Está en la página 1de 4

El más grande  

patriota latinoamericano, repúblicas conocido como Simón


José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios de Aguirre Ponte-
Andrade y Blanco, fue un líder militar venezolano que desempeñó un papel clave
en las revoluciones contra el Imperio español a principios del siglo XIX.
Considerado una de las figuras más importantes de la historia latinoamericana.
Después de una serie de éxitos militares, ayudó a liderar las repúblicas
separatistas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. También desempeñó un
papel destacado en la Confederación Gran Colombia, que unió brevemente a
estas; nació el 24 de julio de 1783. Hijo del coronel Juan Vicente Bolívar y María
de la Concepción Palacios y Blanco. Tuvo tres hermanos mayores, María Antonia,
Juana y Juan Vicente, además de otra niña, María del Carmen, que murió al
nacer. Antes de cumplir tres años, Simón perdió a su padre, fallecido en enero de
1786.

Cursó estudios con maestros como Andrés Bello y Simón Rodríguez, cerca
de cumplir los 14 años se integra a la carrera militar, en la que ascendió
rápidamente gracias a su disciplina, constancia y disposición; Bolívar impulsó no
solo las batallas militares más emblemáticas de América del Sur, sino un
pensamiento liberador y emancipador que ha motivado a generaciones, como el
hombre de verbo y acción que siempre demostró ser.

En la "Campaña Admirable" de 1813, Bolívar logra recuperar Venezuela,


que había declarado su independencia el 5 de julio de 1810, allanando el camino
para el establecimiento de la Segunda República. En consecuencia, es nombrado
jefe de las fuerzas armadas venezolanas y le otorga el título de libertador por parte
de la comunidad de Mérida el 23 de mayo, con confirmación de la Municipalidad
de Caracas. Dos años después, Bolívar regresa a Jamaica, donde redacta la
Carta de Jamaica, esta obra se convertiría en uno de los testamentos políticos
más significativos de la vida de Bolívar. Es un análisis de la situación político-
social regional y los motivos de la guerra contra el poder imperial español por
parte del Libertador. Regresa a Venezuela en 1816 luego de una breve estadía en
Haití, donde recibe apoyo del presidente Alexandre Petión para encabezar una
nueva campaña con el objetivo inicial de volver a liberar a Venezuela, cambiando
su estrategia y optando por basar sus tropas más lejos de Caracas, a lo largo de
las orillas del río Orinoco. Los llevaron a la victoria en la capital provincial antes de
decidir cruzar los Andes para enfrentarse a las fuerzas realistas colombianas.
Bolívar perdió un número significativo de sus soldados durante el cruce de los
Andes porque carecían del equipo y la preparación adecuada para el frío y las
dificultades del terreno en la alta montaña. Sin embargo, rápidamente recuperaron
su fuerza y derrotaron a las fuerzas españolas en la Batalla de Boyacá.
La Batalla de Boyacá, ocurrida el 7 de agosto de 1819, constituyó un hito
fundamental en el transcurso de la guerra de independencia de la Nueva Granada,
porque permitió al ejército Libertador asegurar buena parte de la región central del
virreinato y conquistar la capital, Santafé. Esta constituye un punto de inflexión
para la derrota del ejército Pacificador, enviado por el rey Fernando VII desde la
península, con el objetivo de perseguir a los “insurgentes” de la monarquía. Esta
batalla fue parte esencial de la Campaña Libertadora, liderada por Simón Bolívar
desde inicios de 1819; la cual partió de los llanos colombo-venezolanos de
Casanare y Apure, pasando por la cordillera central hacia la capital granadina y
continuando hacia el sur del territorio. Precisamente, hacia 1820 se concretó el fin
de la conflagración bélica, mediante el acuerdo de armisticio entre revolucionarios
y realistas, realizado en la ciudad venezolana de Trujillo, donde se reconoció la
derrota política de España sobre la Tierra Firme, es decir, los territorios que
correspondían al virreinato de la Nueva Granada y la capitanía de Venezuela. Más
allá de las consecuencias militares, la victoria de Boyacá tuvo efectos de
trascendencia política, dentro del agitado proceso de ruptura con el imperio
español. En particular, porque facilitó al surgimiento de la Gran Colombia,
vanguardista república creada el 17 de diciembre de 1819, en el marco del
Congreso constituyente de Angostura (instalado desde el mes de febrero de dicho
año). Por la conexión revolucionaria entre la Nueva Granada y Venezuela, y la
confluencia de sus libertadores, luchas anticoloniales, fuerzas armadas y actores
revolucionarios, se fundó la naciente República de Colombia sobre el virreinato y
la capital. La antigua provincia de Panamá declaró su independencia de España el
28 de noviembre de 1821, mismo día que procedió a incorporarse a la recién
formada república como departamento del Istmo. Y la Audiencia de Quito hizo
exactamente eso, cinco días después de declarar la independencia, el 24 de mayo
de 1822, luego de la Batalla de Pichincha.

La Declaración de Angostura fue la primera constitución revolucionaria en


declarar un "pueblo nuevo" como forma de borrar el pasado y proponer un nuevo
futuro; En definitiva, estableció un gobierno militar encargado de poner fin a la
guerra y hacer frente a los graves problemas financieros que surgieron a raíz de la
revolución. Debido a su gran tamaño y proximidad tanto a México como a Perú,
los dos centros del poder colonial español en América del Norte, este nuevo
estado surgió bajo condiciones geopolíticas complejas. Realidad que propició el
surgimiento de Colombia como líder republicano para Suramérica y su
reconocimiento por su originalidad política tanto en América como en Europa. El
desafío de establecer las primeras instituciones republicanas de la nación recayó
en los grancolombianos, por lo que el presidente Bolívar continuó con sus
campañas militares mientras el vicepresidente Francisco de Paula Santander
presidía el gobierno. El éxito del binomio de estas dos personalidades quedó
demostrado con la reelección de ambos funcionarios estatales para continuar en
sus cargos durante el tiempo que comenzó en 1827. Sin embargo, las tensiones
entre las autoridades civiles y militares eran evidentes, ya que la mayoría de los
abogados neogranadinos ocupaban la mayoría de los cargos judiciales y
administrativos mientras que un gran número de venezolanos ocupaban cargos en
los expulsados. Esto condujo a las tensiones regionales que habían estado
presentes a lo largo de su existencia y que se habían agudizado desde que
Bogotá fue designada como la capital de la Gran Colombia. Finalmente, surgió un
conflicto entre los bolivarianos y los constitucionalistas. Como resultado, hacia
fines del año 1827, los tres departamentos colombianos de Quito, Cundinamarca y
Venezuela comenzaron a ejercer realmente un importante grado de autonomía
política que marcó la ruptura. Tras un polémico decreto de Bolívar en 1828, la
antigua monarquía granadina se constituyó como estado independiente en 1832.

Cabe destacar que la Gran Colombia no hubiese sido posible sin el gran
esfuerzo de Bolívar y personajes como Antonio José de Sucre, quien lideró la
carga en la crucial Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824, una intensa
batalla que puso fin al dominio del Imperio español en Sur. Este gran personaje
nació el 3 de febrero de 1795 en Cumaná, que pasó a llamarse Sucre en 1898.
Era hijo del teniente coronel Vicente de Sucre y Urbaneja y de María Manuela de
Alcalá. Luego de completar sus primeros estudios, se mudó a Caracas, capital de
Venezuela, y se matriculó en la Escuela de Ingeniería del coronel español Tomás
Mires. Como soldado, uno desarrollaba las virtudes de la disciplina, la autoridad y
el orden mientras estudiaba matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería. A
los cinco años se incorporó al ejército patriota como cadete de oficial ingeniero y
participó en la campaña de Francisco de Miranda (1812) contra los realistas, en la
que fue ascendido a teniente.

Simón Bolívar nombró a Antonio José de Sucre gobernador de la Antigua


Guayana y comandante general del Bajo Orinoco en 1817. Bajo las órdenes del
general José Francisco Bermúdez, paladín de la independencia venezolana, el
Jefe de Estado Mayor de la División de la Provincia de Cumaná es nombrado un
mes después. En 1818, el Liberador instaló en Angostura (hoy estado Bolívar, al
sureste de Venezuela) su cuartel general, desde donde comenzó a formar una
gran federación con las excolonias liberadas del dominio del imperio español; pero
no es a partir de 1819 que Sucre se convirtió en uno de los más importantes
colaboradores de Simón Bolívar a partir de 1819, destacándose por su perspicacia
estratégica y su inquebrantable lealtad al Libertador.

Antonio José de Sucre ascendió hasta convertirse en uno de los mejores


lugartenientes de Bolívar en Angostura. Debido a su destreza militar y altos
estándares morales, se ganó la amistad, el respeto y siempre fue objeto de
elogios. La lealtad a Bolívar y su compromiso con la Gran Colombia a partir de ese
momento sería inquebrantable. Es designado como delegado de la Gran Colombia
en noviembre de 1820 para coordinar el Armisticio de Trujillo y la Regularización
de los Tratados de Guerra.

El vínculo que existió ente Bolívar y Sucre en esta razón de proyecto de


integración de la Gran Colombia, surgió entre ellos una amistad cargada de
fidelidad, asumiendo que este movimiento independentista dirigido por el
Libertador. Asumiendo que este movimiento Independentista, dirigido por el
Libertador y como líder encontró el apoyo en el mismo oriente venezolano, de un
militar llamado Antonio José de Sucre, esta relación aunada con el hecho histórico
de la Batalla de Carabobo, donde se logra la Independencia de Venezuela. Coloca
esta relación con efectos mancomunados hasta tal punto que Sucre se transforma
en la mano derecha de Simón Bolívar. Ampliando su alianza tanto política como
militarmente, construyeron una mentalidad liberadora fruto de la unidad que
lograron con estos dos líderes independentistas. Esta mentalidad liberadora se
solidificó a través de su relación político-militar, que duró hasta la muerte de Sucre
cuando el general Mariano Montilla informó a Simón Bolívar del asesinato del Gran
Mariscal el 1 de julio de 1830.

También podría gustarte