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FDP. UD 4 - Aplicación Práctica
FDP. UD 4 - Aplicación Práctica
Empresa
Prof. José Luis Pérez Martínez
Máster Universitario en Dirección y Organización de
Proyectos
Fundamentos de la Dirección de Proyectos y Marco
Conceptual
Fundamentos en la Dirección de
Proyectos y Marco Conceptual
Nota técnica 4. Aplicación práctica
Nombre y apellidos
Cargo
Introducción 3
Overambition 12
Ignorance 13
Arrogance 13
Abstinence 14
Fraudulence 14
La influencia del tipo de ciclo de vida del proyecto en la aplicación del contenido de la
asignatura.
Las mejores prácticas en la vida real relacionadas con dicho contenido
Las conclusiones que obtenemos de lo aprendido.
Y, ¿por qué nos parece que debemos terminar la asignatura revisando estos tres aspectos?
Porque, como se irá vislumbrando a lo largo del Máster, un PM no se va a encontrar con el mismo
proyecto siempre y no va a aplicar su experiencia y conocimientos de la misma forma. Uno de los ejes
que determinará en gran medida cómo será esa aplicación será la tipología de ciclo de vida que tenga
su proyecto.
Es necesario, por tanto, que las distintas asignaturas realicen una reflexión sobre los matices que
presentarán sus contenidos según esa tipología.
Por otra parte, estamos en un Máster. Por definición, los programas de estudios calificados de esta
forma deben tener una vertiente eminentemente práctica. Eso no se cumpliría si no terminamos la
asignatura con otra reflexión, en este caso relacionada con la aplicación en la vida real de sus
contenidos y, aún más, la “mejor” aplicación.
Finalmente, es conveniente fijar los puntos clave del contenido de la asignatura, acudiendo a un
apartado de “conclusiones o resumen” que sirva de colofón didáctico a todo lo aprendido.
Representa un elemento estructural para el PM y su posición respecto al mismo dista mucho de ser
determinante ya que, en nuestra opinión, depende mucho más de circunstancias del proyecto que de
la opinión que tenga el propio líder. Como hemos visto, para el PMBOK 7ª ed, estamos ante un
“dominio de rendimiento” del proyecto.
En este sentido, no hubiera sido extraño del todo tratar este asunto como parte del entorno del
proyecto, aunque nosotros consideramos que, en este caso, el PM tiene algo más que decir. No tanto
como para decidirlo, pero sí para al menos, tras el análisis de las circunstancias de aquél, pensar qué
sería más conveniente hacer y, además, poder justificar dicha propuesta.
No vamos a repetir todo lo que allí dijimos, obviamente. Ahora nos interesa la posición del PM ante
las circunstancias que pueden delimitar cuál debe ser el ciclo de vida del proyecto. Tampoco hubiera
sido extraño del todo tratar este asunto como parte del entorno del proyecto, aunque nosotros
consideramos que, en este caso, el PM tiene algo más que decir. No tanto como para decidirlo, pero
sí para al menos, tras el análisis de las circunstancias de aquél, pensar qué sería más conveniente
hacer.
Por un lado, y desde nuestro punto de vista de forma determinante, el tipo de ciclo de vida del
proyecto va a depender de la situación de requisitos al comienzo del proyecto. Sin ánimo de ser
exhaustivos:
Son requisitos detallados y sin vocación de cambio ni por razones internas o externas (una
obra de construcción pública: una escuela, un parque, una operación asfalto).
Son requisitos con cierto detalle, pero el ámbito y el contexto del proyecto pueden predecir
una alta probabilidad de modificación (mercados acelerados en su progresión, proyectos
tecnológicos en general, etc.).
Son requisitos detallados en cuanto a que el proyecto podría comenzar y que se refieren a
alguna fase de este, pero, en realidad, no contienen todo lo necesario para definir el producto
final buscado (instalación de un software que tiene unos requerimientos de infraestructura
definidos -máquinas, memoria, almacenamiento mínimo, etc- pero cuya interacción con el
usuario está por ver o un plan de urbanización de una zona cuyas acometidas de suministros
están por decidir, etc.)
Está claro que no son situaciones estancas y tendremos casos intermedios. También puede ser que
nuestro cliente no viva precisamente en la “agilidad” y esté acostumbrado a recibir una planificación
detallada del proyecto a 1 año vista nada más empezar. Pero, al final, el nivel de predictibilidad real
sobre el alcance, en nuestra opinión, sería el que nos debería marcar el ciclo de vida del proyecto y
probablemente el tipo de metodología a utilizar.
Siguiendo con esta misma idea, y aunque en nuestra opinión en menor medida, es cierto que hay
otros aspectos del proyecto que pueden influir para considerar cuál debe ser el ciclo de vida
“conveniente”. En función del entorno del proyecto, el PM será soberano en la decisión o no, porque
también deberá tener en cuenta:
La siguiente figura estructura bastante bien la relación entre ciclo de vida del proyecto y ciertos
aspectos clave del proyecto:
El tipo de ciclo de vida del proyecto, finalmente, va a ser capital, para empezar, con los roles de
ciertas personas del equipo y el grado de autoorganización de éste.
Respecto a cómo entender los requisitos de la asignatura en los distintos tipos de ciclo de vida del
proyecto, lo primero que debemos decir es que no se ve afectada la mayor parte del apartado
conceptual que hemos recorrido. Lógico cuando estamos ante una asignatura de corte introductorio.
Figura 2: Influencia del proyecto en su ciclo de vida y de éste en los roles del proyecto
Fuente: elaboración propia
Si las circunstancias conllevan la elección o necesidad de seguir un ciclo de vida predictivo (en
nuestra opinión, cada vez menos frecuente) podemos decir que el PM se encontraría en su “hábitat
natural”. Lógicamente, la organización del proyecto tendería a una mayor verticalidad que en otros
casos. El PM se rodearía de expertos en los distintos aspectos del proyecto y el equipo o equipos de
ejecución en los que podría existir un rol de coordinación, estarían reportando directamente al PM.
Esta es solo una de las opciones, lógicamente.
Si las circunstancias externas e internas del proyecto hacen (u obligan) al PM elegir un ciclo de vida
ágil o adaptativo, es más que posible que su rol cambie. Como tal, un PM al uso, es una figura un
tanto extraña y que queda un tanto difuminada entre el product owner y la autoorganización del
equipo. Probablemente, deberá subir un escalón 1 y mirar el proyecto desde arriba, intentando
1
Tomémoslo desde un punto de vista “físico” y no de nivel de poder.
En el caso de que tengamos unos requisitos parcialmente detallados pero que permiten plantearse
seguir con un ciclo de vida iterativo, realizando subproyectos por bloques de requisitos y tomando
realmente toda la actividad como un programa y, en ese caso, situarse al frente del programa y con
un PM al frente de cada subproyecto. Es más que probable que se precisase algún experto para cada
subproyecto (o también podría ser el mismo para los distintos subproyectos).
Lógicamente toda esta estructura también va a estar influida por el tamaño del proyecto y podría no
llegar a nivel de programa, por lo que la figura 5 es un mero ejemplo de una posible opción.
Priorización: es posible instrumentar primero los procesos de la PMO que mayor prioridad
tengan para la organización y hacer ajustes, si es preciso, de una iteración a otra.
Flexibilidad: desde varios puntos de vista pues, por una parte, permite revisar las prioridades
y hacer ajustes de una iteración a otra. Por otra parte, permite dosificar el esfuerzo de
implementación, considerando el grado de asimilación del cambio organizacional, o bien
dosificar el ritmo de implementación en función del presupuesto y recursos disponibles de la
organización.
Resultados: la organización se beneficia de los resultados de la implantación, desde las
etapas tempranas del proyecto (5 a 6 semanas).
Holístico: contempla todos los elementos que requiere un Sistema de Dirección de Proyectos
Profesional.
2
En este punto, seguimos el enfoque de https://www.pmi.org/learning/library/agile-project-
management-office-expectations-7069
3
Que salvo por el matiz de las iteraciones, podría servirnos perfectamente para implantar una PMO
estándar.
En nuestra opinión, sigue quedando un tanto “oscura” la manera de llevar a cabo algunas de sus
funciones de una PMO en un entorno ágil con proyectos cuyo horizonte próximo es un sprint y
posiblemente con periodos de sprint diferentes en cada uno de ellos.
Pero ¿qué significa el “fracaso” de un proyecto? Como vamos a ir comprobando a lo largo del
programa máster que habéis elegido, a lo largo de un proyecto vamos a tener que ir manejando tres
variables fundamentales (alcance, coste, plazo) además de otras que no quiero denominar
secundarias pero que tienen pueden tener un peso diferente en distintos proyectos.
Serán esas variables fundamentales, las que nos ayuden a calificar de “fracaso” o “éxito el resultado
de un proyecto.
Lo mejor para saber el significado de una palabra es acercarse al diccionario, en este caso, de la Real
Academia Española de la Lengua:
Como podemos observar, el término, aplicado a un proyecto, estaría diciendo que el proyecto ha
tenido un resultado adverso para el caso de negocio a resolver y le añadiría un componente negativo
en cuanto al desempeño realizado (funesto, caída con estrépito…).
Un estándar comúnmente aceptado para valorar el éxito de los proyectos en el ámbito tecnológico es
el Chaos Report. Este informe lo publica The Standish Group desde el año 1994 y clasifica los
proyectos por su resultado en tres categorías:
Pues bien, los datos en 2019 son bastante clarificadores: 16% fueron exitosos, un 53% se
considerarían en la categoría de discutidos y, en fin, un 31% habrían sido fallidos. Que conste que no
es que 2019 sea un año especialmente negativo. Son porcentajes habituales en este ámbito de la
dirección de proyectos. Veamos unos datos del periodo 2010 a 2014:
Como vemos, los proyectos exitosos se mueven sobre un tercio del total, ni más ni menos. El estudio
se realiza sobre una muestra de 50.000 proyectos llevados a cabo en los últimos 5 años. En la última
información disponible, la de 2020, el porcentaje de exitosos se sitúa en un 31%.
Pero ¿qué tienen los proyectos tecnológicos para que se manifiesten tantas dificultades para su
realización exitosa? The Standish Group, habla de la existencia de 5 pecados capitales4:
Overambition
El problema es la “sobre ambición”: el querer ir un paso más allá, sin tener en cuenta los recursos (y
sus habilidades reales y presentes), el coste y el interés real de los stakeholders. Es una actuación
diríamos que un poco patológica que lleva a hacer algo de forma perfeccionista como si solo existiera
esa opción. Pasa en algunos directores de proyecto.
Siempre debemos tener como guía el coste y el plazo. Calidad siempre, pero ligada a las
posibilidades financieras y de plazo que el proyecto permite.
Ignorance
4
Las imágenes de las definiciones están tomadas directamente de www.thestandishgroup.com
Arrogance
Este pecado se da en algunos directores de proyecto con necesidad de ser “el que manda” y también
en algunos supervisores de estos. También esconde, en ocasiones, una defensa ante un cierto
desconocimiento del tema en cuestión.
No obstante, en nuestra experiencia, lo hemos visto con cierta frecuencia en equipos o en ciertos
miembros del equipo y es dónde resulta más peligroso para el proyecto.
A veces, la necesidad de mantener el estatus en un ámbito como el tecnológico en el que, en un
plazo muy reducido, se producen avances que pueden hacer perder una cierta posición simplemente
por obsolescencia del conocimiento, puede llevar a una actitud defensiva que acabe por derivar en
arrogancia.
Es un “alejamiento” del proyecto como preocupación. Se evidencia en una actitud pasiva al respecto.
A veces, es un signo de que el día a día es tan intenso que, con cierto automatismo, el equipo o
alguna persona del equipo, no consigue mantener la visión global ni la importancia de la participación.
También puede ser que no se esté permitiendo participar al equipo lo necesario tomando decisiones a
todos los niveles (incluso los de detalle) que lleven a ciertos miembros de aquél a no considerar el
proyecto como algo suyo.
A veces revela un cierto hastío de “lo mismo de siempre” o problemas específicos personales o con la
compañía por parte de ciertas personas.
Finalmente, también podría provenir de que la persona o personas no deseen ser identificados con el
proyecto por alguna razón de interés personal u organizacional. Puede tratarse de una actitud
consciente derivada de alguna lucha de poder en la organización en la que se esté desarrollando el
proyecto.
Fraudulence
Aquí ya hablamos de una actuación intencionada, deliberada, por interés personal, totalmente alejada
de lo que significa trabajar en equipo y sobre una base de realidad. La transparencia es clave como
habilidad del PM porque atrae a la confianza y le da credibilidad en sus actuaciones y a sus informes,
tanto frente a su cliente como con su equipo.
Este punto débil aparece cuando el director de proyecto no asume a tiempo y, sobre todo, no traslada
al nivel que corresponda, los problemas que puedan aparecer durante la ejecución del proyecto. Esto
puede conllevar a que dichos problemas crezcan sin tomar decisiones adecuadas a la situación. Se
entra en una rueda letal para el proyecto, al no “levantar la mano” para que se realicen las acciones
que correspondan o se tomen las decisiones al nivel que sea necesario. Al final, incluso, el director de
proyecto puede conseguir engañarse a sí mismo en cuanto a cuál es la situación real del proyecto.
Con frecuencia, el punto de partida de un proyecto tecnológico es una mera idea general de
lo que se quiere resolver.
Esta idea puede partir de la necesidad de cubrir alguna nueva regulación (aún no confirmado
su alcance) o de mejorar algún proceso que se entiende obsoleto.
A partir de esa idea general, el proyecto se suele calificar previamente como anual o
plurianual. A veces, la calificación temporal la da la nueva regulación que hay que cubrir.
La asignación presupuestaria se efectúa de manera general y previa al análisis del alcance.
La razón es que el reparto presupuestario de la compañía para la realización de proyectos se
produce con mucha antelación a que se pueda efectuar una mínima definición.
El plazo es también un punto de partida habitual. Recalco, no el alcance sino el plazo 5. Esto
ocurre, en gran parte de las ocasiones, porque existe algún hito normativo o comercial que no
puede esperar más que hasta un límite.
En conclusión, el director de proyecto recibe habitualmente como input:
o Un límite de plazo para finalizar.
o Un presupuesto máximo fijado.
o Un alcance generalmente poco detallado, reducido a unas pocas líneas en la
definición del proyecto.
Esto, que puede parecer un poco caricaturizado, podemos afirmar haberlo vivido en persona muchas
veces.
¿Y por qué ocurre esto? ¿Qué explica que se realicen esas asignaciones previas de plazo y coste
antes de determinar un nivel de alcance mínimo? ¿Cuál será la causa que explique un comienzo de
proyecto tan absurdo que, además, se ha demostrado acaba siempre en otros plazos y con otros
costes (generalmente mayores)?
Desde otro punto de partida, también aparece a veces la “ignorancia técnica” por el lado de los
solicitantes, que pueden pensar que las adaptaciones o los cambios de software son rápidas y fáciles.
Si unimos esa suposición a la ya comentada idea de que la posibilidad de reacción cuando el
producto es un software es mucho mayor, tenemos otra posible explicación a las preguntas iniciales.
Y, finalmente, los proyectos tecnológicos suelen partir de una dura licitación entre varios posibles
ejecutores, dentro de una ardua competencia, y estos se ven en la necesidad de aquilatar en demasía
precios y plazos para “vencer” en la licitación. Eso obliga a comprometerse a unos parámetros de
5
No hemos participado en ningún proyecto en el que no haya sido necesario modificar el plazo inicial de
finalización.
Cuando alguien quiere mecanizar un proceso manual, no suele quedarse en ese punto. Quiere,
además, mejorarlo (nada más lógico) y, estando claro el proceso, no lo está la mejora. Del “qué
quiere” al “cómo lo quiere” hay un mundo. Este aspecto es especialmente relevante en el caso de que
el proyecto teconológico incluya un interfaz de usuario con las múltiples posibilidades de lo que
significa usabilidad que cada persona tiene en su cabeza.
Hay algo que también considero característico en este tipo de proyectos. Se trata del voluntarismo
(mal entendido) que a veces se aplica para sustituir una especificación detallada que debería salir de
quién precisa satisfacer la necesidad. Esto hace que el equipo ejecutor, acuciado por un plazo sobre
el que no ha podido opinar (o ha dado igual lo que opine), interpreta o incluso “define” lo que ese
software tiene que ser capaz de hacer a un nivel de detalle totalmente fuera de lo que teniendo en
cuenta su rol debiera llegar. Rara vez acertará y, además, será responsable de las decisiones.
Vamos a terminar este apartado, revisando las conclusiones que realiza Henny Portman 6 tras la
publicación del The Standish Group Chaos Report de 2020. Es un análisis interesante que lleva a un
terreno muy práctico el interior de los proyectos que consiguen el éxito.
6
https://hennyportman.wordpress.com/
El informe basa el éxito de los proyectos en tres bloques: Place, Team, Sponsor. El quid de la
cuestión está en que el nivel de madurez de estos bloques es determinante en el éxito del proyecto.
o El informe no hace más que recalcar un punto que ya no nos sorprende: es el equipo
el que consigue el producto final.
o Otro punto que cada vez está siendo más reconocido por todas las metodologías es
que la creación de valor como elemento clave del resultado. Si el producto no añade
valor a la organización, el proyecto habrá sido en vano.
o El informe recomienda equipos pequeños. Estamos totalmente de acuerdo´, pero el
problema es que no siempre es posible.
o Si no es posible lo anterior, lo que sí podemos intentar es realizar una división del
trabajo que permita acercarse a ese objetivo.
o Los aspectos clave que se indican en este apartado son la comunicación, la
aceptación, el respeto mutuo, los conflictos y su solución adecuada, la resolución de
problemas y, por supuesto, los 5 pecados capitales que es un elemento troncal.
The Good Sponsor
7
También veremos a veces que se habla de la existencia de un patrocinador tanto del lado del cliente como del
proveedor. Podrían perfectamente representar los dos niveles más altos de ambas organizaciones respecto al
ámbito contractual.
PMI
PRINCE2
IPMA
PM2
PM4R
SCRUM
Predictivos
Iterativos
Adaptativos o ágiles
PMO de apoyo
PMO de control
PMO directiva
El PM no maneja todos los hilos que afectan al proyecto, sino que está
influido y mediatizado por el entorno. En este entorno, existen factores
internos y externos que, en general, no serán modificables por el PM. Es
importante para desarrollar su labor de manera efectiva que se informe
de dichos factores.
Figura 9: Conclusiones
Fuente: Informe del Project Management en 2021. PMI Spain
REFLEXIÓN: ¿consideras que es siempre necesario ser fiel a una manera de hacer
las cosas? ¿no se dice que cada proyecto es distinto? ¿por qué no vamos a aplicar
Bibliografía
Buttrick, R. (2012). PRINCE2 and the National and International Standards. The Stationery Office.
Fleming, Q., y Koppelman, J. M. J. (1998). Earned value project management. The Journal of
Defense Software Engineering, 16(July), 19-23. http://doi.org/10.1016/S0263-7863(97)82251-X
Holopainen, M., y Toivonen, M. (2012). Weak signals: Ansoff today. Futures, 44(3), 198-205.
http://doi.org/10.1016/j.futures.2011.10.002
IPMA Competence Baseline Version 4.0. (s. f.) (2019). International Project Management Association.
Project Management Institute. (2017). Project Management Body of Knowledge (PMBOK). (I. Project
Management Institute, Ed.) (6th edition). Project Management Institute, Inc.
Project Management Institute. (2021). Project Management Body of Knowledge (PMBOK). (I. Project
Management Institute, Ed.) (7th edition). Project Management Institute, Inc.
www.thestandishgroup.com
www.greenprojectmanagement.org