Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Me desgarra haber pasado ocho años queriendo una felicidad pero desde
la cobardía del callar, no fui valiente y ahora soy desdichada, siento que
tiré mi vida, que estoy en el ocaso, que tu fantasma, el que yo he
creado de ti me ha impedido a lo largo de estos ocho años amar a
alguien que no fueras tú, he vuelto a fracasar con este hombre bueno
que intenté querer y que quise obstinadamente me amara pero no pudo
ser pues sólo había vacío, vacío dejado por ti, no había nada qué amar.
Ya no puedo con eso. No quiero más fantasías, no lo quiero en mis
sueños, quiero perderlo todo, quiero perderte, necesito sacarte de mí.
Pero no todo ha sido sufrimiento, también debo agradecerte por estos
ocho años, porque si me he quedado también es porque has sido una
gran motivación en mi vida, por eso también volví a buscarte porque
compartimos algo invaluable que es el psicoanálisis, una profesión muy
solitaria la nuestra, saberte ahí, saber que podíamos compartir eso en
esta soledad era un bálsamo. He podido ir más allá de mí, de mi
egoísmo y contemplarte, escucharte, quererte. Incluso, he de hacerte
otra confesión, debo a ti el hecho de concebirme como una mujer que
puede amar y renunciar a sí misma en función del deseo de dar vida.
Entre todo lo que no fue ni será puedo decirte que has dejado una huella
imborrable. Las palabras nunca llegarán a expresar todo lo que siento
por ti, por eso he de resistirme a querer transmitirte la pasión que me
aflige y mejor callar aquí. Adiós Daniel.