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Educación y economía:

otras perspectivas
Peter Easton y Steven Klees

Durante todo el período posterior a la segunda conclusión de que la educación y la economía


guerra mundial, y sobre todo a partir de los años influyen de m o d o crítico en los debates en torno
sesenta, los estudios sobre la política y la prácti- a los principales problemas relacionados con la
ca educativas han estado m u y influidos, si no do- democracia, el medio ambiente, la comunidad y
minados, por ideas relacionadas con el papel de la familia, por mencionar sólo algunos.
la educación en la economía. Los problemas del A nuestro parecer no existe actualmente una
crecimiento económico, de las oportunidades de conceptualización adecuada del papel de la edu-
obtener mejores empleos, de la competitividad cación en la economía que realmente pueda ayu-
internacional, del desajuste entre el mercado del darnos a hacer frente a los múltiples problemas
trabajo y la educación o incluso de la justicia en evocados más arriba. Peor aún, la idea de los
la distribución de empleos, rentas y otras presta- vínculos entre educación y economía que ha
ciones sociales, dependen hasta un punto crítico predominado en el examen de esos temas ha con-
de la manera en que se conciban las relaciones ducido a un callejón sin salida. Su contribución
entre la educación y la economía. Además, con útil a la orientación de las políticas ha sido esca-
una visión amplia del contenido del término sa, orientando los debates a la búsqueda de res-
"economía", término que incluye a todas las puestas inadecuadas a preguntas inadecuadas.
organizaciones que producen bienes y servicios, E n los treinta últimos años, tanto en el m u n d o
desde la familia hasta el Estado, se llega a la occidental c o m o en muchos países del Sur y
hasta cierto punto del Este, la concepción predo-
minante del papel de la educación en la economía
se ha basado en algunas interpretaciones particu-
lares y más bien restringidas de la teoría del
Peter Easton (Estados Unidos de América). Profesor capital humano y de su estructura subyacente, la
asociado, responsable del programa de desarrollo de economía neoclásica. En este documento exami-
la educación de adultos y de los recursos humanos en naremos las ideas sobre la educación que se des-
la Florida State University. Sus ámbitos de trabajo prenden de tales interpretaciones y explicaremos
son la economía de la educación, la promoción de la los motivos por los que consideramos que se trata
educación de adultos y las metodologías de evalua- de callejones sin salida o de algo peor, formula-
ción. Sus más recientes publicaciones versan sobre la
ciones ideológicas tendenciosas presentadas
programación de la postalfabetización y los benefi-
c o m o conocimientos técnicos.
cios sociales de la escolarización primaria.
Incluimos también un breve examen de las
Steven Klees (Estados Unidos de América). Profesor
perspectivas en torno a la educación y la econo-
de economía de la educación en la Florida State
mía establecidas por otras escuelas del pensa-
University. A utor de numerosas publicaciones acerca
de las políticas y la evaluación en materia de educa-
miento económico, tanto históricas c o m o actua-
ción. Sus investigaciones actuales conciernen los les, además de una evaluación final, a partir de
problemas de educación y trabajo, así como la econo- ese examen, de algunos de los cambios de direc-
mía política del desarrollo. ción que son necesarios para "reconceptualizar"

Perspectivas, vol. X X , n.° 4, 1990 (76)


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el papel de la educación en la economía. La pre- rablemente a lo largo de los años, tanto en lo que
gunta crucial es ésta: "¿cuáles son las alternati- se refiere al contenido c o m o al planteamiento.
vas?" Para concluir, exploraremos algunos con- E n los siglos XVIII y X I X el interés era m á s
ceptos iniciales sobre este tema. Por supuesto, el implícito que explícito - T h u r o w (1970) enume-
c a m p o de la economía no es el único, y probable- ra una serie de razones para explicar por qué los
mente tampoco el mejor, para buscar formas al- economistas de la época se guardaban m u c h o de
ternativas de relacionar la educación y la econo- utilizar la expresión "capital h u m a n o " - , pero las
mía. E n el futuro tendremos que prestar mucha cuestiones relacionadas con la m a n o de obra y su
m á s atención a otras disciplinas, desde la antro- formación nunca dejaron de aflorar. La inclusión
pología hasta la literatura y la religión, e incluso del factor humano en la producción constituyó
la educación, para aclarar las vinculaciones exis- una de las principales causas del fracaso de la
tentes y deseables entre la educación y la econo- economía clásica, del mismo m o d o que m á s
mía. tarde constituirían el talón de Aquiles del neocla-
Comenzaremos con una breve reseña históri- sicismo. Si se conoce la historia del pensamiento
ca de la evolución del pensamiento económico, económico se comprenden m u c h o mejor las di-
para dar una idea de su amplitud y diversidad en ferencias, manifiestas o no, entre las teorías
un pasado relativamente reciente y para entender económicas acerca de la educación, pero ello
mejor el auge actual de la teoría neoclásica en supera los límites de lo que se pretende aquí
Occidente. L a sección II se centrará en el neocla- (Blaug, 1970; Spiegel, 1971). Sin embargo, al-
sicismo y en su incorporación a la economía de gunas indicaciones ofrecerán un trasfondo críti-
la educación: la teoría del capital humano. E n la co a nuestro debate en torno a la función de la
sección III haremos una breve evaluación de los educación en la economía.
enfoques de la educación y la economía basados La "economía política", que es c o m o esa dis-
en el criterio institucionalista y en el de la econo- ciplina se denominó en sus orígenes, apareció en
mía política radical c o m o marcos alternativos el m u n d o occidental a fines del siglo XVIII y co-
para la conceptualización de sus relaciones. mienzos del X I X , cuando Europa emergía de una
Concluiremos en la sección IV con algunas ideas era de formación de las naciones y del mercanti-
sobre las direcciones que conviene seguir para lismo estatal y se vislumbraban ya los albores de
una nueva conceptualización de los vínculos la revolución industrial. Desde las conquistas
entre la educación y el mercado de trabajo. europeas en Africa, Asia y América, la riqueza
comercial había aumentado considerablemente
y los intereses comerciales -particularmente en
L o s puntos de vista económicos sobre la Inglaterra- veían con impaciencia las reglamen-
educación: visión histórica taciones estatales del comercio, y percibían nue-
vos potenciales de expansión y desarrollo en el
funcionamiento de los mercados libres de capita-
Aunque el rápido desarrollo de la economía de la les. Los economistas clásicos (sobre todo Smith,
educación y de la idea de las inversiones h u m a - Bentham, Malthus, Ricardo y Mili) centraban su
nas se haya calificado, no sin cierta exageración, atención en la explicación, dentro de la sociedad,
c o m o una "revolución en el pensamiento econó- de los procesos de producción y distribución, y
mico" ( B o w m a n , 1966), en realidad, desde A d a m también en la identificación de los factores que
Smith los economistas han venido preocupándo- contribuían a garantizar "la riqueza de las nacio-
se de la educación y reconociendo su valor c o m o nes". El funcionamiento libre de los mercados y
inversión. el movimiento sin trabas de los capitales eran,
A d e m á s , desde el punto de vista económico, entre esos factores, los principales.
las teorías económicas sobre la m a n o de obra, la C o m o señaló Mili, el último de estos econo-
formación y la educación, han variado conside- mistas, el enfoque clásico de la economía tenía,
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sin embargo, una señe de inconvenientes. Ante L a Asociación Económica Norteamericana


todo, era totalmente estático. Aunque al comien- ( A E A ) , fundada en 1886 por los discípulos de la
zo la teoría se centraba en el crecimiento, no escuela histórica alemana, conocidos en ese país
incluía ningún principio para explicar los progre- c o m o "institucionalistas", reflejó al principio
sos de la tecnología, el desarrollo industrial o la gran parte de esas tensiones y debates (Church,
evolución del sistema económico en el tiempo. 1972). Su primer Presidente, Richard Ely, orien-
Además, la economía clásica seguía siendo inca- tó la asociación y la profesión de economistas
paz de resolver el problema de la "proporción hacia una participación activa en la solución de
distributiva" que había dividido a sus principales los problemas sociales. Sin embargo, ese clima
arquitectos, es decir, explicar c ó m o y por qué de discordia y de actividad partidista fue consi-
determinaba la economía la parte de los benefi- derado más y más c o m o una amenaza por parte
cios de la producción que debían atribuirse a de una disciplina con pretensiones científicas y
cada uno de los factores participantes: el trabajo, ambiciones profesionales cada vez mayores.
el capital y la tierra. Sin embargo, estas serían Hacia fines de siglo, el economista inglés Alfred
precisamente las cuestiones que se plantearían Marshall sentó nuevas bases para la unidad a la
cada vez más en el transcurso de la historia de la derecha combinando los enfoques matemáticos
Europa Occidental del siglo X I X . de los marginalistas con las preocupaciones en
El intento de abordar tales cuestiones y la materia de costos y producción de los clasicistas
realidad social subyacente -dividió a los econo- y creando así un método distintivo de análisis
mistas en escuelas antagónicas a fines del siglo económico que se denominaría luego "síntesis
X I X . Por lo menos pueden identificarse dos ten- neoclásica. Años después de la publicación de
dencias y cuatro enfoques principales. Por una los Principios de economía política de Marshall
parte, están los marxistas y los partidarios de la (1982), sus discípulos, llamados "economistas
escuela histórica alemana, que mantuvieron la neoclásicos", controlarán la Asociación Econó-
tendencia clásica a centrarse en la producción y mica Norteamericana, ocupando posiciones
en la estructura macroinstitucional de la econo- decisivas en los medios de investigación y en el
mía, aunque procurando describir mejor la evo- gobierno. Desde ese m o m e n t o el neoclasicismo
lución histórica de la vida económica y, de esa sería la teoría económica predominante en Esta-
manera, crear un modelo dinámico. Por otra dos Unidos de América.
parte están los marginalistas y los economistas Sin embargo, el predominio del neoclasicis-
austríacos que centraron en cambio su interés en m o no ha estado libre de problemas. El modelo
el micronivel del consumo y del intercambio y microeconómico de la "competencia en los pre-
trataron de comprender la naturaleza de los mer- cios" de la teoría neoclásica contribuyó m u y
cados y las condiciones de su funcionamiento óp- poco a explicar las consecuencias negativas del
timo. Los marginalistas se consagraron a la crea- capitalismo, cada vez m á s evidente, o a facilitar
ción de modelos matemáticos precisos de equi- la comprensión de las crisis macroeconómicas
librio del mercado, mientras que los austríacos -los fenómenos de recesión, expansión y estan-
privilegiaron el comportamiento humano en los camiento- que el país padecería a principios del
mercados y la dinámica de la actividad empresa- siglo X X . L a escuela neoclásica se dividió en
rial. Estas tendencias teóricas estaban al m i s m o varias facciones cuando se trató de determinar la
tiempo profundamente ligadas a acontecimien- mejor manera de enfocar problemas tales c o m o
tos reales en el m u n d o . E n un grado considerable, el "fracaso del mercado", es decir, el reconoci-
si bien diferente, los marxistas y los historicistas miento del hecho de que en el m u n d o real no
alemanes reaccionaban contra los excesos evi- existen unas condiciones verdaderamente c o m -
dentes del capitalismo, mientras que los margi- petitivas y de que los mercados capitalistas no
nalistas y los austríacos se oponían a las amena- producen un bienestar social general. Los libera-
zas concretas del socialismo (Roll, 1983, p. 326). les estaban de acuerdo con la intervención estatal
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para restaurar la competencia o reparar las injus- principal, de inspiración neoclásica.


ticias socioeconómicas, enfoque que daría ori- Esta anomalía en medio de un pensamiento
gen a toda la tradición de la economía del bienes- económico cada vez m á s abstracto penetraría en
tar y a la política presupuestaria keynesiana. Los el campo neoclásico con la formulación de la
conservadores -que, en realidad, hicieron suyas teoría del capital humano, cuyos partidarios con-
muchas de las teorías de la economía austríaca- sideraban que resolvía definitivamente el pro-
condenaban la intervención estatal y eran parti- blema análitico de tratar el trabajo c o m o cual-
darios de una vuelta total a la política de quier otra mercancía determinada por la ley de la
laissez-faire. oferta y la demanda. Durante m u c h o tiempo los
Es importante observar que el escollo princi- economistas habían admitido, a pesar de que
pal -tanto en la economía capitalista c o m o en la nunca lo reconocieran formalmente, que el tra-
posterior disciplina económica- sigue siendo la bajo de una persona no es idéntico al de otra. L a
m a n o de obra. El problema de c ó m o tratar el idea de que los seres humanos representaban
factor h u m a n o en la producción sigue siendo una cantidades variables de "capital" dio un nombre
cuestión tan espinosa en el terreno teórico c o m o a estas diferencias, sirvió de base a las teorías
en la práctica mercantil e industrial. Tanto en la sobre la razón de su existencia y desembocó en
economía clásica c o m o en la neoclásica, se con- nuevas explicaciones acerca de toda una serie de
sidera que los trabajadores son insumos inter- fenómenos sociales en ámbitos tales c o m o el
cambiables y uniformes en el proceso de produc- crecimiento económico, la sanidad, la migra-
ción; en las formulaciones matemáticas del neo- ción, la educación y la formación.
clasicismo sólo se tenía en cuenta su número. Sin E n la próxima sección examinaremos m á s
embargo, esa hipótesis, m á s la teoría relativa de detalladamente la situación actual de la teoría del
la productividad marginal de los salarios, no ex- capital h u m a n o y del paradigma neoclásico sub-
plicaban de m o d o m u y convincente por qué los yacente. C o m o resumen y conclusión de este
niveles de la remuneración en el m u n d o real eran capítulo, subrayaremos sencillamente dos pun-
tan distintos, ni tampoco explicaban fenómenos tos que suelen pasarse por alto a pesar de su im-
tales c o m o las huelgas, los sindicatos, las empre- portancia capital cuando se trata de reformular el
sas que sólo contratan a obreros sindicados, o las papel que desempeña la educación en la econo-
que hacen lo contrario, etc. mía. E n primer lugar, existe realmente una vasta
L a consecuencia práctica de estas deficien- g a m a de perspectivas económicas sobre cuestio-
cias teóricas del neoclasicismo fue que los eco- nes laborales, desarrollo de recursos humanos y
nomistas institucionales, con sus enfoques des- educación. E n segundo lugar, esta variedad de
criptivos, sociológicos y correctores, pasaron a ideas no ha aparecido de la noche a la mañana,
encabezar los debates y las decisiones políticas sino que es fruto de la historia fecunda del pen-
sobre la m a n o de obra y los recursos humanos en samiento económico, "historia" por lo demás de
el período de la primera guerra mundial, situa- la que somos actores y que continúa evolucio-
nando. E n los Estados Unidos de América, la
ción que persistirá durante casi toda la pri-
relativa influencia de las diversas escuelas de
mera mitad del siglo X X . Discípulos de Mit-
pensamiento ha cambiado varias veces a lo largo
chell y C o m m o n s y otros economistas c o m o
del siglo pasado; además, el estado actual de la
J. Dunlop y J . M . Clark, ocuparon posiciones
ciencia económica en Brasil o en Francia, por
de importancia en las universidades y en el
ejemplo, no es comparable al de Estados Unidos.
gobierno, interesándose especialmente por las
relaciones industriales, los sindicatos, las dis-
paridades salariales y una serie de fenómenos
estructurales del mercado de trabajo, con el
resultado de que esta rama de la economía
acabaría alejándose cada vez más de la corriente
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recursos a los programas educativos era una


La ortodoxia vigente: la escuela forma de utilizar con eficacia y equidad los
neoclásica y la teoría del capital h u m a n o fondos públicos.
Sin embargo, el consenso era frágil, y el modelo
en que se basaba acusó fallos fundamentales. Si
Desde los años sesenta, la economía neoclásica aplicamos la teoría neoclásica a los ámbitos del
ha venido ofreciendo el paradigma predominan- trabajo y de la educación no tendremos por qué
te para el análisis económico de la educacióny la sorprendernos al descubrir que también se intro-
norma primordial para la aplicación de la econo- duce la mayoría de los errores y contradicciones
mía a la investigación, la política y la planifica- del paradigma. E n las páginas siguientes desta-
ción educativa. E n esta sección analizaremos caremos algunas de las contradicciones m á s
brevemente la situación actual de la ortodoxia agudas que se observan en el paradigma predo-
económica y su reflejo en la esfera de la educa- minante por lo que se refiere a la aplicación de la
ción, es decir, la teoría del capital humano. economía a la educación, c o m o también los
fallos subyacentes a la teoría neoclásica que el
El desarrollo de la noción de capital humano
debate revela.
al comienzo de los aflos sesenta permitió aplicar
el modelo neoclásico a la esfera de la educación
y del desarrollo de los recursos humanos, además
de ser el cristal a través del cual podían verse las UNA ORTODOXIA CONTROVERTIDA
actividades que conducen a la formación del
capital h u m a n o c o m o inversiones productivas
tanto a nivel individual c o m o social. Por consi-El consenso a que se llegó en los años sesenta
guiente, la teoría del capital humano dio también sobre la idea de que la educación podría consti-
a los economistas neoclásicos una razón para tuir una inversión social rentable y a la vez
justificar la intervención gubernamental en las equitativa no podía por menos que resquebrajar-
inversiones educativas y les proporcionó algu- se debido a la vieja división de los economistas
nos instrumentos para medir sus resultados. Es clásicos en dos campos -liberales y conservado-
esta conexión entre educación y mercado de res- y dejó de existir por completo en los años
trabajo lo que ha influido en las teorías sobre el ochenta cuando predominó una posición aún
papel de la educación y la economía durante los más conservadora. El desacuerdo entre liberales
últimos treinta aflos. El predominio es a veces tany conservadores nunca sería m á s agudo que
grande que la educación parece haberse conver- cuando se discutió el papel del gobierno en la
tido prácticamente en un simple apéndice del economía. Para entender este debate es indispen-
mercado de trabajo, por lo que automáticamente sable comprender la visión global que los econo-
se le reprocha el "desajuste" a menudo manifies- mistas neoclásicos tenían del sector público.
to entre ambos.
La economía neoclásica asigna límites m u y
Esas ideas se moderaron relativamente en los estrictos a la acción del sector público: la inter-
años sesenta y setenta debido a la atención que se vención del Estado está justificada en los casos
prestó a las cuestiones de justicia y equidad. Al en que "fracasa el mercado", es decir, cuando el
establecer una relación entre educación, empleo mercado privado no es eficiente, y también cuan-
y beneficios, se consideraba que la educación y do la acción del sector privado no permite lograr
los programas de formación eran unos medios determinados objetivos sociales deseables c o m o ,
potencialmente efectivos para mejorar la situa- por ejemplo, m á s equidad y crecimiento social o
ción de los pobres. Durante algún tiempo, en los menos desempleo e inflación. Es de lamentar que
años setenta, se llegó incluso a un grado notable esta precisión teórica sea más confusa en la prác-
de consenso entre los economistas neoclásicos tica. E n la medida en que la educación trasciende
sobre el hecho de que una mayor asignación de al individuo para afectar a la familia, a los veci-
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nos, a la comunidad o a la nación (lo que los principalmente resultado de diferencias indivi-
economistas neoclásicos Uaman"elementos ex- duales y no de las estructuras sociales, refuer-
temos"), la lógica neoclásica considera ineficaz za su defensa de un menor intervencionismo es-
dejar el sistema educativo solamente en manos tatal.
del sector privado. Se suele citar c o m o ejemplo Conservadores y liberales han tendido tam-
de elementos externos asociados a la educación bién a discrepar en cuanto al modo en que el
el hecho de que ésta contribuye al buen funciona- gobierno debe intervenir, en los casos en que
miento de la democracia al formar ciudadanos unos y otros están de acuerdo en que tal interven-
ponderados, activos y responsables. D e ser ello ción es necesaria. A nivel macroeconómico, el
cierto, lo que un economista neoclásico debería debate sobre la política fiscal frente a la moneta-
hacer normalmente es considerar que la contri- ria es ya viejo; en él los liberales han sido
bución de la educación al funcionamiento de las partidarios de la política de gastos públicos,
instituciones democráticas forma parte de la mientras que los conservadores han preferido
"eficiencia social" de la educación tanto c o m o su controles m á s indirectos, de tipo bancario. A
contribución a la producción de bienes y servi- nivel microeconómico, el desacuerdo ha solido
cios. La única diferencia es que los economistas centrarse más en la manera de garantizar que las
neoclásicos creen que los segundos son mensu- actividades específicas del sector publico sean
rables, mientras que las primeras no pueden eva- eficaces o sirvan para lograr otros fines. E n los
luarse cuantitativamente, al menos en unos tér- años setenta hubo debates entre los que propug-
minos monetarios que permitieran incluirlos en naban estrategias m á s centralizadas y m á s técni-
los cálculos de rendimiento (Haveman y Wolfe, cas para orientar la prestación de servicios socia-
1984). les por el Estado, y los que consideraban necesa-
D e manera m á s general, según el análisis rias unas estrategias más descentralizadas y, en
neoclásico de la función del sector público, esta ocasiones, participativas (véase Klees 1986,
situación plantea cuestiones importantes. ¿En 1989).
qué medida influyen esos elementos externos en E n la esfera de educación, la rivalidad y el
diferentes niveles y tipos de educación o en otros desacuerdo entre los dos campos se ha manifes-
sectores? ¿Cuál ha de ser la acción del Estado tado de diversas maneras. Hasta la última déca-
frente a esos elementos externos? Se advierte da, todos los economistas neoclásicos, tanto los
una confusión similar en el análisis neoclásico de liberales c o m o los conservadores, reconocían la
otras causas del fracaso del mercado y hay otros necesidad de una intervención estatal en la edu-
tantos debates sobre la conveniencia de conse- cación , ya que, en caso de "fracaso del mercado",
guir otros objetivos sociales y de poder disponer las medidas del sector privado podían no resultar
de los medios para lograrlo. eficaces. A d e m á s , ambas partes reconocían que
Esta ambigüedad ha dado lugar a considera- el Estado debía intervenir para asegurar unas
bles divergencias en el m o d o en que los econo- oportunidades educativas justas que serían la
mistas neoclásicos, según sean liberales o con- clave para unas oportunidades económicas jus-
servadores, interpretan y utilizan su marco teóri- tas. Sin embargo, las diferencias de apreciación
co. Los liberales tienden a ver innumerables sobre los dos tipos de argumentos (fracaso del
ejemplos de fracasos del mercado en el m u n d o mercado y corrección de las desigualdades) die-
real, además de muchas injusticias estructurales ron lugar a conclusiones m u y divergentes. Los
y, al combinar ambos factores, justifican el inter- liberales eran en su mayoría favorables a una
vencionismo estatal. Por su parte, los conserva- mayor intervención estatal tanto en la enseñanza
primaria y secundaria pública c o m o en la univer-
dores ven menos casos de fracasos del mercado
sitaria. Los conservadores, por su parte, creían
y menos ocasiones en que la intervención del
que la intervención del Estado en la educación
gobierno contribuiría a corregir tales imperfec-
debía ser menor. E n un ensayo considerado hoy
ciones. A d e m á s , la idea de que las injusticias son
Educación y economía: otras perspectivas 463

clásico sobre "el papel del gobierno en la educa- educativos cobrando tasas escolares y favore-
ción", el famoso economista Milton Friedman ciendo la privatización (Banco Mundial, 1986,
(1955) aconsejaba la adopción de sistemas de Jiménez, 1987), mientras que en los años setenta
asignaciones para la enseñanza secundaria y una los problemas análogos de eficacia y justicia en
reducción de los fondos públicos en la enseñanza el ámbito de la educación habrían dado lugar a
superior. una exhortación en favor de la intervención esta-
A pesar de la influencia que seguían ejercien- tal para mejorar la educación y a aumentar los
do los conservadores en los años setenta, lo que impuestos para poder financiar esa mejora. E n
prevaleció fue un consenso económico, m á s o todo caso, esa ortodoxia refuerza el concepto
menos dominado por el liberalismo, que justifi- neoclásico de la relación entre educación y eco-
caba la expansión y mejora de la educación nomía. Teniendo en cuenta que, desde el punto
pública tanto en los Estados Unidos de América de vista neoconservador la educación es sobre
c o m o en el extranjero considerando que era una todo un medio de formación para el empleo, y
inversión social apropiada y beneficiosa. E n los que una mayor justicia social no se considera
años ochenta la llegada al poder de Ronald Reagan c o m o cuestión primordial, la intervención esta-
y de Margaret Thatcher en los Estados Unidos y tal en la educación está mucho menos justificada.
el Reino Unido, respectivamente, marcó un fuer-
te cambio en la ideología social de los poderes
públicos y de los economistas. Entre los econo- REFLEXIONES SOBRE EL MODELO
mistas, el cambio fue propiciado por la parte más NEOCLÁSICO SUBYACENTE
conservadora, la de los llamados teóricos de la
"opción pública". Si bien los economistas con-
servadores reconocían que el fracaso del merca- E n alguna otra ocasión hemos criticado con más
do justificaba algún tipo de intervención guber- detenimiento esta concepción hoy predominante
namental, los "neoconservadores" sostenían en de la función educativa en la economía (Klees
general que la experiencia demostraba que "el 1984,1986,1989; Easton, 1988). Teóricamente,
fracaso del Estado" era un problema mucho más los neoclásicos conservadores reconocen que la
grave que el fracaso del mercado, es decir, que educación desempeña diversas funciones cuya
incluso admitiendo que el mercado puede no ser utilidad rebasa el campo del mercado del trabajo;
siempre eficaz, la interferencia estatal provoca también admiten que esta situación podría justi-
inevitablemente peores males que los que pre- ficar mayores esfuerzos y gastos del Estado en el
tende remediar. La conclusión de esa línea argu- campo de la educación que los realizados actual-
mentai es que, para mejorar las opciones abiertas mente. Sin embargo, desde un punto de vista
al público, el Estado tendría que abandonar ideológico, los neoconservadores han cambiado
muchas de sus actividades y volverlas a poner en la principal recomendación sobre la política
manos del sector privado (Atkinson, 1983; C o - educativa formulada por los economistas, pasan-
lander, 1984; Grindle, 1989). do de promover las inversiones estatales a fo-
E n los últimos años la educación pública ha mentar la desinversión general.
sufrido mucho por la combinación de teorías D e todas maneras, la crítica que hace la econo-
conservadoras y neoconservadoras. Tanto en los mía neoconservadora de los recursos humanos
países ricos c o m o en los pobres, ha habido una no implica necesariamente que la variante liberal
gran tendencia a la reducción de los recursos sea menos problemática. Desde un principio
asignados a la educación y al aumento del por- (Vaizey, 1962; Thurow, 1970) arreciaron los
centaje de las actividades encomendadas en ese ataques contra la teoría ortodoxa del capital
terreno al sector privado. Actualmente, el Banco humano. Algunas de las críticas m á s significati-
Mundial recomienda sistemáticamente que los vas se centran en cuestiones y argumentos c o m o
países del Tercer M u n d o mejoren sus sistemas los siguientes: es un error utilizar los ingresos
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c o m o medida de los beneficios sociales de la eficiencia social. D e esta manera, la idea de


educación; la teoría ignora las auténticas estruc- eficiencia ya no es funcional y los cálculos de los
turas institucionales que perpetúan la desigual beneficios en función del costo dejan de tener
distribución del poder, su manera de concebir y significado (Friedman, 1984).
de invocar la equidad es inadecuada y tampoco Esta situación se refuerza aún más al fracasar
explica fenómenos tales c o m o la persistente dis- en el m u n d o real la distinción teórica entre efica-
criminación en materia de sexo, raza y clase cia y equidad a la que tan apegados están los
(Bowles y Gintis, 1976; Carnoy y Levin, 1985). economistas, y que les permite propugnar en
Las debilidades de la teoría del capital h u m a - nombre de la "ciencia" políticas que consideran
no son típicas del paradigma neoclásico global- eficaces. E n la práctica, los grupos que sufragan
mente considerado. L a afirmación básica de que los costos sociales de cualquier programa no son
los salarios reflejan bastante bien la productivi- los mismos que sacan provecho de ellos; por
dad proviene directamente del modelo económi- consiguiente, la pregunta que debe formularse
co neoclásico. C o m o la mayoría de los principios sigue siendo: "¿eficaces para quién?". E n otro
fundamentales del neoclasicismo, sólo puede ser lugar hemos expuesto estas críticas con más de-
cierto en un m u n d o ideal de competencia perfec- talle (Klees, 1986,1989; Easton, 1988). En tér-
ta y de información perfecta en el que las prefe- minos generales, lo que sostenemos es que el
rencias personales sean totalmente independien- concepto orientador del neoclasicismo -"rendi-
tes y en el que todos los factores de la producción miento social" u "óptimo de Pareto"- fracasa
estén plenamente monetizados, el salario de cada completamente en cuanto se deja el m u n d o
uno sea la correcta expresión de su productividad imaginario de la libre competencia, sin que ofrez-
marginal y tanto las consecuencias sociales c o m o ca siquiera una orientación parcial para la asig-
nación de recursos en el m u n d o real.
los "elementos externos" de la producción se
evalúen correcta y exactamente en el mercado. Otro problema crucial para los economistas
El problema es que tales condiciones no existen neoclásicos - y también para los investigadores
en ninguna región conocida del universo, y ello que estudian otros campos y disciplinas- es que
por razones m u y significativas: no todos los los métodos empíricos no pueden proporcionar
factores de la producción están monetizados o el tipo de información sobre la relación cau-
son monetizables; las curvas de preferencias sa-efecto que es necesaria para calcular las rela-
personales son, en realidad, interdependientes; ciones costo-eficacia y costo-beneficio. C o m o
hay innumerables elementos externos y conse- ya hemos explicado con detalle en otra parte
cuencias sociales que no pueden ser valorados; (Klees, 1986,1989; Klees y Milton, 1989), cree-
nuestra economía está básicamente configurada m o s que, contrariamente a las opiniones predo-
por realidades institucionales que determinan minantes en las ciencias sociales, la utilización
una gran diversidad de mercados distintos, aun- de las metodologías basadas en análisis regresi-
que superpuestos..., etc. vos (por ejemplo, el análisis del camino crítico,
Por consiguiente, en el m u n d o real, los sala- los análisis probit, logit, L I S R E L , los análisis
rios y otros precios no corresponden a esos indi- discriminatorios, etc.) han representado un pun-
cadores de eficacia que, según los economistas to muerto que no ha permitido obtener ninguna
información válida.
neoclásicos, representan en teoría. E n realidad,
en la economía neoclásica existe la teoría llama- Nuestro punto de vista se basa en considera-
da "de la segunda opción", según la cual cuando ciones teóricas y empíricas (véanse también
hay una sola "imperfección", por ejemplo un Learner, 1983,yLovell, 1983, cuy os argumentos
monopolio, en una economía por lo demás per- son similares). En el plano teórico, nunca pode-
fectamente competitiva, las repercusiones son m o s satisfacer la exigencia de ofrecer una des-
tales que los precios de mercado de todos los cripción plena y total de un modelo, por lo que
bienes y servicios dejan de ser indicativos de su nos vemos obligados a tentativas interminables,
Educación y economía: otras perspectivas 465

con especificaciones alternativas en cada estu-


dio, sin que exista una confirmación en los estu- consisten en decir que no se dispone de alterna-
dios recogidos en las obras que usan el concepto tivas correctas. A esto nos referiremos en la
de regresión. Desde el punto de vista empírico el sección siguiente.
resultado es un interminable debate en el terreno
de las ciencias sociales acerca del impacto de
cualquier variable sobre cualquier fenómeno de Situación actual de los otros m a r c o s
interés en el que, por ejemplo, los teóricos del conceptuales
capital humano consideran que las variables
estructurales o institucionales nunca afectan en
sus regresiones a las diferencias de salarios de Los defensores de la ortodoxia actual en materia
cada individuo, mientras que los economistas de economía de la educación suelen sostener que
y sociólogos críticos estiman que las afectan la crítica no propone ninguna alternativa o, cuan-
siempre. do menos, ninguna tan elaborada c o m o la teoría
Si ello es cierto, no significa que los datos no y la técnica neoclásicas. E n esta sección exami-
sean pertinentes, sino que hace falta un enfoque naremos brevemente la situación actual de la
de la "ciencia" social m u c h o menos positivista escuela institucionalista y de la economía políti-
que el adoptado por los economistas y otros ca radical, y su análisis del papel de la educación
estudiosos. Puede que no podamos contestar a en la economía.
cuestiones c o m o el impacto relativo de los gastos
dedicados a la formación de maestros frente a los
dedicados a manuales de estudio o en términos ENFOQUES INSTITUCIONALISTAS
m á s generales puede que tan sólo podamos ba-
sarnos en datos de tabulación cruzada (y datos
cualitativos), aunque quizás todo ello signifique El movimiento institucionalista, ya sea en situa-
que debamos prestar m á s atención a los procesos ción marginal o dominante, nunca ha desapareci-
seguidos para debatir las distintas interpretacio- do del todo de la escena económica. Para sus
nes de esa realidad (véanse los debates sobre las defensores, que tanta importancia dan al fenó-
perspectivas postpositivistas en Smith, 1984; m e n o real del cambio social y el desarrollo eco-
Smith y Heshusius, 1985; Garrinson, 1986; y nómico, el abandono del predominio político no
Weiler, 1988). significa otra cosa que centrarse en las cuestio-
Por regla general, en sus dimensiones teóricas nes prácticas de planificación e investigación en
y técnicas, el paradigma neoclásico parece ha- materia de recursos humanos. Entre los econo-
llarse, pues, en una situación poco favorable. mistas institucionalistas que siguen este camino
Desde el punto de vista teórico se inserta en un podemos mencionar a Sar Levitan, profesor de
marco conceptual m u yrígidoy a la vez ambiguo, Georgetown y autor de numerosos estudios so-
por lo que sólo una gran dosis de fe y de ideología bre la formación o a Eli Ginzberg, teórico emi-
puede hacer que tenga repercusiones en la polí- nente de los recursos humanos que durante cin-
tica y pueda aplicarse a situaciones m u y distintas cuenta años, desde la época de la gran depresión
y hasta diametralmente opuestas. Desde el punto hasta el apogeo del concepto de capital h u m a n o ,
de vista técnico, presenta una serie de técnicas continuó trabajando y publicando estudios sobre
matemáticas complejas que no funcionan sin la formación profesional y sobre los vínculos
hipótesis m u y poco realistas y sin considerables entre educación y mercado de trabajo, sin preo-
adaptaciones. Todo ello nos lleva a pensar que se cuparse de la m o d a conceptual del m o m e n t o (por
trata de un paradigma en decadencia. ¿Por qué no ejemplo, Levitan y Taggart, 1976; Ginzberg,
se cambia? Las respuestas m á s frecuentes de los 1987).
neoclásicos que reconocen sus imperfecciones N o obstante, la corriente institucionalista en
466 Peter Easton y Steven Klees

general ha experimentado un cierto renacimien- perspectiva radical (véanse las reseñas de B o w -


to en los treinta últimos años, c o m o lo demues- les y Edwards, 1990, al respecto). Los neomar-
tran la fundación de la Asociación de Economía xistas han puesto de relieve las maneras en que
Evolucionista y la creación del Journal of Eco- las instituciones educativas reproducen las rela-
nomic Issues en los años sesenta, instituciones ciones de producción existentes y, por ende, en
que siguen funcionando bien. Refiriéndonos m á s qué grado la estructura de las instituciones edu-
específicamente a la educación y a su función en cativas refleja o reproduce la estructura econó-
la economía, se debe sobre todo a los institucio- mica fundamental de la sociedad. E n la última
nalistas el desarrollo de teorías y estudios sobre década los economistas políticos radicales han
la segmentación del mercado de trabajo y sobre refinado su análisis de la supraestructura social
los mercados de trabajo internos, nacidos tam- -incluido el sistema educativo y, de forma m á s
bién en este caso de la gran atención prestada a amplia, el Estado en su totalidad- para destacar
los perfiles reales de la economía que ponen de los conflictos de clase dentro de esas institucio-
relieve las barreras a la libre movilidad del traba- nes y el hecho de que todos esos órganos sociales
jo o la mera determinación de los salarios en constituyen realmente un "terreno de debate"
función de la productividad (Doeringer y Piore, (por ejemplo, Bowles y Gintis, 1981, 1986;
1971 ; Piore, 1983). Al m i s m o tiempo, la corrien- Carnoy y Levin, 1985). Aunque en Estados Uni-
te institucionalista ejerció una influencia predo- dos hay relativamente pocos economistas radi-
minante en la elaboración de la crítica de la teoría calesque escriben sobre educación, han escrito
del capital h u m a n o (Berg, 1970; Wiles 1974; una obra prolífica e influyente. E n el resto del
Easton, 1983). A pesar de que la respuesta esen- m u n d o hay muchos más (por ejemplo, para una
cial a esa crítica consistiría en desviar el debate reseña parcial de las obras publicadas en el Bra-
hacia unos problemas técnicos limitados a los sil, véanse Kuenzer, 1987, y Arruda, Nosella,
que puede aplicarse un tratamiento con métodos Santos y Young, 1988).
neoclásicos, la formulación sistemática de nue- Aunque aquí nos falta espacio para proceder a
vas explicaciones de la correlación entre educa- un examen detallado de las tesis institucionalis-
ción y beneficios tuvo cierta repercusión en ese tas y neomarxistas de la educación, es evidente
c a m p o (Blaug, 1976-1985). A d e m á s , muchos de que estas dos escuelas alternativas del pensa-
los sutiles análisis sociológicos en torno a la miento gozan de m u y buena salud. El paradigma
relación entre la educación y los mercados de predominante ofrece una metodología para eva-
empleo (por ejemplo, Meyer y Scott, 1985) son luar la educación en tanto que inversión, mien-
en realidad críticas institucionalistas de la teoría tras que los neoclásicos suelen equivocarse en
del capital humano. sus críticas al no proponer mejoras válidas de
esta metodología o nuevas maneras de medir el
valor de la educación c o m o inversión. Sin e m -
LAS TESIS DE LA ECONOMÍA RADICAL bargo, los críticos plantean en realidad toda la
cuestión de forma distinta. Los institucionalistas
consideran que la educación es una respuesta
La economía política radical (o, lo que es equiva- históricamente determinada a una demanda ins-
lente, la economía neomarxista) - y también los titucionalizada y creada por la sociedad; tienden
análisis en torno a la educación- han tenido tam- a investigar las maneras en que los esquemas
bién un resurgimiento notable a partir de los arios organizados de comportamiento social confor-
sesenta. L a Review of Radical Political Eco- m a n la oferta y la demanda en el mercado de
nomy, creada en 1964, y la Monthly Review, que trabajo y c ó m o determinan la demanda en mate-
la precedió en diez años, son dos publicaciones ria de educación y los usos a que ésta se destina.
m u y importantes entre las numerosas revistas Los radicales consideran la educación c o m o un
que tratan los problemas económicos desde una instrumento para reproducir las relaciones socia-
Educación y economía: otras perspectivas 467

les de producción y los esquemas culturales de rivales, sino también instituciones sociales y
hegemonía, así c o m o una fuente de las contradic- políticas. V a m o s a ocuparnos ahora precisamen-
ciones que puede provocar un progreso social. te de esta "economía política" de las opciones en
Los radicales examinan la manera en que tales materia de educación y de planificación de la
funciones se manifiestan y desarrollan, qué es lo educación, así c o m o de las causas y los efectos
que determina el rumbo futuro del sistema edu- del predominio de un paradigma en particular.
cativo y c ó m o los esquemas de comportamiento
y la condición social adquiridos en la escuela
corresponden a las relaciones de poder que pre- LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LAS OPCIONES EN
valecen en la sociedad o a veces las contradicen. MATERIA DE EDUCACIÓN
Los institucionalistas y los radicales coinci-
den en criticar el "mito" neoclásico según el cual
el mercado es un fenómeno que se origina y Si el paradigma predominante es tan inadecuado
perfecciona naturalmente. El economista institu- c o m o se indica en la sección anterior, y si existen
cionalista William Dugger (1988, p. 8 y 9) ha alternativas válidas, ¿por qué no son éstas m á s
formulado esta crítica recientemente en los si- conocidas? O bien, para utilizar una expresión
guientes términos: familiar, ¿si es usted tan listo, por qué no es rico?
"El mercado no es algo que se presente espon- Algunos de los elementos de la respuesta
táneamente. Se trata... de una serie de relaciones figuran ya en páginas anteriores. U n paradigma
sociales instituidas, de normas que determinan no es simplemente un marco teórico. También
qué cosas pueden intercambiarse,... la manera de tiene una realidad técnica y sociopolítica, es
hacerlo, quiénes pueden hacerlo y quiénes se decir, que se trata al m i s m o tiempo de una enti-
beneficiarán con ello... Resumiendo, el mercado dad técnica y de una estructura que sirve de
no es un resultado del sistema natural de libertad soporte a funciones políticas y a posiciones so-
de A d a m Smith. Es un resultado del ejercicio del ciales. Esta interpretación podría aclarar el signi-
poder..." ficado de la noción de paradigma "dominante" y
"En una economía de mercado", continúa explicará mejor cuáles podrían ser algunas de las
Dugger, "el mercado se convierte en un mito causas y efectos de tal predominio. M á s particu-
justificativo: es él (y no el patrón) el que ha larmente, dada la organización capitalista de
obligado a la dirección a cerrar la fábrica...". gran parte de Occidente, no debe sorprendernos
Para nosotros es indudable que se está reali- que la versión dominante de la economía esté tan
zando un considerable trabajo técnico fuera del estrechamente vinculada al apoyo del capita-
marco neoclásico. Sin embargo, a pesar de esta lismo.
vitalidad y de las grandes deficiencias que hemos C o m o consecuencia de ello, los partidarios
señalado en el modelo neoclásico, se han usado del paradigma dominante monopolizan práctica-
relativamente poco los modelos alternativos, e mente el acceso a los recursos destinados a la
incluso los debates al respecto han sido escasos. investigación y las posibilidades de aplicación
Algunos especialistas han sostenido enérgica- de una metodología en el terreno. Robert Kuttner
mente que el análisis de los paradigmas cruza- (1985, p. 84) identificó el m i s m o problema en el
dos, e incluso opuestos, ofrece la mejor base campo de la economía globalmente considerado:
posible para orientar las políticas sociales (Co-
"La ortodoxia económica está reforzada por la
hen y Garet, 1975; Rein, 1976, 1983; Cronbach
ideología, por la sociología de la profesión y por
et al., 1980; National Research Council, 1983).
la política que decide quién es publicado o pro-
Sin embargo, en la práctica, ello ocurre con m u y
movido y quién recibe financiación para las
poco frecuencia y casi se desconoce totalmente
investigaciones. En la profesión de economista,
en la esfera de la economía, ya que los paradig-
el libre mercado de las ideas, c o m o en los otros
m a s en cuestión no son simplemente teorías
mercados, no funciona según el modelo".
468 Peter Easton y Steven Klees

E n el c a m p o de la planificación internacional nuestra época. Teniendo en cuenta las enseñan-


de la educación, este fenómeno tiene su demos- zas de K u h n (1971) y, m u y especialmente, de
tración palpable en la gran proporción de fondos Feyerabend (1975), sobre la dinámica de la his-
destinados a la investigación que son administra- toria de las ideas y el análisis de las "revolucio-
dos y distribuidos por el Banco Mundial y sus nes científicas", ese predominio del paradigma
organizaciones afiliadas. Aquí no se trata de social, prescindiendo de sus méritos, no debería
proyectos mal intencionados ni de conspiracio- constituir una sorpresa. ¿Qué puede hacerse en
nes para obstruir el comercio; m á s bien haría tales circunstancias para volver a considerar el
falta -en realidad, es imprescindible- un esfuer- papel de la educación en la economía? Tratare-
zo consciente para evitar ese monopolio de los m o s de responder a esta pregunta en la última
recursos destinados a los trabajos teóricos. sección de este documento.
C o m o consecuencia de esta hegemonía, el
paradigma neoclásico parece (o pretende) deten-
tar un monopolio casi total de las técnicas aplica- U n a nueva consideración de la
bles, mientras que a sus competidores sólo les articulación entre la economía y la
queda el recurso de la crítica. Al m i s m o tiempo, educación
la posición de poder de que parece gozar el
paradigma neoclásico parece inclinarse hacia
una falta de discernimiento e incluso hacia un Es fundamental saber c ó m o se conciben las rela-
antiempirismo en el sentido de que no tiene ciones entre educación y economía desde un
ningún interés por las "observaciones desvia- punto de vista práctico. H e m o s tratado de de-
das" y por los datos refractarios. Los economis- mostrar que, a pesar de que pueda haber obras
tas neoclásicos se niegan ostensiblemente a reu- alternativas razonables, durante m á s de treinta
nir datos de primera m a n o o a admitir el valor deaños ha habido un monopolio orientado con una
todo lo que sea cualitativo o etnográfico, pese a perspectiva estrecha y en gran parte inadecuada.
que su propio marco básico es fundamentalmen- N o es que los economistas neoclásicos no tengan
te microanalítico. A d e m á s de esta falta de discer-
nada que ofrecer: sus ideas sobre las compensa-
nimiento hay un descuido general del trabajo ciones recíprocas y los costes de sustitución, o
práctico en beneficio de los modelos matemáti- sobre la necesidad de considerar los costes y
cos. U n análisis de m á s de 400 artículos de la beneficios de todas las partes afectadas, son
American Economies Review, publicados entre dignas de tenerse en cuenta. Sin embargo, los
marzo de 1977 y diciembre de 1981, reveló
elementos con que las rodean y las engloban en
solamente un caso de investigación empírica real
un concepto global, integrado y mensurable de la
(Kuttner, 1985, p. 78). Es evidente que el aforis-
eficiencia social, las hacen totalmente absurdas.
m o según el cual todo poder corrompe y el poder
Es evidente que esta crítica repercute mucho
absoluto corrompe absolutamente, puede tam-
m á s allá del sector de la educación. E n el sistema
bién aplicarse a la esfera de la investigación.
capitalista la "eficacia" de las soluciones de
Resumiendo, las relaciones de los paradigmas mercado, o de determinadas acciones del Estado,
alternativos en materia económica distan mucho ha constituido una especie de baluarte ideológico
de ser perfectamente competitivas. Los recursos y un criterio esgrimido para justificar la acción
se distribuyen de tal manera que se crea un grado política. S i la noción no tiene sentido, todo lo que
m u y elevado de monopolio en el mercado de la hemos estado haciendo pervierte el proceso social
investigación y de las ideas, así c o m o en el de toma de decisión al evaluar incorrectamente
mercado de trabajo, en lo relativo a los puestos de algunas alternativas y pasar otras por alto. D e
investigador y de decisor; además, todo el sector manera más general, consideramos que esta si-
se basa en unas relaciones de poder m u y seme- tuación forma parte de una comprensión cada
jantes a las del sistema político-económico de vez m á s errónea por nuestra parte de la sociedad
Educación y economía: otras perspectivas 469

y de la política social. Tanto en los países ricos ha puesto de relieve en la sección anterior. A m y
c o m o en los pobres, tanto en los capitalistas (1984, p. 209) señala al tratar el problema de
c o m o en los socialistas, el criterio tecnicista y sustituir o modificar las grandes corrientes filo-
racionalista ha acabado dominando cada vez más sóficas de las que forma parte el neoclasicismo,
los debates políticos, plasmándose en nociones que "el positivismo sobrevive debido a que redu-
de gestión científica en la primera mitad del siglo ce en aras de la conveniencia política la g a m a de
X I X , y actualmente en el análisis de los benefi- las cuestiones que el análisis puede investigar".
cios en función del coste. Sin embargo, la bús- ¿De dónde cabe esperar que venga una renova-
queda de respuestas técnicas estaba falseada: la ción genuina?
ideología elige la teoría dominante, y una meto- H a y algo que puede sernos de suma utilidad al
dología supuestamente científica nos permite enfocar la cuestión desde una perspectiva com-
llegar casi siempre a cualquier respuesta que parativa e histórica. E n Francia o en Brasil, en la
decidamos, y ello de tal manera que pocos con- Unión Soviética o en la India, el análisis econó-
sideran que se actúa fraudulentamente. mico de la práctica social no se enfoca de la
N o existen, a nuestro juicio, perspectivas al- misma manera que en el m u n d o anglófono occi-
ternativas claras que ofrezcan un grado de utili- dental. Tienen particular interés las perspectivas
dad igual al prometido (erróneamente) por los político-económicas que se manifiestan en di-
economistas neoclásicos. La economía política versas regiones del m u n d o , oponiéndose a lo que
radical, la alternativa más desarrollada, aporta prescriben instituciones c o m o el Banco Mundial
m u c h a luz en su análisis de las correspondencias o el Fondo Monetario Internacional. Los econo-
y contradicciones dentro de la educación, aun- mistas neoclásicos han prestado m u y poca aten-
que ofrezca m u y pocas bases para poder llegar a ción al pensamiento económico comparado. E n
un acuerdo sobre la práctica educativa y la refor- realidad, los positivistas m á s dogmáticos de entre
m a de la política al respecto, sobre todo en el ellos han sostenido que sólo existe un patrón
sistema capitalista. Para un economista neoclási- verdadero para la economía científica, por lo que
co esos planteamientos radicales e instituciona- tales comparaciones carecen de sentido por su
les son vagos y subjetivos. Sin embargo, la única propia naturaleza. Ahora bien, a medida que
razón de la interminable profusión de recomen- observamos hasta qué punto la funcionalización
daciones neoclásicas concretas es la creencia de la teoría económica depende de las hipótesis
errónea de que los economistas neoclásicos formuladas - y por ende de la ideología y de la
poseen un criterio técnico de eficacia que les visión general del m u n d o que las informa- resul-
permite elegir entre diversas alternativas de ta cada vez más importante buscar otras defini-
manera que se logren unos resultados sociales ciones alternativas del vínculo entre la educa-
óptimos. Si no existe realmente un criterio técni- ción y la economía. Si se hace m á s hincapié en el
co que sirva de guía para una opción social c o m o análisis comparativo, teniendo presente a este
implica una visión conflictiva del m u n d o , la respecto las variantes que se manifiestan "natu-
creencia en los valores democráticos no puede ralmente", es decir, los modelos divergentes que
sino desembocar en un proceso colectivo c o m - los economistas crean y aplican en circunstan-
plejo, participativo y orientado a la negociación cias materiales y sociales radicalmente diferen-
para definir y analizar las diversas opciones tes, será posible hallar una fuente de conocimien-
políticas posibles y elegir entre ellas. tos m u y diferente.
Por consiguiente, no cabe duda de que nos D e manera análoga, el punto de vista histórico
hallamos ante la tarea de considerar de nuevo el nos ayuda a restablecer cierto equilibrio en la
papel de la educación en la economía y su mutua situación y nos devuelve la confianza en que,
relación. A primera vista la tarea parece tremen- tarde o temprano, es inevitable que cambien los
da y las perspectivas poco prometedoras, habida paradigmas. Resulta claro, en un marco históri-
cuenta del arraigo del neoclasicismo, c o m o ya se co, que la evolución del pensamiento se ha carac-
470 Peter Eastony Steven Klees

terizado y seguirá caracterizándose por unas de trabajo era consecuencia de la enseñanza y


perspectivas antagónicas, y que el neoclasicismo sólo podía remediarse por medio de una reforma
representa un compromiso inestable entre ellas. educativa o de una mayor "eficacia" de la educa-
Las cuestiones planteadas por los economistas ción. Es cierto que en parte la función de la
institucionalistas y radicales no han desapareci- educación consiste en hacer de nosotros unos
do y pueden volver a tener una gran importancia. trabajadores mejores. Esta idea está inserta en
C o m o el neoclasicismo es cada vez más atacado una serie de absurdos enunciados casi c o m o
desde dentro y desde fuera - y por un sinnúmero dogmas religiosos, acerca de la santidad del
de razones- la última década del milenio puede "mercado", que determina el tipo de empleo, y
ser una época propicia para cambios profundos y todo ello unido a la creencia de que, si consegui-
de gran alcance en materia de perspectivas eco- m o s mejorar la educación, automáticamente
nómicas. D e todas maneras, hay algunas razones mejorarán también los empleos.
que nos permiten seguir esperando y trabajando Esta última opinión es la encarnación básica
sobre elementos prácticos fundamentales de de lo que los economistas denominan "ley de
estructuras alternativas. Say" y que lleva el nombre del comerciante y
El rumbo que deberíamos seguir en la teoría y escritor francés de principios del siglo X I X que
en la práctica es una cuestión que debe estudiarsefue el primero en proponer la panacea según la
cual la oferta crea su propia demanda. Hace
m u c h o . Y a en otro trabajo hemos esbozado algu-
nas ideas de principio que consideramos impor- mucho que los economistas han rechazado la ley
tantes c o m o punto de partida (Easton, 1988; de Say c o m o descripción adecuada de la dinámi-
Klees, 1989,1990). Esas ideas incluyen la nece- ca del mercado, y el mercado del trabajo no es
sidad de impugnar las tesis neoclásicas, particu- una excepción. Sin embargo, la mayor parte de
larmente en sus aplicaciones políticas cada vez los estudios sobre el capital humano reflejan en
más doctrinarias, abandonar completamente el el fondo esta misma simplificación abusiva. Los
mito de la "eficiencia", dejar de lado el análisispartidarios de la noción del capitel humano pre-
regresivo y emprender otras formas de investiga- suponen que la relación entre educación y remu-
ción económica, y centrar la investigación, las neración es causal -la idea de la rentabilidad de
la educación se basa en una suposición pareci-
políticas y la planificación en los debates y no en
una mítica búsqueda por medios técnicos de "lo da-, por lo que los obreros especializados conse-
verdadero" y "lo óptimo". También vale la pena guirán automáticamente los empleos que corres-
seguir el ejemplo de los institucionalistas y pondan a su productividad potencial. E n reali-
continuar trabajando en las cuestiones prácticas dad, si bien la oferta de m a n o de obra especiali-
de educación a nivel local (ciudad, municipio, zada influye con toda seguridad en el tipo de
región), porque no será posible formular ningún tecnología utilizada por los productores de bie-
concepto apropiado de la educación aislándonos nes y servicios, y por consiguiente, en el número
y la índole de los empleos creados, la demanda de
de la práctica. C o m o dicen los ecologistas (y ya
habían dicho antes los pacifistas), "pensemos a trabajo depende en cambio de una serie de otros
escala mundial y actuemos a escala local". factores relacionados entre sí y determinados por
las economías locales, nacionales y mundiales,
Puede que la cuestión central de nuestro pro-
las cuales distan de ser perfectamente competiti-
grama teórico consista en reactivar y volver a
vas. Creer que bastaría con aumentar la oferta de
pensar el papel de la demanda en las relaciones
obreros especializados para crear una demanda
entre la educación y el mercado de trabajo,
de ellos y una utilización de sus especialidades es
superando así la obsesión de la oferta que ha
ilusorio. A d e m á s es irresponsable, pues abando-
caracterizado hasta ahora a la reflexión sobre el
na en manos del mercado la responsabilidad de
capital humano. Durante m u c h o tiempo y de
asegurar un m u n d o con empleos abundantes e
manera harto pasiva hemos aceptado la idea de
interesantes.
que el desajuste entre la educación y el mercado
Educación y economía: otras perspectivas 471

Estas estrategias que enfocan la educación económicas que puedan ofrecer oportunidades
desde el punto de vista de la oferta son también de trabajo de mejor calidad (Levin, 1983; Klees
fundamentalmente irrealistas. La supervivencia y Papagiannis, 1989). Y a no podemos dejar esta
y el éxito de los niños en nuestros sistemas última tarea en manos de los economistas, c o m o
escolares depende en gran medida de las expec- tampoco podemos abandonar la formulación de
tativas de los propios niños y de sus familias, políticas sensatas en materia de energía nuclear
tanto con respecto al trabajo c o m o ante la vida.a ingenieros y físicos. Los encargados de formu-
Actualmente, en los Estados Unidos y en otros lar políticas educativas también deberán ocupar-
muchos países, la mayor parte de los alumnos y se de políticas que aseguren la mejor utilización
sus padres perciben con mucha claridad la falta y remuneración de las personas así formadas.
de oportunidades de empleo interesantes, atrac- Nuestro planteamiento hace que sea necesario
tivas y bien remuneradas. Contrariamente a la invertir las posiciones de acuerdo con el criterio
creencia popular, tampoco los empleos parecen implícito en el título de este documento y de otras
mejorar, tanto en lo que se refiere a su naturalezareflexiones similares sobre la economía de la
c o m o a su remuneración. Incluso en naciones tan educación: "conceptualización del papel de la
ricas e industrializadas c o m o los Estados Unidoseducación en la economía". Es necesario además
de América, parece aumentar la "desespecializa- estudiar la función de la economía en la educa-
ción" y la automatización de las tareas (Klees y ción, es decir, las consecuencias del aprendizaje,
Papagiannis, 1989; Levin y Rumberger, 1987, el potencial de perfeccionamiento humano y los
1989). En tales circunstancias, no son muchos diversos esquemas de organización social y
los incentivos para estudiar, aprender o pensar, y económica tanto a nivel microeconómico c o m o
todas las reformas por bienintencionadas que macroeconómico. E n su labor práctica, los edu-
sean, destinadas a enseñar mejor los conoci- cadores saben desde hace m u c h o que la cantidad
miento básicos o especializados, están condena- y la calidad de lo que aprenden los alumnos y la
das al fracaso o, en el mejor de los casos, tendránmedida en que éstos cambian y evolucionan,
un éxito m u y limitado. dependerá m u c h o de las posibilidades de aplicar
A nuestro juicio es preciso tratar simultánea- los nuevos conocimientos prácticos al m u n d o
mente los dos elementos de la ecuación educati- que los rodea y de dominar nuevas funciones y
va: la oferta y la demanda. Dejar la creación de manejar los nuevos recursos con los conocimien-
empleos en manos del mercado competitivo, tos adquiridos. E n esta coyuntura existe un amplio
c o m o pretende gran parte de la ideología econó- campo de investigación y experimentación críti-
mica neoclásica, no es una solución, sino más ca sobre lo que podría denominarse -sólo hasta
bien la fuente del problema. H a sido la absurda cierto punto irónicamente- "diseño macro-ins-
noción de eficacia lo que ha marginado a la truccional", en el que la educación (el aprendiza-
naturaleza del trabajo de la política pública, je tanto en el empleo c o m o en la escuela) sería la
c o m o una cuestión secundaria que el mercado variable dependiente derivada de las opciones
debe determinar partiendo de las tecnologías de alternativas que ejerzamos sobre las estructuras
producción existentes y de nuestras preferencias y las normas de la organización económica y
cuando se trata de comprar dentífricos, calzado, social (Easton, 1989).
productos sanitarios, etc. N o hay ninguna razón Por supuesto, no hay motivo alguno para
para seguir dejando de lado así uno de los rasgos circunscribir este debate al ámbito del empleo;
m á s característicos del medio social en que nos incluso en el paradigma neoclásico se reconoce
movemos. que la función económica de la escolaridad y
N o basta con buscar políticas educativas que otras formas de la educación también incluye su
den c o m o resultado personas mejor formadas. relación con los ciudadanos y con el ejercicio
Para que tales políticas funcionen bien, debemos colectivo del poder. E n realidad, tanto los econo-
además reflexionar sobre políticas sociales y mistas que siguen la corriente general c o m o los
472 Peter Easton y Steven Klees

críticos suelen destacar la necesidad de mejorar


la educación, aunque no tenga ninguna utilidad Referencias
profesional, pues la necesitamos para hacer fren-
te a la enorme cantidad de problemas sociales A M Y , D.J. "Toward a post-positivistic policy analysis: A
que se plantearán, desde la desigualdad hasta el review article". Policy Studies Journal, 13,1,1988. 207-
medio ambiente. Aunque esto sea cierto en teo- 211.
ría, en la práctica conviene señalar que incluso ARRUDA, M . NOSELLA, P.; SANTOS, L. y YOUNO, M . Work
and education: The state of the art in Brazil and other
las sociedades democráticas piden poco a sus studies. Londres: Centre for Vocational Studies, Unive.
ciudadanos. El derecho a voto ofrece pocos in- de Landeu, 1988.
centivos y no deja m u c h o espacio para el ejerci- A T K I N S O N , G . W . "Political economy: Public choice or co-
cio de la inteligencia. Quizás el hecho de invertir llective action?" Journal of Economic Issues, 17, 4,
diciembre de 1983, 1.057-1.065.
la formulación de la idea de "desajuste" entre B E R G , I. Education and jobs: The great training robbery.
educación y empleo entrañe también una nueva Nueva York: Praeger, 1970.
concepción de la naturaleza de las estructuras B L A U G , M . An introduction to the economics of education.
Baltimore: Penguin Books, 1970.
democráticas que hemos establecido, un aleja-
B L A U G , M . "The empiriral status of human capital theory: A
miento de los sistemas que combinan un número slightly jaundiced survey". Journal of Economic
elevado de "expertos" burócratas con uno relati- Literature, septiembre de 1976, 827-856.
vamente pequeño de representantes "políticos" B L A U G , M . "Where are w e now in the economics of educa-
tion?" Economics of Education Review, 4, 1, 1985, 17-
bien establecidos, para orientarse hacia otros
28.
sistemas m u c h o más participativos, y un recono- B O W L E S , S. y E D W A R D S , R . (compiladores). Radical politi-
cimiento de lo frágil que es la distinción entre lo cal economy, Vols. I-II. Brookfield, VI: Edward Elgar,
político y lo técnico. 1990.
Por supuesto, decir que la demanda crea su B O W L E S , S. y GINTIS, H . Schooling in capitalist America:
Educational reform and the contradictions of economic
propia oferta es a la larga tan poco apropiado life. Nueva York: Basic Books, 1976.
c o m o sostener lo contrario. La demanda de m a n o B O W L E S , S. y GINTIS, H . "Education as a site of contradic-
de obra especializada y la oferta de trabajo sur- tions in the reproduction of the capital-labor relations-
hip: Second thoughts on the 'correspondence principle'",
gen e interactúan de manera tan compleja y en
Economic and Industrial Democracy, 2,1981, 223-242.
ellas influyen tanto las instituciones que sólo B O W L E S , S. y GINTIS, H . Democracy and capitalism: Pro-
podremos comprenderlas desde una perspectiva perty, community, and the contradictions of modern
interdisciplinaria. Los factores sociales, cultura- social thought. Nueva York: Basic Books, 1986.
les y políticos desempeñan una función crítica B O W M A N , M . J . "The human investment revolution in econo-
mic throaght". Sociology of Education, 36,2,1966,111-
tanto en la conformación de esas fuerzas c o m o en 138.
su interacción en el mercado de trabajo. Por C A R N O Y , M . y L E V I N , H . M . Schooling and work in the demo-
consiguiente, la tarea de conceptualizar de nuevo cratic state. Stanford: Stanford University Press, 1985.
la relación entre la educación y la economía debe C H U R C H , R . L . "Economists as experts: The rise of an acade-
mic profession in the United States, 1870-1920", en
ser forzosamente interdisciplinaria. Lawrence Stone (compilador), The University in society:
Por lo tanto, esa tarea sólo puede llevarse a Europe, Scotland, and the United States from the 16th to
cabo si en ella intervienen muchas personas que the 20th century. Princeton, NJ: Princeton University
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hasta ahora no eran consideradas, o no se consi-
C O H E N , M . K . y G A R E T , M . S . "Reforming educational policy
deraban a sí mismas, c o m o economistas, y si with appliedresearch".Harvard Educational Review,
ayudan a encauzar la economía de la educación 45, 1, 1975, 17-44.
por nuevas vías. Ello significa familiarizarse con C O L A N D E R , D . C . Neoclassical political economy: The analy-
sis of rent-seeking andDUP activities. Cambridge, M A :
un lenguaje inhabitual y abrir los debates a inter-
BaUinger, 1984.
locutores poco habituales. Pero no cabe duda de C R O N B A C H , L E E J., et al. Toward reform of program evalua-
que vale la pena arriesgarse. L a economía de la tion: Aims, methods and institutional arrangements. San
educación es algo demasiado importante para Francisco: Jossey-Bass, 1980.
dejarla en manos de los economistas. • D O E R I N G E R , P. y PIORE, M . J . Internal labor markets and
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