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Peter Easton y Steven Klees
el papel de la educación en la economía. La pre- rablemente a lo largo de los años, tanto en lo que
gunta crucial es ésta: "¿cuáles son las alternati- se refiere al contenido c o m o al planteamiento.
vas?" Para concluir, exploraremos algunos con- E n los siglos XVIII y X I X el interés era m á s
ceptos iniciales sobre este tema. Por supuesto, el implícito que explícito - T h u r o w (1970) enume-
c a m p o de la economía no es el único, y probable- ra una serie de razones para explicar por qué los
mente tampoco el mejor, para buscar formas al- economistas de la época se guardaban m u c h o de
ternativas de relacionar la educación y la econo- utilizar la expresión "capital h u m a n o " - , pero las
mía. E n el futuro tendremos que prestar mucha cuestiones relacionadas con la m a n o de obra y su
m á s atención a otras disciplinas, desde la antro- formación nunca dejaron de aflorar. La inclusión
pología hasta la literatura y la religión, e incluso del factor humano en la producción constituyó
la educación, para aclarar las vinculaciones exis- una de las principales causas del fracaso de la
tentes y deseables entre la educación y la econo- economía clásica, del mismo m o d o que m á s
mía. tarde constituirían el talón de Aquiles del neocla-
Comenzaremos con una breve reseña históri- sicismo. Si se conoce la historia del pensamiento
ca de la evolución del pensamiento económico, económico se comprenden m u c h o mejor las di-
para dar una idea de su amplitud y diversidad en ferencias, manifiestas o no, entre las teorías
un pasado relativamente reciente y para entender económicas acerca de la educación, pero ello
mejor el auge actual de la teoría neoclásica en supera los límites de lo que se pretende aquí
Occidente. L a sección II se centrará en el neocla- (Blaug, 1970; Spiegel, 1971). Sin embargo, al-
sicismo y en su incorporación a la economía de gunas indicaciones ofrecerán un trasfondo críti-
la educación: la teoría del capital humano. E n la co a nuestro debate en torno a la función de la
sección III haremos una breve evaluación de los educación en la economía.
enfoques de la educación y la economía basados La "economía política", que es c o m o esa dis-
en el criterio institucionalista y en el de la econo- ciplina se denominó en sus orígenes, apareció en
mía política radical c o m o marcos alternativos el m u n d o occidental a fines del siglo XVIII y co-
para la conceptualización de sus relaciones. mienzos del X I X , cuando Europa emergía de una
Concluiremos en la sección IV con algunas ideas era de formación de las naciones y del mercanti-
sobre las direcciones que conviene seguir para lismo estatal y se vislumbraban ya los albores de
una nueva conceptualización de los vínculos la revolución industrial. Desde las conquistas
entre la educación y el mercado de trabajo. europeas en Africa, Asia y América, la riqueza
comercial había aumentado considerablemente
y los intereses comerciales -particularmente en
L o s puntos de vista económicos sobre la Inglaterra- veían con impaciencia las reglamen-
educación: visión histórica taciones estatales del comercio, y percibían nue-
vos potenciales de expansión y desarrollo en el
funcionamiento de los mercados libres de capita-
Aunque el rápido desarrollo de la economía de la les. Los economistas clásicos (sobre todo Smith,
educación y de la idea de las inversiones h u m a - Bentham, Malthus, Ricardo y Mili) centraban su
nas se haya calificado, no sin cierta exageración, atención en la explicación, dentro de la sociedad,
c o m o una "revolución en el pensamiento econó- de los procesos de producción y distribución, y
mico" ( B o w m a n , 1966), en realidad, desde A d a m también en la identificación de los factores que
Smith los economistas han venido preocupándo- contribuían a garantizar "la riqueza de las nacio-
se de la educación y reconociendo su valor c o m o nes". El funcionamiento libre de los mercados y
inversión. el movimiento sin trabas de los capitales eran,
A d e m á s , desde el punto de vista económico, entre esos factores, los principales.
las teorías económicas sobre la m a n o de obra, la C o m o señaló Mili, el último de estos econo-
formación y la educación, han variado conside- mistas, el enfoque clásico de la economía tenía,
Educación y economía: otras perspectivas 459
nos, a la comunidad o a la nación (lo que los principalmente resultado de diferencias indivi-
economistas neoclásicos Uaman"elementos ex- duales y no de las estructuras sociales, refuer-
temos"), la lógica neoclásica considera ineficaz za su defensa de un menor intervencionismo es-
dejar el sistema educativo solamente en manos tatal.
del sector privado. Se suele citar c o m o ejemplo Conservadores y liberales han tendido tam-
de elementos externos asociados a la educación bién a discrepar en cuanto al modo en que el
el hecho de que ésta contribuye al buen funciona- gobierno debe intervenir, en los casos en que
miento de la democracia al formar ciudadanos unos y otros están de acuerdo en que tal interven-
ponderados, activos y responsables. D e ser ello ción es necesaria. A nivel macroeconómico, el
cierto, lo que un economista neoclásico debería debate sobre la política fiscal frente a la moneta-
hacer normalmente es considerar que la contri- ria es ya viejo; en él los liberales han sido
bución de la educación al funcionamiento de las partidarios de la política de gastos públicos,
instituciones democráticas forma parte de la mientras que los conservadores han preferido
"eficiencia social" de la educación tanto c o m o su controles m á s indirectos, de tipo bancario. A
contribución a la producción de bienes y servi- nivel microeconómico, el desacuerdo ha solido
cios. La única diferencia es que los economistas centrarse más en la manera de garantizar que las
neoclásicos creen que los segundos son mensu- actividades específicas del sector publico sean
rables, mientras que las primeras no pueden eva- eficaces o sirvan para lograr otros fines. E n los
luarse cuantitativamente, al menos en unos tér- años setenta hubo debates entre los que propug-
minos monetarios que permitieran incluirlos en naban estrategias m á s centralizadas y m á s técni-
los cálculos de rendimiento (Haveman y Wolfe, cas para orientar la prestación de servicios socia-
1984). les por el Estado, y los que consideraban necesa-
D e manera m á s general, según el análisis rias unas estrategias más descentralizadas y, en
neoclásico de la función del sector público, esta ocasiones, participativas (véase Klees 1986,
situación plantea cuestiones importantes. ¿En 1989).
qué medida influyen esos elementos externos en E n la esfera de educación, la rivalidad y el
diferentes niveles y tipos de educación o en otros desacuerdo entre los dos campos se ha manifes-
sectores? ¿Cuál ha de ser la acción del Estado tado de diversas maneras. Hasta la última déca-
frente a esos elementos externos? Se advierte da, todos los economistas neoclásicos, tanto los
una confusión similar en el análisis neoclásico de liberales c o m o los conservadores, reconocían la
otras causas del fracaso del mercado y hay otros necesidad de una intervención estatal en la edu-
tantos debates sobre la conveniencia de conse- cación , ya que, en caso de "fracaso del mercado",
guir otros objetivos sociales y de poder disponer las medidas del sector privado podían no resultar
de los medios para lograrlo. eficaces. A d e m á s , ambas partes reconocían que
Esta ambigüedad ha dado lugar a considera- el Estado debía intervenir para asegurar unas
bles divergencias en el m o d o en que los econo- oportunidades educativas justas que serían la
mistas neoclásicos, según sean liberales o con- clave para unas oportunidades económicas jus-
servadores, interpretan y utilizan su marco teóri- tas. Sin embargo, las diferencias de apreciación
co. Los liberales tienden a ver innumerables sobre los dos tipos de argumentos (fracaso del
ejemplos de fracasos del mercado en el m u n d o mercado y corrección de las desigualdades) die-
real, además de muchas injusticias estructurales ron lugar a conclusiones m u y divergentes. Los
y, al combinar ambos factores, justifican el inter- liberales eran en su mayoría favorables a una
vencionismo estatal. Por su parte, los conserva- mayor intervención estatal tanto en la enseñanza
primaria y secundaria pública c o m o en la univer-
dores ven menos casos de fracasos del mercado
sitaria. Los conservadores, por su parte, creían
y menos ocasiones en que la intervención del
que la intervención del Estado en la educación
gobierno contribuiría a corregir tales imperfec-
debía ser menor. E n un ensayo considerado hoy
ciones. A d e m á s , la idea de que las injusticias son
Educación y economía: otras perspectivas 463
clásico sobre "el papel del gobierno en la educa- educativos cobrando tasas escolares y favore-
ción", el famoso economista Milton Friedman ciendo la privatización (Banco Mundial, 1986,
(1955) aconsejaba la adopción de sistemas de Jiménez, 1987), mientras que en los años setenta
asignaciones para la enseñanza secundaria y una los problemas análogos de eficacia y justicia en
reducción de los fondos públicos en la enseñanza el ámbito de la educación habrían dado lugar a
superior. una exhortación en favor de la intervención esta-
A pesar de la influencia que seguían ejercien- tal para mejorar la educación y a aumentar los
do los conservadores en los años setenta, lo que impuestos para poder financiar esa mejora. E n
prevaleció fue un consenso económico, m á s o todo caso, esa ortodoxia refuerza el concepto
menos dominado por el liberalismo, que justifi- neoclásico de la relación entre educación y eco-
caba la expansión y mejora de la educación nomía. Teniendo en cuenta que, desde el punto
pública tanto en los Estados Unidos de América de vista neoconservador la educación es sobre
c o m o en el extranjero considerando que era una todo un medio de formación para el empleo, y
inversión social apropiada y beneficiosa. E n los que una mayor justicia social no se considera
años ochenta la llegada al poder de Ronald Reagan c o m o cuestión primordial, la intervención esta-
y de Margaret Thatcher en los Estados Unidos y tal en la educación está mucho menos justificada.
el Reino Unido, respectivamente, marcó un fuer-
te cambio en la ideología social de los poderes
públicos y de los economistas. Entre los econo- REFLEXIONES SOBRE EL MODELO
mistas, el cambio fue propiciado por la parte más NEOCLÁSICO SUBYACENTE
conservadora, la de los llamados teóricos de la
"opción pública". Si bien los economistas con-
servadores reconocían que el fracaso del merca- E n alguna otra ocasión hemos criticado con más
do justificaba algún tipo de intervención guber- detenimiento esta concepción hoy predominante
namental, los "neoconservadores" sostenían en de la función educativa en la economía (Klees
general que la experiencia demostraba que "el 1984,1986,1989; Easton, 1988). Teóricamente,
fracaso del Estado" era un problema mucho más los neoclásicos conservadores reconocen que la
grave que el fracaso del mercado, es decir, que educación desempeña diversas funciones cuya
incluso admitiendo que el mercado puede no ser utilidad rebasa el campo del mercado del trabajo;
siempre eficaz, la interferencia estatal provoca también admiten que esta situación podría justi-
inevitablemente peores males que los que pre- ficar mayores esfuerzos y gastos del Estado en el
tende remediar. La conclusión de esa línea argu- campo de la educación que los realizados actual-
mentai es que, para mejorar las opciones abiertas mente. Sin embargo, desde un punto de vista
al público, el Estado tendría que abandonar ideológico, los neoconservadores han cambiado
muchas de sus actividades y volverlas a poner en la principal recomendación sobre la política
manos del sector privado (Atkinson, 1983; C o - educativa formulada por los economistas, pasan-
lander, 1984; Grindle, 1989). do de promover las inversiones estatales a fo-
E n los últimos años la educación pública ha mentar la desinversión general.
sufrido mucho por la combinación de teorías D e todas maneras, la crítica que hace la econo-
conservadoras y neoconservadoras. Tanto en los mía neoconservadora de los recursos humanos
países ricos c o m o en los pobres, ha habido una no implica necesariamente que la variante liberal
gran tendencia a la reducción de los recursos sea menos problemática. Desde un principio
asignados a la educación y al aumento del por- (Vaizey, 1962; Thurow, 1970) arreciaron los
centaje de las actividades encomendadas en ese ataques contra la teoría ortodoxa del capital
terreno al sector privado. Actualmente, el Banco humano. Algunas de las críticas m á s significati-
Mundial recomienda sistemáticamente que los vas se centran en cuestiones y argumentos c o m o
países del Tercer M u n d o mejoren sus sistemas los siguientes: es un error utilizar los ingresos
464 Peter Easton y Steven Klees
les de producción y los esquemas culturales de rivales, sino también instituciones sociales y
hegemonía, así c o m o una fuente de las contradic- políticas. V a m o s a ocuparnos ahora precisamen-
ciones que puede provocar un progreso social. te de esta "economía política" de las opciones en
Los radicales examinan la manera en que tales materia de educación y de planificación de la
funciones se manifiestan y desarrollan, qué es lo educación, así c o m o de las causas y los efectos
que determina el rumbo futuro del sistema edu- del predominio de un paradigma en particular.
cativo y c ó m o los esquemas de comportamiento
y la condición social adquiridos en la escuela
corresponden a las relaciones de poder que pre- LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LAS OPCIONES EN
valecen en la sociedad o a veces las contradicen. MATERIA DE EDUCACIÓN
Los institucionalistas y los radicales coinci-
den en criticar el "mito" neoclásico según el cual
el mercado es un fenómeno que se origina y Si el paradigma predominante es tan inadecuado
perfecciona naturalmente. El economista institu- c o m o se indica en la sección anterior, y si existen
cionalista William Dugger (1988, p. 8 y 9) ha alternativas válidas, ¿por qué no son éstas m á s
formulado esta crítica recientemente en los si- conocidas? O bien, para utilizar una expresión
guientes términos: familiar, ¿si es usted tan listo, por qué no es rico?
"El mercado no es algo que se presente espon- Algunos de los elementos de la respuesta
táneamente. Se trata... de una serie de relaciones figuran ya en páginas anteriores. U n paradigma
sociales instituidas, de normas que determinan no es simplemente un marco teórico. También
qué cosas pueden intercambiarse,... la manera de tiene una realidad técnica y sociopolítica, es
hacerlo, quiénes pueden hacerlo y quiénes se decir, que se trata al m i s m o tiempo de una enti-
beneficiarán con ello... Resumiendo, el mercado dad técnica y de una estructura que sirve de
no es un resultado del sistema natural de libertad soporte a funciones políticas y a posiciones so-
de A d a m Smith. Es un resultado del ejercicio del ciales. Esta interpretación podría aclarar el signi-
poder..." ficado de la noción de paradigma "dominante" y
"En una economía de mercado", continúa explicará mejor cuáles podrían ser algunas de las
Dugger, "el mercado se convierte en un mito causas y efectos de tal predominio. M á s particu-
justificativo: es él (y no el patrón) el que ha larmente, dada la organización capitalista de
obligado a la dirección a cerrar la fábrica...". gran parte de Occidente, no debe sorprendernos
Para nosotros es indudable que se está reali- que la versión dominante de la economía esté tan
zando un considerable trabajo técnico fuera del estrechamente vinculada al apoyo del capita-
marco neoclásico. Sin embargo, a pesar de esta lismo.
vitalidad y de las grandes deficiencias que hemos C o m o consecuencia de ello, los partidarios
señalado en el modelo neoclásico, se han usado del paradigma dominante monopolizan práctica-
relativamente poco los modelos alternativos, e mente el acceso a los recursos destinados a la
incluso los debates al respecto han sido escasos. investigación y las posibilidades de aplicación
Algunos especialistas han sostenido enérgica- de una metodología en el terreno. Robert Kuttner
mente que el análisis de los paradigmas cruza- (1985, p. 84) identificó el m i s m o problema en el
dos, e incluso opuestos, ofrece la mejor base campo de la economía globalmente considerado:
posible para orientar las políticas sociales (Co-
"La ortodoxia económica está reforzada por la
hen y Garet, 1975; Rein, 1976, 1983; Cronbach
ideología, por la sociología de la profesión y por
et al., 1980; National Research Council, 1983).
la política que decide quién es publicado o pro-
Sin embargo, en la práctica, ello ocurre con m u y
movido y quién recibe financiación para las
poco frecuencia y casi se desconoce totalmente
investigaciones. En la profesión de economista,
en la esfera de la economía, ya que los paradig-
el libre mercado de las ideas, c o m o en los otros
m a s en cuestión no son simplemente teorías
mercados, no funciona según el modelo".
468 Peter Easton y Steven Klees
y de la política social. Tanto en los países ricos ha puesto de relieve en la sección anterior. A m y
c o m o en los pobres, tanto en los capitalistas (1984, p. 209) señala al tratar el problema de
c o m o en los socialistas, el criterio tecnicista y sustituir o modificar las grandes corrientes filo-
racionalista ha acabado dominando cada vez más sóficas de las que forma parte el neoclasicismo,
los debates políticos, plasmándose en nociones que "el positivismo sobrevive debido a que redu-
de gestión científica en la primera mitad del siglo ce en aras de la conveniencia política la g a m a de
X I X , y actualmente en el análisis de los benefi- las cuestiones que el análisis puede investigar".
cios en función del coste. Sin embargo, la bús- ¿De dónde cabe esperar que venga una renova-
queda de respuestas técnicas estaba falseada: la ción genuina?
ideología elige la teoría dominante, y una meto- H a y algo que puede sernos de suma utilidad al
dología supuestamente científica nos permite enfocar la cuestión desde una perspectiva com-
llegar casi siempre a cualquier respuesta que parativa e histórica. E n Francia o en Brasil, en la
decidamos, y ello de tal manera que pocos con- Unión Soviética o en la India, el análisis econó-
sideran que se actúa fraudulentamente. mico de la práctica social no se enfoca de la
N o existen, a nuestro juicio, perspectivas al- misma manera que en el m u n d o anglófono occi-
ternativas claras que ofrezcan un grado de utili- dental. Tienen particular interés las perspectivas
dad igual al prometido (erróneamente) por los político-económicas que se manifiestan en di-
economistas neoclásicos. La economía política versas regiones del m u n d o , oponiéndose a lo que
radical, la alternativa más desarrollada, aporta prescriben instituciones c o m o el Banco Mundial
m u c h a luz en su análisis de las correspondencias o el Fondo Monetario Internacional. Los econo-
y contradicciones dentro de la educación, aun- mistas neoclásicos han prestado m u y poca aten-
que ofrezca m u y pocas bases para poder llegar a ción al pensamiento económico comparado. E n
un acuerdo sobre la práctica educativa y la refor- realidad, los positivistas m á s dogmáticos de entre
m a de la política al respecto, sobre todo en el ellos han sostenido que sólo existe un patrón
sistema capitalista. Para un economista neoclási- verdadero para la economía científica, por lo que
co esos planteamientos radicales e instituciona- tales comparaciones carecen de sentido por su
les son vagos y subjetivos. Sin embargo, la única propia naturaleza. Ahora bien, a medida que
razón de la interminable profusión de recomen- observamos hasta qué punto la funcionalización
daciones neoclásicas concretas es la creencia de la teoría económica depende de las hipótesis
errónea de que los economistas neoclásicos formuladas - y por ende de la ideología y de la
poseen un criterio técnico de eficacia que les visión general del m u n d o que las informa- resul-
permite elegir entre diversas alternativas de ta cada vez más importante buscar otras defini-
manera que se logren unos resultados sociales ciones alternativas del vínculo entre la educa-
óptimos. Si no existe realmente un criterio técni- ción y la economía. Si se hace m á s hincapié en el
co que sirva de guía para una opción social c o m o análisis comparativo, teniendo presente a este
implica una visión conflictiva del m u n d o , la respecto las variantes que se manifiestan "natu-
creencia en los valores democráticos no puede ralmente", es decir, los modelos divergentes que
sino desembocar en un proceso colectivo c o m - los economistas crean y aplican en circunstan-
plejo, participativo y orientado a la negociación cias materiales y sociales radicalmente diferen-
para definir y analizar las diversas opciones tes, será posible hallar una fuente de conocimien-
políticas posibles y elegir entre ellas. tos m u y diferente.
Por consiguiente, no cabe duda de que nos D e manera análoga, el punto de vista histórico
hallamos ante la tarea de considerar de nuevo el nos ayuda a restablecer cierto equilibrio en la
papel de la educación en la economía y su mutua situación y nos devuelve la confianza en que,
relación. A primera vista la tarea parece tremen- tarde o temprano, es inevitable que cambien los
da y las perspectivas poco prometedoras, habida paradigmas. Resulta claro, en un marco históri-
cuenta del arraigo del neoclasicismo, c o m o ya se co, que la evolución del pensamiento se ha carac-
470 Peter Eastony Steven Klees
Estas estrategias que enfocan la educación económicas que puedan ofrecer oportunidades
desde el punto de vista de la oferta son también de trabajo de mejor calidad (Levin, 1983; Klees
fundamentalmente irrealistas. La supervivencia y Papagiannis, 1989). Y a no podemos dejar esta
y el éxito de los niños en nuestros sistemas última tarea en manos de los economistas, c o m o
escolares depende en gran medida de las expec- tampoco podemos abandonar la formulación de
tativas de los propios niños y de sus familias, políticas sensatas en materia de energía nuclear
tanto con respecto al trabajo c o m o ante la vida.a ingenieros y físicos. Los encargados de formu-
Actualmente, en los Estados Unidos y en otros lar políticas educativas también deberán ocupar-
muchos países, la mayor parte de los alumnos y se de políticas que aseguren la mejor utilización
sus padres perciben con mucha claridad la falta y remuneración de las personas así formadas.
de oportunidades de empleo interesantes, atrac- Nuestro planteamiento hace que sea necesario
tivas y bien remuneradas. Contrariamente a la invertir las posiciones de acuerdo con el criterio
creencia popular, tampoco los empleos parecen implícito en el título de este documento y de otras
mejorar, tanto en lo que se refiere a su naturalezareflexiones similares sobre la economía de la
c o m o a su remuneración. Incluso en naciones tan educación: "conceptualización del papel de la
ricas e industrializadas c o m o los Estados Unidoseducación en la economía". Es necesario además
de América, parece aumentar la "desespecializa- estudiar la función de la economía en la educa-
ción" y la automatización de las tareas (Klees y ción, es decir, las consecuencias del aprendizaje,
Papagiannis, 1989; Levin y Rumberger, 1987, el potencial de perfeccionamiento humano y los
1989). En tales circunstancias, no son muchos diversos esquemas de organización social y
los incentivos para estudiar, aprender o pensar, y económica tanto a nivel microeconómico c o m o
todas las reformas por bienintencionadas que macroeconómico. E n su labor práctica, los edu-
sean, destinadas a enseñar mejor los conoci- cadores saben desde hace m u c h o que la cantidad
miento básicos o especializados, están condena- y la calidad de lo que aprenden los alumnos y la
das al fracaso o, en el mejor de los casos, tendránmedida en que éstos cambian y evolucionan,
un éxito m u y limitado. dependerá m u c h o de las posibilidades de aplicar
A nuestro juicio es preciso tratar simultánea- los nuevos conocimientos prácticos al m u n d o
mente los dos elementos de la ecuación educati- que los rodea y de dominar nuevas funciones y
va: la oferta y la demanda. Dejar la creación de manejar los nuevos recursos con los conocimien-
empleos en manos del mercado competitivo, tos adquiridos. E n esta coyuntura existe un amplio
c o m o pretende gran parte de la ideología econó- campo de investigación y experimentación críti-
mica neoclásica, no es una solución, sino más ca sobre lo que podría denominarse -sólo hasta
bien la fuente del problema. H a sido la absurda cierto punto irónicamente- "diseño macro-ins-
noción de eficacia lo que ha marginado a la truccional", en el que la educación (el aprendiza-
naturaleza del trabajo de la política pública, je tanto en el empleo c o m o en la escuela) sería la
c o m o una cuestión secundaria que el mercado variable dependiente derivada de las opciones
debe determinar partiendo de las tecnologías de alternativas que ejerzamos sobre las estructuras
producción existentes y de nuestras preferencias y las normas de la organización económica y
cuando se trata de comprar dentífricos, calzado, social (Easton, 1989).
productos sanitarios, etc. N o hay ninguna razón Por supuesto, no hay motivo alguno para
para seguir dejando de lado así uno de los rasgos circunscribir este debate al ámbito del empleo;
m á s característicos del medio social en que nos incluso en el paradigma neoclásico se reconoce
movemos. que la función económica de la escolaridad y
N o basta con buscar políticas educativas que otras formas de la educación también incluye su
den c o m o resultado personas mejor formadas. relación con los ciudadanos y con el ejercicio
Para que tales políticas funcionen bien, debemos colectivo del poder. E n realidad, tanto los econo-
además reflexionar sobre políticas sociales y mistas que siguen la corriente general c o m o los
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