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Traducido por M. Amelia Herrera
1. - EGO Y SELF.
El descubrimiento más básico y trascendente de Jung es el inconsciente
colectivo o psiquis arquetípica. A través de sus investigaciones podemos saber
actualmente que la psiquis individual no es sólo producto de la experiencia
personal. Tiene también una dimensión pre-personal o transpersonal que se
manifiesta en patrones e imágenes universales que se encuentran en todas las
religiones y mitologías del mundo. El siguiente descubrimiento de Jung fue que
la psiquis arquetípica tiene un principio estructurador u ordenador que unifica
los distintos contenidos arquetípicos. Este es el arquetipo central o arquetipo
de la totalidad que él denominó Self.
Existen también otros temas e imágenes asociados que se refieren al Self. Temas
tales como totalidad, completud, la unión de los opuestos, el punto central
generativo, la nave del mundo, el eje del universo, el punto creativo donde Dios
y el hombre se encuentran, el punto desde donde fluyen las energías
transpersonales hacia la vida personal, eternidad como opuesto al flujo
temporal, incorruptibilidad, lo inorgánico paradójicamente unido con lo
orgánico, estructuras protectoras capaces de lograr el orden dentro del caos, la
transformación de la energía, el elixir de la vida- todo se refiere al Self, la
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fuente central de energía de vida, el fundamento de nuestro ser que es mejor
descrito como Dios. Ciertamente, las fuentes más ricas para el estudio
fenomenológico del Self son las innumerables representaciones que el hombre ha
hecho de la deidad.
Ya que existen dos centros autónomos del ser psíquico, la relación entre los
dos centros tiene una importancia vital. La relación del ego con el Self es
altamente problemática y corresponde mucho a la relación del hombre con su
creador, como se muestra en los mitos religiosos. De hecho, el mito puede ser
visto como una expresión simbólica de la relación ego-Self. Muchas de las
vicisitudes del desarrollo psicológico pueden ser entendidas en términos de la
relación cambiante entre ego-Self en la distintas etapas de crecimiento
psíquico. Es esta evolución progresiva de la relación ego-Self lo que me
propongo examinar.
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correcta sería una circular que se podría diagramas así:
De acuerdo con este punto de vista, la relación entre el ego y el Self en las
distintas etapas del desarrollo podrían ser representadas en los siguientes
diagramas:
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el trozo más pequeño y el Self el trozo más grande de la totalidad. Esta
dificultad es inherente en este tema. Si hablamos racionalmente, inevitablemente
tenemos que hacer una distinción entre el ego y el Self, la cual contradice
nuestra definición de Self. El hecho es que la concepción del Self es una
paradoja. Es al mismo tiempo el centro y la circunferencia del círculo de la
totalidad. Considerar al ego y al Self como dos entidades separadas es
solamente un recurso racional necesario para distinguir estas cosas.
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ego-Self.
El proceso por medio del cual se despliegan estas etapas del desarrollo
constituye un ciclo alternado que se representa en el diagrama Nº 5 (que no
aparece en este texto, si puedo se los copio del libro original). En la medida
en que este ciclo se repite una y otra vez a lo largo del desarrollo psíquico,
produce una diferenciación progresiva del ego y del Self. En las primeras
fases, que representan aproximadamente la primera mitad de la vida, el ciclo es
experimentado como una alternancia entre dos estados: inflación y alienación.
Más adelante aparece un tercer estado, cuando el eje ego-Self logra la
conciencia (figura 3), el cual se caracteriza por una relación dialéctica
conciente entre el ego y el Self. Este estado es la individuación. En este
capítulo se considerará la primera etapa: inflación.
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es una deidad. Este es el estado original de totalidad y perfección inconsciente
que es responsable de la nostalgia que todos tenemos de nuestros orígenes, tanto
personal como histórico.
Muchos mitos muestran el estado original del hombre como un estado circular, de
totalidad, de perfección o paradisíaco. Por ejemplo, está el mito Griego
registrado por Hesíodo, de las cuatro edades del hombre. La primera, la edad
original, era la edad de oro, un paraíso. La segunda era la edad de plata, un
periodo matriarcal donde los hombres obedecían a las madres. La tercera edad
era la edad de bronce, un periodo de guerras. Y la cuarta edad era la edad de
hierro, el periodo en el que él estaba escribiendo, el cual era completamente
degenerado.
En la edad de paraíso la gente está unida con los dioses. Esto representa el
estado del ego que está aún como no nacido, que no se ha separado todavía del
útero del inconsciente y que, por lo tanto, todavía participa de la completud y
totalidad divina.
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Aquí es especialmente evidente la actitud inflada, arrogante. Ser redondo en el
periodo inicial de la existencia es equivalente a asumirse como un ser total y
completo y, por lo tanto, un dios que puede hacer todas las cosas. Existe un
interesante paralelo entre el mito del hombre original redondo y los estudios
del arte pre-escolar hechos por Rhoda Kellog. Ella ha observado que el mandala
o imagen circular parece ser la figura predominante en los niños pequeños que
están recién aprendiendo a dibujar. Al comienzo, un niño de dos años con un
lápiz en la mano sólo garabatea, pero pronto parece interesarse en la
intersección de las líneas y empieza a hacer cruces. Luego la cruz está
encerrada por un círculo y tenemos el patrón básico del mandala. Cuando el niño
intenta dibujar figuras humanas, ésta primero emerge como un círculo,
contraviniendo a toda experiencia visual, con los brazos y piernas representados
como extensión del círculo en forma de rayos (cuadro 1 pág. 29). Estos estudios
entregan datos empíricos claros que indican que el niño vivencia al ser humano
como redondo, una construcción como un mandala, y verifica de manera
impresionante la verdad psicológica del mito platónico del hombre original
redondo. Los terapeutas infantiles también encuentran que el mandala es una
imagen operativa, sanadora en los niños pequeños (cuadro 2, pag. 30). Todo esto
indica que, hablando simbólicamente, la psiquis humana fue originalmente
redonda, total, completa; en un estado de unicidad y auto suficiencia que es
equivalente a la deidad misma.
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Desde el punto de vista de los años posteriores, la conexión cercana del ego
del niño con la divinidad es vista como un estado de inflación. Muchas
dificultades psicológicas posteriores se deben a los residuos de esa
identificación con la deidad. Considere, por ejemplo, la psicología del niño en
los primeros cinco años aproximadamente. Por un lado es un tiempo de gran
naturalidad de percepción y respuesta; el niño está en contacto inmediato con
las realidades arquetípicas de la vida. Está en la etapa poética original;
poderes transpersonales magníficos y terroríficos están acechando en cada evento
común y diario. Pero, por otra parte, el niño puede ser una pequeña bestia
egoísta, lleno de crueldad y codicia. Freud describió la etapa infantil como
una etapa perversa polimorfa. Es una descripción brutal, pero en parte es
verdad. La infancia es inocente, pero también es irresponsable. Por lo tanto,
tiene todas las ambigüedades de estar firmemente conectada con la psiquis
arquetípica y su energía extrapersonal; y, al mismo tiempo, estar
inconscientemente identificada con ella e irrealmente relacionada a ella.
Los niños comparten con el hombre primitivo la identificación del ego con la
psiquis arquetípica y del ego con el mundo externo. En los primitivos no se
distingue claramente el adentro y el afuera. Para la mente civilizada, los
primitivos están más espontáneamente relacionados con la naturaleza y sintonizan
con los procesos de la vida; pero ellos son salvajes y caen, al igual que los
niños, en las mismas faltas de inflación. El hombre moderno, alienado de la
fuente del significado de la vida, percibe la imagen del primitivo como un
objeto de deseo. Esto da cuenta del concepto de Rousseau del “noble salvaje” y
otros trabajos más recientes que expresan la nostalgia de la mente civilizada
por la comunión mística con la naturaleza que han perdido. Esta es una
perspectiva, pero también existe un lado negativo. La vida real del primitivo
es sucia, degradante y obsesionada por el terror. No quisiéramos esa realidad
ni por un minuto. Es al primitivo simbólico al cual añoramos.
Cuando uno mira hacia atrás, hacia su origen psicológico, éste tiene una
connotación doble: primero, es visto como una condición del paraíso, de
totalidad, un estado de ser uno mismo con la naturaleza y los dioses, un estado
infinitamente deseable; pero luego, debido a nuestros estándares humanos
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concientes que están relacionados con la realidad témporo espacial, éste es
considerado un estado inflado, una condición de irresponsabilidad, de lujuria,
arrogancia y deseo puro. El problema básico para el adulto es cómo lograr la
unión con la naturaleza y con los dioses, unión que el niño tiene, sin que se
produzca una inflación por identificación con ellos.
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incurable en este proceso que vive el niño de aprender que él no es el dios que
creía ser. Está exiliado del paraíso, y se produce una herida y separación
permanente.
Las experiencias de alienación continúan de manera progresiva hasta la vida
adulta. Uno siempre está enfrentando un proceso doble. Por una parte nos
enfrentamos con los encuentros reales que nos da la vida, los cuales están
permanentemente contradiciendo los supuestos inconscientes del ego. Así es como
el ego crece y se separa de su identidad inconsciente con el Self. Al mismo
tiempo, debemos mantener una constante cercanía entre el ego y el Self para
mantener la integridad de la personalidad total, de otra manera existe un
peligro real de que, cuando el ego se está separando del Self, se dañe la
conexión vital que se da entre ellos. Si esto sucede de manera significativa,
nos alienamos de las profundidades de nosotros mismos y estamos listos para
sufrir una enfermedad psicológica.
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entre los locos de que son Cristo o Napoleón, se explica mejor como una
regresión al estado original infantil donde el ego está identificado con el
Self. Las ideas de referencia son también síntomas de una fuerte identidad
ego-Self. En tales casos el individuo se imagina que ciertos hechos objetivos
tiene una relación escondida con él. Si es paranoide, la fantasía será
persecutoria. Por ejemplo, recuerdo una paciente que vio a unos hombres
arreglando los cables de teléfono en un poste justo delante de su ventana. Ella
interpretó este hecho como que le estaban poniendo un micrófono para espiar sus
conversaciones telefónicas y así obtener evidencias en contra de ella. Otro
paciente pensaba que el relator de noticias de televisión le estaba mandando un
mensaje privado a él. Tales fantasías surgen de un estado de identidad ego-Self
que supone que uno es el centro del universo y desde ahí le agrega un
significado particular a los hechos externos que son, de facto, absolutamente
indiferente a la propia existencia.
(La vida provisoria) muestra una actitud que es inocente de toda responsabilidad
en relación a los hechos circunstanciales de la realidad, como si los padres, el
estado o la Providencia se encargaran de ellos… Es un estado de
irresponsabilidad y dependencia infantil.
M.L. Von Franz describe la misma condición como una identificación con la
imagen del puer aeternus. Esa persona lo que está haciendo:
… no es lo que realmente quiere, y existe la fantasía de que alguna vez en el
futuro la cosa real va a aparecer. Si esta actitud se prolonga, implica una
constante negación interna a comprometerse con el momento presente. Junto a
esto, a menudo se presenta, en menor o mayor grado, un complejo de salvador, o
mesiánico, con la secreta esperanza de que un día será capaz de salvar al mundo;
que encontrará la última palabra en filosofía, o religión, o política, o arte, o
en algo. Esto puede ir tan lejos como para llegar a ser una típica megalomanía
patológica, o pueden aparecer rasgos de ella en la idea de que el tiempo propio
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“aún no ha llegado”. Lo más temido para ese tipo de persona es sentirse
amarrado en lo que sea. Existe un temor muy fuerte de ser atado, de entrar
completamente a un tiempo y espacio, y de ser el mero ser humano que uno es.
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puro principio del placer también son inflación. Cualquier deseo que considere
que su propia satisfacción es el valor central, trasciende los límites reales
del ego y, por lo tanto, está asumiendo atributos de poderes transpersonales.
Existe también una inflación negativa. Esta puede ser descrita como una
identificación con la víctima divina, un sentimiento excesivo y desatado de
culpa y sufrimiento. Vemos esto en los casos de melancolía que expresan el
sentimiento de que “nadie en el mundo es tan culpable como yo.” Esto es
demasiada culpa. De hecho, el hacerse cargo de “demasiado” de cualquier cosa es
indicativo de inflación porque trasciende los límites propiamente humanos.
Demasiada humildad como también demasiada arrogancia. Demasiado amor y altruismo
como demasiada lucha por el poder y egoísmo, todos son síntomas de inflación.
Los estados de identificación del anima y del animus también pueden ser vistos
como inflación. Los pronunciamientos arbitrarios del animus equivalen a un dios
hablando, y también lo son los hoscos resentimientos del hombre poseído por el
anima que dice “Sé como yo te digo que seas, o me voy; y sin mí tú te vas a
morir”.
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No puedo trascender la experiencia y la experiencia es mi experiencia. De esto
se desprende que no existe nada más allá de mí; porque lo que es experimentado
es su (del Self) estado.
De acuerdo al relato del génesis, Dios puso al hombre en el Jardín del Edén y
le dijo: “Puedes libremente comer de cualquier árbol del jardín, pero no comerás
del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que comas de él
morirás”. Luego sigue la creación de Eva de la costilla de Adán y la tentación
de Eva hecha por la serpiente, quien le dijo: “No morirás. Porque Dios sabe que
cuando comas de ese árbol se abrirán tus ojos y serás como Dios, y conocerás el
bien y el mal.” Entonces Adán y Eva comieron del fruto. “Entonces sus ojos se
abrieron y supieron que estaban desnudos; cosieron hojas de higueras y se
taparon con ellas.” Dios descubrió su desobediencia y los maldijo, después de
lo cual se encuentran estas significativas palabras. “Entonces el Señor Dios
dijo, ‘He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conocedor
del bien y el mal; ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del
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árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre’; por lo tanto, el Señor
Dios lo expulsó del Jardín del Edén a labrar la tierra de la cual había salido.
Sacó al hombre, y al este del jardín puso a un querubín con una espada en llamas
que giraba en todas direcciones, para proteger el camino hacia el árbol de la
vida.”
Otro rasgo que indica la totalidad original es la creación de Eva desde Adán.
Claramente Adán fue originalmente hermafrodita, de otra manera no se habría
podido hacer una mujer de él. Es posible que tengamos aquí vestigios de un mito
anterior en el cual el hombre original era definitivamente hermafrodita. Sin
duda este mito anterior fue modificado por la actitud patriarcal parcial de los
hebreos, la cual despreciaba el componente femenino de la psiquis, reduciéndolo
a no más que una costilla de Adán. La separación de Adán en componentes
masculinos y femeninos es un proceso paralelo y equivalente a su separación del
Jardín del paraíso. En cualquier caso, el efecto es que el hombre queda
separado y alienado de su totalidad original.
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El mito representa el nacimiento de la conciencia como un crimen que aliena al
hombre de Dios y de su totalidad original pre-conciente. La fruta es claramente
simbólica de la conciencia. Es la fruta del árbol del conocimiento del bien y el
mal, lo cual significa que permite el conocimiento de los opuestos, siendo ésta
una característica específica de la conciencia. Así, de acuerdo con este mito y
con las doctrinas teológicas que se apoyan en él, la conciencia es el pecado
original, el hybris original, y la causa básica de todo el mal en la naturaleza
humana. Sin embargo, otros han entendido esto de manera diferente. Los Ofitas,
una secta gnóstica, veneraban la serpiente. Esencialmente tenían el mismo punto
de vista que la psicología moderna. Para ellos la serpiente representaba el
principio espiritual que simboliza la redención de la esclavitud al demiurgo
que creó el Jardín del Edén y que quería mantener al hombre en la ignorancia.
Consideraban buena a la serpiente y malo a Yahvé. Psicológicamente la serpiente
es el principio de gnosis, conocimiento o conciencia emergente. La tentación de
la serpiente representa el impulso a la auto realización en el hombre, y
simboliza el principio de individuación. Algunas sectas gnósticas aun
identificaban la serpiente en el Jardín del Edén con Cristo.
Otro rasgo de la “caída” hacia la conciencia es que Adán y Eva se dieron cuenta
de su desnudez. La sexualidad y los instintos en general se vuelven, entonces,
tabú y objetos vergonzosos. La conciencia como principio espiritual ha creado
un contrapunto a la función animal natural e instintiva. La dualidad, la
disociación y la represión nacieron en la psiquis humana junto con el nacimiento
de la conciencia. Esto significa simplemente que la conciencia, para existir
por derecho propio, debe, inicialmente al menos, ser antagónica con el
inconsciente. Este conocimiento nos enseña que todas las teorías psicológicas
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utópicas que asumen que la personalidad humana puede ser completa y saludable
sólo si no está sujeta a represión sexual e instintiva en la infancia, están
equivocadas. Las etapas necesarias e innatas del desarrollo psíquico requieren
una polarización de los opuestos, conciente versus inconsciente, espíritu versus
naturaleza.
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comer el fruto del árbol de la vida después de la caída, ellos han logrado ambas
cosas, la conciencia y la inmortalidad. Yahvé se opone a cualquiera de esas
violaciones en sus dominios y pone al querubín con la espada flameando como un
obstáculo. Sin embargo, la leyenda Judía antes mencionada nos da algunas claves
de cómo se puede encontrar el árbol de la vida. Se puede llegar a él abriendo
un camino a través del seto del árbol del conocimiento del bien y el mal. Es
decir, uno debe repetidamente aceptar la tentación de la serpiente,
repetidamente comer la fruta del conocimiento y de esa manera hacerse el camino
hacia el árbol de la vida. En otras palabras, sólo se puede lograr la
recuperación de nuestra totalidad perdida probando y asimilando los frutos de la
conciencia por completo.
Vemos fragmentos de este tema de la caída original del hombre en muchos sueños
a lo largo del tratamiento analítico. Son muy comunes en los momentos cuando
están surgiendo nuevos discernimientos (insights) de conciencia. Es común en
los sueños el tema de encontrar o ser mordido por una serpiente. Esto último
generalmente tiene el mismo significado que tuvo para Adán y Eva sucumbir a la
tentación de la serpiente en el Jardín del Edén; es decir; que la manera antigua
de estar se está perdiendo y que un nuevo discernimiento de conciencia está
naciendo. Esto es, a menudo, experimentado como algo alienante y peligroso, por
lo que nunca es un sueño agradable. Pero, al mismo tiempo, esa mordedura
generalmente inicia una actitud y orientación totalmente nueva. Casi siempre
es un sueño de transición muy importante. También los sueños en que uno ha
cometido un crimen pueden tener el mismo significado que el crimen original:
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robarse la fruta. Aquello que es un crimen en una etapa de desarrollo
psicológico, es algo legal y adecuado en otra etapa, y uno no puede acceder a
una nueva etapa de desarrollo psicológico sin atreverse a desafiar el código de
la etapa anterior. De esto se puede desprender que cada nuevo paso es
experimentado como un crimen y es acompañado de culpa, porque los viejos
estándares, las viejas maneras de ser aún no han sido trascendidas. Por lo
tanto, el primer paso conlleva el sentimiento de ser un criminal. Los sueños en
que a uno le dan frutas para comer –manzanas, cerezas, tomates- pueden tener el
mismo significado. Son alusiones al tema de comer la fruta prohibida y
representan una introducción a una nueva área de “darse cuenta” con conciencia,
con muchas de las mismas consecuencias del hecho original de haber comido la
fruta.
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título es Un Hombre Entre Espinas.
Luego la escena cambia. Mi hermana me ha hecho una inmensa torta negra de
chocolate. Está cubierta con una delgada capa de azúcar roja que parece una
malla roja. Aunque el chocolate siempre me ha estado prohibido porque soy
alérgico a él, me como la torta y no tengo ningún efecto negativo.
Algunas de las asociaciones del soñante fueron las siguientes: Vio a Kierkegard
como una figura complicada, un hombre en conflicto entre los opuestos,
especialmente el conflicto entre las actitudes estéticas y religiosas. Su libro
O/O representa todo el problema de los opuestos. El título del libro, Un Hombre
Entre Espinas, le recordó a Cristo y su corona de espinas. En cuanto a la torta
de chocolate, el soñante dijo que él siempre la consideró un veneno porque lo
enfermaría. La cubierta de azúcar roja, como “malla roja” le recordó como “algo
que el demonio podría usar”.
Aunque el soñante afirme que se comió la torta sin tener efectos negativos, las
consecuencias se presentan simbólicamente en la primera escena del sueño. No
importa que esta escena presida a la del comerse la torta. La secuencia
temporal y la causalidad no se aplican en los sueños. Cuando un sueño tiene
varias escenas, éstas generalmente representan distintas maneras de describir la
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misma idea central. En otras palabras, la corriente de imágenes en los sueños
circunvoluciona ciertos núcleos centrales, más que avanzar en línea recta como
lo hace el pensamiento racional. Así, estar en una atmósfera de Kierkegard y
comprara un libre llamado “Un Hombre Entre Espinas” es sólo una variante
simbólica de la imagen de comer una torta negra venenosa. Comer la torta
significa entra en la experiencia de conflicto de Kierkegard y comprender al
hombre entre espinas, sea éste Cristo que soportó la tensión más extrema de los
opuestos al ser Dios y hombre al mismo tiempo, o Adán que al ser expulsado del
paraíso fue obligado a arar la tierra que producía espinas y abrojos.
En la mitología Griega existe un mito paralelo al drama del Jardín del Edén.
Me refiero al mito de Prometeo. De manera simple se puede describir así:
Prometeo presidía la acción de dividir la carne de las víctimas del sacrificio
entre los dioses y los hombres. Anteriormente no había habido necesidad de
dividirlas porque los dioses y los hombres comían juntos (identidad ego-Self).
Prometeo le hizo trampa a Zeus ofreciéndole sólo los huesos del animal cubiertos
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por una capa de tentadora grasa. Para el hombre reservó toda la carne comible.
Zeus, furioso por esta trampa, retiró el fuego del hombre. Pero Prometeo se
introdujo al cielo, robó el fuego de los dioses y se lo dio a la humanidad. En
castigo por este crimen, Prometeo fue encadenado a una roca donde cada día un
buitre desgarraba su hígado y cada noche era sanado nuevamente. El castigo
también fue enviado a su hermano Epimeteo. Zeus hizo una mujer, Pandora, a
quien envió con una caja donde Epimeteo. Desde la caja de Pandora salieron
todas las enfermedades y sufrimientos que asolan la humanidad: vejez, trabajo
duro, enfermedad, vicio y pasión.
El proceso de dividir la carne del animal de sacrificio entre los dioses y los
hombres, representa la separación del ego de la psiquis arquetípica o Self. El
ego, para establecerse como entidad autónoma, debe apropiarse de comida
(energía). El robo del fuego es una imagen análoga para el mismo proceso.
Prometeo es la figura Luciférica cuyas osadías inician el desarrollo del ego al
precio del sufrimiento.
Todo esto se refiere a las consecuencias inevitables que se dan por llegar a
ser conciente. El dolor y el sufrimiento y la muerte son previos al nacimiento
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de la conciencia, pero si no existe un estado de conciencia para
experimentarlos, no existen psicológicamente. La desgracia se anula si la
conciencia no está presente para darse cuenta de ella. Esto explica la tremenda
nostalgia por el estado inconsciente original. En ese estado uno está libre de
todo sufrimiento que inevitablemente trae el estado de conciencia. El hecho de
que el hígado de Prometeo sea comido durante el día por un buitre y restaurado
en las noches transmite una comprensión significativa. El día es el tiempo de
la luz, conciencia. La noche es la oscuridad, inconciencia. Durante la noche
cada uno de nosotros regresa a esa totalidad original de la cual nacimos. Y
esto es sanador. Es como si la influencia que hiere no estuviera activa. Esto
indica que el estado de conciencia es el productor-de-heridas. La herida
eternamente no sanada de Prometeo simboliza las consecuencias del quiebre en la
totalidad inconsciente original, la alienación de la unidad original. Es la
espina constante en la carne. (humana)
Estos dos mitos dicen esencialmente lo mismo porque expresan una realidad
arquetípica de la psiquis y su camino de desarrollo. La adquisición de la
conciencia es un crimen, un acto de hybris en contra de los poderes-que-son;
pero es un crimen necesario, que conduce a una alienación necesaria del estado
natural de totalidad inconsciente. Si vamos a mantener cualquier lealtad con el
desarrollo de la conciencia, debemos considerarla un crimen necesario. Es mejor
ser conciente que permanecer en el estado animal. Pero, para poder salir
totalmente el ego está obligado a erigirse en contra del inconsciente del cual
proviene y asegurar su autonomía relativa por medio de un acto inflado.
Existen muchos diferentes niveles en los cuales podemos aplicar esta
comprensión. En el nivel más profundo es un crimen en contra de los poderes
universales, los poderes de la naturaleza, o de Dios. Pero finalmente en la
vida diaria, este crimen generalmente no es experimentado en tales categorías
religiosas, sino en formas muy personales. En el nivel personal, el acto de
atreverse a adquirir una nueva conciencia se experimenta como un crimen o
rebelión en contra de las autoridades que existen en el medio ambiente personal,
en contra de nuestros padres, y más tarde en contra de autoridades externas.
Cualquier paso de individuación es experimentado como un crimen en contra del
colectivo, porque desafía la identificación individual con algún representante
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del colectivo, sea este familia, partido, iglesia o nación. Al mismo tiempo,
cada paso, en cuanto un verdadero acto inflado, es acompañado no sólo por culpa,
sino que también corre el peligro real de verse capturado por una inflación que
tenga las consecuencias de una caída.
Vemos que este mismo tema funciona a veces en la relación terapéutica. Talvez
surge una reacción negativa o rebelde hacia el analista. Esa reacción puede
estar acompañada por una gran cantidad de culpa y ansiedad, especialmente si el
analista ha recibido la proyección de una autoridad arquetípica. Expresar una
reacción negativa con afecto genuino en estas circunstancias es sentido como muy
parecido al crimen en contra de los dioses. Parecerá ser un acto de inflación
peligroso seguro de traer retribución. Pero, a menos que se coma la fruta
prohibida, a menos que uno se atreva a robar el fuego de los dioses, en algún
punto uno se quedará pegado en una transferencia dependiente y el desarrollo no
continuará
4-Hybris y Némesis.-
Hay muchos otros mitos que muestran el estado de inflación, por ejemplo el Mito de Icaro:
Deadalus y su hijo Icaro fueron hechos prisioneros en Creta. El padre les hizo a cada uno
un par de alas, y con ellas pudieron escapar. Pero Deadalus previno a su hijo, “no vueles
muy alto o el sol derretirá la cera y caerás. Sígueme de cerca. No te pongas tu propia
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ruta”. Pero Icaro se volvió tan alborozado, se le olvidó y tomó su propio curso. Fue muy
alto, se derritió la cera y cayó en el mar.
En este mito se pone énfasis en los aspectos peligrosos de la inflación. Aunque hay
momentos en los cuales es necesario un acto inflado para lograr un nuevo nivel de
conciencia, en otros momentos esto es torpe y desastroso. Uno no puede presumir de
tomar su propio curso en forma segura hasta saber que se está haciendo. Depender de la
sabiduría superior de otros es a menudo una evaluación eficiente de la situación real.
Como Nietsche dijo: Muchos han arrojado su valía final cuando han arrojado su
servidumbre”. He hablado de un crimen necesario de inflación, pero es un crimen real e
involucra consecuencias reales. Si uno juzga mal la situación sufre el destino de Icaro.
Creo que todos los sueños de volar tienen alguna alusión al mito de Icaro; esto es
particularmente cierto de los sueños de volar sin ningún tipo de apoyo mecánico. Cuando
uno está fuera del suelo el peligro es caer. Un impacto abrupto con la realidad,
simbolizada por la tierra, puede ser peligroso. Sueños o imágenes-síntomas de aviones
chocando, cayendo de lugares altos, temor fóbico a las alturas etc. todos derivan del set
up psíquico básico representado por el mito de Icaro.
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suceso arquetípico esta siendo presentado ante sus ojos. El soñador comentó este
aspecto del cuadro y le sugiere que el mismo es inconsciente del significado de lo que le
está sucediendo. Estaba en un proceso de caer de las alturas de la irrealidad pero esto
insight lo percibió mas tarde.
Otro ejemplo de un sueño Icaro es el siguiente soñado por una señora: Estoy viajando
por una calle y veo a un hombre, como Icaro, en el cielo. Está sosteniendo una antorcha.
Súbitamente sus alas cogen fuego y todo se hace llamas. Bombas de incendio del suelo
tratan de apagar el fuego, pero cae pesadamente a su muerte, aun sujetando la antorcha.
Lo veo caer cerca de mí y estoy aterrada, grito “Oh Dios, Oh Dios”.
Otro mito relacionado con la inflación es el de Phaeton: Su madre le dijo a Phaeton que
Su padre era Helios el dios sol. Para asegurarse viajó al lugar del sol y preguntó a Helios
“¿Eres tu realmente mi padre?”, Helios le aseguró que lo era y cometió el error de decirle,
“ para probarlo te daré lo que sea que tu pidas”. Phaeton pidió que se le permitiera
manejar el carro del sol a través del cielo. Inmediatamente Helios se arrepintió de su
rápida promesa, pero Phaeton insistió y contra su buen juicio su padre accedió. Phaeton
manejó el carro sol pero, debido a que esta tarea es muy superior a las capacidades de
un joven, se estrelló en llamas.
Nuevamente el mito nos dice que la inflación tiene como consecuencia inevitable la caída.
Phaeton es el prototipo del moderno hot rodder. Y tal vez el mito tiene algo que decirle al
indulgente padre quien contra su buen juicio le entrega mucho poder, demasiado
temprano en las manos de su hijo, ya sea, el auto de la familia o derechos excesivos de
autodeterminación, antes que esté equilibrado por un sentido de responsabilidad.
Recuerdo a un paciente con un “complejo Phaeton” la impresión inicial que daba era la de
una actitud vistoso caballero. Las reglas que los otros seguían no aplicaban a él. Tenía un
padre débil al cual no respetaba y consistentemente ridiculizaba las figuras de autoridad
sobre el. Tuvo muchos sueños de estar en lugares altos. En el curso de la discusión de
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uno de estos sueños el terapeuta le contó el mito de Phaeton. Por primera vez durante la
psicoterapia el paciente estaba profundamente tocado. Nunca había escuchado el mito
antes pero inmediatamente lo reconoció como su mito. Vio su vida retratada en el mito y
repentinamente se dio cuanta del drama arquetípico que estaba viviendo.
Sin embargo, todas las imágenes míticas con ambiguas. Nunca podemos estar seguros
de antemano si interpretalas positiva o negativamente. Por ejemplo aquí hay un sueño
Phaeton positivo soñado por el mismo hombre que tuvo el sueño del queque de chocolate.
Tuvo esta sueño la noche antes que vivió una experiencia significativa en la cual por
primera vez fue capas de afirmarse efectivamente contra una intimidante y arbitraria figura
de autoridad en su lugar de trabajo. Si este sueño hubiera ocurrido después del evento
podríamos haberlo considerado como causado de la experiencia exterior. Pero dado que
el sueño vino primero y el valiente encuentro segundo, justamente podemos pensar que el
sueño causó el suceso externo, o por lo menos creó la actitud psicológica que lo hizo
posible.
Este es el sueño Yo soy Phaeton y recién he tenido éxito en manejar el carro de sol a
través del cielo. Es una escena magnífica, cielo azul brillante y nubes blancas. Tengo un
sentimiento intenso de gozo y de logro. Mi primer pensamiento fue, “Después de todo
Joung tenía razón acerca de los arquetipos”.
Aquí el mito de Phaeton es incorporado al sueño pero se cambia para ayudar al propósito
del soñante. El Phaeton del soñante tiene éxito donde el Phaeton mítico había fracasado
obviamente el soñante estaba dando un paso que no estaba mas allá de lo que el podía.
Lo que hace es riesgoso. Involucra alguna medida de inflación. Sin embargo, viniendo
después del sueño anterior, yo entiendo que se refiere a una inflación heroica y necesaria
que llevaría al soñante sa un nuevo nivel de efectividad dentro de si, como ciertamente lo
hizo. Seguramente es evidente en este momento que todo el asunto de la inflación es
ambiguo. Por un lado riesgoso y por otro muy necesario. Cual aspecto debe enfatizarse
depende del individuo y de la situación particular en la cual el está.
Otro mito de inflación es el mito de Ixion. El acto inflado de Ixion fue el intento de seducir a
Hera. Zeus frusto en intento dando forma en una nube a una falsa Hera, con la cual Ixion
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se tomo el gozo. Zeus lo sorprendió en el acto y lo castigó amarrándolo a una rueda que
rodaba sin fin por el cielo. En este caso la inflación se manifiesta en búsqueda de lujuria y
placer. Ixion representa el intento de ego inflado de apropiarse de aquello que pertenece a
los poderes suprapersonales. El intento está condenado antes de empezar. Lo mas que
Ixion puede contactar es una fantasía una Hera nube. Su castigo, estar atado a una
rueda, representa una idea muy interesante. La rueda es básicamente un mandala
contiene al Self y la totalidad que pertenece al Self, pero en este caso se ha transformado
en un instrumento de tortura. Esto representa lo que puede suceder cuando la
identificación ego con el Self dura demasiado. La identificación entonces se hace una
tortura, y las fuerte pasiones de los instintos se transforman en fuego del infierno que lo
atan a la rueda, hasta que el ego pueda separarse del Self y pueda haber su energía
instintiva como un dinamismo suprapersonal. Mientras el ego considere la energía
instintiva su placer personal, permanece atado a la rueda
Los griegos tenían un temor tremendo a lo que llamaban hybris. En su uso original este
término significa violencia desenfrenada o pasión surgiendo de orgullo. Es un sinónimo
con un aspecto de lo que estoy llamando inflación. Hybris es la arrogancia humana que
hace al hombre apropiarse a lo que pertenece a los dioses. Es el trascender los límites de
lo propio humano. Gilbert Murray lo expresa bien:
Hay barreras que no se ven las cuales un hombre que tiene aidos (reverencia) no desea
cruzar. Hybris las cruza todas. Hybris no ve que el pobre hombre o el exilio viene de Zeus:
Hybris es la insolencia irreverente, la fuerza de la brutalidad. De alguna manera es un
pecado de la irreverencia baja y débil la ausencia de Aidos en la presencia de algo
superior. Pero casi siempre es un pecado del fuerte y orgulloso. Nace de Koros, o
saciedad “estar demasiado bien”. Desprecia lo débil y desamparado fuera de su camino
desprecia el gran altar de Dike. Hybris es el pecado típico condenado por la Grecia
temprana. Otro pecados, exceptuando algunos conectados con religiones, tabúes, y
algunos derivados de las palabras feo e inadecuado, parecen ser todas formas de Hybris.
Murria considera que Haidos y Nemesis son los conceptos centrales de la experiencia
emocional de los griegos. Haidos significa reverencia a los poderes suprapersonales y
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también sentimiento de vergüenza cuando estos se han transgredido. Nemesis es la
reacción provocada por la carencia de Haidos, por ejemplo Hybris.
Un buen ejemplo del temor griego de ir mas allá de los límites humanos razonables es
presentada en la historia de Polycrates escrita por Herodotus. Polycrates era un tirano de
Samos en el siglo VI a.c. era un hombre increíblemente exitoso, todo lo que hacia le
resultaba perfecto. Su buena suerte parecía infalible. Herodoto escribe:
Polycrates tomó su consejo y arrojó al mar un anillo de esmeralda que atesoraba. Sin
embargo, dias mas tarde un pescador pescó un pescado tan grande y hermoso que
pensó no podía venderlo y debía presentarlo como un regalo al Rey Polycrates. Cuando
se abrió el pescado, en su pansa yacía el anillo de esmeralda que el rey había arrojado.
Cuando Amasis escucho lo que había pasado se asusté tanto que terminó su amistad con
Polycrates temiendo que podría verse envuelto en el desastre final que de seguro vendría
después de tan extrema buena fortuna. De hecho Polycrates murió eventualmente,
crucificado después de un exitoso levantamiento y rebelión.
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El temor de la envidia de Dios es un darse cuenta que la inflación será corregida. Límites
existen en la naturaleza de las cosas y en la naturaleza de la estructura psíquica misma.
Por supuesto a veces el temor a la envidia de Dios puede ser llevada a extremos
excesivos. Algunos individuos no se atreven a aceptar cualquier éxito o suceso positivo
por temor que les traerá un oscuro castigo. Como regla esto parece ser el resultado de
una condición de niñez adversa que necesita ser re-evaluada. Pero mas allá de este
condicionamiento personal hay una realidad arquetípica involucrada. Todo lo que sube
debe bajar. Oscar Wilde dijo una ves, “Hay solo una cosa peor que no obtener lo que
quieres, y esa es obtenerla”. Polycrates sería un ejemplo de eso.
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era un peligro para el ego porque estaba trascendiendo sus propios límites humanos. Así
el tabú puede ser visto como una protección contra la inflación. Mas adelante la idea tabú
fue reformulada en términos de la voluntad de Dios y lo inevitable del castigo si Su
voluntad era trasgredida. Pero la idea del tabú y del temor a la inflación aun se esconde
en esta nueva formulación.
Porque asi el orgullo imita, exalta; Ya que solo tu eres Dios exaltado por sobre todos.
¿La Ambición que busca sino honor y gloria? Ya que solo Tu debes ser honrado por sobre
todos y glorioso por siempre. La crueldad del grande debe temerse resignadamente;
pero a quien debe temerse sino solo a Dios... La Curiosidad se disfraza de deseo de
conocimiento; donde Tu solo supremamente sabes todo...la flojera simula ser descanso.....
La traductora dice...me aburrí con San Agustín, el que se interese está en p´g. 34.
La misma idea de inflación está implícita en la noción Budista de avidya, “no sabiendo” o
inconsciencia.. De acuerdo al punto de vista Budista el sufrimiento humano es causado
por el deseo y anhelo personal que emerge de la ignorancia de la realidad. Este estado
está representado pictóricamente por la imagen del hombre atado a la rueda de la vida,
empujado por el chancho, el gallo y la serpiente representado varias formas de
concupiscencia . La rueda de la vida Indú es paralela a la de Ixion; ambas significan el
sufrimiento que acompaña la identificación del Ego con el Self cuando trata de apropiarse
para su uso las energías transpersonales de este ultimo. La rueda es el Self, el estado
de plenitud, pero es una rueda de tortura mientras el ego permanezca inconscientemente
identificado con el.
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Varios estados de inflación debido a residuos de identidad ego-Self son lugares comunes
en la práctica psicoterapéutica. Actitudes grandiosas e irreales y un asumir de todo tipo
emergen mientras el proceso terapéutico descubre material inconsciente. Es a estas
asunciones infantiles-omnipotentes a las que Freud y Adler le han dado su exclusiva
atención. Los métodos reduccionistas de estas aproximaciones es válido en tratar
síntomas de identidad ego-Self. Aunque aun ahí uno nunca debe olvidarse de mantener el
eje ego-Self. El método reductivo es experimentado como una critica y depreciación por el
paciente. Y ciertamente estos aspectos están objetivamente presentes. Una
interpretación que reduce un contenido psíquico a su fuente infantil es un rechazo de su
significado conciente y por lo tanto causa que el paciente se sienta rechazado y
disminuido. Este método puede ser necesario para promover la separación ego-Self, pero
es una espada afilada que debe usarse con cuidado. El propósito es desinflar y es por
este propósito subyacente que en idioma coloquial al psiquiatra se le dice “head
shrinker”.
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