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PENSAMIENTO Y OBRA DE MAURICIO BEUCHOT:

UNA LABOR FUNDAMENTAL PARA LA FILOSOFÍA MEXICANA ACTUAL

Presentar y exponer el pensamiento de un filósofo actual como Mauricio Beuchot, no es fácil,


si consideramos que se trata, en primera instancia, de uno de los filósofos más importantes
del México actual, en segunda, su trabajo filosófico es tan dinámico que día con día
conocemos obras salidas de su pensamiento y pluma. Así pues, ¿es posible ofrecer un marco
general de su pensamiento y obra? Es lo que intento a continuación, advirtiendo que se trata
sólo de una breve exposición de su obra y pensamiento.

Su visión de la filosofía

La visión de Beuchot sobre la filosofía se arraiga en la tradición aristotélico-tomista. Sostiene


que la filosofía “es la búsqueda de las últimas y más íntimas razones de todas las cosas,
obtenidas por la luz natural de la mente; esto es, sus causas más profundas o universales”.1
En este sentido, la filosofía tiene una labor de fundamentación. Si fundamentar es sentar los
cimientos, la base de algo,2 el cometido de la filosofía es establecer los cimientos y la base
de todo el conocimiento humano, habido y por haber. La filosofía es también “la reflexión
racional sobre la realidad”.3 Por eso, los filósofos “no podemos darnos el lujo de ignorar
nuestras realidad circundante, pues debemos tener cierta incidencia en la sociedad, la gente
espera algo de nosotros los filósofos. No que les resolvamos los problemas concretos como
lo harían los especialistas (sociólogos, politólogos, economistas, etcétera), sino a nivel de los
principios, de la reflexión filosófica, que busca el sentido de las cosas y la dirección ética que
se les pueda dar”.4
Asimismo, la filosofía “es la búsqueda de sentido”.5 “Se nos hace ver que el filósofo
sigue afanosa y tercamente dedicado a buscar el sentido, pero el sentido profundo, más allá

1
Cfr. Mauricio Beuchot, Manual de filosofía, Ediciones Paulinas, México, 2011, p. 14.
2
Cfr. Guido Gómez de Silva, Breve diccionario etimológico de la lengua española, Fondo de Cultura
Económica, México, 2016, p. 314.
3
Mauricio Beuchot, Tramos en el camino del pensar barroco, Universidad Nacional Autónoma de México,
México, 2017, p. 17.
4
Idem.
5
Mauricio Beuchot, “Sobre el significado y la función de la filosofía”, en Gabriel Vargas Lozano (coord.), Día
internacional de la filosofía, Asociación Filosófica de México, México, 2003, p. 107.

1
de los sentidos inmediatos que se dan en la cotidianidad, que nos ocupa con sus reclamos o
exigencias económicas, sociales, políticas, etc. Más allá de todo eso se da un sentido radical,
que es el que caracteriza a la búsqueda del filósofo”. 6 “Descubrir el sentido, en el doble
significado de encontrar y crear, ha sido la función del filósofo, acaso la más importante, la
principal”.7 Por eso, “lo principal que puede ofrecer la filosofía para la vida es reflexionar
sobre el sentido de ésta, buscar su significado. Sin sentido no se puede vivir”.8
Para Beuchot la filosofía se desarrolla bajo dos vías principales: la vía teórica y la vía
práctica. La primera se ordena a la verdad y la segunda al bien. Reconoce que tanto para
Aristóteles como para Santo Tomás, la vida teórica o contemplativa es la más perfecta porque
responde a lo más perfecto y esencial del hombre: el intelecto.9 Pero esto no quiere decir que
la vía práctica no tenga su importancia, claro que la tiene. Es más –dice- “la filosofía práctica
es la que ha levantado a la filosofía en la actualidad, en la que no se quiere mucho a la
teoría”.10
También sostiene que es importante conocer la historia de la filosofía con el fin de
establecer un diálogo con los autores del pasado; un diálogo tanto para aceptar como para
refutar lo que han dicho los filósofos a lo largo de la historia.11 El filósofo tiene que dialogar
con la tradición de la filosofía, no sólo para conocer el pasado, ni para quedarse “en su cultivo
como quien visita un museo y se regodea admirando lo bueno y denostando lo malo, sino
para sacar las lecciones del caso”.12 Se estudia la historia de la filosofía para tener una idea
de por dónde ha ido el decurso histórico del filosofar;13 para saber, además, cuáles han sido
los problemas que más les han prestado atención los filósofos que nos han precedido y cuáles
han sido las respuestas a dicho problemas. Todo ello con el fin de adquirir elementos que nos
permitan abordar y responder pertinentemente a las problemáticas de nuestro tiempo actual.
El conocimiento de la historia de la filosofía nos ayuda a identificar “iconos del filosofar, del

6
Idem.
7
Ibidem., pp. 110-111.
8
Mauricio Beuchot, Tramos en el camino del pensar barroco, p. 21.
9
Mauricio Beuchot, Espíritu filosófico medieval, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1994,
p. 33.
10
Mauricio Beuchot, Manual de filosofía, p. 17.
11
Mauricio Beuchot, Aristas de la filosofía medieval, Promociones y Publicaciones Universitarias, Barcelona,
1995, p. 12.
12
Mauricio Beuchot, “Sobre el significado y la función de la filosofía”, p. 109.
13
Mauricio Beuchot, La filosofía en México. Problemas teóricos e históricos, Universidad Nacional Autónoma
de México, 2011, p. 18.

2
hacer filosofía”,14 es decir, modelos o paradigmas de formas de hacer filosofía que hoy
pueden ser ejemplo a seguir. Por tanto, “si no se conoce el pasado filosófico –dice Beuchot-
se corre el riesgo de traspolar filosofías extrañas, o de importar novedades incompatibles con
lo nuestro, o inventar despropósitos”;15 incluso por este mismo desconocimiento se pueden
inventar muchas excusas para no dar respuesta a las problemáticas de hoy.
En último término, “la filosofía es, sobre todo, la conciencia crítica de la sociedad, de
la cultura”.16 El filósofo no sólo busca el significado último de las cosas, sino que también
ejerce un espíritu crítico. Por eso “el filósofo ha resultado molesto en la sociedad, tanto en el
nivel de la teoría, porque les enseña a los diversos científicos sus presupuestos lógicos,
metodológicos, epistemológicos y ontológicos; pero, sobre todo, al nivel de la práctica,
porque enjuicia las instituciones culturales, sociales, políticas, económicas, jurídicas, etc., y
critica la ética, la estética, la historia y la religión. Aun de la historia pide cuentas, y de ella
trata de sacar una enseñanza ética, política, cultural e incluso antropológica-filosófica, esto
es, para la filosofía del hombre, pues no se queda en que el hombre es producto de la historia,
sino que busca aprehender, en el proceso histórico, la naturaleza humana misma”.17
En otra parte también dice que:

… el filósofo es cómo el escrúpulo de la conciencia social, y sabemos que scrupulum


significa en latín piedrecilla; es la molesta piedrecilla en el zapato, que no nos deja
en paz, que nos está continuamente solicitando atender a un problema, a un asunto
que no está bien. Así, el filósofo sigue siendo un creador de conciencia. Es el
escrúpulo que obliga a buscar las respuestas más necesarias. Porque el filósofo es
eso: una piedrecilla, pero también piedra de tropiezo, de escándalo, y a veces hasta
piedra angular, de cimiento o fundamento.18

Por último, Beuchot dice que en la sociedad actual influenciada por los medios masivos de
comunicación que sirven para inyectar una mentalidad egoísta y hedonista, haciendo juego
con el consumismo, se pervierten también los símbolos. “En lugar de dar símbolos que llenen

14
Ibidem., p. 47.
15
Ibidem., p. 39.
16
Mauricio Beuchot, Manual de filosofía, p. 17.
17
Ibidem., p. 18.
18
Mauricio Beuchot, “Sobre el significado y la función de la filosofía”, p. 115.

3
de vida al hombre, que lo llenen de vida y felicidad, se le dan símbolos que lo llenan de
egoísmo y hedonismo, que de hecho lo dejan vacío, lo dejan contento pero no feliz, con el
contentamiento de un animal confortable, pero sin felicidad que da plenitud”.19 Ante esto,
sostiene que una buena parte de la labor de los filósofos, en esta época de crisis simbólica y
de bancarrota de sentido, es proporcionar a los seres humanos, símbolos positivos y
dinamizadores que les proporcione referentes o marcos de sentido, que rescaten al mismo ser
humano de este contexto francamente deshumanizador.

Breve exposición sobre la hermenéutica analógica

Desde que en 1993, en el marco del Congreso Nacional de Filosofía, celebrado en


Cuernavaca, Mauricio Beuchot presentó oficialmente su propuesta de la hermenéutica
analógica,20 ésta ha significado una de sus principales aportaciones a la filosofía mexicana y
a la filosofía internacional.
Del griego hermeneia: traducción, explicación, expresión o interpretación que
permite la comprensión de algo. La hermenéutica, dice Beuchot, es la disciplina de la
interpretación y comprensión de textos.21 Cuando se habla de textos no sólo se hace
referencia a los escritos, sino también a los hablados, los actuados; éstos pueden ser un
poema, una pintura o una pieza de teatro. Los textos, pues, van más allá de la palabra y del
enunciado. “Una característica peculiar que se requiere para que sean objeto de la
hermenéutica es que en ellos no haya un solo sentido, es decir, que contengan excedente de
sentido, significado múltiple o polisemia”.22
Tres son los elementos del acto de interpretación: el texto (con el significado que
encierra y vehicula), el autor y el intérprete. Hay un texto, que supone y exige un autor, y
postula o pide un lector. Pues si es un texto es porque alguien lo produjo, y sabemos que es
texto porque lo podemos leer o lo leemos. Hay, además, un lector o intérprete al que está

19
Mauricio Beuchot, “El humanismo mexicano como humanismo analógico”, p. 83. En línea:
file:///C:/Users/User/Downloads/31488-69171-1-PB.pdf (consultado: 6 de diciembre de 2017).
20
Mauricio Beuchot, “La hermenéutica en México”, en Victórico Muñoz Rosales (coord.), Filosofía mexicana
(retos y perspectivas), Editorial Torres Asociados, México, 2009, p. 71.
21
Mauricio Beuchot, Hechos e interpretaciones. Hacia una hermenéutica analógica, Fondo de Cultura
Económica, México, 2016, p. 13.
22
Ibidem., p. 14.

4
dirigido, y un código o lenguaje en el que fue descifrado. El lector o intérprete tiene que
descifrar con ese código el contenido significativo que le dio el autor o escritor, sin perder la
conciencia de que a él le atañe también algún significado o matiz subjetivo. Un cuarto
elemento también relevante es el contexto pues, en definitiva, interpretar es poner un texto
en su contexto, con el fin de encontrar de mejor manera la verdad textual, que es el objetivo
de la hermenéutica.23
En la hermenéutica podemos encontrar tres tipos de interpretación: 1) la intransitiva,
o meramente recognoscitiva, como la filológica y la historiográfica, cuya finalidad es el
entender en sí mismo; 2) la transitiva, o reproductiva o representativa o traductiva, como la
teatral y la musical, cuya finalidad es hacer entender; y 3) la normativa o dogmática, como
la jurídica y la teológica, cuya finalidad es la regulación del obrar. A esto se puede objetar
que toda interpretación recognoscitiva y normativa es también reproductiva o traductiva. Y
esto es cierto; por lo cual quizá haya que poner como clasificación tres tipos de traducción,
según tres finalidades que se le pueden dar: comprensiva, reproductiva y aplicativa.24
La propuesta hermenéutica de Beuchot es hacer “uso de la analogía en la
interpretación”.25 “Es una hermenéutica intermedia y mediadora que pretende la proporción
y el equilibrio, como el de la phrónesis aristotélica; pero que se aplica a los textos y a las
cosas configuradas como textos. Es decir, tiene mucha relación con la ontología, con el
estudio no sólo de lo escrito, sino también de la realidad”.26 La analogía es un modo de evitar
la univocidad, que es lo claro y distinto, así como la equivocidad, que es lo oscuro y confuso;
así, se evita la interpretación unívoca, que es inalcanzable, y la interpretación equívoca, que
no sirve para nada en el conocimiento”.27 No obstante, la hermenéutica analógica intenta
sacar lo mejor de ambos extremos: “De la univocidad, trata de rescatar el afán de rigor, pero
quitando la pretensión de rigidez excesiva. Y de la equivocidad, trata de rescatar la apertura,
pero eludiendo el desplome en el relativismo excesivo. Es una postura intermedia y
moderada, incluso mediadora, en una dialéctica frágil pero suficiente”.28

23
Ibidem., p. 14-15.
24
Ibidem., p. 16.
25
Mauricio Beuchot, “La hermenéutica en México”, p. 73.
26
Mauricio Beuchot, Perspectivas hermenéuticas, p. 9.
27
Mauricio Beuchot, “La hermenéutica en México”, p. 73.
28
Mauricio Beuchot, Perspectivas hermenéuticas, p. 54.

5
Beuchot dice que la hermenéutica analógica “es un intento de hacer filosofía en
contexto, es decir, de acuerdo a las circunstancias que nos rodean, las cuales ponen sus
propios problemas, que no podemos ignorar ni atender escasamente”.29

Su obra pedagógica

Beuchot siendo un filósofo consolidado también ha emprendido un importante trabajo de


difusor de la filosofía. Quiero decir con esto que una de las labores académicas de Beuchot,
además de ser catedrático en varias universidades del país y del extranjero, así como ejemplar
conferencista, ha sido la de publicar varias obras –al estilo de manuales o breves síntesis-
sobre historia de la filosofía y sobre varias ramas de este campo del saber. Esta labor
representa una importante obra pedagógica que significa al mismo tiempo un empeño por
socializar la filosofía y colocarla al alcance de las personas de hoy.
De las referidas obras encontramos desde un Manual de filosofía,30 hasta algunas
historias de la filosofía antigua,31 medieval,32 moderna33 y posmoderna,34 así como del
periodo novohispano,35 igualmente libros sobre alguna rama filosófica o de carácter
monográfico.36
En estas obras podemos ver el enorme trabajo de Beuchot por adquirir y al mismo
tiempo por proponer una visión global de la filosofía mostrando sus vastos campos de
aplicación, desde el más complejo hasta el más práctico, haciendo uso de la hermenéutica
analógica como herramienta metodológica. Veamos un poco al respecto.

29
Mauricio Beuchot, Tramos en el camino del pensar barroco, p. 22.
30
Ediciones Paulinas, México, 2011.
31
Historia de la filosofía griega y medieval, Editorial Torres Asociados, México, 2001.
32
Historia de la filosofía medieval, Fondo de Cultura Económica, México, 2013; Manual de historia de la
filosofía medieval, Jus, México, 2004.
33
Historia de la filosofía moderna y contemporánea (con Miguel Ángel Sobrino), Editorial Torres Asociados,
México, 2003; Grandes figuras de la filosofía moderna, Ediciones Paulinas, México, 2013.
34
Historia de la filosofía posmoderna, Editorial Torres Asociados, México, 2004.
35
Historia de la filosofía en el México colonial, Herder, Barcelona, 1996.
36
Como las siguientes obras: Introducción a la filosofía de Santo Tomás de Aquino (Editorial San Esteban,
Salamanca, 2004); Los principios de la filosofía de Santo Tomás. Líneas generales del pensamiento
sociopolítico de santo Tomás de Aquino (Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, México, 2002); La
filosofía de San Agustín. Verdad, orden y analogía (Ediciones Paulinas, México, 2015); Blas Pascal. Filosofía
y religión, tragedia y esperanza (Ediciones Paulinas, México, 2016).

6
Una rama filosófica que ha tratado es la antropología filosófica, la cual consiste en
“el estudio filosófico del hombre”.37 La antropología filosófica nos ayuda a “acrecentar y
profundizar nuestro conocimiento y comprensión de lo humano”.38 Beuchot concibe el
hombre desde una visión integral e integradora, esto significa que “el hombre no es pura
esencia, ya predeterminada, como tampoco es mero producto de la historia. Es parte de lo
uno y de lo otro. Su naturaleza lo empuja a hacer ciertas cosas (según algunos, lo determina),
pero tiene la libertad suficiente para influir en los acontecimientos de la historia. Esta no
solamente la padecemos, también la hacemos. Mixtura de determinismo y libertad, el hombre
atraviesa la historia. Es hecho por ella y también la hace. Es esencia en la historia, es natura
en cultura. Por eso es híbrido o mestizo, más que limítrofe o fronterizo”.39
Rescata también la visión antropológica heredada de los griegos y de los medievales,
al concebir al hombre como microcosmos,40 es decir, como síntesis y compendio del cosmos
entero, como horizonte del universo, ya que el hombre tiene algo de todos los reinos del ser
y, por tanto, está emparentado con todo lo existente, por eso puede comprenderlo todo,41
según la medida de su condición humana espíritu-corporal. De ahí también que “la gran
dignidad del hombre lo hace ser el responsable de todas las cosas del cosmos”.42
Ha publicado obras de ética donde expone su visión de esta importante rama
filosófica. Enseña que la ética o filosofía moral estudia “el actuar humano”,43 es decir,
“estudia el comportamiento humano desde el punto de vista del bien y del mal en nuestra
vida individual y social; trata de ver las razones por las que hacemos esto o aquello, acciones
que tienen repercusión en los demás y, por con consiguiente, una responsabilidad. Se trata de
una responsabilidad moral, no jurídica; es decir, se relaciona con nuestra conciencia moral,
no con un juez o un policía”.44 “Cuando nos damos cuenta, –dice también- nos encontramos
inmersos en un mundo de prácticas, costumbres, normas y leyes. La filosofía moral o ética

37
Mauricio Beuchot, Manual de Filosofía, p. 84.
38
Mauricio Beuchot, La hermenéutica y el ser humano, Ediciones Culturales Paidós, México, 2015, p. 39.
39
Ibidem, p. 159.
40
Recordemos que Santo Tomás decía que: “El orden del universo es el fin de toda la creación. Pero en el
hombre hay una suerte de semejanza del orden del universo, y por eso es llamado un mundo pequeño, porque
todas las naturalezas como que convergen en el hombre” (Santo Tomás de Aquino, In II Sent., d. 1, q. 2, a. 3).
41
Mauricio Beuchot, Hermenéutica analógica y sociedad, Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana,
México, 2013, p. 28.
42
Ibidem., p. 44.
43
Fernando Álvarez Ortega y Mauricio Beuchot, Teoría ética y hermenéutica analógica, Ediciones Navarra,
México, 2017, p. 71.
44
Mauricio Beuchot, Breve historia de la ética, Editorial Torres Asociados, México, 2010, p. 5.

7
comienza cuando empezamos a enjuiciarlas, cuando las ponemos en crisis, cuando las
criticamos, cuando las juzgamos, unas para conservarlas, otras para desbancarlas (pues rara
vez se aceptan o rechazan en bloque, en su totalidad)”.45 Otro momento de la ética es cuando
“pasamos a preguntarnos por la existencia y límites de la libertad, que es lo que nos da
responsabilidad. Y después por el sentido de todo eso: acción, libertad y normas morales”.46
La ética también ha dicho Beuchot: “es la prudencia personal que nos ayuda a movernos en
comunidad”.47
La filosofía política ha sido otro campo de estudio de Beuchot. Esta rama filosófica
la define como “el estudio de las formas de sociedad a la luz de la ética, buscando el modo
en que realizan la justicia y logran el bien común”.48 “La filosofía política ha tenido una
constante búsqueda de la justicia, es su problema principal, y de ahí derivan todos, y de
acuerdo con ella reciben su lugar y su estructuración”.49 Aboga para que la política vuelva a
unirse con la ética, esto significa también proponer una filosofía política crítica.50 De hecho,
“la labor de la filosofía ha sido analizar y criticar la política a la luz de la ética”. 51 Analiza
para proponer los horizontes de comprensión y los principios que permitan construir una
sociedad orientada por la justicia, la solidaridad y el bien común; crítica no con un afán de
destruir sino de construir, es decir, con una actitud propositiva y sinérgica con los distintos
actores sociales que también se empeñan en contribuir al fortalecimiento de la sociedad.
Recientemente, Beuchot ha incursionado en lo que llama “republicanismo analógico”, a
partir del rescate de la teoría republicana tanto de los griegos y de los medievales (en especial
de Santo Tomás), así como de la Escuela de Salamanca y del pensamiento novohispano, en
conjunto con la hermenéutica analógica, como instrumento interpretativo. Este
“republicanismo analógico” busca proponer una ética de virtudes cívicas para el ejercicio
adecuado de la autoridad y para la puesta en práctica de la participación ciudadana en el
marco de un pluralismo social, político y cultural.52

45
Mauricio Beuchot, Ética, Editorial Torres Asociados, México, 2004, p. 5.
46
Idem.
47
Mauricio Beuchot, Perspectivas hermenéuticas, p. 53.
48
Mauricio Beuchot, Manual de Filosofía, p. 131.
49
Mauricio Beuchot, Filosofía política, Editorial Torres Asociados, México, 2006, p. 137.
50
Ibidem., p. 170.
51
Mauricio Beuchot, Hermenéutica analógica y sociedad, p. 81.
52
Mauricio Beuchot, Republicanismo, hermenéutica y virtud, Universidad Nacional Autónoma de México,
México, 2017.

8
Unido a ello, también ha hecho importantes trabajos de filosofía del derecho. Desde
la antigüedad la filosofía del derecho se ha venido realizando a partir de la relación del
derecho con la justicia, es decir, con la moral o la ética. Para Beuchot esto representa lo más
nuclear de la filosofía del derecho, pues si el derecho tiene como objetivo asegurar la justicia
en la sociedad y el estado tiene que salvaguardarla, esto implica que las leyes tienen que ser
justas, pues no basta la legitimidad de un estado, ni únicamente la legalidad, antes bien, se
requiere que las leyes sean morales, es decir, justas.53
Dado que “la historia sigue siendo la maestra de la vida, la comprensión de nuestra
temporalidad pasada y presente”,54 Beuchot también se ha interesado por la filosofía de la
historia, de la cual ha publicado un libro interesante: Hermenéutica analógica y filosofía de
la historia, del fragmento como símbolo del todo.55 En esta obra propone una filosofía de la
historia desde la perspectiva hermenéutica analógica, a partir de la cual reconoce que el
principal tema de la filosofía de la historia es, precisamente, el sentido de la historia. Para
ello es importante conocer la historia para indagar lo que ha sucedido y para entender nuestro
presente que nos permita abrir caminos de sentido para nuestro futuro. Por tanto, “la filosofía
de la historia tiene que ver con la referencia de la narración historiográfica; hace su
epistemología y su ontología: a qué hechos y con qué certeza puede referirse a ellos. Pero
también tiene que ver con el sentido de la narración historiográfica; busca la enseñanza moral
o ética y la enseñanza antropológica, aprende acerca del hombre. Extrae el sentido, ya sea el
que tienen los hechos o el que se le atribuye”,56 buscando un equilibrio entre ambos, es decir,
entre los hechos y las interpretaciones.
Otra disciplina de la que se ha ocupado Beuchot es la lógica. Una de las disciplinas
más necesarias, pero, al mismo tiempo, más difíciles. Y es necesaria porque, como afirma,
“es la que rige y dirige nuestro pensamiento, la conceptualización, el enjuiciamiento y el
razonamiento”.57 Define la lógica como “el estudio del logos –razón-, en vistas de su

53
Mauricio Beuchot, Hermenéutica analógica y filosofía del derecho, Facultad de Derechos de la Universidad
Autónoma de San Luis Potosí, México, 2007, p. 113.
54
Mauricio Beuchot, La filosofía en México. Problemas teóricos e históricos, p. 67.
55
Facultad de Filosofía y Letras / Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2011.
56
Ibidem., p. 101.
57
Mauricio Beuchot, Introducción a la lógica, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2011, p.
7.

9
dirección adecuada”.58 Tiene que ser vista como “un arte intelectual y racional”,59 cuyo
objeto es “la corrección de las formas, estructuras o relaciones de razón”.60 Y ya que la lógica
tiene una larga historia, Beuchot enseña que es importante conocer esta historia para
comprender mejor la lógica. “En efecto, a pesar de sus incesantes avances, la lógica no corre
ciegamente hacia adelante, buscando el progreso ingenuo; mira hacia atrás, rumia su historia,
pues ésta se halla cargada de enseñanzas. A diferencia de las ciencias, que sólo ven su historia
para redondear su conocimiento y contextuar su proceso, la lógica, como toda otra rama de
la filosofía, tiende a su historia para comprender cuáles han sido los problemas perennes, que
no se dejan resolver por completo, y que siguen dando lecciones permanentes. Es como una
savia perenne que vivifica la planta y la robustece, de modo que crezca convenientemente”.61
La filosofía del lenguaje es otra de las ramas filosóficas de las que se ha ocupado
Beuchot. Reconoce que desde el siglo XX hasta nuestros días se ha dado el llamado “giro
lingüístico”,62 el cual representó el tránsito de la primacía del pensamiento a la primacía del
lenguaje, lo que significa que el lenguaje ya no es sólo medio, más bien es el que estructura
al pensamiento. Este “giro lingüístico” también ha sido un “giro semiótico” y un “giro
hermenéutico”. Esto quiere decir que la filosofía contemporánea ha prestado una singular
atención al lenguaje, a la actividad comunicativa humana y a la riqueza semiótica del
lenguaje.
También se ha ocupado de la semiótica de la cual ha publicado importantes trabajos.63
Esta ciencia “estudia el signo en general; todos los signos que forman lenguajes o sistemas”.64
¿Y qué es el signo? Beuchot dice que es “todo aquello que representa una cosa. Es decir, lo
que está en lugar de otra cosa, que hace sus veces. La cosa representada es el significado”.65
Enseña también que la semiótica se divide en tres ramas: 1) sintaxis: estudia las relaciones
de los signos entre sí; 2) semántica: estudia las relaciones de los signos y sus significados u
objetivos y 3) pragmática: estudia las relaciones de los signos con los usuarios.66

58
Ibidem., p. 11.
59
Ibidem., p. 12.
60
Ibidem., p. 14.
61
Mauricio Beuchot, Notas de historia de la lógica, Editorial Torres Asociados, México, 2011, p. 8.
62
Mauricio Beuchot, Historia de la filosofía del lenguaje, Fondo de Cultura Económica, México, 2013, p. 9.
63
Mauricio Beuchot, Teoría semiótica, Universidad Nacional Autónoma México, México, 2015.
64
Mauricio Beuchot, La semiótica. Teorías del signo y lenguaje en la historia, Fondo de Cultura Económica,
México, 2009, p. 7.
65
Idem.
66
Ibidem., p. 8.

10
Respecto a la filosofía de la educación también Beuchot ha realizado importantes
reflexiones, proponiendo la hermenéutica analógica como vía de comprensión y aplicación
en el mundo de la pedagogía.67 La filosofía de la educación “tiene a su cargo la reflexión
sobre las condiciones de posibilidad de la educación, a partir de sus meditaciones sobre el
ser humano (antropología filosófica y filosofía de la cultura). Aplica a la educación elementos
que provienen de las ramas de la filosofía misma, como la epistemología o la ética”.68 Educar
para Beuchot es “enseñar a adquirir conocimiento”69 y “es la formación de hábitos y
virtudes”.70 En términos generales “el objetivo de la educación es formar el juicio, el criterio,
esto es, enseñar a deliberar”,71 el cual consiste en “sopesar los pros y los contras de los medios
para la acción, hasta determinar el o los que fueran más conducentes al fin”.72 Este tiene una
conexión con la tradición antigua, ya que desde Grecia la educación (la paideia) del
ciudadano residía en el aprendizaje de la deliberación.73 Para Beuchot la hermenéutica
analógica puede proporcionar un servicio importante a la filosofía de la educación, “ya que
nos hace pensar en una pedagogía que no se extralimita en la enseñanza cientificista y
tecnocrática de los contenidos sin orden sintético, sino que da cabida a la enseñanza de lo
humano, sobre todo de la ética, a través del cultivo de la phrónesis, del juicio prudencial”.74
“Ya no se trata de llenar a los alumnos con un montón de contenidos, como si fueran sacos o
vasijas”,75 se trata ahora fundamentalmente según Beuchot de formar el juicio o el criterio
del alumno, el mismo que permite ejercer la crítica. Esto significa promover una educación
crítica. Y juntamente con ello, se trata de educar en las virtudes, es decir, los hábitos que
sirven al hombre para moverse tanto en la vida práctica como en la vida teórica.76 Por ello
dice Beuchot:

67
Ver por ejemplo: Mauricio Beuchot, Hermenéutica analógica y educación multicultural, Universidad
Pedagógica Nacional – Plaza y Valdés; La hermenéutica como herramienta de investigación social, Comisión
Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí – Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San
Luis Potosí, México, 2007.
68
Mauricio Beuchot, Manual de filosofía, Ediciones Paulinas, México, 2011, p. 160.
69
Mauricio Beuchot, Perspectivas hermenéuticas, p. 57.
70
Ibidem., p. 56.
71
Ibidem., p. 54.
72
Ibidem., p. 51-52.
73
Ibidem., p. 52.
74
Ibidem., p. 55.
75
Idem.
76
Ibidem., p. 47-48. Beuchot retoma para ello las virtudes tanto prácticas como teóricas expuestas por
Aristóteles. En las virtudes éticas encontramos como la templanza, la fortaleza y la justicia, y en las virtudes
teóricas el arte, la prudencia, la inteligencia, la ciencia y la sabiduría. Dice Beuchot que “la central era la

11
La virtud es la que hace que el conocimiento se haga connatural al hombre que lo
tiene, y de esta manera lo puede ejercitar con la naturalidad que es propia de lo que
está bien asimilado y, además, es significativo. Sólo así podremos dar una educación
significativa para el hombre. Sólo entonces tendrá sentido. Más las virtudes no se
enseñan con recetas, ni tienen reglas fijas. Tienen principios. Se adquieren siguiendo
modelos, imitando paradigmas y ejercitando el saber más allá del mero aprendizaje
de conocimientos inertes, con la praxis. Se hace vida del ser humano, lo dinamiza
para que pueda ejercer. Pero se adquiere con la imitación y el ejercicio práctico. Esto
desespera a muchos educadores o pedagogos, que están acostumbrados a cierto
conductismo simplista y a los recetarios mecanisistas.77

La filosofía de la religión ha sido también motivo de atención para Beuchot, quien la define
como el estudio de la razón de ser de los hechos religiosos, es decir, sus causas, sentidos y
finalidades.78 Uno de sus principales presupuestos es reconocer que el hombre es un homo
religiosus que ha intentado establecer, desde los orígenes de la humanidad, de una y otra
manera relaciones con lo trascendente a partir de mitos, ritos, formas variadas de religiosidad,
así como religiones estructuralmente constituidas. Propone una filosofía de la religión
vertebrada con la hermenéutica analógica, la cual nos permite acercarnos al hecho o
fenómeno religioso, nos ayuda a tratar de argumentar en favor de la existencia de Dios y de
la propiedad del lenguaje analógico que usamos sobre él.79
Como vemos, Beuchot ha realizado un importante trabajo del estudio de la filosofía
desde una óptica amplia e integradora, haciendo uso metodológico de la hermenéutica
analógica. Este trabajo no es cualquiera, significa toda una labor por acercar la filosofía al
hombre y a la sociedad de hoy.

prudencia, la cual era una virtud teórica, pero concernida con la vida práctica, y ella era como el modelo de
todas las demás” (Ibidem., p. 48).
77
Ibidem., p. 56.
78
Mauricio Beuchot, Filosofía de la religión, Sistema Universitario Jesuita –Fideicomiso Fernando Bustos
Barrena SJ, México, 2009, pp. 14-16.
79
Mauricio Beuchot Manual de filosofía, p. 200.

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Su labor de investigación en torno al pensamiento novohispano y mexicano

Beuchot ha sido uno de los más importantes filósofos mexicanos que se han dedicado a
rescatar la riqueza del pensamiento novohispano y, no sólo a ello, sino también a hacer
filosofía mexicana a partir de su propuesta de hermenéutica analógica. Desde hace tiempo ha
abogado por hacer filosofía mexicana, para ello ha considerado como tarea importante
acercarse a la historia de la filosofía de nuestro país, desde la época novohispana hasta
nuestros días, con el fin de rescatar los grandes aportes de los filósofos que nos han precedido
para tener elementos que nos permitan hoy darle respuesta a los desafíos de nuestro tiempo.
Beuchot ha dicho de manera muy clara: “Para conocer nuestro presente y planear nuestro
futuro, hemos de conocer nuestro pasado”.80 Por ello, se ha empeñado en recuperar nuestro
pasado filosófico para traerlo a nuestro presente, pero no como un vestigio arqueológico, sino
como un momento importante de nuestra tradición filosófica que ha continuado, por
diferentes vetas y horizontes de comprensión, hasta el día de hoy.
En cuanto a su labor en rescate del pensamiento novohispano, sostiene que:

El estudio de la filosofía novohispana es importante para el conocimiento de la filosofía en


México y para hacer auténtica filosofía mexicana. Debe recordarse que esta etapa abarca tres
siglos, de 1521 a 1821, lo cual es un periodo extenso de historia de nuestro pensamiento,
quizá el más amplio de nuestra filosofía si se compara con el liberalismo del siglo XIX, el
positivismo de finales del XIX y principios del XX, y el rico siglo XX. Simplemente por el
tiempo que ocupa en la historia mexicana, la época colonial merece ser estudiada y tomada
en cuenta.81

Respecto a la filosofía de este periodo de nuestra histórica su obra es vastísima. A partir de


un enfoque historiográfico de las ideas, ha estudiado la retórica, el pensamiento lógico y del
lenguaje en la Nueva España,82 así como el pensamiento social de los grandes humanistas

80
La filosofía en México. Problemas teóricos e históricos, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades/UNAM, México, 2011, p. 117.
81
Mauricio Beuchot, Pensamiento de la Nueva España, Instituto de Investigaciones Bibliográficas /
Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2016, p. 11.
82
Retóricos de la Nueva España (Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2010). Lógica y
metafísica en la Nueva España (Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2006); Filosofía y
lenguaje en la Nueva España (Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2011).

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que defendieron los derechos de los indígenas;83 pero también sus estudios se han extendido
a rastrear en los obras de los novohispanos el uso de la analogía como principio fundamental
del pensar;84 incluso ha sido traductor y editor de varias obras novohispanas, así como
antologador.85
También ha publicado compendios de estudios sobre el pensamiento novohispano,86
así como la que se puede considerar, su principal obra de historiografía de las ideas sobre
este periodo: Historia de la filosofía en el México colonial.87
Para Beuchot, como ha dicho Guillermo Hurtado, nuestra tradición filosófica
originaria es la escolástica.88 Esta línea teológico-filosófica fue la base de todas las
instituciones educativas novohispanas, desde la Real y Pontificia Universidad de México
hasta cada uno de los centros educativos religiosos que se erigieron en todo el territorio
novohispano. Desde la escolástica es cómo varios humanistas novohispanos pudieron
generar importantes obras (teológicas y filosóficas) que hoy son una fuente importante de
pensamiento y un rico patrimonio bibliográfico. Además varios de ellos, siendo escolásticos,
pudieron entablar un diálogo fructífero con otras corrientes de pensamiento como el
humanismo renacentista, el hermetismo y la filosofía moderna. Incluso en las bases
ideológicas del pensamiento de la Independencia estuvo precisamente el pensamiento
escolástico de corte político y social, y no sólo el ilustrado europeo como muchos otros han
afirmado.
Respecto a nuestra filosofía contemporánea, Beuchot también ha sido uno de los
principales impulsores de la filosofía mexicana. Ha publicado varias obras donde expone,

83
Filosofía social de los pensadores novohispanos (Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, México,
2000); Republicanismo, hermenéutica y virtud (Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2017);
Derechos humanos. Iuspositivismo y iusnatularismo (Universidad Nacional Autónoma de México, México,
1995); Filosofía y política en Bartolomé de las Casas (Editorial San Esteban, Salamanca, 2013); Los
fundamentos de los derechos humanos en Bartolomé de las Casas (Anthropos Editorial, Barcelona, 1994); La
querella de la conquista. Una polémica del siglo XVI (Siglo XXI Editores, México, 2017).
84
Tramos en el camino del pensar barroco (Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2017); Sor
Juana, una filosofía barroca (Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca-México, 2001).
85
Filósofos mexicanos del siglo XVIII, (Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1995).
86
Estudios de historia y de filosofía en el México colonial (Universidad Nacional Autónoma de México,
México, 1991); Filosofía y ciencia en el México dieciochesco (Universidad Nacional Autónoma de México,
México, 1996); Pensamiento de la Nueva España (Instituto de Investigaciones Bibliográficas / Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 2016); Filosofía y sociedad en la Nueva España (Cuadernos del
Seminario de Cultura Mexicana, México, 2016).
87
Herder, Barcelona, 1996.
88
Guillermo Hurtado, “Mauricio Beuchot y la filosofía mexicana”, en Efemerides mexicana, no. 52, vol. 18,
enero-abril, 2000, p. 94.

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con magistral erudición y claridad, el pensamiento de los principales filósofos mexicanos,
así como los caminos de comprensión que nos permitan no sólo estudiar la filosofía mexicana
sino también continuar con nuestra tradición de pensamiento.89
Para Beuchot “el estudio de la filosofía mexicana es, en primer lugar, para atender a
nuestra problemática específica, a las arduas cuestiones que son propias de nuestro ámbito;
pero también es, en segundo lugar, para ver nuestra relación con la filosofía universal, con
ese entorno mundial que nos rodea, y del cual no podemos permanecer ajenos”.90 La filosofía
mexicana, por tanto, no se reduce a un mero ejercicio especulativo, sino que tiene que mirar
su realidad, su contexto propio para que, desde ahí, pueda generar aquellas respuestas –o al
menos vislumbrarlas- que respondan a nuestras problemáticas de nuestro tiempo. Además de
ello, la filosofía mexicana tiene que abrirse hacia el contexto universal, para dialogar con lo
que se piensa en otros horizontes, pero también para enriquecerse, de modo tal que esté en
actitud dinámica con firmeza y empeño de seguir nutriendo nuestra tradición de pensamiento.
Con la amplitud de su obra historiográfica puede decirse que Beuchot nos ha puesto
al alcance de las fuentes de nuestra tradición filosófica mexicana, no sólo por la vasta obra
que se ha citado de él, sino porque su mismo pensamiento y obra, sin precedentes, representa
una de las más originales aportaciones para nuestra tradición filosófica de hoy.

89
Filosofía mexicana del siglo XX (Editorial Torres Asociados, México, 2008); Cuestiones de filosofía en
México y filosofía mexicana (Cuadernos del Seminario de Cultura Mexicana, México, 2013); La filosofía en
México. Problemas teóricos e históricos (Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades/UNAM, México, 2011); La racionalidad analógica en la filosofía mexicana (Editorial Torres
Asociados, México, 2012).
90
Mauricio Beuchot, La filosofía en México. Problemas teóricos e históricos, p. 126.

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