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Trabajo individual basado en lecturas de Ferri, Garofalo e Ingenieros que circulamos clase
pasada.
Propuso una teoría de la causalidad criminal según la cual los criminales presentan unas
características físicas identificables. La teoría del criminal nato atribuye a causas biológicas
congénitas la personalidad anómala que se entiende como patológica.
Lombroso también demostró que los delincuentes desarrollan una actividad anormal desde el
doble punto de vista psicológico y sociológico.
Ferri, Garófalo.
Las investigaciones científicas modernas enseñaron que las condiciones del medio influyen de
manera indiscutible en la determinación del fenómeno delictuoso. Estas investigaciones
demostraron que las condiciones del medio social suelen impulsar al hombre hacia el delito.
A su vez, mostraron evidencias irrefutables de que no existen dos individuos cuya constitución
fisio psíquica sea idéntica; esas desigualdades hacen que la acción de causas análogas se
traduzca por reacciones distintas en cada individuo a punto de que en iguales circunstancias
un sujeto reacciona en sentido delictuoso mientras otro se mantiene honesto.
Podría replicarse diciendo con un alienista italiano, que, en último resultado, "la enfermedad
no es más que la vida en condiciones anormales, y que, desde este punto de vista, no hay
oposición absoluta entre el estado de salud y el estado de enfermedad.
Para el loco, el delito es un bien, si se quiere, un medio de procurarse placer, porque, como
observa Maudsley, la ejecución del homicidio proporciona una verdadera complacencia al que
lo ha cometido en virtud de una impulsión morbosa irresistible; pero lo que distingue al
alienado del delincuente es la naturaleza anormal de este placer y el hecho de no buscar otro,
cometiendo un delito. El delincuente, es verdad, tiene también anomalías afectivas, pero éstas
consisten en hallarse desprovisto, más o menos completamente, de ciertos dolores simpáticos,
de ciertas repugnancias, que entre las gentes honradas son muy fuertes para contenerlas en la
pendiente de ciertos actos. Una cosa es la existencia de un atractivo morboso que, aun sin
provocación exterior, arrastra a ejecutar la acción, y otra cosa es la carencia interna de una
repulsión que hace que no se ceda a las tentaciones exteriores.
La escuela penal clásica establece categorías desiguales de delitos y considera que los
delincuentes, por estar dotados de libre albedrío, son responsables de los delitos que
cometen.
La evidencia de las investigaciones científicas mostró que no existen dos individuos cuya
constitución fisio psíquica sea idéntica; esas desigualdades hacen que la acción de causas
análogas se traduzca por reacciones distintas en cada individuo, con independencia absoluta
de su libre albedrío, a punto de que en iguales circunstancias un sujeto reacciona en sentido
delictuoso mientras otro se mantiene honesto.
9. Peligrosidad
Antes se decía que delito “es toda violación del derecho”. Pero así era imposible aplicar al
estudio del Derecho Penal los nuevos métodos científicos. Por eso, era importante hacer una
cosa: que el delito dejara de ser una abstracción jurídica y se lo empezase a considerar como
un hecho concreto determinado por causas.
Los partidarios de la escuela sociológica sostuvieron que, sin la acción del medio no bastan las
condiciones psíquicas del delincuente; los de la escuela antropológica han demostrado que el
medio por sí solo no crea delincuentes. Ambos han estado en lo cierto: los dos son
indispensables. Pero lejos de pensar que se excluyan recíprocamente, debieron reconocer que
ninguno de ellos basta para explicar toda la etiología criminal.
El delito no se produce sin que exista una perturbación de la actividad psicológica capaz de
modificar la conducta social; esa perturbación puede ser permanente, transitoria o accidental.
Pero fuera de este hecho general, que demuestra, como ha dicho Lombroso y repitió Espinas,
que la reincidencia constituye, no la excepción, sino la regla en la vida criminal, podemos
encontrar en la estadística la indicación de las formas de delito en que más predomina la
reincidencia, y en done, por tanto, se encuentran en mayor número los delincuentes
habituales o incorregibles.