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2021-2

TALLER AUTISMO

ELECTIVA PROFESIONAL III


CINTHYA AGUIRRE, WENDY BARRIOS LAUREN LAMBRAÑO,
BRAYAN PADILLA, CAMILA ROJANO, ALBERYS SÀNCHEZ.

UNIVERSIDAD SIMON BOLIVAR | BARRANQUILLA|ATLANTICO


TALLER AUTISMO

R/
Entre las alteraciones en el desarrollo motor que se pueden presentar en niños con
TEA, son, mala coordinación, hipotonía, alteraciones en los hitos del desarrollo motor
(a qué edad gatea, a qué edad da los primeros pasos), hipotonía (bajo tono
muscular), rigidez muscular, acinesia (falta o pérdida del movimiento), bradicinesia
(lentitud de los movimientos voluntarios asociada a una disminución de los
movimientos automáticos, como el braceo al caminar), alteraciones de la marcha y
la postura, alteraciones de la motricidad gruesa y fina, movimientos estereotipados,
entre otras. Este déficit motor sugiere una alteración de desarrollo psicomotor, el cual
se manifiesta en la adquisición de habilidades cognitivas y motoras y es producto de
cambios a lo largo del ciclo vital.
Por otro lado en los niños con discapacidad visual, presentan alteraciones del
esquema corporal, la adquisición de la marcha, la prensión, la organización del
espacio y del tiempo, el aprendizaje de posturas adecuadas, la orientación espacial,
autonomía personal.
La falta de información que el cerebro recibe del sentido de la vista afecta a la
movilidad del niño, a su equilibrio, dificultad para imitar visualmente, aparición del
miedo a golpearse, lo que puede provocar una inseguridad en sí mismo y miedo a
ser autónomo.
R/
Al reunirnos como grupo de fisioterapeutas, queremos lograr la participación de
los niños en diversas actividades deportivas siendo más beneficiosos que
exponerlos prematuramente a aprender una destreza particular o especializada
en un deporte antes de que estén totalmente desarrollados. La especialización
temprana puede, en efecto, llevar al fracaso y desalentar la participación futura.
Para ello se puede tomar como referencia el “Esquema General de las Etapas de
Inicio, Desarrollo e Intensificación sobre las Fases Sensibles”. Se entienden como
fases sensibles los “períodos donde hay una entrenabilidad muy favorable para
una capacidad motora”. Esto indica que “el aprendizaje puede realizarse cuando
el niño está listo, es decir, cuando posee y domina los prerrequisitos de ese
aprendizaje y la capacidad de reorganizarlos”.
Teniendo en cuenta que en los niños de 5 a 12 años el objetivo será desarrollar
la actividad motora (habilidades motoras básicas, coordinación, equilibrio,
velocidad), el conocimiento del esquema corporal, la diferenciación segmentaria,
afianzar la multilateralidad como base de la orientación espacial. Existen
innumerables juegos y actividades que benefician este tipo de desarrollo. Más o
menos a la edad de 8 y 9 años se podrá comenzar con actividad predeportiva,
minideportes. Esto último les permitirá elegir destrezas que estén de acuerdo con
sus aptitudes motrices y funcionales. Sería conveniente la iniciación en las
prácticas del atletismo, porque esto les permitirá perfeccionar el salto, el
lanzamiento y la carrera, utilizando siempre la competencia como medio
educativo y no como fin y cuando nos referimos a los niños de 10 a 12, la
habilidad general motora adquirida les permitirá manejar su cuerpo en el tiempo
y en el espacio. En este momento ya se puede comenzar a desarrollar la habilidad
motora específica, estimulando la flexibilidad, la fuerza (sin el empleo de cargas
máximas) y la resistencia (más la aeróbica que la anaeróbica). Además, se
trabajará para que el niño logre desarrollar el dominio y uso de su cuerpo en
movimientos analíticos, así como la incorporación de técnicas y gestos propios
de cada deporte.
Todas las personas involucradas en el manejo de los niños deberán tener
conocimientos para actuar con idoneidad y sentido común, orientando los
aprendizajes en los distintos niveles por los que va transitando el niño durante su
crecimiento. El niño aprende a reconocerse a sí mismo jugando; de esta manera
también aprende a diferenciarse del mundo que lo rodea, a integrarse a ese
medio y a sí mismo. El trabajo debe ser interdisciplinario. Si el juego es adecuado
a la etapa evolutiva, les permitirá adquirir una estructura psicomotriz ordenada.
En los niños de esta edad, de 5 a 12, trabajaremos únicamente 2 etapas de
iniciación deportiva.

1. Etapa de formación perceptiva motora: Esta etapa comienza con el


nacimiento y se prolonga hasta los nueve años aproximadamente. Se
caracteriza por el desarrollo de las capacidades perceptivo-motrices. Esquema
Corporal Estructuración Temporo-Espacial, Equilibrio, Objeto, Coordinación
Dinámica General y Coordinación Senso Motora.
Hay que dar a conocer que esta etapa nos presenta un gran desarrollo del
sistema nervioso junto con una gran capacidad perceptiva por esto se debe
dedicar primordialmente al desarrolla de las capacidades perceptivo-motrices.
Además no hay desarrollo de las capacidades físicas por el entrenamiento, no
hay aprendizaje técnico por más que se entrene ese aspecto. ¿Nos
preguntamos qué debe hacer un niño en esta etapa? Correr, saltar, trepar
recibir, arrojar y todas las formas básicas del movimiento. Es necesario
brindarle al niño las más amplias ricas y variadas experiencias motrices con la
intención de que todo sea recreativo, pero asistemático, estimulando y
desarrollando sus capacidades ya mencionadas. Es importante que bajo
ningún punto de vista olvidemos que el niño organiza su yo, y su propio
mundo a través del juego (sobre todo en estas edades). Es decir que el niño
aprende jugando por eso todas las actividades deben ser organizadas en
forma de juego.
2. Etapa de formación deportiva multilateral: Esta etapa tiene como objetivos, el
desarrollo de las más variadas forma de coordinación, y familiarización, con
los más diversos elementos y el desarrollo del pensamiento táctico general.
Esta etapa nos presenta una gran capacidad de las técnicas de movimientos
en forma global. No se consigue la inhibición de movimientos, por lo tanto
no hay precisión. Es posible el incremento de las capacidades físicas por
medio del entrenamiento sistemático. Estamos en la edad de oro del
aprendizaje deportivo, los niños son capaces de aprender de todo pero
siempre en forma general y/o global.

La estrategia de aprendizaje que proponemos divide en dos formas de


intervención que se complementan y se potencian entre ellas:

• Tratamientos en medios acuáticos.


 Aprovechamos la presión hidrostática y la viscosidad del agua.
 La actividad se realizará de forma individual y se debe llevar a cabo con la
presencia y la participación de una persona cercana a su entorno
(preferentemente un familiar lo más próximo posible).
 Con ello intentaremos crear y/o fortalecer el vínculo afectivo, además de
implicar al familiar en el aprendizaje de las técnicas implicadas en la sesión.
 La frecuencia recomendada es de dos sesiones semanales individuales de
40 minutos cada una y una sesión grupal a la semana, con la misma
duración.

Los ejercicios se realizarán en función de los síntomas y los signos detectados en


la exploración. Pero básicamente son los siguientes:

 Ejercicios de tonificación (movimientos de natación y juegos específicos).


 Ejercicios de coordinación (movimientos de natación y juegos específicos).
 Ejercicios de equilibrio y desequilibrio (juegos específicos).
 Ejercicios de relajación.
 Ejercicios de motricidad fina (vestirse y desvestirse).
 Ejercicios de marcha: caminar dentro del agua (juegos específicos).

Estos ejercicios propuestos tienen unos objetivos concretos:

 Recuperar la tonicidad perdida y así evitar complicaciones a largo plazo.


 Adquirir los movimientos naturales de coordinación.
 Disminuir la torpeza motora y las posturas bizarras.
 Disminuir las estereotipias.
 Disminuir la conducta hiperactiva.
 Disminuir la conducta apática.
 Adquirir el mayor grado de autonomía posible.
 Recuperar movimientos sincronizados de la marcha.
 Trabajar la propiocepción a través de estímulos.
 Mayor reconocimiento del esquema corporal a través de estímulos.

• Tratamientos en sala de juegos. La sesión se realizará en una sala de juegos


donde habrá todo tipo de material lúdico (cojines de colores, colchonetas,
trampolines, telas) y terapéutico (cremas, etc.). Se realizará de forma individual
con la intervención de un psicomotricista. Se dividirá la sesión en dos partes: la
parte psicomotriz y la parte fisioterapéutica.
 Se recomienda una frecuencia de dos sesiones semanales individuales de 60
minutos cada una, donde 30 minutos serán dedicados al tratamiento
fisioterapéutico.
 Nos basamos también en el tratamiento funcional. Por ello, los ejercicios serán en
función de los síntomas y los signos detectados en la exploración: masaje
terapéutico.

 Ejercicios de percepción táctil a través de estímulos (esponjas, crema,


peine, cepillo, etc.).
 Ejercicios de coordinación (gateo, reptar, subir escaleras, etc.).
 Ejercicios de propiocepción (a través de una estimulación).
 Ejercicios de equilibrio.
 Ejercicios de percepción vestibular (balanceos, columpio, etc.).
 Ejercicios de estimulación motriz.
 Ejercicios de estimulación visual.

Los objetivos propuestos desde esta intervención son:

 Disminuir contracturas producidas por la hipertonía.


 Recuperar la tonicidad perdida en caso de hipotonía.
 Aumentar la sensación propioceptiva de distintas partes del cuerpo.
 Disminuir las posturas bizarras.
 Mejorar la marcha.
 Mejorar la coordinación entre extremidades.
 Aumentar el reconocimiento del esquema corporal.
 Mejorar el contacto visual y focalizar la atención.
1. Crissien-Quiroz, Estela; Fonseca-Angulo, Rosa; Núñez-Bravo, Narledis; NogueraMachacón, Luz Mery; Sanchez-
Guette, Lilibeth Características sensoriomotoras en niños con trastorno del espectro autista Revista
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