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Maestría de Estudios Contextuales

Mentores: Dr. Enrique Fernández

Participante: Jesús Rodríguez

Semana 4

Actividad: Escriba una  monografía  en la cual describa la manera como las ideas
de Schaeffer son relevantes para la iglesia del Siglo XXI, y de qué manera ese material
puede ayudarle en su ministerio y la proclamación del evangelio en su comunidad cultural
y social. 

El análisis filosófico apologético cristiano de Francis Schaeffer tuvo en América


Latina ecos muy fuertes en ambientes universitarios, donde toda la cultura académica
esta muy marcada por las estructuras filosóficas del nihilismo quienes poseen una
cosmovisión hija del naturalismo y establece que la materia es eterna y es todo lo que
existe, y también tiene la convicción de que la religiosidad construyen relatos espirituales
que embriagan la cultura religiosa, considera que son simples idealismos humanos donde
las imágenes de Dios es una proyección del idealismo antropológico, donde se cautiva
todas las benignas cualidades humanas. La vida humana a fin de cuentas esta
determinados por las leyes del universo las cuales operan con la coherencia de causa
efecto en un sistema cerrado. Esta concepción conduce al ser humano a un vacío
existencial porque no es capaz de contestar las tres preguntas más básicas de toda
cosmovisión humana: ¿De dónde vengo?, ¿Para qué existo? Y ¿hacia dónde voy?, es decir,
origen, propósito y destino, categorías esenciales cuyas respuestas llenan las expectativas
existenciales del ser Humano.

Los relatos Bíblicos transitan en las respuestas acerca del origen, propósito y
destino, nos enseñan la capacidad creadora de Dios en todo el orden del universo y
enmarca al ser humano como la imagen de Dios y corona de la creación, otorgándoles ya
en la narrativa primigenia del Génesis, el propósito de ser mayordomo de la creación con
el deber de cuidar y cultivar lo creado, el determinismo nihilista rebaja la dignidad
humana otorgada por Dios. El propósito de la mayordomía fue devaluado por el pecado
humano, cuya enfermedad egocéntrica construye relaciones alienantes con su creador,
con sus semejantes y con la creación, pero Dios establece un plan de Salvación para la
redención y derrota toda la cultura de pecado, los contenidos profundos del plan de
salvación dan al ser humano una recuperación del sentido de propósito y destino o
esperanza.

Otro gran déficit en la cosmovisión nihilista es la falta de sustentabilidad de la


moralidad, como también lo destaca Schaeffer, ante la carencia de un referente creador
del universo quien establece no sólo leyes Físicas sustentables del cosmos sino también
normas éticas, significativos básicos de la comunidad humana, las cuales perderían
sentido jurídico y ordenador ante la ausencia de Dios en el modo de pensar nihilista, así
pues cualquier conducta que otorgue voluntad de sentido es legítima, no importando si
tiene coherencia con principios éticos morales.

Con la ausencia de Dios pierde sentido el juicio y la sanción ante el pecado. El


cristianismo cree en la presencia del pecado en el ser humano y lo sanciona con la muerte,
porque existe referentes jurídicos en el Antiguo Testamento que así lo establecen y en los
relatos del Nuevo Testamento Dios adopta la naturaleza humana en la presencia histórica
de Jesucristo para pagar con la muerte en la cruz la muerte sancionadora por causa del
pecado. Satisfacer en la muerte de Jesucristo las exigencias de la justicia, permite a Dios
establecer relaciones con el ser Humano por medio de su Espíritu Santo, quien construirá
una comunidad de Seres Humanos Redimidos, cuyo principal referente moral ético es la
práctica histórica de Jesucristo y conduce a la comunidad de Redimidos hacía el
arrepentimiento y conversión a través del poder del Espíritu Santo, para constituir en la
creación la mayordomía perdida dentro de un contexto histórico de oposición del mundo
cultural alienado de Dios dirigidos por fuerzas espirituales adversa al plan de Salvación.

Otro gran vacío de la creencia del nihilismo es la perdida de sentido global del
universo, el cristiano cree en la redención global de toda la creación, la redención tiene un
sentido cósmico, que comenzó con la redención del ser humano por medio de la muerte
expiatoria de Jesucristo y termina con la restitución de toda la creación cuando Jesucristo
en su Segunda Venida establezca la plenitud de la Vida en todos los órdenes de la
existencia. Dios el Padre, Dios Jesucristo y Dios el Espíritu Santo conduce la historia hacía
la redención plena del universo.

La respuesta Cristiana a todas esta cosmovisiones es primeramente compasión, sin


asumir posturas misioneras hegemónicas alienantes, sino por el contrario, permitir el
acercamiento con un oído atento, inspirados en una actitud pastoral, obligados a conocer
en profundidad cada cosmovisión en una actitud apologética dialogal, donde
establecemos divergencias pero también convergencias sin hipotecar principios y
postulados fundamentales, conjuntamente con toda esta disposición cognitiva, se debe
agregar con mucha fuerza la actitud afectiva de la solidaridad y la fraternidad Cristiana
donde se pone en evidencia que la cosmovisión Bíblica Cristiana es ortodoxia bien
estructura en relación íntima con la ortopraxis relacional, tal como lo diría el apóstol
Pablo(1Corintio 9:19-23): “ Aunque soy libre respecto a todos, de todos me he hecho
esclavo para ganar a tantos como sea posible. Entre los judíos me volví judío, a fin de
ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a
ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a éstos. Entre los que no
tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios
sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que están sin ley. Entre los
débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de
salvar a algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo hago por causa del
evangelio, para participar de sus frutos”.
Pertinencias a la cultura venezolana
Venezuela es un país que han consumido mucho de la modernidad pero sin
producirla, el enorme caudal de petróleo desde 1915 nos permitió acumular enormes
riquezas y consumo de mercancías oferentes en los países industrializados, disfrutamos de
un estilo de vida con mucha coherencia capitalista pero conociendo muy poco del enorme
esfuerzo histórico tecnológico que le llevó al mundo industrializado alcanzar esos niveles
de confort, fuimos una nación parecida al joven rico que hereda una gran riqueza sin
haberla trabajado, pues el joven solo se dedica a despilfarrar sin medida ni controles
administrativos, se entrega a una vida llena de placeres que considera eternos, pero
gradualmente se da cuenta que esos niveles de consumo cada vez lo conduce a mayores
niveles de precariedad hasta que llega a la estación de la ruina. Esta reflexión es
pertinente hacerla, porque Venezuela transito una modernidad consumista al amparó de
un padre estado quien distribuyó de manera desigual toda esta cultura consumista.
Probablemente de esa mentalidad consumista heredada del paternalismo estadal, los
venezolanos son muy permeables a la cultura hedonista desprendida del consumismo
individualista occidental y pero que ahora transitando por las estaciones de la ruina
actual, conduce a la depresión y frustración colectiva que nos ha llevado a la
multiplicación de la destrucción institucional democrática y a la anomía social, es decir, la
ley del más fuerte, propia de nuestra cultura caudillista del siglo diecinueve, dirigido por la
bota militar en el pasado y ahora muy presente, reiterando el eterno retorno de la
hegemonía militar dentro nuestra historia. Así pues, es solo una elite muy reducida
enquistada en el poder la que puede seguir disfrutando de la cultura consumista
hedonista individualista de la modernidad.

Dentro de la cultura evangélica venezolana, algún sector desea persistir en la


ilusión hedonista y digieren con beneplácito la famosa teología de la prosperidad, la cual
para sostenerse necesita asociarse con la sociedad militar hegemónica estatal,
hipotecando los valores del Reino de Dios y viviendo un evangelio muy líquido, susceptible
de mutarse para agradar a los poderosos. Sin embargo existe otro sector que ha decidido
establecer estrategias que conduzcan a una atención integral de los más vulnerables,
sobre todo a nivel de los hogares más débiles, que hoy son el 94 por ciento de la
población, escenario propicio también de la vulnerabilidad de la niñez, hemos creído en la
estrategia del emprendimiento económico modesto de la familia y de esta manera
gradualmente abandonar la cultura paternalista estatal y sembrar en cada uno de esos
hogares emprendedores los valores del Reino de Dios, inspirando prosperidad con
fraternidad, solidaridad, empatía y misericordia, hogares referenciales de la luz del
Evangelio, de esta manera creemos que la utopía del cristianismo se va haciendo topia en
los hogares venezolanos tal como lo fue también en los hogares cristianos del siglo uno,
esa es nuestra esperanza.

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