Está en la página 1de 2

Esta noche te dedico una vez más mis palabras plasmadas, porque desde que te conocí, tú

me inspirabas, brotaba mi amor para hacerte sentir querido. Por ahora luego de tanto
pensar, te habla mi corazón que se encuentra herido, porque no supiste darle ese amor que
creía merecido. Fue mi error idealizar esto, sabiendo que no ibas a dar el resto. Te rendiste
y lo entiendo, pudimos dar más, pero me estaría mintiendo. Cargaría una vez más con el
peso, ser la que derrama sentimientos, la que compensabas con un beso. Me retiro de la
jugada, te dejo ganar, a mí déjame sanar y sigue feliz con tu velada.

Me es difícil dormir pensando en ti, deseando que estuvieras aquí sin poder dejarte ir. Solo
logro dar vueltas en mi cama soñando que te veo partir. Son las 5 am y solo consigo
escribir. Tu recuerdo se hace presente, este dolor está potente. Quisiera seguir, pero ya no
somos compatibles, somos dos imanes que se repelen y se siente horrible. Esto no iba a
funcionar, pero te quise dejar pasar, teniendo la fe de que podía crecer este amor con la
fuerza de voluntad y terminé quedando sin paz, sin más nada qué dar. Te logré querer con
todo y tú carácter, sin embargo, no te puedo complacer si mi amor con tus acciones
marchitaste. Te deseo lo mejor y espero lo encuentres, que dejes en tu coraza entre. Ojalá
algún día te des cuenta que conmigo todo lo tuviste y lo perdiste. Que, dentro de todo,
apliques lo que de mi aprendiste y por ese amor luches lo suficiente. Ahora soy yo la que lo
siente y no puede más, es por eso que tomé la decisión de todo corazón terminar…

Trato de ignorarte, de hacer de tu existencia un borrón en mi libro de recuerdos, aunque lo


único que consiga es remarcar tus escenas en mi vida. Salgo y me distraigo, te mando lejos
de mi mente y río con toda emoción que se disipa al llegar a casa, vuelvo a sentir esa
incomodidad en mi pecho, que no tiene explicación. Te vuelvo a pensar y volcar mi cabeza
en tu recuerdo. Sé que no todo tiene una solución, pero, a ti no encuentro sentido de la
ecuación que se forma al deletrear tu nombre, nada funciona para eliminar de mi sistema la
ansiedad que siento. No quiero pensar que no fue a la par ni que no sientes a través de tus
historias las cuales publicas cada día sin descanso, dame un respiro porque ya no tiene
sentido que quiera entender mis latidos y suelte suspiros deseando extinguir esto.

Suena un tintineo y son tus mensajes que no veo. Quiero dormir y tu quieres seguir,
insistiendo en conversar, te pido esperar porque no puedo esclarecer mi mente con tus
respuestas prepotentes. Tengo miedo de lo que pueda suceder, que no nos podamos
contener y esto logre ser parte de un pasado; mañana no despertar a tu lado y seas un
desconocido, tener que acostumbrarme a que te has ido. Pero es una decisión que está
tomada, con mis lágrimas pegadas en la almohada, nos decimos adiós sin en una
posibilidad de cambios ni compasión. Lo que más se temía se cumplió, cada quién
comparte una opinión. Tomamos caminos distintos, sigamos nuestros instintos y seguir
cada meta, aunque ninguna nos una ni nos comprometa.
Tú me rompiste primero.
¿Desde cuándo la relación se convirtió en un campo de guerra? Detrás de una opinión
escudándonos en nuestra propia trinchera, utilizando las mejores cartas para ganar en
diferentes discusiones que no llegaban a ninguna conclusión. Cada palabra nos distanciaba,
cada acción mataba una parte de nosotros y alguno de los dos debía sacar la bandera blanca.
Esta vez fui yo, la que decidió parar lo que nos mantenía enfrentándonos, intentando alguno
de los dos decidir quién se odia más. Viendo quién hiere más al otro, demostrando quién
tiene más ego y orgullo, para al final terminar extinguiendo lo que en un inicio fue la paz,
siendo del amor solo un recuerdo que es olvidado por el desprecio, dejando a un lado lo que
nos unió. Me rompiste cuando decidiste ser indiferente, cuando no escuchaste lo que tenía
por reclamar, me rompiste cuando tenías tus ojos puestos en el mundo y no en mí, te rompí
cuando me volví fría, cuando ya tu cama se encontraba vacía porque quería mi espacio. No
encuentro la causa original de esta guerra, es una razón difusa, que ahora solo quedó las
cenizas de nuestro amor, acabando con una parte que era yo, anhelando el amor que ya no
está, pero ni un intermediario pudo salvar lo que se dio por perdido en el momento en el
que decidimos ponernos en contra, me rompiste primero y luego te rompí de segundo, pero
ya no importa el orden del dolor cuando esto se acabó.

También podría gustarte