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Esta corriente surge en Italia a fines del siglo xix, y sus autores más
destacados fueron Cesare Lombroso, Enrico Ferri y Raffaele
Garofalo.
Positivismo biológico
Si la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin era
científica y se aplicaba a los animales, el mismo enfoque debería
aplicarse al "hombre" como "animal". La hipótesis de dicha Teoría,
consiste en que el Criminal es un ser que no ha seguido la
evolución normal de la especie humana.
Características físicas
Históricamente, la medicina se interesó en el problema del crimen,
produciendo estudios de fisonomía (ver Johann Kaspar Lavater y
Franz Joseph Gall) y la ciencia de la frenología que relacionaba los
atributos de la mente con la forma del cerebro como se revela a
través del cráneo. Estas teorías fueron populares porque absolvieron
a la sociedad y cualquier falla de su gobierno de la responsabilidad
por el comportamiento criminal. El problema radica en las
propensiones de los delincuentes individuales que se distinguen Raffaele Garofalo
biológicamente de los ciudadanos respetuosos de la ley.
Este tema fue ampliado por la Escuela Italiana y a través de los escritos de Cesare Lombroso (ver L'Uomo
Delinquente, El hombre criminal,1 y la criminología antropológica) que identificaron las características
físicas asociadas con la degeneración, lo que demuestra que los delincuentes eran retrocesos atávicos a una
forma evolutiva anterior. Estos delincuentes que padecen atavismo, han nacido bajo una herencia que no es
común de la especie humana actual. Lombroso había creado la Teoría del delincuente nato refiriéndose a
que una parte de los delincuentes tienen una predisposición delictiva tan fuerte que la sociedad nada o muy
poco puede hacer para evitar que lleguen a delinquir. Realizó para probar esta Teoría su primera
investigación con 101 cráneos de delincuentes italianos, analizando en qué medida existen semejanzas
antropométricas con el hombre primitivo, descendiente del mono. Sus resultados en otro estudio con
delincuentes presos, destacan que los hombres que fueron analizados (1.297 en total) muestran con mayor
proporción que en a población normal, rasgos primitivos (frente salida, escasa capacidad craneal o el
volumen de las ojeras).
Enrico Ferri , discípulo de Lombroso, continuaba la misma corriente toda vez que en todo delincuente
existe una persona biológicamente anormal. Si bien la del delincuente nato es la más relevante en otros
delincuentes dicha anormalidad biológica es solo una predisposición que se realiza cuando concurren
factores de carácter ambiental. Fue Ferri quien complementa los estudios antropométricos de Lombroso con
la estadística de la criminalidad, contemplando factores como edad, clima, lugar, sexo, renta o educación.
En este momento es cuando se plantea la concepción plurifactorial de la delincuencia, este nombre
responde a que el delito responde a tres órdenes: antropológicas (raza, edad, sexo, constitución física),
sociales (educación, adicciones, condiciones económicas) y físicas (clima, estación del año). Ferri realiza
una clasificación de cinco categorías:
Inteligencia
Hay una serie de estudios acreditados que demuestran un vínculo entre inteligencia inferior y
criminalidad[cita requerida]. Wilson - Herrnstein (1985) parten de considerar como dato que resulta de todos
los estudios empíricos, el hecho de que el cociente de inteligencia medio de la población que delinque esta
entre 8 y 9 puntos por debajo de la población. Aquel que considera como buena opción la delincuencia lo
hace por tres factores según ellos, la baja inteligencia le lleva al fracaso a nivel educativo por lo que deberá
esperar poco del mercado laboral; segundo, que está relacionado con un pensamiento a corto plazo; y por
último, se asocia la baja inteligencia con la impulsividad, es decir no realizar el análisis costo-beneficio a la
hora de cometer un delito por lo que lleva a un menor razonamiento moral.
Pero la evidencia es equívoca porque los estudios entre la población penitenciaria simplemente evalúan a
los criminales realmente atrapados, lo que podría deberse a que no planearon los delitos adecuadamente o
porque no pudieron resistir las técnicas de interrogatorio y admitieron sus delitos. Si su inteligencia es
pobre, también tienen menos probabilidades de ser disuadidos.
Positivismo psicológico
Sigmund Freud dividió la personalidad en el ello, los impulsos biológicos primitivos, el superyó, los valores
internalizados, y el yo, la memoria, la percepción y la cognición. Propuso que el comportamiento criminal
es el resultado de una enfermedad mental o una conciencia débil. John Bowlby propuso una teoría del
apego en la que la privación materna era un factor que podría conducir a la delincuencia. Esto se ha
descontado a favor de la privación general3 o "hogares rotos" en los que los padres ausentes o
despreocupados tienden a producir hijos mal portados.4
Hans Eysenck (1987) declaró que "ciertos tipos de personalidad pueden ser
más propensos a reaccionar con comportamiento antisocial o criminal ante
factores ambientales de un tipo u otro". Propuso tres dimensiones de la
personalidad: introversión / extroversión, neuroticismo y psicoticismo. Para
estos fines, la personalidad es el marco de referencia establecido dentro del
cual una persona aborda la situación actual y decide cómo comportarse.
Algunos rasgos serán dominantes a veces y luego en una relación equilibrada
con otros rasgos, pero los rasgos de cada persona serán razonablemente estables
y predecibles.5 Por lo tanto, una vez condicionado a un estilo de vida
criminal, es probable que los rasgos de personalidad relevantes persistan hasta
que una fuerza condicionante compensatoria restablezca las inhibiciones
sociales normales. Algunas formas de conducta delictiva, como los delitos
sexuales, se han meditado con el tratamiento ofrecido junto con el castigo.
Ferri entendía estas medidas preventivas como reformas a reducir los factores sociales de la criminalidad.
Estas pretenden intervenir sobre las causas económicas de la delincuencia contra la propiedad, un segundo
grupo pretende afectar las oportunidades para delinquir y por un último un tercer grupo hace referencia a
reformas legislativas que reducirían la delincuencia. Dentro de las medidas preventivas se encuentra un tipo
de intervención coactiva, es una intervención para evitar que los casos de marginalidad social pueda
producir delincuencia.
Ahora bien, la efectividad del Derecho Penal no se va a lograr a través de la prevención general teniendo en
cuenta que la amenaza del castigo puede escasamente contrarrestar las causas del delito. Para que sea
efectiva debe tener como única meta combatir la peligrosidad del delincuente, o sea que vuelta a delinquir y
esto va a depender de si es un delincuente corregible (Delito de escasa gravedad, con penas alternativas a
la prisión) o incorregible (delitos graves, pena perpetua). "... una consecuencia lógica de la teoría según la
cual la pena no debe ser la retribución de una falta por un castigo proporcionado, sino una defensa
correspondiente al poder que el delincuente tiene para hacer daño ya sus probabilidades de reacción
social..." Enrico Ferri
Referencias6 7
1. Lombroso, C. (1896). L'uomo Delinquente (https://books.google.com.ar/books?id=dwUOAw
AAQBAJ&dq=l'uomo+lombroso&source=gbs_navlinks_s) (en italiano). Рипол Классик.
ISBN 9785876915092. Consultado el 6 de junio de 2019.
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ps://books.google.com.ar/books?id=xIAujgEACAAJ&dq=Goring,+Charles+english+convict&
hl=es-419&sa=X&ved=0ahUKEwjA8KPXz_riAhUoIbkGHSZhCxgQ6AEILDAA) (en inglés).
Creative Media Partners, LLC. ISBN 9781298624734. Consultado el 21 de junio de 2019.
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UKEwjquKqG0PriAhUYK7kGHXoLBicQ6AEIKTAA#v=onepage&q=Michael%20Rutter%C
2%A0&f=false). Ediciones Morata. ISBN 9788471123428. Consultado el 21 de junio de 2019.
4. Rafter, Nicole (1 de octubre de 2008). The Criminal Brain: Understanding Biological
Theories of Crime (https://books.google.com.ar/books?id=GK1PKyvkUhoC&dq=Glueck:+19
50&source=gbs_navlinks_s) (en inglés). NYU Press. ISBN 9780814776568. Consultado el 21 de
junio de 2019.
5. Marshall, WL; Laws, DR & Barbaree, HE (eds.), (1990). Manual de agresión sexual:
problemas, teorías y tratamiento del delincuente, Nueva York, Nueva York: Plenum Press.
6. Larrauri E. & Cid J. (2001). «Capítulo III» (https://web.archive.org/web/20160811053112/http
s://tienda.wolterskluwer.es/p/teorias-criminologicas). Teorías criminológicas. Explicación y
prevención de la delincuencia. Bosch. p. 57-77. ISBN 978-84-9090-015-4. Archivado desde el
original (https://tienda.wolterskluwer.es/p/teorias-criminologicas) el 11 de agosto de 2016.
Consultado el 14 de junio de 2021.
7. Anitua, Gabriel Ignacio (2015). «Capítulo V». Historia de los pensamientos criminológicos.
Didot. p. 217-279.
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