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Luego de 1542, año en el cual el Capitán Diego de Urbina reconstruye Guayaquil en las
faldas del Cerro Santa Ana, la urbe inicia un proceso de crecimiento sostenido, con
breves intervalos, provocados por incendios, brotes de pestes o ataques de piratas.
Los 150 años que van desde esa fecha hasta 1692, año en que se inicia el traslado a
Ciudad Nueva, se caracterizan por los siguientes acontecimientos:
Para 1582 ya está construida la iglesia Mayor y la de Santo Domingo. Un año después,
se quema la ciudad y queda en escombros hasta el Hospital de Santa Catalina. En 1589
es diezmada la población por la viruela decidiendo su traslado un año después, a la
cumbre del Cerro Santa Ana.
El nuevo siglo, o sea en los años 1600, encuentra a Guayaquil instalada sobre el Santa
Ana, con su Iglesia Mayor y casas del Cabildo en el mismo sitio, así como la mayor
parte de su población.
Las pérdidas ascenderán a más de 1,200,000 pesos. Para 1635 la ciudad se ha quemado
nuevamente, y su población se redujo a 600 habitantes. En 1636 se quema el hospital y
se lo reconstruyó 2 años después a la altura de la actual Plaza Colón y a un valor de
10.000 pesos. Esta construcción no será buena factura, pues no durará más de 25 años.
1.- Un largo muro de tierra de 1.50m de alto y alo largo del estero de Villamar. 2.- Un
castillo en la cima del Santa Ana al que nombran San Carlos. 3.- Un fuerte al que
nombran Santo Domingo.
Un año después la ciudad esta invadida por los piratas Swan y David. En 1687 una
nueva invasión, mucho más sangrienta, afecta a la ciudad, esta vez serán lo holandeses
Grogniet, Picard y Hewit.
Vale la pena recordar que Guayaquil hasta 1693 era una pequeña población que cubría
los cerros Santa Ana y el Carmen y que no va más allá de la calle Loja, para percibir
con claridad los brutales estragos que causaría cada incendio de los que aquí se
nombrarán hasta el año mencionado.
Este gigantesco incendio, conocido como "El Fuego Grande" generó un gran éxodo, al
punto que casi desplomó la ciudad (sólo quedaron algo más de 4,000 habitantes). La
pobreza en que quedó sumida la ciudad tardó mucho en superarse.
Las enfermedades y las epidemias fueron parte de los azotes que esta ciudad tuvo que
soportar desde su más temprana edad. Al igual que con los incendios, las fechas más
desastrosas de la historia guayaquileña, en lo que guarda relación con las enfermedades
que la afectaron, son:
En 1709, 110 corsarios al mando de Woodes Rogers y Stephen Courtney (el famoso
William Dampierre "el pirata literario", que ya había estado en Guayaquil integraba
también el grupo), entran en Guayaquil y se presentan como "negreros", y al ver el
miedo dibujado en el rostro de nuestro corregidor, Jerónimo de Boza y Solís, no sólo
exigieron 40,000 pesos de rescate por dos rehenes que se llevaron, sino que se
entregaron al pillaje durante cinco días, llegando a acumular 60,000 pesos en joyas y
dinero a más de una enorme cantidad de víveres y objetos.
El comercio guayaquileño tanto con Lima como con México, generaba para 1780 más
del 60% de los ingresos percibidos por la Real Audiencia de Quito por concepto de
exportaciones.
La documentación más antigua relacionada con el tema es la firmada en 1547 por Diego
de Vásquez, en la que, escribiendo a Gonzalo Pizarro desde la isla Puná, le sugiere que
construya galeras para sus expediciones, y le puso los bosques de la ILSA y sus indios a
entera disposición.
Los astilleros guayaquileños no sólo se destacaron por ser una de las principales fuentes
de ingresos para la región, sino que además fueron considerados por más de un siglo, lo
más importantes de la costa del Pacífico.
urisdicción [editar]
Hasta 1717 el Corregimiento de Guayaquil formaba parte del Virreinato del Perú, hasta que por Real
Cédula del 27 de mayo de 1717 se creó el Virreinato de Nueva Granada, al cual fue integrado el territorio
de la suprimida Real Audiencia de Quito, a la cual pertenecía Guayaquil. Otra Real Cédula del 5 de
noviembre de 1723 restableció la Real Audiencia de Quito y se la devolvió al Virreinato del Perú al haber
quedado suprimido temporalmente el Virreinato de Nueva Granada. El 20 de agosto de 1739 fue
restablecido el Virreinato de Nueva Granada incluyendo a Guayaquil. En 1761 el Corregimiento de
Guayaquil fue transformado en el Gobierno de Guayaquil.
Por la Real Orden del 7 de julio de 1803 en lo militar la Gobernación de Guayaquil pasó a depender del
Virreinato del Perú pero la administración mercantil de la ciudad continuaba bajo el Virreinato de Nueva
Granada.
La historiografía peruana indica que mediante Real Orden del 10 de febrero de 1806 expedido por el
Consulado de Cartagena de Indias y ante un reclamo del virrey de Nueva Granada expresó que sobre si la
provincia de Guayaquil, a consequencia de la agregación del Virreinato de Lima, debe depender en la
parte mercantil de ese Consulado o del Lima, se ha servido S.M. declarar que la agregación es absoluta
hecho que fue ratificado en 1808, así el Gobierno de Guayaquil dependió completamente del Virreinato
del Perú.
La historiografía ecuatoriana indica que en 1815 la Gobernación de Guayaquil solicitó al Rey de España
que la separe del Virreinato del Perú y la adhiera al Virreinato de Nueva Granada. Así el 23 de junio de
1819 el rey de España otorgó la petición de Guayaquil que sea adherida a la Audiencia de Quito y parte
del Virreinato de Nueva Granada.
Independencia de Guayaquil [editar]
Movimiento Revolucionario [editar]
José de Antepara.
El 1 de octubre de 1820, José de Villamil y su amigo José de Antepara visitan la casa de los esposos
Morlás, y luego de un tiempo de conversación, la hija del matrimonio, Isabelita, interrumpe, pidiendo que
se haga una reunión o un baile. Villamil y Antepara ven en el pedido de la joven el pretexto perfecto para
lograr a lo que con toda seguridad vienen hablando desde mucho tiempo atrás, esto es, darle forma a una
revolución que acabe con dependencia de España.
La fiesta la organiza Doña Ana Garaycoa de Villamil, por indicaciones de su esposo y son invitados a ella
algunas de las más destacadas familias del puerto, así como la oficialidad del batallón Granaderos de
Reserva y tres integrantes del batallón Numancia que están de paso por Guayaquil; sus nombres: León de
Febres Cordero, Luis Urdaneta y Miguel Letamendi.
Por la noche y luego de un tiempo de iniciada la reunión, el anfitrión reúne a los invitados que él y
Antepara consideran vitales para el triunfo de la empresa, y se cuentan entre ellos, a más de los tres
oficiales antes mencionados, Gregorio Escobedo, el doctor Luis Fernando Vivero, los jóvenes Francisco
de Paula Lavayen, José Rivas, Manuel de J. Fajardo, José Correa y otros. El futuro de Guayaquil había
comenzado a forjarse en denominada "FRAGUA DE VULCANO".
Después se reúnen en casa de Villamil tanto Escobedo como Peña, líderes del batallón "Granaderos de
Reserva", y del de "Milicias", respectivamente, quienes ratifican su adhesión a la causa. Y aun cuando
ven muy difícil que plieguen a favor de ella los del Escuadrón de Artillería y los del "DAULE", de
caballería, pues sus jefes son españoles, no descartan la posibilidad de convencer a sus integrantes,
mediante la intervención de los sargentos Álvarez Vargas y Pavón, simpatizantes de la causa.
Se busca un líder para la revolución, proponiéndose primero, los nombres del Coronel Jacinto Bejarano y
del teniente Coronel José Carbo y Unzueta, para luego pensar en José Joaquín de Olmedo. Se eliminan
los dos primeros por diversas y justificadas razones y se comisiona a Villamil para que lo visite.
José Joaquín de Olmedo.
El viernes 6 de octubre, Villamil conversa con Francisco Loro, condueño con Luzárraga de la goleta
"Alcance" para que retrase un poco la partida de la nave a Panamá, a la espera del resultado de la acción
que está por llevarse a cabo. Luego de la aceptación de Loro, visita a Luzárraga, a quien también le saca
una respuesta afirmativa, pero sin decirle toda la verdad y para no herir, de ese modo susceptibilidades, ya
que este es español.
Es así como le pide que retrase la salida para Loro, que es el capitán de la nave, pueda asistir a la
recepción que dará en su casa el día 8, con motivo de festejar su nombramiento como Procurador
General.
Al día siguiente el rumor de que el padre Querejasú de San Francisco ha alertado a Don Pascual Vivero
de la revolución en ciernes, separa a los complotados en dos grupos; el primero partidario de realizarla lo
más rápido posible, y el segundo, inclinado a esperar una ocasión más propicia, después de que se calmen
los ánimos.
Al primer grupo pertenecía Febres-Cordero, quien una vez más será el que hará inclinar la balanza a su
favor. Luego de la arenga, la revolución agilitó su marcha, y se decidieron a hacer una reunión final al
domingo 8 en la casa de Villamil, por la tarde, aprovechando la recepción que ofrecía en ese día.
El 8 de octubre, todos los complotados se reunieron a las 4 de la tarde. Luego de hora y media se oye un
toque de clarín que corresponde a la llamada de los oficiales de los Granaderos de Reserva. Escobedo
dispone que el Capitán Vargas acuda al llamado, y él regresa con el respectivo informe.Luego de unos
momentos se enteran de que se ha realizado una junta de guerra en casa del Gobernador Vivero, se
resuelve la toma de medidas en caso de que los rumores tuvieran algún fundamento, por lo que se hará
formar al escuadrón en el malecón. El ánimo desfallece, pues parece que los planes deberán cambiar
sustancialmente. Los oficiales se dirigen al "GRANADEROS", y los tres del "NUMANCIA" se retiran
para captar impresiones en la calle y volver.
Los temores se alejan al ver que el "Granaderos" se dirige al poco rato a su cuartel y Escobedo regresa
donde Villamil a las 10 y 30 de la noche a hacerle saber que todo está listo y arreglado, que a las dos de la
mañana se reunirán en su cuartel en el que se congregará una gran cantidad de adeptos a la causa. Al
despedirse Escobedo le asegura a Villamil que el triunfo será total, añadiendo que no se derramará ni una
gota de sangre, pues no habrá con quien pelear.
La Revolución del 9 de Octubre de 1820 [editar]
Después de la Revolución del 9 de Octubre, los guayaquileños formaron un ejército para liberar al resto
de la Real Audiencia, se llamó División Proctectora de Quito.
Para hacer una reseña sucinta y gráfica de lo que fue la revolución del 9 de Octubre, y apresar en nuestra
mente la cadena de hechos que permitieron que Guayaquil amanezca libre la mañana de aquel lunes, es
necesario aclarar los detalles siguientes:
La cantidad de efectivos militares apostados en la ciudad era de 1.500, distribuidos así:
• 600 Batallón "Granaderos de Reserva"
• 500 Escuadrón de Caballería "Daule"
• 200 Batallón de Milicias Urbanas
• 200 Brigadas de Artillería
• 350 en las 7 lanchas cañoneras
Los oficiales que habían plegado a favor el movimiento eran:
• Gregorio Escobedo e Hilario Álvarez del "Granaderos"
• Damián Nájera de la Brigada de Artillería
• José Peña del "Batallón de Milicias Urbanas"
• Sargentos Vargas y Pavón del Escuadrón de Caballería Daule con lo que se tenía asegurado el
70% de los efectivos de la plaza.
Las maniobras, en consecuencia, debían propender a tomar el Escuadrón de Caballería Daule y la bodega
de armas y explosivos de la brigada de artillería, anulando a la vez la capacidad de reacción de las tropas
que acompañaban tanto a Joaquín Magallar, comandante del Granaderos, como a Benito García del
Barrio, primer jefe del Batallón "Granaderos de Reserva". Por los hombres de las lanchas torpederas
capitaneadas por Joaquín Villalba no se preocuparían, pues estaban desde el día anterior fuera del puerto,
ya habría oportunidad de resolver este problema si coronaba con éxito la revolución. Y todo se dio tal
como se había planificado.
La noche del 8 de octubre (madrugada del día 9), Febres Cordero y Nájera llevan con engaños al
comandante Torres Valdivia a la casa del segundo con el pretexto de invitarlo a una partida de naipes. Una
vez allí, se lo somete explicándole que fue la única forma de evitar que intervenga en contra el
movimiento y que en vista de la estimación que le tenían, habían querido evitarle un peligroso
enfrentamiento.
Febres Cordero se adueña de las llaves del parque, en poder de Torres Valdivia, dirigiéndose al
Granaderos, de donde, con 50 hombres, irá hasta la Brigada de Artillería, y luego de sorprender y encerrar
al oficial de guardia, se apodera del recinto. La tropa es formada, aclamando la causa revolucionaria.
Mientras esto sucede, Urdaneta con 25 hombres del Granaderos y nuevos jóvenes guayaquileños, más la
complicidad de los sargentos Vargas y Pavón se toman el escuadrón de caballería Daule, no sin antes
trenzarse en una balacera con Magallar y sus hombres, que al darse cuenta de lo que sucedía, intenta
impedirlo, y muere en el encuentro.
Luego de esta acción, Urdaneta manda al Comandante Matías Tirapeguí, quien ha plegado a favor del
movimiento, hacia la Batería de las Cruces, con la mitad del escuadrón de la Caballería, con el propósito
de tomarla.
El último incendio se llevará acabo en la casa del coronel Benito García del Barrio, primer jefe del
"ganaderos de Reserva" quien es apresado por el teniente Hilario Álvarez mientras dormía. Todo había
transcurrido en algo más de 4 horas. Guayaquil veía el amanecer de un nuevo día, de una nueva aurora, o
como el poeta José Joaquín de Olmedo dijo: "De una Aurora Gloriosa que anuncia Libertad".
República de Guayaquil [editar]
Artículo principal: Provincia Libre de Guayaquil
Provincia Libre de Guayaquil [editar]
Luego de la revolución independentista del Lunes 9 de Octubre de 1820, convocados por el Ayuntamiento
de Guayaquil, 57 diputados representantes de todos los pueblos del nuevo Estado, eligierón a José
Joaquín de Olmedo como Presidente de la Provincia Libre de Guayaquil, dictándose un "Reglamento
Provisorio de Gobierno", que fue la Primera Constitución que regiría los destinos jurídicos del nuevo
estado y cuyo primer artículo decía:
"La PROVINCIA DE GUAYAQUIL es libre e independiente; su religión es católica; su Gobierno es
electivo; y sus leyes las mismas que regían últimamente, en cuanto no se opongan a la nueva forma de
gobierno establecida".
La carta Fundamental de la Provincia entregó el poder a un triunvirato ingrado por Olmedo, Jimena y
Roca. De inmediato se enviaron mensajeros a Bolívar y San Martín, del mismo modo que a las ciudades
de la Sierra. Los revolucionarios guayaquileños estaban convencidos de que su primer objetivo debía ser
la liberación de la serranía quiteña, sin la cual la propia independencia del naciente estado no podría estar
segura. Así se forma la Junta Protectora de Quito.
División Protectora de Quito [editar]
Antonio José de Sucre llegó a Guayaquil con 700 hombres armados y equipados, y pidió ayuda para
terminar la emancipación de los demás departamentos que conformaban la Real Audiencia y llevar la
independencia a Cuenca y Quito, proceso que Olmedo apoyó de principio a fin y crea la Junta
Protectora de Quito, para la cual se invadió a las tropas realistas establecidas allí, y finalizar la total
emancipación el 24 de mayo de 1822 en La Batalla de Pichincha donde flameó la bandera de Guayaquil
victoriosa junto a los estandartes del estado gran colombino.
Entrevista de Guayaquil [editar]
Artículo principal: Entrevista de Guayaquil
Hemiciclo de la Rotonda en Guayaquil, con el monumento a los Libertadores Simón Bolívar y José de
San Martín terminado en 1938.
Según documentos históricos, en la Entrevista de Guayaquil, los dos libertadores trataron entre otros
varios asuntos, sobre la manera de finalizar la guerra emancipadora en el Perú y sobre la forma de
Gobierno que convenía a los nacientes Estados americanos. Mientras San Martín se inclinaba por un
régimen monárquico, con carácteres constitucionales, Bolívar se mostró partidario de una república
democrática.
La noche del 27 de julio de 1822, Bolívar agasajó a San Martín con un banquete del cual se retirarón
discretamente los libertadores y se dirigieron hacia el muelle, donde se embarcó San Martín hacia el Perú.
Los partidarios de Olmedo, no vieron con buena fe la actitud de Bolívar, ya que en una carta enviada por
éste al Gral. Santander, luego de la Batalla de Pichincha, expresó varios temas que degradaron el orgullo
guayaquileño a tal punto de llamársele afeminada a la región, ya que Guayaquil se había independizado
sin ayuda de él. En las cartas escribe:
• "... no se puede permitir que Guayaquil se mantega independiente, triunfante e incendiaria con
sus principios de egoísmo patrio".
• "... Me propongo, a la cabeza del ejército aliado, entrar en Guayaquil y transigir los negocios
de Colombia o con el gobierno o con el pueblo".
• "... Renunciar a Guayaquil es implosible, porque sería más útil renunciar al Departamento de
Quito"
• "... El país de las fronteras con el Perú, es afeminado y nada militar..."
• "... para que Guayaquil no sea capital del departamento y no tenga ninguna influencia en las
provincias subalternas..."
La anexión obligada de La Provincia Libre de Guayaquil a la Gran Colombia, provocó el auto exilio de
José Joaquín de Olmedo, quien en una conmovedora misiva le hizo conocer a Simón Bolívar su
desacuerdo con las medidas adoptadas con su pueblo.
El 31 de julio de 1822, la ciudad de Santiago de Guayaquil declaró su anexión a la Gran Colombia y con
ella también el resto de la agonizante nación guayaquileña.
La República de Guayaquil pasó a constituir el Distrito del Sur del estado colombiano junto con el
Departamento de Ecuador con capital en Quito y el Departamento de Azuay con capital en Cuenca, bajo
el nombre de Departamento de Guayaquil con capital en la Ciudad de Guayaquil.
Era republicana [editar]
La anexión obligada de La Provincia Libre de Guayaquil a la Gran Colombia, provocó el auto exilio de
José Joaquín de Olmedo, quien en una misiva le hizo conocer a Bolívar su desacuerdo con las medidas
adoptadas con su pueblo. El 31 de julio de 1822, la ciudad de Santiago de Guayaquil declaró su anexión a
la Gran Colombia y con ella también el resto de la agonizante nación guayaquileña.
Al llegar San Martín al Perú se retiró al pueblo de Magdalena, en donde tenía una casa de campo.
Acompañado por una pequeña escolta y un ayudante, esa misma noche, montado a caballo, se dirigió a
Ancón, al norte de Lima. Era el 20 de setiembre de 1822, el mismo día de la instalación del Primer
Congreso Constituyente de la República del Perú. En la madrugada del día 22 de setiembre, en el
bergantín “Belgrano”, se embarcó rumbo a Valparaíso.
El Protectorado de San Martín fue sucedido por una Junta de Gobierno, integrada por el general José de
La Mar, el comerciante Felipe Antonio Alvarado y el conde Manuel Salazar y Baquíjano. El Primer
Congreso Constituyente promulgó el 12 de noviembre de 1822, la Primera Constitución Política de la
República, de clara tendencia liberal. Fue una Constitución efímera; cuando llegó al Perú Simón Bolívar,
el propio Congreso Constituyente, tuvo que suspender sus efectos para poder dar poderes dictatoriales a
Bolívar.
Guerra entre la Gran Colombia y el Perú. Primer Bloqueo de Guayaquil [editar]
El primer conflicto internacional al que la naciente Republica de la Gran Colombia hubo de enfrentar fue
contra el Perú, debido a que Perú ocupó militarmente por la fuerza, las provincias sureñas de Colombia
(Guayaquil y Cuenca. La declaratoria de guerra por parte de la nación grancolombiana se dio el 3 de julio
de 1828, conllevando a ambos gobiernos a alistar sus fuerzas terrestres y navales. En lo que a la campaña
naval respecta, el primer encuentro de este conflicto se produjo en agosto de 1828, cuando la corbeta
peruana Libertad, al mando del capitán de corbeta Carlos García del Postigo, se hallaba en aguas
internacionales frente al Golfo de Guayaquil, con la finalidad de controlar e interceptar las naves que
entrasen o saliesen del puerto. El 31 de Agosto de 1828, las naves colombianas Pichincha y Guayaquileña
atacaron a la corbeta peruana frente a Punta Mapelo, siendo las naves grancolombianas rechazadas y
obligadas a retirarse con grandes pérdidas a bordo. Luego, las fuerzas peruanas establecieron el primer
bloqueo a Guayaquil y sobre las costas grancolombianas desde "la frontera marítima a la altura del Rio
Zarumilla(Tumbes)" hasta Panama. La escuadra peruana, al mando del vicealmirante Jorge Martín Guise,
se dirigió a Guayaquil y realizó diversas incursiones antes de atacar las defensas de la ciudad, los días 22
al 24 de noviembre de 1828. En dicha acción las defensas Grancolombianas de Guayaquil fueron
destruidas, sin embargo lograron anotarse un triunfo la noche del 23 al 24 al hacer encallar a la fragata
peruana Presidente y las tropas Grancolombianas aprovecharon la situación para atacar a los marinos
peruanos. Sin embargo al amanecer con el repunte del río, la fragata volvó a ponerse a flote, pero las
tropas Grancolombianas lograron herir de muerte al vicealmirante peruano Guise, que falleció poco
después. Sin embargo a Guise lo sucedió el teniente primero peruano José Boterín, quien continuó el
asedio sobre Guayaquil, que finalmente se rindió el 19 de Enero de 1829. Guayaquil permanecería
ocupado por fuerzas peruanas hasta el 21 de Julio de 1829. Este conflicto concluiría tras la firma del
Armisticio de Piura suscrito por el general peruano Gamarra el 10 de Julio del mismo año, siendo
evacuadas las provincias de Guayaquil y del Azuay (Loja y Cuenca) de la totalidad de las fuerzas
peruanas, pero aún quedaría pendiente la situación fronteriza con el Perú.
Los sueños de Simón Bolívar con la Gran Colombia habían fracasado, ya que continuas guerras, mal
manejo de fondos, corrupción y otras causas llevaron al final del joven estado colombiano. Habiéndose
separado el Distrito del Norte (Venezuela) de la Gran Colombia el 6 de enero de 1830, el Distrito del Sur
también iniciaba el camino de la separación. El 12 de mayo de 1830, el Procurador General del Estado,
doctor Ramón Miño, dirigía al Prefecto y Comandante General Juan José Flores, un oficio por el cual se
hacía conocer la separación del Distrito del Sur de la Gran Colombia, para lo cual Flores aprobó la
convocatória de una Asamblea Popular para el día 13, realizándose ésta en Quito. En la cual se estableció
entre otros:
"Que en ejercicio de su soberanía, se pronuncia por constituir un Estado Libre e Independiente, con los
pueblos comprendidos en el Distrito del Sur y los más que quieran incorporarse, mediante las relaciones
de naturaleza y la recíproca conveniencia".
Celebrada la Asamblea Popular en Quito y sentada el Acta de Creación, de la República autónoma y
soberana, se mandaron emisarios a los demás Departamentos y ciudades dando a conocer tan magno
suceso. El acta de Quito del 13 de mayo confió al Gral. Juan José Flores el rango de Mandatario
Provisional con amplias atribuciones para la organización del naciente Estado.
El 19 de mayo, Santiago de Guayaquil mostró su adhesión a la naciente República del Ecuador. Más tarde
Juan José Flores sería confirmado como el Primer Presidente del Ecuador y José Joaquín de Olmedo
como Primer Vicepresidente.
Desde 1830 el Ecuador comienza en su vida republicana con un regimén llamado La Dominación
Floreana, regimén que traería varias desgracias al país ya que en éste gobierno del Gral. Juan José Flores,
el joven Estado sufre de malas administraciones, sublevaciones, masacres, y batallas civiles. Es así como
el guayaquileño Vicente Rocafuerte toma la Presidencia del Ecuador, período donde la nación puede
tomar un corto respiro de paz, y luego le sigue un segundo mandato de Flores.
El segundo gobierno de Flores no fue menos desagradable que el primero, incluso nuevos impuestos y
nuevas leyes se crean exclusivamente para que Flores se quede con el poder por tercera vez. En esos
momentos en Guayaquil estalla la Revolución Marcista.
La revolución marcista [editar]
La Revolución Marcista se dio en Guayaquil, como reacción contra los abusos y atropellos del Gral.
Juan José Flores. Es la primera revolución auténticamente nacionalista que surge en la vida republicana
del Ecuador, el 6 de marzo de 1845. Por su contenido y proyecciones, rebasó los límites del simple Golpe
de Estado pues fue el origen de la autonomía nacional.
Archivo:Juan jose flores.JPG
Gral. Juan José Flores.
Habiéndose reunido en Quito una Convención convocada por el Presidente Flores, éste le presentó un
Proyecto de Constitución, que contenía muchos artículos inaceptables por el pueblo ecuatoriano, por que
quería perpetuarse en el Poder. Además, la Convención de 1843 dio una ley por la cual todo hombre,
desde la edad de 23 años hasta los 55, debería pagar todos los años 3 pesos y 4 reales al Fisco.
Tanto la nueva Constitución, como el impuesto de los 3 pesos con 4 reales, fueron recibidos con mucho
desagrado por los pueblos, quienes, en efecto, dieron el nombre de Carta de Esclavitud a la primera y el
de Tributo al segundo. En breve, el desconteto se hizo general, y la República se convirtió en un
hervidero de insurrecciones, multiplicándose los tiroteos.
La Carta de la Esclavitud contenía entre otros, los siguientes artículos:
• Para ser ciudadano se debía poseer una propiedad de 3000 pesos o una renta de 300 pesos.
• El Presidente duraba ocho años en sus funciones, los Diputados cuatro años.
• La Libertad de Imprenta quedaba tan restringida que se estipulaba castigos hasta para los
vendedores de diarios impresos en el exterior.
• El Presidente tenía amplias facultades: Elegía a los jueces; autoridades eclesiásticas y militares.
La Constitución de 1843 fue la base principal para que se haya dado la revolución marcista, según sus
enunciados que alargaba la permanencia en el poder del Gral. Juan José Flores. Otro aspecto fue la
contribución de 3 pesos y medio, que posteriormente hubo de ser suspendido y que costó la vida del
ciudadano francés y naturalizado ecuatoriano Adolfo Klinger por tratar de imponer este impuesto en
Cayambe.
Vicente Rocafuerte volvió al bando enemigo, y junto a otros revolucionarios como Roca, Olmedo,
Elizalde, prepararon el término del floreanismo, movimiento que se dio en Guayaquil.
Diego Noboa.
Al amanecer del día 6 de marzo, el Teniente Coronel Ayarza y el General Elizalde se dirigierón al cuartel
de Artillería con el propósito de tomarlo. Como el oficial de guardia se había comprometido de antemano,
aquél fue tomado fácilmente. La bulla atrajo a muchos jóvenes notables y la gente del pueblo, quienes,
conociendo de lo que se trataba, fueron a pedir las armas.
En breve el fuego revolucionario tomó proporciones considerables, y se trabó, por lo tanto, una lucha
encarnizada entre los marcistas y los partidarios del Gobierno, lucha que duró cerca de una hora y que
concluyó con la más completa victoria de los insurrectos marcistas.
Las fuerzas del gobierno estaban dirigidas por Carlos Wright. El Gobernador de Guayaquil renunciaba
ante la junta que representaba la Soberanía del Pueblo. Al mismo tiempo se formaba un gobierno
provicional dirigidos por tres guayaquileños:
• Vicente Ramón Roca, que representaba a Guayaquil.
• José Joaquín de Olmedo, que representaba a Quito.
• Diego Noboa, que representaba a Cuenca.
La hacienda "Elvira" de propiedad de Flores, en Babahoyo, fue el fortín para los combates contra los
revolucionarios. Los dos primeros enfrentamientos fueron desfavorables para los revolucionarios
dirigidos por Elizalde. Un movimiento general en todo el país, iniciado en Manabí por Urbina en contra
de Flores, fue la caída del Presidente Flores, que tuvo que capitular en la hacienda "La Virginia" de
propiedad de José Joaquín de Olmedo, era el 17 de junio de 1845 cuando la Dominación Floreana llegaba
a su fin.
La revolución liberal [editar]
Después de varios gobiernos, el Ecuador había madurado un poco, tras un largo período conocido como
la Etapa Marcista, que surgió a raíz de la caída de Flores en la Revolución Marcista. Después de varios
gobierno un nuevo régimen estaba por empezar: La Dominación Garciana
Santiago de Guayaquil es actualmente la ciudad más grande del Ecuador, además de ser el centro de la
economía ecuatoriana.