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LAS FALSAS DIVERGENCIAS DE LOS SISTEMAS

INQUISITIVO Y ACUSATORIO. EL IDEALISMO


ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS
Serie Estudios Jurídicos, Núm. 201

Coordinadora editorial: Elvia Lucía Flores Ávalos


Asistente editorial: Karla Beatriz Templos Núñez
Cuidado de la edición: Miguel López Ruiz
Formación en computadora: José Antonio Bautista Sánchez
DANIEL MÁRQUEZ GÓMEZ
ALFREDO SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

LAS FALSAS DIVERGENCIAS


DE LOS SISTEMAS
INQUISITIVO Y ACUSATORIO.
EL IDEALISMO ALREDEDOR
DE LOS JUICIOS ORALES
EN MÉXICO

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


México, 2012
Primera edición: 20 de junio de 2012

DR © 2012, Universidad Nacional Autónoma de México


INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS
Circuito Maestro Mario de la Cueva s/n
Ciudad de la Investigación en Humanidades
Ciudad Universitaria, 04510 México, D. F.

Impreso y hecho en México


Para el doctor Diego Valadés,
ilustre humanista y generoso transmisor
de enseñanzas
CONTENIDO

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
Enrique Díaz Aranda

Introducción. Importancia del tema e hipótesis de trabajo. . 1


I. Proceso penal: sistema inquisitivo versus sistema acu-
satorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1. Sistema penal inquisitivo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
2. Aplicación del sistema penal acusatorio en los Es-
tados Unidos de América. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
II. Sistema inquisitivo y sistema acusatorio: convergen-
cias y divergencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
III. Derribando los mitos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
1. Inquisición contra acusación. . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2. Escritura contra oralidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
3. Publicidad contra secrecía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
4. Principios contra carencia de principios . . . . . . . . 33
5. Supuesta ineficacia de la inquisición y eficacia de
la acusación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
6. Presunción de inocencia contra presunción de cul-
pabilidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
7. La presencia de la trilogía de jueces en el procedi-
miento acusatorio: jueces de control, jueces de la
causa y juez ejecutor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
8. La regularidad de la ilegalidad . . . . . . . . . . . . . . . 39

VII
VIII CONTENIDO

9. El sistema acusatorio como parte de los sistemas


“democráticos” y el inquisitivo como parte de los
sistemas “autoritarios”: una división vetusta. . . . . 40
IV. Contenido de la reforma constitucional de 2008 en
materia de juicios orales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
V. Consideraciones finales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
VI. Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Las falsas divergencias de los sistemas inquisitivo y acusatorio.
El idealismo alrededor de los juicios orales en México, edi-
tado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de
la UNAM, se terminó de imprimir el 20 de junio de
2012 en Editorial Cromo Color S. A. de C. V., Mi-
ravalle 703, col. Portales, delegación Benito Juárez,
03570 México, D. F. Se utilizó tipo Baskerville de 9, 10
y 11 puntos. En esta edición se empleó papel cultu-
ral 57 x 87 de 37 kilos para los interiores y cartulina
couché de 154 kilos para los forros; consta de 500
ejemplares (impresión offset).
PRÓLOGO

El desmesurado incremento de la criminalidad en México ha


llevado al gobierno federal a intentar combatirlo a través de un
nuevo sistema de justicia penal, dentro del cual juega un rol muy
importante el “proceso penal acusatorio”. Ya en 1993-1994 (con la
sustitución del cuerpo del delito por los elementos del tipo penal)
y en 1999 (con el regreso del cuerpo del delito) se había intentado
un cambio importante de las reglas del proceso penal mixto para
poder privar legalmente de la libertad al probable responsable del
delito con el mayor apego a los principios de un Estado social y
democrático de derecho.
Sin embargo, desde 1917 hasta 2008 la justicia mexicana dio
muestras de fallas graves: se detenía a los probables responsables
para investigar y al final quedaban impunes los delincuentes y se
condenaba a los inocentes.
Así, se creyó que adoptando un nuevo proceso penal podía-
mos abatir la criminalidad. Ello conlleva a varias reflexiones, a
saber:
1. ¿Qué es más importante: el fondo o la forma? Recordemos
que el proceso penal es adjetivo, y por ello solo es forma; quiere
decir que para condenar a una persona presuntamente respon-
sable de un delito se debe probar que cometió dicho delito, y, en
este sentido, es el derecho penal sustantivo (fondo) el que indica
cuáles son los presupuestos para sostener la comisión del delito
(conducta típica, antijurídica y culpable).
2. La revisión de cientos de expedientes nos muestra que las
injustas resoluciones judiciales (absolviendo criminales o conde-
nando a inocentes) no tienen su falla principal en la actuación del
juzgador, sino en la deficiente labor del Ministerio Público, que
IX
X PRÓLOGO

no investigó debidamente, y tampoco aportó las pruebas para


sustentar fundada y motivadamente su acusación.
3. Para que el Ministerio Público sepa cómo probar, primero
necesita saber qué debe probar; por ejemplo, saber que no solo
por causar el resultado ya se puede encuadrar la conducta en el
tipo o bien sostener la atribución del resultado a una conducta
omisiva, o cuáles son los elementos requeridos por el tipo y su
naturaleza para poder encuadrar plenamente la conducta en la
descripción realizada por el legislador (juicio de tipicidad). Bas-
ten estos ejemplos para darnos cuenta de que el Ministerio Públi-
co primero debe contar con un amplio soporte dogmático para
tener muy claro qué busca y después pasar a determinar cómo lo
va a probar.
4. Con la adopción del nuevo proceso penal acusatorio se
apuesta por la despresurización de la carga de trabajo para los ope-
radores del sistema, pues se calcula que solo un 10% de los asuntos
llegarán al juicio oral, y el 90% restante se resolverá por medios
alternos. Además, la reforma pretende permitir al vinculado a pro-
ceso el goce de su libertad con la imposición de alguna medida de
seguridad que impida su sustracción, con lo cual la prisión preven-
tiva quedaría como la excepción.
5. Sin embargo, el verdadero trasfondo de la reforma consti-
tucional de 2008 radica en legalizar el libramiento de órdenes de
aprehensión y dictar autos de vinculación a proceso con sospe-
chas; además, en delitos graves el juez deberá ordenar la prisión
preventiva oficiosamente. Si tomamos en cuenta el extenso ca-
tálogo de delitos considerados como graves, entonces con sospe-
chas se podrá legalmente mantener privada de la libertad a una
persona vinculada a proceso. ¿Dónde quedó la máxima protec-
ción de libertad y la presunción de inocencia?
6. La estricta aplicación de los principios rectores del proce-
so penal acusatorio obliga al juez a vigilar que la acusación del
Ministerio Público en los alegatos de clausura de la audiencia de
juicio oral esté respaldada con pruebas plenas que destruyan la
presunción de inocencia para poder dictar una sentencia con-
PRÓLOGO XI

denatoria. Por el contrario, si las pruebas no respaldan la teoría


fáctica, entonces la teoría jurídica tampoco queda sustentada, y
la teoría del caso cae estrepitosamente, transformando la presun-
ción de inocencia en in dubio pro reo, con lo cual el juez deberá
absolver. *
7. En los Estados en los cuales ya se aplica el proceso penal
acusatorio han quedado de manifiesto las deficientes investiga-
ciones del Ministerio Público y la absolución de presuntos crimi-
nales, generando un sonoro reclamo de la sociedad. Lamenta-
blemente, es el juez quien resuelve y contra quien se dirige la ira
social, sin saber que la falla fue del Ministerio Público.
Ante este desolador panorama, es necesario generar crite-
rios de interpretación de un sistema ajeno a nuestra tradición;
por ello celebro el compromiso y dedicación de mis distingui-
dos colegas y amigos: Alfredo Sánchez-Castañeda y Daniel Már-
quez, para abonar en este árido terreno y ayudarnos a evitar que
este riesgoso experimento de un nuevo proceso penal acusatorio
culmine con el peor de los fracasos del sistema de justicia penal
mexicano. ¡Enhorabuena!

Ciudad Universitaria, abril de 2012


Prof. h.c. Dres. Enrique Díaz-Aranda
Investigador titular en el IIJ de la UNAM

* Una amplia exposición de todos estos problemas la realizo en mi libro:


Proceso penal acusatorio y teoría del delito (legislación, jurisprudencia y casos prácticos),
México, Straf, 2008, 906 pp.
INTRODUCCIÓN
Importancia del tema e hipótesis de trabajo

Existe una amplia bibliografía sobre la reforma penal de 2008.


Ilustres juristas y especialistas en la materia han abordado el tema
de manera brillante; ellos han señalado los diversos motivos que
enmarcaron dicha reforma: crisis institucional, ansias reformado-
ras, ánimos protagonistas. Al respecto, sin dejar de reconocer la
buena fe de muchos estudios serios en la materia, Sergio García
Ramírez señala que:

Cuando las necesidades apremian, el trabajo comienza y la espe-


ranza reaparece, hay que distinguir, pues, entre el aventurerismo
alimentado por un ímpetu reformista que se abastece con turis-
mo, importaciones apresuradas y lecturas de última hora, y el ge-
nuino desarrollo en la función de la justicia, informado por el
conocimiento, la previsión y la experiencia.1

Discusión en donde algunas de las agencias internacionales,


como la Agency for International Development (USAID), han
desempeñado papeles protagonistas financiando proyectos y es-
tudios.2
1 García Ramírez, Segio, “La reforma del proceso penal: riesgos y desa-
fíos”; en García Ramírez, Segio e Islas de González Mariscal, Olga (coords.),
Foro sobre justicia penal y justicia para adolecentes, México, UNAM, 2009, p. 159.
2 USAID, Rule of Law Project: Mexico. Project # DFDI-00-04-000175-00
Task Order 4. 2nd Quarter Report Fy2009. January 1 st. March 31 st., 2009.
http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PDACO420.pdf Consultado el primero de febrero de
2012. USAID; Rule of law Project: Mexico. Project # DFDI-00-04-000175-00
Task Order 4. 1st Quarter Report Fy 2010. October 1st. December 31 st. 2010.
http://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PDACQ823.pdf Consultado el primero de febrero de
2012.
1
2 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

Esfuerzos legítimos y valiosos para mejorar las instituciones,


pero que en muchas ocasiones han dejado de ver el complejo en-
tramado de la justicia mexicana, al partir de un idealismo hueco
muy característico de América Latina,3 en muchas ocasiones re-
basado por las prácticas cotidianas.4 Arrestos quizá no tan probos
cuando la reforma penal pareciera atentar justamente contra lo
que defiende: el Estado de derecho.5
La reforma penal es amplia y harto compleja. Sería inade-
cuado y pretencioso abordarla en un solo artículo; los temas son
muchos y variados. Su estudio amerita dedicarse con sumo cui-
dado a cada uno de ellos. El arraigo, por ejemplo, requiere de un
estudio particular, que analice, entre otros puntos, como ya se ha
visto, particularmente Chiapas, una clara violación a los dere-
chos humanos, a través de dicha figura.6 Tema, dicho sea de paso,
que atenta contra una reforma que se ha pretendido presentar
como garantista, que muestra también con claridad los claroscu-
ros de dicha reforma.7

3
Ya desde los setenta es señalado el idealismo jurídico que caracteriza a los
países de Amércia Latina. Al respecto véase Karst, Kenneth L. y Rosenn, Keith
S., Law and Development in Latin America. A Case Book, University of California
Press, Berkeley, Los Angeles, London, Ltd. London, England, 1975, pp. 58-65.
4
Figuereido, Luís Cláudio, “A lei é dura, mais... (para uma clínica do “le-
galismo” e da transgressão)”, Sociedade é Estado, vol. XI, núm. 1, 1996, pp. 57-74.
5
“En este punto se agita un falso dilema, que determina rumbos, acumula
partidos y propicia soluciones contrapuestas. Es obvio que aquí se libra, una
vez más, la batalla histórica entre la racionalidad y el autoritarismo, porque
nadie en su sano juicio —en su sano juicio histórico, quiero decir— tragaría la
rueda de molino de que para proteger los derechos fundamentales es preciso
olvidar la seguridad, o de que para amparar la seguridad es necesario abolir los
derechos humanos”. García Ramírez, Sergio, “La reforma del proceso penal:
riesgos y desafíos”; en García Ramírez, Sergio e Islas de González Mariscal,
Olga (coords.), Foro sobre justicia penal y justicia para adolecentes, México, UNAM,
2009, p. 162.
6
Diario de Chiapas, 5 de agosto de 2011. http://www.diariodechiapas.com/no-
ticias/2011080529153/bogatv/clausuran-casa-de-arraigo-pitiquito-en-chiapa-de-corzo.
Consultado el 8 de agosto de 2011.
7
Al respecto, dentro de los posibles retrocesos o excesos de la reforma pe-
nal resalta la modificación al artículo 123, apartado B, que legitima el despido
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 3

En ese sentido, sólo pretendemos, en esta primera aproxima-


ción, abordar la aparente diferencia entre el sistema inquisitivo
y el sistema acusatorio, con el fin de señalar la presencia de ras-
gos acusatorios en nuestro antiguo sistema inquisitorio, así como
hacer algunas notas sobre la “originalidad” de la oralidad en el
proceso. A la luz de las anteriores consideraciones, pretendemos
confrontar el sistema inquisitivo con el sistema acusatorio, al me-
nos como formalmente ha aparecido en nuestro país, con el fin de
señalar que la reforma implantada no está tan lejos de lo que for-
malmente ha existido en el país (I); señalar algunas divergencias
y convergencias presentes (II); que nos permitan derribar algunos
mitos existentes (III); y así poder detenernos en los mal llamados
“juicios orales” en materia penal (IV).
Sirvan las anteriores reflexiones para estudiar con la mayor
objetividad posible el alcance real y las limitantes de la reforma
penal realizada en nuestro país, así como para prevenir la expan-
sión de las reformas acríticas e idealistas, que como se verá en el
presente trabajo, en muchas ocasiones han implicado un franco
retroceso en materia de derechos humanos y de debido proceso
legal, justamente, gran paradoja, lo que se pretendía salvaguar-
dar y perfeccionar.

administrativo y los despidos injustificados mediando una indemnización, a pe-


sar de lo infundado del mismo, dejando asomar nuevamente los claroscuros de
la reforma penal.
I. Proceso penal: sistema inquisitivo
versus sistema acusatorio

Entre el periodo que abarca el año de 2004 al momento actual,


los juicios orales han estado presentes en diversas entidades fe-
derativas de nuestro país: Chihuahua,8 Oaxaca,9 Nuevo León,10
Zacatecas,11 Durango,12 Estado de México13 y Baja California.14

8 En Chihuahua se publicó en el Diario Oficial del Estado el 9 de agosto de 2006

el Código de Procedimientos Penales del Estado, y el 27 de diciembre de 2006 el


Nuevo Código Penal estatal.
9 Oaxaca aprobó su Código Penal el 6 de septiembre de 2006.
10 El primer juicio oral en Nuevo León fue contra Alejandro Santana, de 19
años, acusado de manejar ebrio, y de matar a un pasajero y dejar a otra persona
cuadripléjica cuando chocó su automóvil (información de AP del 18 de febrero
de 2005 y de la Presidencia de la República en http://fox.presidencia.gob.mx/buen
asnoticias/?contenido=16805&pagina=292, consultada el 13 de abril de 2011). El
“juicio” concluyó el 23 de febrero de 2005, cinco días después. Una audiencia
que duró 15 minutos y que condenó a Alejandro Santana a tres años de prisión
y a la reparación del daño por 441,000 pesos, según nota de David Carrizales,
publicada en La Jornada del 24 de febrero de 2005.
11 En Zacatecas, los juicios orales entraron en vigor el 5 de enero de 2009.
12 Este estado informó el 20 de abril de 2010 la realización de su primer
juicio oral, el 19 de abril de 2010, relacionado con un homicidio. El 28 de
abril se condenó a José Ángel Esquivel Gallardo por el delito de homicidio
(véase Organismo Implementador de la Reforma Penal: http://www.facebook.
com/pages/Organismo-Implementador-De-La-Reforma-Penal/398274788687?sk=notes,
consultada el 13 de abril de 2011).
13 En el Estado de México el 1o. de agosto de 2006 entraron en vigor las
primeras dos salas de juicios orales.
14 En Baja California se tuvo que suspender el primer juicio oral porque
el reo, Rigoberto Aguilar, se había fugado (véase nota León, Francisco (de);
“Aplazan el primer juicio oral en la historia de Baja California por fuga de reo”,
El Sol de Nayarit, 1o. de febrero de 2011, en http://www.elsoldenayarit.com/inf/nota.
php?id_nota=4825, consultado el 13 de abril de 2011).
5
6 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

En el dictamen15 publicado en la Gaceta Parlamentaria del 11


de diciembre de 2007, relacionado con la reforma constitucional
en materia penal, se destacan las bondades del llamado sistema
acusatorio, frente a las deficiencias del sistema inquisitivo, situación
por la cual se reformaron los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22,
73, 115 y 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
El dictamen asienta que

se pretende implantar un sistema acusatorio respetando sus fun-


damentales principios y características, y adaptado al mismo
tiempo a las necesidades inminentes de nuestro país de combatir
eficientemente los altos índices de delincuencia que aquejan a la
ciudadanía y a la naturaleza de nuestras instituciones, permitien-
do con ello su consolidación de manera gradual a la cultura y
tradición jurídica mexicana.

Se señala, además, que “cuando decimos que el sistema ac-


tual es preponderantemente inquisitivo, nos referimos a que el
indiciado es culpable hasta que se demuestre lo contrario, y se
le ve como un objeto de investigación, más que como sujeto de
derechos”. Como se advierte, el dictamen parte de un principio:
sistema inquisitivo es igual a culpabilidad.
Además, sostiene:
el modelo de justicia penal vigente, ha sido superado por la reali-
dad en que nos encontramos inmersos. En tal virtud, se propone
un sistema garantista, en el que se respeten los derechos tanto de
la víctima y ofendido, como del imputado, partiendo de la pre-
sunción de inocencia para este último. Tal sistema se regirá por

15
Eldictamen lo emitieron las Comisiones Unidas de Puntos Constitucio-
nales y de Justicia, con proyecto de decreto que reforma, adiciona y deroga
diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexi-
canos. Aprobado en lo general en la Cámara de Diputados con 366 votos en
pro, 53 en contra y 8 abstenciones, el 12 de diciembre de 2007. Aprobado en la
Cámara de Senadores con 79 votos en pro, 27 en contra y 4 abstenciones, el 13
de diciembre de 2007.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 7

los principios de publicidad, contradicción, concentración, con-


tinuidad e inmediación, con las características de acusatoriedad
y oralidad; la primera, para asegurar una trilogía procesal en la
que el ministerio público sea la parte acusadora, el inculpado esté
en posibilidades de defenderse y que al final, sea un juez quien
determine lo conducente; la segunda, que abonará a fomentar la
transparencia, garantizando al mismo tiempo una relación direc-
ta entre el juez y las partes, propiciando que los procedimientos
penales sean más ágiles y sencillos.

Como el anterior argumento, el dictamen busca contrastar


las bondades del sistema “acusatorio” frente a las deficiencias del
sistema “inquisitivo”.
Cabe señalar que la “idealización” de la oralidad está pre-
sente en toda América Latina; por ejemplo, en la XIV Cumbre
Judicial Iberoamericana de 2008 se señaló que:16

La oralidad, entendida como el intercambio verbal de ideas, cons-


tituye una herramienta esencial en la tarea jurisdiccional, como
instrumento para facilitar el debido respeto a los derechos y ga-
rantías de los ciudadanos en un Estado de Derecho moderno, al
permitir que la actuación del juzgador se acomode a criterios de
inmediación y contradicción realmente efectivos.
Asimismo, a través de un juicio público, sólo posible en el ám-
bito de la oralidad, la sociedad ejerce legítimas facultades de co-
nocimiento y control acerca del verdadero contenido de la activi-
dad de sus jueces y tribunales, con lo que, simultáneamente, crece
el prestigio de éstos, obviando una parte importante de los reparos
que un sistema procesal escrito pudiera suscitar.
La transparencia se convierte así, igualmente, en arma eficaz
contra la corrupción, en todos los ámbitos de lo público, al per-
mitir un enjuiciamiento eficaz y riguroso de las conductas ilícitas
de todo orden.
La oralidad y la publicidad, cumplidas en forma plena y rigu-
rosa, facilitan la socialización del mensaje de una respuesta firme

16 XIV Cumbre Judicial Iberoamericana, Brasilia, 4 a 6 de marzo de 2008.


La oralidad procesal en Iberoamérica, p. 2.
8 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

del Estado, razonada y motivada, frente a los hechos legalmente


considerados como inaceptables.
Puede, por consiguiente, afirmarse que la oralidad, robuste-
ciendo el debido proceso legal, se erige en garantía de una mejor
justicia, a la vez que constituye elemento decisivo para alcanzar el
grado deseable de confianza y vinculación de los ciudadanos con
los responsables de su ejercicio.

Como principio metódico, atendiendo a las anteriores con-


sideraciones, para orientar nuestra exposición consideramos que
es importante reflexionar, desde el punto de vista estrictamente
procesal, sobre el contenido de los anteriores dos esquemas. Con
el objetivo de realizar una comparación lo más integral posible,
tomaremos como base los juicios penales federales en Estados
Unidos y en México.
El motivo de la selección se basa en el hecho de que el mo-
delo de juicios orales vigente en Estados Unidos es una de las
principales bases de las diversas modificaciones que se han dado
en América Latina.

1. Sistema penal inquisitivo

Como lo destaca el artículo 1o. del Código Federal de Pro-


cedimientos Penales, los procedimientos regulados son la averi-
guación previa, preinstrucción, instrucción, primera instancia,
segunda instancia, ejecución, y los relativos a inimputables, a me-
nores y a quienes tienen el vicio o la necesidad de consumir estu-
pefacientes o psicotrópicos.

A. Denuncia o querella

En el régimen penal mexicano, a nivel federal, la averigua-


ción previa integra las diligencias, que se verifican desde la de-
nuncia o querella hasta la consignación a los tribunales del ex-
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 9

pediente; estas diligencias son las legalmente necesarias para que


el Ministerio Público determine si ejercita o no la acción penal.
Como se destaca en el artículo 2o. del mismo Código Federal
de Procedimientos Penales, en esta fase de averiguación previa el
Ministerio Público debe recibir las denuncias o querellas, orales
o escritas, sobre hechos que puedan constituir un delito; practicar
y ordenar la realización de todos los actos necesarios para acre-
ditar el cuerpo del delito y la probable responsabilidad, así como
los tendientes a la reparación del daño; solicitar a la autoridad
jurisdiccional las medidas precautorias,17 indispensables para la
averiguación previa y las órdenes de cateo que procedan; acor-
dar la detención o retención de los indiciados; solicitar el apoyo
de la policía para brindar protección a víctimas, ofendidos, tes-
tigos, jueces, magistrados, agentes del Ministerio Público y de la
policía, y en general, de todos los sujetos que intervengan en el
procedimiento, en los casos en que exista un riesgo objetivo para
su vida o integridad corporal, entre otras cuestiones.
Los delitos se pueden investigar de oficio o a petición de par-
te; el Ministerio Público y sus auxiliares tienen la obligación de
investigar de oficio los delitos de que tengan noticia; sin embar-
go, en cierta clase de delitos es necesaria la querella del ofendido
para que se proceda a la investigación. En este momento se pue-
de detener al inculpado o éste se puede presentar voluntariamen-
te ante el Ministerio Público Federal.18
Esta parte concluye cuando se acredita el cuerpo del delito
y la probable responsabilidad del indiciado; en este sentido, el

17
Arraigo, aseguramiento o embargo.
18
Se le hacen saber los derechos que se le otorgan constitucionalmente: a) no
declarar si así lo desea, o, en caso contrario, a declarar asistido por su defensor;
b) tener una defensa adecuada por sí, por abogado o por persona de su confi-
anza, o por un defensor de oficio; c) que su defensor comparezca en todos los
actos de desahogo de pruebas dentro de la averiguación; d) que se le faciliten
todos los datos que solicite para su defensa y que consten en la averiguación, e)
que se le reciban los testigos y demás pruebas que ofrezca y que se tomarán en
cuenta para dictar la resolución que corresponda; y f) que se le conceda, inme-
diatamente que lo solicite, su libertad provisional bajo caución (artículo 128).
10 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

Ministerio Público ejercita la acción penal ante los tribunales y


expresa, sin necesidad de acreditarlos plenamente, la forma de
realización de la conducta, los elementos subjetivos específicos, y
las demás circunstancias del ilícito.
En este contexto, al recibir las diligencias de averiguación
previa, si hay detenidos y la detención está justificada, se hace
la consignación a los tribunales; en caso contrario, se ordena la
libertad del inculpado (artículo 135).

B. Preinstrucción

En esta fase se realizan las actuaciones para determinar los


hechos materia del proceso, su clasificación conforme al tipo pe-
nal aplicable y la probable responsabilidad del inculpado, o bien,
en su caso, se otorga la libertad al inculpado por falta de elemen-
tos para procesar.
El juzgador, después de dictar el auto de formal prisión o
de sujeción a proceso, analiza los excluyentes del delito que no
se actualicen por falta de los elementos subjetivos del tipo, sin
perjuicio del derecho del inculpado de acreditar ante el propio
Ministerio Público la inexistencia de dichos elementos.

C. Instrucción y primera instancia

La fase de instrucción abarca las diligencias practicadas ante


y por los tribunales, con el fin de investigar y probar la existencia
del delito, las circunstancias de comisión, las peculiaridades del
inculpado y la responsabilidad o irresponsabilidad penal de éste.
El Ministerio Público precisa su pretensión, y el procesado, su
defensa ante el tribunal, el cual valora las pruebas y pronuncia la
sentencia definitiva.
En el caso de consignaciones sin detenido, el tribunal radica
el asunto, y abre un expediente para resolver lo que legalmente
corresponda y practicar alguna o todas las diligencias que pro-
muevan las partes. También, se ordena o niega la aprehensión,
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 11

reaprehensión, comparecencia o cateos. En el caso de delitos gra-


ves, la radicación se hace de inmediato, y el juez ordena o niega
la aprehensión o cateo solicitados dentro de las veinticuatro horas
siguientes.
Si el juez niega la aprehensión, reaprehensión, comparecen-
cia o cateo, por considerar que no están reunidos los requisitos
constitucionales (artículo 16) o legales (artículo 195), se regresa el
expediente al Ministerio Público para su perfeccionamiento.
La instrucción debe cerrarse en el menor tiempo posible;
cuando exista auto de formal prisión y el delito tenga señalada
una pena máxima dos años de prisión, se cierra dentro de diez
meses; si la pena máxima es de dos años de prisión o menor, o se
dictó auto de sujeción a proceso, la instrucción debe concluirse
dentro de tres meses (artículo 147). También es posible solicitar
como medida cautelar el embargo precautorio de bienes para
hacer efectiva la reparación de los daños y perjuicios derivados
del ilícito (artículo 149).
Un vez concluidos los plazos legales o cuando el tribunal con-
sidere agotada la instrucción, se emite una resolución y se da vista
de las partes por diez días para que promuevan las pruebas que
estimen pertinentes, los cuales se desahogan dentro de los quince
días siguientes. En esta fase se pueden desahogar pruebas para
mejor proveer o pedir la ampliación del plazo. Una vez trans-
curridos los plazos, el tribunal, de oficio, y previa certificación,
emite el auto en el que se determinen los cómputos de los plazos
de desahogo de pruebas (artículo 150).
Una vez que se agotó el procedimiento, se emite la declara-
ción de cierre de instrucción (artículo 150). El inculpado puede
optar por el procedimiento ordinario dentro de los tres días si-
guientes a la notificación de la instauración del juicio sumario.
Cuando el juzgador acuerde el cierre de instrucción, debe citar
para la audiencia de vista (artículo 152).
Una vez decretado el cierre de instrucción, se pone la cau-
sa a la vista del Ministerio Público por diez días para que este
formule conclusiones por escrito (artículo 291). El mismo día en
12 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

que el inculpado o su defensor presenten sus conclusiones, o en


el momento en que se haga la declaración de conclusiones de
inculpabilidad a que se refiere el artículo 297, se fija la fecha de
la audiencia de vista, con efectos de citación para sentencia (ar-
tículo 305).
En la audiencia, se puede interrogar al acusado sobre los he-
chos materia del juicio: el juez, el Ministerio Público y la defensa.
En caso de necesidad, y cuando sea posible, a juicio del tribunal,
si lo solicitan las partes, se pueden repetir las diligencias de prue-
ba a más tardar al día siguiente en que se notificó el auto citando
para la audiencia. También se leen las constancias que las partes
señalen; y después de oír los alegatos, se declara visto el proceso,
con lo que termina la diligencia, salvo que el juez, oyendo a las
partes, considere conveniente citar a nueva audiencia, por una
sola vez (artículo 306).
En los casos: a) de delitos cuya pena no exceda de dos años;
b) en delito flagrante; c) si existe confesión o se trate de pena de
cinco años de prisión, y si no hay más pruebas que ofrecer, la
audiencia inicia con las conclusiones del Ministerio Público, des-
pués con la respuesta de la defensa. Si las conclusiones son acu-
satorias, se sigue el procedimiento mencionado en el artículo 306,
y se dicta la sentencia en la misma audiencia o dentro de los cinco
días siguientes. Si las conclusiones son no acusatorias, se suspen-
de la audiencia y se da vista al procurador para que confirme o
modifique las conclusiones (artículo 307).

D. Juicio por jurado

En el régimen jurídico mexicano existe la posibilidad de un


juicio por jurado, tal y como se prescribe en el artículo 308 del
Código Federal de Procedimientos Penales. En este caso, una vez
formuladas las conclusiones del Ministerio Público y de la defen-
sa, el tribunal, dentro de los quince siguientes, señala el día y la
hora para la celebración del juicio, y ordena la insaculación y el
sorteo de los jurados.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 13

Una vez practicado el sorteo, el presidente de debates pre-


gunta a los jurados si cumplen con los requisitos legales para ser
jurados y si no tienen alguna causa de impedimento. Si un jurado
manifiesta que no puede participar en el juicio, se pide la opinión
del Ministerio Público, y el presidente de debates resuelve si ad-
mite o desecha el impedimento alegado (artículo 315).
Integrado el jurado, el presidente de los debates les toma pro-
testa, con la fórmula siguiente: “Protestáis desempeñar las fun-
ciones de jurado sin odio ni temor y decidir según apreciéis en
vuestra conciencia y en vuestra íntima convicción, los cargos y los
medios de defensa, obrando en todo con imparcialidad y firme-
za?” Cada miembro del jurado individualmente deberá contes-
tar: “Sí protesto” (artículo 320).
Instalado el jurado, el presidente de los debates ordena la
lectura de las constancias necesarias o que soliciten las partes (ar-
tículo 322). Terminada esa lectura, el presidente de debates in-
terroga al acusado sobre los hechos motivo de juicio. Después
corresponde al Ministerio Público, a la defensa y a los jurados,
interrogarlo para buscar la verdad. Los jurados deben evitar dar
su opinión sobre el caso (artículo 323).
Una vez concluido el examen del acusado, de los testigos y
peritos, practicados los careos y recibidas las demás pruebas, el
Ministerio Público presenta sus conclusiones verbalmente (artículo
324); después corresponde hacer la defensa (artículo 326); poste-
riormente, habla el acusado; cuando termina, el presidente cierra
los debates (artículo 329).
A continuación, el presidente de los debates formula el inte-
rrogatorio para la deliberación del jurado. La primera pregunta
del interrogatorio es: “Al acusado N. N. le es imputable (aquí se
asentarán el hecho o hechos que constituyan los elementos ma-
teriales del delito imputado, sin darles denominación jurídica ni
aplicar lo dispuesto en este artículo)”. En seguida se ponen las
preguntas sobre las circunstancias modificativas (artículo 330).
Después, el presidente de los debates dirige a los jurados la
siguiente instrucción:
14 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

La ley no toma en cuenta a los jurados los medios por los cuales
formen su convicción; no les fija ninguna regla de la cual depen-
da la prueba plena y suficiente; sólo les manda interrogarse a sí
mismos y examinar con la sinceridad de su conciencia la impre-
sión que sobre ella produzcan las pruebas rendidas en favor o en
contra del acusado. La ley se limita a hacerles esta pregunta, que
resume todos sus deberes: ¿Tenéis la íntima convicción de que el
acusado cometió el hecho que se le imputa? Los jurados faltan a
su principal deber si toman en cuenta la suerte que, en virtud de
su decisión, deba caber al acusado por lo que disponen las Leyes
Penales.

En seguida, el presidente de los debates entrega el proceso e


interrogatorio al jurado de más edad, quien es el presidente del
jurado, el más joven, como secretario. Se suspende la audiencia,
los jurados pasan a la sala de deliberaciones, y no pueden salir de
ella ni tener comunicación con las personas de fuera hasta que el
veredicto esté firmado (artículo 336).
Una vez firmado el veredicto, pasan los jurados a la sala de
audiencias, y su presidente lo entrega con el proceso al presidente
de los debates, quien da lectura al veredicto (artículo 343). Si no
se votó alguna pregunta o hay contradicción en la votación, los
jurados vuelven a la sala de deliberaciones a votar la pregunta
omitida, o a desahogar las contradictorias.
El secretario asienta razón de la nueva votación, recoge las
firmas de los jurados y las certifica; cuando el veredicto sea abso-
lutorio o condenatorio, el presidente de los debates ordena a los
jurados que se retiren. En seguida se abre la audiencia de dere-
cho (artículo 344). Abierta la audiencia, se concede la palabra al
Ministerio Público, y en seguida a la defensa, para que alegue lo
que crea pertinente, fundando su petición en las leyes, ejecutorias
y doctrinas que estimen aplicables (artículo 345).
Concluido el debate, el juez dicta la sentencia, que contie-
ne la parte resolutiva, y que será leída por el secretario (artículo
346). La lectura de la sentencia surte los efectos de notificación en
forma en cuanto a las partes que hubieran asistido a la audiencia,
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 15

aun cuando no estén presentes en los momentos de la lectura, si


la ausencia es voluntaria (artículo 347).

E. Segunda instancia

Esta fase se realiza ante el tribunal de apelación, en que se


efectúan las diligencias y actos tendientes a resolver los recursos.
El recurso de apelación tiene por objeto examinar si en una re-
solución se aplicó la ley correspondiente o se aplicó de manera
inexacta, si se violaron los principios reguladores de la valoración
de la prueba, si se alteraron los hechos o no se fundó o motivó
correctamente (artículo 343).

F. Ejecución

Se refiere al momento en que cause ejecutoria la sentencia de


los tribunales hasta la extinción de las sanciones aplicadas.

2. Aplicación del sistema penal acusatorio en los Estados


Unidos de América19

A. Indictment or information

En el sistema penal acusatorio, un expediente criminal inicia


formalmente con el indictment (auto de procesamiento o acusa-
ción) o la information (denuncia),20 que es una imputación formal
19
Para una revisión más detallada del proceso penal acusatorio véase Del
Carmen, Rolando, Criminal Procedure. Law and Practice, fifth edition, United
States, Wadsworth, Thompson Learning, 2001.
20
El indictment son los cargos formales emitidos por el Gran Jurado decla-
rando que existe evidencia suficiente de que el acusado incurrió en un crimen
para justificar el inicio de un juicio criminal. Los indictments se utilizan principal-
mente para felonies. La information es la acusación formal realizada por el fiscal
general de que el acusado incurrió en un misdemeanor (delito de menor cuantía
u ofensa) [véase Federal Judicial Center; definitions en http://www.fjc.gov/fede-
ral/courts.nsf/autoframe?OpenForm&nav=menu9&page=/federal/courts.nsf/page/D25
F87B9E039E0278525682A006FDEC2?opendocument, consultada el 4 de abril de
16 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

que se realiza a una persona por un crimen. El acta de acusación


se obtiene cuando el fiscal federal o uno de sus asistentes presen-
tan una evidencia al Gran Jurado Federal21 que implica a una
persona como responsable de un crimen.
El fiscal de los Estados Unidos argumenta ante el Gran Jurado
que existe suficiente evidencia de la probable responsabilidad del
acusado, por lo que debe ser acusado formalmente de su perpetra-
ción. Si el Gran Jurado acepta, emite una orden de procesamiento.
Después de que se emite la acusación, la persona imputada (the
defendant) es llevada a la Corte o es detenida (si no se encuen-
tra todavía bajo arresto), dependiendo de la gravedad del cri-
men. El Gran Jurado, a diferencia del jurado del juicio o pequeño
jurado,22 determina cuándo una persona puede ser juzgada por
un crimen.
La acusación del Gran Jurado se utiliza para delitos graves
(felonies),23 que son los crímenes más serios, como robos bancarios
o venta ilegal de drogas. La acusación ante el Gran Jurado no se
usa para los delitos menos graves; tampoco se requiere para todos
los delitos graves. En estos casos el fiscal general emite una infor-
mation o denuncia. Un ejemplo de delito menor (misdemeanors) es
conducir a exceso de velocidad en un parque nacional. La denun-
cia también se puede usar cuando la parte demandada renuncia
a la acusación ante el Gran Jurado.

2011]. Véase también Feinman Jay M., Introducción al derecho de los Estados Unidos
de América. Todo lo que debe saber acerca del sistema jurídico estadunidense, tr. Eduardo
Mercado González, México, Oxford University Press, 2004, p. 305, donde se
aborda el tema del “auto de procesamiento” y la “denuncia”.
21
Es un grupo de ciudadanos que atienden la evidencia que presenta el
gobierno sobre la actividad criminal de un individuo o individuos para determi-
nar si hay suficiente evidencia que justifique la presentación de una acusación
imputando a ese individuo o individuos un crimen. El Gran Jurado Federal se
integra de entre 16 o 23 personas, y prestan servicios por un año, sesionando
uno o dos días por semana.
22
El pequeño jurado analiza la evidencia presentada en el juicio y deter-
mina si la parte acusada es culpable de los cargos que se le imputan. Se integra
por doce personas en los casos criminales.
23
Un crimen tiene una pena de más de un año de prisión.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 17

B. Arraignment

Después de que el Gran Jurado acusa formalmente al impu-


tado (the defendant), es llevado a la Corte y arrestado. El siguiente
paso es un arraignment (imputación), un procedimiento en el que
se lleva al acusado ante el juez, se le hace saber la acusación, y se
le pide que se declare culpable o no culpable. Si el acusado se de-
clara culpable, se fija una fecha para que regrese a la Corte para
ser sentenciado. Si el acusado se declara no culpable, se establece
la fecha para el juicio. El acusado también puede negociar con la
fiscalía (plea bargain), para declararse culpable de alguno de los
cargos o de un cargo menor, a cambio de que la fiscalía retire
los demás cargos más graves.24

C. Investigation

En los asuntos criminales, el abogado defensor lleva a cabo


una investigación antes del juicio, entrevistando testigos, acu-
diendo a la escena del crimen, examinando evidencia física. Una
parte importante de esta investigación es determinar si la eviden-
cia que el gobierno planea usar para probar el caso se obtuvo
legalmente. Lo anterior, porque la cuarta enmienda de la Consti-
tución prohíbe registros e incautaciones irrazonables.25

D. Jury trials

En los juicios con jurado, la función del jurado es analizar la


evidencia y decidir si el acusado cometió los delitos o los presun-
tos delitos. El gobierno presenta su caso, y el acusado puede (aun-
24 Según datos del Judicial Federal Center, nueve de cada diez acusados se
declaran culpables.
25 Para cumplir con esta obligación, la Corte Suprema ha decidido que para
la mayoría de los propósitos, la evidencia obtenida ilegalmente no puede ser
utilizada en juicio. (Ejemplo: si la policía incauta evidencia sin orden de registro
(search warrant).
18 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

que no está obligado) presentar pruebas en su descargo. Incluso si


el demandado no presenta pruebas, el jurado debe decidir si las
pruebas del gobierno son suficientes para cumplir con la carga de
la prueba. El jurado no decide cuál es la ley aplicable, porque ese
es el papel de juez.

E. Bench trials

Como el acusado tiene el derecho constitucional a un juicio


en el que participe un jurado, algunos procedimientos penales se
siguen a través de juicio con jurado. Sin embargo, en ocasiones
un acusado puede decidir renunciar al derecho a un juicio con
jurado, y permitir que el juez determine los hechos. En este caso
el acusado intenta lo que se llama un juicio sin jurado o juicio
por tribunal (bench trial), sin importar la clase de juicio; el papel
del juez es asegurarse de que se sigan las normas legales correc-
tas. En un juicio por tribunal el juez determina los hechos y dicta
sentencia.

F. Jury selection

Un juicio con jurado inicia con la selección del jurado. Los


ciudadanos se seleccionan a través de leyes aprobadas por el Con-
greso y la Reglas Federales del Procedimiento Criminal. Primero
se les cita a Corte para que estén disponibles para servir como
jurados. Los ciudadanos son seleccionados al azar en la mayo-
ría de los distritos, de listas de origen, que son listas de votantes
actuales o registrados, que pueden complementarse con listas de
conductores con licencia de manejo en el distrito judicial. El juez
y los abogados en cada caso eligen a las personas que integrarán
el jurado.
Para elegir a los jurados, el juez, y algunas veces los aboga-
dos, realizan preguntas a los posibles jurados para determinar si
están aptos para decidir equitativamente el caso. Este proceso se
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 19

llama voir dire (examen preliminar). Los abogados pueden pedir


que se rechace a cualquier jurado que piensen que no está apto
para ser imparcial (challenges for cause). Los abogados también pue-
den pedir que se excusen a ciertos jurados sin ninguna justifica-
ción (peremptory challenges).

G. Opening statements

Las declaraciones iniciales se dan una vez que el jurado ha


sido seleccionado; los abogados de ambas partes, fiscalía y defen-
sa, proporcionan sus declaraciones iniciales, para dar al jurado
una visión general de las pruebas que presentarán.

H. Presentation of evidence

Las pruebas en las que el jurado (o el juez, en un juicio por


tribunal) se basan para decidir el caso, son de dos tipos: 1. Evi-
dencia física, como documentos, fotografías y objetos (exhibits), y
2. El testimonio de personas que son interrogadas por los aboga-
dos. El acusado también puede ser llamado a testificar.26
Después de las declaraciones de apertura, los abogados ini-
cian la presentación de la evidencia. Primero, el fiscal interroga
a sus testigos (direct examination); después, el abogado de la de-
fensa puede interrogar al testigo (cross-examination); en seguida el
fiscal puede realizar más preguntas al testigo (redirect examination),
y el abogado de la defensa tiene la oportunidad de una “recross-
examination”. Después, la defensa llama a sus testigos y se repite el
procedimiento.

26
El acusado puede ser llamado como testigo, pero la quinta enmienda
de la Constitución le otorga el derecho a no declarar. Si el acusado elige no
declarar, la Corte instruye al jurado que eso no significa que el acusado sea
culpable.
20 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

I. Evidence27 rulings

La presentación de las pruebas se sujeta a normas para ase-


gurarse de que sólo las pruebas relevantes y confiables sean ad-
mitidas. A veces las normas excluyen una prueba relevante y con-
fiable para proteger otros intereses importantes.28 Otras reglas
limitan el uso de testigos poco creíbles o “rumores”.29 Se pueden
formular “objeciones” a los testimonios, por lo que corresponde
al juez determinar si los testimonios son admisibles. Ocasional-
mente, el juez, los abogados y las partes dialogan en la “banca”
(sidebar) con la ausencia del jurado, pero con la presencia del court
reporter;30 en otras ocasiones pueden conferenciar en la cámara del
juez o en su oficina. Generalmente discuten si cierta evidencia es
admisible.

J. Closing arguments

Los argumentos de cierre se presentan después de la presen-


tación de las pruebas. Los abogados de cada parte dan sus argu-
mentos de cierre al jurado. Con ello cierra la presentación de sus
casos. Estos argumentos revisan los aspectos más importantes del
27
La evidencia es la información en forma de testimonios, documentos,
o de objetos físicos, que son presentados en un caso para persuadir al juez o
jurado a favor del fiscal o del acusado.
28
Por ejemplo, la Corte Suprema ha determinado que el gobierno no puede
usar las pruebas obtenidas ilegalmente, como la prueba que se obtiene de un
registro a la casa del acusado sin orden de cateo. Las cortes adoptan esta norma
para evitar o prevenir que el gobierno realice cateos en las casas de las personas
sin causa probable.
29
Algunas veces un abogado puede romper una de estas normas de eviden-
cia, accidentalmente o a propósito, e intentar presentar evidencia que el jurado
no debe escuchar.
30
Es una persona cuya ocupación es transcribir los discursos o grabaciones
a la forma escrita, utilizando máquinas de taquigrafía o silenciadores de voz
(stenomask: una máscara bucal con micrófono integrado) y registros digitales para
realizar transcripciones oficiales de audiencias, declaraciones y otros procedi-
mientos oficiales.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 21

caso, pero como las declaraciones de apertura, no son prueba en


sí mismas.

k. Instructions and standard of proof

Después de los alegatos de cierre, el juez da instrucciones al


jurado; le señala la ley aplicable, y cómo se aplica al caso juzgado,
y cuáles son los aspectos que deben decidir. Una instrucción im-
portante son las normas en materia de pruebas (standard of proof)
que debe seguir el jurado para decidir el caso concreto. En los
casos criminales (federales o estatales) el acusado sólo puede ser
condenado si el jurado (o el juez en los bench trial) creen que el
gobierno ha probado la culpabilidad del acusado “más allá de la
duda razonable”.31

L. Deliberations and veredict

Después de recibir las instrucciones, el jurado se retira a una


sala para deliberar sobre las pruebas y dictar su veredicto.32 Un
veredicto en un juicio criminal debe ser unánime; esto es, todos
los jurados deben estar de acuerdo sobre la culpabilidad o no cul-
pabilidad del acusado. Si el jurado no puede ponerse de acuerdo,
el juez declara “mistrial” (juicio nulo), y el fiscal debe decidir si le
pide al tribunal que rechace el caso o si lo presenta a otro jurado.

M. Judgment and sentencing

En los casos criminales federales, si el jurado (o el juez en


los bench trials) decide que el acusado es culpable, el juez fija una
31
Para que el Gran Jurado emita un “acta de acusación”, solamente debe
creer que el acusado “probablemente” cometió el crimen. En cambio, para que
el “pequeño jurado” o jurado del juicio encuentre al acusado culpable, debe
tener la certeza de que el acusado cometió el crimen sin duda razonable (reason-
able doubt) sobre él.
32
La decisión sobre las cuestiones de hecho en un caso.
22 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

fecha para dictar sentencia. El jurado no decide si el acusado va


a prisión ni la duración de la pena. Sin embargo, en los casos fe-
derales en que se pretenda imponer la pena de muerte, el jurado
debe determinar si se aplica al acusado o no la pena de muerte.
Las decisiones emitidas por los jueces en las sentencias se
controlan por medio de leyes del Congreso. Además, los jueces
utilizan las directrices para la emisión de sentencias (Sentencing
Guidelines)33 emitidas por la U. S. Sentencing Commission (Comi-
sión de Penas de los Estados Unidos), para normar su criterio y
emitir una sentencia correcta.
A través de un informe previo, elaborado por uno de los ofi-
ciales de libertad condicional del tribunal, el juez dispone de va-
rios tipos de información sobre el delincuente y el delito, inclu-
yendo la sentencia recomendada por las Sentencing Guidelines.
Después de determinar la pena, el juez firma la resolución, que
incluye la declaración de culpabilidad, el veredicto y la sentencia.

N. Right to appeal

Un acusado declarado culpable en un juicio criminal federal


tiene derecho de apelar ante tribunales de apelación (U.S. Court
of Appeals), para que revise su caso, a fin de determinar si el
juicio se llevó a cabo correctamente. Los motivos para apelar
pueden ser que el juez cometió un error, ya sea en el procedi-
miento (por ejemplo, admitiendo evidencia impropia) o en la
interpretación de la ley. Un acusado que se declaró culpable no
tiene derecho a apelar el juicio; sin embargo, si puede apelar su
condena.
Normalmente, el gobierno no puede apelar si el acusado es
declarado inocente, porque la cláusula non bis in idem (Double Jeo-
pardy Clause) de la quinta enmienda de la Constitución establece
que ninguna persona “estará dos veces en peligro de perder la

33
Las directrices toman en cuenta la naturaleza del delito en particular y los
antecedentes penales del delincuente.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 23

vida o la integridad física” por el mismo delito, lo que refleja las


creencias de la sociedad norteamericana, de que aunque en un
segundo o tercer juicio se podría encontrar culpable al acusado,
no es correcto permitir al gobierno hostigar a un acusado decla-
rado inocente con nuevos juicios. Sin embargo, en algunos casos
el gobierno puede apelar.
II. Sistema inquisitivo y sistema
acusatorio: convergencias y divergencias

De esta breve visión de los esquemas de juicios acusatorio e inqui-


sitivo se advierte con claridad que ambos podrían coincidir en los
siguientes aspectos:
1. En ambos esquemas aparecen un órgano de acusación, un
defensor y partes;
2. En ambos se debe excitar al tribunal con una acusación o
una denuncia de la existencia de un crimen o delito;
3. En ambos se genera un argumento contradictorio entre el
órgano de la acusación y la defensa, y
4. En ambos existen los mismos esquemas juicio por juez o
por jurado. La diferencia consiste en que en el sistema acu-
satorio se carga hacia el jurado, y en el inquisitivo, al tri-
bunal.
Como lo destaca Juan Pablo Pérez-León Acevedo:

Es oportuno recordar que los sistemas de Derecho procesal pe-


nal son frecuentemente categorizados en referencia a la familia a
la cual pertenecen, es decir la familia del sistema acusatorio o la
familia del sistema inquisitivo. Mientras el sistema acusatorio es
asociado con los Estados pertenecientes a la tradición jurídica del
common law, el sistema inquisitivo es relacionado con los Estados
que siguen los parámetros del civil law. Pese a que esta clasifica-
ción ha sido criticada, consideramos que es todavía aceptada ma-
yoritariamente. No obstante, es oportuno precisar que al aplicarse
los sistemas acusatorio e inquisitivo en los Derechos nacionales
respectivos, no se les debe ver como compartimentos estancos de-

25
26 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

bido a la interacción entre ambos que ha generado la incorpora-


ción de elementos de uno en otro.34

Desde esta perspectiva, es rebatible la idea de las supuestas


diferencias entre los sistemas acusatorio e inquisitivo, señaladas
en la reforma constitucional arriba comentada, históricamente
se han acercado. La hibridez ya era una característica de nuestro
sistema inquisitivo. Sin embargo, aún queda pendiente el anali-
zar la dialéctica que aparentemente encontraron los autores de la
reforma entre los sistemas inquisitivo y acusatorio.

34
Pérez-León Acevedo, Juan Pablo, “La combinación de los sistemas acusa-
torio e inquisitivo en el proceso ante la Corte Penal Internacional como mani-
festación del derecho procesal del siglo XXI”, Revista de la Maestría en Derecho
Procesal, Revista de actualidad jurídica en Derecho Procesal, Universidad Católica del
Perú, año 1, núm. 1, Lima, septiembre de 2007, en http://revistas.pucp.edu.pe/
derechoprocesal/node/76
III. Derribando los mitos

La exposición de motivos de la reforma penal de 2008 se sustenta


en la dialéctica entre el sistema inquisitivo y el acusatorio, para
llegar a una síntesis posible para el derecho penal mexicano. En
la exposición de motivos se destaca también la idea de que el
sistema acusatorio cuenta con las siguientes bondades: a) es un
sistema garantista, en el que se respetan los derechos de la vícti-
ma, del ofendido y del imputado, partiendo de la presunción de
inocencia; b) que se rige por los principios de publicidad, contra-
dicción, concentración, continuidad e inmediación; c) que tiene
las características de acusatoriedad y oralidad.35
Además, se afirma que la reforma prevé tres clases de jue-
ces: a) juez de control; b) juez de la causa, y c) juez ejecutor. El
primero, para que resuelva, en forma inmediata, y por cualquier
medio, las solicitudes de medidas cautelares, providencias pre-
cautorias y técnicas de investigación de la autoridad, cuidando
que se respeten las garantías de las partes y que la actuación de
la parte acusadora sea apegada a derecho; el segundo, para que
se haga cargo del asunto una vez que el indiciado es vinculado
a proceso, hasta la emisión de la sentencia correspondiente, y el
tercero, para vigilar y controlar la ejecución de la pena.

35 Según el dictamen, la “acusatoriedad” para asegurar una trilogía pro-

cesal en la que el Ministerio Público sea la parte acusadora, el inculpado esté en


posibilidades de defenderse, y que al final sea un juez quien determine lo con-
ducente; y la oralidad, para abonar a fomentar la transparencia, garantizando
al mismo tiempo una relación directa entre el juez y las partes, propiciando que
los procedimientos penales sean más ágiles y sencillos.
27
28 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

Para orientar nuestra argumentación, es prudente recordar


que José Ovalle Favela36 distingue entre diferentes tipos de pro-
cesos, su principio y el ámbito del derecho procesal que generan:

Tipo de proceso Principio Derecho Procesal


De interés Dispositivo Civil
individual o (iniciativa de parte Mercantil
privado y disponibilidad del
objeto del proceso)
De interés social Igualdad por Del trabajo
compensación Agrario
(parte de la desigualdad Seguridad Social
real para lograr la
igualdad material)
De interés Principio publicístico Penal
público (en ellos el Estado tiene Administrativo
doble intervención, Electoral
como parte actora o Constitucional
demandada y como
juzgador).

Así, el autor habla de: a) derecho procesal dispositivo, b) de-


recho procesal social, y c) derecho procesal publicístico. Además,
destaca el porqué de la selección de la voz “publicísitico” en lugar
de la voz “inquisitorio”: a) por el significado histórico de la pala-
bra “inquisitorio”, que alude al proceso penal utilizado entre los
siglos XII al XVIII, en el que se reunían en un solo órgano las
funciones de acusar, defender y juzgar; b) porque la palabra “in-
quisitorio” no respeta los principios de contradicción y no posee
una estructura dialéctica, por lo que no es un verdadero proceso;
c) porque la idea de lo “inquisitorio” rigió solo la materia penal,
por lo que no se puede extender a otros procesos, y d) porque lo
“inquisitorio” no se opone a “dispositivo”, sino a proceso penal

36 Ovalle Favela, José, Teoría general del proceso, 6a. ed., México, Oxforf Uni-
versity Press, 2005, pp. 54-71.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 29

acusatorio, siempre que se confundan en un solo órgano las fun-


ciones de acusar, defender y juzgar, y se trate al inculpado como
simple objeto de investigación.
En cambio, según el autor citado, si se atribuyen a tres órga-
nos distintos e independientes las funciones de acusar (Ministerio
Público), defender (abogado defensor) y juzgar (juez o tribunal) y
se reconocen al inculpado los derechos que como persona le co-
rresponden, estamos en presencia del proceso penal acusatorio.
Así, una primera objeción a la reforma penal en materia
constitucional en México consistiría en que se parte de una fic-
ción: la idea de lo “inquisitivo”. Para sustentar esta objeción bas-
ta recordar que en el sistema que se reformó estaban presentes el
Ministerio Público, el defensor público o privado y las partes, por
lo que el sistema que existía antes de la reforma penal constitu-
cional de 2008 era “acusatorio”.

1. Inquisición contra acusación

Se considera que en el sistema inquisitivo el propio órgano


jurisdiccional toma la iniciativa para originar el proceso penal;
es decir, actúa de oficio, y el proceso penal es excesivamente for-
mal, riguroso y no público; en cambio, el sistema acusatorio es
aquel en el que el órgano jurisdiccional se activa siempre ante la
acusación de órgano o una persona. Puede existir el llamado sis-
tema mixto, que conjuga ambos sistemas, donde el proceso penal
cuenta con dos etapas: la instrucción (investigación) y el proceso.
Sin embargo, esta dialéctica no es tan clara, porque en el sis-
tema “inquisitivo” existe también un órgano de acusación: el Mi-
nisterio Público, quien tiene el monopolio de la acción penal. Para
activar al juzgador es necesaria la denuncia o querella que abre la
averiguación previa en la etapa de instrucción. En este contexto,
es evidente que el sistema inquisitivo y el acusatorio comparten
esta característica: ser activados por un órgano de acusación.
La idea de que en el sistema “inquisitivo” el “propio órgano
jurisdiccional toma la iniciativa para originar el proceso penal,
30 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

o sea, que actúa de oficio”, es falsa, ya que, como se demostró,


requiere de la acusación que formula el Ministerio Público, por-
que a este órgano correspondía el “monopolio” del ejercicio de
la acción penal.
En otro contexto, en el sistema “acusatorio”, la figura del fis-
cal es la encargada de llevar a cabo una investigación para probar
el crimen; así, tomando en consideración que inquisición es la ac-
ción y efecto de inquirir (del latín inquirêre), que a su vez significa
indagar, averiguar o examinar cuidadosamente algo, es evidente que en
el sistema acusatorio se realiza “investigación”, lo que significa
que el sistema “acusatorio”, también es “inquisitivo”. Lo anterior
deja sin sustento la idea de que en el sistema acusatorio no existe
“inquisición”.
Además, ambos esquemas son “formales”, porque deben su-
jetarse a las normas procesales para el desahogo de su trámite.

2. Escritura contra oralidad

Uno de los mitos sustanciales es que el sistema inquisitivo es


“escrito”, mientras que el sistema acusatorio es “oral”; es decir,
hablado. Eduardo Augusto García destacaba, en el caso de Ar-
gentina, en el lejano 1936, que:

Un país organizado políticamente de acuerdo a los principios del


sistema republicano de gobierno, no es consecuente con su propia
organización si no establece el juicio oral para todos los pleitos y
causas. Más aún: desnaturaliza el sistema republicano que es de
puertas abiertas, si conserva el secreto de las actuaciones judicia-
les que es la esencia del procedimiento escrito.37

37
García, Eduardo Augusto, Juicio oral. Curso libre sobre procedimiento
oral de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional
de La Plata, proyecto de Código de Procedimiento Penal para la Capital de la
República, Territorios Nacionales y Fuero Federal de las Provincias, Argentina,
Universidad Nacional de la Plata, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales,
1936, p. 19.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 31

Como se advierte, el dogma es que el sistema acusatorio se


basa en la oralidad y, como consecuencia, es público, y que el
sistema inquisitivo se sustenta en la escritura, lo que genera “se-
creto”.
Sin embargo, nadie o casi nadie repara en el papel del taquí-
grafo en el juicio “oral”. Se trata de una persona que se ocupa
de transcribir, usualmente con el empleo una máquina de taqui-
grafía, silenciadores de voz o registros digitales, transcripciones
oficiales de audiencias, declaraciones y otros procedimientos ofi-
ciales. Este funcionario es también una especie de notario públi-
co que está autorizado para tomar juramentos a los testigos, y
certifica que su transcripción de los procedimientos es un relato
literal de lo que se dijo.
La función del taquígrafo desnuda uno de los mitos de la
“oralidad”, ya que en este sistema también existe un registro; por
otra parte, la audiencia pública en el sistema inquisitivo, donde
las partes manifiestan de manera oral sus pretensiones, deja en
claro que ese sistema no es preponderantemente escrito, y que
también es “público”.

3. Publicidad contra secrecía

Otra parte del debate se centra en la supuesta “publicidad”


del sistema acusatorio y la “secrecía” del sistema inquisitivo.
En este sentido, los impulsores de los juicios orales en nuestro
país olvidan la presencia en el sistema al que tilda de “inquisitivo”
de un órgano de acusación, de un abogado defensor y de un juz-
gador, lo que transforma al sistema inquisitivo en “publicístico”,
similar a lo que ocurre en el sistema “acusatorio”.
También soslayan que el artículo 20 de la Constitución Polí-
tica de los Estados Unidos Mexicanos, en su versión original de
1917, destacaba en la fracción III, el derecho del acusado en un
juicio criminal de: “Se le hará saber en audiencia pública, y den-
tro de las cuarenta y ocho horas siguientes a su consignación a
la justicia, el nombre de su acusador y la naturaleza y causa de
32 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

la acusación, a fin de que conozca bien el hecho punible que se


le atribuye y pueda contestar el cargo, rindiendo en este acto su
declaración preparatoria”.
En lo que se refiere a la audiencia pública, este precepto per-
maneció igual en la reforma de 1993, incluso sorteó la reforma
publicada en el Diario Oficial de la Federación del 21 de septiembre
de 2000, relativa a los derechos de las víctimas del delito.
El espíritu de publicidad amplia se refrenda todavía en el ac-
tual Código Federal de Procedimientos Penales. El artículo 23
permite que las partes se impongan de los autos; el numeral 41
obliga al tribunal a dar información en audiencia pública en pre-
sencia de las partes; el artículo 86 destaca que las audiencias se-
rán públicas; el artículo 128, fracción III, inciso d), obliga a que
se faciliten al indiciado todos los datos que solicite para su defen-
sa, y que consten en la averiguación, para lo cual se permitirá a él
y su defensor consultar el expediente de la averiguación previa; y
el artículo 141, inciso B, fracción I, permite el acceso de la vícti-
ma u ofendido al expediente del proceso penal.
Es hasta la actual reforma constitucional del 18 de junio de
2008 cuando en el apartado B), “De los derechos de la persona
imputada”, fracción V, del artículo 20 constitucional, se establece
de nueva cuenta el derecho del imputado a ser juzgado en una
audiencia pública.
Sin embargo, contrariamente a su pretendida vocación “ga-
rantista”, a partir de la reforma se puede restringir la publicidad
en los siguientes supuestos:
a) seguridad nacional,
b) seguridad pública,
c) protección de testigos, víctimas o menores,
d) protección de datos, y
e) cuando el tribunal lo determine.
Paradójicamente, la reforma penal, en lugar de ampliar los
derechos del inculpado los restringe en ciertos casos. Es preocu-
pante, particularmente el último inciso, que permite restringir la
publicidad “cuando el tribunal lo determine”.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 33

4. Principios contra carencia de principios

En el juicio oral se menciona la presencia de los siguientes


principios:38
a) Oralidad: por el predominio de la expresión verbal sobre la
escrita, porque el inculpado será juzgado en audiencia pú-
blica por un juez, en juicio predominantemente oral, donde
las partes, testigos, peritos, el juez y su secretario expresarán
sus argumentos de forma oral, que son conservados en au-
dio o videograbación. Se conserva el uso de algunos docu-
mentos, como puede ser el caso de los acuerdos probatorios.
b) Contradicción: en atención a que la parte que defiende y la
que acusa tienen posibilidad de debatir las pruebas aporta-
das mutuamente con el fin de que el juez pueda llegar a la
verdad de los hechos.
c) Inmediación: porque el desahogo de todas las pruebas debe
realizarse frente al juez.
d) Continuidad: atendiendo a que el desahogo de las audien-
cias que componen el proceso, sin dejar transcurrir perio-
dos de tiempo muerto.
e) Publicidad: porque toda persona puede conocer y presen-
ciar el desarrollo del juicio.
f) Concentración: derivado de la regulación de dos audiencias
específicas para el desahogo de todas las etapas procesales.
En cambio, se destaca que estos principios están ausentes en
el procedimiento escrito, en el que predominan el secreto de la
causa, la mutabilidad del juez, el fraccionamiento de las audien-

38
http://www.juiciooral.com.mx/Principios_rigen_JO.htm, consultada el 13 de
abril de 2011. El sitio se promueve como dedicado a difundir las bondades y
beneficios del juicio oral.
Aunque José J. Borjón en El juicio oral y su implementación en México, destaca
como principios: a) oralidad; b) inmediación; c) identidad del juzgador; d) con-
centración; e) publicidad, y f) elasticidad (véase http://portal.veracruz.gob.mx/pls/
portal/docs/PAGE/COLVER/DIFUSION/REVISTA_CONCIENCIA/REVISTA
NO.7/ARTICULO_2.PDF. Consultado el 13 de abril de 2011).
34 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

cias —cuando las hay—, la mediación (como opuesta a la inme-


diación) y la preclusión.39
A los argumentos mencionados más arriba habría que des-
tacar que si aceptamos la presencia real de dichos principios en
el sistema acusatorio, éstos también se encuentran, de manera
negativa, en el sistema “inquisitivo”. Así, podemos concluir que
al contrario de lo que se sostiene, sí existen principios en el siste-
ma inquisitivo; estos serían: escritura, secrecía, mutabilidad, frag-
mentación de las audiencias, mediación y preclusión.
En este sentido, a la ideología “acusatoria” le correspondería
explicar por qué estos principios son negativos en un régimen
procesal penal concreto, y por qué los que consideran aplicables
al sistema acusatorio son mejores que éstos.
Sin embargo, para mostrar el carácter retórico del argumen-
to, en el Código Federal de Procedimientos Penales encontramos
los siguientes principios:
a. El de “reserva” de la averiguación previa (artículo 16,
CFPP), que es distinto de “secreto”; el de “inmediación”,
porque el juez está obligado a realizar las diligencias él mis-
mo; sólo por excepción puede delegar (artículo 47, CFPP);
b. Los de “oralidad” y “publicidad”, porque las audiencias
son públicas (artículos 41 y 86), y el acusado puede defen-
derse por sí, por su defensor, el Ministerio Público tiene
derecho de hacer uso de la palabra y la defensa puede re-
plicar (artículo 86), entre otros.

5. Supuesta ineficacia de la inquisición y eficacia de la acusación

Se alude también a la supuesta ineficacia del sistema inquisi-


tivo y a la presunta eficacia del sistema acusatorio. Sin embargo,
debemos destacar que en el sistema “acusatorio” el acusado pue-
de realizar negociaciones con la fiscalía a través del plea bargain o
acuerdo de reducción de pena, para declararse culpable, y que
39
Borjón, José J., El juicio oral y su implementación en México, cit., pp. 21 y 22.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 35

se le reduzca la sentencia. Al plea bargain se le han formulado las


críticas siguientes:

Con todo, hay algo impropio en la importancia del acuerdo de


reducción de pena en el sistema penal de Estados Unidos de Amé-
rica. ¿No se supone acaso que administrar justicia debería ser di-
ferente de regatear el precio de un automóvil usado? El proceso
entero engendra falta de respeto hacia la ley y tiene consecuen-
cias sumamente prácticas. Los críticos señalan que la sentencia de
conformidad produce resultados injustos, demasiado indulgentes
o severos. Las víctimas de los delitos y los defensores del férreo
combate a la delincuencia se quejan de que este mecanismo per-
mite a delincuentes conseguir su libertad con extrema facilidad;
los acusados ven rebajarse su sanción no porque muestren remor-
dimiento y acepten la responsabilidad de su conducta, sino por
hacerle un favor al sistema.40

Por otra parte, debemos voltear al entorno estadístico para


tener un panorama cuantitativo del problema. Estados Uni-
dos, país base para la comparación, contaba en 2009 con una
población de 307.006,550 habitantes, y reportó un total de
10.639,369 crímenes;41 en cambio, México, con una población
de 112.336,538 habitantes, reporta en 2009 un total de 130,946
delitos federales y 1.736,219 delitos de fuero común, para hacer
un total de 1.867,165 delitos.42
Lo anterior muestra que en Estados Unidos se presentaron
5.69 delitos por cada delito cometido en México, lo que muestra
una mayor cantidad de ilícitos en Estados Unidos. En cambio,
si hacemos la comparación de delitos por habitante, la cuestión
40
Feinman Jay M., Introducción al derecho de los Estados Unidos de América...,
p. 319.
41 Incluye los crímenes violentos, contra la propiedad, violación, robo, robo
con fractura y robo a vehículo (fuente: The Disaster Center: United States: Uni-
form Crime Report-State Statistics from 1960-2009, en http://www.disastercenter.
com/crime/, consultada el 13 de abril de 2011).
42 Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geodrafía, en http://www.
inegi.org.mx/ consultada el 13 de abril de 2011.
36 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

se invierte, porque mientras que Estados Unidos muestra 28.85


delitos por habitante en 2009, en México hubo 60.16 delitos por
habitante; así, desde la perspectiva estrictamente cuantitativa, el
problema de eficacia se relaciona con la forma en la que se pre-
senta la información.

6. Presunción de inocencia contra presunción de culpabilidad

Otro dogma es que el sistema acusatorio se sustenta en la


presunción de inocencia, y el inquisitivo, en la presunción de cul-
pabilidad. Aquí basta recordar el contenido de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, que antes de la refor-
ma de 2008 destacaba que para emitir una orden de aprehensión
se requería “cuerpo del delito” y “presunta responsabilidad”, lo
que se reitera en el artículo 161 del Código Federal de Procedi-
mientos Penales.43 Lo anterior pone en evidencia que el sistema
“inquisitivo” reconocía la presunción de inocencia.

43
El artículo 161 del Código Federal de Procedimientos Penales dice:
“Dentro de las setenta y dos horas siguientes al momento en que el inculpado
quede a disposición del juez, se dictará el auto de formal prisión cuando de lo
actuado aparezcan acreditados los siguientes requisitos:
I. Que se haya tomado declaración preparatoria del inculpado, en la forma
y con los requisitos que establece el capítulo anterior, o bien que conste en el
expediente que aquél se rehusó a declarar;
II. Que esté comprobado el cuerpo del delito que tenga señalado sanción
privativa de libertad;
III. Que en relación a la fracción anterior esté demostrada la probable res-
ponsabilidad del inculpado; y
IV. Que no esté plenamente comprobada a favor del inculpado alguna cir-
cunstancia eximente de responsabilidad, o que extinga la acción penal.
El plazo a que se refiere el párrafo primero de este artículo, podrá prorrogar-
se por única vez, hasta por setenta y dos horas, cuando lo solicite el indiciado,
por si o por su defensor, al rendir su declaración preparatoria, o dentro de las
tres horas siguientes, siempre que dicha prórroga sea con la finalidad de aportar
y desahogar pruebas para que el juez resuelva su situación jurídica.
El Ministerio Público no podrá solicitar dicha prórroga ni el juez resolverá
de oficio; el Ministerio Público en ese plazo puede, sólo en relación con las prue-
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 37

Así lo entendió el Poder Judicial de la Federación en una ju-


risprudencia de 2005, antes de la reforma constitucional de 2008,
con el rubro:

Inculpado. Le corresponde la carga de la prueba cuando la pre-


sunción de inocencia que en principio opera en su favor, aparece
desvirtuada en la causa penal.44 Jurisprudencia en la que desta-
có: la presunción de inocencia que en favor de todo inculpado se
deduce de la interpretación armónica de los artículos 14, párra-
fo segundo, 16, párrafo primero, 19, párrafo primero, 21, párrafo
primero y 102, apartado A, párrafo segundo, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Con lo anterior se derriba otro mito: la presunción de ino-


cencia no es solo característica del sistema “acusatorio”, sino
también en el sistema “inquisitivo” existía esa presunción de ino-
cencia.

7. La presencia de la trilogía de jueces en el procedimiento acusatorio:


jueces de control, jueces de la causa y juez ejecutor

Este esquema de pluralidad de jueces, aunque no tiene un


referente claro en el sistema jurídico mexicano, olvida la expe-
riencia histórica del país. Hubiera bastado leer el discurso del
Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, en el mensaje dirigido
al constituyente de 1916-1917, para entenderlo:

bas o alegatos que propusiere el indiciado o su defensor, hacer las promociones


correspondientes al interés social que representa.
La prórroga del plazo se deberá notificar a la autoridad responsable del
establecimiento en donde, en su caso, se encuentre internado el indiciado, para
los efectos a que se refiere el segundo párrafo del artículo 19 constitucional.
Adicionalmente, el auto de formal prisión deberá expresar el delito que se
le impute al indiciado, así como el lugar, tiempo y circunstancias de ejecución”.
44
Novena Época, registro: 177945, instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito, Jurisprudencia, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
XXII, julio de 2005, Materia(s): Penal, Tesis: V.4o. J/3, página: 1105 del Cuarto
Tribunal Colegiado del Quinto Circuito.
38 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

Los jueces mexicanos han sido, durante el período corrido desde


la consumación de la independencia hasta hoy, iguales a los jueces
de la época colonial: ellos son los encargados de averiguar los deli-
tos y buscar las pruebas, a cuyo efecto siempre se han considerado
autorizados a emprender verdaderos asaltos contra los reos, para
obligarlos a confesar, lo que sin duda alguna desnaturaliza las fun-
ciones de la judicatura. La sociedad entera recuerda horrorizada
los atentados cometidos por jueces que, ansiosos de renombre,
veían con fruición que llegase a sus manos un proceso que les
permitiera desplegar un sistema completo de opresión, en muchos
casos contra personas inocentes, y en otros contra la tranquilidad
y el honor de las familias, no respetando en sus inquisiciones, ni
las barreras mismas que terminantemente establece la ley.45

En este contexto, hay que destacar que, para el caso del Dis-
trito Federal, son los mismos servidores públicos quienes aplica-
rán el sistema acusatorio, previa “capacitación”; tampoco pode-
mos olvidar que son los mismos jueces federales, que en ocasiones
han sido señalados por otorgar amparos, si no ilegales por lo me-
nos dudosos, quienes, previa “capacitación”, ejercerán el control
de la constitucionalidad y legalidad de esos juicios.
Es oportuno citar a un ilustre procesalista, Cipriano Gómez
Lara, para destacar que un mismo código procesal puede regir
diversas materias sustantivas, a saber: cuestiones civiles, penales,
comerciales, fiscales, laborales, etcétera. En ese sentido, no puede
sostenerse desde ningún ángulo que determinadas notas o carac-
terísticas procesales pertenezcan en exclusividad a determinados
tipos correspondientes de procesos, de acuerdo con la materia, o
en función política, o en las características sociológicas del grupo
humano en el que dichas normas deban aplicarse.46
De igual manera, el ilustre procesalista Alcalá-Zamora y Cas-
tillo ha dejado claramente establecido que las notas de oralidad o
45
García Cordero, Fernando, La administración de justicia penal de la Revolución
mexicana a la reforma jurídica de 1983-1984. Desarrollo y tendencias, México, Procura-
duría General de la República, 1985, p. 845.
46
Gómez Lara, Cipriano, Teoría general del proceso, 2a. ed., México, UNAM,
1981, p. 49.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 39

escritura, publicidad o secreto, dispositividad, sistema de aprecia-


ción probatoria, etcétera, no son propios ni exclusivos de ningún
tipo especial de proceso.

8. La regularidad de la ilegalidad

Un aspecto trascedente es que la inclinación por los juicios


orales inició antes de la reforma constitucional del 18 de junio
de 2008. En los artículos transitorios del Decreto por el que se
reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el artículo segundo
transitorio se destaca: “El sistema procesal penal acusatorio pre-
visto en los artículos 16, párrafos segundo y decimotercero; 17,
párrafos tercero, cuarto y sexto; 19; 20 y 21, párrafo séptimo, de
la Constitución, entrará en vigor cuando lo establezca la legis-
lación secundaria correspondiente, sin exceder el plazo de ocho
años, contado a partir del día siguiente de la publicación de este
Decreto”.
No obstante lo anterior, Chihuahua en 2007, el Estado de
México en 2006, Morelos en 2007, Nuevo León en 2003 y 2005,
y Oaxaca en 2006 instalaron el sistema “acusatorio”, sustentado
en la oralidad y la solución alternativa de conflictos.
Los gobernantes de dichos estados de la República se adelan-
taron a la reforma constitucional penal del 18 de junio de 2008.
Lo anterior obligó al Legislativo a emitir un artículo tercero tran-
sitorio en el Decreto de reforma constitucional, que señala:

Tercero. No obstante lo previsto en el artículo transitorio segun-


do, el sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos
16, párrafos segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuar-
to y sexto; 19, 20 y 21, párrafo séptimo, de la Constitución, entra-
rá en vigor al día siguiente de la publicación del presente Decreto
en el Diario Oficial de la Federación, en las entidades federativas
que ya lo hubieren incorporado en sus ordenamientos legales vi-
gentes, siendo plenamente válidas las actuaciones procesales que
se hubieren practicado con fundamento en tales ordenamientos,
40 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

independientemente de la fecha en que éstos entraron en vigor.


Para tal efecto, deberán hacer la declaratoria prevista en el artícu-
lo transitorio Segundo.

Al respecto, no debemos olvidar que el artículo 40 de la Cons-


titución Política de los Estados Unidos Mexicanos obliga a los es-
tados a respetar los principios que plasma la propia Constitución;
además, la parte final del propio artículo 133 de la Constitución
federal obliga a los jueces de cada estado a respetar la “jerarquía”
de leyes al obligarlos a arreglarse al contenido de la Constitución,
las leyes y los tratados, a pesar de las disposiciones en contrario
que pueda haber en las Constituciones o leyes de los estados.
De lo anterior se advierte el absurdo de que las autorida-
des de las entidades federativas mencionadas posiblemente viola-
ron la Constitución al instituir el sistema acusatorio antes de que
existiera base constitucional. Sin embargo, el debate que debería
darse sobre las posibles responsabilidades para quienes violaron
la ley no aparece; esto es un mal augurio para los juicios orales,
porque quizá en sus inicios se encontraban bajo la pesada losa de
la ilegalidad.47

9. El sistema acusatorio como parte de los sistemas “democráticos”


y el inquisitivo como parte de los sistemas “autoritarios”:
una división vetusta

Como lo destaca el ilustre jurista Cipriano Gómez Lara, la


idea de los procesos inquisitorial, dispositivo y publicista está li-

47 Véase también la tesis aislada de la Novena Época, Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo:
XXXI, marzo de 2010, página: 3072, con rubro: “Sistema procesal penal
acusatorio. Forma en que debe realizarse el análisis constitucio-
nal de una disposición del Código Procesal Penal para el Estado de
Oaxaca según se impugne con anterioridad o posterioridad a la de-
claratoria de incorporación a que se refiere el artículo tercero
transitorio del decreto de reformas a la Constitución federal
publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008”.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 41

gada con la evolución histórica del absolutismo al liberalismo in-


dividualista.48 Así como lo destaca el autor: “El proceso inquisito-
rial es característico de los regímenes absolutistas anteriores a la
Revolución Francesa”,49 es evidente que el sistema “inquisitivo”
vigente en nuestro país, según los autores de la reforma de 2008,
difícilmente puede comulgar con un régimen “democrático”. En-
tonces nos debemos preguntar: ¿según los autores de la reforma
penal de 2008 —presidente, Congreso de la Unión, Congresos
estatales y gobernadores estatales— somos un Estado autoritario
a pesar de la prescripción del artículo 40? ¿A partir de la reforma
penal de 2008 ya somos un Estado democrático?
Lo anterior muestra el absurdo de la retórica de la reforma
penal constitucional del 18 de junio de 2008, porque el sistema
penal vigente en México antes de esa reforma concedía al “jus-
ticiable” o procesado una serie de derechos fundamentales, que
rompen con la idea de lo “inquisitivo” y nos muestran la fase de
lo “acusatorio”. Lo anterior se refrenda con la presencia del Mi-
nisterio Público, como órgano de la acusación, lo que muestra
que al contrario de la retórica plasmada en la reforma de 2008,
el sistema penal mexicano ya era mixto o híbrido, por sus conte-
nidos propios de un sistema “acusatorio”.
La supuesta contradicción entre sistema acusatorio y sistema
inquisitivo quizá sólo existe como una ficción en la mente de los
artífices de la reforma penal de 2008 que se comenta.

48
Gómez Lara, Cipriano, op. cit., p. 73.
49
Idem.
IV. Contenido de la reforma constitucional
de 2007 en materia de juicios orales

En el Diario Oficial de la Federación del 18 de junio de 2008 se publi-


có la reforma a los artículos 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22; las frac-
ciones XXI y XXIII del artículo 73; la fracción VII del artículo
115 y la fracción XIII del apartado B del artículo 123, todos de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Como
se ha comentado en el inicio de la presente investigación, sólo se
abordarán algunos de los artículos reformados, particularmente
aquellos relativos a la oralidad procesal.
El artículo 20 constitucional fue objeto de una gran transfor-
mación, al incorporarse todo lo relacionado con el sistema acu-
satorio oral, entre otras cuestiones:

Que el proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los prin-
cipios de publicidad, contradicción, concentración, continuidad e
inmediación.
A. De los principios generales:
I. El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los
hechos, proteger al inocente, procurar que el culpable no quede
impune y que los daños causados por el delito se reparen;
II. Toda audiencia se desarrollará en presencia del juez, sin
que pueda delegar en ninguna persona el desahogo y la valora-
ción de las pruebas, la cual deberá realizarse de manera libre y
lógica;
III. Para los efectos de la sentencia sólo se considerarán como
prueba aquellas que hayan sido desahogadas en la audiencia de
juicio. La ley establecerá las excepciones y los requisitos para ad-
mitir en juicio la prueba anticipada, que por su naturaleza requie-
ra desahogo previo;

43
44 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

IV. El juicio se celebrará ante un juez que no haya conocido


del caso previamente. La presentación de los argumentos y los
elementos probatorios se desarrollará de manera pública, contra-
dictoria y oral;
V. La carga de la prueba para demostrar la culpabilidad co-
rresponde a la parte acusadora, conforme lo establezca el tipo
penal. Las partes tendrán igualdad procesal para sostener la acu-
sación o la defensa, respectivamente;
VI. Ningún juzgador podrá tratar asuntos que estén sujetos a
proceso con cualquiera de las partes sin que esté presente la otra,
respetando en todo momento el principio de contradicción, salvo
las excepciones que establece esta Constitución;
VII. Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no
exista oposición del inculpado, se podrá decretar su terminación
anticipada en los supuestos y bajo las modalidades que determine
la ley. Si el imputado reconoce ante la autoridad judicial, volunta-
riamente y con conocimiento de las consecuencias, su participa-
ción en el delito y existen medios de convicción suficientes para
corroborar la imputación, el juez citará a audiencia de sentencia.
La ley establecerá los beneficios que se podrán otorgar al inculpa-
do cuando acepte su responsabilidad; por lo que aquí está presen-
te el criticado plea bargain.
VIII. El juez sólo condenará cuando exista convicción de la
culpabilidad del procesado;
IX. Cualquier prueba obtenida con violación de derechos fun-
damentales será nula, y
X. Los principios previstos en este artículo, se observarán tam-
bién en las audiencias preliminares al juicio.

También el apartado B, relacionado anteriormente con el in-


culpado, cambia a:

B. De los derechos de toda persona imputada:


I. A que se presuma su inocencia mientras no se declare su res-
ponsabilidad mediante sentencia emitida por el juez de la causa;
II. A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su
detención se le harán saber los motivos de la misma y su derecho
a guardar silencio, el cual no podrá ser utilizado en su perjuicio.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 45

Queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda inco-


municación, intimidación o tortura. La confesión rendida sin la
asistencia del defensor carecerá de todo valor probatorio;
III. A que se le informe, tanto en el momento de su detención
como en su comparecencia ante el Ministerio Público o el juez, los
hechos que se le imputan y los derechos que le asisten. Tratándose
de delincuencia organizada, la autoridad judicial podrá autorizar
que se mantenga en reserva el nombre y datos del acusador.
La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado
o sentenciado que preste ayuda eficaz para la investigación y per-
secución de delitos en materia de delincuencia organizada.

En el caso de las pruebas que regula la fracción IV de este


apartado B, ahora se limitan con la fórmula: “en los términos que
señale la ley”.
El principio de publicidad, plasmado en la fracción V, puede
restringirse en los casos de excepción que determine la ley, por
razones de seguridad nacional, seguridad pública, protección de
las víctimas, testigos y menores, cuando se ponga en riesgo la
revelación de datos legalmente protegidos, o cuando el tribunal
estime que existen razones fundadas para justificarlo.
Además, en el caso de delincuencia organizada, se destaca
que las actuaciones realizadas en la fase de investigación podrán
tener valor probatorio cuando no puedan ser reproducidas en
juicio o exista riesgo para testigos o víctimas. Lo anterior, sin
perjuicio del derecho del inculpado de objetarlas o impugnarlas y
aportar pruebas en contra.
En la fracción VI se asienta que le serán facilitados todos los
datos que solicite para su defensa y que consten en el proceso; sin
embargo, se agrega que:

El imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la


investigación cuando el primero se encuentre detenido y cuando
pretenda recibírsele declaración o entrevistarlo. Con lo que se li-
mita considerablemente el derecho a la defensa.
Asimismo, antes de su primera comparecencia ante juez po-
drán consultar dichos registros, con la oportunidad debida para
46 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

preparar la defensa. A partir de este momento no podrán man-


tenerse en reserva las actuaciones de la investigación, salvo los
casos excepcionales expresamente señalados en la ley cuando ello
sea imprescindible para salvaguardar el éxito de la investigación
y siempre que sean oportunamente revelados para no afectar el
derecho de defensa.

Lo anterior muestra que, al contrario de la idea de publi-


cidad, la reforma penal permite la reserva de la averiguación
previa.
En la fracción VIII se elimina la figura de la “persona de
confianza”, al prescribir que “Tendrá derecho a una defensa ade-
cuada por abogado”.
Por último, se agrega que:

La prisión preventiva no podrá exceder del tiempo que como


máximo de pena fije la ley al delito que motivare el proceso y en
ningún caso será superior a dos años, salvo que su prolongación se
deba al ejercicio del derecho de defensa del imputado. Si cumpli-
do este término no se ha pronunciado sentencia, el imputado será
puesto en libertad de inmediato mientras se sigue el proceso, sin
que ello obste para imponer otras medidas cautelares.

En el caso de la víctima o del ofendido, el apartado C le per-


mite intervenir en el juicio e interponer los recursos en los térmi-
nos que prevea la ley.
Además, como lo prescribe la fracción V, tiene derecho al res-
guardo de su identidad y otros datos personales en los siguientes
casos: cuando sean menores de edad; cuando se trate de delitos
de violación, secuestro o delincuencia organizada, y cuando a
juicio del juzgador sea necesario para su protección, salvaguar-
dando en todo caso los derechos de la defensa.
Por último, se le faculta en la fracción VI para solicitar las
medidas cautelares y providencias necesarias para la protección
y restitución de sus derechos. En este contexto, destacan las re-
formas al Código de Procedimientos Penales de Chihuahua, para
implementar el sistema de juicios orales.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 47

Los llamados “juicios orales”, en realidad son un procedi-


miento judicial que pretende dar celeridad a la solución de los
conflictos suscitados en materia penal, terminar los pleitos o cau-
sas, en una sola audiencia, si es posible, después de oír directa-
mente las exposiciones de las partes, peritos, testigos y aboga-
dos.50 Así, un procedimiento oral51 en lo criminal debe acatar las
reglas siguientes:52

Eduardo Augusto García Código de Procedimientos Penales


de Chihuahua52
1. El proceso sumario debe ser 1. Etapa de investigación. En ella se lleva
público para las partes y sus a cabo la investigación del delito y del
abogados probable responsable por parte del Ministerio
Público (agentes de la policía ministerial
y peritos), con la intervención del juez de
garantías, quien se encarga de resolver la
situación jurídica del imputado (carpeta de
investigación y audiencia).
Para “acortar” el proceso y evitar que el caso
llegue a juicio (oral o abreviado), tratándose
de cierto tipo de delitos (como los culposos,
patrimoniales o aquellos cuya sanción media
aritmética no exceda de cinco años), se
permiten salidas alternas o alternativas. Estas
son las siguientes: a) suspensión del proceso a
prueba y b) acuerdos reparatorios.

50
García, Eduardo Augusto, Juicio oral, cit., p. 22.
51
Ibidem, pp. 25-30.
52 Molina Martínez, Sergio, “Nociones del juicio oral en el estado de Chi-
huahua”, Revista del Instituto de la Judicatura Federal, en http://www.ijf.cjf.gob.mx/
publicaciones/revista/26/RIJ26-06AMolina.pdf, consultada el 13 de abril de 2011.
48 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

2. Una vez concluido el 2. Etapa intermedia. Donde intervienen el


sumario, todos los elementos Ministerio Público y el juez de garantías.
de prueba deben pasar a En términos generales, tiene como objeto
un tribunal integrado por depurar el procedimiento, resolver las
tres magistrados, para que cuestiones incidentales y examinar la
resuelvan sobre la procedencia procedencia de los medios de convicción, a
o improcedencia de la fin de preparar eficazmente la audiencia de
acusación juicio oral. Héctor Fix-Zamudio señala que
en esa etapa inicia propiamente el juicio oral.
Mención especial merece el llamado
procedimiento abreviado, similar al sumario,
que se resuelve en su totalidad por el juez de
garantías.
3. Declarándose procedente la 3. Etapa del juicio oral. Es el juicio de fondo,
acusación, el proceso plenario pues se considera por el propio código como
debe desarrollarse en juicio la etapa esencial del proceso. Se realizará
oral obligatorio y en audiencia sobre la base de la acusación y asegurará
pública, salvo los casos la concreción de los principios de oralidad,
señalados por la ley en que la inmediación, publicidad, concentración,
publicidad afecte la moral y las contradicción y continuidad.
buenas costumbres. Se compone de dos audiencias: 1) la
audiencia del juicio oral, y 2) la audiencia de
individualización de sanciones y reparación
del daño.
Ventajas del juicio oral:
a) la rapidez, porque deben
terminar en tres meses;
b) economía, para los litigantes
porque reduce costos;
c) publicidad, porque el pueblo
observa cómo actúan los
funcionarios judiciales, y
d) certeza sobre el resultado
del juicio.

El destino de los juicios orales puede ser incierto en el país,


como destaca la Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación
para la Implementación del Sistema de Justicia Penal (Setec): a 32
meses de la entrada en vigor de la reforma constitucional aproba-
da en 2008, únicamente siete entidades del país operan el sistema
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 49

basado en la oralidad de los juicios y el uso de métodos alterna-


tivos de solución de conflictos. De acuerdo con dicho estudio, los
estados en etapa de “operación” son Chihuahua, Oaxaca, Du-
rango, Zacatecas, Estado de México, Morelos y Baja California.
Estas entidades, se indica, han cumplido con seis requisitos in-
dispensables: infraestructura y equipamiento, tecnologías de la
información y plataforma de comunicación, normativa (reformas
complementarias), capacitación, difusión y mejora continua. En
cuatro estados están en la etapa previa, la de “entrada en vigor”;
catorce apenas en “planeación” y siete, los más atrasados, siguen
en “fase inicial”,53 como se muestra en el cuadro siguiente:54

Cuadro de estatus de la reforma en materia penal:


sistema acusatorio a 201154
Estados en etapa inicial Estados en etapa de planeación
1. Aguascalientes 1. Campeche
2. Baja California Sur 2. Chiapas
3. Coahuila 3. Colima
4. Nayarit 4. Distrito Federal
5. Quintana Roo 5. Guerrero
6. Sinaloa 6. Jalisco
7. Veracruz 7. Michoacán
8. Nuevo León
9. Querétaro
10. San Luis Potosí
11. Sonora
12. Tabasco
13. Tamaulipas
14. Tlaxcala

53
Agencia Reforma/México, D. F. Nota publicada en El Siglo de Torreón,
“Juicios orales no despegan en México. Reconocen que la aplicación de este
nuevo modelo sigue ‘en pañales’”, del 21 de marzo de 2011, en http://www.
elsiglodetorreon.com.mx/noticia/610068.juicios-orales-no-despegan-en-mexico.html, consul-
tada el 13 de abril de 2011.
54
Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implemen-
tación del Sistema de Justicia Penal, en http://www.setec.gob.mx/docs/Presenta-
cion_25-1-11.pdf, consultada el 13 de abril de 2011.
50 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

Estados en etapa de operación Estados en etapa de entrada en vigor


1. Chihuahua (funcionando) 1. Hidalgo
2. Oaxaca 2. Guanajuato
3. Durango 3. Yucatán
4. Zacatecas 4. Puebla
5. Estado de México
6. Morelos
7. Baja California
V. Consideraciones finales

Con base en los argumentos destacados líneas arriba, podemos


afirmar que la reforma constitucional de 2008 se sustenta en una
serie de ficciones que supuestamente hacen diferente al sistema
acusatorio del inquisitivo existente en nuestro país.
Sin mediar estudios serios de derecho comparado sobre las
posibles ventajas de los juicios orales en el sistema jurídico mexi-
cano, en 2005, la comisión nombrada no sólo propuso la intro-
ducción de la oralidad en los juicios penales como la mejor vía
para dar transparencia a esta clase de juicios y para recuperar la
confianza ciudadana en las instituciones de la procuración e im-
partición de la justicia, sino que también elaboró, contando con
el apoyo de USAID y Proderecho (Programa de Apoyo para el
Estado de Derecho en México), un anteproyecto de Código Pro-
cesal Penal que adopta el sistema acusatorio adversarial.55

55
Carmona Castillo, Gerardo A., El nuevo proceso penal en Oaxaca, en http://
www.juiciooraloaxaca.gob.mx/docs/PDF/EL_NUEVO_PROCESO_PENAL__ARTI
CULO.pdf, consultada el 13 de abril de 2011.
En la página electrónica de la USAID se lee: “Los programas para la de-
mocracia de USAID trabajan con los gobiernos de la región para fortalecer
la construcción de la democracia en sus países para prevenir la complejidad
o obscuridad de las dos décadas pasadas. Entrenamiento y apoyo. La USAID
apoya a la democracia y la buena gobernanza en los países de Lationamerica
generlamente en cuatro áreas. 1. Fortaleciendo la vigencia de la ley (igual tra-
tamiento de todos bajo la ley), apoyando la reforma legal, mejorando la admi-
nistración de justicia e incrementando el acceso ciudadano a la justicia. [USAID
Democracy programs work with governments in the region to strengthen the building blocks of
democracy in their countries to prevent the progress of the past two decades from unraveling.
Training and Support. USAID’s support for democracy and good governance in LAC countries
generally fall into four areas: 1. Strengthen the rule of law -- (Equal treatment for all under
the law). Support legal reform, Improve the administration of justice, and Increase citizens’
51
52 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

Si algo se puede señalar en la actual reforma penal es la re-


cepción acrítica de un modelo jurídico. Sin evaluar los procesos
en donde ya existía el principio de oralidad, como es el caso de
los juicios laborales, en donde a pesar de la existencia del princi-
pio nunca se han convertido en reales procedimientos inspirados
por la oralidad.
Algunas experiencias en América Latina muestran la poca
eficacia de los juicios orales. Desde 1975 existe en Costa Rica la
modalidad de juicio oral:

Que no fue otra cosa que una copia del Código de Córdova, Ar-
gentina. Sólo se sustituyó la palabra Córdova por la palabra Costa
Rica. El Código Procesal Penal de Costa Rica fue promulgado
mediante la Ley Número 7,594 de 1996 y la Ley de Reorganiza-
ción Judicial que reestructuraron el Poder Judicial y el Ministe-
rio Público. A partir de 1998 entró en vigencia la aplicación del
nuevo proceso, quedando la investigación a cargo del Ministerio
Público con la colaboración del Organismo de Investigación Ju-
dicial, eliminándose los juzgados de instrucción. Señala Francisco
Dall’Anese que: con ese sistema fui juez de instrucción y fiscal, y
cuando era fiscal era muy fácil. Me llegaba la causa, hacía un re-
querimiento de instrucción formal y lo mandaba al juzgado y se

access to justice)]”. en http://www.usaid.gov/locations/latin_america_caribbean/issues/


democracy_issue.html, consultada el 7 de junio de 2011.
En el caso México, también ese sitio electrónico se lee: “La USAID está for-
taleciendo el sector de la justicia en México a través del trabajo con las institu-
ciones de justicia en los niveles federal y estatal, para incrementar su capacidad
y mejorar la transparencia, la supervisión pública y la rendición de cuentas para
servir mejor a los ciudadanos mexicanos bajo la nueva reforma constitucional
que está dando forma a la policía y a los Códigos de Procedimientos Penales.
(USAID is strengthening the justice sector in Mexico by working with state and federal level
justice institutions to increase their capacity and improve transparency, public oversight, and
public accountability in order to better serve Mexican citizens under the new constitutional
reforms that are shaping the police and criminal procedure codes)”, en USAID México:
http://www.usaid.gov/mx/, consultada el 7 de junio de 2011. En un pie de foto
de esa página se lee: “La USAID está apoyando la iniciativa de México para
modernizar su sistema de justicia penal de un sistema escrito e inquisitorial a un
sistema penal de justicia oral, público y adversarial”.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 53

acabó. Me volvía a enterar del asunto hasta que me llamaban a


juicio. Cuando era juez de instrucción el asunto era complicadísi-
mo: tenía que reunirme con policías, planear operativos, recabar
las pruebas y al final el defensor acababa peleando con el juez
de instrucción. Porque no tiene un juez, sino un fiscal aliado con
la policía que busca las pruebas contra su cliente. Por supuesto
siempre traté de ser muy honesto, pero cuando le decían que la
prueba era nula porque algo se había violado, y el defensor tenía
razón, uno hacía todo lo posible por doblarle el brazo a la ley y
que la prueba se sostuviera. Fue lamentable, porque después los
jueces de juicio excluían la prueba porque no servía. Pero esto
hace que los ciudadanos queden sometidos a proceso; el juez de
instrucción los amarra, los pone en prisión preventiva, los somete
a proceso hasta que lleguen a juicio. Tenemos que ser conscientes
de eso. Es una injustica que en un sistema donde haya un juez de
instrucción, éste se convierta en un fiscal más, porque trae una
gran desventaja a las partes.

Además, sigue sosteniendo que:

Por ello, en 1992 surgió la idea de modificar el proceso penal,


eliminar el juzgado de instrucción y dar toda la facultad de inves-
tigación al Ministerio Público, y por supuesto que no hubo mu-
chas preocupaciones, lo cual fue un gran error. Porque mientras
viajábamos por todo Centroamérica dando conferencias sobre
oralidad —casi todos los jueces de Costa Rica han estado en
algún lugar dictando conferencias sobre oralidad. Sin preocu-
parse por la oralidad, porque ese era el problema de los otros
países— se nos olvidó que, al eliminar el juzgado de instrucción,
la catedral se iba a caer encima del Ministerio Público. Entonces
dos cosas se combinaron: un Ministerio Público que no tenía la
infraestructura para asumir la carga que le caía encima y un fis-
cal general que no ha tenido la visión para enfrentar su trabajo
como se debe.56

56
Dall’Anese, Francisco, “Juicio oral”, en INACIPE, Jornadas iberoamerica-
nas. Oralidad en el proceso y justicia penal alternativa, México, INACIPE, 1998, pp. 106
y 107.
54 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

Los males que aquejan a la impartición de justicia en nues-


tro país quizá se encuentran en otro lado; por ejemplo, la fal-
ta de recursos económicos, técnicos y humanos. De hecho, los
problemas fundamentales que han dificultado históricamente la
impartición de justica en nuestro país son justamente los ante-
riormente señalados. Las reformas implementadas en América
Latina han “encontrado” que la falta de recursos económicos,
técnicos y humanos son los problemas fundamentales que difi-
cultan la implementación del sistema oral en Argentina, Bolivia,
Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Ni-
caragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uru-
guay y Venezuela.57 Una reforma procesal penal que no haya
considerado estos problemas no resulta más que ingenua. En rea-
lidad, dichos factores influyen y han influido históricamente en la
calidad de impartición de justicia en México, y en general en
América Latina, independientemente del modelo procesal segui-
do. Quizá no sea una cuestión de modelo, sino de infraestructura
y recursos humanos. El sistema acusatorio y la oralidad de los
procesos no van a cambiar mágicamente los problemas estructu-
rales que arrastra el sistema penal mexicano.
Se ha “descubierto” también, que la falta de capacitación
en Bolivia, Chile, Colombia, El Salvador, Honduras, Nicaragua,
Panamá y Perú, es uno de los grandes obstáculos que dificultan
la implementación de los juicios orales.58 Al respecto, nos pre-
guntamos si acaso los funcionarios judiciales contaban con una
excelente formación y conocimiento del sistema penal mexicano,
vigente, antes de la reforma de 2008. Un nuevo contrasentido
que quizá se presente, es que, al desconocimiento del antiguo
sistema por parte de los funcionarios judiciales se va a sumar el
desconocimiento del nuevo modelo.
No tener cuidado con reformas que a pesar de contar con las
mejores intenciones progresistas, al final pueden terminar siendo
57
XIV Cumbre Judicial Iberoamericana, Brasilia, 4 a 6 de marzo de 2008.
La Oralidad procesal en Iberoamerica, p. 37.
58 Idem.
IDEALISMO ALREDEDOR DE LOS JUICIOS ORALES EN MÉXICO 55

regresivas,59 como de hecho ha sucedido, contrariamente a la vo-


cación “garantista” de la reforma, a partir de la misma se puede
restringir la publicidad en los siguientes supuestos: seguridad na-
cional; seguridad pública; protección de testigos, víctimas o me-
nores; protección de datos, y cuando el tribunal lo determine. La
reforma penal, en lugar de ampliar los derechos del inculpado,
los restringe en ciertos casos.
La corrupción, la incapacidad profesional de los funcionarios
judiciales, la impunidad, el uso de influencias ante los órganos o
en los órganos jurisdiccionales, y en general el abuso del derecho
por algunos operadores jurídicos, son algunos de los obstáculos a
los que se enfrentaba el sistema inquisitorio en México, y a los que
no va escapar el modelo acusatorio que se pretende desarrollar.
Las dificultades son tales, que el tiempo que se ha otorgado
para la implementación de la reforma penal ha sido muy lar-
go y a todas luces insuficiente, como lo evidencian los hechos.
Incongruentemente,60 las reformas constitucionales regresivas,
como el arraigo —completamente alejada del garantismo, y cla-
ramente contraria al due process of law— iniciaron su vigencia in-
mediatamente aprobada la reforma constitucional, ya que son
múltiples las excepciones que la reforma establece a los principios
derivados del modelo acusatorio.61 Sin duda, el modelo procesal
debe continuar mejorándose con reformas oportunas y necesa-
rias, pero no a través de consideraciones idílicas, que por concen-
trarse sólo en algunos árboles no ven el bosque.

59 García Ramírez, Sergio, La reforma penal constitucional (2007-2008), ¿democ-


racia o autoritarismo?, México, Porrúa, 2008, 570 pp.
60 ¿O perversamente?
61 Courtis, Cheistian, “Los derechos fundamentales en la reforma constitu-
cional en materia procesal penal. Certezas y dudas”, en Suprema Corte de Jus-
ticia de la Nación, El sistema de justicia penal en México. Retos y perspectivas, México,
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57
58 MÁRQUEZ GÓMEZ / SÁNCHEZ-CASTAÑEDA

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