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Historia de México II
Grupo: 425
Profesora: Cuesta Flores Desiree
(Valladolid, hoy Morelia, México, 1768 - Ciudad de México, 1829) Patriota y heroína
de la independencia de México, conocida también por el apodo de «la Corregidora
de Querétaro».
Biografía
En el año 1791 contrajo matrimonio con Miguel Domínguez, que por aquellos años
trabajaba en la secretaría de la Real Hacienda y en la oficialía del virreinato de
Nueva España. Gracias a sus buenas relaciones con el virrey Félix Berenguer de
Marquina, Miguel Domínguez fue nombrado corregidor de Querétaro en el año
1802. Durante los primeros años de matrimonio, Josefa se hizo cargo de las labores
domésticas y de la crianza y educación de los dos hijos de su esposo, que había
enviudado de su primera mujer. Todo parece indicar que la pareja era feliz; doce
hijos nacerían a lo largo de un matrimonio que perduraría hasta 1830, año de la
defunción del marido.
Al margen de sus quehaceres domésticos, Josefa Ortiz de Domínguez se mostró
muy identificada con los problemas de la clase criolla, a la cual pertenecía por ser
descendiente de españoles. A pesar de las reformas realizadas tras la llegada de
los Borbones a España (1700), se había perpetuado la tradición de que fueran
españoles nacidos en la península los que ocuparan los altos cargos de la
administración virreinal y del ejército, relegando a los criollos a los puestos
secundarios. Josefa defendió sus intereses de clase y también se hizo eco de las
reivindicaciones de los indios mexicanos, que vivían en lamentables condiciones;
intentó que se reconocieran los derechos de los indígenas y aprovechó su posición
como esposa del corregidor para llevar a cabo numerosas obras de caridad.
Fiel a sus principios, Josefa Ortiz de Domínguez decidió pese a ello intervenir y
avisar a los revolucionarios. Elaboró una nota con letras impresas sacadas de
periódicos para evitar que se reconociera su propia caligrafía y la envió al
capitán Ignacio Allende a través del alcaide Ignacio Pérez, el cual cabalgó en busca
del capitán y, al no encontrarle en San Miguel el Grande, entregó la misiva al padre
Miguel Hidalgo.
El Grito de Dolores
Tras recibir la notificación de Josefa Ortiz, el padre Hidalgo decidió adelantar el
levantamiento a la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Desde su posición
como párroco de Dolores, Miguel Hidalgo convocó a sus feligreses a una misa, y en
ella hizo un llamamiento a alzarse en armas contra las autoridades coloniales y a
luchar por un gobierno más justo; tal proclama es conocida como el Grito de
Dolores.
Gracias al aviso de la Corregidora, como se la apodaría popularmente en la época,
muchos conspiradores pudieron escapar antes de ser detenidos por las autoridades
virreinales; Josefa Ortiz, en cambio, no salió bien parada de su arriesgada acción
ya que, tanto Josefa como su marido fueron arrestados el mismo día en que se
produjo el grito de dolores
Pintura “El grito de dolores” Recuperado de El grito de Dolores en dos
murales impresionantes - Líder Empresarial (liderempresarial.com)
Josefa, por su parte, fue trasladada a la capital en el año 1814, siendo recluida en
esta ocasión en el convento de Santa Teresa. A pesar de los esfuerzos de su
marido, que ejerció de abogado defensor, fue declarada culpable de traición en el
proceso que se le siguió. Los últimos años de cautiverio los pasó en el convento de
Santa Catalina de Sena, considerado más estricto que los anteriores. La situación
de la numerosa familia Domínguez fue precaria durante estos años, puesto que
Miguel Domínguez, gravemente enfermo, apenas si podía ver a su esposa, y no
disponía de ingresos para mantener a sus hijos. El virrey Juan Ruiz de Apodaca se
hizo cargo de la situación; reconoció a Miguel Domínguez el derecho a percibir un
sueldo por los servicios prestados y liberó a Josefa en junio de 1817.
En los últimos años de su vida, Josefa Ortiz de Domínguez se relacionó con grupos
liberales de carácter radical. En todo momento se negó a recibir cualquier
recompensa por el apoyo inestimable que había prestado a la consecución de la
Independencia: en su opinión, no había hecho más que cumplir con su deber de
buena patriota. Falleció en Ciudad de México el 2 de marzo de 1829, a la edad de
sesenta y un años. Sus restos fueron enterrados en el convento de Santa Catalina,
aunque algún tiempo después fueron trasladados a Querétaro, donde reposan junto
con los de su marido en el Panteón de queretanos ilustres, en un mausoleo
construido en su honor en 1847 en el antiguo huerto del convento de la Cruz.
Biografías
Tomás, F., & Elena, T. (2004). Biografía de Josefa Ortiz de Domínguez.
Biografías y Vida. Recuperado 26 de abril de 2022, de
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/ortiz_josefa.htm
(S.A). (2013, 2 marzo). Josefa Ortiz de Domínguez. GOBIERNO DE
MÉXICO. Recuperado 26 de abril de 2022, de
https://www.gob.mx/epn/es/articulos/josefa-ortiz-de-dominguez-1768-
1829?tab=
M. (2022, 4 abril). Josefa Ortiz de Domínguez, biografía de La Corregidora.
México Desconocido. Recuperado 26 de abril de 2022, de
https://www.mexicodesconocido.com.mx/josefa-ortiz-de-dominguez.html
María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvado
“Leona Vicario”
“Mis acciones y opiniones han sido siempre muy libres, nadie ha influido
absolutamente en ellas, y en este punto he obrado siempre con total independencia,
y sin atender a las opiniones que han tenido las personas que he estimado. Me
persuade que así serán todas las mujeres.”
Leona Vicario
Recuperado de https://www.gob.mx/segob/articulos/conoce-mas-acerca-de-leona-
vicario?idiom=es
(Leona Vicario Fernández de San Salvador; ciudad de México, 1789 - 1842) Heroína
de la independencia mexicana. Esposa del escritor y político Andrés Quintana Roo,
apoyó con todos los medios a su alcance la causa de la independencia,
exponiéndose a multitud de riesgos y penurias.
Leona Vicario, fue hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y de la criolla
Camila Fernández de San Salvador y Montiel. Quedó huérfana a los 18 años. El
nacimiento de Leona Vicario se dio durante una época muy interesante: el inicio la
Revolución Frances y la sucesión en el trono español
Leona Vicario estudió Bellas Artes y Ciencias. A través de los estudios, desarrolló
un enorme sentido crítico frente al mundo y años después comenzó a ejercer el
periodismo. Publicó en diarios como: El Semanario Patriótico Americano, El
Federalista y El Ilustrador Americano. Fue en el periódico El Ilustrador Americano
donde los insurgentes observaron su trabajo y se pusieron en contacto con ella.
Cuando la Guerra de Independencia estalló, Leona Vicario se unió al movimiento.
Desde la Ciudad de México, Leona Vicario les daba información de lo que ocurría
en la capital mexicana, además de ayudarles con algunos bienes para apoyar la
causa libertaria.
Finalmente, en marzo de 1813, la Real Junta de Seguridad y Buen Orden (creada
al producirse el levantamiento de Dolores) decidió intervenir y le instruyó un
larguísimo proceso en el que fueron apareciendo las piezas y documentos que la
inculparon gravemente, entre otros los relativos a sus intentos de huida para
pasarse al campo de los rebeldes. Para escándalo de su tutor, se la internó en el
Colegio de Belén de las Mochas; allí fue sometida a interrogatorio y se presentaron
las pruebas y diligencias judiciales que figuran en las Actas reproducidas por su
biógrafo Genaro García. Según este historiador, "su simple lectura convence del
valor y nobleza excepcionales de Leona, cuya actitud parece muy superior a la de
tantos insurgentes que se hallaron en parecidas circunstancias".
Declarada culpable, en lugar de enviarla a la cárcel de corte se la mantuvo presa en
el mismo Colegio de Belén, hasta que el 23 de abril de ese año la liberó un grupo
de caballeros bajo el mando de Andrés Quintana Roo, quien la mantuvo oculta por
unos días y forzó más tarde su salida de la capital, simulando ser arrieros que
conducían un atajo de burros cargados con cueros de pulque. Leona, con la cara y
los brazos pintados de negro, y unas cuantas mujeres, vestidas también de negro,
marchaban sentadas sobre unos huacales. Los cueros y las hortalizas, al parecer,
iban cargados de tinta de imprenta, además de letras y moldes de madera para la
confección del periódico de los rebeldes. Empeñada en seguir colaborando con la
insurgencia, huyó de la capital con destino al campamento de Tlalpujahua.
Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/v/vicario.htm
Vicario comenzó a interesarse por la vida política en tiempos convulsos. En 1808,
mientras Napoleón Bonaparte invadía España, el virrey José de Iturrigaray era
depuesto en continente americano.
Tras el inicio del movimiento independentista en la colonia, Vicario se unió a la
rebelión e ingresó en una sociedad secreta llamada Los Guadalupe formada por
criollos con recursos económicos y acceso a información estratégica que le
transmitían a los insurgentes.
Ella pasó a ser "una parte fundamental para comunicarse de manera clandestina
con estos líderes y proporcionarles desde elementos materiales básicos hasta
armas".
Pero el hecho de que Vicario jugara un papel cada vez más fundamental y visible
en esa lucha pronto le valió ser denunciada por conspirar a favor de la
insurgencia.
Tras un juicio en el que no reveló ninguna información que pudiera comprometer al
movimiento, ingresó en prisión, de donde escaparía poco después.
Se reunió entonces con su prometido Andrés Quintana Roo, considerado otro de
los próceres de la independencia mexicana, y se unió oficialmente a la lucha
insurgente junto a Morelos.
Sociedad secreta
Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-51847048
En 1813 fue encarcelada al descubrirse que era conspiradora y que apoyaba el
movimiento de Independencia, pero logró escapar y se refugió en Oaxaca. Tanto a
ella como a su esposo se le ofreció el indulto a cambio de abandonar el movimiento,
al no hacerlo siguieron huyendo. Poco después, se unió a las tropas de José María
Morelos y Pavón para lograr la Independencia de México.
En 1817 Leona dio a luz a su primera hija y al poco tiempo fue apresada junto con
la recién nacida. Una vez más le fue ofrecido el indulto, pero esta vez con la
condición de irse a España, ella aceptó y mientras esperaba los documentos
necesarios para partir, fue llevada a Toluca en confinamiento. Al ser indultada por
parte del gobierno le fueron restituidos sus bienes, volviendo a su casa ubicada en
la calle de Cocheras -hoy República de Brasil.
La heroína de la independencia murió el 21 de agosto de 1842 a los 53 años. en su
casa de la Ciudad de México. Sus restos descansaron primero en el Panteón de
Santa Paula; el 28 de mayo de 1900 fueron trasladados, junto con los de su esposo
Andrés Quintana Roo, a la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de
Dolores, donde permanecieron hasta su traslado a la Columna de la Independencia,
en 1925
Fue declarada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria el 25 de agosto de 1842.
Bibliografías
https://www.lavanguardia.com/files/image_449_220/91-4000.jpeg
Poco después se integró al gobierno carrancista y fue reconocida por el jefe
Constitucionalista no sólo con una pensión sino con algún puesto administrativo,
privilegio del que gozó durante los siguientes gobiernos posrevolucionarios. Al
finalizar la guerra tuvo cargos directivos en el Consejo Feminista y en la Liga
Panamericana de Mujeres. Al igual que muchas de sus contemporáneas se dio
cuenta que la Revolución no había beneficiado a la población femenina, la cual
continuó sin ser considerada como una ciudadana con derechos, entre ellos el voto,
motivo por el que se unió con personalidades como Julia Nava, Luz Vera, Elena
Torres y Eulalia Guzmán. Todas ellas feministas declaradas y luchadoras
incansables que a través de una publicación llamada La Mujer acusaban a los
hombres que hicieron el movimiento revolucionario de no haber reconocido su valor
y afanes en los campos de batalla y expresaron
Queremos a la mujer fuerte, instruida, compañera de trabajo, ni esclava ni tirana.
Queremos la emancipación de la mujer y la libertad de la humanidad
Referencias
Cano, G. (2010). Gertrude Ruby y la historia de las mujeres zapatistas de la
Revolución Mexicana. Estudios Sociológicos, 28(83), 579–597. Recuperado
de http://www.jstor.org/stable/20749183
Creció en un hogar liberal recibiendo una buena educación que alimentó su gusto
por la lectura y la cultura, lo que le permitió formarse como profesora en la época
Juarista, con una sólida inclinación a los principios del liberalismo republicano.
Ella es dada a crédito por su autoría, “El plan político y social”, que fue publicado el
18 de marzo de 1911, lo cual subrayaba las ideas y metas de los conspiradores. El
plan evocaba una continuación de las demandas del partido liberal mexicano que
había hecho en 1906, que incluye salarios justos, viviendas económicas, mejorar
condiciones de trabajo, y cortos de inversiones extranjeras. Además, promovió la
descentralización del sistema educativo del país, por el sentido que las necesidades
de la escuela son mejores cuando es fundada y controlada localmente.
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Aun así, pudo formar nuevamente amistades con las que compaginó y fue
precursora del feminismo al conformar grupos de mujeres maestras, campesinas,
intelectuales y obreras para defender los derechos políticos, los derechos sociales
y particularmente los derechos de la mujer.
En 1874 fue invitada por el gobierno estatal junto con Benigno Arriaga a participar
con poemas cívicos en las fiestas septembrinas, su participación en el plan de
Tacubaya y sus cartas desde la prisión, la convirtieron en mujer de varias épocas,
Dolores fue antes que nada una sólida liberal republicana, testigo de la dictadura
porfiriana desde sus inicios hasta su caída y participe del surgimiento de la
revolución, dolores fue interlocutor de varias generaciones de luchas sociales, viejos
liberales como Don Benigno Arriaga los jóvenes intelectuales positivistas como su
cuñado Manuel José Othón que apenas incursionan en su carrera literaria y de los
precursores de la revolución como el ingeniero Camilo Arriaga y Antonio Diaz Soto
y Gama de quienes fue cercana y respetada colaboradora, es durante el porfiriato
en 1883, cuando ella queda huérfana de padre y madre y su participación en
acciones filantrópicas le ayuda a tomar conciencia de la condición de los
trabajadores, de su miseria y explotación.
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Su labor como docente y oradora dentro de las filas zapatistas le valió ser llamada
la “Antorcha de la Revolución''.