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II. CONCLUSIONES
Es evidente que el principio de interdicción múltiple es la consolidación de las garantías
mínimas que debe tener una persona al momento de un enjuiciamiento penal, todo ello bajo el
amparo de nuestra carta magna a nivel nacional, y de los Tratados Internacionales de Derechos
Humanos. Tal es la importancia, que la sola ausencia del principio, implicaría numerosos
procesos penales en contra de una sola persona, lo que supone un quebrantamiento de lo que
conocemos como modelo garantista. Sin embargo, no es aplicado adecuadamente en nuestro
ordenamiento jurídico, debido a nuestra jurisprudencia al respecto.
Rodriguez, H. (2007). “Principios y modelo del Código Procesal Penal 2004”. Teoría y
práctica para la reforma procesal penal. BLG: Trujillo.