Spring

Actors Studio Lima Despertar de Primavera 2020
Dirección General: Erick Farfán.

Dirección Vocal: Giancarlo Infante
Dirección Coreográfica: Samuel Saavedra.
Producción General:
Actors Studio Lima
Despertar de Primavera el Musical.
[Fecha]
Material exclusivo de Actors Studio Lima Prohibida su Reproducción total o Parcial. 1
PERSONAJES
Las Chicas
WENDLA
MARTHA
THEA
ANNA
ILSE
Los Chicos
MELCHIOR
MORITZ
HANSCHEN / RUPERT
ERNST / REINHOLD
GEORG / DIETER
OTTO / ULBRECHT
La Mujer Adulta (Interpretada por una sola mujer)
FRAU BERGMAN, madre de Wendla

FRAU GABOR, madre de Melchior
FRAU NEUMANN, madre de Ilse
FRAULEIN KNUPPELDICK
FRAULEIN GROSSEBUSTENHALTER
El Hombre Adulto (Interpretado por un solo hombre)
HERR GABOR, padre de Melchior

HERR STIEFEL, padre de Moritz
HERR RILOW, padre de Hanschen
HERR BESSELL, padre de Martha
HERR SONNENSTICH
DIRECTOR KNOCHENBRUCH
PADRE KAULBACH
DOCTOR VON BRAUSEPULVER
SCHMIDT
[Fecha]
LISTA DE CANCIONES
PRIMER ACTO
PAGINA
Madre Wendla 4
Madre (Reprise) Wendla y las Chicas 5
Lo que sé Melchior 7
Esta puta vida Moritz y los Chicos 8
Mi adicción Chicas y Chicos 11
Tócame Chicos y Chicas 15
La voz de tu cuerpo Wendla y Melchior 17
Mi oscura realidad Martha, Ilse y Chicos 20
La voz de tu cuerpo (Reprise) Otto y Georg 24
Ya no hay nadie mas Moritz y Chicos 25
Noche azul invernal Melchior y Chicos 27
Si crees Chicos y Chicas 29
SEGUNDO ACTO
PAGINA
A nuestros cuerpos se los Wendla, Melchior, Chicos y 31
culpara Chicas
La voz de tu cuerpo (Reprise) Hanschen y Ernst, Chicos y 33
Chicas
No creo en la angustia Moritz 34
Brisa suave Ilse 35
Lo que quedó atrás Melchior, Chicos y Chicas 36
Jodido estás Melchior, Chicos y Chicas 38
Susurrar Wendla 41
El saber Moritz, Melchior y Wendla 45
Florecerá el verano Elenco completo 47
[Fecha]
PRIMER ACTO
ESCENA 1
Se ilumina a Wendla cuando comienza a cantar. Ella está mirándose al espejo, explora suavemente su
cuerpo en proceso de maduración, llevando puesto un vestido de niña casi trasparente.
WENDLA:
Madre me hiciste.
Y no supiste,
Las formas de afrontar lo que me hace mal.
Madre hay un grito.

Madre hay un ángel,
Que ni en el cielo descansa en paz.
Hay quienes esperan a un Dios que los rescate.

Encienden velas y aguardan su luz.
Y otros solo lloran buscando sus palabras.
Y sus respuestas causan más temor…
Madre me hiciste.
Y no supiste,
Las formas de afrontar lo que me hace mal.
Madre hay un grito.

(Año1891: se muestra una habitación provincial alemana. Frau Bergman entra, sonriendo contenta.)
FRAU BERGMAN: ¡Wendla!... Querida hija.

WENDLA: ¿Madre?
FRAU BERGMAN: ¡Ay por Dios! ¡Mírate en ese vestido de niñita! No, las jovencitas respetables como tú no
pueden ser vistas paseándose con esos trapitos.
WENDLA: Madre déjame usar este. Me gusta mucho. Me hace sentir como… como una princesa.
FRAU BERGMAN: Pero si ya estas… floreciendo.
(Cambiando de tema) Bueno, ahora silencio. Me has hecho olvidar las buenas noticias, ven.
Anoche finalmente la cigüeña visito a tu hermana y le trajo otra pequeña bebé.
WENDLA: No puedo esperar para verla madre.
FRAU BERGMAN: Bueno, entonces ponte un vestido adecuado y tu sombrero por favor.
(Wendla comienza a titubear.)
WENDLA: Madre, ya soy tía por segunda vez y aun no tengo idea de como “eso” sucede.
(Frau Bergman luce sorprendida.)
Ay por favor madre si hasta preguntarlo me avergüenza. Pero entonces, ¿A quién mas podría
preguntárselo sino es a ti?
FRAU BERGMAN: No imaginarás que yo podría ni por un momento…
WENDLA: Tú no puedes imaginar que yo siga creyendo en la cigüeña.
[Fecha]
FRAU BERGMAN: Honestamente Wendla no se que hice para merecer este tipo de conversación. ¡Y en un
día como hoy! Apresúrate niña, vístete.
WENDLA: Entonces se lo preguntaré a Gregor, el que limpia nuestras chimeneas.
(Golpe.)
FRAU BERGMAN: Mejor te lo contaré yo. Pero no hoy. Mañana. Pasado mañana. Te lo contaré todo.
WENDLA: Hoy madre.
FRAU BERGMAN: ¡Dije no!
WENDLA: Por favor, por favor.
FRAU BERGMAN: Wendla Bergman, simplemente no puedo…
WENDLA: ¡Madre!
FRAU BERGMAN: Me volverás loca.
WENDLA: ¿Por qué? Podría arrodillarme a tus pies y recostarme en tu falda…
(Wendla se arrodilla al lado de la silla.)
Y así podrías hablar como si yo no estuviera. Por favor.
(Nerviosa, Frau Bergman se sienta.)
¿Madre?
FRAU BERGMAN: Hija yo no puedo…

WENDLA: ¡Madre!
FRAU BERGMAN: Esta bien por Dios, te lo contaré todo.
(Cubre la cabeza de Wendla con su capa. Nerviosa.)
Para que una mujer pueda concebir a un hijo… ¿Me entiendes hasta aquí?
WENDLA: Si madre.
FRAU BERGMAN: Para que una mujer pueda concebir un hijo y llevarlo en su vientre ella debe… amar a su
marido como solo ella puede hacerlo. Solo a él… solo a él. Ella debe amarlo con… con todo el
corazón. Ahí tienes, ya lo sabes todo.
WENDLA: ¿Todo?
FRAU BERGMAN: Todo. Te lo juro.
WENDLA: ¡Madre!
(Aparecen Las Chicas. Wendla se levanta y se une a ellas.)
WENDLA Y LAS CHICAS:

Madre me hiciste.
Madre no diste,
Formas de manejar lo que me hace mal.
Madre me hiciste.
Madre no diste,
Madre hay un grito.

Hay quienes esperan a un Dios que los rescate.
[Fecha]
Encienden velas y aguardan su luz.
Y otros solo lloran buscando sus palabras.
Y sus respuestas causan más temor…
Madre me hiciste.
Madre no diste,
Madre hay un grito.

ESCENA 2
La Escuela. Los Chicos están sentados en sus pupitres, recitando Eneida de Virgilio. Se paran, uno después
del otro, para su recitación. Herr Sonnenstich camina por los pasillos entre ellos, escuchando.
HERR SONNENSTICH: Una vez mas.
OTTO:
…vi superum saevae memorem Iunonis ob iram…
HERR SONNENSTICH: Mejor, Herr Lammermeier. Continúe, Herr Zirschnitz.
GEORG:
…multa quoque el bello passus, dum conderet urbem.
HERR SONNENSTICH: Herr Rilow. Desde el principio.
HANSCHEN:
Arma virumque cano, Troiae qui Primus ab oris…
HERR SONNENSTICH: Herr Robel. Y…
ERNST:
…Italiam, fato profugus, Laviniaque venit litora…
HERR SONNENSTICH: Herr Stiefel.
(Moritz está dormido.)
Herr Stiefel.
MORITZ (Despierta de un salto): ¿Señor?
HERR SONNENSTICH: Continúe por favor. (Moritz duda) Herr Stiefel…
MORITZ (con titubeo):

…Laviniaque venit…
HERR SONNENSTICH: ¿Si…?
MORITZ:
…litora… multum enim…
HERR SONNENSTICH: ¿“Multum enim”?
[Fecha]
MORITZ (corrigiéndose):
…Multum olim…
HERR SONNENSTICH: (perdiendo la paciencia) ¡¿“Olim”?! ¡¿“Multum olim”…?! ¿Entonces de algún

modo el piadoso Aeneas “ya” ha sufrido demasiado “en los días por venir”…?
¡Señores!
(Silencio.)
¿Herr Stiefel?
(Silencio.)
¿Tiene alguna remota idea de lo que está diciendo, Herr Stiefel?
(Moritz está muy nervioso para responder. Se levanta Melchior.)
MELCHIOR: ¡Si me permite!

HERR SONNENSTICH: ¿Disculpe?
MELCHIOR (siendo educado): Si me permite Herr Sonnenstich… ¿No podríamos al menos considerar
“multum olim” como una posible conjetura sobre cómo debería leerse el texto?
HERR SONNENSTICH: Herr Gabor, no estamos hoy aquí para hacer conjeturas sobre como debe leerse el
texto. El joven cometió un error.
MELCHIOR: “Multum olim” introduciendo “multa quoque”, un paralelismo entre aquello que Aenea ya ha
sufrido en la guerra y el sufrimiento en tierra y mar por venir.
HERR SONNENSTICH: Herr Gabor, desde el momento de la muerte de Virgilio, se ha contaminado nuestro
mundo con más que suficientes comentarios críticos basados en la conjetura textual.
MELCHIOR: Con todo respeto señor, ¿Está usted sugiriendo entonces que no hay mas lugar para el
pensamiento crítico o la interpretación? De ser así entonces al menos nosotros tenemos….
HERR SONNENSTICH (Golpea a Melchior con su vara de maestro): No estoy sugiriendo tal cosa. Estoy
confirmando que Herr Stiefel cometió un error. ¿Estoy preguntando? No. Exigiendo que usted corrija el
texto fallido de su compañero y prosiga desde allí. ¿Está claro?
(Melchior aprieta la mandíbula.)
¿Herr Gabor?
(Melchior no responde. Lo golpea más fuerte.)
¿Herr Gabor, está claro?

MELCHIOR: Si, Herr Sonnenstich: “litora multum ille.”
HERR SONNENSTICH: Todos con Melchior Gabor:
“laviniaque venit…”
CHICOS:
… litora, multum ille et terris iactatus et alto vi superum saevae memorem Iunonis
ob…
MELCHIOR:
CHICOS:
Lo que se de Ciencias y de Historia,
…iram;
Con horror marcaron en mi memoria.
Multa quoque et bello
[Fecha]
Si dudo, entonces me persiguen.
Passus, dum conderet
Y lo peor de mi es la sentencia que consiguen. Urbem…
Te dirán: “Lo escrito es lo que cuenta.”

Arma virumque cano, Troiae
Su verdad de guerras se alimenta.
qui Primus ab oris
No dejan que pienses diferente,
Italiam, fato profugus,
Si lo único que importa es que su biblia esté presente. Laviniaque venit
Litora, multum ille et terris

Pero se que hay mucho mas por ver,
iactatus et alto
Buscando solo en mi, no en un papel.
Vi superum saevae memorem
Solo se creer en mi verdad,
Sentir que algo va a cambiar.
Iunonis ob iram;
Multa quoque et bello

Continuar, no importa lo que hagan.
Passus, dum conderet
Y nombrar las estrellas que se apagan.
Urbem…
Llamando al mundo y sus verdades,
Gritando como un niño, buscando libertad.
Mirame,
Yo busco en un grito que un día escucharán.
Mirame,
Ya oirás este grito.
Mi grito que un día escucharás…
(La canción concluye. Melchior se sienta y recita junto a los Chicos.)
CHICOS Y MELCHIOR:
… multa quoque et bello passus, dum conderet urbem…
HERR SONNENSTICH: Muy bien hecho señores. Continúen ahora por favor: “inferretque deos Latio” las
siguientes siete líneas del viaje del piadoso Aeneas. De memoria.
(Los Chicos comienzan a escribir. Herr Sonnenstich se aleja. Moritz palmea el hombro de Melchior.)
MORITZ (Voz baja): Melchior, gracias.

MELCHIOR: Por nada.
MORITZ: De todas formas debí haberlo sabido. “Multum ille”. Solo que no pude dormir en toda la noche. De
hecho, yo sufrí la visita del más horrible y oscuro fantasma.
MELCHIOR: ¿Un sueño?
MORITZ: Una pesadilla, mas bien. Piernas femeninas envueltas en encaje del color del cielo, que trepaban
sobre el podio del profesor.
MELCHIOR: Ah, ese tipo de sueños.
MORITZ: ¿Alguna vez sufriste estas visiones mortificantes, Melchior?
[Fecha]
MELCHIOR: Si. Por supuesto, Moritz. Aquí todos las hemos tenido. Otto soñó con su madre.
MORITZ: ¿Realmente?
MELCHIOR: ¿Georg Zirschnitz? Soñó que lo seducía Fraulein Grossebustenhalter.
MORITZ: ¡¿Su profesora de piano?!
HERR SONNENSTICH (Agarra de la oreja a Moritz): Moritz Stiefel. No necesito recordarle que de todos
los alumnos, usted es el menos indicado para tomarse libertades. Considere esta su última advertencia.
(Moritz queda petrificado del susto. Cuando empieza la canción Herr Sonnenstich queda congelado.)
MORITZ:
Dios, ¿Adonde está ese ángel,
Que me puede ayudar?
Mientras sufro en esta clase.
Esta vida no da más.
Atrapado entre mis sueños,

Sin saber donde escapar.
Su visita me despierta,
Se que me va a rescatar.
Dice:
“Dame tu mano,
Yo te vengo a acompañar,
La tristeza de tu cuerpo aprenderás a manejar.
Usaremos el instinto,
Y la magia explotará.
Te dirán que eso es pecado,
Yo te juro no es verdad.”
MORITZ Y CHICOS:
Esta puta vida.
OTTO:
Vivir es sufrir.
CHICOS:
Tus manos nada más.
OTTO:
Es sufrir, si.
CHICOS:
Esta puta vida.
Que no te aguantas más.
GEORG:
Por las noches no descanso,
Dando vueltas sin dormir.
Mi maestra frente al piano,
Y sus tetas frente a mí.
Que se mezclan con las notas,
Que no puedo ni tocar.
Esas tetas ¡Ay por dios, yo las quiero tocar!
[Fecha]
CHICOS:
Esta puta vida.
Todo sigue igual.
Esta puta vida.
Pienso ¿Qué hice mal?
No es lo que queremos.
¡No por Dios!
ERNST:
En las duchas del colegio…
HANSCHEN:
Bobby Maler el mejor.
Me calienta solo verlo…
ERNST:
Siempre es una tentación…
OTTO:
Quizás Marianna Wheelan,
Me de bola alguna vez.
HANSCHEN:
Quedas muy bien con todos.
Y los cagás después.
MELCHIOR: CHICOS:
Esta puta vida.
Esta puta vida.
Vivir bajo mi piel. En
mi piel.
Esta puta vida.
Es sufrir.
Sentir que no se va.
CHICOS:
MELCHIOR:
Esta puta vida.
Mírame yo busco.
Tratando de avanzar. Se escucha
mi grito.
Esta puta vida.
MORITZ
Que te quierés despertar.
CHICOS:
MELCHIOR:
Esta puta vida.
Ya no hay más.
Vivo, vivo,
Ya no hay más.
Sufriendo esta verdad.
Esta puta vida.
[Fecha]
MELCHIOR:
Sabiendo que no hay más.
CHICOS:
¡Dios! Ya no hay más.
No es verdad.
¡Mierda nada más!
HERR SONNENSTICH: Caballeros, entreguen sus versos, tomen sus efectos personales y los veré mañana
aquí a las siete en punto.
(Herr Sonnenstich sale. Los Chicos juntan sus libros)
OTTO (Yéndose): Muchachos, yo me voy.

ERNST: Yo también.
HANSCHEN: Te acompaño Ernst.
ERNST: ¿De verdad?
HANSCHEN: Si. Nos sumergiremos en Homero. Tal vez en Aquiles y porque no un poco de Patroclus…
(Hanschen y Ernst se marchan)
GEORG (Despidiéndose): Melchior, Moritz.

MELCHIOR (Bromeando): ¿A practicar Bach?...
GEORG: A la profesora de piano no se la hace esperar.
MORITZ: ¡Ay Melchior! 80 líneas de Homero, infinitas ecuaciones cuadráticas… estaré despierto toda la
noche nuevamente perseguido… por otro de esos sueños. Y aun así no voy a terminar.
MELCHIOR: Ah, si. Tu sueñito.
MORITZ (Horrorizado): Melchior, ¿Por qué?... ¿Por qué soy perseguido por piernas de mujer? ¿Y por qué
tengo esta creciente convicción: que una parte oscura de mi destino yace entre ellas?
MELCHIOR: ¿Aun no lo sabes? Moritz, te lo contaré todo. Escucha, yo lo saqué de libros y de observaciones
directas de la naturaleza. Te asombrarás, pero eso hizo de mí un ateo.
(Golpe.)
Entonces…
MORITZ: No, no, ¡Aquí no! no puedo es una señorita…
MELCHIOR: Eso eres.
MORITZ: Hazme un favor: escríbelo. Todo. Escóndelo en mi bolso luego de la clase de gimnasia mañana.
(Golpe.)
Si quieres puedes agregar ilustraciones al margen…
(Golpe.)
MELCHIOR: ¿De principio a fin?

MORITZ: Todo.
(El director Knochenbruch y su asociada, Fraulein Knuppeldick, aparecen)
HERR KNOCHENBRUCH: Incomprensible, Fraulein Knuppeldick.

FRAULEIN KNUPPELDICK: ¿Herr Knochenbruch…?
HERR KNOCHENBRUCH: Solamente mírelo. Melchior Gabor, un joven de una capacidad intelectual
distinguida.
[Fecha]
FRAULEIN KNUPPELDICK: Completamente distinguida.
HERR KNOCHENBRUCH: Un joven que podría ser nuestro mejor alumno.
FRAULEIN KNUPPELDICK: El mejor, Herr Knochenbruch.
HERR KNOCHENBRUCH: Y ahí está. Contaminándose, brincando siempre por ahí con ese… con ese…
FRAULEIN KNUPPELDICK: Imbécil neurasténico de Moritz Stiefel.
HERR KNOCHENBRUCH: Gracias al cielo que el próximo año el curso solo puede tomar sesenta alumnos.
(Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick se retiran)
ESCENA 3
Es la tarde. Wendla, Martha, Thea y Anna, caminan hacia sus casas charlando divertidamente.
THEA: Chicas, ¿Saben que me voy a poner para la boda de Greta? Un corset de encaje con un lazo de satén…
ANNA: Wendla, ¿Qué vas a usar en la boda de Greta Brandenburg?
WENDLA: Mi madre dijo que no podremos ir.
THEA: ¡¿A la boda de Greta?!
MARTHA: ¿Porque se casa con el guardaparques?
WENDLA: A mi madre le pareció algo inapropiado.
ANNA: ¡Pero ya están decorando la parroquia con orquídeas y crisantemos!...
WENDLA: Mamá dijo no.
(Anna y Thea intercambian una mirada)
ANNA: Yo solo espero que tu madre apruebe al hombre que se case conmigo.
THEA: ¡Y al que se case conmigo!
WENDLA (Bromeando): ¡Ya todas sabemos con quiere casarse Thea!
MARTHA: Con Moritz.
THEA: ¡No!
MARTHA (Pidiendo perdón): Melchior Gabor.
THEA: Si… ¿Quién no? es bastante buen mozo…
WENDLA: y es tan maravilloso.
MARTHA (Revelando su secreto): Pero no tan maravilloso como el sensible y haragán, Moritz Stiefel.
ANNA Y THEA: ¿Moritz Stiefel?
THEA: Martha, ¿Cómo puedes compararlos siquiera? Melchi Gabor es tan… tan extremista. Saben lo que se
comenta, ¿No?
(Todas se acercan a Thea para escuchar)
Que no cree en nada. No cree en Dios.
(Las Chicas comienzan a asombrarse)
No cree en el Cielo.
(Las Chicas se asombran aun más.)
No cree en una sola cosa en este mundo.
(Todas suspiran al unísono y se sientan.)
ANNA: Dicen que es el mejor en todo. En Latín, en Griego, en Trigonometría…

THEA: La mejor parte es que lo sabe y aun así no le importa.
[Fecha]
WENDLA:
En el medio de nada,
El vacío total.
Lo que mas quiero es verte pasar.
MARTHA:
Es como amarte,
Triste y real.
THEA:
No es lo mejor.
Pero es lo que hay.
ANNA:
Soy como tu amante,
O tú sombra quizás.
Voy siempre pensando:
Donde estás, donde irás.
THEA:
Yo quiero dejarlo,
Pero pierdo el control.
Eres como una droga.
Eres mi adicción.
CHICAS:
Cuando la tormenta ya pasó.
El viento te hiela, y todo se enfrió.
Pero en sus brazos siento calor
Eres mi adicción: mi droga eres tú.
(Aparece Georg en el piano, Fraulein Grossebustenhalter, a su lado)
FRAULEIN GROSSEBUSTENHALTER: Muy bien, Georg. Y ahora, el Preludio en Do Menor…
(Georg comienza a tocar el Preludio de Bach. Fraulein Grossebustenhalter toca su mano. Georg
comienza a excitarse. En otro extremo del escenario, aparece Hanschen, sentado en su baño. Viste un
camisón de dormir. Saca de su bolsillo una reproducción de Io, de Correggio. Su mano libre se desliza
por debajo de su camisón)
HANSCHEN (A Io/Desdémona): ¿Has rezado ya Desdémona? No pareces estar rezando. Tu, hermosa, que
sumida en contemplaciones esperas…
(Un golpe en la puerta. Hanschen se paraliza)
HERR RILOW: Hanschen, ¿Estás bien?

HANSCHEN: Es mi estómago otra vez, Padre. Pero estaré bien.
HER RILOW: ¿Estás seguro?
HANSCHEN: Si estoy seguro.
HER RILOW: Está bien.
(Herr Rilow se va. Lenta y suavemente Hanschen empieza a masturbarse)
[Fecha]
HANSCHEN (a Io/Desdémona): Oh hermosa, no creas que tomo tu muerte a la ligera. La verdad es que
apenas puedo pensar en las largas noches que me esperan… y me carcome hasta los huesos el verte yacer.
Inmóvil. Mirándome, tan inocente. Uno de los dos debe partir. Serás tú o seré yo.
(Fraulein Grossenbustenhalter interrumpe a Georg.)
FRAULEIN GROSSEBUSTENHALTER: ¡No, no, no! Georg. Una vez más, y esta vez con la mano
izquierda.
(Fraulein Grossebustenhalter toca nuevamente la mano de Georg, aumentando su excitación. Hanschen

cambia la mano debajo de su camisón, usando ahora la izquierda.)
HANSCHEN: Ay, muchacha, ¿Por qué? ¿Por qué juntas tan fuerte tus rodillas? ¿Por qué aun ante la
inescrutable eternidad? ¿No ves que tu terrible castidad es la que lleva a llegar…
(Un golpe en la puerta del baño. Hanschen se paraliza)
HERR RILOW: Hanschen, ya es suficiente.

HANSCHEN: Si, señor.
HERR RILOW: Vete a la cama.
(Hanschen no se mueve.)
¿Hijo?
HANNSCHEN: Un minuto mas.
(Hanschen espera. Escucha que Herr Rilow se va. Redobla su esfuerzo.)
Un último beso sobre tus muslos suaves y pálidos… y tu cuerpo floreciente… sobre tus pechos
infantiles… un beso en tus crueles rodillas…
(Fraulein Grossebustenhalter aplaude interrumpiendo a Georg nuevamente.)
FRAULEIN GROSSEBUSTENHALTER: Répêtez, s’il vous plaît.
GEORG:
Perdón si no tiene nada que ver.
A mi me calienta si me haces doler.
(Fraulein Grossebustenhalter se abre la camisa, dejando ver sus pechos. Georg la agarra de las solapas
de su camisa y la sienta en sus piernas.)
HANSCHEN:
Si subo la música en mi habitación.
Me inyecto de ti.
Y tú eres mi canción.
(Las Chicas bailan alrededor de Hanschen. Él solo tiene ojos para su Io. Los Chicos se unen al coro de la
canción.)
THEA, MORITZ, GEORG Y OTTO:

En mil fantasías yo me sumergí.
Las vivo, las pienso.
Te quiero a ti.
[Fecha]
ANNA, MORITZ, GEORG Y OTTO
Estoy descuidando toda obligación
Eres como una droga.
Eres mi adicción.
CHICAS Y CHICOS:
Si te sigo hablando aunque no estás,
Me pierdo en tus brazos.
Me dejo llevar.
Mi cuerpo llama.
Quiero probar.
(Hanschen llega al clímax)
Siento que el tiempo para.

¿Qué puedo hacer?
Mi droga eres tú.
Tú, tú, tú.
ESCENA 4
(Es la tarde. Melchior está estudiando. Una lámpara esta encendida en su mesa. Melchior está solo,
escribiendo en su diario.)
MELCHIOR: 16 de Octubre. La pregunta es: La vergüenza. ¿Cuál es su origen? ¿Y por qué somos
perseguidos por su miserable sombra?
¿Siente la yegua vergüenza cuando se aparea con el padrillo? ¿O acaso ignora todo lo que su instinto le
provoca hasta que le otorgamos un certificado de matrimonio? No lo creo.
Yo pienso, que la vergüenza es solo un producto de la Educación. Y mientras tanto, el viejo Padre
Kaulbach, insiste neciamente en cada uno de sus sermones con que la vergüenza está profundamente
enraizada en nuestra pecadora Naturaleza Humana. Es la razón por la que ahora me rehúso ir a la Iglesia…
FRAU GABOR (en off): ¿Melchior?
MELCHIOR: ¿Si, Madre?
FRAU GABOR (en off): Está Moritz Stiefel para verte.
(Melchior se para. Entra Moritz, luce pálido y agitado.)
MELCHIOR: Bien… Al fin. ¿Moritz?

MORITZ: Perdón por la hora, arranque un saco del perchero y corrí como un fantasma para llegar aquí.
MELCHIOR: ¿Dormiste durante todo el día?
MORITZ: Estoy exhausto Melchior. Estuve despierto hasta las tres de la madrugada leyendo el ensayo que
me diste, hasta que ya no lo podía ver más.
MELCHIOR: Siéntate Moritz. Ten, fuma un cigarro.
(Melchior enciende un cigarro a Moritz.)
MORITZ: Mirame, estoy temblando. Anoche rece, como Cristo en Gethsemani: “Dios, dame tuberculosis
pero mantén estos sueños pegajosos lejos de mi”.
MELCHIOR: Si tienes suerte ignorará esa plegaria.
MORITZ: Melchior no puedo concentrarme en nada. Incluso ahora siento como si… bueno, puedo ver y oír
claramente. Sin embargo, es todo tan extraño…
MELCHIOR: Pero las ilustraciones que te di ¿No ayudaron a iluminar esos sueños?
[Fecha]
MORITZ: ¡Solo multiplicaron todo diez veces! Ahora no solo veo piernas y encaje, no. Ahora soy perseguido
por una gran vagina…
MELCHIOR: ¡Moritz!
MORITZ: Es cierto…
(Frau Gabor entra con Te)
FRAU GABOR: Bueno jovencitos aquí está el te. ¿Cómo esta usted Herr Stiefel?
MORITZ: Muy bien, gracias, Frau Gabor.
FRAU GABOR: ¿Seguro?
MELCHIOR (Burlándose): Si solo míralo, Madre. Mi buen amigo Moritz estuvo toda la noche despierto.
Leyendo como un condenado.
MORITZ: Eh, conjugando Griego.
FRAU GABOR: Debe cuidarse Moritz. Seguramente su salud es más importante que el Griego Antiguo. ¿Qué
has estado leyendo Melchior?
(Frau Gabor toma el libro. Moritz se queda observando el trasero de Frau Gabor, de manera
hipnotizante.)
MELCHIOR: El Fausto de Goethe.

FRAU GABOR: ¿El Fausto, a tu edad?
MELCHIOR: Soy consiente que aun no puedo apreciar la totalidad de su hermosura, pero es sumamente
interesante, Madre.
MORITZ: Atrapante… (Frau Gabor gira para ver a Moritz que se sorprende)
(Nervioso)…Fausto.
FRAU GABOR: Aun así, yo diría que… Supongo que ustedes tienen edad suficiente para saber que es lo
bueno para ustedes y que no. Estaré allí por si me necesitan.
(Frau Gabor se retira.)
MORITZ: Tu madre es realmente extraordinaria.

MELCHIOR: Hasta que encuentra a su hijo leyendo a Goethe.
MORITZ: Bueno, creo que se refería a la historia de Gretchen y su hijo ilegítimo.
MELCHIOR: Exacto. Ves como todos están fijados obsesivamente a esa historia, Moritz. Realmente es como
si el mundo estuviese poseído por penes y vaginas.
MORITZ: Bueno, yo lo estoy. Y más aun desde que leí tu ensayo. Esto que escribiste sobre la… mujer. No
puedo dejar de pensar en ello. Esto de aquí ¿Es cierto?
MELCHIOR: Absolutamente.
MORITZ: ¿Pero cómo puedes comprender esto, Melchior? Lo que la mujer debe sentir.
MELCHIOR: ¿Entregarte a otra persona?... ¿Defenderte hasta que finalmente te rindes y sientes al Cielo
explotando adentro tuyo?...
(Moritz asiente.)
Yo simplemente me pongo en su lugar, Moritz. Me imagino…

MORITZ: ¿Realmente? ¿Imaginar lo que siente una…mujer?
(Los Chicos y las Chicas cantan el coro y se mueven alrededor de Melchior y Moritz.)
MELCHIOR:
¿Dónde voy cuando sueño?
Sin recuerdos navegar.
Solo me dejo llevar.
El viento guía en su camino al mar.
MORITZ:
[Fecha]
Solo puedo escuchar,
Melodías en tu voz.
Me van llevando donde quiero llegar.
ERNST:
Tócame, sin pensar.
Así sigue hacia abajo.
No dudes, no.
No puedo más.
Hasta llegar a mí centro.
(Melchior vuelve hacia Moritz, mientras los Chicos y las Chicas, cantan suavemente, recorriendo todo el
escenario.)
MORITZ (Aun observando los dibujos): De verdad tienes que admitir que hombres y mujeres con sus…
(Pronuncia la “g” como “Sh”.) geni… geni…
MELCHIOR (Corrigiendo la pronunciación): ¿Genitales?
MORITZ: Si. Es realmente intimidante. Digo, como saber si todo, mide…
MELCHIOR: ¿Lo suficiente?
(Moritz mira sorprendido.)
No en serio, ¿Si todo encaja?
(Moritz se sorprende más aun.)
No, no es que yo haya…

MORITZ (Nervioso): No estoy diciendo que yo no querría… que querría que no… que nunca querría…
MELCHIOR: ¿Nunca querrías?
MORITZ (Más nervioso): ¡Tengo que irme!
(Moritz sale corriendo abruptamente.)
MELCHIOR: Moritz, espera…
(Entra Frau Gabor, y recoge el te.)
FRAU GABOR: Melchior, ¿Qué ocurre?

MELCHIOR: Nada, Madre.
FRAU GABOR: ¿Pero Moritz se ha ido?
MELCHIOR: Si.
FRAU GABOR: Se lo ve realmente muy pálido, ¿No crees? ¿Me pregunto si en verdad El Fausto es lo mejor
para él?
(Frau Gabor se retira. Melchior sacude su cabeza, incrédulo.)
OTTO:
No más sombras que ahuyentar.
Con tu beso y nada más.
No falta nada si ya estás por llegar.
GEORG
[Fecha]
No mas llanto, nunca más.
En tus labios veo nadar,
Deseos rotos que se arrastran al mar.
MELCHIOR Y MORITZ: CHICAS Y CHICOS:

Tócame.
No hables.
Sin hablar.
Quiero sentir.
Y sentir,
Que me perdonas. Que me
perdonaras.
Toma mi amor.
Y mi calor.
Podrás volar.
Con el viento.
Vuelo en el viento.
CHICOS Y CHICAS: GEORG:

Tócame.
Ámame.
No ames.
No pares.
No pares, no pares.
Así.
Y sentir que ya llegar. Quiero, quiero
sentirte.
A lo prohibido. Así llévame
hasta llegar a lo prohibido.
Tócame sin pensar.
Hasta llegar a mí centro.
Ámame solo por hoy. Ámame así.
Y así volar con el viento.
Con el viento.
Con el viento.
ESCENA 5
Es la tarde. Melchior y Wendla se encuentran en el bosque.
WENDLA: ¿Melchior Gabor?

MELCHIOR (Sorprendido): ¿Wendla Bergman? Mírate, como una ninfa caída de la rama de los árboles.
¿Qué haces aquí sola?
WENDLA: Mi Madre esta preparando licor de Aniz. Pensé que la sorprendería con unas hojas de aniz fresco,
¿y tú?
MELCHIOR: Este es mi lugar favorito. Es mi lugar privado donde me dejo llevar por mis pensamientos.
WENDLA (Comienza a irse): Ah, disculpa. Lo siento mucho.
MELCHIOR: No, no. por favor.
(Ella se detiene.)
¿Cuéntame como has estado?

WENDLA: Bien, ha sido una mañana maravillosa. Con los miembros de la parroquia les llevamos canastos
con ropa y con comida a los niños de los jornaleros.
[Fecha]
MELCHIOR: Aun recuerdo cuando solíamos hacer eso juntos.
WENDLA: Tendrías que ver como se iluminaron sus caras. Como les alegramos el día.
MELCHIOR: De hecho, he estado pensando mucho en ese tema.
WENDLA: ¿Los jornaleros?
MELCHIOR: No. En nuestros pequeños actos de caridad. ¿Qué piensas, Wendla, crees que nuestras pequeñas
acciones de beneficencia, realmente pueden hacer una diferencia?
WENDLA: Por supuesto. Tienen que hacerla, sino ¿Qué esperanza les queda a esas personas?
MELCHIOR: No lo se exactamente. Pero me temo que la industrialización se está imponiendo rápidamente
contra ellos.
WENDLA: Contra todos nosotros entonces.
MELCHIOR: Exacto. Gracias.
WENDLA: Yo creo que lo mejor para cada uno de nosotros es lo mejor para todos nosotros.
MELCHIOR: Así es.
(Cambio en la actitud de Melchior: Reflexivo)
Wendla Bergman, te he conocido durante tantos años y nunca hemos tenido una verdadera conversación.
WENDLA: No tenemos oportunidad, bueno… ahora que hemos crecido.
MELCHIOR: Es cierto. En un mundo progresista, hombres y mujeres, todos podríamos asistir juntos al
mismo colegio. ¿No sería eso sorprendente?
(En el momento de la conexión intelectual entre ambos, Melchior se acerca demasiado a Wendla, que se
da cuenta de la situación y lo aparta.)
WENDLA: ¿Qué hora es?

MELCHIOR: Deben ser casi las cuatro.
WENDLA: Ah, pensé que sería mas tarde. Me detuve un momento y me recosté junto al arroyo y
simplemente me deje llevar por mi sueño. Pensé que podría ser mas tarde.
MELCHIOR: Entonces, ¿Puedes quedarte un momento más? Si te recuestas bajo esta sombra y miras el cielo,
tus pensamientos se vuelven hipnóticos…
WENDLA: Debo regresar antes que las cinco.
MELCHIOR: Pero cuando estás aquí, una paz tan extraña, tan maravillosa se apodera de ti.
WENDLA: Creo que puedo quedarme un momento.
(Wendla y Melchior se sientan debajo de un roble.)
Todo es tan irreal.

Busco palabras sin pensar.
MELCHIOR:
Busco teorías para llegar.
WENDLA Y MELCHIOR:
¿Puedes oír la voz de tu cuerpo?
MELCHIOR:
No quiero mas sentir.
WENDLA:
Rozo su piel casi sin querer.
MELCHIOR:
Busco su mano en el juego cruel.
WENDLA Y MELCHIOR:
¿Puedes oír la voz del deseo?
[Fecha]
Si vas a lastimarme.
Yo te voy a lastimar.
Si, yo voy a herirte.
Si, mi herida serás.
Todo es tan irreal.
WENDLA:
Veo su mundo en mi piel.
MELCHIOR:
Verla en mis sueños y fantasear.
WENDLA Y MELCHIOR:
¿Puedes escuchar mi deseo?
WENDLA: Ya se esta poniendo el sol. Debo regresar.

MELCHOR: Iremos juntos. Te llevaré al puente en menos de diez minutos.
(Ella se pone contenta. El la invita a darse las manos y salen juntos.)
ESCENA 6
Patio del colegio. Georg, Hanschen, Ernst y Otto esperan expectantes.
ERNST: Encontré a Moritz.

HANSCHEN: ¿Dónde?
ERNST: En la oficina del director.
OTTO: ¿Pero cómo logró entrar?
GEORG: ¿Alguien lo vio?
ERNST: No lo se.
(Entra Moritz, sobresaltado.)
OTTO: ¡Moritz! ¿Estás bien?

HANSCHEN: Pero no entiendo, ¿Entonces te descubrieron?
MORITZ: ¡No! No, gracias a Dios.
ERNST: Pero, mírate, estás temblando…
MORITZ: De alegría… de real y pura alegría.
GEORG: ¿Lo juras?
MORITZ: Sino que me parta un rayo.
(Todos festejan. Entra Melchior.)
MELCHIOR: ¡Moritz!
GEORG: Melchior, acá esta.
ERNST (Delatando a Moritz): Se escabulló dentro de la oficina del director Knochenbruch.
MELCHIOR: ¿Qué estabas pensando?
MORITZ: Tuve que hacerlo, Melchior.
[Fecha]
MELCHIOR: ¡Moritz!
MORITZ: Simplemente tuve que hacerlo. Pero tengo una buena noticia: ¡Pasé!
HANSCHEN: Si, los exámenes de mitad de año, Moritz. Solo eso.
MORITZ: Bueno si, ahora todo se definirá con los exámenes finales. Aun así, se que pasé. Es así como debe
sentirse el Cielo, Melchior.
(Melchior abraza a Moritz. Quedan congelados. Aparece el Director Knochenbruch, como si estuviera en
su oficina, junto a Fraulein Knuppeldick.)
HERR KNOCHENBRUCH: Bueno, bueno, Fraulein Knuppeldick.

FRAULEIN KNUPPELDICK: ¿Herr Knochenbruch?
HERR KNOCHENBRUCH: Ahora que el imbécil, irritante y casi retardado…
FRAULEIN KNUPPELDICK: Moritz Stiefel.
HERR KNOCHENBRUCH: De alguna manera ha logrado pasar los exámenes de mitad de año. Parecería ser
que nos encontramos en frente de un verdadero dilema.
FRAULEIN KNUPPELDICK: Ajam.
HERR KNOCHENBRUCH: Como sabemos, el próximo el curso solo puede albergar sesenta alumnos. No
creo posible que podamos promocionar sesenta y uno.
FRAULEIN KNUPPELDICK: Difícilmente Herr Knochenbruch. Pero aguardemos los resultados de los
exámenes finales que se acercan.
HERR KNOCHENBRUCH: ¿Si?...
FRAULEIN KNUPPELDICK: Recuerde, seré yo quien los corrija.
HERR KNOCHENBRUCH: Entonces, estoy seguro que el buen nombre de esta escuela estará a salvo.
(Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick intercambian una mirada y se retiran.)
ESCENA 7
De tarde. Un día ventoso. Wendla, Martha, Thea y Anna caminan agarradas de sus brazos, riéndose.
ANNA: Tomemos el atajo.

THEA: No, por el puente.
WENDLA: Hace dos horas que no paramos de caminar.
THEA: ¡Ay, por favor!
ANNA (Bromeando): Ay, me parece que alguien quiere ver si Melchior Gabor salió a pasear en su bote…
THEA: Bueno, ¡La ultima en llegar debe tomarse de la mano con Hanschen!
(Las Chicas comienzan a retirarse.)
ANNA: Cuidado Martha, se esta desatando tu trenza.

MARTHA (Consternada): No.
THEA: Ay déjala. ¿No es molesto día y noche? No puedes cortártelo, no puedes soltártelo…
WENDLA: Mañana voy a traer unas tijeras.
MARTHA: No, Wendla. Mi padre ya me pega lo suficiente.
WENDLA: ¿En serio?
MARTHA: No. No es nada.
THEA: ¿Martha…?
ANNA: Martha, somos tus amigas.
(Golpe.)
MARTHA: Bueno, cuando yo no hago lo que él quiere…

ANNA: ¿Qué?
MARTHA: Algunas noches, mi Padre se saca furioso el cinturón.
THEA: Y pero, ¿Dónde está tu madre?
[Fecha]
MARTHA: “Tenemos reglas en esta casa. Y tu Padre no será desobedecido.”
(Golpe.)
La otra noche, corrí hacia la puerta. “¿Quieres salir? Me parece bien. Allí es donde vas a pasar la noche.
En la calle”.
THEA: ¡No!
MARTHA: Hacía demasiado frío.
ANNA: Dios mío.
(Golpe.)
WENDLA: ¿Te pega con un cinturón?

MARTHA: Con cualquier cosa.
WENDLA: ¿Con la hebilla?
MARTHA (Enrolla su manga): Justo ahí…
ANNA: ¡Ay Dios mío!
WENDLA: Martha, esas marcas son terribles.
ANNA: Tenemos que contárselo a alguien.
MARTHA: Anna, no…
ANNA: Debemos hacerlo.
MARTHA: Pero, por favor. Me echarían para siempre.
THEA: Como lo que le sucedió a Ilse.
WENDLA: ¿Recuerdan?
ANNA: Aun así…
MARTHA: Anna, no. (Con temor) Solo piensen lo que ha sucedido con Ilse. Viviendo quien sabe donde.
Quien sabe con quien.
WENDLA: Desearía poder, de alguna forma, ocupar tu lugar…
(Golpe.)
THEA: Mi Tío Klaus dice que, “Si uno no disciplina a un niño, es porque no lo ama.”
MARTHA: Así debe ser.
(Golpe.)
ANNA: Cuando yo tenga hijos, los dejaré ser libres. Y ellos solos crecerán fuertes y sanos.
THEA: ¿Libres? ¿Y pero cómo sabremos que hacer si nuestros padres no nos dicen?
(Cuando comienza la melodía, Herr Bessell, aparece como usa sombra. Sobre el curso de los primeros
versos, Wendla, Anna y Thea salen, una después de la otra.)
HERR BESSELL: Martha, es hora de ir a la cama.
MARTHA:
Hay una oscura verdad,
Que ya no puedo ocular…
HERR BESSELL: Martha, querida… ponte el camisón lindo, el de botones azules que te regale.
MARTHA:
Dices: “Hora de dormir.”
Y mamá está ahí,
Como si no me viera.
Como si no supiera.
[Fecha]
Quiero huir, me quiero esconder.
Pero se muy bien,
Vienes a buscarme.
Vienes a buscarme…
Dices: “Con un beso todo va a pasar.”

Y me abrazas susurrando: “Dios no va a escuchar.
Solo tú y yo.
Y tu dulce cuerpo.”
“Es tan bueno amarte y sentir tu piel.

No viste nada aun, voy a tratarte bien.
Solo tú y yo.
Y tu dulce cuerpo.”
(Aparece Ilse. Su madre, Frau Neumann, aparece de la oscuridad.)
FRAU NEUMANN: ¡Ilse, tu Padre te espera!
ILSE:
Sin gritar
Ya sé que está mal.
Solo hay que jugar.
Sin respirar.
Sin respirar.
No aguanto más.
Quiero gritar la verdad:
Que sueñas conmigo,
Y mi dulce cuerpo.
ILSE Y MARTHA:
Mi dulce cuerpo.
ILSE, MARTHA Y CHICOS:

Dices: “Con un beso todo va a pasar.”
Y me abrazas susurrando: “Dios no va a escuchar.
Solo tú y yo.
Nuestro secreto.”
“Es tan bueno amarte y sentir tu piel.

No viste nada aun, voy a tratarte bien.
Solo tú y yo.
Nuestro secreto.”
Hay una oscura verdad,

Que ya no quiero ocultar.
Hay una oscura verdad.

No lo puedo soportar.

No me deja respirar.

Que ya no puedo ocultar…
[Fecha]
(Apagón.)
ESCENA 8
El bosque. Melchior está sentado escribiendo en su diario.
MELCHIOR (Lee mientras escribe): 27 de Noviembre. El problema es: el terrible privilegio de la

Parentocracia en la Educación Secundaria…
(Al fondo aparece Moritz en el patio del colegio. Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick lo
convocan.)
FRAULEIN KNUPPELDICK: Herr Stiefel, ¿Podríamos hablar un momento con usted, por favor?
(Moritz se pone tenso. Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick mantienen una conversación privada
con él.)
MELCHIOR (Continúa en su diario): Un mundo, donde los maestros, como los padres, nos ven solamente
como materia prima para una sociedad obediente y productiva…
(Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick se retiran. Moritz queda mortificado y se aleja

perdido.)
… un cuerpo unificado, casi militar, donde todo aquello que es débil debe ser destruido. Donde el
progreso de los estudiantes se ve reflejado, únicamente, en el ranking que ocupan dentro de la institución.
Y es así como una única mala nota puede llegar a ser vista como…
(Wendla se acerca a Melchior.)
WENDLA: Melchior.
MELCHIOR: Wendla.
WENDLA: Estaba recostada junto al arroyo, pero te vi aquí…
MELCHIOR: Si.
(Pausa incomoda.)
WENDLA: Entonces…
MELCHIOR: Entonces el arroyo. ¿Soñando nuevamente?
WENDLA: Supongo que si.
MELCHIOR. ¿Qué soñabas?
WENDLA: Es tonto.
MELCHIOR: Por favor, dime.
WENDLA: Soñaba que era una niñita torpe, y derramaba el café de mi Padre. Y cuando él vio lo que había
hecho, se quitaba furioso el cinturón y me azotaba.
MELCHIOR: Wendla, esas cosas ya no ocurren. Solo sucede en los cuentos de niños…
WENDLA: Martha es golpeada casi todas las noches. Al día siguiente puedes verle las marcas de los golpes.
Es terrible. Realmente te genera odio solamente oírlo.
MELCHIOR: Alguien debería denunciarlo.
WENDLA: Últimamente no puedo pensar en otra cosa que no sea eso. Sabes, nunca me han golpeado. Ni una
sola vez. Ni siquiera puedo imaginarlo. Debe ser terrible.
MELCHIOR: No creo que nadie lo encuentre placentero.
WENDLA: He intentado golpearme a mi misma, para saber como se siente realmente por dentro.
(Wendla ve una vara en el suelo y la levanta.)
[Fecha]
Esta rama, por ejemplo. Es fina y dura.
(Ella le ofrece la vara a Melchior. Él la toma y la prueba en el aire.)
MELCHIOR: Te haría sangrar.

WENDLA: Quieres decir, ¿Si tu me azotaras con ella?
MELCHIOR: ¿Azotarte?
WENDLA: Si.
MELCHIOR: Wendla, ¿Qué estás pensando?
WENDLA (Empieza a retirarse avergonzada): Nada.
MELCHIOR: Es que yo nunca podría pegarte.
WENDLA: ¿Y si yo te lo permitiera?
MELCHIOR (Tira la vara): Jamás.
WENDLA: ¿Y si yo te lo pidiera?
MELCHIOR: ¿Has perdido la razón?
WENDLA: Martha Bessell, me dijo…
MELCHIOR: No puede envidiar a alguien por ser golpeada.
WENDLA: Pero es que nunca me han golpeado en toda mi vida. Nunca he sentido…
MELCHIOR: ¿Qué?
WENDLA: Nada.
(Él no responde.)
Por favor. Melchior…
(Melchior indignado agarra la vara del suelo y deja su diario. Wendla se pone de espaldas a él. Melchior
lo piensa, y luego la golpea despacio.)
No siento nada.
MELCHIOR: Quizá no lo sientes por el vestido.
(Wendla se sube el vestido, dejando descubiertas sus piernas.)
WENDLA: Prueba en mis piernas, entonces.

MELCHIOR: ¡Wendla!
WENDLA: Vamos, por favor.
MELCHIOR: No.
(Melchior lo piensa de nuevo y la golpea.)
WENDLA: Nada.
(La vuelve a golpear.)
Nada.
(La golpea una vez más.)
Por favor.
MELCHIOR: Yo te enseñaré a pedir: “Por favor”.
(Melchior alterado la toma con fuerza del brazo, y le pega más fuerte.)
WENDLA (Siente el dolor): Apenas me estás golpeando.
[Fecha]
MELCHIOR (Le pega con más fuerza): ¿Ahora?
WENDLA (Dolor): A Martha le pegan con un cinturón. La hacen sangrar Melchior.
MELCHIOR (La golpea): ¿Ahora?
WENDLA (Miente): Nada.
MELCHIOR (La golpea): ¿Y Ahora?
WENDLA (Miente llorando): Nada.
MELCHIOR (La golpea sin parar): ¿Sientes? ¿Sientes dolor?
WENDLA (Llora): No siento nada.
MELCHIOR: Maldita, te voy a moler a golpes.
WENDLA: No, por favor. ¡No!
(Melchior tira la vara y empuja al suelo a Wendla violentamente para pegarle. Ella empieza a sollozar.
De repente, él se da cuenta lo que hizo y se frena. Reflexiona y huye corriendo mortificado, olvidando su
diario. De los costados del escenario aparecen Otto y Georg y cantan. Wendla se levanta lentamente y se
arregla. Mientras se retira, encuentra el diario y se lo lleva.)
OTTO (Suavemente):
Si vas a lastimarme,
Yo te voy a lastimar…
OTTO Y GEORG:
Si, mi herida serás…
ESCENA 9
Sala de estar de la casa Stiefel. Moritz se acerca a su padre, Herr Stiefel, que esta leyendo el periódico.
MORITZ: ¿Padre…?
HERR STIEFEL: Moritz.
(Moritz permanece en silencio.)
¿Si…?
MORITZ (Nervioso con miedo): Bien, yo, eh, me preguntaba… hablando hipotéticamente, que sucedería si…
HERR STIEFEL (Haciendo énfasis): “¿Si…?”
MORITZ: Si algún día, yo, eh, reprobara. No, no es que haya…
HERR STIEFEL: ¿Acaso reprobaste?
MORITZ: ¡No, no! Solamente quería saber si…
HERR STIEFEL: Reprobaste, ¿No es así? Puedo verlo en tu cara.
(Herr Stiefel le pega una cachetada a Moritz.)
MORITZ: ¡Padre, no!
(Le vuelve a pegar.)
MORITZ: ¡Por favor!
(Le pega una vez más.)
HERR STIEFEL (Disgustado): Bien, finalmente has llegado a esto. No puedo decir que me sorprenda. Mi
hijo reprobado.
[Fecha]
(Golpe.)
Entonces, ¿Qué se supone que debemos hacer tu madre y yo, ahora?
(No responde.)
Dime, hijo. ¿Qué?
(No responde.)
¿Cómo podría aparece en la Asociación de Beneficencia?
(No responde.)
¿Qué diré en el banco?
(No responde.)
¿Con que cara iremos a la Iglesia?
(No responde.)
¿Qué diremos?
(No responde.)
Mi hijo. Reprobado.
(Golpe.)
Reprobado.
(Golpe.)
Gracias a Dios que mi padre no vivió para ver esto.
ESCENA 10
Dos espacios se muestran en escena. Al trascurrir la misma, las lucen van y vienen entre ellos.
En uno de ellos, Frau Gabor, se encuentra sentada en su estudio, escribiendo una carta.
En el otro espacio, Moritz esta de pie, leyendo esa carta.
FRAU GABOR: Estimado Herr Stiefel…

(Pensando de nuevo) Moritz, he pasado todo el día reflexionando sobre su carta. Me ha conmovido
realmente que me considere su amiga. Por supuesto, me entristeció saber que en los exámenes no le ha ido
tan bien como esperaba, y que por esa razón no promocionará este otoño. Sin embargo, debo decirle de
inmediato, que escapar a América no es una solución, y aun si lo fuera, yo no podría brindarle el dinero
que usted solicita.
MORITZ:
Aja, aja, aja… ya está.
Todo al culo al final.
Y todo mal, querías más.
Si nada va a cambiar, ya me pasó.
[Fecha]
FRAU GABOR: Espero no malinterprete esta carta como una falta de afecto, Herr Stiefel. De hecho, como
madre de Melchior, es mi deber detenerlo antes esta… pérdida momentánea.
MORITZ:
Y lo que a mi me jode más,
Dos lucas y zafé, ya está.
Y nada mas me van a dar.
No va a importar si ya me sé el sermón.
FRAU GABOR: Si usted quisiera, podría escribirle a sus padres. Para intentar convencerles ha trabajado duro
el pasado semestre. Y que un castigo muy severo antes esta adversidad, podría traer las consecuencias mas
graves.
MORITZ:
Quieres gritar y no das más.
Y nadie quiere contestar.
¿Y a quién le va a importar si explotas?
FRAU GABOR: Sin embargo, algo en su carta me perturbó. Y es, como llamarla, su amenaza encubierta, que
si no encontrara solución, acabaría con su vida.
MORITZ:
OK, juguemos el papel.
Y hagamos que está todo bien.
Llama a mis viejos, si quieres.
Ya no hay solución.
FRAU GABOR: Mi querido Moritz, el mundo está lleno de hombres intelectuales, científicos, hombres de
negocio que no han tenido éxito en la escuela y sin embargo, han tenido carreras brillantes.
MORITZ:
Se enojarán.
Está todo mal.
Usted dirá: “Ya pasará.”
¿Realmente todo esto acabará?
Si mi refugio ya no son.
Jamás lo fueron, menos hoy.
Si quiero escapar ya me da igual.
Ya me da igual.
FRAU GABOR: De todas formas, quiero asegurarle que su actual circunstancia no tendrá efecto alguno en mi
estima hacia usted, o en su relación con Melchior.
MORITZ Y HANSCHEN:
Aja, aja, aja… ya está.
Todo al culo al final.
Y todo mal, querías más.
HANSCHEN:
Si nada va a cambia.
MORITZ:
Ya me pasó.
MORITZ Y OTTO:
[Fecha]
Quieres gritar y no das más.
Y nadie quiere contestar.
OTTO:
¿Y a quién le va a importar?
MORITZ:
Si explotas.
MORITZ Y ERNST
Quieres gritar, reír, llorar.
Y no hay lugar donde escapar.
GEORG:
Y solo quedarás con tu dolor.
FRAU GABOR: Entonces, ¡Frente en alto Herr Stiefel! Deseando recibir pronto noticias suyas, se despide
afectuosamente. Su constante y maternal amiga, Fanny Gabor.
MORITZ:
Vete a cagar.
Ya fue, ya está.
Quieres seguir y no aguantas.
Un día de mierda, uno más.
Ya no hay nada más.
MORITZ Y OTTO:
Ya no hay nada más…
MORITZ, OTTO Y GEORG:

Ya no hay nadie más…
MORITZ Y CHICOS:
Ya no hay nadie más…
(Apagón.)
ESCENA 11
Aparecen los Chicos parados en los vértices de un cuadrado, estando Melchior en el centro. Melchior esta
consternado. Aun esta shockeado por lo que le hizo a Wendla.
CHICOS:
Enciendo la luz y nada esta mal.
No mirar, no pensar, no sufrir, no tocar.
El ángel que estaba en la oscuridad,
Se perdió en el azul de la noche invernal.
MELCHIOR:
No hay donde escapar de este cuerpo sin paz.
Rotos en mi alma hombre y niño estarán.
No encuentro a mi sombra y en soledad,
Yo busco la llave de mi alma y no está.
CHICOS:
Los destellos del miedo que corren en mí,
[Fecha]
Por fin se terminan si enciendo la luz.
Y así en un instante, no hay más que pensar.
Tu miedo se pierde y lo malo se va.
MELCHIOR:
Del fantasma en mi mente no puedo escapar.
Y roto por dentro hombre y niño estarán.
No hay nadie que sepa como curar,
A mi alma que llora en la oscuridad.
(Entra Wendla con el diario de Melchior en las manos. Melchior está en el granero.)
WENDLA: Con que aquí estabas.

MELCHIOR: Déjame solo. Por favor.
WENDLA: Se acerca una gran tormenta, sabes. No deberías quedarte vagando entre el heno…
MELCHIOR: Fuera.
WENDLA: Todos se encuentran en la Parroquia repasando el coral de San Miguel. Yo me escapé.
(Golpe.)
MELCHIOR: Si. Bien.

WENDLA: Y tu amigo Moritz Stiefel está ausente. Alguien dijo que ha estado desaparecido todo el día.
MELCHIOR: Seguramente ya tuvo suficientes coros de San Miguel.
WENDLA: Tal vez.
(Golpe.)
Sabes, tengo tu diario.
MELCHIOR: ¿De verdad?

WENDLA: Lo dejaste aquel día. Confieso que traté de leer alguna parte…
MELCHIOR: Solo déjalo. Por favor.
(Wendla se mete al establo y deja el diario en el piso.)
WENDLA: Lamento mucho lo que pasó Melchior. De verdad lo lamento. Y entiendo que estés enojado
conmigo. Yo realmente no…
MELCHIOR: No. No sigas.
WENDLA: Como no voy a seguir…
MELCHIOR: No sigas.
(Golpe.)
Estábamos confundidos. Solo estábamos…

WENDLA: No. Pero fue mi culpa que…
MELCHIOR: No. ¡No! Fui yo… fui solamente yo. Algo en mi se encendió, cuando te golpeé.
WENDLA: Algo en mi también.
MELCHIOR: Pero te lastimé…
WENDLA: Si, pero aun así…
MELCHIOR: No, no sigas. No, no, por favor. Por favor no sigas, Wendla.
(Golpe.)
Deberías irte.
(Golpe.)
[Fecha]
WENDLA: ¿No quieres ir a la pradera, Melchior? Está oscuro y encerrado aquí. Podríamos correr bajo la
lluvia y empaparnos y que nada nos importe…
MELCHIOR: Perdóname…
WENDLA: Fue mi culpa. Fue solo mi culpa.
(Wendla apoya la cabeza del Melchior contra su pecho.)
MELCHIOR: Wendla, yo puedo escuchar latir tu corazón. Desde aquel día en el bosque, no importa a donde
esté, lo escucho. Latiendo…
WENDLA: Y yo puedo escuchar el tuyo.
(Melchior besa a Wendla.)
Melchior…
MELCHIOR: Wendla…
WENDLA: No, no puedo. No, no, no deberíamos…
MELCHIOR: ¿Qué?
(Wendla no responde.)
¿Qué? ¿No deberíamos que? ¿Amar? Es que no lo se, ¿Existe esta cosa? Yo escucho tus latidos… Siento
tu respiración, en donde esté, en la lluvia, en el heno… por favor, Wendla. Por favor.
(Intenta besarla pero ella lo esquiva.)
CHICOS Y CHICAS (suavemente):

Si crees.
Si crees.
Si crees.
Si lo crees.
Todo es perdonado.
(La canción continúa durante toda la escena, de manera suave y va creciendo de a poco.)
WENDLA: No, es que…

MELCHIOR: ¿Qué? ¿Es pecado?
WENDLA: Ay, no lo se…
MELCHIOR: Entonces, ¿Por qué? ¿Porque se siente bien?
(Ella no responde.)
¿Porque nos hace “sentir” algo?
(Wendla lo considera, de repente lo abraza y lo besa. El la abraza fuerte y despacio la acuesta.)
CHICOS Y CHICAS:
Si crees.
Si crees.
Si crees.
Si lo crees.
Amar te habrá salvado.
Si crees.
[Fecha]
Si crees.
Si crees.
Si lo crees.
Amar te habrá salvado.
Si crees.
Si crees.
Si crees.
Si lo crees.
Todo es perdonado.
(Melchior toca el pecho de Wendla. Ella se levanta asustada.)
WENDLA: No.
MELCHIOR: Por favor.
WENDLA: Melchior…
MELCHIOR: Por favor.
(Wendla toma su mano y la pones en su pecho. Siguen besándose.)
CHICOS Y CHICAS:
Si crees.
Si crees.
Si crees.
Si lo crees.
Todo es perdonado.
Si crees.
Si crees
Si crees.
Si lo crees.
(Melchior empieza a desabrochar su vestido. Suavemente levanta las piernas de Wendla. Melchior deja al
descubierto uno de sus pechos y lo besa con pasión.)
CHICOS:
Amar te habrá salvado…
Todo es perdonado.
Todo es perdonado.
CHICOS Y CHICAS:
Si crees…
Si crees
Todo es perdonado.
Si crees…
Si crees
Todo es perdonado.
Si crees…
Si crees
Todo es perdonado.
Si crees…
[Fecha]
Si crees
Todo es perdonado.
(Melchior desliza su mano por debajo del vestido en la entrepierna de Wendla.)
WENDLA: Melchior…
MELCHIOR: Soy yo. Soy yo… no te asustes.
CHICOS Y CHICAS: OTRAS CHICAS:

Si crees…
Amar te habrá salvado… Paz y amor por
siempre
Si crees
Todo es perdonado.
Si crees…
Al morir hay vida…
Si crees
Todo es perdonado.
Paz y amor por siempre

Al morir hay vida…
(Melchior se posiciona arriba de Wendla y se baja sus pantalones.)
Si crees.
Si crees.
Si crees.
(Melchior penetra a Wendla.)
WENDLA: Melchior… ¡Oh!...
CHICOS Y CHICAS:
Si lo crees.
(Apagón. Fin de Primer Acto.)
SEGUNDO ACTO
ESCENA 1
Atardecer. Iglesia. Al mismo tiempo, y en el mismo momento que el cierre del Primer Acto. El Padre
Kaulbach dice su sermón.
PADRE KAULBACH: …Y ahora pasemos, hijos, a un hermoso proverbio de Martín Lutero: “A Dios, a
nuestros padres, a nuestros maestros, nunca podremos expresarles suficiente gratitud.”
(En la escena se ve a Wendla y a Melchior en el granero. Están haciendo el amor, mientras el Padre
Kaulbach continúa.)
Tal vez, estas palabras pueden sonar anticuadas a nuestro oído moderno. Dudosas. Viejas. Sin embargo,
podemos preguntarnos cada uno de nosotros, dentro de nuestro oscuro corazón: ¿En qué formas hemos
[Fecha]
honrado o deshonrado a nuestro padre, a nuestra madre? o ¿En qué formas nos hemos desviado, en cuerpo
y alma, la sabia enseñanza de nuestros sacerdotes, nuestros maestros?
(Melchior suavemente se retira de Wendla.)
MELCHIOR: Wendla, ¿Te encuentras bien?
WENDLA:
Algo ha comenzado.
Nada es igual.
Algo que siempre en la puerta esperó,
Ahora busca un hogar.
CHICAS Y CHICOS:
Y será un sueño mas…
WENDLA
Despertaré, triste y en soledad.
CHICAS Y CHICOS:
¿Quién puede decir quién soy?
WENDLA:
Esta es la edad de ser libres.
Y a nuestros cuerpos se los culpará.

Tocar nos hace volar.
Y sentir que al latir,
Las almas van a susurrar,
Suspiros en la oscuridad.
MELCHIOR: ¿Wendla…?
WENDLA: Eso creo. Si.
MELCHIOR:
El pulso se acelera.
Todo va a comenzar.
En cada rincón de alguien nuevo que tú,
Y tus viejos miedos no están.
CHICAS Y CHICOS:
Y será un sueño mas…
MELCHIOR:
Despertaré solo en la oscuridad.
CHICAS Y CHICOS:
¿Quién puede decir quién soy?
WENDLA:
Eres la razón de mi sueño.
MELCHIOR, WENDLA, CHICAS Y CHICOS:

Y a nuestros cuerpos se los culpará.
[Fecha]
Tocas y el tiempo se va.
Y sientes que al latir,
Las almas van a susurrar,
Suspiros en la oscuridad…
CHICAS Y CHICOS:
Wo-o-Wo-o-o
(Las Chicas y los Chicos se arman como un coro. El Padre Kaulbach de nuevo se muestra en la Iglesia.)
PADRE KAULBACH: Ay, pero hijos, hijos, ¿En qué formas hemos ocultado, escondiendo hasta de nosotros
mismos, los pactos secretos que hemos hecho con nuestros propios demonios…?
MELCHIOR, WENDLA, CHICAS Y CHICOS:

Y a nuestros cuerpos se los culpará…
ESCENA 2
Atardecer en el viñedo. Las campanas de la Iglesia suenan en la distancia. Hanschen y Ernst holgazanean.
(Hanschen guía a Ernst al viñedo.)
HANSCHEN: Por aquí… ven. Es por aquí. Ya casi llegamos.
(Tiran sus mochilas al suelo.)
Es justo aquí… Y, ¿Qué piensas?... ¿Te gusta?

ERNST: Si. Me gusta.
HANSCHEN: Sabes, a este lugar suelo venir cada vez que quiero estar… (De manera seductora) solo.
(Le juega una broma a Ernst, y se ríe. Suenan las campañas.)
Esas campanas se oyen… tan pacificas.

ERNST: Lo sé. A veces, en las tardes como esta, silenciosas, imagino que soy el pastor de una iglesia de
pueblo. Con mi esposa y sus mejillas coloradas, mi biblioteca, mis estudios… las niñas y niños del pueblo
se toman de mi mano cuando camino y…
HANSCHEN: No hablas en serio.
(Golpe.)
Honestamente, Ernst, ¡Eres un sentimental! Mira, lo piadoso y sereno de las caras que uno ve en la iglesia,
son una gran farsa para esconder la envidia.
(Hanschen hábilmente se acerca a Ernst.)
Créeme, hay solo tres finales posibles para el hombre. El permitir que el status quo lo venza, como a
Moritz. El que quiere agitar la marea, como Melchior. O aquel que puede esperar el momento oportuno, y
dejar que el Sistema trabaje para él, como yo.
(Hanschen se acerca aun más a Ernst.)
Imagina al futuro como un balde lleno de leche. (En tono seductor) Hay hombres que sudan y baten la
crema hasta convertirla en manteca, como Otto. Otros se ponen nerviosos, derraman la leche y lloran toda,
toda la noche, como Georg. En cambio yo… yo no. Yo soy un gatito.
[Fecha]
(Hanschen gatea simulando ser un gato.)
Yo simplemente bebo la crema.

ERNST: Simplemente, ¿Bebes la crema?
HANSCHEN: Exacto.
ERNST: ¿Pero, entonces que hay…?
(Hanschen juega con Ernst seduciéndolo.)
ERNST (Observando a Hanschen): Te estas riendo.
(Hanschen se acerca a su cara. Ernst se pone muy nervioso.)
Que… ¿Hanschen?
HANSCHEN (Muy seductor):

La crema beberás.
Entre mis labios lograrás,
Ver lo que solo en tus sueños ves.
¿Puedes oír la voz de tu cuerpo?
Si vas a lastimarte.
Si te voy a lastimar.
(Hanschen se inclina sobre Ernst y lo besa.)
ERNST: Oh Dios…
HANSCHEN: Mmm... Lo se, lo se. Cuando miremos hacia tras dentro de treinta años, esta noche te parecerá
increíblemente bella.
ERNST: Y, ¿Mientras tanto…?
HANSCHEN: ¿Por qué no?
(Hanschen besa profundamente a Ernst.)
ERNST: Esta tarde camino aquí, pensé que quizás solo… hablaríamos.
HANSCHEN: Pero entonces, ¿Te arrepientes por haber…?
ERNST: ¡Jamás! Te amo, Hanschen. Como nunca amé a nadie.
HANSCHEN: Así debería ser.
ERNST:
ERNST Y HANSCHEN:
Si, mi herida serás…
(Hanschen y Ernst se acarician mutuamente.)
ERNST, HANSCHEN, CHICOS Y CHICAS:

Si vas a lastimarte.
Si, te voy a lastimar.
(Hanschen abraza de golpe a Ernst, por la cintura y se van separando hasta quedar tomados de la mano.)
[Fecha]

(Hanschen y Ernst agarran sus cosas y se van.)
ESCENA 3
Moritz entra corriendo en un estado de histeria importante.
MORITZ: Suficiente. Suficiente. Suficiente.
Que placer ser una mosca y volar,

Flotando por ahí sin nadie en que pensar.
Ya no hay nada, nada queda en mi interior.
Las alas puedo desplegar dejando todo atrás.
Sino, también ser como el viento cálido.

Que sopla una vez y sin pensar se va.
Y aunque trague el polvo del aire nada quiere saber.
Tristeza que sopla y ya se va…
Si yo se, no creo en la angustia.

No la puedo entender.
Esto no es parte de mí.
Conmigo no cuenten más.
No creo en la angustia.
Ya cumplí mi parte, si miro atrás.
Ya no quiero más.
Estuve ahí.
No la quiero, no está en mí.
(Crepúsculo. Un río. Moritz está parado solo. Saca un arma de su bolsillo. Ilse de repente entra y lo ve.)
ILSE: ¡Moritz Stiefel!

MORITZ (asustado esconde el arma): ¡¿Ilse?! ¡Me asustaste!
ILSE: ¿Se te ha perdido algo?
MORITZ: ¿Por qué me asustaste?... ¡Maldición!
ILSE: ¿Qué buscas?
MORITZ: Si solo yo lo supiera.
ILSE: Entonces tu búsqueda no te ayuda.
(Ilse se acerca y le besa la mejilla.)
MORITZ: Ilse, ¿Por dónde has andado?

ILSE: Priapia, ¿Conoces la Colonia de Artistas?
MORITZ: Si, claro.
ILSE: Son todos unos viejos indeseables, Moritz. Son tan salvajes. Tan Bohemios. Todo lo que quieren hacer
es pintarme y disfrazarme todo el tiempo. Ese Johan Fehrendorf, es un malvado. Siempre termina igual,
tirando los atriles y persiguiéndome por todas partes. Dándome pequeños golpes con la punta de su pincel.
Pero claro, así son los hombres. Si no pueden clavarte una cosa, intentaran clavarte cualquier otra.
Dios, Moritz, el otro día terminamos todos tan pero tan ebrios que me desmayé en la nieve. Me quedé
ahí, inconciente. Toda la noche.
[Fecha]
Y luego pasé toda una semana con Gustav Baum. De verdad. Toda la semana. Inhalando ese éter suyo.
Hasta esta mañana, que me despertó con una pistola, haciendo presión en mí pecho. Y me dijo: “Te
mueves y es tu fin.” Realmente me dio escalofríos.
¿Y tú que cuentas, Moritz? ¿Aun en el colegio?
MORITZ: Si. Termino este semestre.
(Golpe.)
ILSE: Dios, ¿Recuerdas como solíamos correr a casa y jugar a los piratas? Wendla, Melchior, tu y yo…
Brisa suave,
Que el verano trae.
El viento invernal,
Dibuja su silueta en el maizal.
En las hojas bailará la primavera.
Claro, en otoño,
El viento persigue y solo susurra.
Quiere atraparte,
Con su pena y su tristeza.
El viento frío llora y se va.
Brisa suave,
Que el verano trae.
El viento invernal,
El perfume de la lluvia en primavera.
MORITZ: Será mejor que me vaya.

ILSE: Caminemos hasta mi casa. Juntos.
MORITZ: ¿Y…?
ILSE: Y ahí buscaremos nuestros arcos y flechas, y jugaremos juntos, Moritz. Como en los viejos tiempos.
MORITZ: Fueron tiempos memorables. Jugando y escondiéndonos en nuestras carpas indias…
ILSE: Si…Peinaré tu pelo y lo rizaré. Y te prestaré mi pequeño caballito de juguete…
MORITZ: Desearía poder.
ILSE: Entonces, ¿Por qué no?
MORITZ (Miente): Ochenta líneas de Virgilio, dieciséis ecuaciones, un ensayo sobre los Habsburgos.
Quizás mejor ser como un trapo al viento,

Te cuelgan a secar y allí te quedarás.
Y no importa la mugre que puedas juntar.
Si después se olvidarán que estoy allí,
No quieren más de mí.
MORITZ
ILSE
Porque se…
Brisa suave,
No creo en la angustia, Que el verano trae.
No la puedo entender. El viento invernal,
Esto no es parte de mí. Dibuja su silueta en
el maizal.
Conmigo no cuenten más.
[Fecha]
Brisa suave,
No creo en la angustia. Que el verano trae.
Ya cumplí mi parte, El viento
invernal,
Si miro atrás.
Ya no quiero más.
Estuve ahí. Las
hojas de otoño se irán,
No la quiero, ya lo ves. En primavera.
MORITZ: Buenas noches, Ilse.

ILSE: ¿Buenas noches?
MORITZ: Virgilio, las ecuaciones… ¿Recuerdas?
ILSE: Solo una hora, Moritz.
MORITZ: No puedo.
ILSE: Bueno, al menos acompáñame hasta mi casa.
MORITZ: Honestamente, desearía poder.
ILSE: Sabes, para cuando por fin despiertes, Moritz, yo terminaré tirada sobre un montículo de basura.
(Ilse se marcha. Moritz se siente mal.)
MORITZ: Ilse por el amor de Dios. Lo único que tenia que hacer era decir que si.
(La llama) ¿Ilse? ¿Ilse…?
(Moritz espera, como si pudiera salir corriendo por ella, pero ella se fue.)
Entonces, ¿Qué le diré? Le diré a todos los ángeles que me embriagué en la nieve y que canté, y jugué a
los piratas… eso les diré. Estoy listo ahora. Seré un ángel.
(Moritz suspira observando la noche. Él saca el arma de su bolsillo.)
Hace diez minutos, se podía ver todo el horizonte. Y ahora, solo el crepúsculo. Las primeras estrellas…
tan frías. Tan lejanas. Tan oscuras…
(Moritz pone el arma en su boca. Apagón.)
ESCENA 4
El cementerio en plena lluvia. El padre de Moritz, Herr Stiefel, esta parado, estoico, a un lado de la tumba.
Frau Gabor se acerca a la tumba y le tira una flor. Mientras ella hace esto, Melchior aparece y comienza a
cantar, dándole voz a los pensamientos profundos de Herr Stiefel. De a uno por vez, los Chicos y las Chicas
caminan al frente, tirando flores a la tumba de Moritz, y continúan su camino, uniéndose al coro.
MELCHIOR:
Sus manos frías arreglas.
Su ropa acomodas.
Fuiste injusto y cruel.
No supiste escuchar.
[Fecha]
Quieres besar, sentir, tocar.
Tan solo una vez más.
Ahora duerme y ya,
No despertará.
MELCHIOR, CHICOS Y CHICAS:

Sus sombras ves, sus sombras son,
Que sólo buscan ese hogar que ya no está.
MELCHIOR:
Todo lo que no fue quedó atrás.
Aquello que su madre quiso para él,
Y su padre no pudo expresar.
O-o-o-o-o-o…
Charlas que no habrá,

Su risa que no sonará,
Las pequeñas cosas que no verá.
Y si en su tristeza,
Solo ves debilidad,
Nada más que hablar,
“No es de hombre llorar.”

Sus sombras ves, Sus sombras son,
MELCHIOR:
Todo lo que soñó quedó atrás.
Las cosas que su madre nunca enseñará,
A ese hijo que ya no abrazará
Todo lo que vivió quedó atrás.

Aquellos miedos que no pudo soportar.
Y esa angustia que lo destruyó.
O-o-o-o-o-o…
(Herr Stiefel se mueve para tirar su flor, pero duda. Melchior toca el pecho de Herr Stiefel, y
abruptamente el hombre colapsa de dolor, llorando en la tumba de su hijo.)

O-o-o-o-o-o…
O-o-o-o-o-o…
Sus sombras ves, sus sombras son.

MELCHIOR:
Sombras tristes que se perderán…
Sombras tristes que se perderán…
Sombras tristes quedarán atrás…
O-o…
(Melchior tira la última flor.)
[Fecha]
ESCENA 5
Oficina del director. Herr Knochenbruch junto a Fraulein Knuppeldick.
HERR KNOCHENBRUCH: Fraulein Knuppeldick.

FRAULEIN KNUPPELDICK: ¿Herr Knochenbruch…?
HERR KNOCHENBRUCH: Debemos tomar recaudos inmediatamente, si queremos evitar que se nos perciba
como a una de esas instituciones, afectadas por la epidemia de suicidio adolescente.
FARULEIN KNUPPELDICK: Efectivamente, señor. Pero, esta no será una guerra fácil. No solo debemos
enfrentar la corrupción moral de nuestra juventud, sino también la macabra sensualidad de estos tiempos
liberales.
HERR KNOCHENBRUCH: No podría estar mas de acuerdo con usted. Es una guerra. Naturalmente habrá
bajas.
(Golpe.)
Traiga al muchacho.
FRAULEIN KNUPPELDICK: Por supuesto, Herr Knochenbruch.
(Fraulein Knuppeldick señala a Melchior que entre.)
HERR KNOCHENBRUCH: Parecería que todos los caminos conducen hacia usted, jovencito. Sabe a lo que
me refiero.
MELCHIOR: Me temo que no…
HERR KNOCHENBRUCH: Pues, debería temer. Dos días después de la muerte del joven, eh…
FRAULEIN KNUPPELDICK: Moritz Stiefel…
HERR KNOCHENBRUCH: Su padre, busco entre sus efectos personales y descubrió cierto escrito
depravado y ateo, que dejo realmente clara…
FRAULEIN KNUPPELDICK: Realmente clara…
HERR KNOCHENBRUCH: La total corrupción moral del joven. Una corrupción que sin dudas empujo al
muchacho hacia su fin.
FRAULEIN KNUPPELDICK: Sin duda Herr Knochenbruch.
HERR KNOCHENBRUCH: Me refiero, como usted sabrá, a un ensayo de diez páginas, divinamente titulado:
“El Arte de Dormir Con”… acompañado de, como decirlo, vivas ilustraciones.
MELCHIOR: Herr Knochenbruch, si pudiera…
HERR KNOCHENBRUCH: ¿Comportarse como es debido? Si, eso seria un caso completamente diferente.
FRAULEIN KNUPPELDICK: Completamente.
HERR KNOCHENBRUCH: Por nuestra parte, hemos hecho una exhaustiva evaluación de la letra de ese
escrito obsceno, y la hemos comparado con la de cada uno de nuestros alumnos.
MELCHIOR: Señor, si usted pudiera señalarme al menos una sola obscenidad en ese escrito…
HERR KNOCHENBRUCH: Usted va a responder únicamente a las preguntas que se le formulen con un
rápido y firme “Si” o “No.”
(Golpe.)
Melchior Gabor, ¿Usted escribió este documento?
(Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick miran a Melchior y esperan la respuesta.)
FRAULEIN KNUPPELDICK: ¿Usted lo escribió?
(Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick esperan la respuesta de Melchior.)
MELCHIOR:
Hay un punto en que se… cagué.
[Fecha]
Todo se acabó, lo destrocé.
Nada más que hacer se terminó.
Y mi alma huyó, me abandonó.
OTTO:
Pero lo que realmente me rompe las pelotas,
Es que lo peor todavía no llegó.
Y te preguntas: ¿Qué hice mal? ¡Nada!
Eres solo una mosca que matan por matar.
GEORG:
Te joden si no te muevés,
No hay tiempo ya para pensar.
HANSCHEN:
Es peor decir que pensás.
OTTO, GEORG Y HANSCHEN:

Y sabés que igual lo harás.

Ahora si cagué, no va más, ya fue.
De esta mierda no me escaparé.
Me destruirán, ya lo lograrán.
Sabes que lo intentarán.
MELCHIOR (Burlando a los profesores)

Blaa blaa blaa blaa blaa blaa blaa…
CHICOS Y CHICAS:
Blaa blaa blaa blaa blaa blaa blaa…
HERR KNOCHENBRUCH: ¿Herr Gabor?
MELCHIOR:
Es verdad, ya se, quiero zafar.
Y mentir quizá me pueda ayudar.
Solo hasta que dejen de atacar.
Solo hasta que puedas escapar.
HERR KNOCHENBRUCHEN: Herr Gabor, responda.
CHICOS Y CHICAS:
HERR KNOCHENBRUCH: Melchior Gabor, por última vez…

HERR KNOCHENBRUCH Y FRAULEIN KNUPPELDICK: ¿Usted escribió esto?
CHICOS Y CHICAS: ¡Si!

[Fecha]
Blaa blaa blaa blaa blaa blaa blaa blaa

Blaa blaa blaa blaa blaa,
Blaa blaa blaa blaa blaa…


¡Jodido estás!
(Apagón.)
ESCENA 6
Habitación de Wendla. Ella lee una carta de Melchior.
MELCHIOR (Desde su carta): “…ahora comprendo como funciona esta despreciable y burguesa sociedad,
Wendla. Como cada cosa que tocamos se transforma en mugre. Al final, solo nos tenemos el uno al otro.
A pesar de lo que los adultos susurren, debemos construir un mundo diferente, Wendla. Debo volver a
apoyar mi cabeza en tu pecho, y entrar otra vez a ese Paraíso…”
(El Doctor von Brausepulver y Frau Bergman entran. Wendla rápidamente esconde la carta en su manga.
El Doctor von Brausepulver la atiende. Tiene una botella en sus manos. Frau Bergman duda.)
DOCTOR VON BRAUSEPULVER: Bueno, bueno, no hay nada de que temer. He estado recentando estas
desde antes de que usted naciera, jovencita. De hecho, se las acabo de recomendar a la exhausta Baronesa
von Wiltzelben. Ochos días después, me complace anunciar, se fue a un spa en Pyrmont, donde ya a
desayunado la mas abundantes delicias.
(Golpe.)
Bien niña, tres por día. Una hora antes de las comidas. En pocas semanas vas a estar muy bien,
desayunando panceta y huevos. Sin dudar.
FRAU BERGMAN: Entonces, esto es todo Doctor… anemia.
DOCTOR VON BRAUSEPULVER: C’est tout.
FRAU BERGMAN: ¿Y las nauseas?
DOCTOR VON BRAUSEPULVER: Son normales en estos casos. (Se acerca a Wendla) Confía en mi, niña.
Vas a estar bien.
(Golpe.)
Frau Bergman, ¿Podemos hablar un momento por favor?

FRAU BERGMAN: Por supuesto, Doctor.
(Frau Bergman conduce al Doctor von Brausepulver hacia afuera y conversan. Wendla cuidadosamente
saca la carta de su manga. Frau Bergman se consterna y entra de nuevo a la habitación.)
[Fecha]
WENDLA: ¿Madre…?
FRAU BERGMAN (Consternada): ¿Wendla qué has hecho? A ti misma. A mí.
(Silencio.)
¿Wendla?
WENDLA: Yo, eh, no lo se.
FRAU BERGMAN: No lo sabes.
WENDLA: El Doctor von Brausepulver dijo que estoy anémica.
FRAU BERGMAN: Es muy probable. Vas a tener un hijo.
WENDLA: ¿Un hijo? Pero, si yo no estoy casada.
FRAU BERGMAN: Precisamente. ¿Qué has hecho, Wendla?
WENDLA: No lo se madre. De verdad, no lo se.
FRAU BERGMAN: Yo creo que si lo sabes. Y ahora necesito saber su nombre.
WENDLA: ¿Su nombre? Pero…
(Abruptamente se da cuenta) ¿Eso? ¿Pero como puso eso…? Yo solo quería abrazarlo… Yo solo quería
estar cerca de él…
FRAU BERGMAN: No sigas, por favor. Me estás rompiendo el corazón.
(Golpe.)
WENDLA: Por Dios, ¿Por qué no me lo dijiste todo?
(Frau Bergman abofetea a Wendla.)
FRAU BERGMAN: Y ahora tendrás que decirme quien es.
(No responde.)
Wendla, estoy esperando.
(Wendla mira a la distancia.)
¿Georg Zirschnitz?
(No responde.)
Entonces, ¿Quién?
(No responde.)
¿Hanschen Rilow?
(No responde.)
¿Moritz Stiefel?
(No responde.)
¿Melchior Gabor?
(Wendla empieza a llorar.)
Wendla, ¿Melchior Gabor?
[Fecha]
(No responde.)
¿Wendla…?
(Wendla le da a su madre la carta de Melchior. Frau Bergman la abre y lee.)
WENDLA:
Susurrar…
De fantasmas que aúllan.
Con tristeza bailarán.
Sombras son, ya sin piel.
Escuchar…
Almas pobres se quejan.
Torpes pasos en la noche,
De un dolor sin final…
(Casa de Melchior. Herr Gabor habla con Frau Gabor.)
FRAU GABOR: Hermann, es nuestro hijo.

HERR GABOR: Quince años, querida, te he escuchado. Le hemos dado espacio. Y ahora debemos pagar las
consecuencias. Se ha mostrado completamente corrompido.
FRAU GABOR: No lo ha hecho.
HERR GABOR: Escúchame.
FRAU GABOR: Te he escuchado. Melchior escribió un ensayo en el cual cada una de las palabras es cierta.
Tenemos tanto miedo de la verdad, que nos vamos a unir a la fila de los tontos y de los cobardes.
Torciendo un acto inocente en evidencia en su contra.
No enviare a Melchior a un reformatorio, colmado de degenerados y genuinos criminales.
WENDLA:
A sus padres ves quebrar.
Rompe sus corazones.
Y los otros, sin saber murmuran.
La Iglesia da sermones…
HERR GABOR: Ahora deberé romper tu corazón. (Sacando una carta de su bolsillo) Esta tarde, vino Frau
Bergman a verme y traía una carta que Melchior le escribió a Wendla, donde dice que no siente ningún
remordimiento por lo que sucedió en el granero…
FRAU GABOR: ¡Imposible!
HERR GABOR: Que espera encontrar nuevamente esa pequeña muestra de Paraíso…
FRAU GABOR (Extendiendo la mano): Déjame verla.
(Frau Gabor toma la carta, y se horroriza por lo que lee.)
WENDLA:
La verdad…
El error de una niña.
Ha arruinado así sus planes.
Ya pecó, sin pensar.
Soledad…
En mi hogar, en las sombras,
De una luna que me juzga,
Esperando renacer…
[Fecha]
HERR GABOR: Y lo horrible del caso es que Melchior sabia perfectamente lo que hacía. Y tal como lo
demuestra en su documento, sabia el peligro de hacerlo y aun así lo hizo. Deshonrándose a si mismo y a
todos. Así destruyó a esa chica. Entonces, dime Fanny: ¿Qué debemos hacer?
FRAU GABOR: Lo que tu creas correcto. Un reformatorio.
(Herr Gabor contiene a Frau Gabor. Ella tiene la mirada perdida, consternada.)
WENDLA:
A una niña la encontró,
Inocente y adorable.
Y me toca y lo dejo amarme,
Y que esa sea mi historia.
Fantasear…
Y esperar que algún día,
Algo nuevo que se escucha,
De un susurro llegará…
(Apagón.)
ESCENA 7
El Reformatorio. En una esquina oscura, Melchior abre una carta enviada por Wendla.
MELCHIOR (Leyendo la carta): “Mi querido Melchior… solo rezo para que esta carta llegue a ti. Te he
escrito tantas y no he tenido respuesta. Cuando pienso en tu vida en ese horrible lugar, me duele el
corazón. Si tan solo pudiera estar cerca de ti y hablarte… tengo noticias extraordinarias, Melchior. Algo
ha ocurrido. Algo que apenas yo puedo comprender…”
(Un grupo de Chicos aparece. Melchior rápidamente guarda la carta en su bolsillo.)
DIETER: Muy bien, cada uno de ustedes animales ponga una moneda.
RUPERT: Reinhold puede poner por ambos.
REINHOLD: ¿Perdón?
DIETER: Hey, basta. Cálmense. Reinhold, lárgala.
REINHOLD (Dando la moneda): ¡Mierda!
DIETER: Rupert, Ulbrecht… ustedes también.
(Dieter junta las monedas, las muestra y las pone en el suelo de forma apilada.)
Entonces, el que le pega, se las lleva.
(Los Chicos hacen su círculo de masturbación.)
ULBRECHT: Un momento (A Melchior) ¿Qué estás mirando?

REINHOLD: ¿Quién?
(Melchior se congela.)
RUPERT: Gabor.
DIETER: Solo quiere unirse a nuestro deporte.
MELCHIOR: No gracias.
RUPERT (Irónico): Oh no, ¿Para que ensuciarse las manos?...
DIETER: Lo ahorra para cosas mejores.
MELCHIOR: ¿Qué quieren decir?
ULBRECHT (Irónico): Era una buena chica, ¿No?
[Fecha]
DIETER: Parece que nadie le enseñó al pobre niño para que sirven las sirvientas.
RUPERT: Estaba muy ocupado cogiéndose a su perra.
MELCHIOR: Hijo de puta.
(Melchior empuja a Rupert. Rupert saca una cuchilla de afeitar, y agarra a Melchior del cuello.)
RUPERT: Cuidado, te podes cortar con la navaja.

MELCHIOR: ¡Bastardo!
DIETER (Aprovechándose): Revísenle los bolsillos, quizás tenga dinero.
REINHOLD: ¡Si!
ULBRECHT: (Encuentra la carta en el bolsillo): Uh pero que es esto... ¿Una carta de tu perra?
MELCHIOR: Hijo de puta.
RUPERT (Leyendo la carta de manera exagerada): “Mi querido Melchior… solo rezo para que esta carta
llegue a ti. Te he escrito tantas y no he tenido respuesta…”
(Algo en el texto le llama la atención) Esperen, esto es perfecto para engrasar nuestras mangueras…
MELCHIOR: ¡No, hijo de puta!
(La escena se traslada a un jardín privado. Frau Bergman se encuentra con Schmidt.)
SCHMIDT: ¿Frau Bergman, es usted?

FRAU BERGMAN: Si. Gracias por recibirme. Su nombre me lo dio un médico amigo. Mi hija…
SCHMIDT: Si, comprendo, comprendo. Ahora escuche atentamente las instrucciones. El jueves, luego del
atardecer, traiga a la niña al número once de Gratenstrasse. La puerta que esta debajo de la taberna.
Golpee tres veces… solo tres veces.
FRAU BERGMAN: ¡Pero, mi hija…! ¿El procedimiento es seguro?
SCHMIDT: Hacemos lo que podemos. Estamos en manos de Dios.
(La escena vuelve al reformatorio.)
RUPERT (Sigue leyendo la carta): “…en mi cama cada noche, tengo tantos sueños: sobre un mundo mejor
que construiremos junto a nuestro hijo…”
MELCHIOR: ¡¿Hijo?!
RUPERT: ¿Qué no lo sabías? Alguien le hizo un cachorrito a la perra y no lo sabía.
DIETER: Olvídense de las monedas, esta vez usaremos la carta.
RUPERT (A Melchior): Tú puedes lamerla.
(Melchior encuentra el momento y se libera de ellos, le quita la navaja a Rupert, y los enfrenta.)
ULBRECHT: ¡Agárrenlo!
RUPERT: Atrápenlo. Vayan por allá, nosotros por acá…
(Melchior sale corriendo y los Chicos lo persiguen. La escena cambia. Frau Bergman conduce a Wendla
por una oscura calle.)
WENDLA: Madre, ¿A dónde vamos?

FRAU BERGMAN: Shh, no preguntes…
(Frau Bergman lleva a Wendla hacia donde esta Schmidt esperando. Frau Bergman le da a él algunos
marcos.)
SCHMIDT: ¿Frau Bergman?

WENDLA: Madre, ¿Qué es este lugar?
(Frau Bergman besa en la frente a Wendla.)
[Fecha]
SCHMIDT: Bien. Yo me llevare a la niña. Vamos.
WENDLA: ¡No, Madre!
FRAU BERGMAN: Estaré contigo en todo momento.
WENDLA: ¡Madre, no me dejes! ¡Madre!
(Schmidt toma a Wendla, Frau Bergman la deja ir. Schmidt se lleva a Wendla.)
WENDLA: ¡¡¡Madre, no!!!

FRAU BERGMAN: ¡Perdóname, por favor!
(Apagón.)
ESCENA 8
El puente. Las Chicas están alrededor de Ilse. Ella saca de su bolsillo una carta de Melchior.
ILSE (Leyendo la carta): “…Ilse, he estado corriendo por días, pero por fin he vuelto. Ahora, te ruego por
nuestra vieja amistad. Lleva a Wendla que me encuentre esta noche en el cementerio, detrás de la
iglesia…”
ANNA: Oh no…
ILSE: “…estaré esperando allí a la medianoche. Lo que sucedió con Moritz abrió mis ojos. Debemos escapar
para poder encontrar la felicidad. Melchior Gabor.”
(Ilse mira por sobre la carta.)
THEA (Suspira): Entonces, el no lo sabe.

MARTHA: Esperando por Wendla…
THEA: Pobre Melchior.
ANNA (Corrigiéndola): Pobre Wendla.
(Apagón.)
ESCENA 9
El cementerio de noche. Hay un espeso manto de niebla. Entra Melchior.
MELCHIOR: ¿Wendla…?
(No responden. Melchior suspira.)
¿Wendla…?
(No responden.)
¡¿Wendla…?!
(No responden.)
Miren esto, pasas toda tu vida huyendo de la Iglesia, y mira donde terminas.
(Melchior se acerca a una tumba, se arrodilla.)
Moritz, mi viejo amigo…
(Golpe.)
[Fecha]
Bueno, a mi no me harán lo mismo. No. Ni a Wendla. Yo nos los dejaré. Construiremos un mundo
diferente para nuestro hijo.
(Suenan las campanas de la Iglesia; medianoche. Melchior se incorpora y mira a todos lados.)
Es medianoche. ¡Wendla!...
(El espera escuchar a Wendla, pero no oye nada. Suspira.)
Ay por Dios, estas tumbas tan pequeñas… Un angelito en oración… Una lapida nueva… (Hace una
pausa, lee el epitafio) “Aquí descansa con Dios, Wendla Berg…”
“Wendla Bergman”… “Nació el ocho de mar… Murió”… “de anemia”.
(Melchior se da cuenta y no lo puede creer.)
No, por Dios. ¿Wendla, también? No. No. No…
(Melchior se desespera en la tumba de Wendla. Moritz aparece como si saliera de su tumba.)
MORITZ:
El saber,
De los que te dejaron…
MELCHIOR: ¿Moritz?
MORITZ:
Quedará,
Y en ti está encontrarlos…
MELCHIOR: Que tonto fui.
MORITZ:
Sin ellos,
Tu mundo se oscurece.
Y nada será igual hasta que dejes que te encuentren.
(Melchior saca la navaja de afeitar.)
MELCHIOR: Bueno, yo se que tuviste la mejor idea. Arrojarán un poco de tierra, y agradecerán a su Dios…
(Mientras Melchior pone la cuchilla en su cuello, aparece Wendla como si saliera de su tumba.)
WENDLA:
Con dolor,
Aquellos que has golpeado…
(Melchior se detiene, queda atónito.)
MELCHIOR: ¡¿Wendla?!
WENDLA:
Te dirán,
Que ya estas perdonado.
Y sientes,
[Fecha]
Lo oscuro que amanece.
Y todo lo que fuiste entre las sombras permanece.
MORITZ:
WENDLA:
Aunque tu creas,
Y los vientos nuevos,
Que ya no están,
Hoy soplan,
Y que solo estarás hasta el final. En llantos.
Aun sabrás que te acompañaran, Quedarán los que

salves,
Cuando escuches su voz sonar. Cuando
halles solo en ti.
(Melchior es tentado por el filo, pero Moritz y Wendla interceden.)
MORITZ Y WENDLA:
El saber de los que te dejaron.
Su canción se seguirá escuchando.
Te llaman como si aquí estuvieran,

Y escucharás su voz entre las brisas de esta niebla…
(Melchior se levanta, decidido y acerca la navaja a su cuerpo.)
MELCHIOR:
Solo estoy,
Y siento su presencia.
Y su voz me negará su ausencia.
Estrellas anuncian primaveras,

Y vientos de un verano que ninguno conoció…
Me llaman en todo.
Es de noche y aun voy a seguir
Mírame, ya oirás
Mi grito que buscas…
MORITZ:
WENDLA:
Y aun sabrás,
Y los vientos nuevos,
Que hay mucho más por dar. Hoy soplan,
Un sueño más,
En llantos.
Otro amor vendrá.
Si crees…
Si sabes creer en tu verdad.

Y jamás solo estarás…
Está en ti, en tu cuerpo…
(Melchior acerca a los fantasmas de Moritz y Wendla hacia el, y los abraza.)
[Fecha]
MELCHIOR:
Junto a mi estarán, les daré un hogar.
En mi cuerpo los voy a adoptar.
Sin temer, sin frenar, sin mirar atrás,
Sus sueños yo voy a contar.
MORITZ Y WENDLA: (Alejándose de Melchior)

Con ellos iré.
Juntos.
Sus nombres diré.
Juntos.
Su grito se escuchará.
Juntos.
Aquí.
Aquí.
Conmigo estarán.
No los voy a dejar.
Juntos.
No los voy a dejar.
Juntos.
No los quiero dejar.
Juntos.
Mírame,
Se escucha un grito.
Mi grito que un día escucharán.
(Melchior queda parado solo. Apagón progresivo.)
ESCENA 10
Coda
Ilse se encuentra parada sola.
ILSE:
Si el corazón de un niño escuchas,
Podrás oír una canción.
Y pronto sabrás donde está la verdad,
Y así recordarás…
La tristeza, la duda, la pérdida de hoy,

Del pasado por fin, ya serán.
Si este niño da paso a los sueños que trae,
La esperaza al final llegará…
[Fecha]
Una canción,
Lo anunciará.
Florecerá el verano,
Y las almas volaran.
(Los Chicos, las Chicas y los Adultos entran, uniéndose a la canción.)
TODOS:
Al cielo van.
Conocerán,
Aquellas maravillas,
Que jamás podrás soñar.
Las almas sin temor,

Se abrazarán al sol.
Y así verán,
La tierra florecer en su esplendor…
Y así es el gran milagro.

Es el verano.
Y ahora se,
Del mar vendrán,
Millones de recuerdos,
Que tu vida marcarán.
Llega el calor,
Y escucharás,
Las nubes que se quejan
Y a los grillos murmurar…
Las almas sin temor,

Se abrazarán al sol.
Y así verán,
La tierra florecer en su esplendor…
Y así es el gran milagro,

Se escucharán canciones del verano…

Ya verás florecerá verano…

Es el verano…
(Apagón. Fin del segundo acto.)
FIN
[Fecha]

Spring

Cargado por

Información del documento

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Spring

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Actors Studio Lima Despertar de Primavera 2020

Dirección General: Erick Farfán.

Despertar de Primavera el Musical.

La Mujer Adulta (Interpretada por una sola mujer)

FRAU BERGMAN, madre de Wendla

El Hombre Adulto (Interpretado por un solo hombre)

HERR GABOR, padre de Melchior

Madre hay un grito.

Hay quienes esperan a un Dios que los rescate.

Madre hay un grito.

FRAU BERGMAN: ¡Wendla!... Querida hija.

(Wendla comienza a titubear.)

(Frau Bergman luce sorprendida.)

(Wendla se arrodilla al lado de la silla.)

Y así podrías hablar como si yo no estuviera. Por favor.

(Nerviosa, Frau Bergman se sienta.)

FRAU BERGMAN: Hija yo no puedo…

(Cubre la cabeza de Wendla con su capa. Nerviosa.)

(Aparecen Las Chicas. Wendla se levanta y se une a ellas.)

WENDLA Y LAS CHICAS:

Madre hay un grito.

Hay quienes esperan a un Dios que los rescate.

Madre hay un grito.

HERR SONNENSTICH: Una vez mas.

HERR SONNENSTICH: Mejor, Herr Lammermeier. Continúe, Herr Zirschnitz.

HERR SONNENSTICH: Herr Rilow. Desde el principio.

HERR SONNENSTICH: Herr Robel. Y…

HERR SONNENSTICH: Herr Stiefel.

(Moritz está dormido.)

MORITZ (con titubeo):

HERR SONNENSTICH: ¿Si…?

HERR SONNENSTICH: ¿“Multum enim”?

HERR SONNENSTICH: (perdiendo la paciencia) ¡¿“Olim”?! ¡¿“Multum olim”…?! ¿Entonces de algún

¿Tiene alguna remota idea de lo que está diciendo, Herr Stiefel?

(Moritz está muy nervioso para responder. Se levanta Melchior.)

MELCHIOR: ¡Si me permite!

(Melchior aprieta la mandíbula.)

(Melchior no responde. Lo golpea más fuerte.)

¿Herr Gabor, está claro?

Te dirán: “Lo escrito es lo que cuenta.”

Litora, multum ille et terris

Multa quoque et bello

Gritando como un niño, buscando libertad.

(La canción concluye. Melchior se sienta y recita junto a los Chicos.)

MORITZ (Voz baja): Melchior, gracias.

Atrapado entre mis sueños,

(Herr Sonnenstich sale. Los Chicos juntan sus libros)

OTTO (Yéndose): Muchachos, yo me voy.

(Hanschen y Ernst se marchan)

GEORG (Despidiéndose): Melchior, Moritz.

Si quieres puedes agregar ilustraciones al margen…

MELCHIOR: ¿De principio a fin?

(El director Knochenbruch y su asociada, Fraulein Knuppeldick, aparecen)

HERR KNOCHENBRUCH: Incomprensible, Fraulein Knuppeldick.

(Herr Knochenbruch y Fraulein Knuppeldick se retiran)

(Anna y Thea intercambian una mirada)

(Todas se acercan a Thea para escuchar)

Que no cree en nada. No cree en Dios.

(Las Chicas comienzan a asombrarse)

(Las Chicas se asombran aun más.)

No cree en una sola cosa en este mundo.

(Todas suspiran al unísono y se sientan.)

ANNA: Dicen que es el mejor en todo. En Latín, en Griego, en Trigonometría…

(Aparece Georg en el piano, Fraulein Grossebustenhalter, a su lado)