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Fases de un programa de modificación

conductual[editar]
1. Recogida de datos para identificar el problema y ver quién debe
realizar el tratamiento. Consiste en rellenar un formulario con la historia
personal del sujeto: nombre, dirección, edad, estado civil y una descripción
breve de por qué quiere cambiar. Además se verá qué especialista es más
adecuado para la intervención y se verá si su conducta atenta contra la
seguridad de las personas como ocurre por ejemplo en los casos de
pedofília.
2. Evaluación previa al tratamiento. Se realiza una evaluación conductual
o Análisis Funcional de la Conducta1 para saber la dimensión del problema
antes de la introducción del programa de modificación de conducta.
Supone la recogida y análisis de datos e información con el fin de
identificar y describir los objetivos comportamentales, especificar las
causas probables del comportamiento, elegir las estrategias de
intervención más adecuadas para modificarlo y evaluar los resultados del
tratamiento.
3. Fase de tratamiento. Una vez evaluada la conducta problemática, los
especialistas idearán un programa para lograr la mejora de esa conducta.
Los programas de modificación de conducta implican la observación y el
registro continuo del comportamiento a lo largo del tratamiento.
4. Fase de seguimiento. En esta última fase se observa atentamente si se
mantienen los avances conseguidos en el tratamiento una vez concluido
este.

Características de la conducta a registrar[editar]


1. Topografía: descripción de los movimientos específicos implicados
(FORMA).
2. Cantidad: Dos medidas comunes de la cantidad de una conducta son la
frecuencia y la duración.
3. Frecuencia: número de episodios de una conducta.
4. Duración: duración del tiempo que ocurre la conducta.
5. Intensidad: la fuerza o intensidad de una respuesta. Ejemplo: el volumen
de voz.
6. Control de estímulos: indicar que una actividad específica ocurre en
presencia de determinados estímulos y no aparece en presencia de otros.
7. Latencia: el tiempo transcurrido entre la ocurrencia de un estímulo y el
principio de una respuesta.
8. Calidad: diferencias o cualidades de los comportamientos.
Estrategias para registrar la conducta[editar]
Según Martin y Pear (2007, pp. 297-298) para registrar la conducta se utilizan las
siguientes estrategias:

 Registro continuo: Recoge todas las apariciones del comportamiento durante


un período concreto.
 Registro por intervalos: Se selecciona un período específico en el que se va a
observar y registrar todas las apariciones del comportamiento.
 Registro de intervalo parcial: Sólo se registra la conducta de manera
dicotómica (si aparece la conducta en un intervalo de tiempo concreto o no
aparece).
 Registro de intervalo completo: Sólo se registra la conducta si persiste durante
un intervalo de tiempo completo.
 Registro de muestreo temporal: Se puntúa una conducta como presente o
ausente en intervalos de tiempo breves y temporales.
 Muestreo temporal momentáneo: Registro dicotómico de momentos puntuales,
como por ejemplo; las horas en punto.
 Observación y registro: Se puede dar un tiempo breve para observar y el
mismo para registrar las conductas.

Introducción histórica[editar]
Modificación de conducta operante y encubiertalismo[editar]
Las técnicas operantes han sido de las primeras que comenzaron a emplearse dentro de
la Modificación de Conducta siendo también las que se han aplicado con mayor frecuencia
(Méndez y otros, 2001).
Estas técnicas se han originado a partir de los trabajos de aprendizaje animal realizados a
inicios del siglo XX por Thorndike (1898), más propiamente, en 1911, remarcando el valor
de la "Ley del Efecto" y que constituyeron las bases del modelo del condicionamiento
instrumental. Sin embargo, fue B. F. Skinner (1938), quien desarrolló definitivamente este
modelo, introduciendo por primera vez el término de condicionamiento operante.
Son varias las técnicas operantes y, entre ellas, la más conocida y usada por B. F.
Skinner2 fue la de Moldeamiento o "Shaping". El método utilizado es el reforzamiento
diferencial de aproximaciones sucesivas. Lo introdujo con las palomas y lo hizo extensivo a
los perros, delfines, seres humanos y otras especies. En el diseño, la forma de una
respuesta existente se cambia gradualmente entre los ensayos sucesivos hacia una
"conducta-objetivo" deseado por segmentos exactos gratificantes de comportamiento. La
explicación de Skinner de moldeamiento era la siguiente:
En primer lugar, damos el alimento de las aves cuando se gira ligeramente en la dirección
de la meta desde cualquier parte de la jaula. Esto aumenta la frecuencia de tal
comportamiento, entonces retenemos el refuerzo hasta que exista un ligero movimiento
hacia el lugar e destino. Continuamos reforzando posiciones sucesivamente más cerca del
lugar; a continuación, se usa el refuerzo sólo cuando la cabeza se mueve ligeramente
hacia adelante, y, finalmente, sólo cuando el pico realmente hace contacto con el terreno.
Al reforzar una serie de aproximaciones sucesivas, conseguimos una respuesta única para
una probabilidad muy alta en un corto período de tiempo.
A partir de los años sesenta, se desarrolla el "aprendizaje imitativo", también llamado
"vicario" u observacional, así Alberto Bandura describe un modelo de aprendizaje con una
base "mediacional" (aprendizaje social), donde la conducta de un individuo significativo
sirve de modelo y refuerzo para el que aprende. Si las personas ven consecuencias
deseables y positivas en la conducta observada, es más probable que la tomen de modelo
y la imiten.
Esta orientación mediacional,3 que, en la modificación de conducta, tiene como referencia
el entrenamiento autoinstruccional de Meichenbaum, 4es una aproximación al desarrollo de
corrientes cognitivas, que se inicia en la década de 1960 y se potencian durante la década
de 1970 y 1980.
De esta forma, varios autores aplican la metodología conductista a los procesos
psicológicos subjetivos. A esto se le ha llamado "encubiertalismo", considerando que las
conductas internas o del pensamiento se rigen por los mismos principios que las
conductas externas, es decir, por condicionamiento clásico (aprendizaje "pasivo", por
asociación de un estímulo neutro -estímulo condicionado- con un estímulo o situación
agradable o desagradable -estímulo incondicionado) o por condicionamiento
operante (aprendizaje "activo", la asociación de una respuesta a una consecuencia
agradable o desagradable).
Uno de los principales autores que se han centrado en el encubiertalismo ha sido Cautela.
Él introdujo técnicas de reforzamiento encubierto a través de tratamiento como el
modelado.5 El método se basa en la capacidad de la persona para utilizar las imágenes
como refuerzo. En algunas poblaciones se ha encontrado que una recompensa imaginaria
puede ser tan eficaz como una real. 6
Uno de los psicólogos más importantes en los métodos del encubiertalismo y de la Terapia
cognitivo-conductual ha sido Joseph Wolpe. Cuando se alistó en el ejército sudafricano
como oficial médico, vio que fracasaba en curar la neurosis de guerra de los soldados, por
lo tanto, se cuestionó la terapia psicoanalítica e investigó en tratamientos más eficaces.
Así es como surgieron sus técnicas de inhibición recíproca,7 y de desensibilización
sistemática que revolucionó la terapia conductual.8 Su característica principal es que el
sujeto, por aproximación sucesiva, haciendo uso de la relajación, logre enfrentarse a
situaciones estresantes. El terapeuta presenta, por lo tanto, una jerarquía de estímulos
estresantes, a través de imágenes visuales, que evoquen la situación ansiosa, bien como
exposición imaginada, bien como realidad virtual, bien, directamente, en vivo, hasta lograr
su superación.

Bases teóricas y experimentales[editar]


Las bases teóricas y experimentales de la modificación de conducta surgen
fundamentalmente tras los estudios de Thorndike (1898) y de Skinner (1938).

B. F. Skinner (1904-1990).

Thorndike realizó experimentos con animales en los que éstos (perros, gatos o pollos) eran
encerrados en las que él llamaba “cajas-problema”. Para poder escapar de estas cajas y
acceder a la comida que tenían visible, los animales debían mover un cerrojo o presionar
una palanca.
Caja de Skinner desarrollada a partir de las "cajas-problema" de Thorndike).

A partir de aquí, Skinner desarrolló dicho modelo utilizando el término de condicionamiento


operante. Su principio básico era que las conductas se aprenden y se mantienen como
resultado de sus consecuencias, sentando así la importancia del ambiente. Skinner llama
conductas operantes a aquellas que pueden ser controladas mediante la alteración de sus
consecuencias; así, el sujeto realiza una conducta operante cuando ésta produce unas
consecuencias en el medio, que a su vez pueden controlar dicha conducta.
Pero además, para que podamos cambiar la conducta mediante la alteración de sus
consecuencias, éstas deben ser contingentes a la conducta. Es decir, las consecuencias
deben producirse justo después de la aparición de la conducta.
Los procedimientos en los que se basan las técnicas de modificación de conducta del
condicionamiento operante son el reforzamiento, el castigo, la extinción y el control de
estímulos.

Procedimientos operantes básicos[editar]


Los procedimientos operantes básicos se definen como la presentación o eliminación
contingente de un estímulo que puede ser apetitivo o aversivo para el individuo. Además,
según la presentación o retirada y el tipo de estímulos que estemos manipulando,
obtendremos diferentes variantes de los procedimientos mencionados.
Reforzamiento positivo[editar]
El reforzamiento positivo es un procedimiento mediante el cual se le presenta al sujeto un
estímulo que le gusta o le interesa inmediatamente después de la realización de la
conducta (presentación contingente). Con esto se consigue aumentar la probabilidad de
que la conducta vuelva a ocurrir. El estímulo o situación apetitiva que se pone en juego en
este proceso se conoce como reforzador positivo (Méndez y otros, 2001). Cuando se
descubre un reforzador positivo para un individuo (por ejemplo, un caramelo para un niño),
podemos utilizarlo en otras situaciones. A pesar de ello, no deberíamos abusar de un solo
reforzador positivo ya que podríamos caer en la saciedad.
Tal como refleja Méndez y otros (2001), diversos autores han puesto de manifiesto el
procedimiento básico que debe seguirse para aplicar el reforzamiento positivo:

1. Especificar de forma concisa la conducta a modificar.


2. Identificar y seleccionar los reforzadores eficaces (que dependen de cada
individuo).
3. Administrar de forma inmediata los reforzadores.
4. Aplicar los reforzadores contingentemente.
5. Evitar la saciedad empleando diversos reforzadores que el sujeto no
tenga.
6. Aproximar la cantidad adecuada de reforzador.
7. Ajustarse al programa de reforzamiento fijado (puede ser reforzamiento
continuo o reforzamiento intermitente).
8. Planificar la transición de un tipo de programa a otro (por ejemplo, de un
programa de reforzamiento continuo a uno de reforzamiento intermitente)
con el fin de generalizar los efectos.
Reforzamiento negativo[editar]
En este caso, se trata de incrementar una conducta deseable mediante la eliminación de
un estímulo o situación que sea desagradable para el sujeto, justo después de la
realización de dicha conducta (retiro contingente). Este tipo de procedimiento suele
emplearse menos que el anterior por las implicaciones éticas que supone utilizarlo.
Un reforzador positivo es un estímulo que se añade al entorno y que trae consigo una
respuesta precedente. Si se otorga alimento, agua, dinero o elogios después de una
respuesta, es más probable que ésta se repita en el futuro.
Castigo positivo[editar]
Consiste en presentar un estímulo o situación desagradable para el individuo tras lo cual
se espera que disminuya su conducta.
Castigo negativo[editar]
Este procedimiento supone la retirada de una situación o estímulo agradable para el sujeto
tras la realización de la conducta problemática. Lo que se pretende es disminuir la
frecuencia de la conducta castigada negativamente.
Cuando un individuo realiza una respuesta, que ha sido anteriormente reforzada, y no
obtiene el reforzamiento la frecuencia de dicha respuesta disminuye. Esto es lo que se
conoce como extinción.
En palabras de Méndez y Olivares (2001, p.146), la extinción trae consigo dos efectos: “En
primer lugar, es esperable que inmediatamente después de poner en marcha un programa
de extinción se produzca un aumento de la frecuencia de la conducta que se pretende
disminuir […]. En segundo lugar, al implantar la extinción es probable que se produzcan
reacciones emocionales (por ejemplo, frustración) y agresivas […]".
Estas características principales hacen que sea un procedimiento inadecuado para
personas que realizan conductas peligrosas para ellas mismas (conductas autolesivas) o
cuando sea intolerable que aumente temporalmente la conducta.

Técnicas para desarrollar y mantener las conductas[editar]


Se destacan tres técnicas para llevar a cabo el desarrollo y mantenimiento de las
conductas a lo largo del tiempo: moldeamiento, desvanecimiento y encadenamiento. Antes
de aplicar cualquiera de estas técnicas, así como cualquier técnica de modificación de
conducta, es preciso definir la conducta en términos operacionales. Es decir, en forma de
conducta observable y de manera objetiva. Así nos será más fácil llevar a cabo el registro
de las mismas y la contrastación realista de los resultados.
Moldeamiento[editar]
El moldeamiento es una técnica mediante la cual se adquieren conductas ausentes o
presentes muy vagamente en el repertorio conductual del sujeto (Méndez y Olivares,
2001). Consiste en reforzar consistentemente conductas semejantes a la conducta que
pretendemos que el sujeto adquiera y eliminar mediante extinción aquellas que se alejan
de la conducta deseada.
Para realizarlo correctamente, deben seguirse una serie de pasos:

 Definir de forma precisa la conducta final que pretendemos obtener.


 Elegir una conducta más amplia que incluya la que pretendemos que el sujeto
adquiera o que tenga semejanza con ésta.
 Reforzar dicha conducta (2), hasta que se presente de forma frecuente.
 Reducir la amplitud de la conducta para que se parezca cada vez más a la
conducta meta utilizando para ello el refuerzo diferencial.
Tal como dice Larroy (2008), el moldeamiento se utiliza de forma espontánea en el
aprendizaje de habilidades cotidianas como aprender a hablar. Así, cuando un niño
produce los primeros balbuceos es reforzado por sus padres, pero cuando produce las
primeras sílabas ya no le refuerzan el balbuceo sino lo último. Lo mismo ocurre cuando
pronuncian las primeras palabras. De esta manera, mediante el refuerzo diferencial los
padres van reforzando aquellas conductas que cada vez se parecen más a la conducta
deseada (hablar), pero no las anteriores.
Desvanecimiento[editar]
El desvanecimiento se basa en la disminución gradual de las ayudas que se le han dado al
individuo para que realice la conducta deseada. Pretende que se mantenga el
comportamiento del individuo a pesar de la reducción de las ayudas que se le
proporcionaron para aprenderlo.
Diversos autores (Méndez, Olivares y Beléndez, 2001; Larroy, 2008) coinciden en que el
desvanecimiento consta de dos fases:

 Fase aditiva: se le suministra al sujeto todas las ayudas necesarias para la


consecución de la conducta meta.
 Fase sustractiva: las ayudas se van reduciendo de forma progresiva hasta que
el sujeto pueda realizar la conducta sin ninguna ayuda externa. La disminución
puede desarrollarse de distintas maneras: disminuyendo o demorando la
ayuda o bien reduciendo su intensidad.
En ambas fases, se han de facilitar tras la emisión de conductas cercanas a la conducta
objetivo, un refuerzo continuo y contingente a dicha emisión. Esta técnica es utilizada junto
con el moldeamiento y, al igual que ella, suele emplearse tanto para el aprendizaje
cotidiano como para conductas más específicas (ámbito educativo, por ejemplo).
Encadenamiento[editar]
La técnica del encadenamiento supone descomponer una conducta compleja en
conductas sencillas, de manera que cada una de ellas suponga un eslabón de la cadena.
La adquisición de la conducta se produce mediante el reforzamiento de los “eslabones”,
los cuales son estímulos reforzadores para la respuesta anterior y estímulos
discriminativos (Ed) para la siguiente. Tal como ejemplifica Larroy (2008, p. 299):
Si una chica quiere prepararse para salir a la calle tendrá que realizar distintas conductas
como ducharse, vestirse, peinarse…De manera que cada uno de estos actos funciona
como estímulo discriminativo del siguiente (si ya me duché, ahora tengo que vestirme) y
como reforzador de anterior (poder peinarme es el reforzador de haberme vestido, que a
su vez es el reforzador de haberme duchado).
El aprendizaje mediante esta técnica puede realizarse de varias formas:

 Encadenamiento hacia atrás. Es el más utilizado. Se empieza por el último


eslabón y se van enseñando los restantes en dirección al inicio de la conducta.
 Encadenamiento hacia adelante. En este caso sucede al contrario. Se enseña
el primer paso y se refuerza, luego se enseña en segundo y se refuerza la
realización de ambos juntos, etc.
 Tarea completa. Utilizado para tareas sencillas, se trata de que el sujeto
realice todos los pasos seguidos, repitiendo la operación hasta que se
consolide el aprendizaje de la conducta. El reforzador se proporciona tras la
realización de todos los pasos.
Técnicas para reducir y eliminar conductas[editar]
Procedimiento de reforzamiento diferencial[editar]
Para Olivares y Méndez (2001, pp.160-165), los procedimientos de reforzamiento
diferencial son enfoques positivos para la reducción de conductas y podemos encontrar
tres tipos:
Reforzamiento diferencial de tasas altas de conducta (RDAT)[editar]
Consiste en un programa de reforzamiento intermitente bien de intervalo, bien de razón en
que se refuerzan las conductas que se emiten por encima de un criterio determinado,
criterio establecido tras la observación de las características de la conducta de la persona
cuya conducta se quiere incrementar.
Reforzamiento diferencial de tasas bajas de conducta (RDTB)[editar]
Consiste en facilitar reforzadores contingentemente a las conductas emitidas tras un
período fijo desde la última respuesta. Es muy apropiado para reducir conductas
problemáticas por sus excesos, no porque en sí sean problemáticas. Puede aplicarse, por
ejemplo, cuando alguien en un grupo hace un uso muy frecuente de la palabra. El
procedimiento consistiría en reforzarle sólo cuando haga uso de la palabra tras un período
establecido.
Reforzamiento diferencial de otras conductas (RDO)[editar]
El reforzamiento diferencial de otras conductas, se refiere, al refuerzo de la no ejecución
de una conducta determinada. Los autores J. A. Cruzado Rodríguez y F.J. Labrador
Encinas (2002, p.510) están de acuerdo en que la conducta que se trata de eliminar se
pone bajo extinción, mientras se refuerza cualquier otra conducta alternativa.
Se pretende buscar una media en el tiempo de emisión de esa conducta. Si la conducta no
es emitida en el tiempo establecido estando así bajo control, ésta se refuerza y el tiempo
se disminuye.
El RDO resulta un procedimiento efectivo para la reducción de una gran diversidad de
conductas autodestructivas, agresivas, vómitos, etc. Por ejemplo, si un individuo se golpea
la cabeza con una frecuencia de tres veces por minuto como media en la línea base, se
comenzaría con intervalos de 15 ó 20 segundos para asegurar al máximo el acceso al
reforzamiento. Si el sujeto no se golpea la cabeza, durante el intervalo, recibirá el refuerzo
inmediatamente al final de este. Si se golpea la cabeza, se detendrá, no se le dará
refuerzo y se iniciará un nuevo intervalo.
Reforzamiento diferencial de conductas incompatibles[editar]
Se pretende el reforzamiento de conductas incompatibles a las que se quieren eliminar.
Por ejemplo, el reforzamiento de trabajar en silencio en el aula reducirá los ruidos.
Se debe tener en cuenta una serie de factores antes de aplicar de manera efectiva el RDI.

1. Se debe elegir de una manera adecuada la conducta que se pretende


eliminar.
2. Así como la frecuencia con que se van a utilizar los reforzadores.
Una extensión del RDI en la práctica, es el entrenamiento en reacción de competencia
desarrollado por Azrin y Nunn (1987, citado por Olivares y Méndez 2001). Este
entrenamiento implica aprender a emitir una respuesta físicamente incompatible, es decir,
el hábito nervioso no debe tener posibilidad de producirse mientras la persona realiza la
reacción de competencia.
Costo de respuesta[editar]
Los autores Olivares y Méndez (2001, pp. 165-167) definen el costo de respuesta como la
pérdida de un reforzador positivo disponible con el objeto de eliminar una conducta
desadaptativa. Un ejemplo de esta técnica seria la retirada del carné de conducir por
exceso de velocidad.
Para una aplicación efectiva se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:

1. Al plantearse la aplicación se deben tener en cuenta otros procedimientos


que sean menos aversivos.
2. Para que el sistema de costo de respuesta funcione es necesario permitir
que el individuo acumule una reserva de reforzadores.
3. La efectividad del costo de respuesta depende de la magnitud del
reforzador retirado. Para que este sea efectivo, debemos hacer diferentes
ensayos para ver que magnitud debemos usar para que la conducta sea
retirada.
4. Resulta adecuado procurar que la persona no pierda todos los
reforzadores. Si es así, la conducta inadecuada no disminuiría, ya que no
tendría nada que perder.
5. Los sujetos deben ser informados de las reglas del juego y llevar un
control de las ganancias y las pérdidas.
Tiempo fuera[editar]
Según Marta Albert, Psicóloga de la Asociación Española para el Síndrome de Prader-
Willi, el tiempo fuera consiste en retirar al sujeto de la situación en la que realiza la
conducta que se desea eliminar. Por ejemplo, “si el niño tira arena a sus amigos, la madre
dice ¡eso no se hace! o ¡no se tira arena! y le sienta un rato a su lado. Durante ese tiempo
no se le dirige la palabra al niño, ni se le echa la bronca durante y después del periodo de
aislamiento. Luego se da opción a seguir jugando”.
Se describen algunas pautas para su aplicación:

1. La primera vez que se aplique, se le deja claro al sujeto que no se le


dejará de aislar hasta que la conducta cese.
2. Antes de aplicar el aislamiento debemos intentar controlar la conducta de
modo verbal.
3. El tiempo de aislamiento debe ser de minuto por año de edad y puede
aplicarse así hasta los 15 años. De esta manera evitaremos que pueda
entretenerse con la invención de alguna actividad.
4. No reforzaremos ni positivamente ni negativamente antes o después del
aislamiento.
5. Si esta técnica no resulta en una semana debemos cambiar el
procedimiento.
Cruzado y Labrador, (2002, p.522) consideran que este procedimiento es útil en el
tratamiento de la conducta alborotadora, agresiva y de desobediencia y se desaconseja en
conductas autoestimulatorias y autolesivas.
Saciedad[editar]
Con este procedimiento utilizaremos el reforzador, que mantiene la conducta, de una
manera continua hasta que este pierda su valor.
Primero se debe detectar la frecuencia de la conducta para así determinar las sesiones. A
continuación se aplicará el reforzador de manera continuada y en grandes cantidades
hasta que la conducta adquiera un valor aversivo. Por ejemplo, si a un niño le encantan las
hamburguesas le daremos hamburguesas todos los días y a todas horas.
Se puede aplicar en trastornos como los tics, en el tabaquismo, etc. Y no pueden aplicarse
en conductas que son peligrosas para el sujeto como las conductas autolesivas.
Sobrecorrección[editar]
El objetivo principal es compensar las consecuencias de la conducta desadaptativa. Se
puede aplicar de dos maneras (Cruzado y Labrador, 2002, pp. 523-528):

 Sobrecorrección restitutiva: el sujeto debe restaurar el daño que ha hecho.


 Sobrecorrección de práctica positiva: consiste en repetir una conducta positiva.
Al observar que el sujeto realiza la conducta indeseable debemos dar un aviso verbal. Si
esto no funciona tenemos que aplicar la sobrecorrección de forma insistente e inmediata.
“Este método ha mostrado su eficacia en la reducción de conductas autoestimulatorias en
niños psicóticos y con retraso, así como en el control de la agresividad, en la rumiación y
otras conductas destructivas.”

Sistemas de organización de contingencias[editar]


Economía de fichas[editar]
Los reforzadores que se usan son fichas que después se intercambiarán por algo que al
sujeto le guste. Para eliminar la conducta indeseable se hará a través de la pérdida de las
mismas.
Marta Albert, Psicóloga de la Asociación Española para el Síndrome de Prader-Willi,
considera que en primer lugar se deben dejar claros los objetivos que se van a trabajar, así
como los premios a los que se podrá acceder mediante la realización de conductas
específicas, y fijación de “precios en fichas” para cada uno de ellos.
Debemos tener en cuenta distintos aspectos:

 Las fichas deben administrarse una vez realizada la conducta.


 El tipo de fichas dependerá de las características y gustos del individuo.
 La persona ha de poder elegir entre diversos premios.
 Debe mantenerse un equilibrio entre las fichas que se ganan y las que se
gastan.
 El precio de los premios debe estar ajustado a la frecuencia de su consumo, a
las preferencias de la persona y a su coste económico.
 Es conveniente fijar cuándo se van a hacer los intercambios y estipular un
sistema de ahorro.
Puede usarse tanto a nivel individual como grupal y es útil para una gran variedad de
conductas.

Contratos de contingencias o contrato conductual[editar]


Es un acuerdo escrito entre distintas personas (pareja, amigos, etc.) para cambiar alguna
conducta, ya sea por parte de ambos (contrato multilateral) o de una persona (contrato
unilateral). Los términos del contrato se negocian entre todos hasta llegar a un acuerdo.
Los autores Olivares y Méndez (2001, pp.180-181) creen importante seguir una serie de
orientaciones a la hora de diseñar un contrato de contingencias efectivo.

 Las partes implicadas deben llegar a un consenso a la hora de marcar el


objetivo del contrato.
 Deben especificarse los privilegios que se lograran tras la ejecución de la
conducta y las penalizaciones por no llevar a cabo los cambios
correspondientes.
 El contrato debe contener una cláusula adicional de bonificaciones por si la
persona excede las demandas mínimas del contrato.
Los contratos de contingencia se pueden usar en gran cantidad de problemas y tanto con
adultos como con niños. Por ejemplo en toxicomanías, tratamiento de la obesidad,
problemas de pareja, tabaquismo, etc.

Técnicas de resolución de problemas[editar]


El entrenamiento en solución de problemas según D’Zurilla (citado por E. Becoña Iglesias,
2002 pp. 710-733) consta de cinco fases o etapas:

 Orientación general hacia el problema.


 Definición y formulación del problema.
 Generación de soluciones alternativas.
 Toma de decisiones.
 Puesta en práctica y verificación de la solución.
Técnicas aversivas[editar]
Lo que intentan es asociar un patrón de reacción de algún comportamiento no deseado
con un estímulo desagradable para que así el emisor deje de realizarlo.
Según Cáceres, (2002, p. 563-572) los procedimientos básicos empleados en las técnicas
aversivas pueden diferenciarse en:

1. Estímulos incondicionados: Aversiones eléctrica, olfativa, gustativa y


bloqueo facial.
2. Estímulos condicionados.

Técnicas de autocontrol[editar]
Muchos problemas de autocontrol se relacionan con aprender a moderarse para reducir
comportamientos excesivos que son inmediatamente gratificantes, como por ejemplo;
comer, beber… Otros problemas de autocontrol requieren un incremento de la conducta
como por ejemplo estudiar, limpiar… Existen cinco fases básicas en la mayoría de los
programas de auto-modificación o de manejo personal (Martín y Osborne, 1993).

Causas de los problemas de autocontrol[editar]


Problemas relacionados con excesos comportamentales [editar]
Éstos problemas son generados por un exceso de una acción: comer demasiado, beber,
fumar…
Los comportamientos exagerados son reforzados inmediatamente por un sabor agradable,
sensación de saciedad… aunque acarrean consecuencias negativas, pero esas
consecuencias no son eficaces para el autocontrol de ese exceso comportamental.
En dichos casos se puede actuar de la siguiente forma:
Reforzar inmediatamente o castigar con demora un comportamiento [editar]
La persona realiza alguna acción para hacer algo que quiere aunque sabe que luego será
castigado, pero el reforzador instantáneo es el que prevalece sobre el castigo. Pongamos
un ejemplo: Un niño que quiere salir a la calle con sus amigos y sabe que sus padres no
se lo van a permitir; para conseguir salir, miente a sus padres aunque sabe que cuando
llegue será castigado, pero el placer de salir prevalece sobre el castigo.
Reforzadores inmediatos frente a castigos menores con efecto acumulativo [editar]
Un reforzador que se da instantáneamente se impone ante un castigo que se da poco a
poco, como por ejemplo; el fumador se relaja fumando mientras el alquitrán se va
depositando poco a poco en sus pulmones dañándolos. Sólo ve las consecuencias de sus
actos (castigo) cuando ha fumado mucho y tiene tos, dolor de garganta.
Reforzadores inmediatos de conductas problemáticas frente a reforzadores diferidos
de conductas alternativas deseables[editar]
En los problemas de autocontrol que implican escoger entre dos comportamientos
alternativos, ambos con consecuencias positivas, prevalece la que produce un refuerzo
inmediato. Por ejemplo, elegir entre estudiar sin saber si aprobarás o ver la serie preferida;
probablemente se escogería la serie preferida porque es un reforzador instantáneo.
Problemas relacionados con carencias comportamentales [editar]
Estos problemas están generados por conductas que habría que potenciar, como por
ejemplo; estudiar más, limpiar la casa… Veamos las consecuencias de estas conductas en
el caso de que no se realicen:
Pequeños castigos inmediatos o refuerzos acumulativamente significativos del
comportamiento[editar]
Se trata de realizar comportamientos que generan un pequeño castigo inmediato para
conseguir con el tiempo efectos positivos. Por ejemplo: realizar deporte crea agujetas si no
lo has hecho anteriormente pero con el tiempo esas agujetas ya no aparecen, el cuerpo se
estiliza y nos vemos mejor en el espejo.
Pequeños castigos inmediatos si se produce el comportamiento o castigos mayores
pero improbables si no se produce[editar]
Las personas eligen un comportamiento negativo porque saben que es muy poco probable
que reciban un castigo mayor que si eligen un comportamiento positivo que les
proporciona pequeños castigos. Por ejemplo: un ciclista que no se pone casco, porque le
aprieta, le molesta y le crea sudor. Sabe que es muy poco probable que se caiga y sufra
una lesión cerebral.
Pequeños castigos inmediatos si se produce el comportamiento o castigos mayores
diferidos si no se produce[editar]
Se pueden realizar conductas positivas que producen un castigo débil instantáneo, o no
realizar esas conductas positivas, pero se consigue un castigo bastante mayor que se
produce tras muchos ensayos. En muchas ocasiones predomina la conducta con
respuesta más aversiva. Por ejemplo, ir al dentista para empastarse una muela aunque se
sepa que va a doler un poco o cancelar la cita una y otra vez aún sabiendo que se sufrirán
terribles dolores de muelas.

Elegir el modelo de autocontrol[editar]


Para elegir un modelo de autocontrol eficaz, se deberán analizar las causas de los
problemas de autocontrol, emitir la conducta deseable frente a la que ha de ser controlada,
elegir el modelo y aplicar las técnicas elegidas para resolver el problema. El objetivo final
será que la persona emita su propia conducta controladora para así provocar un cambio en
la conducta a controlar (Skinner, 1953. p.240, citado por Garry y otros, 2007).

Fases de un programa de autocontrol[editar]


Los pasos que se deberían seguir para realizar un programa de autocontrol son:

1. Especificar el problema y establecer los objetivos: Qué se quiere modificar.


2. Comprometerse a cambiar: Se debe señalar la importancia que conlleva
personalmente modificar ese problema y el esfuerzo que va a realizar para
conseguirlo.
3. Registrar los datos y establecer las causas del problema: En este paso se
toma nota de todos los datos que acontecen del problema: dónde, cuándo
y como suele ocurrir.
4. Diseñar y aplicar un programa de tratamiento del problema.
5. Prevenir la recaída y lograr que la mejoría perdure: Para prevenir las
recaídas hay que conocer primero las posibles causas de recaída y
adoptar las medidas necesarias para minimizar su efecto. En algunas
ocasiones las recaídas suceden porque no se presta el interés suficiente a
los progresos que se hacen y la persona se desanima o bien porque no se
fija claramente unos pasos para la mejora y el sujeto no ve bien si ha
mejorado mucho, poco o nada.

Bibliografía[editar]
 MARTIN, G y PEAR, J. (2007). Modificación de conducta. Qué es y cómo
aplicarla. Madrid. Pearson.
 LABRADOR, F. J. (2008).Técnicas de modificación de conducta. Madrid.
Pirámide.
 LARROY, C. (2008). Técnicas operantes I: desarrollo de conductas, en
Técnicas de modificación de conducta. Madrid. Pirámide.
 MÉNDEZ, F. X. y OLIVARES, J. (2001). Técnicas de modificación de
conducta. Madrid. Biblioteca Nueva.
 http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/9/Usr/lujose/
tecnicas_conductistas.htm, consultado el 8 de abril de 2009.
 http://www.psicopedagogia.com/modificacion-de-conducta , consultado el 8 de
abril de 2009.
 https://web.archive.org/web/20081217061836/http://gymboree1.tripod.com/
id51.html, consultado el 8 de abril de 2009
 http://www.amspw.org/spw/tripticos/pdf/ANEX-V.pd (enlace roto disponible
en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última)., consultado el 5 de
abril de 2009
 http://www.actaodontologica.com/ediciones/2005/2/
tecnicas_modificacion_conductual_clinica_odontologica.asp, consultado el 5
de abril de 2009

Véase también[editar]
 Análisis experimental del comportamiento
 Conductismo psicológico
 Ingeniería del comportamiento
 Interconductismo
 Psicología conductista
 Terapia de la conducta
 Teoría de marcos relacionales
 Ingeniería del comportamiento
 Adoctrinamiento
 Problema de Orwell
 Desinformación
 Aculturación
 Lavado de cerebro
 Manipulación mental
 Pensamiento único
 Reclutamiento

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