“El principal interés de mi trabajo”, escribe Jung, “no está comprometido con el
tratamiento de la neurosis sino más bien con la aproximación a lo numinoso. Pero el
hecho es que la aproximación a lo numinoso es la terapia real y en cuanto se
alcanzan las experiencias numinosas, se es liberado del curso de la patología. Incluso
lo muy patógeno asume un carácter numinoso”.(1) Esta cita dice todo acerca de la
importancia esencial respecto a un análisis Junguiano. Si no es posible establecer
una relación con lo numinoso, no es posible la cura; lo más que se puede esperar es
un progreso en la adaptación social. Pero entonces, ¿qué le es permitido hacer al
analista? Jung mismo se expresó sobre este tema en una carta en los siguientes
términos:
Desde este punto de vista, el trabajo del terapeuta sólo puede consistir en la
eliminación de prejuicios y bloqueos a la experiencia numinosa. (Esto está
relacionado con el viejo problema de la teología –si la salvación llega por la gracia o
por los esfuerzos humanos; obviamente ambos son necesarios).
Cuando yo tuve mi primera paciente, quien sufría de severa psicosis, ella se estaba
arrastrando hacia un episodio esquizofrénico como resultado de un externo soplo de
fe, y yo estaba bregando con ella para prevenir esto. En este punto, Jung, quien
estaba supervisando el caso, seriamente me dijo, “¿Cómo sabe usted con tanta
seguridad que esta mujer no tiene que atravesar dicho episodio? Muchos pacientes
están mucho mejor después de salir de un episodio tal. Usted no debería estar
intentando saber el secreto de su destino; eso es solo un juego de poder. ¡Usted no
sabe lo que Dios quiere de ella!” Asustada, simplemente me solté y me limité a
interpretar silenciosamente sus sueños tan rectamente como era posible. La
analizando inesperadamente mejoró. Cuando le hablé a Jung al respecto él rió y dijo,
“¡Eso era lo que yo estaba esperando, pero no se lo podía permitir saber a usted, de
lo contrario usted podría haber tratado de forzar algo de nuevo!” Aquello me curó de
una vez por todas del excesivo entusiasmo terapéutico juvenil.
Los sueños banales, por el contrario, también muestran que, detrás de la a menudo
desatendida realidad cotidiana personal propia, un significado más profundo está
trabajando. Repetidas veces las personas admiten la reacción defensiva: “Esto es
solo un sueño absurdo, estúpido”. Jung siempre solía decir que ¡no hay sueños
estúpidos, sino personas estúpidas que no los comprenden! El hecho es que el Sí
Mismo parece también cuidar de los detalles de nuestras vidas personales. Dios
advirtió a Emmanuel Swedenborg en una visión sobre no comer demasiado.
Swedenborg era una persona intuitiva y por ende, en las cosas que se basan en la
función sensación –la sexualidad, la comida, etcétera-, era primitivamente
inmoderado. Por tanto, es bastante típico para el Sí Mismo manifestarse justamente
en esta área.
Una analizando mía soñó que una voz desde arriba le dijo que ella necesitaba un
“ceñidor de desayuno”. El cuestionamiento detallado reveló que toda la mañana ella
holgazaneaba desaliñadamente en su bata de baño (ella era una alcohólica antes del
análisis) y solo se ponía su ceñidor y comenzaba el día cerca del mediodía. Con
frecuencia nosotras reíamos juntas de este sueño, y yo periódicamente solía
preguntarle, “¿Cómo le va con su ceñidor de desayuno?”
Esta pérdida de contacto con la base empírica en los asuntos de la religión es con
frecuencia el resultado de demasiado tradicionalismo. Por eso Jung señala que
cuando enfatizamos demasiado el desarrollo histórico del cristianismo, pasamos por
alto lo que es nuevo en éste.
Lo que necesitamos es un nuevo punto de partida, y este no se puede encontrar sin la
asignación de un nuevo sentido. El mensaje está vivo solo si crea un nuevo
significado.... Que Cristo es el sí mismo de [los seres humanos] está implícito en el
evangelio, pero la conclusión Cristo = sí mismo nunca ha sido explícitamente
desentrañada. Esta es una asignación de nuevo significado, una etapa más en la
encarnación o actualización de Cristo.(6)
Esto me lleva a otro problema adicional que surge repetidas veces en el análisis. El
inconsciente es “religioso” –es decir, es la matriz de toda experiencia religiosa primal-
pero es con frecuencia no “ortodoxo”. Lo que muchos sueños y visiones expresan a
veces contradice este o aquel dogma o precepto moral religioso. Por ejemplo, he
conocido una cantidad de sacerdotes cuyos sueños parecían ir en contra de mantener
su celibato. Sin embargo, cuando después ellos abandonaron el sacerdocio, sus
sueños les decían que ellos eran aún sacerdotes en alguna especie de forma
invisible. Después de todo, el celibato es solo una regula moralis, no un dogma, y en
consecuencia podría en algún momento cambiar. Debe mantenerse un equilibrio entre
la innovación y la conservación de la tradición. Jung escribió al sacerdote Dominico
Victor White:
“Si usted trata de ser literal acerca de la doctrina (de la Iglesia Católica), usted mismo
se está descartando hasta que ya no quede nadie que la represente más que
cadáveres. Por otra parte, si usted verdaderamente asimila la doctrina, la modificará
creativamente para su comprensión individual y así le dará vida. La vida de la mayoría
de ideas consiste en su naturaleza controversial, es decir, usted puede estar en
desacuerdo con ellas aún si reconoce su importancia para una mayoría. Si usted está
de acuerdo con ellas completamente podría reemplazarse a sí mismo tan bien como
una grabación gramofónica.”(8)
Eso significa que si el inconsciente motiva a una persona que asiste regularmente a la
iglesia a favorecer algo que entra en conflicto con la doctrina de su denominación,
esta persona debe convertir esto en un conflicto personal, en una forma de
padecimiento de cruz. En última instancia entonces, no será él quien decida el
conflicto sino la vox dei dentro de él –una vez que su ego, con todas sus opiniones, en
pro y contra, haya muerto en la cruz. Y como Jung señala: extra ecclesiam nulla
salus (por fuera de la Iglesia no hay salvación), sin embargo la gracia de Dios alcanza
aún más.(9)
Más difícil me parece sin embargo, ayudar a orientar a una persona hacia la
dimensión religiosa cuando ella ha estado tan atormentada por el adoctrinamiento
religioso que lo echa todo por la borda y no quiere tener nada más que ver con la
religión en absoluto, y mira todo puramente en términos seculares. Sin ser consciente
de ello, lo numinoso lo atrapa desde atrás y lo posee con fantasías sexuales o codicia
por el dinero, con sed por el poder o las drogas, con fanatismo político –es decir, él es
poseído por los dioses sustitutos. De este modo Jung escribe en Psicología y
Religión que en esencia todo lo que sea dominante e ineludible puede ser llamado
Dios,
A menos que, gracias a una decisión ética libremente tomada, uno tenga éxito en
vigorizar una posición que sea igualmente fuerte e invencible contra este fenómeno
natural... El hombre es libre de decidir si “Dios” será un “Espíritu” o un fenómeno
natural como el deseo vehemente de un adicto a la morfina, y en consecuencia si
“Dios” actuará como una fuerza benéfica o destructiva.(10)
Los dioses sustitutos traen una ausencia de libertad–posesión. Así pues, en última
instancia debemos decidir a cuál señor queremos servir, de dichos dioses sustitutos o
Dios como Él mismo se revela dentro de nosotros, si hacemos un esfuerzo sincero
hacia el auto-conocimiento. “Dios nunca ha hablado al hombre excepto en y a través
de la psique, y la psique lo entiende y lo experimentamos como algo psíquico.
Cualquiera que llame a eso psicologismo está negando el ojo que contempla el
sol.”(11)
Actualmente de vez en cuando también tenemos personas que vienen para análisis
quienes han sido levantadas en esa otra “iglesia”, el marxismo como ha sido
establecido al este de la “Cortina de Hierro”. Sus dificultades son muy similares a las
de cualquiera de los seguidores de una religión que dice representar la única verdad.
Lo que más me ha impactado en estos casos es la supresión completa del principio
femenino y de esta manera del sentimiento personal –un desagradable sentido
intelectual de desprendimiento. Con esto la capacidad de ser movido, de experimentar
significado o valor, se marchita. Además para estas personas todas las palabras
religiosas, tales como Dios, Alma y consciencia, han sido tan estigmatizadas que es
mejor no usarlas con ellos en absoluto, sino más bien tratar de transmitir cualquier
“significado nuevo” que su psique esté tratando de revelar a través y en términos de
las imágenes de sus sueños. En cierto sentido, estas personas tienen también una
ventaja: ellos pueden experimentar la dimensión religiosa de la psique con frescura
espontánea, aliviada del pasado, sin tener un sentido presuntuoso de la tradición que
relacione inmediatamente sus descubrimientos con el material del pasado. Es mi
esperanza que alguna vez, en estos países, una siembra particularmente dadivosa
crecerá, como sucede después de un diluvio.
Así como la mayoría de las sustancias curativas son también venenos, el encuentro
con lo numinoso tiene un lado extremadamente peligroso. De hecho las religiones no
son solo algo constructivo –solo tenemos que pensar en las quemas de heréticos y
brujas, en la devastadora invasión de Europa por los Turcos llegando a las puertas de
Viena, en las dudosas actividades misioneras que han borrado las formas religiosas y
culturales indígenas de muchos pueblos, dejándolos sin raíces. Jung escribe:
“Las religiones no son necesariamente amorosas o buenas. Ellas son manifestaciones
poderosas del espíritu y no tenemos el poder para refrenar el espíritu. Seguramente
grandes catástrofes tales como terremotos o incendios ya no son convincentes para la
mente moderna, pero no las necesitamos. Existen cosas mucho más horribles, a
saber, la demencia del hombre, los grandes contagios mentales de los que en
realidad padecemos más, sin duda”.(12)
Cuando durante un análisis ocurre una experiencia numinosa, saludable, es deber del
analista ayudar a evitar las posibles consecuencias negativas, posesión e inflación.
Estas suelen tener lugar cuando el ego o la capacidad moral (sentimiento) del
analizando es débil. Los sueños proveen la base que se necesita para prevenir estos
efectos. A veces también el paciente falla en comprender la experiencia, pero esto es
más fácil de remediar.
Es difícil generalizar respecto de las muchas formas concretas posibles que el más
profundo contacto, la experiencia numinosa (es decir, religiosa) puede adoptar. Por
esta razón Jung se concentró en sus escritos en describir ciertas tendencias
generales que él había observado ya fuera en sí mismo o en sus muchos pacientes.
Se trata principalmente de estas “corrientes” en el inconsciente colectivo que somos
capaces de observar, por una parte, en el oficialmente todavía mundo Cristiano de
Occidente, y por la otra, en sus teorías arreligiosas científico-racionalistas. La
“corriente” compensatoria en el inconsciente colectivo de nuestra cultura se manifiesta
a menudo especialmente en contenidos míticos que se asemejan al simbolismo de la
alquimia. La mitología alquímica parece relacionarse particularmente con cuatro
problemas: (1) elevar el estatus del individuo en relación a la uniformidad de la masa;
(2) exaltar la valoración del principio femenino o eros (en ambos, mujeres y hombres);
(3) el problema del mal; (4) reconciliar los opuestos en la estructura psíquica
fundamental del ser humano.
“Yo me había salvado porque tenía la presión sanguínea ligeramente alta Si hubiera
sido normal o demasiado alta, yo habría sido comido. De este modo yo fui escogido
para atravesar esta ordalía de fuego y, si lo hacía satisfactoriamente, me sería
permitido salvar a otras almas también. Luego vi delante de mí un trono de oro
gigante, radiante como el sol. En él se sentaron el rey y la reina de los gigantes. Ellos
eran los perpetradores de la destrucción de nuestro planeta.”
“Mi prueba, además de la tormenta de tener que experimentar todo esto, consistía en
tener que ascender las escalas del trono hasta el punto donde yo pudiera mirar al rey
y la reina a la cara. Esto tuvo lugar por etapas. Yo comencé el ascenso. Era largo,
pero sabía que yo tenía que hacerlo, que la fe del mundo y la humanidad dependían
de ello. Entonces desperté empapado en sudor. Me di cuenta después que desperté
que la destrucción de la tierra era un banquete de bodas para el rey y la reina.”
El motivo de una invasión de gigantes que destruye todo nos recuerda el libro bíblico
de Enoc (s. 100 A. C.) donde se dice que los ángeles se enamoraron de mujeres
humanas y engendraron con ellas una raza de gigantes que amenazaron con
destruirlo todo. Al mismo tiempo, los ángeles enseñaron a la humanidad muchas artes
nuevas. Como Jung ha interpretado esto, lo que tenemos aquí es una invasión caótica
de la consciencia humana por los contenidos del inconsciente colectivo.(14) Los
gigantes son personificaciones de la inflación resultante, quienes elevan el sentido de
la humanidad al nivel de lo “gigantesco” a través de un acelerado desarrollo del
conocimiento tecnológico. Pero este desarrollo negativo tiene un fundamento positivo
secreto: desafía al individuo a hacer el difícil ascenso a una mayor consciencia, a la
individuación.
Dicho sueño fácilmente podría ser malinterpretado como una expresión de ilusiones
de grandeza, pero este no era de hecho el caso del soñante. Por el contrario, la
función esencial del sueño está en ayudar al soñante a darse cuenta de que todo
depende solo de él, que todos los esfuerzos externos –por ejemplo los políticos o
cualesquiera otros esfuerzos colectivos- no pueden rescatar al mundo de la situación
por la cual él, como todos nosotros, está sufriendo. Así mismo, la colocación de un
mayor valor en el principio femenino y la unión de los opuestos están claramente
representadas.
La unión de los opuestos de la naturaleza y la mente, la luz y la sombra, está
representada a menudo en los tiempos modernos por una extraña alternancia de la
imagen de Cristo en visiones interiores y en los sueños. Cristo aparece con cuernos
como el antiguo Pan, o hecho de metal como Mercurio, la figura salvadora de la
alquimia. Solo adicionando rasgos como éstos puede Cristo funcionar como un
símbolo completo del Sí Mismo para la gente moderna. Tales motivos oníricos
también indican que el inconsciente parece estar interesado no en destruir nuestra
tradición cultural cristiana, sino más bien, además, en desarrollarla creativamente.
Lo que parece ser no-ortodoxo en este sueño es la desnudez. Por medio de esto, el
inconsciente expresa que la Declaratio solo aludió a la importancia del cuerpo. La
imagen no contradice el nuevo dogma sino que desarrolla sus consecuencias
adicionales.
Una mujer católica, quien tampoco dio mucha importancia a la Declaratio, soñó que
sacerdotes mujeres eran ahora permitidas en la Iglesia. En este caso también, el
inconsciente “consideró totalmente” las consecuencias adicionales de la Declaratio.
De acuerdo con la Declaratio, María entra en una cámara nupcial celeste. Esto indica
un desarrollo más allá, una boda sagrada en el más allá.
La vieja cuestión planteada por los gnósticos, “¿De dónde viene el mal?” no ha sido
respondida por el mundo Cristiano, y la prudente indicación de Origen de una posible
redención del mal fue calificada como una herejía. Hoy estamos compelidos a
toparnos con ese problema, pero nos quedamos manivacíos, aturdidos y perplejos, y
no podemos siquiera comprender que ningún mito vendrá en nuestra ayuda aún
cuando tengamos dicha necesidad urgente de uno. Como resultado de la situación
política y el terrible, por no decir diabólico triunfo de la ciencia, somos sacudidos por
secretos estremecimientos y oscuros presentimientos; pero no conocemos la salida, y
muy pocas personas por cierto deducen la conclusión de que en esta época el
problema es la ya hace tiempo olvidada alma del hombre.(19)
Jung vio este actual auge del mal como típico de las catástrofes históricas que tienden
a acompañar las grandes transiciones de una era a otra, en nuestro caso el fin de la
era Pisciana y el comienzo de la era Acuariana. De hecho nosotros estamos incluso
amenazados con una erradicación total de la vida sobre nuestra tierra, gradualmente
o a través de la destrucción del medio ambiente, o por medio de una guerra global. El
incremento de la criminalidad, la ocurrencia de holocaustos, y así sucesivamente, son
una primera advertencia. Todo el mundo está hablando acerca de estos problemas en
estos días, y nadie sabe qué se podría hacer. Apelar a la razón parece un eco lejano
que no se ha oído. Como lo presenta la cita de arriba, Jung tampoco tenía una
respuesta simple, pero él estaba convencido de que todo individuo que se
comprometiera a convenirse con la maldad en sí mismo, haría una contribución más
efectiva hacia la salvación del mundo que la que podrían hacer las maquinaciones
externas idealistas. Hablamos en este caso de más que la simple penetración en la
propia sombra personal; hablamos también de un conflicto con el aspecto oscuro de
Dios (o el Sí Mismo), el cual el ser humano no puede encarar pero debe, como lo hizo
Job.
En una carta él llegó incluso a decir que, “La desviación del numen parece ser
universalmente entendida como el peor y el más original pecado.” (21) Sin embargo,
él señala en otra parte en la misma carta que no hay nada que en un momento u otro
no pudiera llamarse mal, que por consiguiente el bien y el mal son solo relativos
juicios de valor humanos. El punto decisivo es siempre si se es o no consciente del
conflicto propio y uno lo sufre conscientemente; pero uno no debe entregarse a la
ilusión de que incluso de este modo el mal sea eliminado. Jung señala que
No sabemos si hay más bien que mal o si el bien es más fuerte. Solo podemos tener
la esperanza de que el bien predomine. Si el bien está identificado con la
ingeniosidad, lo constructivo, existe alguna probabilidad de que la vida continuará en
una forma más o menos soportable; pero si lo destructivo fuera a prevalecer, el
mundo mismo seguramente habría terminado en la muerte hace tiempo....De ahí la
suposición optimista de la psicoterapia de que la realización consciente acentúa el
bien más que oscurecer el mal. Volverse consciente reconcilia los opuestos y crea así
un tercero superior.(22)
Ya que el mal es en su mayor parte una desviación desde el numen, eso también
significa que repetidas desviaciones de esta especie son inevitables, y el conflicto
entre apartarse del numen y tornar a él es de larga duración, cuando no de toda la
vida. La imagen de la crucifixión es en consecuencia una verdad eterna, y por
consiguiente también el análisis no promete al paciente felicidad pero puede
precisamente liberarlo del estancamiento neurótico de su vida, no de su auténtico
sufrimiento.
Yo misma no puedo decir más de lo que dijo Jung acerca de este problema que lo
que he visto en mi trabajo, y es que por lo menos en los casos individuales, el
problema del mal puede a veces (¡no siempre!), con la ayuda de Dios (es decir, con
Dios haciendo frente a Dios), ser resuelto. Cuando dicho éxito ocurre, es un milagro y
una de las experiencias más profundamente conmovedoras de lo numinosum. En la
imagen religiosa de la deidad, es decir, el Sí Mismo, los opuestos coexisten, no
obstante ellos no están unificados conscientemente. Eso solo puede ocurrir en
personas conscientes en quienes ambos aspectos del Sí Mismo, el bien y el mal,
están trabajando hacia la encarnación. En la forma encarnada ambos aspectos están
menguados y humanizados y así, a través de la acción de la consciencia humana, son
capaces de entrar en conexión. El auto-conocimiento, o el desarrollo de la
consciencia, es de esta manera, el factor clave.
El símbolo necesita al hombre para su evolución, pero se desarrolla más allá de él,
por consiguiente es llamado “Dios” porque expresa un estado psíquico de cuestiones
o el elemento que es más fuerte que el ego.
NOTAS
(1). C. G. Jung, carta a P. W. Martín, 20 de Agosto de 1945, Cartas, vol. 1, p. 377, cf.
también vol. 1, p. 118.
(2). Ver Jung, Psicología y Religión, CW 11, para. 523, p. 341. “La Cura puede ser
denominada un problema religioso”.
(3). Jung, carta a Vera von Lier-Schmidt Ernsthausen, 25 de Abril 1952, Cartas, vol. 2,
pp. 56-57.
(4). Jung, Cartas, vol. 2, p. 225.
(5). Jung, carta a Hermann Keyserling, 21 Mayo de 1927, Cartas, vol. 1, p. 46.
(6). Jung, carta a Dorothee Hoch, 23 Septiembre 1952, Cartas, vol. 2, p.84.
(7). Cf. Jung, CW 11, para. 148: “Para lograr una comprensión de los asuntos
religiosos, probablemente todo lo que nos queda hoy es la aproximación psicológica.
Es por eso que yo tomo estas formas de pensamiento que se han vuelto
históricamente fijas, trato de fundirlas de nuevo y las vierto dentro de los moldes de la
experiencia inmediata”.
(8). Jung, carta al Padre Victor White, 10 Abril 1954, Cartas, vol. 2, p. 169.
(9). Ver también Jung, CW 12, para. 96.
(10). Jung, CW 11, paras. 142ss.
(11). Citado en Jung, carta al Pastor Damour, 15 Agosto 1932, Cartas, vol. 1, p. 98.
(12). Jung, carta a Leslie Hollingsworth, 21 Abril 1934, Cartas, vol. 1, p.159.
(13). Jung, CW, 12, para. 8.
(14). Jung, “Respuesta a Job”, CW 11, para. 669s.
(15). Jung, CW 12, paras. 26-30.
(16). Énfasis del traductor al inglés.
(17). Jung, CW 12, paras. 26-30.
(18). Una noción de la tradición astrológica a la que Jung ocasionalmente aludía es la
de una era Pisciana que abarcaba dos periodos de mil años cada uno. El símbolo
astrológico para Piscis está compuesto de dos peces, cada uno de los cuales se dice
que representan uno de los dos milenios. –El traductor al inglés.
(19). Jung, Recuerdos, Sueños, Pensamientos. (New York: Vintage Books, 1965), pp.
333-34.
(20). Ibíd., p. 338.
(21). Jung, carta al Rev. H. L Philp, 11 Junio 1957, Cartas, vol. 2, p. 370.
(22). Jung, carta a Helene Kiener, 14 Mayo 1955, Cartas, vol. 2 pp. 253-54.
(23). Jung, Recuerdos, Sueños, Pensamientos, p. 294s.
(24). Un excelente ejemplo está en La Aurora Consurgens, III, en Mysterium
Coniunctionis, CW, 14.
(25). Jung, CW 14.
(26). Cf. Jung, “Psicología de la Transferencia”, en CW 16.
(27). Jung, carta a Kurt Plachte, 10 Enero 1929, Cartas, vol. 1, p. 60.