EVA NO ESTUVO EN EL PARAÍSO siempre limpia y bonita y para eso debe ser muy formalita… ven
a peinarte que estás toda despeinada. (La muchacha se acerca
ACTO ÚNICO
REPARTO.-La puesta en escena debe ser tipo teatro Coringa, es decir ,que
los actores y actrices interpretarás los diversos personajes
conforme vayan apareciendo sin necesidad de ceñirse a un solo
rol, sino asumiendo todos los que el director decida, ayudándose
con elementos de utilería y vestuario.
1 MADRE: ¡Mañosa, no te duele nada! (Cambia a voz convincente) ¿No
ESCENA.- Una rampa desde la mitad del escenario hacia el fondo, en el
centro. A telón abierto pero con poca luz se inicia la
representación. En la rampa una muchacha encogida en
posición fetal y vestida con malla rosada. Se escuchan quejidos
y a medida que la luz aumenta la muchacha empieza a
desdoblarse. Ya con la luz plena se escucha un llanto de recién
nacido y luego voces.
VOZ MASCULINA: (Neutro) Es una mujer.
VOCES: ¡Ay, chancleta! ¡Qué pena!
VOZ FEMENINA: (Compasiva) ¡Pero es linda la pobrecita!
(La muchacha empieza a bajar gateando la rampa. Mirando con asombro
infantil todo. Ve un bicho y se decide investigar lo que es arrodillándose en
el suelo, mientras se escucha una música juguetona, entra una mujer con
delantal)
2
MADRE: ¡Qué haces, niña! ¡Jugando con gusanos! ¡Qué horror! ¡Una niña
nunca hace esas cochinadas! ¡Párese del suelo! (La muchacha
se para) ¡Mira cómo te has puesto las rodillas! ¡Todas sucias!
¡Te vas a volver una niña fea! Una niña debe cuidar de estar
y la madre la empieza a peinar con trenzas apretadas)
MUCHACHA: ¡Mamá, me duele!
MADRE: ¡Cállese la boca! Le gusta estar toda despeinada.
MUCHACHA: ¡No me jales el pelo, mamá, me duele!
quieres estar bien peinadita para que todos vean lo bonita que
eres?
MUCHACHA: (Débilmente) Pero me duele (Llora en silencio, pero se deja
peinar)
MADRE: Es que te estoy haciendo las trenzas bien apretadas para que no
se te despeinen a cada rato. (Le coloca lazos en las trenzas y la
lleva ante un espejo imaginario) Mírate en el espejo para que
veas lo bonita que estás. (La muchacha se mira en el espejo, se
limpia las lágrimas y sonríe) ¿Ves? Tú eres una mujercita y
tienes que acostumbrarte a soportar pequeñas molestias para
ser linda. Agradece que ya no estamos en la época del corset.
MUCHACHA: ¿Qué época era esa, mamá?
MADRE: Una época en que las mujeres se desmayaban a cada rato. Era
una buena manera de conseguir que los hombres se fijaran en ellas. Los
desmayos eran reales, por falta de respiración, pero las razones eran
siempre fingidas.
MUCHACHA: ¿Las mujeres deben fingirle a los hombres, mamá?
MADRE: Bueno tú sabes que en la guerra todo vale. (Sale llevándola de
la mano)

3
COLEGIALA: (Entra leyendo un libro, a poco se escucha la voz de la
madre que la llama)
MADRE: (Desde adentro) ¡María! (La muchacha lee) ¡María! (La
muchacha sigue leyendo) ¡María! (Aparece la madre) ¡María! ,
¿Qué te pasa? ¿Estás sorda? ¡Hace una hora te estoy llamando!
COLEGIALA: No te escuché, mamá. ¿Qué querías?
MADRE: ¿A qué hora piensas lavar los platos?
COLEGIALA: Estoy estudiando, mamá.
MADRE: ¿Acaso estás en exámenes?
COLEGIALA: No, pero el curso de psicología me gusta mucho y he
sacado un libro de biblioteca para estudiarlo más a fondo.
MADRE: ¡Bah, pretextos para no ayudarme y dejarme reventar sola!
COLEGIALA: ¡Pero, mamá, Pedro está jugando pelota afuera! ¿Por qué
no le dices que te ayude a lavar los platos?
MADRE: ¡Él es hombre!
COLEGIALA: ¡Y tan poco hombre es que deja de serlo si lava platos!
MADRE: ¡Él es hombre, te he dicho! ¡El hombre es de la calle y la mujer
de su casa! ¡Anda a lavar los platos antes que te cachetee!
(Le quita el libro a la muchacha, ésta sale seguida por ella.)
4 (Repiten el cantico hasta que salen de escena y vuelven a entrar por otro
( Entra un grupo de hombres y mujeres tocando bombo y platillos. Llevan
entre varios de ellos un falo colosal que se parece a un cohete espacial)
CORO: ¡Loor al falo que se eleva omnipotente! ¡Loor al falo que diviniza al
hombre!
PROSTITUTA: Hay muchos que lo único que pueden elevar es el falo.
Como hasta el macho más vil, si es capaz de hacerlo se siente
seguro de ser un hombre, el falo es la divinidad a la que más
culto rinde el mundo.
CORO: ¡Viva el falo nuestro de cada día!
HOMBRE 1: Como es de público conocimiento que la mujer no tiene falo,
así también es indiscutible que la mujer es un ser inferior.
CORO: ¡Loor al falo!
HOMBRE 2: Siempre ha existido la creencia de que la tierra es femenina,
pero nosotros estamos decididos a demostrar lo contrario y por
eso hacemos las guerras.
HOMBRE 3: Por eso también, desoyendo la inoportuna voz de los
muertos de hambre, hemos elevado nuestro magno falo al
espacio, y, aunque ello no nos ha provocado ninguna felicidad,
nos hemos dado el viril gusto de desvirgar a la luna.
CORO: ¡Loor al falo que se eleva omnipotente! ¡Loor, Loor!
(Sale la procesión.)
5
(Cruzan el escenario unas coristas bailando)
CORISTAS: (Cantan) ¡Placer, placer, placer! ¡Objeto de placer es la
mujer!
lado, se les han unido otras mujeres)
UNA MUJER: ¡Tened cuidado con las leyes!
OTRA MUJER: ¡Tened cuidado con las costumbres!
OTRA: ¡Tened cuidado con las religiones!
OTRA: ¡Tened cuidado con la ciencia!
TODAS: ¡No podemos confiar en nadie!
OTRA: ¡Tened cuidado con las leyes! ¡Las leyes las han hecho los
hombres pasa sojuzgar a las mujeres! Legalmente se pueden
cometer muchos abusos contra nosotras y son incontables los
que se han cometido desde que hay leyes. Legalmente, en el
mejor de los casos somos ciudadanos de segundo orden y en el
peor de los casos se puede hasta matarnos impunemente en
pleno siglo veintiuno.
OTRA: ¡Tened cuidado con las costumbres! Las costumbres las ha
impuesto el patriarcado para sojuzgar a las mujeres. Todas las
tareas cargantes, sucias, monótonas, ridículas y sin proyección
han sido llamadas por las costumbre “Tareas femeninas” y se
sostiene que hemos sido hechas especialmente para ellas.
OTRA: ¡Tened cuidado con las religiones! Muchas palabras sabias y
santas de los libros sagrados, han sido escritas únicamente para
denigrar a la mujer y mantenerla sojuzgada. Para las religiones
somos seres malditos y, sin embargo, nuestra triste soledad ha
sido la que se ha encargado de sostener y de llenar los templos
y de mantener el culto vivo.
OTRA: ¡Tened cuidado con la ciencia! Para la ciencia somos solo algo
más que conejillos de indias. La ciencia nos ha hecho cosas
horribles. Muchas teorías científicas se han encargado de
demostrar nuestra inferioridad. La ciencia tiene con nosotras
deudas muy grandes. Recordad solamente, como botón de
muestra, que en Estados Unidos, allá en 1920, la ciencia
ocasionó cánceres a la piel a cientos de mujeres, a miles de
mujeres.
OTRA: (Continuando) Por entonces, en Estados Unidos, el Dr. Albert C.
Geyser fundó el “Instituto Tricho” y alquiló a los salones de
belleza aparatos de rayos X para que depilaran mediante
radiaciones a sus clientes velludas, fue un negocio redondo,
legalmente constituido y científicamente cimentado, que tuvo
numerosas sucursales en Estados Unidos y Canadá.
OTRA: Y como la costumbre dice que las mujeres no deben tener vellos,
aunque de hecho muchas los tengan, se realizó el crimen
impunemente y las víctimas fueron voluntariamente al matadero
donde que quedaron mondas y lirondas.
OTRA: Y años después, cuando la radiación hizo su efecto completo,
pudieron lucir úlceras horribles y tuvieron dolores atroces, pero
nunca más tuvieron vellos. ¡La ciencia había cumplido!
OTRA: La ciencia sigue cumpliendo su deber con nosotras, sigue
ayudándonos a ser agradables a los gustos masculinos. Ayer
fueron los rayos X los que puso a nuestro servicio y ahora son
las siliconas.
OTRA: (Es una de las coristas. Se muestra como exhibiendo sus atributos
físicos) ¡Vivan las siliconas! Que nos ayudan a tener formas
turgentes y a morir pronto y dolorosamente.
OTRA: ¡Es otra deuda que la ciencia tiene con las mujeres!
(Salen todas, al final salen las coristas bailando y cantando)
(El texto debe ser dicho por varias voces en sucesión, pero no tiene por
qué haber muchas personas en escena, con tres o cuatro se puede lograr
un buen efecto. La escena anterior está basada en el caso frecuente de
desnudistas y actrices que mueren por enfermedades provocadas por los
rellenos que los cirujanos les introducen en el cuerpo)
 6 7
(Entra una muchacha muy arreglada con una banda en el pecho que dice
“Miss”, la sigue un fotógrafo y también un periodista)
FOTÓGRAFO: Sonría. Voltee un poquito más la cabeza, así.
PERIODISTA: ¿Qué edad tiene usted, señorita?
BELLEZA: 18 años
FOTÓGRAFO: Siéntese. (Ella obedece) Cruce las piernas. (Obedece. El
fotógrafo le toma fotos desde abajo)
PERIODISTA: ¿Es la primera vez que sale elegida reina?
BELLEZA: También fui elegida reina de la primavera en mi colegio
cuando tenía 9 años. El fotógrafo le sigue tomando fotos)
PERIODISTA: ¿Es verdad que estaba resfriada el día del desfile en ropa
de baño?
BELLEZA: Sí, aún estoy enferma. Me están poniendo inyecciones todos
los días para poder asistir a los compromisos del concurso. ¡El
día del desfile en ropa de baño hacía un frío terrible!
PERIODISTA: Pero ¿Usted asistió a pesar de estar resfriada?
BELLEZA: ¡No podía defraudar a los que confían en mí!
PERIODISTA: ¡Es, usted, no sólo bella sino además valiente! Mañana sus
declaraciones saldrán en primera plana.
(Ella sonríe, el fotógrafo toma una foto más y los dos hombres salen)
(Ella se queda sola, va ante el espejo imaginario, se acaricia el rostro y el
cuerpo mientras se escucha en sordina una voz femenina que repite “Qué
bella eres”.)
BELLEZA: (Se levanta la falda y acaricia las piernas después de
observarlas en el espejo) ¡Gracias, amadas mías! ¡Estoy
segura que ustedes han sido las que me han dado el triunfo!
(Se mira en el espejo) Indudablemente tengo unas lindas
piernas. No debo olvidarme de ir esta tarde al salón de belleza
para que me las depilen. Ya me están creciendo otra vez los
vellos. (Canta):
El mundo debe estarme agradecido.
¡Pues para embellecerlo solo vivo!
¡Vigilo cada poro de mi bella piel!
¡Cada una de mis uñas es una joya!
Desde el amanecer pienso en mi cuerpo amado
Y de pies a cabeza lo embellezco
Por eso, sí, por eso
¡El mundo debe estarme agradecido!
(Saca una cinta de medir y se mide el pecho) ¡90 exactos! (Se mide la
cintura) ¡59! (Se mide las caderas) ¡No puede ser, debo haberme medido
mal! (Vuelve a medirse y dice alarmadísima) ¡He aumentado dos
centímetros de cadera! ¡Qué horrible! ¡Tengo que desaparecer estos dos
centímetros antes del concurso nacional, porque si no, no tendré opción al
título! ¡Ay, qué hago! ¡No puedo ponerme a dieta porque tengo que asistir
todos los días a cocteles, almuerzos y comidas! (Rezando) ¡Virgencita,
has desaparecer esos centímetros de más antes de que sea tarde! ¡Y
también te pido, virgencita, que no me venga la regla el día del concurso
nacional porque tú sabes que se me hincha la barriga! ¡Haz que me
atrase, virgencita! (Se cubre el rostro con las manos)
VOZ: ¡No te pongas nerviosa, cálmate, si lloras te pondrás fea, y tú sabes
que tu principal obligación es ser bella!
(La belleza se relaja, respira profundamente y sale majestuosamente
mientras la voz repite: “Qué bella eres”.)
8 PERIODISTA: ¡Qué rabia da oír hablar a una mujer sabionda!
(Entra una mujer con bata de médico seguida por el periodista y el
fotógrafo)
PERIODISTA: ¿Qué opina, usted doctora, sobre la píldora anticonceptiva?
DOCTORA: Creo que hay que usarla con mucho tino. Yo no la
recomiendo porque trae muchos transtornos al organismo
femenino. Su uso indiscriminado es peligroso. Aumenta el
peligro de trombosis, afecta los nervios, aumenta el peso, etc.
(El fotógrafo imprime placas)
PERIODISTA: Entonces ¿Está usted contra los anticonceptivos?
DOCTORA: No estoy en contra de ellos porque significan la liberación de
la mujer en el aspecto sexual, una mujer no puede vivir
siempre obsesionada por el temor al embarazo, pero creo que
los anticonceptivos orales e inyectables aún no están
perfeccionados, y si alentamos a todas las mujeres a usarlos,
atentamos contra la salud y la dignidad humanas, pues se
convierte a la mujer en un ser a quien no se tiene la menor
consideración y no importa lo que le pase.
PERIODISTA: Muchas gracias, doctora. (Termina de escribir) No le quito
más tiempo.
DOCTORA: No hay de qué. Felicito a su periódico por la altura con la que
está tratando este tema y siempre estaré dispuesta a colaborar
con ustedes.
(Ella sale, el fotógrafo le toma otra foto.)
PERIODISTA: ¡Qué ensarte de reportaje me tocó hoy!
FOTÓGRAFO: Mañana nos toca una calatista. Eso sí que va a ser bueno.
FOTÓGRAFO: ¡Y todavía chueca! ¿Le miraste las piernas?
PERIODISTA: ¡Un adefesio!
FOTÓGRAFO: Si le saco las piernas en la foto todo el mundo se iba a reír
de ella mañana.
(Salen.)
9
(Vuelve a entrar la doctora, por el lado opuesto un hombre borracho que
se apoya en un poste que él mismo lleva a escena. Al pasar la doctora, la
mira y le grita con insolencia)
HOMBRE: ¡Adiós, chueca!
OTRO HOMBRE: (Ha entrado a tiempo para oírlo) ¡No insulte a esa mujer
por puro gusto!
HOMBRE: Solo le he dicho la verdad. Además, las mujeres feas no son
mujeres.
(Música, entran varios hombres que se unen a los dos anteriores
bailando)
CANTO-CORO: ¡Somos hombres, hombres, hombres, el mundo es
nuestro!
HOMBRE 1: El saber que he nacido hombre me hace dichoso. (Se pone
máscara horrible)
CORO: ¡Pues el hombre cuando es más feo es más hermoso!
HOMBRE 2: En amores yo no tengo la mejor preocupación, y no debo de
pensar en cuidar el qué dirán.
CORO: Porque parte de mi buena reputación, es mi mala reputación.
HOMBRE 3: Puedo hacer lo que yo quiera con respecto a las mujeres.
CORO: Pues el hombro es como el gato que siempre cae parado.
HOMBRE 4: ¡La cantina está repleta siempre de hombres, pues vivimos
celebrando el día que nacimos hombres!
TODOS: (Salen bailando mientras cantan a coro) ¡Somos hombres,
hombres, hombres!
10
(Cambio a música fúnebre. Entran dos hombres con pelucas canosas y
máscaras de viejo cargando penosamente el gran falo)
VIEJO 1: Páralo
VIEJO 2: (Haciendo esfuerzos) ¡No puedo!
VIEJO 1: ¡Un esfuercito!
PROSTITUTA: (Riendo groseramente) Ay, no pueden, no pueden. ¡Ya no
soplan!
VIEJO 1: ¿Tomaste el Protox?
VIEJO2: Sí
VIEJO 1: Yo también, tenemos que poder. Hagamos un esfuerzo. (Se
esfuerzan por parar el armatroste, sin conseguirlo)
PROSTITUTA: ¡Ay, se cae, se cae! Ya están viejos. ¡Ya no soplan!
VIEJO 1: ¡No dejes que se caiga! (Sostienen el armatoste a punto de
caer) ¿Comiste las ostras?
VIEJO 2: Sí
VIEJO 1: ¿Comiste los testículos de toro?
VIEJO 2: Sí
VIEJO 1: Yo también
VIEJO 2: ¿Tomaste jalea real?
VIEJO 1: Sí
VIEJO 2: ¿Te pusiste la inyección de glándulas de mono?
VIEJO 1: Sí
VIEJO 2: ¿Tomaste el Testivitán y el Tonosex?
VIEJO 1: Sí
VIEJO 2: Entonces tenemos que poder. Todavía no estamos tan viejos.
¿Cómo puede Chaplin? ¡Un esfuercito! (Tratan inútilmente de
levantar el armatoste)
PROSTITUTA: (Se pasea burlona y canta groseramente) Ay, ay, ay, que
risa que me dan. ¡Los que ya no pueden y creen que podrán!
¡Ay, ay, ay, viejito verde ven, ay, ay, ay, a jugar conmigo!
VIEJOS 1 Y 2: ¡Silencio, perra! ¡Tú también estás vieja ya!
PROSTITUTA: Pero yo soy mujer y “la mujer hasta que quiera y el hombre Debo cuidar mis medias
solo hasta que pueda” (Ríe) Y ustedes ya no pueden, ¡No
pueden! Ellas son transparentes, delicadas y finas

(Los viejos empiezan a salir arrastrando tristemente el armatoste) Ellas son especiales para romperse y correrse y correrse

VIEJO 1: Vamos donde el especialista a ver si tiene un nuevo tratamiento ¡Mientras mi dinero corre a los bolsillos de los fabricantes!

VIEJO 2: Sí, el especialista nos devolverá nuestra hombría MUJER 1: ¡No me puedo parar!

PROSTITUTA: ¡Pobrecitos! En cuanto envejecen ya no se sienten MUJER 2: ¡No me puedo sentar!

hombres. Todo por culpa de la monstruosa importancia que le MUJER 3: ¡No me puedo agachar!
dan a su falo… pero aunque parezca mentira, entre los viejos
tengo mis más asiduos clientes y son los que más hazañas con LAS TRES: ¡Por cuidar mis medias!
mujeres cuentan.
MUJER 1: Ellas son la razón
(Sale riendo.)
MUJER 1: ¡La estúpida obsesión!
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MUJER 3: Que controla mis movimientos
(Entran tres mujeres, dos se sientan y una queda de pie)
MUJER 1: (Grita sin cantar) ¡Cuidado que me corres la media!
MUJER 1: (A la 2) Siéntate
MUJER 2: (Idem) ¡Cuidado que me enganchas la media!
MUJER 2: No, si me siento se me corren las medias
MUJER 3: (Idem) ¡Ay, se me rompió la media!
MUJER 1: Eso te pasa por usar medias baratas. Las mías son tan caras
(Salen gritando “Ay mi media”)
que espero que me duren mucho.
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MUJER 3: ¡Ay se me enganchó la media!
(Entra una mujer joven que se sienta en la rampa a batir en un tazón. A
MUJER 2: ¡No vez! Por eso no quiero sentarme. Son nuevas y tengo que
poco entra un hombre)
cuidarlas.
HOMBRE: ¿Ya está el almuerzo?
(Se paran las tres y cantan)
MUJER: Falta un poquito. Tuve que hacer una cola muy larga para
Desde la adolescencia
comprar la carne.
Hasta la vejez
HOMBRE: ¡Yo vengo de trabajar y estoy muerto de hambre! ¡Ni la comida
puedes tenerla lista!
(Sale, se oye un portazo, la mujer se pone una peluca gris y empieza a
barrer con una escoba. Vuelve a entrar el hombre)
¿Todavía no terminas de barrer?
MUJER: Esta es la segunda vez que barro en la mañana, los chicos
ensucian la casa a cada rato
HOMBRE: Edúcalos mejor, pues. ¿Para qué estás todo el día en la casa
mientras yo trabajo para traer la plata?
MUJER: Yo trabajo más que tú. Yo no tengo jornada de trabajo, ni sueldo,
ni vacaciones; para mí no hay domingos ni feriados y ni
siquiera tengo seguro social.
HOMBRE: (Despectivo) ¡Gran trabajo! No has hecho nada importante
nunca.
MUJER: Porque no tengo la oportunidad nunca. Hoy he cocinado y
lavado, he cosido los botones de tu camisa, he ido al mercado,
he barrido la casa, he lavado y vestido a los chicos y dentro de
un momento pondré la mesa, serviré la comida, lavaré los
platos, plancharé…
HOMBRE: (Interrumpiéndola) Y te pondrás a ver tu telenovela
MUJER: Sí
HOMBRE: No sé qué sacas de ver tantas tonterías
MUJER: Me ayudan a ser cada día más estúpida. Me ayudan a no pensar
en mí misma. Tengo tantas ganas de llorar que me alivia
mucho poder hacerlo por los fingidos sufrimientos de las
heroínas. Los comerciantes saben eso muy bien. Por eso me lo
ofrecen.
HOMBRE: ¡Bah! (Sale, se oye un portazo)
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(La mujer se cambia la peluca por una blanca que puede ser puesta
encima o se pone una pañoleta y se sienta a coser. Entra un hombre
joven)
HOMBRE JOVEN: ¿Has terminado de pegarle los botones a mi camisa,
mamá?
MUJER: Todavía me falta uno, hijo
HOMBRE JOVEN: Pero mamá ¡Estoy apurado!
MUJER: Enseguida termino
HOMBRE JOVEN: (Mima que se para ante un espejo) ¿Y las navajas de
afeitas, mamá?
MUJER: ¡Ay, hijito, se me olvidó!
HOMBRE JOVEN: ¡Pero, mamá, cómo te olvidas!
MUJER: En la esquina venden. Ve tú en una carrerita.
HOMBRE JOVEN: ¡Sabes que no me gusta ir a comprar! (Sale. Se oye
un portazo)
MUJER: ¡No sé cómo me olvidé! Compre la pomada para los zapatos, la
pasta de dientes, el papel higiénico, el jabón, el alcohol, el
algodón, el esparadrapo, los fósforos, los botones, el hilo y las
agujas. ¡Y me salgo olvidando de las navajas! Ya estoy vieja.
¡No sirvo para nada!
 14
(Entran una muchacha y un hombre y posan propagandísticamente con
un letrero que dice “No olvide a la madre en su día”)
HOMBRE: Nosotros tenemos el regalo que su mamá necesita. Regálele
una batidora para que disfrute haciendo bizcochos. O una
cocina para que se sienta feliz al cocinarle sus comidas
favoritas.
(Se agacha a llorar junto a la muerta. Entran todos los actores y actrices
disponibles con velas y flores. Unos cargan a la muerta y la acomodan en
una tarima. La llenan de flores)
UNA MUJER: ¡Murió como una palomita! ¡Era una santa!
HOMBRE 1: ¡Una madre modelo!
HOMBRE 2: ¡Una esposa ejemplar!

MUCHACHA: O una plancha para que goce planchando. HOMBRE 1: Que dios la tenga en su eterno descanso

HOMBRE: O una lavadora para que se divierta lavando. TODOS: ¡Loor a la madre abnegada!

MUCHACHA: O una lustradora para que deje los pisos como espejos y se
sienta orgullosa de ellos
HOMBRE: O una máquina de coser para que se entretenga cosiendo y
ahorre dinero
MUCHACHA: O una tostadora para que le haga tostadas a usted, todos
los días
HOMBRE: O una máquina de tejer para que le haga chompas a toda la
familia, y hasta puede instalar una pequeña industria casera sin
abandonar el hogar y los niños
HOMBRE 2: ¡Loor a quien sacrificó su vida por su hogar!
(Cargan a la madre muerta)
TODOS: ¡Loor a las madres muertas! Que sigan reventando las madres
vivas para que se hagan dignas de un entierro con mucho
llanto!
(Llevan en hombros a la muerta mientras recita)
(Sale el cortejo)
16

LOS DOS: ¡No olvide a su madre en el día de las madres! (Entra corriendo la muchacha de la malla rosada a la que acosan hombres
y mujeres)
15
HOMBRE 1: La mujer debe ser bella
(Salen, la anciana muere. El hombre joven entra y la ve)
MONJA: La mujer debe ser pura
HOMBRE JOVEN: ¡Mamá, mamá! ¿Qué tienes? (La mueve) ¡Mamá,
mamá! HOMBRE 2: La mujer debe ser humilde

MUJER: La mujer debe estar siempre arreglada para agradar al esposo,

aunque el esposo ni siquiera se lave los pies
HOMBRE: La mujer debe estar siempre dispuesta a complacer al hombre
MONJA: Si no quieres ser esclava del hombre, abandona el mundo y vive
para dios.
HOMBRE 1: La mujer debe ser sensual
HOMBRE 2: La mujer debe llegar virgen al matrimonio
HOMBRE: La mujer debe ser menor que su marido, porque la mujer
envejece antes
MUJER: La mujer debe tener linda silueta aunque tenga diez hijos
HOMBRE: La mujer debe ser tolerante con su marido
MUJER: La mujer debe ser noble y abnegada y darlo todo sin esperar
nada. Si no lo hace así, pobre de ella, yo seré su principal
cuchillo. No podré tolerar toda mi vida de renuncias y ataduras
y ver que otra se libere.
HOMBRE: Los años hacen a los hombres más cultos, más interesantes y
más seguros. A las mujeres, solamente las hacen más viejas.
HOMBRE 1: Un hombre que tiene amante es un hombre normal y nada
impide que sea un caballero. Pero una mujer que tiene amante
es una cualquiera.
TODOS: ¡Una cualquiera!
(Salen.)
17
(Entra el hombre y la muchacha de la propaganda y acosan a la
muchacha de la malla rosada)
HOMBRE: Para tener linda piel use crema “NoFea”
MUCHACHA: Para que sus labios sean tentadores use lápices Sexy-chic
HOMBRE: Para sus ojos use pestañas postizas de pelo natural
MUCHACHA: Para sus manos, use leche de almendras
HOMBRE: Depílese con depilador “Magic” y tendrá una piel de raso
MUCHACHA: Píntese con colorete “Rívoli” y tendrá una piel de rosa
HOMBRE: Haga usted lo posible por adelgazar. El ideal de mujer
moderna se llama Twigy
MUCHACHA: Las gordas ya no están de moda
HOMBRE: Haga usted lo posible por adelgazar. No se trata de una
delgadez razonable y saludable. Se trata de ser como Twigy.
¡Un himno a la desnutrición!
MUCHACHA: Ya no se trata de disimular con fajas ni corsés. Se trata de
ser auténtica e indudablemente extra fina
HOMBRE: Fina desde el esqueleto
MUCHACHA: Milagrosamente viva
LOS DOS: ¡Adelgace!
HOMBRE: ¡Tome píldoras!
MUCHACHA: Haga ejercicios
HOMBRE: Dése baños turcos
MUCHACHA: Hágase masajes
HOMBRE: Todo lo rico engorda. No coma nada de buen sabor. (La
observa) Usted tiene muchas caderas.
MUCHACHA: Muchos muslos
HOMBRE: Muchos pechos VOZ MASCULINA: (Neutra) Es una mujer. (El llanto del bebé es apagado
por el canto de las alegorías que cantan una canción de cuna
MUCHACHA: Mucho tórax con voz cavernosa)
HOMBRE: Mucho vientre LAS TRES: Arroró mi nena, arroró, arroró. Cierra los ojitos porque aquí
LOS DOS: ¡Adelgace! La principal obligación de la mujer es ser bella. estoy yo.

MUCHACHA: Pero recuerde que se acerca el verano. Usted no puede LA BELLEZA: Te estoy esperando para hacer de ti, la cosa bonita, la
lucir flaca en ropa de baño cosa infeliz

HOMBRE: Debe tener, para deslumbrar en la playa, buenas piernas LA DESHONRA: Yo todos tus pasos los vigilaré, y te haré pedazos si
quieres vivir
MUCHACHA: Buenas caderas
LA VEJEZ: Una sombre negra para ti seré. Cuanto más hermosa, más te
HOMBRE: Buenos pechos asustaré
MUCHACHA: Buenos brazos LAS TRES: Arroró mi nena, arroró, arroró. Cierra los ojitos porque aquí
estoy yo.
LOS DOS: Si está usted flaca, ¡engorde! Recuerde que “La principal
obligación de la mujer es ser bella”. (Canturreando cargan a la muchacha y salen con ella)
(Salen persiguiendo a la muchacha que huye)

(Toda la escena debe hacer sido acompañada con música de propaganda

de productos de belleza.)

18

(La muchacha de la malla rosada regresa a escena perseguida esta vez

por tres alegorías horribles. Una de las cuales lleva una banda que dice
“Belleza”, otra un letrero que dice “Deshonra” y la tercera uno que dice
“Vejez”. Las tres figuras acosan a la muchacha con matracas, ella no
sabiendo donde huir, trepa a la rampa, donde se acurruca en posición
fetal. Se produce entonces otra vez el nacimiento del principio pero con la
presencia de los tres monstruos)