Está en la página 1de 7

UNIDAD INTRODUCTORIA

CLASE 1
PRESENTACIÓN DE LA MATERIA
La materia Filosofía tiene como propósito brindar herramientas conceptuales para la comprensión del proceso, de
la práctica y del campo educativo. Se abordarán los problemas filosóficos relacionados con la vida humana, con la
cultura y con la educación.
Esos problemas filosóficos, sin embargo, no serán presentados de modo abstracto y/o aislado, sino que serán
problematizados a partir de su ubicación en condiciones históricas determinadas y en los contextos neoculturales
de su producción.
Se considerarán las líneas fundamentales del pensamiento occidental, pero se prestará especial atención al
pensamiento situado en América Latina y en Argentina, imprescindible para reconocer las corrientes pedagógicas y
los hitos en la educación en nuestras sociedades.
De allí que sea necesario ubicar esta materia de manera relacionada con las otras del Campo de la Fundamentación
y del Campo de la Subjetividad y las Culturas.
EXPECTATIVAS DE LOGRO
 Elaboración de juicios críticos acerca de la realidad, con un sustento filosófico.
 Valoración de los aportes de las distintas corrientes filosóficas y pedagógicas.
 Toma de conciencia sobre su compromiso ético como docente.
 Análisis crítico de las posturas sobre pensamiento, conocimiento y lenguaje.
Unidad introductoria
El mundo actual como problema
El pensamiento filosófico ha tenido un importante papel en la tradición cultural del mundo y se ha transformado
durante la historia. Hoy en día la filosofía atraviesa nuevos procesos de cambio que definen otras concepciones.
Desde hace unas décadas, las nociones de sujeto, verdad, historia y grandes relatos que justificaban entre otros, el
conocimiento, la ciencia, el arte o la religión, son cuestionadas y redefinidas. Pero también se producen cambios
que conforman nuevos problemas filosóficos como los que generan la actual situación mundial.
Este viaje nos sitúa casi de manera obligada en los nuevos problemas filosóficos.
Para hacer que esta experiencia sea enriquecedora les pido que participen, que expresen sus dudas, y que vayan
completando las actividades y las lecturas propuestas, así aprovecharemos al máximo este espacio de
comunicación.
Siéntanse acompañados en este viaje, ya que han ingresado en un nivel que es nuevo, a una nueva dinámica
institucional que deben aprender, y a ello se suma una imprevista complejidad.

LA UTILIDAD DE LA FILOSOFÍA
CLASE 2
LA FILOSOFÍA COMO NECESIDAD DE RESPUESTAS Y REDESCUBRIMIENTO DEL MUNDO.
La utilidad de la filosofía.
PARA QUIEN O PARA QUIENES CORRESPONDA LA FILOSOFIA NO LEGITIMA EL PODER: LO
CUESTIONA. SIEMPRE VA POR TODO.
 "Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene
por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a
ningún poder establecido. La filosofía sirve para “entristecer”. Una filosofía que no entristece o no contraria a
nadie no es una filosofía. La filosofía sirve para detestar la estupidez, hace de ésta una cosa vergonzosa. Sólo tiene
este uso: denunciar la bajeza del pensamiento en todas sus formas.
¿Existe alguna disciplina, fuera de la filosofía, que se proponga la crítica de todas las mixtificaciones sea cual sea
su origen y su fin? Denunciar todas las ficciones sin las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer. Denunciar
en la mitificación esta mezcla de bajeza y estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las víctimas
y de los autores. En fin, hacer del pensamiento algo agresivo y afirmativo. Hacer hombres libres, es decir, hombres
que no confundan los fines de la cultura con el provecho del Estado, la moral o la religión. Combatir el
resentimiento, la mala conciencia, que ocupan el lugar del pensamiento. Vencer lo negativo y sus falsos prestigios.
¿Quién, a excepción de la filosofía, se interesa por todo esto? La filosofía como crítica nos dice lo más positivo de
sí misma: empresa de desmitificación. Y, a este respecto, que nadie se atreva a proclamar el fracaso de la filosofía.
Por muy grandes que sean, la estupidez y la bajeza serían aún mayores si no subsistiera un poco de filosofía que,
en cada época, les impide ir todo lo lejos que querrían, que respectivamente les prohíbe, aunque sólo sea por el qué
dirán, ser todo lo estúpida y lo baja que cada una por su cuenta desearía. No les son permitidos ciertos excesos,
pero ¿quién, excepto la filosofía, se los prohíbe? ¿Quién les obliga a enmascararse, a adoptar aires nobles e
inteligentes, aires de pensador?
Ciertamente existe una mistificación específicamente filosófica; la imagen dogmática del pensamiento y la
caricatura de la crítica lo demuestran. Pero la mistificación de la filosofía empieza a partir del momento en que
ésta renuncia a su papel... desmitificador, y tiene en cuenta los poderes establecidos: cuando renuncia a detestar la
estupidez, a denunciar la bajeza. Es cierto, dice NIETZSCHE, que actualmente los filósofos se han convertido en
cometas. Pero desde LUCRECIO hasta los filósofos del siglo XVIII debemos observar estos cometas, seguirlos
todo lo posible, hallar su camino fantástico. Los FILÓSOFOS-COMETAS supieron hacer del pluralismo un arte
de pensar, un arte crítico.
GILES DELEUZE
FI LO SO FÍA
amor a la sabiduría
 la esencia del conocimiento
(aunque a muchos no les guste la libertad de pensamiento)

 ¿Para qué sirve la filosofía?


Lo invito a debatir a partir de una pregunta amplia.
La filosofía permite ir más allá de lo que la realidad parece mostrar, nos ayuda a pensar las cosas desde un lugar
diferente del que habitualmente las pensamos, y usted… ¿qué piensa?
 La idea de que la filosofía es para los entendidos, en filosofía es semejante a la de creer que los pintores sólo
pintan para ser admirados por otros pintores, o los músicos sólo componen para ser celebrados por otros músicos.
Sin ser conocedores, expertos, se puede acceder a la emoción de un cuadro, de una melodía. Y lo mismo puede
decirse de los textos filosóficos, a condición, claro está, de considerar que la filosofía tiene mucho en común con
el arte.
La filosofía no solo es contemplación, tampoco es solo comunicación, también es una creación, de la misma
manera que el arte lo es.
Lo que el arte crea son nuevas relaciones con el mundo.
Los grandes creadores son como buceadores: se meten en la vida, bucean hasta lo más profundo y salen a la
superficie con los ojos rojos y casi sin aire en los pulmones.
Arriesgan su propia salud en aras de establecer otros vínculos con la realidad.
La pintura, por ejemplo, nos ofrece nuevas perspectivas, colores, formas, composiciones hasta ese momento
desconocidas, la música, inventa nuevas formas de ser afectados por movimientos y ritmos. Pues también, la
filosofía, crea relaciones nuevas con el mundo y trata de expresarlas. Y así como la pintura crea preceptos y la
música crea afectos, la filosofía inventa conceptos.

EL FILÓSOFO EN LA ACTUALIDAD
CLASE 3
EL FILÓSOFO EN LA ACTUALIDAD
¿Qué es lo que tradicionalmente se considera un filósofo?
En nuestra época, la idea de “filósofo a la clásica” irremediablemente ha cambiado.
Hoy, aquellos que hacen filosofía también se dedican a la sociología, la economía, la literatura. Abren en todos
esos campos vías importantes.
Son ensayistas, observadores y estimuladores de la reflexión humana. En ese sentido son filósofos. Dan lugar a un
tipo de filósofo nuevo.
De hecho, probablemente los pensadores académicos sean algo incompatible con nuestros días y el filósofo no es
una figura que está ahí, sino que es una persona que evoluciona con el tiempo porque tiene que pensar la realidad
actual. El filósofo no está para pensar siempre lo que pasó, sino para pensar lo que está pasando y lo que va a
pasar. Y esa figura entonces debe irremediablemente adaptarse a esa transformación y a ese cambio de los tiempos.
FERNANDO SAVATER.
(Refiriéndose a Michel Foucault en “La aventura del pensamiento” Editorial Sudamericana S. A. Bs. As. 2009)
LAS NUEVAS PRÁCTICAS FILOSÓFICAS
En los últimos treinta años un número creciente de filósofos están llevando a cabo una serie de actividades que no
son enteramente nuevas en filosofa. Se trata de diversas prácticas filosóficas que los filósofos ya habían
desarrollado en diferentes momentos de la historia y que ahora se han querido recuperar. Entre otras encontramos:
el asesoramiento filosófico a particulares, los cafés filosóficos y la filosofía para niños.
ASESORAMIENTO FILOSÓFICO A PARTICULARES.
Si bien ya se efectuaba en la época clásica, como actividad profesional comienza modernamente con el filósofo
Gerd Achenbach en 1981. Es una actividad que consiste en realizar una o más sesiones con un filósofo asesor o
una filósofa asesora, con la finalidad de efectuar una revisión en profundidad acerca de la propia filosofía de vida.
El objetivo es el de introducir al cliente en la reflexión crítica acerca de su manera particular de sentir y pensar,
para examinar, conjuntamente con él, en qué medida esta juega a favor o en contra de sus intereses y deseos
legítimos de felicidad y realización personal. El papel del asesor o asesora es, por tanto, el de facilitar, a través de
un diálogo abierto y respetuoso, que el cliente adquiera una mayor autocomprensión de su propia circunstancia,
mejorando así su capacidad de toma de decisiones y su autonomía personal.
CAFÉS FILOSÓFICOS
También llamados cafés socráticos. Son debates abiertos al gran público, moderados por un filósofo o filósofa, que
habitualmente tras una breve presentación invita a los asistentes a participar en la sesión razonando sus propios
puntos de vista sobre el tema de debate. Los inició Marc Sautet en el café Des Phares de París en 1992 y de allí
pasaron a otras ciudades y países. Hoy en día se celebran en espacios muy diversos y los temas de debate están
planteados de manera que no se requieran conocimientos especializados de filosofía para poder participar.

FILOSOFÍA PARA NIÑOS


Siguiendo la idea de Epicuro de que “nadie es demasiado joven para empezar a filosofar”, Matthew Lipman diseñó
un programa para introducir a los niños, las niñas y los jóvenes en el pensamiento filosófico a partir de cuentos y
materiales diversos. Dado el éxito del programa, numerosos profesionales de la educación se han formado en él y
cada vez son más las escuelas que han incorporado dichos contenidos.

LA FILOSOFÍA Y SU VIVENCIA
CLASE 4
La filosofía y su vivencia.
 La filosofía y su vivencia –Lecciones preliminares de filosofía- Manuel García Morente.
Vamos a iniciar el curso de introducción a la filosofía planteando e intentando resolver algunas de las cuestiones
principales de esta disciplina. Ustedes vienen a estas aulas y yo a ellas también, para hacer juntos algo. ¿Qué es lo
que vamos a hacer juntos? Lo dice el tema: vamos a hacer filosofía. La filosofía es, por de pronto, algo que el
hombre hace, que el hombre ha hecho. Lo primero que debemos intentar, pues, es definir ese «hacer» que
llamamos filosofía. Deberemos por lo menos dar un concepto general de la filosofía, y quizá fuese la incumbencia
de esta lección primera la de explicar y exponer qué es la filosofía. Pero esto es imposible. Es absolutamente
imposible decir de antemano qué es filosofía. No se puede definir la filosofía antes de hacerla; como no se puede
definir en general ninguna ciencia, ni ninguna disciplina, antes de entrar directamente en el trabajo de hacerla. Una
ciencia, una disciplina, un «hacer» humano cualquiera, recibe su concepto claro, su noción precisa, cuando ya el
hombre ha dominado ese hacer. Sólo sabrán ustedes qué es filosofía cuando sean realmente filósofos; Por
consiguiente, no puedo decirles lo que es filosofía. Filosofía es lo que vamos a hacer ahora juntos, durante este
curso en la Universidad de Tucumán. ¿Qué quiere esto decir? Esto quiere decir que la filosofía, más que ninguna
otra disciplina, necesita ser vivida. Necesitamos tener de ella una «vivencia». La palabra vivencia ha sido
introducida en el vocabulario español por los escritores de la Revista de Occidente, como traducción de la palabra
alemana «Erlebnis». Vivencia significa lo que tenemos realmente en nuestro ser psíquico; lo que real y
verdaderamente estamos sintiendo, teniendo, en la plenitud de la palabra «tener». Voy a dar un ejemplo para que
comprendan bien lo que es la «vivencia». El ejemplo no es mío, es de Bergson. Una persona puede estudiar
minuciosamente el plano de París; estudiarlo muy bien; notar uno por uno los diferentes nombres de las calles;
estudiar sus direcciones; luego puede estudiar los monumentos que hay en cada calle; puede estudiar los planos de
esos monumentos; puede repasar las series de las fotografías del Museo del Louvre, una por una. Después de haber
estudiado el plano y los monumentos, puede este hombre procurarse una visión de las perspectivas de París,
mediante una serie de fotografías tomadas de múltiples puntos de vista. Puede llegar de esa manera a tener una
idea regularmente clara, muy clara, clarísima, detalladísima de París. Esta idea podrá ir perfeccionándose cada vez
más, conforme los estudios de este hombre sean cada vez más minuciosos; pero siempre será una mera idea. En
cambio, veinte minutos de paseo a pie por París, son una vivencia. Entre veinte minutos de paseo a pie por una
calle de París y la más larga y minuciosa colección de fotografías, hay un abismo. La una es una mera idea, una
representación, un concepto, una elaboración intelectual; mientras que la otra es ponerse uno realmente en
presencia del objeto, esto es: vivirlo, vivir con él; tenerlo propia y realmente en la vida; no el concepto que lo
substituya; no la fotografía que lo substituya; no el plano, no el esquema que lo substituya, sino él mismo. Pues, lo
que nosotros vamos a hacer es vivir la filosofía. Para vivirla es indispensable entrar en ella como se entra en una
selva; entrar en ella a explorarla. En esta primera exploración, evidentemente no viviremos la totalidad de ese
territorio que se llama filosofía. Pasearemos por algunas de sus avenidas; entraremos en algunos de sus claros y de
sus bosques; viviremos realmente algunas de sus cuestiones, pero otras ni siquiera sabremos que existen quizá.
Podremos de esas otras o de la totalidad del territorio filosófico, tener alguna idea, algún esquema, como cuando
preparamos algún viaje tenemos de antemano una idea o un esquema leyendo el Baedeker previamente. Pero vivir,
vivir la realidad filosófica, es algo que no podremos hacer más que en un cierto número de cuestiones y desde
ciertos puntos de vista. Cuando pasen años y sean ustedes viajeros del continente filosófico, más avezados y más
viejos, sus vivencias filosóficas serán más abundantes, y entonces podrán ustedes tener una idea cada vez más
clara, una definición o concepto cada vez más claro, de la filosofía. De vez en cuando, en estos viajes nuestros, en
esta peregrinación nuestra por el territorio de la filosofía, podremos detenemos y hacer balance, hacer recuento de
conjunto de las experiencias, de las vivencias que hayamos tenido; y entonces. podremos formular alguna
definición general de la filosofía, basadas en esas auténticas vivencias que hayamos tenido hasta entonces. Esa
definición entonces tendrá sentido, estará llena de sentido, porque habrá dentro de ella vivencias personales
nuestras. En cambio, una definición que se dé la filosofía, antes de haberla vivido, no puede tener sentido, resultará
ininteligible. Parecerá acaso inteligible en sus términos; estará compuesta de palabras que ofrecen un sentido; pero
ese sentido no estará lleno de la vivencia real. No tendrá para nosotros esas resonancias largas de algo que hemos
estado mucho tiempo viviendo y meditando.

ACERCAMIENTO A LOS TEXTOS FILOSÓFICOS


CLASE 5
 ACERCAMIENTO A LOS TEXTOS FILOSÓFICOS ¿Por qué leer un clásico?
  
¿Por qué leer un clásico?
(…) los clásicos sirven para entender quiénes somos y adónde hemos llegado (…)
Ítalo Calvino
Calvino, Ítalo. Por qué leer los clásicos. Barcelona, Tusquets, 1993
 ¿Qué es un clásico?
El sentido común que guía nuestra forma de pensar y la visión sobre el mundo que nos rodea se estructura a partir
de ideas, imágenes y razonamientos condicionados por dos cuestiones: lo trascendente de las relaciones humanas
(afectos, angustias, pasiones, sentimientos) y las circunstancias que el desarrollo social y tecnológico nos brindan.
Cada momento histórico genera su propio sentido común: la forma, sutil, en que los hombres y mujeres pensamos
la sociedad en que nos toca vivir y a nosotros mismos. 
En este devenir, las explicaciones mitológicas, religiosas y/o intelectuales son un auxilio individual y colectivo.
Un clásico es un pensador (un pensamiento o todo un sistema científico) que resiste el paso del tiempo y continúa
vigente. Sigue siendo parte de la cosmovisión social porque está incorporado en forma imperceptible y porque ha
planteado tanto dudas como incipientes respuestas orientadas de un modo tan profundo como íntimo.
Es una invitación a leerlos directamente. A dejarnos llevar por sus ideas para cuestionarlas, discutirlas,
contrastarlas con el presente y con nuestra propia experiencia. A descubrir que lo que hoy parece obvio, razonable
o inquietante, fue planteado magistralmente por aquellos que ingresaron en la categoría de Clásicos del
pensamiento.
Leer textos auténticos es imprescindible para acceder a la complejidad de las ideas de un autor, para valorarlas y
entablar un diálogo con ellas.
Trate de pensar desde las ideas de los clásicos y más a allá de ellas, vincular los postulados de distintos
fragmentos, evaluarlos desde la perspectiva de los tiempos actuales, ponderar las consecuencias de sostener sus
argumentos o de discutirlos, elaborar opiniones y valoraciones personales. Animarse, en fin, a hacer filosofía.
Lo que nos ocupa hoy, es la lectura. Cómo leer, reescribir, interpretar y comprender lo que otros dicen a través de
sus textos. Estos son, en sí mimos, problemas: ¿qué significa leer? ¿Cómo interpretar? ¿Qué es comprender?
Difícil responder sin entregarnos a la tarea, sin hacer la experiencia de la lectura.
Un texto no está compuesto del todo sino en la medida en que se lee.
El lector reescribe cada vez el texto que lee.  El lector es un transeúnte, un viajero que se desplaza en el tiempo,
por ello todo acto de decodificación es siempre actualizante.
Anclar un texto a su propio tiempo es en cierta manera impedir que tenga algo que decirnos a nosotros. Lo explica,
pero no lo hace objeto de comprensión. Es cierto que todo filósofo dialoga con el propio tiempo y con la tradición
que lo precede y lo constituye, y es cierto también que es necesario identificar a los interlocutores de ese diálogo.
Pero todo pensar está, arrojado al tiempo venidero. Es un pensar que desconoce las limitaciones del propio tiempo
a la vez que no rehúye sus desafíos. Por eso nos alcanza. Y es entonces que un Platón, un Aristóteles, un Hegel
tienen algo para decirnos. Nos siguen dando que hablar. 

También podría gustarte