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I. Introducción a la problemática
Lea también: Jefferson Moreno publica libro «La defensa de Nadine Heredia. Aspectos
procesales»
Es más, la defensa siempre se prepara para dejar sentadas las bases que permitan
ayudar en el enfrentamiento de la adopción de la medida de coerción. Por ejemplo, desde
que se
acude a una declaración de investigado se viene ya proyectando la debida entrega de
datos de identificación, pensando en que eso podría ser utilizado por la Fiscalía como un
supuesto
de falta de arraigo domiciliario o laboral. O, a lo largo de la investigación, se deja
constancia de un actuar indebido de parte de la Fiscalía en la programación de
diligencias, o de la actitud colaborativa que tienen el investigado y su defensa.
Esta ausencia de debate constante —aunque no en todos los casos, claro está—, en
nuestra concepción, viene haciendo que el impedimento de salida se convierta en una
medida
de coerción de aplicación casi automática, sin que se analicen profundamente la
concurrencia de sus presupuestos específicos, sobre todo el de «indispensabilidad» de la
medida. No se analiza, por ejemplo, la medida alternativa al impedimento de
salida, reconocida por la propia Corte Suprema, esto es, el solo señalamiento de dirección
precisa y ubicable.
Partiendo de dicha noción, y de conformidad con el artículo 253 del Código Procesal
Penal de 2004, se regulan de forma genérica las finalidades de la coerción personal,
centrando dichos lineamientos en prevenir el peligro de fuga y la obstaculización a la
averiguación de la verdad.
1. Cuando durante la investigación de un delito sancionado con pena privativa de libertad mayor de tres años resulte
indispensable para la indagación de la verdad, el fiscal podrá solicitar al juez expida contra el imputado orden de
impedimento de salida del país o de la localidad donde domicilia o del lugar que se le fije.
Igual petición puede formular respecto del que es considerado testigo importante.
2. El requerimiento será fundamentado y precisará el nombre completo y demás datos necesarios de la persona afectada, e
indicará la duración de la medida.
Lea también: El funcionario de facto en el derecho penal peruano, por Jefferson Moreno
Así, para el profesor Pablo Sánchez Velarde, «el impedimento de salida del país contiene
una afectación de derechos o libertades personales sin llegar a constituir una privación
de
libertad de manera efectiva en sede penal»[1]. Ello puesto que la persona sobre la que
recae dicha medida goza de un derecho restringido a la libertad de tránsito, ya que se
encuentra delimitado a la localidad en la que habita.
[…] siempre se ha concebido como una medida cautelar personal del proceso penal y, todo indica que la voluntad del
legislador en el NCPP ha sido la misma. Construir una medida alternativa que pretende erigirse en una opción más para
asegurar el proceso y su resultado, atendiendo a la distinta intensidad del peligro de fuga en uno y otro caso.
De los alcances antes señalados se puede arribar a la conclusión de que el impedimento de salida del país se erige como
una medida de coerción personal, de menor intensidad en comparación a la prisión preventiva, siendo así que para su
imposición debe tenerse en consideración la existencia de motivos razonables, tanto más si su finalidad es evitar el peligro
de fuga como obstrucción que pueda representar el procesado.[2]
Del mismo modo, para el jurista Roberto Cáceres Julca, el impedimento de salida del país
constituye:
[…] un mandato cautelar cuya finalidad es asegurar la comparecencia del imputado en el proceso, por lo que el órgano
jurisdiccional solo puede adoptar esta medida cautelar a pedido del fiscal, siempre que existan elementos de juicio
suficientes que permitan razonablemente inferir que el inculpado se sustraerá del proceso penal cuando la situación en el
proceso le sea desfavorable.[3]
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procesales»
II.I. Procedimiento
2. La medida no puede durar más de cuatro (4) meses en el caso de testigos importantes.
3. Para el caso de imputados, los plazos de duración son los fijados en el artículo 272.
4. La prolongación de la medida solo procede tratándose de imputados, en los supuestos y bajo el trámite previsto en el
artículo 274. Los plazos de prolongación son los previstos en el numeral 1 del artículo 274.
5. En el caso de testigos importantes, la medida se levantará luego de realizada la declaración o actuación procesal que la
determinó.
6. El juez resolverá de conformidad con lo dispuesto en los numerales 2 y 3 del artículo 279. Para lo dispuesto en el
recurso de apelación rige lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 278.
Un aspecto relevante de dicha regulación es el contenido del inciso sexto del citado
artículo 296, el cual sostiene que lo resuelto por el órgano jurisdiccional debe ajustarse a
los lineamientos establecidos en los incisos 2 y 3 del artículo 279, que regula la variación
de comparecencia a prisión preventiva.
Sin embargo, el inciso 2 de la citada norma penal establece que, para resolver lo
peticionado, el juzgador deberá necesariamente convocar a audiencia para decidir el
requerimiento fiscal. Dicha audiencia se celebrará con los asistentes que concurran, a
efectos de que el juez resuelva de forma inmediata o, en caso contrario, emita su
resolución en el plazo de 48 horas de celebrada la audiencia.
Dicho ello, la norma procesal penal permite que, a efectos de que el órgano jurisdiccional
emita una decisión debidamente motivada, convoque a una audiencia en determinados
supuestos, donde naturalmente tendrá lugar el contradictorio efectuado entre ambas
partes. En la audiencia serán expuestos los argumentos tanto del Ministerio Público
como los de la defensa, los cuales deben crear determinado grado de convicción en el
juzgador a efectos de que se arribe a una decisión.
El delito objeto del proceso penal con una sanción mayor de 3 años de pena privativa de la
libertad
II.II. Duración
Siendo ello así, en el supuesto de que se trate de un caso denominado simple, la duración
de la medida no podrá exceder de los nueve meses; si se estuviese frente a un proceso
declarado previamente complejo, el plazo de duración de la medida no podrá ser mayor a
los dieciocho meses y, finalmente, frente a un proceso de criminalidad organizado, la
duración de la medida deberá versar sobre un máximo de treinta y seis meses.
Sin embargo, el juzgador, al momento de decidir el requerimiento fiscal de impedimento
de salida de conformidad con el inciso 2 del artículo 295 del Código Procesal Penal —el
cual,
como ya hemos visto, regula la institución procesal del impedimento de salida del país—,
deberá contemplar la duración de la medida a imponer. Ello no significa que
necesariamente deba acoger el máximo de los plazos previamente señalados.
Ya hemos delimitado previamente el contenido del artículo 296 del Código Procesal
Penal, siendo que en los incisos 4 y 5, respectivamente, desarrolla los supuestos de
prolongación de la medida. En ese orden de ideas, resulta procedente la posibilidad de
que se amplíe dicha situación jurídica únicamente frente a aquella persona que ostente la
condición de investigado, pues la norma procesal resulta ser clara al señalar que, en el
caso de testigos importantes, la medida se levantará luego de realizada la declaración o
actuación procesal que la determinó.
Ello resulta lógico porque, respecto del testigo, la finalidad que se busca es que pueda
brindar su relato con las garantías necesarias de las que es titular, careciendo así de
lógica
que permanezca vigente o se amplíe la medida coercitiva de impedimento de salida si se
ha cumplido con dicho objetivo.
No se está, por tanto, frente a una prolongación automática de la medida, dado que esta
únicamente será prolongada siempre y cuando concurran circunstancias de especial
dificultad que hagan necesaria la vigencia de la medida o se desprenda que el
investigado pueda rehuir el actuar de la justicia u obstaculizar la actividad probatoria.
II.IV. Modalidades
La imposición de una medida como el impedimento de salida del país suele ser estudiada
desde diversos aspectos en lo que respecta a su aplicación, puesto que son distintos los
escenarios cuando dicha medida recae sobre testigos o cuando es impuesta a
investigados, o si su imposición requerirá o no de audiencia pública.
a. En imputados
La regulación para la imposición del impedimento de salida del país como medida de
coerción personal sobre imputados se da con la finalidad de asegurar su permanencia en
el proceso mismo, evitando lo que debería significar un potencial peligro de fuga u
obstrucción a la actividad probatoria.
En la misma línea de ideas se ha pronunciado el jurista César San Martín, para quien:
[…] el impedimento de salida constituye un medio para evitar el riesgo de fuga del imputado, en especial al extranjero, a
partir de la cual pone fuera del alcance de la justicia nacional o dificulta gravemente la persecución del delito. Esta medida
se justifica como modo de asegurar su pronta y segura ubicación cada vez que se requiera su presencia en el proceso y
siempre que la mera fijación del domicilio no sea suficiente para tal fin.[4]
Ahora bien, en un inicio la norma procesal contemplaba como plazo máximo de duración
de dicha medida un periodo de cuatro meses; sin embargo, tras la entrada en vigencia de
la Ley 30077, Ley contra el Crimen Organizado, la cual modificara la Ley 27379, trajo
consigo una modificación en cuanto a los plazos máximos del impedimento de salida del
país.
b. En testigos
Cuando se trate de testigos, la norma procesal penal contenida en el artículo 296 del
código adjetivo regula que el plazo de duración no deberá ser mayor a cuatro meses, no
dando cabida a ningún supuesto de prolongación de dicha medida.
Dicha imposibilidad de prolongar la medida aplicable a testigos radica en que una de las
manifestaciones del impedimento de salida del país la concibe como una medida de
aseguramiento personal, la cual tiene como finalidad salvaguardar la permanencia del
testigo importante en tanto sea necesario su testimonio.
2. Sobre la forma
a. Con audiencia
Cabe precisar que la condición de imputado no solo hace referencia a aquella persona
cuya responsabilidad se encuentra delimitada en la disposición de formalización de la
investigación preparatoria, sino que también involucra a aquella persona contra la que
desde un inicio se dispuso el inicio de las diligencias preliminares. Al menos así lo ha
entendido la Corte Suprema de la República en el Acuerdo Plenario 03-2019/CIJ-116,
fundamento 36, al señalar lo siguiente:
a. Si normativamente se precisa que las diligencias preliminares también son propiamente investigación preparatoria y que
la denominación de «imputado» también alcanza al sujeto pasivo de las diligencias preliminares, no es de recibo sostener
la existencia de una interpretación extensiva o analógica.
b. Como puede verse, es el propio Código Procesal Penal el que trata como imputado al involucrado, de uno u otro modo,
en una causa penal desde las diligencias preliminares, tan es así que el apartado 4 del artículo 336 del CPP denominado
«imputado» a aquel contra quien se dictó las diligencias preliminares, a tal extremo que estipula que puede producirse
determinados supuestos de acusación directa.
Por tanto, se hace referencia a que, cuando el requerimiento fiscal sea presentado ante el
órgano jurisdiccional en el marco de la denominada investigación preparatoria
formalizada, será necesaria la celebración de una audiencia a efectos de debatir el
requerimiento de impedimento de salida del país.
b. Sin audiencia
Esto ha sido reconocido por la legislación especial vigente para un ámbito de aplicación
específico en la subfase de investigación preliminar o diligencias preliminares, conforme
a la Ley 27379 y sus normas conexas y modificatorias. Sobre esa base, la Corte Suprema
ha señalado que: «La primera (Ley 27379) permite su imposición sin necesidad de
audiencia»[5].
Es de destacar, de un lado, la existencia de una ley especial vigente para un ámbito de aplicación específico en la subfase
de investigación preliminar o diligencias preliminares, conforme a la Ley 27379 y sus normas conexas y modificatorias: y,
de otro lado del Código Procesal Penal que disciplina el impedimento de salida del país en la subfase de investigación
preparatoria formal, en ambos casos a través de un régimen común y solo con algunas diferencias específicas, de suerte
que es factible dictar la medida de impedimento de salida tanto a nivel de diligencias preliminares —en los supuestos
legalmente previstos— como ya instaurada la investigación preparatoria formal.
a. En diligencias preliminares
Siendo así, resulta pertinente la imposición de una medida tal como el impedimento de
salida del país en el desarrollo de las denominadas diligencias preliminares. Claro está
que el nivel de convicción al que deberá arribar el representante del órgano jurisdiccional
no deberá ser similar al de una sospecha grave como se da en los supuestos de prisión
preventiva.
Cuando en sede de diligencias preliminares ya se cuenta con un determinado nivel, siempre dentro de la noción de
sospecha inicial simple, de imputación contra una persona debidamente individualizada —incluso más allá del debate
teórico acerca de si debe denominársele «imputado» o no— es razonable permitir que en los casos de necesidad y/o
urgencia y para tutelar la propia investigación, desde el criterio rector de eficacia, se dicten determinadas medidas
limitativas de derechos, siempre que la ley lo prevea y en el modo, oportunidad y forma que lo establezca. Desde la
legitimidad constitucional de la medida, desde luego, es aceptable tal conclusión siempre y cuando se cumplan los
presupuestos del principio de intervención indiciaria y los de proporcionalidad.[7]
Situación distinta es la que se evidencia cuando dicha medida recae sobre los
denominados testigos importantes, a quienes se les dictará dicha medida únicamente en
tanto resulte necesaria la realización de un determinado acto de investigación que
involucre su participación.
Dicha concepción que posibilita la aplicación del impedimento de salida, ya sea como
medida de coerción personal o como medida de aseguramiento respecto de testigos, se
fundamenta en la unidad del proceso mismo, entendiendo que las diligencias
preliminares forman parte intrínseca de la investigación preparatoria formalizada.
Sobre el particular, trasciende que la comparecencia con restricciones y el impedimento de salida del país tienen un
margen de justificación amplio, bastando para su establecimiento la sospecha reveladora de criminalidad, vale decir,
constatándose mínimamente: «indicios reveladores de la existencia de un delito, que la acción penal no ha prescrito, que se
ha individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se han satisfecho los requisitos de procedibilidad».
Los elementos de convicción han de ser racionales, descartándose por ello de vagas indicaciones o livianas sospechas, de
suerte que la aludida disposición debe apoyarse en datos de valor fáctico que, representando más que una posibilidad y
menos que una certeza, supongan una probabilidad de la existencia de un delito —no se exige un inequívoco testimonio de
certidumbre—.[8]
Por tanto, a diferencia de lo que ocurre cuando se está frente al desarrollo de las
diligencias preliminares, la imposición de una medida como el impedimento de salida del
país en un estadio procesal correspondiente a una imputación de carácter formal, implica
un mayor desarrollo en cuanto al grado de criminalidad atribuido a la persona sometida a
una investigación.
Del mismo modo, dicha medida deberá fundamentarse debidamente en tanto que por
medio de ella se busca asegurar en la práctica judicial la presencia del procesado durante
el desarrollo mismo del proceso. Asimismo, la norma procesal ha sostenido que dicha
medida será solicitada cuando resulte indispensable la averiguación de la verdad, es
decir, la recopilación de elementos de convicción por parte del Ministerio Público.
Dentro de los presupuestos formales se establece que «el requerimiento fiscal (de
impedimento de salida del país) esté fundamentado que incluso fije el tiempo de su
duración. Además se requiere la realización de una audiencia».
El delito investigado
La prognosis de pena
Impedimento de salida
Los presupuestos de impedimento de salida, en líneas generales puede disponerse en contra de un imputado o un
testigo importante para los fines de la investigación.
1. Apariencia del buen derecho- la existencia de suficientes elementos de convicción que vinculen al imputado
con el delito que se le está imputando
2. La prognosis de la pena que supere los 3 años de la pena privativa de la libertad-
3. La medida de impedimento de salida Resulte indispensable para la averiguación de la verdad.
Por otro lados los plazos son:
Del imputado en una investigación común hasta 9 meses, en un proceso complejo hasta los 18 meses y si es de
investigación contra una organización criminal el plazo puede ser hasta 36 meses.
En cuanto al tramite el primer termino el juez lo dispone a pedido del fiscal, aquí rige el principio rogatorio, el juez
no puede imponer de oficio.
Una vez que el fiscal solicita al juez, este tiene que convocar de inmediato a una audiencia citando a los sujetos
procesales, (fiscalía, imputado, abogado defensor y testigo).
Una vez llevado a cabo la audiencia, el juez tiene que escuchar a las partes y al final de la misma, decide si lo
resuelve inmediato o se resuelva la decisión en un plazo de 72 horas
TRAMITE GENERAL
PROCEDIMIENTO
frente a la medida de coerción personal, esta facultad se encuentra conferida al
representante del Ministerio Público, de conformidad con la norma legal prevista en el
artículo 295 del Código Procesal Penal. Para determinar si deberá o no imponer una
medida de impedimento tiene que cumplirse el artículo 296 del código procesal penal que
son las siguientes.
1. La resolución judicial también contendrá los requisitos previstos en el artículo anterior. Rige lo dispuesto en los
numerales 2 y 3 del artículo 279.
(279-2) El
Juez de la Investigación Preparatoria citará a una audiencia para
decidir sobre el requerimiento Fiscal. La audiencia se celebrará con los
asistentes que concurran. El Juez emitirá resolución inmediatamente o
dentro de las cuarenta y ocho horas de su celebración.
2. La medida no puede durar más de cuatro (4) meses en el caso de testigos importantes.
3. Para el caso de imputados, los plazos de duración son los fijados en el artículo 272.
4. La prolongación de la medida solo procede tratándose de imputados, en los supuestos y bajo el trámite previsto en el
artículo 274. Los plazos de prolongación son los previstos en el numeral 1 del artículo 274.
a) Para los procesos comunes hasta por nueve (9) meses adicionales.
6. El juez resolverá de conformidad con lo dispuesto en los numerales 2 y 3 del artículo 279. Para lo dispuesto en el
recurso de apelación rige lo dispuesto en el numeral 2 del artículo 278.
La Sala Penal se pronunciará previa vista de la causa, que tendrá lugar, dentro de las
setenta y dos horas de recibido el expediente, con citación del Fiscal Superior y del
defensor del imputado. La decisión, debidamente motivada, se expedirá el día de la vista
de la causa o dentro de las cuarenta y ocho horas, bajo responsabilidad.
Dicho ello, en la audiencia serán expuestos los argumentos tanto del Ministerio Público
como los de la defensa, los cuales deben crear determinado grado de convicción en el
juzgador a efectos de que se arribe a una decisión.
El delito objeto del proceso penal con una sanción mayor de 3 años de pena
privativa de la libertad
LA DURACION:
En cuanto a la duración del impedimento de salida serán reguladas de distintas formas
de acuerdo a la condición, por ejemplo, para testigos la medida a imponerse no podrá ser
mayor a los cuatro meses.
Para lo que están en condición de investigada duración de la medida no podrá exceder de los
nueve meses, si fuera un caso complejo el plazo de duración no será mayor de dieciocho
mese y finalmente si fuera el proceso de criminalidad organizado será un máximo de 36
meses, Ello no significa que necesariamente deba acoger el máximo de los plazos
previamente señalados.
La duración de la medida no solo debe ser desarrollada por el fiscal, sino que al mismo
tiempo el juzgador, deberá fundamentar en parámetros de razonabilidad respetando el
plazo previsto en la norma.
POSIBILIDAD DE AMPLIACIÓN
Para testigo esta regulado en el articulo 296 inciso 5 y para el imputado el inciso 4 del
CCP.
respecto del testigo, la finalidad que se busca es que pueda brindar su relato con las
garantías necesarias, la situación es distinta para personas con sujeción a un proceso
penal, la norma señala que la prolongación es únicamente contra los investigados.
MODALIDAD:
Son distintos los escenarios cuando dicha medida recae sobre testigos o cuando es
impuesta a investigados, o si su imposición requería o no de audiencia publica
a. En imputados
La regulación para la imposición del impedimento de salida del país como medida de
coerción personal sobre imputados se da con la finalidad de asegurar su permanencia en
el proceso mismo, evitando lo que debería significar un potencial peligro de fuga u
obstrucción a la actividad probatoria.
plazo máximo de duración de dicha medida un periodo de cuatro meses; sin embargo,
tras la entrada en vigencia de la Ley 30077, Ley contra el Crimen Organizado, la cual
modificara la Ley 27379, trajo consigo una modificación en cuanto a los plazos máximos
del impedimento de salida del país.
b. En testigos
Dicha imposibilidad de prolongar la medida aplicable a testigos radica en que una de las
manifestaciones del impedimento de salida del país la concibe como una medida de
aseguramiento personal, la cual tiene como finalidad salvaguardar la permanencia del
testigo importante en tanto sea necesario su testimonio.
Lo cierto es que la medida de aseguramiento personal se levantará luego de realizada la
investigación o actuación procesal que determinó la necesidad de imponer dicha medida
en la figura del testigo importante.
2. Sobre la forma
a. Con audiencia
a. Si normativamente se precisa que las diligencias preliminares también son propiamente investigación preparatoria y que
la denominación de «imputado» también alcanza al sujeto pasivo de las diligencias preliminares, no es de recibo sostener
la existencia de una interpretación extensiva o analógica.
b. Como puede verse, es el propio Código Procesal Penal el que trata como imputado al involucrado, de uno u otro modo,
en una causa penal desde las diligencias preliminares, tan es así que el apartado 4 del artículo 336 del CPP denominado
«imputado» a aquel contra quien se dictó las diligencias preliminares, a tal extremo que estipula que puede producirse
determinados supuestos de acusación directa.
b. Sin audiencia
Situación distinta es aquella en que la medida es solicitada en el marco de las llamadas
diligencias preliminares, las cuales, si bien es cierto implican una subfase de la
investigación preparatoria, no hacen de obligatorio cumplimiento la realización de una
audiencia a efectos de resolver el requerimiento de impedimento de salida del país.
Esto ha sido reconocido por la legislación especial vigente para un ámbito de aplicación
específico en la subfase de investigación preliminar o diligencias preliminares, conforme
a la Ley 27379 y sus normas conexas y modificatorias. Sobre esa base, la Corte Suprema
ha señalado que: «La primera (Ley 27379) permite su imposición sin necesidad de
audiencia». Se dan en casos de estricto necesidad de urgencia, art.2 - si es indispensable
para la indagación de la verdad y no sea necesaria ni proporcional una limitación de la
libertad mas intensa
Es de destacar, de un lado, la existencia de una ley especial vigente para un ámbito de aplicación específico en la subfase
de investigación preliminar o diligencias preliminares, conforme a la Ley 27379 y sus normas conexas y modificatorias: y,
de otro lado del Código Procesal Penal que disciplina el impedimento de salida del país en la subfase de investigación
preparatoria formal, en ambos casos a través de un régimen común y solo con algunas diferencias específicas, de suerte
que es factible dictar la medida de impedimento de salida tanto a nivel de diligencias preliminares —en los supuestos
legalmente previstos— como ya instaurada la investigación preparatoria formal.
a. En diligencias preliminares
Sobre el particular, trasciende que la comparecencia con restricciones y el impedimento de salida del país tienen un
margen de justificación amplio, bastando para su establecimiento la sospecha reveladora de criminalidad, vale decir,
constatándose mínimamente: «indicios reveladores de la existencia de un delito, que la acción penal no ha prescrito, que se
ha individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se han satisfecho los requisitos de procedibilidad».
Los elementos de convicción han de ser racionales, descartándose por ello de vagas indicaciones o livianas sospechas, de
suerte que la aludida disposición debe apoyarse en datos de valor fáctico que, representando más que una posibilidad y
menos que una certeza, supongan una probabilidad de la existencia de un delito —no se exige un inequívoco testimonio de
certidumbre—.[8]
PRESUPUESTOS DE APLICACIÓN
Dentro de los presupuestos formales se establece que «el requerimiento fiscal (de
impedimento de salida del país) esté fundamentado que incluso fije el tiempo de su
duración. Además, se requiere la realización de una audiencia».
De este modo, el requerimiento formalizado ante el juez de investigación preparatoria
debe contener lo siguiente:
El delito investigado
La prognosis de pena