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"La revolución galileana y cartesiana - que sigue siendo, a pesar de todo una revolución-

había sido preparada por un largo esfuerzo del pensamiento. Y no hay nada más interesante,

más instructivo ni más sobrecogedor que la historia de éste esfuerzo, la historia del

pensamiento humano que trata con obstinación los mismos eternos problemas, encontrando

las mismas dificultades, luchando sin tregua contra los mismos obstáculos y forjando lenta

y progresivamente los instrumentos y herramientas, es decir, los nuevos conceptos, los

nuevos métodos de pensamiento, que permitirán por fin superarlos."(1)

La imagen del mundo moderno comienza a configurarse aproximadamente en el siglo XVII

con la revolución que produce el pensamiento de Galileo y Descartes.

En oposición al pensamiento griego y medieval (que no aplicaba generalidades y buscaba la

realidad de cada objeto en sí mismo) en el mundo moderno se generará una "imagen" del

mundo, dentro de la cual se cumplirán ciertas presuposiciones que permitirán crear reglas y

realizar generalizaciones. La ciencia, uno de los principales pilares, se construirá como

conocimiento metodológicamente fundado que utilizará el método, la investigación y el

experimento.

"La física moderna estudia en primer lugar el movimiento de los cuerpos que pesan, es

decir, el movimiento de los cuerpos que nos rodean. Por ello es del esfuerzo de explicar

los hechos y los fenómenos de la experiencia cotidiana - el hecho de la caída, el acto del

lanzamiento- de donde procede el movimiento de ideas que conduce al establecimiento de

sus leyes fundamentales."(2)

Los experimentos se realizaban en base a una ley o conocimiento a priori. A través de la

refutación o la corroboración del mismo, durante el experimento, se definía su carácter

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verdadero o falso y su nivel de generalidad. A través de sus experimentos Galileo busca la

pureza de las cosas. No busca la verdad en si misma, si no el conocimiento científico, la

verdad que puede ser demostrada metodológicamente.

El pensamiento científico se opone a ideas relacionadas con la magia y la superstición y

funda una imagen del mundo basada en ideas empíricas, puras.

"... El hecho de que la física moderna tenga su fuente en el estudio de los problemas

astronómicos y mantenga ésta unión a través de toda su historia, tiene un sentido profundo

e implica importantes consecuencias. Implica sobre todo el abandono de la concepción

clásica y medieval del cosmos - unidad cerrada de un todo, cualitativamente determinado y

jerárquicamente ordenado, en el que las partes diferentes que lo componen, a saber, el Cielo

y la Tierra, están sujetas a leyes diferentes- y su sustitución por la de universo, es decir, por

un conjunto abierto e indefinidamente extendido del ser, unido por la identidad de las leyes

fundamentales que lo gobiernan..."(3)

Con el mundo moderno nace la presunción de un espacio geométrico y matemático, donde

las cosas acontecen. Las cosas "son" en la medida que "están" dentro de esa imagen del

mundo. La exigencia del saber va a ser por excelencia matemática.

En su origen griego, la palabra matemática, está vinculada al saber de antemano; lo que

vemos se convierte en visible a nuestros ojos gracias al conocimiento anterior que

poseemos.

A comienzos del siglo XVI la comprensión de antemano se convertirá en la imagen del

mundo. Lo matemático aparece como el presupuesto básico del saber de las cosas y esto se

pondrá en evidencia con el nacimiento de la Física moderna. La ciencia moderna va a ser

necesariamente axiomática. "(...) considera la ley de inercia como su ley más fundamental

(...) tiende a explicar todo por 

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A partir de éste momento, el hombre se instala frente al mundo para observarlo y deja de

ser una criatura inserta en él.

Con Descartes hace su aparición la autoconciencia del yo, que será fundamental para el

desarrollo de éste nuevo mundo.

Descartes admiraba la matemática por su capacidad de evidencia y se preguntaba cuales

eran los principios que fundaban su conocimiento. Descubrió que muchos de éstos

principios se basaban en lo percibido a través de los sentidos, sin embargo los sentidos

podían engañarnos haciéndonos percibir un sueño como si fuese la realidad.

Por lo tanto, la única evidencia que poseo de mi existencia es el YO, puesto que si estoy

pensando es porque existo ("Pienso, luego existo" - Descartes).

La autoconciencia va a convertirse en la base de la filosofía posterior y servirá para

confirmar el concepto de subjetividad. Los objetos deben ser creados para los sujetos.

El mundo comienza a concebirse como un objeto conformado por objetos.

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