El valor energético o valor calórico de un alimento es proporcional a la
cantidad de energía que puede proporcionar al quemarse en presencia de oxígeno. Se mide en calorías, que es la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado la temperatura de un gramo de agua. Los alimentos nos proporcionan la energía y los nutrientes necesarios para el desarrollo, mantenimiento y reparación de los tejidos de nuestro cuerpo. Los macronutrientes o principios inmediatos son energéticos, mientras que los micronutrientes u oligoelementos son no energéticos. El valor energético de un alimento es la cantidad de calorías que proporciona cuando se “quema” o metaboliza en el organismo. En los alimentos se mide en kilocalorías (Kcal), también conocidas como “calorías”, y en Kilojulios (Kj), de manera que 1 Kcal equivale a 4,2 Kj. Los macronutrientes son: los hidratos de carbono (1 gramo aporta 4 kcal), las proteínas (1 gramo aporta 4 kcal) y las grasas o lípidos (1 gramo aporta 9 kcal). Los micronutrientes son las vitaminas (A, B, C, D, E, etc.) y los minerales (calcio, hierro, magnesio, etc.) que no aportan calorías. Para mantener un peso saludable hay que ajustar las calorías que tomamos a nuestras necesidades, es decir, debe haber un equilibrio entre la ingesta y el gasto energético. La cantidad de energía (calorías) que gastamos es la suma de las necesidades calóricas obligatorias (metabolismo basal) y otras que dependen del estilo de vida y de la actividad física, es decir, la que utilizamos para mantener las funciones del organismo y para realizar las actividades diarias. Según la OMS, la energía que necesita de media una persona adulta sana está entre 2.000 y 2.500 Kilocalorías al día para el hombre y entre 1.500 y 2.000 Kilocalorías al día para la mujer.
Los alimentos energéticos son aquellos que le proporcionan energía al
organismo tanto para mantener las funciones vitales como para realizar las actividades del día a día. Estos alimentos están representados, principalmente, por aquellos que son ricos en carbohidratos como el pan, la papa y el arroz; sin embargo, las grasas como el aceite de oliva, las nueces y el aguacate, por ejemplo, también le proporcionan energía al organismo. No obstante, la principal fuente de energía utilizada por las células del organismo es la glucosa, molécula que se forma a partir de la digestión de los carbohidratos, los cuales representan entre un 50 y 60% de las calorías totales de la dieta. Cuáles son los alimentos energéticos Los alimentos que forman parte de este grupo son: Cereales: arroz, maíz, cuscús, quinoa, cebada, centeno, avena; Tubérculos y raíces: papa, camote (batata dulce), yuca (guacamote), yuca dulce, ñame; Alimentos a base de trigo: panes, pasteles, pastas, bizcochos; Legumbres: frijoles, arvejas, lentejas, soja, garbanzo; Miel de abeja. Además de los alimentos energéticos, existen también los alimentos reguladores y los alimentos constructores, los cuales desempeñan otras funciones en el organismo, como cicatrización, crecimiento de nuevas células y regulación de la producción hormonal.
En Este Sentido Los Derivados de Leche de Búfala Así Como Sus Diferentes Cortes de Carne Pueden Ser Incluidos en El Contexto de Una Alimentación Saludable No Sólo Por El Aporte de Macronutriente