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TÍTULO PRELIMINAR

CONTEXTO DE INNOVACIÓN 1 PÁRRAFO

La población que se toma como referente para el desarrollo de esta propuesta son jóvenes entre

los 11 y 13 años de edad los cuales pertenecen a los grados sexto y séptimo y en el marco del

sistema educativo colombiano se encuentran en el ciclo 3 de educación básica secundaria. A

continuación, se procede a realizar la caracterización teórica en cuanto al desarrollo humano de

esta población teniendo en cuenta los niveles cognitivos, comunicativos, sociales y emocionales

para determinar su incidencia en el proceso de aprendizaje.

Para comenzar, es importante situar a la población dentro de las etapas de crecimiento que se han

establecido. En este contexto, y de acuerdo a las edades ya mencionadas, se categorizan como

adolescentes según la clasificación que se menciona Papalia y Martorell (2015) “Según la

definición que presentamos en este libro, la adolescencia abarca aproximadamente el lapso entre

los 11 y 19 o 20 años” (p. 323); por lo tanto, se entiende que al ser tan extenso este periodo,

pueden surgir cambios significativos que impacten su proceso pedagógico.

Inicialmente. A nivel comunicativo, los adolescentes optan por acomodarse al contexto en el que

se encuentran su forma de expresarse consigo mismos y con los demás reconociendo la

perspectiva del otro, el cual de acuerdo con Papalia y Martorell (2015) “Los adolescentes también

adquieren mayor destreza en la toma de perspectiva social, la capacidad para ajustar su forma de

hablar al nivel de conocimiento y punto de vista de otra persona”. (P.343). Por lo tanto, en esta

etapa ellos pueden identificar con qué tipo de persona se está entablando el diálogo y así mismo

moderar y ajustar su vocabulario de acuerdo a la situación. Esta habilidad permite que el


adolescente se sienta parte de una sociedad y pueda a través del diálogo interactuar con el mundo

que lo rodea.

Adicionalmente, cabe resaltar que otro aspecto relevante en su proceso comunicativo es la

creación de un nuevo léxico, un amplio número de palabras que va adquiriendo en su entorno y

va formando su desarrollo intelectual para empezar a construir su propia identidad, pues como

afirma Papalia y Martorell (2015) “El argot de los adolescentes forma parte del proceso de

desarrollo de una identidad independiente separada de los padres y del mundo de los adultos”

(P.343). Por lo tanto, ya inicia un nuevo proceso de ruptura del sujeto con la figura parental para

formarse así mismo bajo sus propias concepciones.

En cuanto al nivel cognitivo, el adolescente interviene de manera activa en la resolución de

problemas basados en la experiencia previa, y tomando como referente las hipótesis creadas para

cuestionar el todo de su entorno pues como lo menciona Delval (2006)” Los adolescentes tienen

un gusto mayor por lo abstracto, (...) tratan de teorizar sobre casi todo, unas veces con

fundamento y otras sin él” ( P.50-). En este sentido, tienen la capacidad de desarrollar procesos

de abstracción y de generar hipótesis mediante la percepción de la realidad tal como se presenta

aumentando su nivel de complejidad en el razonamiento lógico.

Así mismo, el adolescente presenta una participación activa con la experiencia para poner en tela

de juicio los interrogantes que se plantea, por lo cual, como afirma Delval (2006) “el adolescente

no actúa por instinto, si no que genera hipótesis previas y con estas se lanza a determinar si son

acertadas o no”. (P. ) Lo que genera que el adolescente, se pregunte constantemente sobre

realidades de su contexto para tratar de llegar a la búsqueda de una posible respuesta y así

encontrar su posición y el papel que juega en sociedad, por consiguiente, su forma de

razonamiento se convierte en la herramienta fundamental para entender su entorno.


En consecuencia, lo anterior resulta ser significativo en el contexto de la educación ya que los

jóvenes en esa edad logran construir su propio criterio y la manera en la cual interpretan el

mundo, por lo tanto, el discurso en términos de forma de expresión oral varía en cada sujeto.

Por otra parte, a nivel emocional en la adolescencia surgen diversos cambios tanto físicos como

de conducta ya que es una etapa de transición a un nuevo ciclo de vida, por lo tanto los jóvenes

experimentan nuevas sensaciones, emociones y empiezan a “reconocer la propia orientación

sexual y establecer vínculos románticos o sexuales” (Papalia y Martorell, 2015, p.362); los

cuales son aspectos que construyen su propia identidad, así como también la búsqueda de

independencia, y autonomía para la toma de decisiones. Por consiguiente, en este periodo es

necesario escucharlos atentamente y valorar sus opiniones y preferencias.

Adicionalmente, los cambios de conducta se relacionan con aquellos cambios físicos ya que

muchos adolescentes tienen dificultad al afrontar cada transformación de su cuerpo siendo

vulnerables a la adquisición de trastornos que son frecuentes en esta etapa como “la obesidad, la

anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa”.(Papalia y Martorell, 2015, p.355). Por lo tanto, el

adolescente entra en un periodo en el cual debe batallar con todo tipo de cambios, hormonales,

psicológicos, físicos para autoformarse y definirse en cuanto su papel en la sociedad, pues como

afirma Papalia y Martorell, 2015 “la adolescencia es un momento para averiguar quién eres

exactamente (P. 357).

Por consiguiente, dentro de las aulas de clase, es importante brindar espacios de reflexión y

acercamiento no sólo consigo mismos sino con su entorno para que el joven pueda reconocerse y

reconocer la otredad a partir de discusiones, trabajos grupales y formas de participación mediante

las cuales se impulse el respeto y la aceptación al momento de manifestar sus sentimientos y así

mismo escuchar a sus pares siendo capaces de transformar y construir su propio universo, pues en
en la escuela es en donde se “amplían los horizontes intelectuales y sociales” (Papalia y

Martorell, 2015, p.347), y así mismo se constituye el adolescente como parte de un todo.

Finalmente, en el nivel social

De acuerdo a lo anterior, es importante que en la escuela se tomen en cuenta las necesidades y las

implicaciones que tiene cada uno de estos niveles en los adolescente para no solamente forjar

conocimientos disciplinares, sino abordar temas que involucren y faciliten el desarrollo de la

autonomía desde la construcción

Contexto curricular

En el proyecto educativo del programa de lenguas de la Universidad Pedagógica nacional se

evidencia el trabajo riguroso que se realiza para la formación de docentes idóneos, con

habilidades investigativas e innovadoras capaces de liderar en la búsqueda de problemáticas

educativas y así mismo transformarlas mediante procesos disciplinares y prácticos para “ el

mejoramiento de la calidad de la educación Colombiana en todos sus niveles” ( PEP, P.8) Es así
como se concibe la oralidad y sus respectivas falencias en cada estudiante como una de las

problemáticas educativas presentes en el sistema educativo colombiano y surge una necesidad de

investigación y transformación para el mejoramiento y desarrollo de la competencia

comunicativa como componente del lenguaje al cual apunta entre otros la universidad.

Por otra parte, tomando como referente las líneas de investigación propuestas por el

departamento de lenguas, se encuentra relación entre pedagogía y didáctica de la lengua

materna y extranjera con el objeto de estudio de la oralidad ya que se ubica en el marco de la

pedagogía de la lengua propia y de todos los componentes que la conforman. Pues al ser la

competencia verbal un componente indispensable a nivel social, cultural y pedagógico, obliga a

que se aborden las diferentes dificultades que este pueda presentar en el sistema educativo.

Adicionalmente aborda producción metodológica “con los discursos que circulan en el aula de

lengua propia y extranjera, las competencias que se desarrollan en ese contexto en particular”

(Departamento de lenguas, 2014).

En adición, se establece relación a partir del lenguaje y la comunicación e interculturalidad, ya

que se debe resaltar el grado de importancia que implica para la sociedad y la cultura el desarrollo

de la oralidad, pues facilita la comunicación e interacción con los individuos de diferentes

culturas. El abordar este objeto de estudio no solo facilita al adolescente relacionarse con su

entorno a nivel educativo sino también en el contexto exterior, con las diversas realidades que el

sujeto se puede encontrar fuera del aula pues dicha línea “aborda la problemática del encuentro

de culturas y de su interacción” (Departamento de lenguas, 2014).

Por último, el objeto de estudio a trabajar, se ubica dentro de los estándares básicos de

competencias del lenguaje ya que se reconoce que la competencia comunicativa, como elemento

esencial del lenguaje “le brinda a los seres humanos la posibilidad de comunicarse y compartir
con los otros sus ideas, creencias, emociones y sentimientos por medio de los distintos sistemas

sígnicos” (MEN,2006).En consecuencia, la oralidad forma parte fundamental en la sociedad para

establecer relaciones interpersonales y se debe abordar en el ámbito educativo para que el sujeto

desarrolle con mayor facilidad esta competencia y así mismo le posibilite “compartir

expectativas, deseos, creencias, valores, conocimientos y, así, construir espacios conjuntos para

su difusión y permanente transformación”. (MEN, 2006).

Por consiguiente, gracias al uso de la lengua, los individuos crean lazos comunicativos con el fin

de en conjunto construir y transformar una sociedad mediada por el diálogo y el entendimiento de

los puntos de vista del otro y es así como estos elementos “se constituyen en instrumentos por

medio de los cuales los individuos acceden a todos los ámbitos de la vida social y cultural”

(MEN, 2066), lo cual representa una puerta de entrada para el sujeto con la realidad permitiendo

que pueda interactuar y tomar decisiones para cambiar su entorno.

En cuanto a la comunicación, dentro de los estándares del lenguaje se plantea que comunicar

“supone formar individuos capaces de interactuar con sus congéneres, esto es, relacionarse con

ellos y reconocerse (a la vez que reconocerlos) como interlocutor capaz de producir y

comprender significados” ( MEN.2006), de modo que se convierte un eje primordial para la

formación y ubicación del sujeto en el contexto que lo rodea identificando , “las características de

los participantes en el evento comunicativo, el propósito que los orienta y, en conformidad con

ello, interactuar”. ( MEN,2006)


A nivel cognitivo

En cuanto a la dimensión cognitiva, los adolescentes se caracterizan por pensar de manera más
estructurada que los niños, así como por construir juicios de valor mucho más elaborados.
Además, los adolescentes ya no se basan únicamente en conocimientos factuales, sino que
hipotetizan y “pueden pensar en términos de lo que podría ser y no solo de lo que es. Así mismo
pueden imaginar posibilidades y formar y probar hipótesis” (Papalia y Martorell, 2015, p. 340);
de esta forma, las personas en la etapa de adolescencia se caracterizan por adquirir un
pensamiento de tipo hipotético-deductivo que se distingue por considerar y probar diferentes
opciones para solucionar un problema.

Lo anterior es importante en el contexto educativo y para esta investigación en particular, ya que


los jóvenes pueden interpretar y construir sus propias percepciones en cuanto a diferentes
temáticas, en este caso particular las identidades diversas, tomando de entre ellas las que
consideren que los representan y realizando juicios de valor que les permitan identificar cuáles
son sus preferencias. Esto último está muy ligado también con otra característica que surge dentro
de esta etapa: los adolescentes desarrollan en gran medida sus memorias a largo plazo y la
información que en ella se almacena, la cual es de carácter “declarativo, procedimental o
conceptual.” (Papalia y Martorell. 2015, p. 342). Este avance permite que los jóvenes sean
capaces tanto de repetir de memoria, como de hablar y construir conceptos abstractos como el
amor y la felicidad, asignándoles características dependientes de sus vivencias y experiencias
personales. Siendo así, en el ambiente escolar los jóvenes serán capaces de realizar sus propias
interpretaciones de textos y reflexionar respecto a conceptos como la identidad, proponiendo
(desde sus posiciones personales) estrategias para afrontar situaciones problemáticas y generando
como resultado conocimientos que luego serán guardados en sus memorias a largo plazo.

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