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EN FUNCIÓN DEL REINO DE DIOS

IGLESIA CRISTIANA CASA JOSUÉ 1

SELLADOS POR EL ESPÍRITU SANTO


José Gómez
9 septiembre 2018

Efesios 1:13-14
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria”.

Cuando alguien hace un contrato previo, le dicen que hace un “contrato de arras”, el cual
es cuando el comprador da algo para mostrar su interés para comprar algo para una
posesión futura.

Esto significa que tenemos un aval de lo que Dios nos esta dando, la herencia que tiene
para nosotros. Esto nos trae seguridad y paz para nuestra vida.
Es el sello del Espíritu Santo, el cual nadie puede imitar.

Cuando hemos sido sellados por el Espíritu Santo, en nosotros empieza a producir frutos
del Espíritu que manifiestan la gloria de Dios en nosotros.
La gloria de Dios en nosotros es la que nos ha cambiado, la que nos ha transformado.
El sello del Espíritu Santo es el que necesitamos todos en nuestras vidas.

Ese sello esta manifestado en la lista de Gálatas 5:22-23.

Gálatas 5:22-23
“22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.

Demostremos que verdaderamente estamos Sellados por el Espíritu Santo, al dejar que se
manifiesten estos frutos en nuestra vida. Aquí es donde se demuestra quien es falso y
quien es verdadero.
Este sello es algo que debemos anhelar, que debemos desear tener y manifestar en
nuestras vidas.

Somos edificados como templos de Dios, nuestras vidas son templos de morada del
Espíritu Santo, y Su luz debe de reflejarse afuera por medio de nosotros.
Las demás personas deben darse cuenta por esa luz, de que verdaderamente estamos
sellados por el Espíritu Santo de Dios.

1 Corintios 6:19
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”
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2 Corintios 1:19-22
“Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por
mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; 20 porque todas las
promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.
21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 22 el cual
también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones”.

Las promesas de Dios se cumplen en Jesucristo a favor de nosotros y la garantía es el sello


del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Marcos 16:17
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán
nuevas lenguas”.

Hay un respaldo total de Dios para aquellos que están sellados por el Espíritu Santo de
Dios, para aquellos que están proclamando el Señorío de Cristo en sus vidas.
Es porque tenemos al Espíritu Santo en nuestras vidas que hacemos las obras de Dios. No
es “para” alcanzar algo, sino que lo hacemos “porque” tenemos ese sello.

El diablo también quiere “sellarnos”, quiere marcarnos como su propiedad. Solo hay dos
autoridades, o Dios o Satanás.
El sello que nosotros debemos de llevar es el sello del Espíritu Santo de Dios en nuestras
vidas. Tener la señal del Espíritu Santo dentro de nuestras vidas.

2 Timoteo 2:19 Habla de otro sello; es decir el fundamento de la vida.

2 Timoteo 2:19
“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son
suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”.

Cuando decimos “le entregue mi vida a Cristo”, ¿qué significa? ¡Que perdimos nuestra
vida!, que ya no nos pertenece, que es de Cristo.
Con este sello del Espíritu Santo, Dios me “reconoce” como Su hijo. Esto es lo máximo que
nos puede pasar.

Efesios 4:29-32
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros
toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos
unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo”.
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No contristemos al Espíritu Santo en nuestras vidas, démosle viveza a Su presencia en


nuestras vidas.

Apocalipsis 7:1-3
“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que
detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra,
ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. 2 Vi también a otro ángel que subía de donde sale el
sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les
había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, 3 diciendo: No hagáis daño a la
tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de
nuestro Dios”.

El Señor va a sellar a los que son suyos… para que cuando venga el juicio a la tierra, a
nosotros no nos toque.
Esta fue la misma enseñanza que Dios le dio a Moisés en Egipto: “debes de sellar con la
Sangre del Cordero todas las casas del pueblo de Israel”.
Los sellados por el Cordero son aquellos que están haciendo la voluntad de Dios en esta
tierra.

Apocalipsis 9:1-5
“El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio
la llave del pozo del abismo. 2 Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como
humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 3 Y del humo
salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de
la tierra. 4 Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna,
ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus
frentes 5 Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su
tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre”.

Nosotros no vamos a ser devorados por el diablo, porque en nosotros esta el sello del
Espíritu Santo.

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