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JUSTICIA DIGITAL EN LA ÉPOCA ACTUAL DE

HONDURAS

Recuerdo que, el ahora director de comunicación de la Dirección Policial


de Investigación, DPI, Máster Christian Nolasco, en una recordada
cobertura periodística en junio de 2016, me contaba sobre el término
“Justicia Digital”, puesto que actualmente esta terminología representa un
sistema que ha sido parte de la evolución de la justicia y más que eso, la
eliminación de la burocracia judicial.

Soy Keivin Josué Rivera, estudiante de Derecho, un ciudadano preocupado,


por la injusticia, por el incremento de la impunidad, en este bello país
llamado HONDURAS.

¿Cuántos de ustedes no se han preguntado? Porqué en Honduras existe


exceso de impunidad, porqué la mayoría de los crímenes ni se investigan
o… porqué las autoridades no se preocupan, porque por el incremento de la
impunidad, la injusticia se vuelve normal, generando barbarie en una
sociedad.

Justicia Digital: ¿Nuevas soluciones para viejos problemas?

La justicia digital consiste en integrar soluciones tecnológicas en los


tribunales con la finalidad de modernizar y optimizar los procesos
judiciales, para que estos sean más transparentes, ágiles y confiables. Por
tanto, la justicia digital es un elemento de suma importancia para la
sociedad moderna.

¿Es la justicia digital la bala de plata que puede plantar de cara a los
desafíos de los tribunales de Honduras? En muchos municipios de
Honduras los sistemas de justicia cuentan con baja aprobación popular.
Según el departamento de Derecho de la UNAH, alrededor de un 30% de
los hondureños confía en los tribunales y cerca de un 80% considera que en
su interior existe algún nivel de corrupción. Esta persistente desconfianza
en la justicia es el resultado de una mezcla de factores: sistemas saturados,
insuficiente personal entrenado, sobrecarga procesal, y la obsolescencia de
muchas de las normas y prácticas.

A pesar de la urgencia, en Honduras la entrada de la llamada “justicia


digital” está siendo más lenta que la de otros sectores del Estado. Esto se
debe a la complejidad del sector, la resistencia al cambio y, especialmente,
a la sensibilidad de la información y la interacción de las distintas entidades
implicadas –policía, fiscalías, juzgados, centros penitenciarios–…
Justicia Digital: Mucho más que la simple compra de tecnología. La
introducción de soluciones de justicia digital debe ser entendida como una
reforma comprehensiva, sistémica e integral que sobrepasa el elemento
tecnológico. Se trata de un cambio institucional que involucra múltiples
reformas normativas, organizacionales y culturales ante la adopción de
nuevas tecnologías. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que la
justicia se vuelva digital?

Marcos legales que permitan la digitalización de la justicia. El apoyo


político a las reformas instituciones siempre es necesario. Sin embargo, en
los casos en los que la reforma afecta a múltiples ministerios y organismos
públicos, -como es justicia digital-, el apoyo político es clave. Sólo una
instancia política tiene la capacidad de asignar roles y funciones a los
distintos actores para optimizar el sistema de justicia digital. El impacto de
esta adopción de justicia digital es alto: Mayor eficiencia y eficacia en la
tramitación de casos. Mejor acceso a los servicios de justicia en línea.
Aumento de la transparencia. La digitalización de todos los procesos
facilita el acceso transparente a los datos por las partes implicadas en un
caso. Esto es una garantía adicional de imparcialidad de la Justicia, a la vez
reducen las oportunidades de corrupción en las diferentes instancias
procesales.

Para el coordinador de los tribunales de sentencia de Honduras, es tajante al


abordar el tema de la independencia de poderes, pues asegura que la falta
de un procedimiento transparente, de justicia digital, haga eficiente la
aplicabilidad de la ley. Son varios los países que han decidido aprovechar
la tecnología para optimizar su sistema jurídico. Estonia, por ejemplo, es
uno de los países más avanzados en temas de justicia digital. Entre sus
proyectos más ambiciosos se encuentra la implementación de “jueces
robot”.

En América Latina, México y Chile son los más avanzados, para ser
específicos en Centroamérica solo Panamá fue el primero porque su
población en su mayoría tiene conectividad, por consecuente en Honduras,
solo el 39% tiene acceso al internet de acuerdo con el estudio
“Competencias Digitales de los hondureños”, esto aplaza la Justicia Digital,
que requiere de un 60% para su aprobación.

El dilema de la mora judicial, las demoras en el proceso de administrar


justicia son evidente, se requiere producir soluciones para la gente. La
administración de justicia se debe hacer de forma moderna, eficiente, con
fórmulas digitales, en la fase virtual.

La igualdad en el acceso a la justicia es fundamental en todas las


sociedades, por esto, los mecanismos de obtención de justicia deberían
estar disponibles para todos. La justicia no se ha quedado al margen de los
problemas ocasionados por el coronavirus. En 2020 hubo meses en los que
los juzgados estuvieron prácticamente paralizados. Pero esta dura prueba
también sirvió para impulsar el salto hacia la digitalización y una nueva
organización que permita un servicio más eficiente y de calidad. 

Desde esta clase de Redacción y Oratoria Jurídica, en presencia de mi


honorable catedrática y mis excepcionales compañeros, alzo mi voz, por
Honduras, por nuestra generación presente y futura, a las autoridades
legislativas, ejecutivas y judiciales, clamando de forma acelerada la
implementación de la Justicia Digital, de la cual carecemos.

Como abogado, deseo, una justicia inteligente y más justa.

¡Muchas gracias!

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