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Material de cátedra
Elaborado por la Dra. Roxana Ynoub.
UBA/UNMdP/UNNE.
Los seres humanos no sólo estamos en el mundo, sino que nos apropiamos
de él, y al hacerlo lo re-creamos. Somos una especie “inquieta”: no nos
alimentamos para saciar el hambre, no tenemos sexualidad para satisfacer
instintos, no nos abrigamos para protegernos del frío: al hacer todo eso,
hacemos mucho más que eso. Nos hacemos humanos. Y nos hacemos
humanos porque al comer, al copular, al abrigarnos buscamos algo más y
algo distinto a lo que dicta nuestro origen animal. No nos satisface sólo lo
que no es dado por natura sino lo que conquistamos por cultura.
1
La autora agradece los comentarios y aportes vertidos por el Lic. Manuel Murillo en
relación a este texto.
1
Aunque no esté a la vista, se necesitan seres dotados de todas estas
aptitudes para que la ciencia sea posible.
Investigar es interrogar la experiencia, para ir más allá de ella. Es
interrogarla “esperando” algo de ella.
2
cuando más tarde Stahl transformó los metales en cal y la cal en
metal, quitándoles o restituyéndole algo, esto fue una luminosa
revelación para todos los físicos. Ellos comprendieron que la
razón sólo ve lo que ella misma produce previamente, según
sus propios planes...” [Kant, “Prefacio” de 1787 a la Crítica
de la Razón Pura. El subrayado es mío. RY.]
3
Esa mutación se expresa en los grandes «hitos» que jalonan la historia del
arte, del pensamiento y de la ciencia.
Y en esos hitos emergen los héroes (de la ciencia, del arte o del
pensamiento), en torno a los cuales proliferan los ejércitos de seguidores.
Son los mismos seguidores quienes consagran a los héroes por el hecho de
cultivar y expandir lo que aquellos han fundado.
3
En verdad fue el gran físico Laplace el que llevó esta concepción hasta sus últimas
consecuencias y con él el universo quedó despojado de todo lo interesante a nivel
humano. Como lo ha dicho poéticamente Whitehead se trataba de “un asunto aburrido,
desprovisto de sonido, de olor, de calor, simplemente materia que se acelera sin fin, sin
significado”.
4
Sin embargo, la historia de la ciencia (y probablemente también la del arte)
está llena de “héroes fallidos”. Porque lo que esa historia nos muestra es
que no cualquier idea, no cualquier evidencia se acepta y se consagra como
tal en cualquier época histórica (de la misma manera que no cualquier
producción creativa, alcanza el estatuto de obra de arte en cualquier
momento histórico). En muchos casos las “ideas deben esperar su época”.
En muchos casos quienes alcanzaron alguna vez el estatuto de héroes, han
sido marginados o incluso denigrados por sus contemporáneos.
Porque eso que llamamos evidencia, no es algo que está allí fuera, sino algo
que resulta de algún tipo de enlace que “alguien” debe hacer y aceptar entre
«eso» proveniente de los sentidos, y «eso otro» que proviene de la
representación o el pensamiento.
Para aceptar que, cuando Galileo elevó hacia el cielo su tubo de cristales y
espejos, lo que se veían eran las heréticas imperfecciones del suelo lunar-
había antes que aceptar (creer o confiar, lo mismo da) en toda la teoría de la
óptica y en toda una nueva concepción de los cuerpos celestes, el universo
y el puesto del ser humano en él. De modo que aceptar aquello, significaba
cambiar muy radicalmente una cosmovisión que trascendía con mucho la
cuestión de la luna y sus desprolijos cráteres.
5
Minsky y Papert pretendieron demostrar que no había sustento teórico ni
evidencia suficiente para sostener los fundamentos del perceptron. De
modo que, aunque ya no por violar sagradas escrituras sino por contradecir
algún supuesto o evidencia aceptada en su medio, sus trabajos fueron
fuertemente criticados y absolutamente marginados del ámbito académico,
y en particular del MIT al que originalmente pertenecía Rosenblatt. Aunque
no es posible saber si las causas de su decisión pueden atribuirse a estos
hechos, cuando transitaba las consecuencias de esta marginación,
Rosenblatt se quitó la vida. Muchos años después, su “perceptrón” se
consagró como la punta de lanza de toda una nueva concepción en el
ámbito de las ciencias cognitivas, que ya nadie discute y que se reconoce
como un avance significativo para la comprensión y simulación de la
inteligencia.
Volver a pensar lo que otros pensaron… parece ser que imaginar tiene sus
costos!!
4
Hago expreso uso del término “racional”, porque las tesis que pretenden encontrar
dependencia social en el desarrollo de las ideas científicas, al estilo de las tesis de
Thomas Khun, han sido tildadas por las tradiciones positivistas, como tesis
irracionlistas. Dado que las ideas cambian conforme cambian las realidades sociales,
entonces, sostienen estas voces, no hay modo de justificar la racionalidad de las ideas
científicas. Como vamos a verlo luego, pensar de esta manera es negar “racionalidad” a
la acción social.
6
Lo que vamos a postular aquí es que esa pauta es dependiente de la
mutación a la que se ve sometida la estructura misma de la acción vital y
social.
Son las tesis de filiación dialéctica –en las que se enrolan referentes tan
distantes en el tiempo como Aristóteles o Piaget, Hegel o Peirce, Marx o
Tran Duc Thao- las que han aventurado respuestas más audaces a la hora
de extraer alguna pista en torno a la relación entre “acción e intelección”.
5
Esta misma idea podría expresarse diciendo que tanto la realidad como la conciencia
cognoscente son conceptivas. El término concepto está emparentado con “concebir” o
engendrar”. Quien domina conceptualmente algo, domina su “pauta formativa” su
principio de engendramiento. De acuerdo con ello, las regularidades de la conciencia
que conoce han sido engendradas en el marco de alguna práctica (vital y/o social) que la
vincula con el principio conceptivo del objeto a conocer. De allí que la experiencia de
protagonismo esté en la base de todo conocimiento. Así expresa Hegel esta misma idea
“La tarea de la ciencia consiste en hacer que este mundo objetivo no nos sea extraño, o,
como se dice, que nos volvamos a hallar en él, lo cual significa también que consiste en
referir el mundo objetivo al concepto, es decir, a lo más íntimo que hay en nosotros”
(1985:150).
7
“Mi tesis –sostuvo en una entrevista con Franz Kreuzer- era que
nuestra visión del mundo es el verdadero cuadro de la realidad [ya
que] las formas a priori [de nuestra mente] se han ido gestado
filogenéticamente en su enfrentamiento con lo real, así como
nuestros ojos se han ido formando en acción recíproca con las leyes
de la óptica”. “… nosotros afirmamos que nuestra formas
apriorísticas de ver y pensar se han ido formando en el
enfrentamiento de lo real dentro de nosotros, con lo real fuera de
nosotros, como se enfrenta el ojo [que ha sido formado por efecto de
la luz] con el rayo de luz, o el movimiento ondulatorio de un pez que
nada con la hidrodinámica de una ola…etc.” (1988:60/61. El
agregado entre corchetes me pertenece RY).
Sin embargo, habría que agregar a estas tesis, que los seres humanos no
sólo disponemos de sistemas sensorios, engendrados por -y por lo tanto
adaptados a la captación del- mundo real; sino que además disponemos de
sistemas categoriales y conceptuales por los cuales objetivamos,
tematizamos y recreamos ese mundo real.
8
jurídico-estatales; las ciencias experimentales, hicieron su aparición con la
irrupción del mercantilismo primero y el capitalismo después.
De un modo general, lo que puede reconocerse es que para que una acción
devenga representación se requiere que las propias acciones estén a su
turno estructuradas; que se constituyan en acciones potencialmente
repetibles, reproducibles.
Es esto lo que vio con especial profundidad Jean Piaget (sin duda, parado
en hombros de Kant!): la acción se torna potencial engendradora de
intelección si está organizada como “esquema”. Un esquema es un «plan-
de acción» y por eso es acción que se integra con representación.
9
estímulos sensoriales, sino también la percepción de algo “trepable”,
y esa dimensión perceptual (la vivencia de la trepabilidad) tiene que
ver con el hecho de que una vez que nosotros hemos actuado sobre el
objeto, nuestras futuras percepciones del objeto evocan y suprimen
esas acciones, y que todo lo que nosotros llamamos conciencia o
sentido vivido de la conciencia en el fondo no es más que acción que
no llega a concretarse [pero alguna vez se concreto de igual modo o
de modo semejante]. Es decir, como si dijéremos la acción que
simplemente se esboza pero se suprime y se conserva como un
movimiento ideal, como un movimiento que [está en su estructura
intencional] pero no se realiza. Ser concientes es de alguna manera
evocar un protagonismo anterior. (Samaja, J.; ibidem, el agregado
entre corchetes me pertenece. RY).
Quizá por eso el juego está en la base de las conquistas más ricas de la
cognición: experimentar gratuitamente,,, y en eso gratuito emerge algo
significativo. En el juego se «importan» y «exportan» formatos de acción
de un dominio a otro. Esto es lo que vio Freud cuando analizó el «fort-da»:
el juego de tomar y arrojar. El niño se ve envuelto en una estructura de
acción (él es efectivamente “tomado y arrojado” –según creía Freud), y por
eso proyecta luego esa estructura en una disposición a actuar que la emula.
Como ya lo adelantemos Konrand Lorenz llevó estas ideas aún más lejos.
Postuló que los a priori intelectivos son en verdad a posteriori de una
historia práctico-objetiva que se ha consumado a escala filogenético, es
decir, que ha precipitado no sólo como una cierta disposición de acción,
sino también como morfología, como anatomía y como fisiología neural.
Estas tesis evolucionistas tienen una clara filiación dialéctica (que podría
hacerse corresponder con las tesis constructivista de origen piagetiano),
10
pero, como lo decíamos, reducen la perspectiva historicista a un plano
netamente bio-genético.
11
es sólo una materialidad que se aprehende y se conquista
sensoriomotoramente. Un objeto es una entidad siempre dimensionada en
una experiencia institucional: es permitido o interdicto normativamente
hablando. Un niño debe recorrer un largo camino en su socialización antes
de distinguir las potestades que le caben sobre un “objeto propio, un objeto
prestado, un objeto encontrado, un objeto robado”. Estas “cualidades” del
objeto no brotan de su materialidad: brotan del sistema de reconocimientos
y normativas sociales que rigen el acceso y la disposición sobre dicho
objeto.
Fue Emilio Durkheim uno de los autores que de modo más enfático y
sistemático defendió la idea de un “origen social del conocimiento
humano”.
12
algún grado de racionalidad que lo perpetúa como tal orden u organización
(del mismo modo –aunque no por efecto de las mismas leyes- que el orden
natural). De allí se deriva entonces el carácter racional y verdadero de las
estructuras cognitivas que no son sólo funcionales a ese orden social sino
también y en alguna medida inherentemente objetivas. En palabras de
Durkheim:
13
“irracionales”? –tal como lo pretenderían todos los críticos que atacan las
concepciones sobre el origen social del conocimiento-. Nuestra respuesta es
negativa. No son irracionales ni arbitrarias, porque el propio capitalismo no
lo es. En el sentido que él, pese a mostrarse como una forma posible de
organización social –entre muchas otras que la historia humana ha
experimentado- tiene objetividad. Se muestra capaz de reproducirse
conforme a un patrón social eficaz en la suficiente medida en que le
permite perpetuarse, al menos en este período histórico.
14
Según sea la forma de participar en cada una de esas experiencias vitales,
se tendrán distintas respuestas para contestar a una pregunta que interrogue
por lo «¿qué hay en el mundo?» La respuesta depende del dispositivo
categorial disponible y la idea que está en la base de estas tesis es que ese
dispositivo muta conforme cambian las formas de vida.
Para salir bien parado como miembro de una sociedad cultural, en cambio,
no alcanza con el saber del cuerpo. Para “ser alguien” en la cultura, hay que
forjarse una identidad simbólica: inscribirse en un linaje o parentesco, tener
un nombre propio, dominar un lenguaje, reconocerse como miembro de
una comunidad, adoptar las tradiciones de esa comunidad. Y eso se
conquista por medio de inscripciones que ya no están trazadas en el cuerpo
orgánico, y que no se adquieren por bio-genésis sino que se configuran en
un cuerpo-representacional, y se adquieren por socio-génesis.
15
el marco de otras formas de conocimiento (para una ampliación de estos
desarrollos: cfr. Samaja, 2004).
16
La figura 2 es una fotografía de lo que se ve en la cámara de burbujas a la
que nos hemos referido. A la hora de interpretar los “hechos observados”
los especialistas en el tema comentan algo como lo siguiente:
“La fotografía tiene un aspecto algo rudimentario, pero en este caso hay que ignorar
las rayas y los garabatos y concentrar la atención tan sólo en cinco líneas. Estas
revelan que ha tenido lugar un ciclo vital en esta pequeñísima etapa, como se observa
en la figura 3: un pión –partícula elemental cuya trayectoria está marcado con la letra
π en la ilustración que interpreta las observaciones sin más (figura3)- entra en el
campo visual procedente de la parte inferior. Se encuentra con un confiado protón en la
cámara y de su interacción surgen dos partículas llamadas «extrañas» (K0 y A0) debido
a que su período de supervivencia es inesperadamente largo tratándose de partículas
creadas: ¡nada menos que 10-10 segundos! Estas partículas, al ser neutrales, no dejan
ninguna huella, y finalmente también se descomponen. El resultado de la
descomposición de cada una de las partículas «extrañas» es una partícula positiva y
otra negativa, que producen en nuestro campo visual, como si dijésemos, una tercera
generación, en la que cada cual posee de nuevo su propio período de vida
característico”.
17
pregnancia de sus modelos estrictamente científicos, hunden su
comprensión y eficacia cognitiva en tanto se integran y proyectan en
aquellos otros modelos primarios. Como también lo ha señalado Holton,
Esta idea es coincidente con lo que sostiene Samaja, a la hora de dar cuenta
de los procesos que están a la base de la comprensión científica:
9
?
En este contexto “tautología” debe entenderse como un enunciado (o un modelo evocado por ese
enunciado) que se explica por sí mismo, es decir, que no necesita ser explicado a su turno. De allí que
pueda entenderse como lo “obvio”.
18
Métodos pre-y proto científicos (integrados
en el proceso de investigación científica)
Modelización
Intuitiva
(método tenacidad)
Modelización
Narrativa
(método tradición)
(Fase 1) (Fase 2)
Modelización Modelización
Conceptual Operacional
(método reflexión) (método eficacia)
(Fase 3)
Re-modelización
(retorno y recuperación de
todos los métodos: al servicio
de la interpretación y la
generación de una nueva
versión del objeto)
19
El lógico W. O. Quine lo dijo también a su manera: cualquier sistema
inteligente puede caracterizarse por su capacidad para relacionar
experiencias entre sí, de modo relevante o conveniente (cfr. W. van O.
Quine,1967:26 y 27).
20
Imaginemos que alguien nos presenta progresivamente la siguiente serie de
números:
2, 4, 6, 8, 10, 12…
Nos brinda ahora una nueva oportunidad y nos ofrece más información,
conforme a la siguiente secuencia:
“2, 4, 6, 8, 10, 12, 27; 2, 4, 6, 8, 10, 12, 27; 2, 4, 6, 8, 10, 12, 27…”
21
Pero, para vincular esos hechos (los números que efectivamente tenemos
ante nosotros, con el que esperamos que aparezca) se requiere asumir una
cierta “regla de vinculación”. Como ocurría en el ejemplo de las “huellas
y el caballo”. No es la simple presencia físico-material de las huellas la que
anuncia la presencia de un caballo. Es la regla que opera en nuestra mente,
la que transforma esa presencia material en información. Esa regla diría
más o menos lo siguiente: si observa ciertas configuraciones recurrentes y
características en el camino, entonces, presumiblemente ellas son huellas.
Si son huellas debió haber una causa que las produjo. Si las huellas tienen
una forma característica que evoca la de herraduras, las huellas
probablemente pertenecen a un animal que las usa. Y finalmente: los
caballos son animales que llevan herraduras cuando son utilizados por el
hombre. Conclusión (derivada al modo de predicción): por aquí debió pasar
un caballo que lleva herraduras.
Más adelante examinaremos desde el punto de vista lógico todo lo que está
implicado en este razonamiento, por ahora nos interesa examinarlo a los
fines de nuestra reflexión sobre la “identificación de vínculos relevantes”.
22
En principio, podemos advertir que si las cosas fueran como nos la propone
este simple ejercicio, nos encontraríamos siempre ante la completa
incertidumbre. Con cada nueva aparición de un número se puede
reconfigurar completamente la serie que creímos identificar hasta ese
momento. No tendríamos criterios para hacer predicciones fundamentadas.
Por más pobre o más rica que esa inteligencia resulte, las presunciones que
se adoptan a la hora de vincular ciertas experiencias con ciertas otras
experiencias, son herederas de alguna historia formativa. Como lo hemos
enfatizados, es esa historia formativa la que une al sujeto cognoscente con
el objeto a conocer (o potencialmente cognoscible) y la que lo lleva a
vincular o conectar de un modo particular esos hechos entre sí1011.
23
La tradición positivista nos ha acostumbrado a concebir de modo dualista y
a-histórico al sujeto cognoscente y al objeto cognoscible.
Para los empiristas, por ejemplo, las reglas por las que vinculamos
experiencias entre sí no son más que hábitos que decantan en nuestra
mente por la fuerza de la costumbre: si hoy las cosas se presentaron
vinculadas de cierta manera, y mañana lo hacen de igual modo, entonces
tendemos a imaginar que así se comporta necesariamente nuestro mundo.
Pero en verdad –según esta concepción- nada lo garantiza. La inclinación
de nuestra mente a generalizar esa experiencia sólo indicaría los riegos que
corremos al confiar en esas “extralimitaciones”. Valdría para los empiristas
lo que hemos observado en el ejercicio de la serie numérica: “hasta ahora
las cosas se presentaron de un cierto modo, ¿pero quién sabe luego? Nada
puede asumirse como necesario.
24
investigación que se desarrollan «desde la teoría a los datos»; y por la otra,
las que lo hacen «desde los datos a la teoría».
En el primer caso, las hipótesis estarían disponibles “al inicio” del trabajo
investigativo, y el proceso avanzaría derivando de ellas enunciados
observacionales como expresión empírica de dichas hipótesis. La expresión
empírica de las hipótesis, haría posible la obtención de los datos necesarios
para su posterior contrastación o puesta a prueba.
TEORÍA DATOS
TEORÍA DATOS
Deducción
25
TEORÍA DATOS
Inducción
MODELO
TEORÍA DATOS
26
que se desea comprender y algún otro fenómeno ya conocido. [cfr. Samaja,
op. cit.].
El uso que aquí hacemos del término «modelo» es, sin duda, excesivamente
amplio, porque incluye lo que hemos definido como modelizaciones
icónicas, narrativas (o figurativas), intelectivas (o reflexivas) y
operacionales.
P H
27
reflector. El proceso de reflexión es también el modelo de todas las
funciones psíquicas” (1974:545, las negritas me pertenecen RY).
dx/dt = ax -bx²-cxy
dy/dt= ey + c´xy 12
Donde dx/dt y dy/dt son las intensidades de cambio en los tamaños de las
poblaciones x e y, respectivamente, para un corto período de tiempo t;
mientras que a, b, c, e y c´ son constantes.
28
científica. Sin embargo, es posible reconocer que existe un cierto
desideratum conforme con el cual, las formas más precisas de modelización
se expresan (o es deseable que se expresen) en esquemas formales y
eventualmente matematizables.
13
Mientras que dentro de la mecánica clásica los cuerpos ocupaban un lugar definido en
el espacio, la teoría del campo electromagnético introducía la idea de un continuo a
través de todo el espacio (postulado que tenía su antecedente en la teoría ondulatoria de
la luz). Por su parte la teoría cinética de los gases sostenía que el calor era resultante de
una forma de movimiento molecular caótico. Esta teoría fue importante no sólo por sí
misma, sino también porque fue el primer ejemplo dentro de la física de una
formulación que sostenía que las regularidades estadísticas de conjunto en gran escala
pueden aparecer en el nivel macroscópico y son bastante independientes de los detalles
precisos de los movimientos irregulares y complicados que tienen lugar en el nivel
atómico [D. Bohm, op.cit.].
14
El principio de incertidumbre de Heisenberg, marcó uno de los hitos fundamentales de
esta tranformación. Según éste, en el Universo cuántico resulta formalmente imposible
29
científicos que se constituyeron sobre la base de teorías esencialmente
estadísticas" (D. Bohm, 1959)); las que reconocían entre otras cosas, la
existencia de niveles relativamente autónomos, cuyas propiedades no
resultaban reductibles a las propiedades de sus elementos. A partir de ellas
podía reconocerse también que alcanzado cierto estado cuantitativamente
crítico, el sistema podía transformarse de modo cualitativo. Con esta
concepción encontraba un límite infranqueable la idea de una determinación
absoluta de todos los estados posibles del universo a partir de un cálculo
preciso de un estado particular (Ynoub, R.; 1997).
30
parte se reproduce en la perspectiva de los fines del todo al
que sirve. Aparece en esta concepción la idea de finalidad y
funcionalidad.
31
d. La modelización dialéctica. Entre las escuelas psicológicas que
adoptan este paradigma se cuentan la epistemología genética y el
psicoanálisis freudiano. Pese a las diametrales diferencias que
existen entre ellas en términos de sus objetivos e intereses, en
ambos casos se puede identificar un recurrente esfuerzo por
precisar relaciones entre procesos de génesis y modos de
funcionamiento de estructuras.
32
Elaborar o formular la hipótesis supondrá seleccionar algunos atributos
resultantes o derivados del modelo asumido y postular algún tipo de
vínculo entre ellos.
- que existe evidencia empírica para postular una específica hipótesis (si
la hipótesis está al final),
Sin duda la diferencia más relevante entre ambas estrategias está dada por
la primacía de la “validación” en el primer caso, frente a la primacía del
“descubrimiento” en el segundo.
Esta estructura formal de las hipótesis puede ser descripta –siguiendo una
vez más a Kant- como una función de síntesis, por medio de la cual se
vinculan experiencias o hechos entre sí.
Kant pretendió haber identificado las formas más generales por las que |
nuestro intelecto realiza esas síntesis. Es decir, pretendió haber identificado
esas funciones de unidad (o unificación de lo diverso) bajo la forma de un
conjunto de juicios y categorías: de acuerdo con ello el conocimiento
(inmediato o mediato, intuitivo o discursivo) es siempre un proceso en el
que lo diverso es conducido hacia la síntesis.
33
Se requiere además que esos enunciados sobre regularidades presupuestas,
permitan o bien derivar predicciones particulares al modo de enunciados
observacionales o bien, derivar de dichos enunciados observacionales
aquellas regularidades.
Kant propone tres tipos de categorías con las que nuestro intelecto
establece relaciones entre hechos de experiencia. Adaptándolas a los fines
de esta reflexión las podríamos definir en los siguientes términos17:
34
- esquema explicativo hipótesis de causación o
precesualidad.
Se trata de una clasificación muy general, que pretende que todos los tipos de
investigaciones puedan incluirse en estos grandes esquemas.
La adoptaremos aquí por dos razones: por una parte porque se aproxima
bastante a la clasificación ya consagrada en la tradición metodológica; y por
otra porque encontramos una fundamentación lógico-filosófica en la tradición
crítica, tal como lo hemos citado previamente.
35
Resulta importante, sin embargo, distinguir distintos tipos de causalidad, ya
que cada uno de ellos expresa grados diversos de complejización en la
comprensión y abordaje de un tema de investigación.
* causalidad especificada A B
por variable interviniente
* multicausalidad A
D B
E
* causa recíproca A B
Pero si se avanza más allá de esta concepción, como ocurre por ejemplo,
con las investigaciones que buscan una causalidad funcional o histórica
formativa se pasa de una mera explicación en términos de «causas y
efectos» a una genuina «interpretación», la que en la clasificación
aristotélica correspondería a lo que él llamaba “causa final”.
Como lo hemos señalado previamente, pareciera ser cierto que entre las
facultades de nuestro intelecto se cuenta esa capacidad interpretativa.
Dicho de otro modo, algo se nos torna inteligible, no sólo cuando podemos
“atribuirle o describirlo conforme a sus propiedades o cualidades”; no sólo
“cuando lo vinculamos o relacionamos con otras cosas en vínculos de
causas y efectos”; sino también cuando le adjudicamos un sentido, cuando
lo “interpretamos”.
36
De modo que esta causalid final o funcional -como causalidad histórico
formativa supondrá el paso a las hipótesis hermenúticas o significantes.
C D
* causalidad funcional o final
A ≈> B
37
Esta concepción de los procesos de significación, permite encontrarle un
lugar a muy diversas estrategias investigativas.
Por una parte se pueden incluir aquí los nuevos diseños de investigación
basados en técnicas de simulación asistidos por computadora –propios de la
inteligencia artificial-.
38
momento, y en el contexto de esta presentación, no nos dedicaremos a
profundizar en este debate, por lo que nos limitamos a dejarlo indicado.
En este enunciado no se dice que algo es causa de otra cosa; sino que se
afirma un criterio de “interpretación” o de lectura. Ese criterio vincula
ciertos elementos asumidos como significantes con determinados o
presuntos significados: el «patrón reproductivo» se concibe ahora como
signo que expresa o es interpretado como «grado de reconocimiento
social».
39
En el primer ejemplo, habrá que probar o eventualmente constatar que la
atribución predicada es efectivamente un rasgo esencial y necesario del
fenómeno que se investiga. En nuestro ejemplo que esa pauta caracteriza
efectivamente a las mujeres indígenas.
19
Fue el lógico y semiótico, Charles Peirce el primero en usar esta metáfora de la
“adivinación” al referirse el procedimiento interpretativo (una crítica a la misma puede
encontrarse en Samaja, J.; 2003; op.cit.).
40
“es por efecto de la economía familiar que las mujeres indígenas
tienden a presentar un patrón de alta fecundidad”.
41
Pero, a pesar de los acuerdos, este tópico constituye también un asunto que
divide a las distintas concepciones epistemológicas. Según cómo se
conciba a cada uno de esos procesos (de creación y puesta a prueba de
hipótesis) se siguen distintas posiciones acerca de cuestiones tan básicas
como ¿qué es y qué no es ciencia?
Dado que no es este el lugar para tratar todos esos debates, nos limitaremos
a la revisión de cada uno de estos asuntos a la luz de una de las posiciones
epistemológicas que han tenido mayor impacto en el contexto científico
contemporáneo. Nos referimos a la desarrollada por K. Popper bajo la
fórmula de “método hipotético deductivo”.
42
condiciones de posibilidad del conocimiento científico desde los albores de
la modernidad.
a) Irracionalidad en el descubrimiento.
b) Convencionalidad en la justificación y puesta a prueba.
43
reconstrucción lógica de este proceso. Todo descubrimiento contiene
un «elemento irracional» o una «intuición creadora» en el sentido de
Bergson” (1934:30 y 31).
Esta afirmación justifica –por sí sola- el primer punto que hemos señalado
para describir su concepción del descubrimiento de hipótesis: si no hay
lógica posible, si es asunto de generación espontánea reductible a la
inventiva e inteligencia del sujeto creador de hipótesis, entonces, es posible
afirmar que se asume la irracionalidad en el comienzo.
Veremos más adelantes las consecuencias que esta posición tiene a la hora
de comprender e inteligir la validez del edificio que sostiene toda práctica
científica.
Los empiristas habían andado este camino –tropezando aquí y allá con
diversos fracasos y dificultades. Desde los primeros dictámenes del
empirismo anglosajón hasta los enunciados protocolarios de los más
actuales empiristas lógicos; se habían topado con límites infranqueables en
la búsqueda de dar con criterios que garantizaran el acceso directo y no
mediado a la experiencia misma. Si la ciencia, a diferencia de la filosofía,
es conocimiento basado en los hechos, y si ese conocimiento debe estar
despojado de toda presunción teórica previa ¿por qué medios alcanzar ese
acceso directo? Cualquier esfuerzo por decir algo del mundo empírico nos
pone inmediatamente ante mediadores para acceder a él: el mismo
lenguaje, en primer término y los recursos instrumentales que utilizamos
para conocerlo, en segundo lugar22.
21
“¡Física, cuídate de la metafísica!” reza la conocida máxima newtoniana.
22
Estas dificultades las advierte y señala con claridad el mismo Popper: “Los
positivistas, en sus ansias de aniquilar la metafísica, aniquilan juntamente con ella la
ciencia natural. Pues tampoco las leyes científicas pueden reducirse lógicamente a
enunciados elementales de experiencia” (Popper, K.; 1934:36).
44
Además de estas dificultades el empirismo enfrenta el llamado problema de
la inducción: ¿cómo saber si lo que observamos, medimos, registramos en
el marco de una cierta experiencia; expresa una pauta universal y necesaria
del fenómeno que analizamos?23
23
“Mi principal razón para rechazar la lógica inductiva es precisamente que no
proporciona un rasgo discriminador apropiado del carácter empírico, no metafísico, de
un sistema teórico; o, en otras palabras, que no proporciona un criterio de demarcación
apropiado” (Popper, K., op. cit.:34).
45
Todos los planetas giran en una órbita.
Por otra parte se advierte que la hipótesis sustantiva no puede ser probada:
no hay experiencia empírica que de manera concluyente nos permita tomar
nota de la situación de todos los planetas (ya que no sabemos cuántos hay,
y ni siquiera si su número es finito).
24
La deducción completa sería del siguiente tipo: Todos los planetas giran en una órbita
(premisa mayor); Mercurio es un planeta (premisa menor). Mercurio gira en una órbita
(conclusión).
46
que parece tan contradictoria con la historia de la ciencia- la erige Popper
en el criterio mismo del progreso científico!!
47
iniciales, el planeta debe ser observable en puntos diferentes de la elipse en
momento determinados. Esta última formulación es la efectivamente
contrastable por experiencia
De modo que, de acuerdo con esto, -y pese a los rodeos semánticos del
mismo Popper- la falsación procede por vía inductiva!!
En los siguientes términos presenta Samaja, este giro inesperado –y
encubierto- de Popper:
48
constatara la presencia del planeta en los lugares previstos por dicha
predicción).
¿Deberíamos abandonar ipso facto nuestra hipótesis inicial?
¿No podríamos, todavía, poner en cuestión muchas otras cosas –antes de la
hipótesis misma-?, ¿no podríamos preguntarnos:
Este tipo de preguntas son las que aparecen en la práctica investigativa real.
Popper advirtió gran parte de estos problemas, lo que lo condujo a hacer
algunos ajustes que dieron lugar al llamado falsacionismo metodológico.
Esa versión renovada del falsacionismo se proponía precisar el problema de
la llamada «base empírica». Así describe Lakatos el nuevo enfoque:
49
teoría sobre la fisiología humana si llamamos «observacionales» a los
resultados de nuestra visión)25.
50
demarcatorios con los que Popper pretende diferenciar el método de la
ciencia –de otros métodos no científicos- no se constatan en la historia de la
ciencia. Dicho de otro modo, se encuentra gran cantidad de evidencia
empírica para rechazar varios de los presupuestos de la concepción
falsacionista.
Fue Irme Lakatos (1922-1974) quien sistematizó y preciso los límites que
presentaba la versión original del falsacionismo dogmático y su posterior
desarrollo –al que llamó- falsacionismo metodológico ingenuo.
Según Lakatos, los supuestos en los que descansa esta versión del
falsacionismo no sólo no se cumplen, sino que además “la irrefutabilidad (o
la imposibilidad de falsar) una teoría parecería ser el rasgo característico de
la ciencia:
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Por otra parte, no es posible establecer la base empírica o el conjunto de
falsadores potenciales de una teoría de manera absoluta. Las teorías que
contienen leyes probabilísticas resultan irrefutables por su propia
naturaleza; mientras que gran parte de la puesta a prueba de teorías
relevantes, requiere de la incorporación de una cláusula ceteris paribus que
exige que no exista ningún otro factor además del considerado en la
hipótesis a la hora de la puesta a prueba de la misma.
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más importantes resultan de la confirmación más que de la falsación”
(ibidem).
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Otro ejemplo -que ilustra de manera contundente la fuerza de la heurística
positiva en un PIC-, lo constituyen las “anomalías” detectadas en el
perihelio de Mercurio.
Durante largo tiempo los científicos advirtieron que la trayectoria de
Mercurio no coincidía con la esperada de acuerdo a las leyes newtonianas.
Aceptar esta “anomalía” hubiera significado abandonar o rechazar las leyes
de Newton –que constituían el núcleo duro del programa de investigación
de la física clásica- (lo cual debía haber sucedido si las cosas fueran como
lo preveía el falsacionismo dogmático e incluso el metodológico ingenuo).
Pero los investigadores no abandonaron su núcleo teórico, postularon en
cambio que “debía de haber otro cuerpo celeste cuya presencia no se habría
constatado, pero que era el causante de la desviación de la órbita de
Mercurio”.
Esa presunción constituye un ejemplo de “hipótesis auxiliar” (promovida
por la heurística positiva del programa newtoniano) que viene a poner a
salvo al núcleo teórico de la física clásica.
La supuesta masa distorsionante nunca fue constatada y sin embargo la
comunidad científica convivió con esa “anomalía” durante muchos años,
sin considerarla una “experiencia crucial” (que como tal obligaría a
rechazar los principios de base de la teoría newtoniana). Y esto, porque a
toda experiencia falsadora se le puede anteponer siempre la clásula ceteris
paribus. Dicho de otro modo, siempre (siempre!) es posible postular un
sinnúmero de circunstancias que distorsionan o alteran las condiciones
experimentales: en este caso que no se disponía de la tecnología adecuada
para identificar el objeto; que la masa que se busca permanece oculta por
alguna razón aún no conocida, etc.; etc.; etc.
Debió pasar mucho tiempo antes que las anomalías de las órbitas de
Mercurio fueran tomadas en cuenta como “experimento crucial”: y ello
debido a que la teoría de la relatividad –que sucedió a la física newtoniana-
fue capaz de explicar no sólo esa anomalía sino además todo el contenido
no refutado de la teoría de Newton.
Esta versión del falsacionismo niega, en primer lugar, que las refutaciones
constituyan la causa del abandono de una teoría: las teorías se abandonan
cuando existe una teoría mejor que explique lo que ya explica la teoría
anterior conjuntamente con hechos nuevos no explicado por aquella.
Esto implica –entre otras cosas- reconocer que toda teoría convive con
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distintos grados de “anomalías” y disconfirmaciones!! Y que este rasgo no
es excepcional sino característico de la ciencia.
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a) En primer término el paso a una posición historicista (y no
“prescriptivista”) de Lakatos: no se trata de fijar un criterio a partir del
cual prescribir qué es y qué no es ciencia, qué se debe hacer y qué no se
debe hacer si se quiere hacer ciencia. El prescriptivismo le quita
precisamente valor científico al falsacionismo popperiano. Lakatos llega a
afirmar incluso que Popper es a-historicista:
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corrobaración de ese exceso de contenido- es empírico y puede requerir
tiempo indefinido:
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racionalmente fundado (y por ende, sistemático). La ciencia no
consiste en el mero hallazgo de una hipótesis sustentable, sino
también, y quizás en mayor medida, en la incorporación del
contenido de tal hipótesis en un sistema teórico de conocimientos”
(Samaja, J.; 2003, s/p).
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a. La hipótesis sustantiva:
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“la participación en diferentes credos religiosos protege de manera
diferencial contra el suicidio”
Se advierte que, para asumir que esta hipótesis de trabajo constituye una
adecuada expresión de los conceptos expresados en la hipótesis sustantiva,
hay que admitir (o aceptar como válido) que la “religión” resulta un
aspecto relevante para evaluar “la cohesión social de un grupo” (desde la
perspectiva del método diremos que es un “indicador” adecuado para medir
la variable “cohesión social”)27.
27
Este ejemplo es una adaptación de algunas de las hipótesis que desarrolla Emilio
Durkheim en su clásica obra “El Suicidio” (cfr. Durkheim, 1965).
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Estas decisiones indicadoras se completan con la elaboración de una
estrategia instrumental para la recopilación o la producción de la
información.
Los tres tipos de hipótesis que estamos considerando podrían ponerse en co-
rrespondencia con cada una de las fases en las que se despliega el proceso de
investigación.
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Siguiendo a Samaja (1993) proponemos considerar a ese proceso, como un
recurrente esfuerzo de validación de cada una de las hipótesis. Dicho de otro
modo, en cada fase habrá que dar cuenta y justificar las decisiones que se to-
man (“descubrimiento”), y las inferencias que se hacen a partir de datos y
teoría.
Sirviéndonos de una jerga que proviene del derecho procesal, pero que por
muchos caminos coincide con la lógica de la investigación (por razones que
se podrían justificar) designaremos a esta validación como validación conclu-
sional. Dicho de otro modo, las conclusiones que finalmente se alcancen –
aún cuando se puedan concebir como puntos de partida para nuevos ciclos de
investigación- deberán mostrarse adecuadas para encuadrar los hechos en la
teoría.
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Fase sincrética Fase analítica
Fase sintética
Hipótesis de integración
(validación conclusional )
Quisiéramos enfatizar una vez más la posición desde la que hacemos esta
lectura del proceso. Se trata de un análisis metateórico. En el ejercicio de su
práctica investigativa el investigador/a no tiene que explicitar en cada caso
qué tipo de validación compromete las decisiones que va tomando.
La comprensión de esta lógica interesa fundamentalmente a la reflexión
metodológica.
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III.11. Tipos de hipótesis (sustantivas) según esquemas de investigación:
algunas ejemplificaciones ilustrativas.
Investigaciones descriptivas.
Investigaciones explicativas.
Investigaciones interpretativas.
Las investigaciones que transitan una fase exploratoria tienen como objetivo
avanzar en la delimitación y mejor formulación de su problema.
Esta situación ha llevado a que muchos autores sostengan que en este tipo de
investigaciones no se trabaja con hipótesis.
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“¿cuáles son las concepciones de la ciencia que tienen los estudiantes
de economía?¿cómo varían esas concepciones a lo largo de su
formación; según la características de las materias que han cursado,
etc.?
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Gran parte de las restantes investigaciones descriptivas se caracterizan por
disponer ya de dimensiones o variables relativamente especificadas. Por lo
tanto, el fin de estas investigaciones se orienta a precisar el
comportamiento de estas variables; tomadas de manera independiente o en
conjunto –evaluando sus múltiples relaciones.
Sin embargo, no siempre resulta posible predecir si esa relación será “en más,
en menos o en tal proporción”; como en el siguiente ejemplo:
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comportamiento de dichas variables, sino además examinar los vínculos de
determinación entre ellas.
X Y correlación
X Y relación causal
X es la causa de Y;
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La causa eficiente: principio del movimiento; lo que provoca el cambio o el movimiento. La causa
material: aquello de lo cual el ente está hecho, aquello de lo cual surge o por medio de lo cual llegar a ser
lo que es.
29
Como se puede advertir la concepción de causa implícita en este ejemplo corresponde a la “causación
contribuidora o parcial” es decir, de tipo probabilística. Este tipo de atribución causal probabilística es
frecuente en las ciencias sociales. Como lo señala Selltiz et.al. “En las ciencias sociales resulta muy difícil
pensar en factores que sean tanto necesarios como suficientes para la producción de un efecto”.
(19801:166).
67
o
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Gráficamente la primera formulación sería del siguiente tipo:
Tipo de enseñanza
(grupal/individual)
Rendimiento del
alumno
(alto/medio/bajo)
Motivación por logros
(con o sin motivación)
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En el reconocimiento de la situación descripta, Buckley, postula una serie de
relaciones que superan en su formulación los modelos causales básicos. Entre
ellos menciona:
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un conjunto de posibilidades que se abren como alternativas futuras por
referencia a los contextos respectivos en que esos estados se vivencian y
representan.
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tendencia antisocial”. Sin embargo, al menos en este caso, el investigador
no se detiene en la constatación de esa relación, sino que avanza hacia la
interpretación del proceso que permite comprender e interpretar el efecto
de la deprivación sobre el comportamiento social.
x significa y32
32
Utilizo las minúsculas para indicar que no se trata de variables sino de estados o
valores de potenciales variables.
33
Como quedó dicho previamente, lo tomo de J. Samaja (2003).
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III.12. Algunas referencias generales para la formulación de hipótesis.
Dicho de otro modo, no sólo es difícil formular una hipótesis, sino también
identificar criterios generales para guiar esa formulación.
Pese a.a La
ellohipótesis
enunciaremos a continuación algunas sugerencias a tener en
sustantiva constituye una solución tentativa a los problemas
cuenta, aque
la motivan
hora de laformular hipótesis de investigación de tipo científica:
investigación;
* La solución que se propone en la hipótesis no es la que
necesariamente se va a encontrar al analizar los resultados
empíricos obtenidos en la investigación; es sólo la que, el
investigador/a estima que tiene la mayor probabilidad de
producirse empíricamente.
* Cuánto más ampliamente fundada esté esa presunción más altas serán
las probabilidades de estar en lo cierto. El término “fundada” alude a: a)
las referencias teóricas que apoyan esa presunción; b) las experiencias o
modelos análogos que iluminan las conjeturas de la hipótesis; c) las
experiencias previas que orientar la búsqueda del/la investigador/a, etc.
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Bibliografía.
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