecieron y no ejercieron influencias. El
teatro, por su carácter social, fue el género que más censura tuvo, así muchos autores quedaron
condenados a adaptarse a la censura y al gusto del público o no fueron representadas sus obras

El final de la guerra fue el comienzo de la Dictadura franquista (1940-1975) que supuso el exilio de
muchos intelectuales españoles, lo que cortó la evolución natural de la literatura española y la sumieron
en un profundo aislamiento, vigilado además por la censura. La Segunda Guerra Mundial hace que el ser
humano se sienta dentro de un mundo absurdo que no consigue entender. Así el ser humano solo confía
en la existencia del mundo, que es absurda y angustiosa, esa es la base del existencialismo.

Tras la muerte de Franco, se produce la transición democrática española en la que habrá un


aperturismo social y cultural. Sin embargo el gusto teatral del público tardará mucho tiempo en renovarse
tras la larga dictadura.

Al terminar la Guerra Civil, el teatro español había perdido a sus mejores dramaturgos (García Lorca,
Valle Inclán), y otros muchos se vieron obligados a emprender el exilio. Además el teatro tuvo que luchar
con una doble censura (Del texto y la representación)

Así las cosas, en los años 40, no pudo llegar la influencia de la renovación teatral europea. Aislado, el
teatro de la época tomó una doble dirección: Comedia burguesa, Se trata de obras de teatro bien hechas
en cuanto a la estructura y a la calidad literaria, sin embargo no hacen crítica social ni introducen nada
nuevo. Jacinto Benavente será el autor más representativo de esta época, con su obra “Lo increíble”
(1940). El desenlace de estas obrases siempre feliz y complaciente.

Por otro lado encontramos Un Teatro Cómico, que buscaba la risa del público, no comprometido. Se
trata de un humor absurdo con poca crítica social. Destaca Enrique Jardiel Poncela con su obra “Eloísa
está debajo de un almendro” (1940). Miguel Mihura, autor de Tres sombreros de copa que fue una obra
pionera del teatro del absurdo, tuvo que hacer durante el franquismo una comedia de humor más
convencional como “El caso de la mujer asesinadita” (1946)

Como ocurrió en la poesía y la novela, también el teatro de los 50 reflejó las inquietudes sociales de una
época de un modo realista. Muy a menudo, para salvar el rigor de la censura, estos dramaturgos
recurrieron a un lenguaje indirecto y simbólico. Gracias a ello lograron criticar la sociedad de su época
con un lenguaje fácil de entender, que imitaba el habla coloquial de la calle. Estos autores transmitieron
mediante sus personajes la falta de libertad y las desigualdades sociales

Antonio Buero Vallejo con “Historia de una escalera” (1959), cuenta la vida de los vecinos que se
encuentran en una escalera de un portal humilde. Las ilusiones de un futuro mejor se ven frustradas por
el paso del tiempo y la dura realidad de la época.

Alfonso Sastre inaugura un teatro de crítica social con Escuadra hacia la muerte, en la que un grupo de
soldados está condenado a una misión suicida en la Tercera Guerra Mundial. La reacción de los soldados
ante la muerte segura muestra la desolación del ser humano ante un poder tirano, injusto y absurdo.

Poco a poco la influencia del Teatro Vanguardista europeo de los años 30, 40, 50 llegó a los escenarios
españoles. Hacia mediados de los 60 se produce una amplia renovación dramática que afecta a
numerosos planos del espectáculo teatral: el propio texto, la escenografía, las técnicas audiovisuales
empleadas, etc. Las novedades las podemos sintetizar en los siguientes puntos: El personaje dramático
no es un protagonista identificado, sino un hombre sin rasgos, anónimo. Se rompe la estructura lineal de
la historia. Los escenarios se vacían y desaparecen todos los objetos superfluos. Si hay algún objeto este
es de carácter simbólico. . Aparecen algunos subgéneros dramáticos como el teatro de la crueldad y el
teatro del absurdo. Muchas obran hablan del propio teatro (metateatro)

Fernando Arrabal comienza ya a escribir en los 50. Utiliza elemento surrealistas y del absurdo para
hacer un teatro renovador que no fue comprendido en España, por lo que tuvo que emigrar a Francia,
donde alcanzó un gran éxito. Destaca “Pic-Nic”, obra en la que dos soldados enemigos organizan un pic-
nic en pleno campo de batalla. La obra es un alegato en contra de lo absurdo de la guerra.

Francisco Nieva lleva la experimentación hacia el extremo, sus obra son casi imposibles de representar
por que presentan una acción en lugares insólitos o con multitud de personaje. Utiliza el subgénero de
“teatro furioso” un teatro en total libertad del que destacamos la obra “Pelo de tormenta” 1972

Este teatro era complejo y difícil de entender, lo que hizo que no tuviera en ningún momento gran
acogida del público

En esta etapa de renovación se crearon también algunos grupos de teatro independiente que han
llegado hasta nuestros días y que han actuado en grandes acontecimientos como la inauguración de los
Juegos Olímpicos de Barcelona. Estos grupos entienden el teatro como un gran espectáculo que no se
limita al patio de butacas y al escenario, sino que se extiende a la calle y a los grandes espectáculos. El
público interactúa en la obra. Entre estos grupos destacan: Els Joglars y Els Comediants.

Tras el Experimentalismo de los años 60 y 70, todos los géneros literarios vuelven la vista a la tradición.
Esto sucede también en el teatro. Los nuevos autores dramáticos se inclinan hacia la comedia realista,
bien concluida y que desarrolla temas de actualidad: la droga, la delincuencia, los conflictos amorosos
contemporáneos, la corrupción política, casi siempre con un matriz irónico y humorístico. Se abandona
toda experimentación y se busca contar historias actuales.

Quizás el autor más destacado sea José Luis Alonso de Santos con obras como: La estanquera de
Vallecas o Bajarse al moro, (las cuales fueron llevadas después al cine). Obras que cuenta la vida de la
clase obrera más desfavorecida, en relación con la delincuencia o las drogas. También es interesante la
obra del actor Fernando Fernán Gómez, por ejemplo: Las bicicletas son para el verano.

En el siglo XXI, la crisis del teatro se ha hecho más evidente, tal vez debido a la fuerte competencia de
otras artes y entretenimientos. Los dramaturgos que se han dado a conocer en las dos últimas décadas
predomina la línea realista, con un toque de denuncia social e intención moralizante como la figura de
Juan Mayorga con La tortuga de Darwin, 2008.

También destaca la figura de Angélica Liddell que hace un teatro surrealista y apuesta por puestas en
escena rompedoras y polémicas. Y Rodrigo García que en sus “Cenizas escogidas” hace una crítica al
capitalismo y a los valores de la sociedad actual

Los intentos de crear un teatro renovador se ven cortados por la guerra Civil. Los años del franquismo y
la censura perjudicaron al gusto teatral de los españoles, que ha tardado mucho en renovarse. La lucha
por la revitalización de nuestro teatro sigue hoy día; un género que siempre ha estado en crisis pero
siempre consigue sobrevivir por ser un arte tan necesario para una sociedad saludable.

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