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Apuntes II Taller ISET 812

EL ESCUCHAR COMO FACTOR DETERMINANTE DE LA COMUNICACIÓN


HUMANA
 El escuchar es el factor fundamental del lenguaje.
 Hablamos para ser escuchados.
 El hablar efectivo solo se logra cuando es seguido de un escuchar efectivo.

“El escuchar valida al hablar” por lo tanto es el escuchar lo que dirige todo el
proceso de la comunicación.

ESCUCHAR NO ES OIR
Oír es un fenómeno biológico, Escuchar es un fenómeno totalmente diferente,
pertenece al dominio del lenguaje y se constituye en nuestras interacciones
sociales con otros.
Lo que diferencia el escuchar del oír es el hecho de que cuando escuchamos
generamos un mundo de interpretaciones.
El acto de escuchar implica comprensión y por lo tanto interpretación. Al atribuir
una interpretación a un sonido pasamos del fenómeno de oír al fenómeno de
escuchar.

ESCUCHAR = OIR + INTERPRETACION


El factor interpretativo, es de tal importancia en el fenómeno de escuchar, que es
posible escuchar aun cuando no haya sonido, en consecuencia cuando no haya
nada que oír. Podemos escuchar los silencios. También escuchamos los gestos,
las posturas del cuerpo y los movimientos en la medida que seamos capaces de
atribuirles sentido. (lenguaje para sordos, cine mudo).

Para escuchar debemos permitir que los otros hablen, pero debemos hacer
preguntas. Estas preguntas nos permiten comprender los hechos, emitir los juicios
bien fundados y elaborar historias bien coherentes. Los que saben escuchar, no
aceptan de inmediato las historias que se les cuenta.
Están siempre pidiendo otra opinión, mirando las cosas de ángulos diferentes,
como tejedores producen historias que paso a paso permitan ir distinguiendo con
mayor claridad las tramas del acontecer.

No hay escucha que no esté basada en el futuro del que escucha. Lo que está en
juego es el modo como el oyente escucha, que esas acciones afectan su propio
futuro. Cuando conversamos, bailamos la danza en la que el hablar y el escuchar

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se entrelazan.

Todo lo que uno dice es escuchado por el otro, quien fabrica dos historias:
Las inquietudes del orador, cuando dice lo que dice.
La forma en que lo que se dijo afectará el futuro del que escucha. (sus propias
inquietudes).

Ambas partes están haciendo esto al mismo tiempo.


Al hablar revelamos quienes somos y quien nos escucha, puede no solo escuchar
lo que decimos, puede también escuchar el ser que se constituye al decir aquello
que decimos. El hablar no solo nos crea, sino también nos da a conocer. Se trata
de una escucha que trasciendo o dicho y que procura acceder al ser.

Emociones:
Las emociones no son ni buenas ni malas, sino que todas son beneficiosas porque
nos permiten tener un estado de preparación para reaccionar ante situaciones
concretas. Por lo tanto, las emociones tienen una función adaptativa.

Cada vez que experimentamos una interrupción en el fluir de la vida se producen


"emociones". Por lo tanto, son las que asociamos con los quiebres (interrupciones
en nuestra transparencia). Recordemos que hablamos de "quiebre" cuando un
suceso nos lleva a modificar nuestros juicios de manera significativa como para
cambiar nuestro espacio de posibilidades, sea de manera positiva o negativa.

La emoción es una distinción que hacemos lingüísticamente para referirnos al


cambio en nuestro espacio de posibilidades a raíz de un determinado suceso,
podemos identificar que acontecimientos las gatillan y si éstos desaparecen,
normalmente la emoción también lo hará; las emociones son específicas y
reactivas.

El reconocimiento entre la emoción y el acontecimiento disparador nos permite la


interpretación de los fenómenos emotivos y posibilidades concretas de acción.

Los "estados de ánimo" son una distinción diferente, con ellos nos referimos a una
emocionalidad que no remite necesariamente a un acontecimiento determinado.
Se refieren a estados emocionales desde los cuales actuamos.

Están también asociados a un espacio de acciones posibles, sólo que a la inversa


de lo que sucede con las emociones; con la emoción, la acción modifica el

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horizonte de posibilidades; por el contrario, los estados de ánimo en el que nos
encontramos frente a un espacio de posibilidades condicionan nuestra acción.
Para distinguir a las emociones les presentamos la “Flor de las Emociones”. A
partir de esta figura, los invitamos a reconocer a las emociones y posteriormente,
como nos sentimos cuando nos pasan cosas…
Yo siento….. cuando…..

Entre estímulo y respuesta hay un espacio,


en ese espacio reside nuestra libertad
y nuestra facultad para elegir la respuesta.

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En estas elecciones reside nuestro crecimiento
y nuestra felicidad. Stephen Covey (8vo hábito).

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