Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Narración y experiencia
</■
Maite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
La narración oral
K38
La escritura y sus formas discursivas
Había una vez una niñita a la que su madre le dijo que llevara pan y
leche a su abuela. Mientras la niña cantaba por el bosque, un lobo se le
acercó y le preguntó a dónde se dirigía.
—A la casa de mi abuela -le contestó.
—¿Qué camino vas a tomar, el camino de las agujas o el camino de los
alfileres?
—El camino de las agujas.
El lobo tomó el camino de los alfileres y llegó primero a la casa, mató a
la abuela, puso su sangre en una botella y partió su carne en rebanadas
sobre un platón. Después se vistió con el camisón de su abuela y se
quedó acostado en la cama. La niña tocó a la puerta.
39K
Maite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
—Entra, niñita.
—¿Cómo estás, abuelita? Te traje pan y leche.
—Come tú también, hijita, hay carne y vino en la alacena.
La pequeña niña comió así lo que se le ofrecía; y, mientras lo hacía, un
gatito dijo:
—Cochina, has comido la carne y has bebido la sangre de tu abuela.
Después el lobo le dijo:
—Desvístete y métete en la cama conmigo.
—¿Dónde pongo mi delantal?
—Tíralo al fuego, nunca más lo necesitarás.
Cada vez que se quitaba una prenda, el corpiño, las faldas, las enaguas
y las medias, la niña hacía la misma pregunta y cada vez el lobo le
contestaba:
—Tírala al fuego, nunca más la necesitarás.
Cuando la niña se metió en la cama, preguntó:
—Abuela, ¿por qué estás tan peluda?
-—Para calentarme mejor, hijita.
—Abuela, ¿por qué tienes esos hombros tan grandes?
—Para poder cargar mejor la leña, hijita.
—Abuela, ¿por qué tienes esas uñas tan grandes?
—Para rascarme mejor, hijita.
—Abuela, ¿por qué tienes esos dientes tan grandes?
—Para comerte mejor, hijita.
Y el lobo se la comió.
(pp. 15-16)
Y terminó el cuento. No hay ningún cazador que pase por allí, que
le abra la panza al lobo. Como es evidente, esta versión dista mucho
de la que ha llegado a los niños.
Darnton establece una relación bastante estrecha entre los moti
vos que se repiten en los cuentos de hadas y la realidad social en la
cual esos cuentos eran contados. Es cierto que existían lobos en Euro
pa en esa época, pero el lobo también puede representar a los malhe
chores que estaban agazapados en los bosques esperando para asaltar
a los jóvenes que se lanzaban a los caminos a buscar fortuna, o puede
representar a los soldados que merodeaban y violaban a las mujeres.
El cuento de “Hansel y Gretel”, al igual que el de “Pulgarcito”, co-
La escritura y sus formas discursivas
mienza con los padres que quieren deshacerse de sus hijos y los aban
donan en el bosque. Esta situación, para Darnton, expresa la dura
realidad social de una época de crecimiento demográfico y escasez de
alimento. Otro motivo recurrente es el del hijo menor, que se con
vierte en héroe, logra superar difíciles pruebas y cumplir con la mi
sión que se le ha encomendado y en la que otros (sus hermanos mayo
res, por lo general) han fracasado. ¿Por qué el hijo menor? Porque en
la época, la herencia correspondía al hijo mayor; muerto el mayor,
venía el segundo. Era muy común que fuera el hijo menor quien se
largara a los caminos a buscar fortuna; por eso, debía valerse de su
astucia para sobrevivir. Desde luego que, según de dónde provengan,
las versiones tienen matices diferentes, en relación con la idiosincra
sia de cada pueblo. Las versiones alemanas son más moralistas y más
siniestras, con abundantes elementos sobrenaturales; en cambio, las
francesas son menos moralistas y se caracterizan por cierto humor
negro. En las versiones alemanas, el hijo menor triunfa por sus virtu
des morales y en las versiones francesas, por su astucia. No es cierto,
dice Darnton, que todos los cuentos de tradición oral tengan morale
ja; los cuentos franceses o italianos funcionan más bien como adver
tencia: parecen decir “la calle está dura, así que más vale viveza que
buena conducta”.
Habíamos partido de la idea de que la narración se relaciona con el
conocimiento que deriva de la experiencia o con el conocimiento que
se transmite a través de la experiencia. La relación entre conocimiento
y narración puede interpretarse, según Darnton, como enseñanza
moral o como advertencia. En un ensayo titulado “El narrador”, Walter
Benjamin afirma, refiriéndose a las narraciones orales, que siempre
dejan una enseñanza, ya sea moral o práctica; pero lo que caracteriza
las buenas narraciones es que esa enseñanza aparece entreverada en
la trama de la experiencia vivida. Para Benjamin, las buenas narracio
nes, sean orales o escritas, no interpretan los hechos que narran; se
I i mitán a contar y dejan que el que escucha o lee extraiga su enseñan
za. Por eso, las buenas narraciones sobreviven en el tiempo y pueden
ser escuchadas una y otra vez, pueden ser leídas en distintos momen
tos, y cada vez el lector o el oyente les encuentra un sentido diferente.
Y como la narración tiene que ver con la experiencia, cuanta más expe
riencia acumulada, más autoridad tendrá el narrador. Los dos prototi
41 ■
Maite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
La trama narrativa
723, 724......................................
725. Llegaron por primera vez los sarracenos.
726,727,728,729,730...............................
731. Murió Beda el Venerable, presbítero.
732. Carlos luchó contra los sarracenos en Poitiers, en sábado.
733,734..........................................
(pp. 22-23)
43 K
Maite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
El narrador
■ •14
La escritura y sus formas discursivas
La subjetivización de la narración
4SK
Maite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
■ 46
La escritura y sus formas discursivas
47K
Maitc Alvarado I Alicia Yeannoteguy
1. Con el título “Tesis sobre el cuento”, el mismo texto está en Crítica y ficción, de
Ricardo Piglia, publicado en Bs. As. por Siglo XX, en 1990.
■ 48
La escritura y sus formas discursivas
491
Mciite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
En resumen, todos los elementos que forman parte del relato tie
nen alguna función. En algunos casos, esa función está directamente
vinculada con la trama narrativa; en otros, en cambio, descansa más
en la capacidad del lector para realizar inferencias que apelan a sus
esquemas socioculturales y a su enciclopedia. Ambos tipos de funcio
nes se complementan, e incluso se superponen. Desde un cierto pun
to de vista, se podría hablar de dos lógicas distintas que rigen el relato
y de las que participan los mismos elementos: la historia visible, la de
los acontecimientos; y la historia que se infiere, la secreta.
El pacto ficcional
5/ ■
Maite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
Verosimilitud
531
Maite Alvarado I Alicia Yeannoteguy
■ 54
La escritura y sus formas discursivas
La descripción
■ J>ó
La escritura y sus formas discursivas
Resumen
■ 58
La escritura y sus formas discursivas
Bibliografía
Propp, Vladimir, Las raíces históricas del cuento, Buenos Aires, Fun
damentos, 1974.
----------------------- , Morfología del cuento, Buenos Aires, Fundamentos,
1974.
Saer, Juan José, “El concepto de ficción”, en El concepto de ficción,
Buenos Aires, Ariel, 1997.
Todorov, Tzvetan, “Introducción”, en WAA,Lo verosímil, Buenos Ai
res, Tiempo Contemporáneo, 1973.
......... ....... . ......... , “Lo verosímil que no se podría evitar”, en WAA, Lo
verosímil, Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo, 1973.
White, Hayden, El contenido de la forma. Narrativa, discurso y repre
sentación histórica, Barcelona, Paidós, 1992.
4. La argumentación
La perspectiva discursiva
6/ «