Está en la página 1de 6

Marcela Bianchi Licenciada en Psicología

Magister en Psicoanálisis

Coordenadas para pensar la transferencia en la esquizoparanoia

Marcela Bianchi

Introducción

Es conocido que la oferta siempre presente de un sujeto psicótico al analista es ese

lugar de Otro gozador, el llamado “sitial de Flechsig”, de cuyo saber se gesta su

tormento y cuya resultante -en caso de que el analista acceda a ocuparlo-, es el

desencadenamiento erotómano.

Pero, si tomamos en consideración que no en todos los casos la resultante del lazo

transferencial es la erotomanía, esto implica tanto que existen otros posicionamientos

posibles para el analista que no dejen al sujeto en línea con ese Otro absoluto, como

que existen otras posibilidades estructurales en el sujeto psicótico mismo para hacer

lazo con el analista y trabajar su goce.

Ubiquemos entonces ciertas características estructurales de las psicosis, para luego

evaluar las posibilidades psicoanalíticas con las que contamos en el caso particular

de las esquizoparanoias.

Certeza, realidad y creencia.

Siguiendo a Lacan en su Seminario III (1), leemos que nos indica claramente que si

nuestro interés es conseguir que el sujeto psicótico modifique en todo o en parte lo

que para él se presenta como una certeza, la imposibilidad se evidenciará.

Sus marcaciones, que apuntan a responderle al afán psiquiátrico de “quebrar” este

discurso delirante, muestran que es requisito entender que eso que se le impone al

Tte. Gral. J. D. Perón 2759 Piso 12º Dpto. “121”. Tel.: (011) 4861-8652
(1040) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. m_bianchi@fibertel.com.ar
Marcela Bianchi Licenciada en Psicología
Magister en Psicoanálisis

sujeto se encuentra en el lugar de su realidad. Lo orienta. Pretender quebrantar estas

certezas, impuestas al sujeto, equivaldría a arrebatarle lo que ordena su mundo. Esa

es la doble cara de estos fenómenos elementales: lo mismo que lo sume en un

profundo sufrimiento, lo guía.

Ahora bien, ante la alucinación verbal, ante la iniciativa que el Otro toma en él y que

irrumpe en su realidad transformándola, el sujeto responde con la creencia.

Lacan lo señala así en relación a Schreber: “A partir de la experiencia que nos

comunica, se generó en él una creencia en Dios para la que nada lo preparaba. El

asunto era para él percibir qué orden de realidad podía responder de esa presencia

(...) (2)” (3).

El lugar de la realidad pasa entonces a ser rellenado por esta iniciativa a la que el

sujeto, hasta aquí, sólo puede darle crédito. Y tal creencia sólo puede ser sostenida

por el valor de realidad que tomará el elemento nuevo.

Lacan lo llamará “realidad creada” y dirá: “La alucinación en tanto que invención de la

realidad constituye el soporte de lo que el sujeto experimenta (4)” (5).

Pero remarco aquí una cuestión: que Schreber, como dice Lacan, a consecuencia

del fenómeno elemental genere una creencia implica que toma posición. O sea, ante

ese fenómeno de exterioridad, el sujeto responde, hace, ejecuta una creencia.

Acepta una realidad inevitable y a su vez, la cree. Articula de este modo creación y

creencia.

Creencia y consentimiento.

J-A. Miller en su artículo “Sobre la lección de la Psicosis” (6), ubica el revés subjetivo

de la certeza delirante propia de la estructuración psicótica.

Tte. Gral. J. D. Perón 2759 Piso 12º Dpto. “121”. Tel.: (011) 4861-8652
(1040) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. m_bianchi@fibertel.com.ar
Marcela Bianchi Licenciada en Psicología
Magister en Psicoanálisis

Se pregunta allí: “¿Es que nuestro estructuralismo nos ha tornado tan mecánicos

como para que estemos dispuestos a admitir la forclusión de un significante como

una base primordial e incondicionada sin tampoco percibir que ella es correlativa de

una decisión del ser, es decir, de una posición subjetiva? Así lo temo cuando pienso

lo que ha sido necesario movilizar de persuasión para no rehusar al psicótico, en el

uso de nuestro grupo, el estatuto de sujeto.” (7)

O sea: el sujeto no sólo padece las consecuencias de la forclusión, sino que también

está allí presente su posición subjetiva. La contracara de la certeza (certeza nacida

como efecto de la forclusión misma) es la toma de posición del ser del sujeto,

manifestado en su creencia. Y es así como su creencia (que es también su creación)

pasa a ser entonces el índice de su consentimiento, marca el compromiso del sujeto,

la decisión que, aunque inefable, muestra su anterioridad lógica.

Pero entonces: ¿no encontraremos en el hecho de que el sujeto responda, la

posibilidad analítica con la cual trabajar la localización, la negativización y la

elaboración del goce desamarrado que irrumpe en él a partir de la iniciativa del Otro?

Coordenadas para pensar la transferencia.

Retomemos lo dicho en la introducción. Ese lugar para el analista diferente al del

Otro gozador E. Laurent (8) lo llama “lugar del semblante de agujero”, mientras que

C. Soler lo nombra -siguiendo a J. Lacan- “testigo” y lo define así: “(...) un sujeto al

que se supone no saber, no gozar, y presentar por lo tanto un vacío en el que el

sujeto podrá colocar su testimonio” (9).

Tte. Gral. J. D. Perón 2759 Piso 12º Dpto. “121”. Tel.: (011) 4861-8652
(1040) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. m_bianchi@fibertel.com.ar
Marcela Bianchi Licenciada en Psicología
Magister en Psicoanálisis

A mi entender, el analista solo puede sostener ese lugar con su castración simbólica.

Y la experiencia clínica muestra en el caso particular de las esquizoparanoias, que

esto posibilita el alojamiento del sujeto en el tratamiento.

Lejos de cualquier transferencia maternante o de cualquier tentación de hacer de

padre o de madre ante el sujeto, como lo señala E. Laurent (10); lejos de la

impostura lógica del SSS, como lo marca J.-A. Miller (11), ese lugar resguarda al

analista de quedar confrontado con la certeza del sujeto, con la erotomanía o con los

acercamientos imaginarios al mundo que pueda desplegar, y a su vez, prepara al

sujeto para el trabajo que él mismo realizará en su tratamiento.

Que el sujeto pueda trabajar las alucinaciones auditivas (reconociéndolas,

ubicándolas, interpretándolas, etc.) equivale a que vayan perdiendo poder (o más

precisamente, goce) como orientadoras del mundo del sujeto. Esto es idéntico a

decir que vaya haciendo un trabajo de vaciamiento del Otro, en el sentido de reducir

y hasta negativizar el goce mortífero que le atribuye.

Y esto es, en otros términos, la posibilidad de que el sujeto modifique su creencia. No

su certeza, sino su posición subjetiva ante ello: desde su interpretación, repensar su

certeza; desde su delirio, frenar la embestida de goce.

Y el sujeto esquizoparanoico muestra que puesto en este trabajo, en conjunción con

un Otro castrado; esto es, con un Otro que sabe poco y goza poco, le destina a la

transferencia un lugar: ser la nueva orientadora del sujeto.

Tte. Gral. J. D. Perón 2759 Piso 12º Dpto. “121”. Tel.: (011) 4861-8652
(1040) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. m_bianchi@fibertel.com.ar
Marcela Bianchi Licenciada en Psicología
Magister en Psicoanálisis

NOTAS

(1) Lacan, J. (1955-56/1984) El Seminario. Libro III. Las Psicosis, Paidós, Bs. As, pp.

207-208.

(2) Lacan, J. op.cit. p. 188.

(3) Los subrayados son nuestros.

(4) Ibid. p. 188.

(5) Los subrayados son nuestros.

(6) Miller, J-A. (1987) “Sobre la lección de la Psicosis”. Revista Espacio Analítico, p.

9.

(7) Los subrayados son nuestros.

(8) Laurent, E. (1990) “El sujeto psicótico escribe”. La psicosis en el texto, Manantial,

Bs. As, p. 108.

(9) Soler, C. (1993) “¿Qué lugar para el analista?”. Estudios sobre las psicosis,

Manantial, Bs. As., p.9.

(10) Laurent, E. op. cit. p. 108.

(11) Miller, J-A. op.cit. p. 10.

Bibliografía

Lacan, J. (1955-56/ 1984) El Seminario. Libro III. “Las Psicosis” Paidós, Bs. As.

(1959/1983) “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la

psicosis”, Escritos 2. Siglo XXI, 8° edición.

Laurent, E. (1990) “El sujeto psicótico escribe”. La psicosis en el texto. Manantial,

Bs. As.

(1992) “Estabilizaciones en las psicosis”. Manantial, Bs. As.

Tte. Gral. J. D. Perón 2759 Piso 12º Dpto. “121”. Tel.: (011) 4861-8652
(1040) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. m_bianchi@fibertel.com.ar
Marcela Bianchi Licenciada en Psicología
Magister en Psicoanálisis

Miller, J.-A. (1987) “Sobre la lección de la Psicosis”. Revista Espacio Analítico.

(1987) “Mostración en Premontré”. Matemas I, Manantial, Bs. As.

(1987) “Enseñanzas de la presentación de enfermos”, Matemas I,

Manantial, Bs. As.

Soler, C. (1993) “¿Qué lugar para el analista?”, Estudios sobre las psicosis,

Manantial, Bs. As.

(1993) “El trabajo de la psicosis”, Estudios sobre las psicosis, Manantial,

Bs. As.

Tte. Gral. J. D. Perón 2759 Piso 12º Dpto. “121”. Tel.: (011) 4861-8652
(1040) Ciudad Autónoma de Buenos Aires. m_bianchi@fibertel.com.ar

También podría gustarte