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EL CUENTO DE TERROR.

I. Piensen y respondan:
1. ¿Les gustan los cuentos que provocan miedo?
2. ¿En qué lugares se ambientan generalmente?
3. ¿Recuerdan alguno para narrarlo? Escríbelo.
4. Escriban sus pensamientos en la carpeta.
5. Leerán el cuento: “La ochava de los espantos” de Carmen Bavio. Pero antes
investigarán:
6. El significado de: -Ochava -Conchabar-Nicho-Laderos-Superstición-Calavera -
Chirridos -Cronista -Ladino-Tapias-Compadre. Escríbelos.
7. Dibuja la ochava que más te guste de tu barrio o ciudad.
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II. Les propongo que lean el cuento La ochava de los espantos de Carmen Bravio.

La ochava de los espantos.


Pues, señor, lo he contado muchas veces, porque fue una de las cosas raras me pasaron Y porque
tú en mi vida consecuencia doble: me convirtió en héroe y me hizo hacer el ridículo.
En esa época yo era jovencito y andaba medio necesitado. Así que me conchavé en la policía.
Como ya tenía fama de salir con gracia de los peores enredos, me pusieron de oficial a cargo de la
patrulla. Dos vigilantes y yo recorríamos el pueblo, de noche sobre todo... Me acuerdo de una vez...
Pero esa es otra historia. Ahora estoy contando la de la calavera del Nicho.
Bueno, resulta que una noche de junio, un vecino que volvía a su casa escuchó ruidos raros en el
nicho de la calavera. Como crujidos, dice que era. No le dio mucha importancia, pero cuando
algunos días después lo comentó como otra gente de la cuadra había oído lo mismo. Así que me
avisó al diario.
Después fue que vieron las luces. Mejor dicho, coma la luz del farolito de aceite que iluminaba el
Nicho. Todos los atardeceres, al toque del Ángelus*, encendían el farolito. Como homenaje, digo
yo... Y esa era la luz que se movía y tildaba. Sin viento, vea. Claro, reflejaba sombras en la pared
que se agrandaba ni bailoteaban. Imagínese el susto de todos. Entre chirridos y luces malas, nadie
quería pasar de noche por ahí.
Por eso llamaron a la patrulla. Mis vigilantes y yo rondamos la ochava tres noches seguidas. Muy
de cerca, la verdad que no. Las dos primeras, no vimos nada. Aunque tampoco mirábamos
demasiado para ese lado. Dimos vuelta a la manzana, y en la cuadra del convento nos cruzábamos
de Vereda. Porque, vea, uno le pelea a cualquiera; pero con los fantasmas es otra cosa.
Entonces se metió el diario y, la tercera noche de nuestra guardia, mandó un cronista. El hombre
se puso a esperar con los vecinos más corajudos, en la esquina de enfrente. Yo seguí en mi ronda
como siempre. Estábamos a la vuelta cuando oímos los gritos. Corrimos y llegamos justo para ver el
baile. Se venía con todo: con chirridos y revoleo de sombras; y la luz que parecía que se apagaba...
y ya se apagaba...Pero lo peor era la calavera, sacudiéndose para adelante y para atrás al compás de
las mandíbulas; estaba riéndose a carcajadas coma la muy ladina.
Ahí fui fue la desbandada. Salimos como alma que lleva el diablo, el cronista, los vecinos, mis
vigilantes y yo. Y no paramos hasta las tapias del potrero. Parapetados, todavía veíamos-porque la
noche era clara-la lucecita temblona de la ochava. Cuando pudimos respirar otra vez, nos fuimos a
la comisaría, a informar. 
A la mañana siguiente se armó la gorda... El vigía dijo que la patrulla se había escapado ¿Quién
mandaba la patrulla? Yo, que siempre tuve buena fama. Era una deshonra para mí. ¿Y qué iba a
hacer? Tenía que conservar mi nombre a toda costa. Reunir los hombres y los apalabré... Tanto les
dije que aceptaron servirme de laderos.
Así fue como esa noche, la del 19 (me acuerdo porque es el santo de mi compadre) cargamos con la
escalera. Yo agarré mi sable reglamentario y salí, decidido acabar con esa música. Los hombres me
seguían, asustados... y llegamos, no más, la ochava de los espantos. Ni bien nos acercamos empezó
el temblequeo en el Nicho. Antes de que se me quedaron duros de miedo como les dije a mis
laderos que me apoyarán la escalera. Yo empecé a trepar, con el sable listo.
A cada escalón que subía, más bailoteaba la calavera. El ruido también subía, aunque no sé si no
serían mis coyunturas, porque no creerá que yo andaba tan campante. Cuando nos enfrentamos, cara
a cara se desató gritando sobre sí misma como embrujada. ¡Casi me caigo del susto! Pero hice de
tripas corazón, trabe bien el brazo entre los escalones, es el cuerpo para atrás... Y con la derecha le
sacudí un mandoble.
Y ahí se acabó el encanto; porque entre los restos sale una rata maicera más asustada que yo, que
saltó hasta la calle y se perdió en la noche. ¡Maldito bicho! Primero me había hecho correr de
miedo, y después transpirar para no perder mi tan mentada fama de ingenioso y valiente.

*Ángelus: es una práctica religiosa, realizada en devoción a la Virgen María, repetida 3


veces al día, de mañana como al mediodía y al atardecer.

Ahora los invito a pensar y responder:


a) ¿Conocían la palabra ochava? ¿Qué es una ochava? Escribe.
b) ¿La lectura del relato les produjo algún sentimiento? ¿Cuál?
c) ¿Saben lo que es una "superstición"? Los invito a que pregunten a sus personas cercanas
acerca de alguna superstición y escriban lo que les cuenten.
d) Busquen en el diccionario la palabra superstición y comparen los significados que
obtuvieron.
e) Ahora que saben el significado opinen ¿qué superstición provoca temor?
f) ¿Qué rasgo del héroe trata de salvaguardar el protagonista?
g) ¿Qué piensa el narrador respecto de los ruidos en la ochava? ¿Se confirma al final del
cuento?
h) Les propongo que busquen en el texto las expresiones cotidianas que solemos usar en el
lenguaje oral. Por ejemplo, ésta:"¡¡¡ Casi me caigo del susto!!!! En el cuento hay más,
anótenlas.
I) Como última actividad los invito a ilustrar la historia que leyeron. Pueden usar alguna
técnica que hayan aprendido en Plástica. ¡No importa que no sepan dibujar!!! Pueden
expresarse recortando imágenes, calcando dibujos etc.
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III. Recompensa.
En mi casa vivíamos yo, mi perro y un fantasma. El perro es (o era) pequeño, blanco con manchas
marrones, patizambo y de raza indefinida, tirando a fox terrier. En cuanto al fantasma, no sé qué
catadura tiene (o tenía) porque nunca lo ví. El que lo veía era el perro. Se habían hecho amigos y al
anochecer jugaban en el patio a quitarse una vieja pelota de trapo. La vez que intenté participar en
el juego, el perro se negó totalmente a colaborar y hasta llegó a mostrarme los dientes. Pienso que el
fantasma hizo lo mismo, pero no puedo asegurarlo. Lo cierto es que lo habitual del hecho terminó
convirtiéndolo en rutina y la extraña convivencia se desarrolló sobre rieles por varios meses. El
perro engordaba, el fantasma fantasmeaba sin molestar y yo me cuidaba de no rezar ni encender
velas ante las estampitas de los santos para no causarle inconvenientes a la invisible presencia. Pero
un día (mejor dicho, un anochecer) mi perro desapareció y, obrando con perfecta camaradería, el
fantasma también. Me gustaría recobrarlos, porque los extraño mucho. Pagaré una recompensa a
quien sepa brindarme datos sobre sus paraderos.

Actividades

1. ¿Quiénes son los personajes? Clasifícalos según sus características.


2. ¿Qué tipo de narrador cuenta la historia?
3. ¿Qué acción (desenlace) causa angustia en el protagonista?
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IV. Actividad de escritura, lee primero esto:

Elementos del cuento de terror


La acción en un cuento de terror está organizada en torno al suspenso.
Los cuentos de terror tienen los siguientes elementos:
 Personajes. Reales para el relato o imaginarios y fantásticos, los personajes son las
entidades sobre las cuales recae la acción. Si un relato cuenta la aparición de un
fantasma, es probable que éste sea también uno de los personajes del cuento.
 Narrador. Como toda narración, el cuento de terror tiene un narrador definido que
es la voz que cuenta la historia. Puede ser el propio protagonista, un testigo, o
simplemente una voz que cuenta. Los narradores de los relatos de terror suelen
abundar en detalles, sobre todo en las descripciones, y suelen callar elementos que
serán revelados luego, para generar tensión o expectativa mediante la elipsis.
 Acción. La acción del relato de terror suele estar organizada en torno al suspenso
generado por acciones asombrosas, incomprensibles, siniestras o angustiantes, que
ocurren en una unidad de tiempo determinada y que tienen su final en una
revelación, aparición o desenlace.

Características de los personajes


Los personajes misteriosos y fantásticos son característicos de este género.
Los personajes de un cuento de terror pueden ser de distinto tipo, pero a grandes rasgos se
pueden clasificar en:
 Convencionales. Aquellos que pertenecen al mundo de lo racional, de lo confiable,
ya sean del bando del protagonista o no.
 Siniestros o misteriosos. Aquellos que se muestran ambiguos frente a la trama y a
la mirada del narrador, ocultando sus motivaciones, invitando a la atmósfera de
expectativa, angustia o desconfianza.
 Monstruosos. Aquellos por lo general del orden de lo fantástico, lo siniestro, lo
aterrador o lo perturbador, ya sean literalmente monstruos (criaturas fantásticas) o
personas que llevan a cabo acciones monstruosas y que, por lo general, juegan el rol
de antagonistas.

Actividad: crea una historia de terror con personajes convencionales, siniestros, y


monstruosos. Utiliza no menos de 10 renglones.

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