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BOLIVAR.

LIDER CONTINENTAL
Nuestro líder Simón Bolívar nace como conductor de la Independencia durante la
campaña de 1813, con 70 hombres y ahora contando con un ejército de oficiales
experimentados, entre los cuales ya no habían vacilantes ni traidores, lo seguían con
absoluta confianza y de cada uno de ellos se sabía muy bien lo que podía esperarse en
pericia y arrojo. 

La propia población civil comenzaba a aprender lo que tendría que dar para la defensa
común, y de aquellas masas huidizas de la Primera República habría hecho soldados
que los mismos combatían en las ardientes llanuras, a nivel del mar, que en las
montañas, a mil seiscientos o cuatro mil metros de altura; a machete, a lanza o con el
fusil, que aprendían a manejar en el propio campo de batalla.

A partir de ese momento, y a pesar de las derrotas, de las traiciones y los desengaños,
tuvo grandes victorias, importantes adhesiones y la fe inquebrantable del triunfo de un
ideal: la independencia absoluta de América. Sin embargo, en esta etapa, la falta de
conciencia nacional y el carácter remoto de la ideología de la independencia,
desemboca en un regionalismo que es expresión del fenómeno del caudillo, que es otra
de las típicas expresiones de la guerra de la independencia y de la desintegración del
orden social, político y cultural estructurado a lo largo de la colonia.

Los triunfos de Bolívar y Mariño en las acciones militares de la Campaña Admirable y la


Campaña Libertadora de Oriente, no lograron la integración de los patriotas de oriente
y los del centro, y esa falta de unidad va a incidir en el fracaso de la Segunda
República.

Esta falta de unidad entre los patriotas, que desemboca en la anarquía que divide a los
republicanos y que les impidió unirse detrás de un líder, fue un problema que tuvo que
enfrentar Bolívar, inclusive hasta el último momento de sus existencia.

Los principales caudillos se despreciaban mutuamente, pues cada uno creía que su
versión de la causa patriota merecía el apoyo de todos los demás.

Lo que distinguió a Bolívar de todos los jefes patriotas fue la visión continental de
América, que trascendía los intereses locales, así como su disposición a sacrificar los
intereses de quien fuera, incluso los propios, con el fin de que dicha visión se hiciera
realidad.

El Congreso de Panamá, designado a menudo como Congreso Anfictiónico de Panamá en


recuerdo de la Liga Anfictiónica de la Antigua Grecia, fue una asamblea diplomática que tuvo
lugar en 1826 en la ciudad de Panamá.
El congreso fue convocado por Simón Bolívar con el objetivo de buscar la unión
o confederación de los nuevos Estados americanos sobre la base de los
anteriores virreinatos hispanoamericanos, en un proyecto de unificación continental, como lo
había ideado el precursor de la independencia hispanoamericana Francisco de Miranda.
Asistieron al congreso la Gran Colombia, México, Perú y la República Federal de Centro
América. Bolivia y Estados Unidos no llegaron a tiempo. Las Provincias Unidas del Río de la
Plata y Chile no mostraron interés. Paraguay no fue invitado. El Imperio del Brasil tampoco
mostró interés. Gran Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.1
Debido a los desacuerdos entre los gobiernos participantes, fracasó el proyecto de
confederación ideado por Bolívar.23
Las Campañas del Sur es el nombre con que se conoce a una serie de campañas militares
que emprendió la Gran Colombia al sur de su territorio entre 1821 y 1826 contra el
dominio español en la América del Sur y que tuvieron una importancia decisiva para la
independencia de las actuales repúblicas de Ecuador, Perú y Bolivia.
La definición de qué hechos comprendieron las campañas del Sur varía, tal que algunos
historiadores llaman así a las campañas libertadoras de Quito y Pasto entre 1820 y 1822,
mientras que otros se refieren a las operaciones militares desde 1821 hasta 1826 cuando
capituló la fortaleza de El Callao. Sin embargo, se puede decir a ciencia cierta que las
campañas del Sur tuvieron por objeto finalizar la guerra de independencia americana, y como
resultado el auge de la influencia y el poder de la Gran Colombia que bajo la presidencia
de Simón Bolívar buscaba la unión de los nuevos estados.

Acción Diplomática de Sucre

El 11 de enero de 1821, en Bogotá, fue nombrado por Bolívar comandante del Ejército del Sur, en reemplazo
del general Manuel Valdés; era la fuerza que, desde 1820, operaba en Popayán y Pasto. No recibió Sucre el
cargo porque razones de Índole estratégica y política hicieron que Bolívar anulase tal designación y le diese
comisión para marchar a Guayaquil, donde reemplazaría al general José Mires y asumiría la misión que se le
había encomendado: la de hacer que la provincia (la cual se había independizado de los españoles en
octubre de 1820) se incorporase a la República de la Gran Colombia y tomar el mando de las tropas que
hubiese en Guayaquil, como pasos previos para la liberación de Quito, que era el propósito principal de las
operaciones que se ejecutasen. El 6 de abril llegó Sucre a Guayaquil y al presentarse ante la Junta de
Gobierno, expuso la razón de su presencia allí y de la idea de una unión de la provincia con Colombia. El 15
del mismo mes fue celebrado un tratado entre Sucre (por Colombia) y José Joaquín de Olmedo, Francisco
Roca y Rafael Jimena, miembros de la Junta. El tratado estipulaba que Guayaquil mantendría su soberanía,
pero bajo la protección de Colombia. En aquella oportunidad Sucre quedó facultado para abrir la campaña
contra los realistas, y con tal motivo, Guayaquil le ofreció todos los recursos disponibles.
La importancia de los documentos redactados por Sucre, en lo que significo su primera actuación
diplomática, fue la paralización temporal de las luchas entre los patriotas y los realistas, y el fin de la guerra
a muerte iniciada en 1813.El Armisticio de Santa Ana le permitió ganar tiempo a Bolívar para preparar la
estrategia de la Batalla de Carabobo, que aseguró la independencia venezolana. El documento, marcó un
hito en derecho internacional, pues Sucre, fijó mundialmente el trato humanitario que desde entonces
empezaron a recibir los vencidos por los vencedores en una guerra. De esta forma se convirtió en pionero de
los derechos humanos.

encuentro de bolivar y sucre en quito

 Bolívar envió al mejor de sus generales, Antonio José de Sucre, con cientos de soldados en
pro de la causa patriótica. El 24 de mayo de 1822, Sucre derrotó a los realistas en
la Pichincha y ocupó Quito el día siguiente. Quito y Cuenca se anexaron rápidamente a la
Gran Colombia. Mientras tanto, Simón Bolívar presiona automáticamente a Guayaquil, con el
fin de anexarla también.
Olmedo ratificó la decisión del pueblo guayaquileño de mantenerse independiente y se negó a
la integración colombiana, lo cual generó roces diplomáticos con el libertador Bolívar,3 y ante
una eminente invasión, envió cartas al libertador San Martín para que interceda en el conflicto.
En Guayaquil, también se consideraba fuertemente la opción de adherirse al Perú.
De lo otro lado, San Martín había convocado al Congreso Constituyente del Perú, el 27 de
diciembre de 1821, cinco meses después de haber declarado, simbólicamente,
la Independencia de Perú el 28 de julio de 1821. Se eligieron 79 diputados. Este congreso
fundador empezó a funcionar, majestuosamente, el 20 de septiembre de 1822. Luego de la
instalación y en la misma fecha, este Congreso ofreció al general José de San Martín
poderes dictatoriales, los cuales rehusó. Se varió el ofrecimiento al de Fundador de la Libertad
del Perú y Generalísimo de las Armas, título que fue aceptado por el general San Martín,
aunque de manera honorífica. El Congreso ya instalado eligió como su Presidente al
religioso Francisco Xavier de Luna Pizarro.

Bolívar envió al mejor de sus generales, Antonio José de Sucre, con cientos de


soldados en pro de la causa patriótica. El 24 de mayo de 1822, Sucre derrotó a
los realistas en la Pichincha y ocupó Quito el día siguiente. ... Este congreso
fundador empezó a funcionar, majestuosamente, el 20 de septiembre de 1822.
Fecha: .26 de julio de 1822 y 27 de julio de 18...
Participantes: José de San Martín y Simón Bolí...

La República de Colombia queda constituida, viva la República de


Colombia", anunció el 17 de diciembre de 1819 el presidente del
Congreso de Angostura, Francisco Antonio Zea.
La Gran Colombia fue creada por el Congreso de Angostura en 1819 a través de la Ley
Fundamental de Colombia, ratificada en 1821 con la promulgación de la Constitución por el
Congreso de Cúcuta. Comenzaba así a materializarse uno de los mas grandes sueños del
Libertador, previamente delineado en la histórica Carta de Jamaica de 1815.
Con este hecho, quedaron planteados nuevos objetivos estratégicos y políticos y adquirió
mayor fuerza la causa independiente. Sin embargo, hay que recordar que el sueño integrador
de los pueblos del llamado Nuevo Mundo fue del Precursor Francisco De Miranda. Su idea
era un solo Estado sudamericano autónomo e independiente (con el solo nombre de
"Colombia"), que abarcaría todo el conjunto de posesiones que el imperio español tenía en
América. La idea de Miranda consistía en que la integración americana era inseparable de la
idea de la independencia de las colonias españolas en América. 

La nueva República quedaba formada por el territorio del Virreinato de la Nueva Granada y la


Capitanía General de Venezuela.

Desde los comienzos de la independencia se manifestaron los intentos para la unificación de


Venezuela con la Nueva Granada. La iniciativa correspondió a la junta suprema de Caracas
en 1810. Esta idea tuvo su más calificado defensor en el Libertador Simón Bolívar quien la
consideraba como la mejor garantía del triunfo independiente.
La Gran Colombia, oficialmente la República de Colombia, fue un Estado americano,
creado por el Congreso de Angostura de 1819, mediante la Ley Fundamental de la República,
y ratificada después por su contraparte Congreso de Cúcuta de 1821, que unió a Venezuela y
a la Nueva Granada en una sola nación,67 a la que luego se
adhirieron Panamá (1821), Quito y Guayaquil (1822). El término Gran Colombia se emplea por
la historiografía para diferenciarla de la actual República de Colombia.8
Esta república existió jurídicamente entre 1821 y 1831 y se configuró a partir de la unión de
las anteriores entidades administrativas del Virreinato de la Nueva Granada, la Capitanía
General de Venezuela, la Real Audiencia de Quito y el Gobierno de Guayaquil.9 Su superficie
correspondía a los territorios de las actuales repúblicas
de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela —incluyendo la Guayana Esequiba, en
reclamación guyano-venezolana—; y otros territorios en disputa con Costa
Rica, Brasil, Perú, Nicaragua y Honduras que luego de la disolución grancolombiana cada país
exmiembro heredo como conflictos limítrofes.
Si bien la Gran Colombia fue creada mediante la Ley Fundamental de la República de
Colombia, expedida durante el Congreso de Angostura (1819), el Estado como fruto de la
unión de dichos territorios no vio la luz hasta el Congreso de Cúcuta (1821), donde se redactó
la Constitución nacional con la cual se implementó y reglamentó su creación, al igual que la
vida política e institucional del nuevo país. El sistema político-administrativo adoptado por la
república fue el centralismo unitario.10
Por otra parte, el reconocimiento internacional de la existencia legítima de la Gran Colombia,
en tanto que territorio independiente, soberano y delimitado, se inscribió en un contexto
diplomático que en Europa fue adverso al reconocimiento formal de la independencia de los
países americanos. Es así que Austria, Francia y Rusia solo reconocían las independencias
en América si los nuevos Estados se sometían a un sistema monárquico nombrando como
soberanos a miembros de las dinastías europeas. Además, Colombia y las potencias
internacionales enfrentaban sus posiciones en cuanto a la extensión del territorio colombiano y
su delimitación fronteriza.11
Al momento de su creación la Gran Colombia era el país hispanoamericano con mayor
prestigio internacional, tanto así que varios políticos de Europa y América, entre ellos John
Quincy Adams, por entonces secretario de Estado y futuro presidente de los Estados Unidos,
la vislumbraron como una de las naciones más poderosas del planeta.12 Este prestigio,
sumado a la figura de Bolívar, atrajeron hacia la nación ideas unionistas de movimientos
independentistas de Cuba, la República Dominicana y Puerto Rico, que pretendían formar
un estado asociado con la república.10
El país se disolvió a finales de la década de 1820 e inicios de los años 1830, por las
diferencias políticas que existían entre partidarios del federalismo y el centralismo, así como
por las tensiones regionales entre los pueblos que integraban la república. Existen aún
personas que claman por la reunificación de la Gran Colombia.
En 1816, Simón Bolívar, con la ayuda de los
generales Urdaneta, Piar, Páez, Mariño, Nariño, Monagas, entre otros, consiguió una serie de
victorias sobre los realistas. Después de liberar Guayana y Nueva Granada, proclamó su
fundación el 17 de diciembre de 1819 en Angostura (actual Ciudad Bolívar). Los últimos
contingentes realistas en Venezuela fueron derrotados en la histórica Batalla de Carabobo el
24 de junio de 1821. El 28 de noviembre de 1821 se da la independencia de Panamá y
voluntariamente se une al sueño de Bolívar firmando con España un pacto de no agresión.
La resistencia de España en el continente terminó en Perú con la batalla de Ayacucho, el 9 de
diciembre de 1824, en la que se consagró definitivamente como héroe Antonio José de
Sucre (1795-1830). Todo el poderío español en el Virreinato de Nueva Granada y en Perú
quedó hundido bajo los golpes de tres hombres: Bolívar, Miranda y Sucre; fallecidos en
diferentes circunstancias: Bolívar el 17 de diciembre de 1830, en Santa Marta, Colombia;
Francisco de Miranda en la cárcel de la Carraca, en Cádiz, en 1816; Antonio José de Sucre,
asesinado en Berruecos, Nueva Granada (actual Colombia), el 4 de junio de 1830.
Sin embargo, la unión política de los territorios de los antiguos Virreinatos de la Nueva
Granada, Quito y la Capitanía de Venezuela no alcanzó a durar debido a tensiones regionales.
Opositores al gobierno de Bolívar llegaron a considerar la opción secesionista.
En 1830 Venezuela y Ecuador declararon su independencia de la República de Colombia,
quedando finalmente disuelta la Gran Colombia en 1831, dando nacimiento a tres entidades
estatales distintas: Nueva Granada, Ecuador y Venezuela. La secesión venezolana fue dirigida
por el General José Antonio Páez (1790-1875), quien ya había combatido bajo las órdenes de
Bolívar y poseía desde entonces el control virtual de la parte venezolana de la república. Páez
se convirtió en el primer presidente del nuevo Estado venezolano y gobernó intermitentemente
hasta 1863. En Ecuador asumió el general venezolano Juan José Flores. Reducida a la Nueva
Granada, presidida por Rafael Urdaneta, quien originalmente había dado un golpe de
Estado pensando en devolver el poder a Bolívar, la Gran Colombia se disolvió tras el
derrocamiento de Urdaneta. En la Nueva Granada pasado un tiempo en que se dio una nueva
estructura y leyes durante un gobierno provisional, se eligió como vicepresidente interino
a José María Obando. Un año después asumió Francisco de Paula Santander como
presidente y delineó la estructura del nuevo Estado.
En Venezuela, un grupo de oficiales patriotas se levantaron en 1835 contra el presidente José
María Vargas, en lo que se conoce como Revolución de las Reformas, para exigir la
reconstitución de la Gran Colombia, reformas políticas y el fin del poderío económico de la
oligarquía, fortalecida con el comercio de importación y exportación. Obtuvieron un triunfo
efímero, pero luego retomó el poder el general José Antonio Páez, con lo que se hizo
definitiva la disolución de la Gran Colombia.
Simón Bolívar llegó a Santa Marta el 01 de diciembre de 1830 en estado de postración tras
una penosa travesía por el río Magdalena desde Bogotá, y a pesar del buen clima y las
atenciones recibidas, su salud empeoró a los pocos días, teniendo algunos momentos de
lucidez que le permitieron dictar su testamento y su última proclama, donde un Bolívar
gravemente enfermo clamó porque su muerte por lo menos permitiera la consolidación de
la unión y la desaparición de los partidos.
   Tal como señalan los partes sobre el estado de salud de Simón Bolívar,
realizados de manera detallada y ampliamente documentados por su médico,
Alejandro Próspero Réverend, desde la madrugada del 16 de diciembre y durante la
mañana del 17 de diciembre de 1830, hubo un progresivo debilitamiento del
Libertador a causa de tuberculosis.
   Ello concluyó con el fallecimiento de Bolívar, a los 47 años de edad, a primeras
horas de la tarde del citado día 17,  tras una mañana marcada por el constante
desvanecimiento de los signos vitales. Pasado el mediodía, el salón principal de
la quinta San Pedro Alejandrino, ubicada en Santa Marta en la costa atlántica
colombiana, estaba ocupado por los edecanes, la cúpula militar del Ejército
Patriota y los amigos más íntimos del Libertador.

Legado
Fue una de las figuras más destacadas de la emancipación hispanoamericana
frente al Imperio español. Contribuyó a inspirar y concretar de manera decisiva la
independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
Nacimiento: 24 de julio de 1783; Casa Natal ...
Distinciones: Gran Cruz de la Orden El Sol del ...
Nombre en español: Simón José Antonio de la ...
Residencia: Casa del Vínculo y del Retorno e I...

Bolívar, ilustre estratega militar

En Paris, Bolívar, sigue ampliando sus conocimientos y se reencuentra con su


maestro Simón Rodríguez, quien se convierte en su compañero de
conversaciones, lecturas y viajes. Van juntos a Italia y en Roma en 1805, en el
Monte Sacro, Bolívar jura en presencia de su maestro no dar descanso a su
brazo ni reposo a su alma hasta que haya logrado libertar al mundo
Hispanoamericano de la tutela española.
Luego de este juramento en 1806, escucha hablar de los intentos realizados
por el Precursor Francisco de Miranda en Venezuela y Bolívar considera que ha
llegado el momento de volver a su Patria.
Sigue narrando de manera cronológica Manuel Pérez Vila, en la “Biografía de
Simón Bolívar”, que la vida pública del Libertador comienza el 19 de abril de
1810 cuando La Junta Patriótica, lo nombra en compañía de Luis López
Méndez y de Andrés Bello, comisionado ante el Gobierno Británico.

A partir de esa fecha inician sus brillantes campañas militares, en las cuales
alternarán victorias y reveses hasta 1818, y a partir del año siguiente
predominarán los triunfos, a la cabeza de un pequeño ejército comprometido
con la causa patriota, el mismo ejército que le daría la libertad a Venezuela el
24 de junio de 1821 con la gloriosa Batalla de Carabobo.

Simón Bolívar, libertad e integración de América

A Simón Bolívar, se le conoce como El Libertador de América, título que


consideraba su premio más preciado, a pesar de los numerosos homenajes
que le tributaron las naciones americanas, éste era su máximo galardón los
describió como “superior a todos los que ha recibido el orgullo humano”.

Desde 1812, encabezó la lucha por la independencia de América del imperio


español logrando en los 11 años siguientes la liberación de un millón de
kilómetros cuadrados específicamente en Colombia, Bolivia, Ecuador, Panamá,
Perú y Venezuela “en la unidad de nuestras naciones descansa el glorioso
futuro de nuestros pueblos”, dijo Bolívar en resumen de su sueño de una
América unida.

Bolívar y su legado antiimperialista y revolucionario

El legado de Bolívar quedó inmortalizado en la fuerza de su pensamiento e


ideas. Obra ideológica que no solo es reconocida en América Latina, sino que
su lucha es reconocida como un estandarte universal de la libertad y la
igualdad de los seres humanos. La emancipación del yugo español fue el
punto de partida de todo su ideal bolivariano y revolucionario.

El pensamiento de Simón Bolívar es la fuente principal que ha dado vida a


muchos proyectos en diversas naciones, incluyendo la misma Venezuela, cuna
del Libertador que por años estuvo secuestrada y bajo la bota del
imperialismo con los gobiernos que antecedieron la Revolución Bolivariana.

El proyecto del Libertador bien lo definió en tres documentos que pudiésemos


calificar de fundacionales de su doctrina: La Carta de Jamaica, Discurso de
Angostura y el Manifiesto de Cartagena.
En los documentos prenombrados Bolívar, expresa su visión de una Patria
nueva sin oprimidos, ni opresores. Además expresó sus deseos
emancipadores donde se respetara y garantizara la educación gratuita y de
calidad para todos, la no intromisión de países extranjeros en las naciones
libres, el cese de la dominación económica de las potencias imperiales, la
integración energética, económica y política de los países de América Latina y
el Caribe, pensamiento que muy bien supo materializar el Comandante Eterno
Hugo Chávez, al consolidar grandes bloques regionales como Unasur y
Petrocaribe.

El gran ideal del Libertador podría ser sintetizado por el poeta Pablo Neruda
de la siguiente manera «Libertador, un mundo de paz nació en tus brazos».

Pero Bolívar no sólo dejó como legado sus ideas y pensamientos bolivarianos,
sino que además dio cátedra de liderazgo y su capacidad de dirigir y de formar
lo corroboraron.

Bien lo describe Beltrán Prieto Figueroa en su majestuosa obra El Magisterio


Americano de Bolívar: “Su acción de Libertador es más bien acción liberadora,
porque tiende a enseñar a los hombres el uso de la libertad recién amanecida
y a contener los abusos y desmanes de quienes, por no estar acostumbrados a
actuar libremente, corrían peligro de extraviarse en el camino”.

Y es que eso fue Bolívar, más que libertador de naciones, fue libertador de
hombres, además que su visión de integración y libertad estaba cargada de un
profundo contenido humano.

Dice igualmente Prieto Figueroa, que tal era el humanismo de Bolívar que se
multiplicó en millones, un hombre capaz de desprenderse de sus intereses
individuales para sufrir con sus hombres de lucha el parto de una Patria libre
“canta y baila con ellos, alienta sus alegrías, apacigua sus ímpetus, exalta sus
virtudes, reanima a los que decaen, ayuda a los que flaquean; es pañuelo para
las lágrimas de las madres que lloran a sus hijos muertos en los combates,
amparo de los desvalidos, lumbre para el pobre”.

Al cumplirse 238 años del natalicio del Libertador Simón Bolívar el tributo más
preciado es el sabernos en una Patria libre e independiente. El ser un pueblo
capaz de defender sus ideas, su nombre, su doctrina y su esfuerzo.
En torno a esta obra del Libertador, el Comandante Eterno Hugo Chávez,
retomó el sueño de Bolívar y fue la Revolución quien lo bajo de las estatuas
para convertirlo en millones y como también lo profetizaba Neruda en su
poema “Un canto para Bolívar”: “Despierto cada cien años cuando despierta el
pueblos”, o como lo describía el líder cubano José Martí: “Aquí está Bolívar en
el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en su roca de crear con el
Inca al lado y un haz de banderas a los pies”, así sigue Bolívar en medio de su
pueblo, firme calzando sus botas de campaña y empuñando su sable de
libertad.

Hoy somos un pueblo y generación a la que le ha tocado la difícil tarea de


preservar su legado y culminar lo que a él le falto hacer. Hoy Venezuela hace
suyo el legado de Bolívar en un contexto de construir un nuevo amanecer con
tintes de unidad e integración latinoamericana y antiimperialistas, pero sobre
todo con la convicción de seguir siendo libre y soberana ¡Viva el Libertador de
América!

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