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INFORME EJECUTIVO FOCUS GROUP ARTISTAS Y CULTORES,

PROYECTO PROGRAMACIÓN DE ARTES ESCÉNICAS TEATRO


MUNICIPAL PEDRO ARIEL OLEA

El primer focus group dirigido a artistas y cultores de la ciudad de Arica fue


realizado el día 11 de Junio a las 18 horas, contando con la participación de Eingel
Baltra, Pamela Castillo, Pelusa López, Fernando Montanares, Marcelo Quevedo y
Schmeling Salas. No pudo asistir por problemas con la plataforma Rodomiro
Huanca y Marcelo Quevedo debió retirarse de la reunión debido a problemas de
conexión. La moderación de este focus group estuvo a cargo de Fernando Rivera
(Director Teatro Pedro Ariel Olea) y Nicolás González (Of. de Patrimonio y Archivo
Histórico Municipal). La realización de este focus group tenía por objetivo obtener
datos cuantitativos y cualitativos relevantes en torno a las necesidades sobre la
programación cultural en nuestra comuna en el marco del proyecto de
Programación de Artes escénicas para el Teatro Municipal Pedro Ariel Olea
ejecutado por la Dirección de Cultura de la Ilustre Municipalidad de Arica y
financiado a través el programa de “Fortalecimiento de la Planificación y la Gestión
Cultural Local” del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. En una
reunión virtual que duró aproximadamente dos horas, todos los miembros
conversaron y compartieron sus opiniones buscando responder a la pregunta de
“¿Cuáles son las necesidades de programación cultural en Arica?”.

Para poder contestar a esta pregunta, se indagó en primer lugar acerca del
estado actual de la programación cultural en la comuna de Arica, donde se habló
acerca del uso de los espacios culturales dentro de la comuna, reconociéndose un
avance en los últimos años respecto a este tema, siendo el más notorio el caso del
Teatro Municipal. En este espacio se han programado incluso temporadas de
funciones durante el último año, cosa no vista con anterioridad. Aun así se reconoce
que los espacios que no son municipales o estatales y corresponden a privados,
funcionan perfectamente ya que se adecuan a su propia programación, la cual es
generada con una planificación que responde a los intereses de quienes se
desempeñan en esos lugares. Pese a esto, se reconoce que existen problemas de
infraestructura para facilitar una programación cultural dentro del Teatro Municipal,
a la vez que se dificulta realizar una programación en espacios públicos, ya que
estos en su construcción no incorporan el desarrollo de actividades culturales en
ellos.

Luego, al evaluar la participación de la ciudadanía en las distintas actividades


programadas en la ciudad, se conversó acerca de la problemática de que existe en
la ciudad de Arica, donde el público está habituado a asistir a actividades gratuitas,
limitando las posibilidades de los artistas de la ciudad a aspirar a realizar eventos
pagados. Ellos creen que esto ocurre por la poca valoración que existe sobre su
trabajo y creen que es necesario poder posicionarse desde un lugar donde se
valore la calidad profesional de su trabajo, ya que esta poca valoración no ocurre
tan solo con las audiencias, sino también con las mismas autoridades de distintas
instituciones con las que se han tenido que relacionar a lo largo del tiempo.
Efectivamente en nuestra ciudad existe un público estable para actividades
folclóricas y musicales, pero no así para el teatro, la danza y las artes circenses, lo
que sumado a lo caro que son las obras de estas últimas disciplinas en relación a
las primeras, dificultan su programación en la ciudad. Pese a aquello, cada uno de
los distintos espacios particulares u organizaciones trabaja en el territorio con
grupos específicos de personas generando un trabajo de audiencias, el cual –frente
a un desacuerdo- se termina observando por la generalidad de los participantes
como una experiencia positiva. Teniendo esto en cuenta, de todas formas para
poder analizar la asistencia de público, se debe segmentar el público para ver
efectivamente este tema. Reflexionar sobre la asistencia de público sin
segmentarlo, puede inducir a errores y llevar a conclusiones erradas, ya que lo que
deben resolver los artistas es a qué segmento de la población están dirigiendo sus
obras.

Finalmente se discutió acerca de la presencia de artistas locales en la programación


cultural de la comuna y los participantes fueron enfáticos en declarar que la
programación cultural en Arica es realizada a pulso por los artistas, ya que no existe
ninguna política pública regular que se dedique a trabajar la programación cultural,
que este tema es algo que ha trabajado el Teatro Municipal en la administración del
Director actual, pero que no es algo usual en la ciudad. Por lo general la
programación cultural en Arica se produce a través del ofrecimiento de obras de
distintos artistas a instituciones y son ellos quienes ven qué disciplina contratan, en
qué lugar y con qué regularidad. Esta es una gestión exclusiva de los mismos
artistas. Al ocurrir esto, los artistas también terminan haciéndose cargo de la
formación de públicos, ya que tampoco existen políticas regulares al respecto en la
ciudad. Se conversa acerca de los eventos con artistas foráneos y se llega a dos
problemas esenciales. El primero dice relación con los eventos musicales, donde
los artistas locales no tienen la posibilidad de acceder al mismo uso de espacio que
los artistas de fuera1 y el segundo donde los artistas foráneos son efectivos para
traer público, pero al tratarse de presentaciones esporádicas y eventual, por mucho

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Schmeling Salas nombra una situación ocurrida en un evento con Joe Vasconcellos donde no les dejaron
usar retornos, luces ni micrófonos y debieron conseguirse micrófonos ellos mismos para poder presentarse
y Pelusa López menciona una situación similar en una presentación con Congreso, donde no se les quería
dejar usar un espacio del escenario para una presentación de danza. Eingell Baltra sin dar un caso específico,
da fe de situaciones similares.
público que lleven, su presentación no contribuirá a la formación de públicos, ya
que no existe una proyección ni continuidad en el tiempo para poder generar un
trabajo respecto a este tema. Se conversa acerca de que no se puede pasar por
alto el hecho de que los espacios privados funcionan como espacios privados con
vocación pública, ya que al abundar una programación cultural financiada a través
de instituciones estatales, fondos, proyectos, etc., los artistas indirectamente
estarían realizando un trabajo que es de interés estatal, pero que no puede ser
ejecutado por el éste. Al realizarse de esta forma la programación cultural, serían
los mismos privados quienes por extensión estarían cumpliendo con los indicadores
culturales estatales para la ciudad.

En segundo lugar se indagó acerca de las expectativas de los presentes sobre


la programación cultural en la ciudad. Para esto primero se conversó acerca de los
fallos percibidos que dificultan una programación cultural efectiva. En este punto se
volvió a reiterar problemáticas antes mencionadas como infraestructura, necesidad
de mejoras técnicas, falta de difusión de artistas locales, educación y formación de
audiencias como responsabilidad de los artistas sin una planificación establecida
para estos efectos, financiamiento de obras y la dificultad de hacer presentaciones
con cobro de entrada, entre otros. De esta manera llevamos la conversación hacia
los fallos considerados como más graves, donde la conversación se desarrolló en
torno a la falta de diseño y planificación. Se estima que no es un problema de acceso
o existencia de obras, ya que las hay y de buena calidad, si no que al no existir una
política no se puede hacer encajar la oferta intencionando un trabajo a mediano y
largo plazo. Otro problema mencionado es la exigencia de masividad en los eventos,
dificultando el financiamiento de eventos en formato pequeño, a su vez que los
artistas se encuentran ante el problema de que se les achaca a ellos la
responsabilidad de la cantidad de asistentes, cuando ese trabajo corresponde a un
productor o gestor cultural. La labor de vincular una obra a un público específico es
tarea del productor, no del artista. Esto en último término podría hacer que la
creación termine respondiendo a intereses desechables (apuntar por masividad)
que a creaciones artísticas más complejas.

A la larga, la falta de un diseño y planificación deriva en una falta de compromiso


por parte de entidades culturales en la comuna. Esta falta de compromiso se traduce
en una escasa valoración del trabajo profesional de los artistas, que en la práctica
ha incluido peticiones de presentaciones de obras en eventos públicos sin pagos
de por medio con la “posibilidad de mostrarse” lo cual evidencia la poca valoración
por el trabajo profesional de los artistas en distintas disciplinas. También la falta de
un diseño y planificación se traduce en un desbalance en la programación cultural,
tendiendo hacia una mayor contratación hacia el folclore y la música, en desmedro
de las artes escénicas y circenses.
El generar una planificación y diseño de la programación cultural, llevaría a corregir
estas falencias mencionadas, lo que en un mediano o largo plazo podría incluso
llevar a generar confianzas entre artistas e institucionalidad que se traduzcan en
colaboraciones entre espacios privados de vocación pública e instituciones, para
poder difundir actividades de una agenda compartida en una relación
completamente horizontal.

En tercer lugar, al conversar acerca de la construcción actual de la


programación y la percepción de la injerencia de iniciativas privadas v/s de
instituciones públicas, donde se volvió a mencionar lo antes conversado acerca de
que en la práctica la programación cultural está llevada a cabo por los artistas, la
existencia de espacios privados con vocación pública y la necesidad de una
programación cultural trabajada en conjunto.

Finalmente hablamos sobre cómo creían ellos que se debería construir la


programación cultural en Arica. La conversación se basó en la necesidad de superar
las falencias conversadas con anterioridad y la noción que se instaló era que
precisamente no se podía obtener un resultado distinto tratando de hacer siempre
lo mismo, por lo que lo óptimo era generar un cambio que aunque pudiera ser
radical, buscara resolver problemáticas que se arrastran hace años. Al tratar de
acordar una metodología óptima para poder resolver esto, lo primero que surge es
que un concurso público es el camino más transparente. Incluso cuando se dé el
caso de que éste se encuentre arreglado, este concurso obligará a todos a
conmprobar trayectorias, haciendo transparentes y objetivos mecanismos de
elección. Además de esto se podría explicitar desde el minuto uno la hoja de ruta
de la programación cultural: cuántas presentaciones artísticas, en qué espacios, con
qué periodicidad, cuántas presentaciones de cada disciplina, con qué objetivo;
realizando con unas bases transparentes gran parte de la tarea dejada por el
análisis de problemas en la programación cultural. De la misma forma, se insiste en
que aun cuando estas cosas se hagan, es necesario mejorar ciertos elementos de
la infraestructura del Teatro Municipal para poder presentar mejores espectáculos
a la ciudadanía y en mejores condiciones. Una alternativa al concurso público podría
ser la existencia de programadores culturales que estén constantemente
relacionados con el quehacer artístico de la ciudad, como lo es el caso actualmente
con el Director del Teatro Municipal, quien está constantemente preocupado de las
necesidades de los artistas y del quehacer cultural de la ciudad, permitiéndole tener
una mayor fineza en su trabajo de programador cultural. Finalmente se habla de la
difusión. Actualmente los artistas no necesariamente tienen las aptitudes o la
preparación para producir un evento o manejar la difusión. Esta no se puede quedar
sólo en las redes sociales, se podría pagar gigantografías o palomas, para que de
esta forma todas las personas que no están tan conectadas con las redes sociales
puedan tener acceso a las actividades, sin desmerecer que el trabajo llevado a cabo
en las redes sociales de la Dirección de Cultura durante la época de distanciamiento
social han mejorado mucho.

Finalmente, para cerrar la reunión, Fernando Rivera agradece a todos los


presentes por la participación, afirmando lo valioso de este ejercicio que permite ver
con una nueva óptica temas que se vienen trabajando hace un tiempo. Como
respuesta esto, los asistentes de la reunión valoran la realización de esta reunión
y creen que es muy positivo que se empiece a pensar en una forma conjunta de
sacar adelante la programación cultural de la ciudad de Arica. Luego de eso, se da
por terminado el focus group

Arica, Junio 2020

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