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File 1: La chica de la iglesia en las montañas

Capítulo 1.1: El corazón en la palma de mi mano.

Levanté mi rostro hacía la fuerte lluvia. Antes estaba lloviendo levemente, pero sin previo aviso,
grandes gotas comenzaron a golpear el techo de la iglesia y relámpagos comenzaron a iluminar las
vidrieras.

—Ah, está lloviendo a cántaros...

Oh, me acabo de dar cuenta que no han reparado el techo por completo. Miré el derrumbado techo de
la iglesia y reanudé mi oración a la imagen que representaba nuestro Dios.

Poco a poco, recuperé mi concentración para mantener mi puta oración lo más corta posible.
Finalmente, exhalé todo el aire podrido que se había acumulado en mi interior hacía la imagen.
Cómo si me estuvieran condenando, un relámpago y un trueno sacudieron con fuerza la tierra; y las
ventanas cerradas traquetearon en protesta.

Salí de la iglesia, sonreí y levanté mi dedo medio hacia el cielo. Mi estomagó rugió cuando hice esa
seña. Pensé que había comido lo suficiente en el almuerzo. No estoy segura si se debe a que no he
comido nada de sustento real, la comida normal me deja insatisfecha. Por alguna razón, tengo que
comer más que cualquier otra persona.

Me paré, suspiré y miré mi reflejo en la ventana de al lado. Pude ver una figura pequeña e infantil.

Dejé de envejecer en algún punto y, aunque habían pasado más de diez años, seguía pareciendo una
niña. Es inconveniente.

Vi que el reloj de la pared marcaba las 4 en punto. Estaba acostumbrada a comer antes que el resto,
pero todavía es demasiado temprano para comer.

—Fufu —Reí—. Bueno, no me queda de otra. tengo hambre y todavía es muy temprano para
comer...

Después de pensarlo un rato, volví a la iglesia a buscar el licor caro que estaba bajo el suelo del atril,
escondido para que la Hermana Samantha no lo encontrara.

Justo cuando estaba a punto de mover las tablas del piso, las cuales estaban disfrazadas de forma
bastante inteligente, y agarrara la botella, un golpe violento se escuchó en la puerta principal y un
leve zumbido inundó la atmósfera.

El sonido me sorprendió. Me quedé viendo la botella con nostalgia por un momento. Lo siento, licor.
Por favor espérame un momento.

—¿Sí? —Hablé en dirección a la puerta— ¿Quién es?

—Soy un viajero y me quedé atascado en la tormenta. ¿Me dejaría entrar a orar a Dios hasta que la
lluvia se detenga?

—Siento escuchar eso. Debe haberlo pasado muy mal —Respondí—. Por favor espere un momento,
voy a abrir la puerta.

Como siempre, cambié mi voz para responder, luego, quité los cerrojos para abrir la puerta. En la
entrada, me encontré a un hombre con la apariencia de una rata mojada. A medida que sus ojos de
serpiente me inspeccionaban de pies a cabeza, comenzó a mirarme con una leve sospecha.

Lo ignoré y le devolví una linda sonrisa llena de confianza, entonces hice una reverencia.

—Por favor vaya a la parte trasera, en un momento le llevaré algo para secarse.

—Ah... —Era obvio el hombre estaba bastante confundido— ¡Oh! Gracias.

Era entendible. Acaba de ver a una niña vestida como una hermana de la iglesia.

—¿Estás solo? —Le pregunté mientras le entregaba una toalla.

—No —Respondió—. Mis tres amigos siguen en el carreta de enfrente. Discúlpame, jovencita, ¿pero
podrías llamar al sacerdote o alguna hermana de esta iglesia? Me gustaría agradecerle su
hospitalidad.

—Le entiendo, pero no será necesario. Soy la hermana a cargo de la iglesia —Respondí con calma.

—¡Jaja! Buen chiste, pero por favor ve a buscarlos. Necesito hablar con ellos un asunto serio.

—No estoy bromeando, no tenemos un sacerdote viviendo en la iglesia; aunque vivo con una
hermana, pero ya es una anciana. Realmente estoy a cargo de esta iglesia.

Después de todo, soy la dueña de este lugar.

—Entiendo que tenga sus dudas, pero soy una mujer de veintisiete años de edad.
Me miró boquiabierto.

—Debes estar bromeando.

—Desearía que así fuera —Mido 138 cm, peso 30 kg y, sin importar como lo veas, parezco una niña.
Al menos, me felicitan a menudo por ser una niña hermosa, pero lo más probable es que termine
atrayendo a la clase incorrecta de personas.

—Vamos. Si no se seca, se resfriará. Por favor invite a sus amigos, les prepararé algo de sopa
caliente —Dije mientras le daba la espalda al hombre.

—No, está bien —Respondió mientras deslizaba su brazo de metal alrededor de mi cuello. En ese
momento me detuve en seco

—Solo por curiosidad, ¿qué piensas hacer conmigo?

Parte de su brazo artificial se abrió, revelando una hoja afilada.

—Vienes con nosotros. Escuché que una joven hermana vivía en las montañas, por eso vine hasta
este lugar, pero no esperaba que fueras una niña.

—No está tan mal —Dijo uno de sus amigos mientras comenzaba a emerger de entre las sombras —.
Todavía podremos venderla a un buen precio.

Cuatro sombras comenzaron a rodearme. Todos me miraron y comenzaron a decir cosas sobre mi
cuerpo. No estaba segura de cómo sentirme al respecto.

—Ahora lo entiendo todo —Respondí con calma—. Últimamente he escuchado rumores sobre un
grupo de trata de mujeres en el área. Así que eran ustedes.

—Heh, ya nos estamos volviendo famosos —Dijo uno de ellos mientras lamia sus labios, como si se
estuviera imaginando lamiendo mi cuerpo. Es difícil ser una chica hermosas en estos casos.

—¡Oh, ¿Ashe?!

Se escuchó un fuerte ruido y un gritó. Me di la vuelta para ver que la hermana Samantha había
dejado caer su candelero y estaba temblando. Un hombre espeluznante estaba amenazando a una
chica, poniendo un cuchillo contra su garganta.

—¿Qué debería hacer...? —Susurró Samantha.


—Hermana Samantha —Grité—, cálmate. Lo primero que debes hacer es recoger el candelero para
que no se queme la iglesia.

—¡Eso no importa en estos momentos! —Exclamó.

No, pensé. Eso no está bien. ¡La iglesia no fue para nada barata! Si es posible, me gustaría que duro
por lo menos otros tres años.

—¡Oye, anciana! No te muevas. Ya sabes lo que le pasará a la niña si algo sale mal, ¿verdad?
Pretende que no has visto nada. ¡A partir de este momento, serás la jefa de esta iglesia! No es un mal
trato, ¿o sí? —Uno de los hombres gritó.

—¡Tal cosa es...! —La cara de Samantha se puso pálida.

—Ah, ¿hermana? No tienes que preocuparte. ¿entendido? —Hablé con calma para tranquilizar a
Samantha— Le enseñare una lección a estas personas y regresaré en un santiamén.

—¡Ah! —Exclamé—Tengo hambre, así que haz una buena comida mientras me esperas.

—Ashe... —Dijo en voz baja.

—Sería bueno que pudieras hacerlo —Le dije—. ¡Perfecto, vámonos!

Sentí como mi cuerpo se elevaba en el aire cuando su brazo delgado me levantó, forzándome a salir a
la lluvia. Son unos idiotas, pensé, lo menos que pueden hacer es taparme. ¡Ahora también soy una
rata mojada!

Levanté mi rostro para protestar, cuando vi que Samantha estaba tratando de seguirnos. Me
aventaron a la carreta y el círculo mágico grabado en el carreta comenzó a brillar. Una fuerza
poderosa comenzó a emanar de ese brillo y se movió por el suelo hacia la iglesia. El hombre agitó su
brazo protésico en dirección de la iglesia y gritó.

—Nos vemos.

Un destello de luz iluminó repentinamente el área, como si hubiera caído una bomba, seguido
inmediatamente por una explosión. Las ventanas y las vidrieras de la iglesia se rompieron por igual.

Afortunadamente, Samantha no parecía estar herida.

—Oh —Dije con tristeza—. Mi iglesia...


El hombre comenzó a reír.

—Yo estaría más preocupado por mi que por la iglesia. Aunque de todos modos no te servirá de
mucho. ¡Gahahahahahaha!

Maldición. Esto apesta.

—————

La carreta que llevaba mi deprimido trasero bajó por la montaña, la iglesia iba desapareciendo a la
distancia. Aproximadamente treinta minutos después, la carreta se detuvo, pero estábamos en las
profundidades de las montañas, sin civilización a nuestro alrededor.

—Ya nos hemos alejado lo suficiente. Ahora, jeje, probemos la mercancía antes de venderla.

—¿No comprueban la mercancía antes de comprarla? —Les pregunté.

—Sí, bueno, revisamos el producto al recibirlo y en base a eso decidimos el precio.

Uno de los hombre me miró con lujuria y sonrió de forma enfermiza antes de tocar mi ropa. Me moví
bruscamente y evité la mano del hombre.

—¿Qué, todavía crees que puedes huir de mi?

—¿Huir? No, prefiero no tener esto puesto —Dije mientras me quitaba mi uniforme negro. Me quité
la cofia, envolví el rosario y cuidadosamente lo coloqué en el suelo de la carreta. Luego me
desabroché la túnica y me la quité. Los hombres me miraron con los ojos bien abiertos mientras me
desnudaba ante ellos.

—Como ya les dije —Continué, bajando un poco la voz —, no soy una niña, ya tengo algo de
experiencia en este tipo de cosas.

Salté de la carreta, mis pies descalzos aterrizaron suavemente en el lodo y miré hacia el cielo. Nubes
espesas lo cubrían todo y la lluvia seguía cayendo sobre nosotros; el día perfecto para lavar. Es un
día muy perfecto, ¿no?

—Bueno, ¿quién es el primero? —Miré a los hombres con los ojos entrecerrados, como una
prostituta experimentada, y les indiqué que hicieran lo suyo. Podía escuchar sus corazones latiendo
con entusiasmo.

—¡Oh, yo primero! ¡Ustedes deben esperar su turno!

—¡Hey! ¡Que ni se te ocurra huir!

Se me puso la piel de gallina cuando uno de los hombres saltó de la carreta, completamente loco.
Tratando de acercarse a dónde estaba parada. Los otros, sin intenciones de ocultar su lujuria,
parecían estar listo para actuar. Como perros en celo.

—No tienen porque estar tan desesperados, ya me encargaré de cada uno de ustedes —Les dije, con
una sonrisa.

—¡Jejeje! Entonces vamos a divertirnos un poco.

El hombre estiró su brazo. En el momento que agarró mi hombro, mi mano atravesó su pecho; podía
sentir su corazón latiendo en la palma de mi mano.
Capítulo 1.2: Entre más podrida, más deliciosa el alma.

—Oh... —El hombre soltó un pequeño sonido.

Mientras miraba la tonta expresión en el rostro del hombre, saqué mi brazo. Carne, huesos y pedazos
de la placa de metal en su pecho cayeron sobre el lodo.

Qué desperdicio, pensé mientras veía como la vida dejaba su cuerpo.

El hombre muerto iba a caer sobre mi, así que le di un puñetazo en la mejilla, enviándolo directo al
lodo. Su cuerpo protegió la vida de sus amigos, pero ellos comenzaron a reír inconscientemente,
mientras veían como caía.

—¡Haha! ¿Qué rayos te pasa? —Uno de ellos exclamó.

—¿Oh? ¿Y esa voz tan patética?

Continuaron riéndose de su camarada caído. Su risa se apagó en sus gargantas cuando vieron el trozo
de carne que seguía latiendo débilmente en mi mano.

Sus expresiones cambiaron a confusión y miedo. Miré el corazón en la palma de mi pequeña mano
con amor. Entonces lo mordí.

—¡¿...?!

El sabor de la sangre y la carne cruda se esparcieron calidamente por mi boca. Si contraigo


ligeramente la lengua y mastico con la cantidad justa de fuerza, los músculos se desgarraran y el
sabor mejorará. Es decepcionante que solo haya uno por persona.

—Bueno...

Dije segundos después de terminar el corazón. Levanté el cadáver con la mano izquierda.

Mierda. Está cubierto de lodo, maldecí en mi mente, me entretuve tanto con el corazón que lo olvidé
por completo. Algo arrepentida, le quité un poco de lodo al hombre y le mordí el cuello.

Gracias a que mis dientes cortaron con facilidad sus músculos, pude comerme toda su carne y sangre
sin masticarla.

Para hacerlo más evidente, me tragué el pedazo entero, podía sentir como caía en mi estómago. A
cada trozo de carne que comía, él dejaba de ser humano y se volvía parte de mi cuerpo.
—Hmmm... parece que has estado vendiendo a mucha gente y generando una gran fortuna.

A cada bocado que doy, las gotas de sangre humedecen mi garganta; puedo sentir como su
conocimiento, sus experiencias y sus recuerdos son grabados en mi cuerpo. Ha vendido a muchas
mujeres y ha generado bastante dinero gracias a eso.

También realizo un gran número de robos y asesinatos en su pasado. Un gran sinvergüenza, ¿no es
así? Ah, bueno. A mi no me corresponde juzgarlo.

Mientras pensaba en eso, continué devorándolo. Cada pieza de carne, cada músculo, órgano, y
hueso- todo lo asimilo. En un abrir y cerrar de ojos, todo era parte de mi, literalmente se había
convertido en mi carne y sangre, mi sustento. Los humanos son criaturas tan frágiles.

—Qué...

—¡WOAH! ¡¡Ahhh!!

Cuando me giré hacía las personas restantes, preguntándome quien sería el siguiente, comenzaron a
huir. Entiendo como se sienten, pero desafortunadamente, ya es muy tarde para ellos.

—Es malo huir, chicos.

Apunté mis dedos a las piernas de los hombres mientras dibujaba un circulo mágico en mi mente.
Cuando la magia salió de mis dedos y atravesaron sus piernas, sus cabezas se hundieron en el barro y
comenzaron a gritar.

—Oh, maldición. Mi comida se volvió a ensuciar —Me lamenté.

Mientras lentamente me acercaba, ellos voltearon a verme, como si fuera un monstruo. Que
groseros, pensé. Debería ser todo un honor que una chica tan hermosa como yo se acerque a una
escoria como tú.

—¡Ah! ¡¿Qu.... qu-qué... qué rayos eres?!

—¿Yo? —Pregunté inocentemente—Soy la hermana de la iglesia que ustedes, bola de pervertidos,


querían vender.

Sabía que eso no era lo que querían escuchar. Es una lastima que no sepan nada, pero soy un ser
generoso, debería decírselo.

Uno de los chicos me apuntó con su tembloroso brazo.


—E-Escuché que... nunca debes visitar la iglesia vieja del país, porque... porque jamas regresas...

Comencé a reír, agarré el cuello del hombre y lo levanté.

—Oh, ¿entonces ya lo sabes? Bueno, esto hace que las cosas sean más rápidas —Pude ver mi reflejo
lleno de sangre en sus aterrados ojos—. Soy una devoradora de almas.

Luego mordí la cabeza del hombre, escuchando el dulce ruido de sus gritos de fondo.

—————

—¿Este era el último?

Estaba sentada sobre la cama de la carreta mientras chupaba sus huesos, ya era hora de volver a la
derrumbada iglesia. La hermana Samantha seguramente está preocupada por mi y tengo que tapar las
ventanas y todo lo que pueda hacer antes de que oscurezca por completo.

Luego de terminar de limpiar la última costilla, deje que la lluvia limpiara la sangre y suciedad de mi
cuerpo. Suspiré con satisfacción. Ha pasado mucho tiempo desde que me sentí tan llena. En algún
punto, me lamentaba por la gente que comía y me preocupaba el karma que acumulaba con cada
muerte, pero eso fue hace mucho tiempo.

Después de lavarme toda la sangre con ayuda de la lluvia, me puse de nuevo mi uniforme azul
oscuro que me había quitado para mantenerme limpia y me coloqué el rosario en el cuello.

Guardé el dinero que me había encontrado en la carreta, probablemente robado, en mi bolsillo. Una
pequeña tarifa por las molestias. Si lo gasto bien, podría comprar licor del caro y reparar la iglesia.
Tenía que esconderlo de la hermana Samantha.

Mientras la lluvia continuaba, usé mi magia para levantarme del suelo. Después de volar por unos
diez minutos, pude ver la iglesia. Se veía de la mierda.

Las ventanas del lado este fueron completamente destrozadas por esos bastardos, hicieron que la
iglesia se vea completamente abandonada. Era un espectáculo triste, pero es mejor a que se
incendiara debido a la vela.

—¡Regresé! —Dije mientras entraba. La entrada principal había sido destrozada y no había nadie.
Aún así, los cristales de la iglesia habían sido limpiados. Aparentemente, Samantha lo había hecho.

Mientras subía las escaleras para cambiarme de ropa, la puerta trasera se abrió y la cabeza de la
hermana Samantha se asomó por ella.

—¡Ashe! —Exclamó mientras corría hacía mi para darme un fuerte abrazo.

¡Quiero decirle a la hermana Samantha que eso duele! Sin embargo, no puedo decir nada, así que me
quedé callada.

—¡Gracias a Dios estás bien!

—¿No te dije que no te preocuparas? —Le pregunté.

—¡Sí, lo sé, pero estaba muy preocupada por ti! No puedo evitarlo —Samantha me miró a los ojos
—. ¿Y qué pasó?

Sonreí lo más inocente que pude.

—No te preocupes, hermana Samantha. Les enseñé el verdadero significado de la palabra de Dios y
los convertí a nuestra religión. Dijeron que irían a la ciudad de Auten a expiar sus pecados, aunque
no estoy segura de que hacer sobre eso. Nos dieron una generosa donación y nos pidieron que
reparáramos la iglesia que destruyeron y le diéramos el resto a los pobres.

La hermana Samantha miró el dinero y sus ojos se abrieron.

—¡¿Tanto?!

Era una persona tan honesta y seria que me preocupaba que no lo fuera a aceptar. No quería
molestarme con las tediosas reparaciones, por eso le di el dinero a la fuerza y escapé.

—Primero enfoquémonos en las ventanas. Me cambiaré de ropa y trataré de taparlas. Hermana


Samantha, ¿mañana podría...?

—Sí, ya sé. Volveré a hacer un trato con los carpinteros.

—¡Gracias! En serio quiero cambiarme estas ropas.

—Sí, y yo prepararé algo de sopa caliente para que puedas beberla mientras trabajas y... ¡oh!

Rápidamente me di la vuelta.
—¿Hermana?

—Oh, Dios mio. Ashe, tienes sangre en la boca. ¡¿Qué le paso a esa gente?!

Rápidamente me limpié la boca con la manga. Ups, me faltó un lugar.

—Todo está bien, hermana. Me golpeé contra su brazo cuando me agarró —Me di la vuelta de
inmediato para que Samantha no me siguiera y corrí por las escaleras.

Acaricié mi estómago, luego, acerqué mi dedo a mi boca y lamí gentilmente la punta mientras
recordaba el sabor de la carne, huesos y, los más importante, las almas que acabo de devorar. La
resistencia que ejercía sus músculos elásticos contra mis dientes, el poderosos sabor de la carne
fresca y el elemento mágico de su sangre filtrándose en mi cuerpo. Cana uno de ellos era perfecto.
Solo de pensar en ello hace que comience a salivar. Aunque lo más importante....

—Entre más podrida, mejor sabe el alma.

Dije con una sonrisa.

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